El profundo significado de la melancolía

Melancolía
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Melancolía

La melancolía ha sido uno de los conceptos más ricos y profundos dentro de la psicología y la psiquiatría. Se la puede definir como una sensación asociada a la nostalgia y tristeza, a pesar de que algunas veces implica revivir buenos recuerdos.

Hace referencia a la tristeza profunda o al típico “estado de ánimo sombrío” que permanece constante.

Origen del concepto de melancolía

El término proviene del griego melas (negro) y cholé (bilis), haciendo referencia a la “bilis negra” que, según la medicina hipocrática, causaba este estado afectivo. El modelo médico antiguo, hablaba de 4 “humores corporales”; Sangre, Bilis amarilla, Bilis negra y la Flema), que explicaban las enfermedades físicas y mentales.

En este caso, la bilis negra estaba asociada a la introspección excesiva, la tristeza y el retiro social.

¿Qué es la melancolía?

En términos generales, la melancolía se describe como un estado emocional reflexivo caracterizado por una tristeza profunda, persistente y aparentemente inexplicable.

Sigmund Freud la definió como una pérdida inconsciente de un objeto amado, en la que el sujeto dirige hacia sí mismo los sentimientos de enojo y culpa, lo que deriva en una profunda desvalorización personal.

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Las dos caras de la melancolía

En contextos clínicos, no solo implica un estado de ánimo triste, sino de una forma severa de trastornos depresivos. El DSM-5 reconoce un “especificador melancólico” en el trastorno depresivo mayor, que implica síntomas particulares como anhedonia (incapacidad para experimentar placer), falta de reactividad emocional, despertar temprano, pérdida significativa de peso y culpa excesiva. De igual manera, se asocia con disfunciones específicas en circuitos cerebrales relacionados con el procesamiento emocional, particularmente en regiones como la corteza prefrontal y el sistema límbico.

Pese a esto, la melancolía no siempre es vista exclusivamente como patológica. Sino que, anteriormente ha sido considerada como una fuente de reflexión profunda, sensibilidad estética y creatividad, que, en figuras filosóficas y literarias, permitió paso a obras maestras con una dimensión existencial.

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Tipos de melancolía 

Puesto que la melancolía puede entenderse desde distintas disciplinas (psicología, psiquiatría, filosofía y arte), existen diferentes tipos para una mejor diferenciación:

  • Melancolía clínica: Desde la psicopatología y la psiquiatría, es caracterizada por una depresión mayor melancólica, como subtipo grave de depresión, es decir, es referida como una melancolía – enfermedad.
  • Melancolía existencial o filosófica: Asociada al vacío, la conciencia del tiempo, la finitud de la vida o el sinsentido existencial. Esta no es necesariamente patológica, sino más bien una forma profunda de reflexión emocional.
  • Melancolía artística o creativa: Parte de la idea de la “Bilis negra”. Se relaciona con la introspección, la belleza del sufrimiento y la contemplación del dolor.
  • Melancolía nostálgica o retroactiva: Entra en contacto con la nostalgia, evocando una tristeza suave por lo que fue o ya no es. Este tipo de melancolía es común en personas mayores o en momentos de transición vital. No necesariamente disfuncional, pero puede llevar al aislamiento si es persistente.

Melancolía desde una perspectiva psicológica y psiquiátrica

Debido a que este concepto ha evolucionado, explicaremos las principales categorizaciones:

  • Melancolía como forma de depresión: En la psiquiatría actual, especialmente en el DSM-5 y CIE-11, la melancolía es entendida como un subtipo de trastorno depresivo mayor, con características clínicas bien definidas. A su vez, es considerada desde una forma más biológica y endógena de depresión, menos influida por factores externos o situacionales.
  • Melancolía endógena y reactiva: Anteriormente, la melancolía endógena se refería al origen biológico, sin causa externa clara, con un curso cíclico y síntomas somáticos marcados. Mientras que la reactiva era desencadenada por eventos estresantes (pérdidas, traumas), por lo que estaba más asociada a un contexto psicosocial, con un curso más leve o autolimitado.
  • Melancolía en el psicoanálisis: Freud hace una distinción clave entre duelo y melancolía, sosteniendo que la melancolía revela un conflicto interno no resuelto, donde la pérdida se transforma en agresión hacia el propio yo.

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Tratamiento

Actualmente, la melancolía severa, enmarcada dentro de la depresión mayor, requiere una aproximación integral que puede incluir psicoterapia y farmacoterapia antidepresiva.

En algunos casos resistentes, estudios afirman que pueden aplicarse terapias físicas como la estimulación magnética transcraneal o la terapia electroconvulsiva.

De igual manera, las rutinas estructuradas con horarios regulares, actividades y ejercicio físico, son de utilidad para mejorar el estado de ánimo.

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Conclusión

Definir la melancolía resulta complejo por el amplio concepto de su naturaleza, que oscila entre una vivencia emocional humana profunda y una condición médica severa. La misma, acoge los conceptos de tristeza, reflexión y enfermedad, que surge desde perspectivas psicológicas, psiquiátricas y filosóficas.

Reconocer la melancolía como enfermedad, facilita marcar la diferencia en el pronóstico de las personas afectadas, permitiendo una intervención terapéutica adecuada.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Qué es la melancolía en salud mental?
    La melancolía, en términos clínicos, es un subtipo grave de depresión mayor caracterizado por anhedonia (pérdida del placer), culpa intensa, alteraciones del sueño, y síntomas físicos marcados como lentitud motora o pérdida de apetito.
  • ¿En qué se diferencia de la tristeza o la depresión común?
    La melancolía implica una pérdida total de la capacidad para disfrutar y una mayor gravedad de síntomas, muchas veces sin causa aparente (endógena), a diferencia de la tristeza reactiva o depresiones más leves.
  • ¿Es lo mismo melancolía que nostalgia?
    No. La nostalgia es una forma más afectiva, consciente y leve de tristeza ligada a recuerdos específicos.  La melancolía, puede ser más profunda, ambigua y existencial, que en ocasiones forma parte de la depresión severa.

Referencias

Bordone, Lilia E., & Semeniuk, Guillermo B.. (2021). Depresión y melancolía. Medicina (Buenos Aires), 81(6), 1093. Recuperado en 01 de mayo de 2025, de https://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0025-76802021000801093&lng=es&tlng=es.

Ferrández, Francisco. (2007). La melancolía, una pasión inútil. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría27(1), 169-184. Recuperado en 01 de mayo de 2025, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352007000100015&lng=es&tlng=es.

Freud, S. (1917). Duelo y Melancolía. Obras completas, Volumen XIV.

Relación rota ¿Es posible sanar el amor de pareja?

Relación rota
Relación rota
Relación rota

Como seres sociales, las relaciones interpersonales son uno de los elementos más importantes en la vida. En algún momento, cualquiera podría enfrentar el dolor de una ruptura emocional. Esta relación rota hace referencia a una desvinculación emocional entre personas.

Comprender los factores que conllevan una ruptura, puede ser clave para sanar o reconstruir vínculos más saludables.

¿Qué es una relación rota?

Una relación rota conlleva una ruptura del vínculo emocional, cuando existe un compromiso previo. Si bien, una pareja rota no significa necesariamente el fin definitivo del amor, puede ocurrir debido a la suma de conflictos persistentes, como los problemas de comunicación, infidelidad, falta de compromiso o simplemente por desgaste emocional. Estas experiencias dolorosas dejan una huella profunda en la salud mental y emocional.

Atravesar un duelo tras una relación rota, se considera como algo altamente estresante, que puede llevar a presentar malestar psicológico sentimientos de culpa y desolación e incluso a desarrollar depresión.

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¿Qué genera una relación rota?

Principalmente en adultos jóvenes, una ruptura puede afectar la salud mental y física, relacionada con la búsqueda de amor y aceptación para reafirmar la estima, y la conformación de una identidad social. Esto afecta la imagen propia, la relación con otros y el desenvolvimiento social.

Asimismo, estudios afirman que los efectos psicobiológicos causados por rupturas amorosas incluyen pérdida del apetito, sensaciones duraderas de tristeza, desórdenes del sueño, y pensamientos intrusivos e incapacidad de controlarlos. Esto incide en la pérdida de reguladores emocionales y sociales que ayuden a mitigar el malestar psicológico, y a su vez, afecta incluso a la insuficiencia inmunológica debido al incremento del cortisol.

¿Es posible recuperar una relación de pareja dañada?

Actualmente, las rupturas de pareja ocurren con más frecuencia que en décadas anteriores. Sin embargo, sí es posible restaurar una relación rota, cuando existe predisposición de ambos miembros para lograrlo. Trabajar en la comunicación es el primer paso para la reconstrucción de la confianza.

En casos principalmente de parejas, se debe trabajar mucho en la comunicación asertiva y emocional. En este punto, comprender las necesidades afectivas de la pareja, permite restaurar vínculos emocionales desde la empatía y aceptación mutua. De igual manera, el hecho de expresar las molestias con una comunicación calmada y respetuosa, es fundamental, puesto que se amplía el marco de comprensión mutua.

Lenguajes del amor

Gary Chapman, en su libro los 5 lenguajes del amor, menciona cómo las personas expresan y reciben amor de diferentes maneras. Por ello, conocer el lenguaje de amor de uno mismo, y también el de la pareja, mejora significativamente la introspección, la capacidad reflexiva, la comunicación emocional y la calidad de las relaciones afectivas.

Los cinco lenguajes son:

  1. Palabras de afirmación: Expresiones verbales de afecto, elogios, palabras de aliento o reconocimiento.

Ejemplo con la pareja: “¡Qué linda estás hoy!”
Ejemplo con uno mismo: “Estoy creciendo, y eso está bien.”

  1. Tiempo de calidad: Dedicar atención plena, compartir actividades significativas o simplemente estar presentes con la otra persona.

Ejemplo con la pareja: “Hoy estaríamos juntos 20 minutos… Mejor veámonos mañana 3 horas.”
Ejemplo con uno mismo: Una tarde de relajo sin obligaciones ni compañía, solo para uno mismo.

  1. Actos de servicio: Hacer cosas útiles o significativas por el otro, como ayudar en tareas o resolver problemas cotidianos.

Ejemplo con la pareja: Recoger a la pareja del trabajo o preparar la cena.
Ejemplo con uno mismo: Cuidar la alimentación e ir al médico cuando es necesario.

  1. Recibir regalos: No se refiere al valor material, sino al gesto simbólico del obsequio como una expresión de amor.

Ejemplo con la pareja: Ver algo en la calle y comprarlo pensando en la pareja.
Ejemplo con uno mismo: Comprarse ropa, libros, plantas, etc.

  1. Contacto físico: Abrazos, caricias, besos, o cualquier forma de contacto corporal afectivo.

Ejemplo con la pareja: Quedarse abrazados tras un acto de intimidad. Darle besos en la frente cuando no se lo espera.
Ejemplo con uno mismo: Aunque no es muy practicado, pero ser capaces de abrazar el propio cuerpo o acariciar el rostro con ternura.

Chapman argumenta que las personas suelen tener uno o dos lenguajes predominantes, y que los conflictos emocionales en las relaciones muchas veces se deben a que las parejas no se comunican en el mismo “lenguaje afectivo”.

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 ¿Se puede recuperar el amor cuando se acaba?

Una relación rota implica desconexión. La desconexión en el tema de amor puede surgir a partir de distintos factores, tales como, desde la teoría de Sternberg, la falta de pasión, intimidad o compromiso; asimismo, resentimientos, decepciones y heridas emocionales.

Algunos estudios sugieren que cuando la satisfacción y el respeto mutuo han disminuido por completo, la recuperación puede ser extremadamente difícil. Sin embargo, en casos donde aún persiste el cariño básico y el compromiso mutuo, es posible reconstruir una nueva forma de amor, distinta pero igualmente válida. Por ello, cabe recalcar que cuando se sufre por una relación rota, la persona no deja de amar, sino que el nivel de intensidad cambia.

Cómo sobrellevar una ruptura de pareja

La prioridad inicial debe ser el autocuidado. Si bien se trata de superar una relación rota, esto no implica “cerrarse a sentir el dolor, sino más bien, transitarlo”, es decir, procesar el duelo, sin apresurar la recuperación.

Según la teoría del apego de Bowlby (1980), la pérdida de una figura de apego activa intensamente el sistema de dolor emocional. He ahí el detalle. Se trata de amor sin apego. Si bien toda relación puede generar apego como una necesidad inicial, puede trascender en amor con uno mismo y con el otro para poder soltar desde la libertad.

Asimismo, rodearse de redes de apoyo, mantener rutinas saludables y, en algunos casos, buscar ayuda profesional. De igual manera, se destaca la importancia de la gratitud y el perdón, tanto hacia el otro como hacia uno mismo. El perdón reduce los niveles de estrés y favorece una mejor adaptación emocional y la gratitud conlleva bienestar. Sin embargo, el perdón genuino no implica olvidar o justificar las conductas dañinas, sino procesarlas de manera que no sigan causando dolor.

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Conclusión

Toda ruptura genera dolor emocional, aunque no siempre implica un final irreversible. Existen caminos para recuperar una relación de pareja dañada, sin embargo, esto requiere compromiso, trabajo emocional y, en muchos casos, acompañamiento terapéutico. Para ello, un aspecto importante es la comunicación y la comprensión de las necesidades emocionales propias y de la pareja.

De igual forma, una relación rota no implica perderse a uno mismo, sino transitar un duelo, desde la aceptación y tolerancia con la situación y con uno mismo. A su vez, el aprendizaje conlleva crecimiento personal y futuras oportunidades. Por ello, para transitar el dolor emocional, el amor propio y la resiliencia son esenciales.

Preguntas frecuentes

  • ¿Es normal sentir tanto dolor después de una relación rota?
    Sí, es completamente normal. El cerebro interpreta una relación rota como una pérdida significativa, activando respuestas similares al duelo. Es un proceso emocional que involucra tristeza, confusión, enojo e incluso síntomas físicos.
  • ¿Es posible sanar completamente tras una relación rota?
    Sí. Sanar no significa olvidar, sino integrar la experiencia, aprender de ella y reconstruirte desde un lugar más fuerte. Una relación rota puede ser el punto de partida para un proceso de crecimiento personal y autoestima más sólido.
  • ¿Qué pasa si tras una relación rota siento culpa?
    La culpa es común, sobre todo si hubo errores o decisiones difíciles. Es importante distinguir entre culpa real y culpa irracional. Asumir responsabilidad sin castigarte permite aprender de una relación rota y seguir adelante con mayor madurez emocional.

Referencias

Chapman, G. (1996). Los 5 lenguajes del amor: El secreto del amor que perdura. Editorial Unilit.

Garabito, Sandra, García, Felipe E., Neira, Michelle y Puentes, Eduardo. (2020). Ruptura de pareja en adultos jóvenes y salud mental: estrategias de afrontamiento ante el estrés del término de una relación. Psicología. Avances de la Disciplina , 14 (1), 47-59. Publicación electrónica del 26 de enero de 2021. https://doi.org/10.21500/19002386.4560

Henao Ceballos, Paola, & Munoz, Yaromir. (2021). Análisis del afrontamiento de rupturas amorosas desde la psicología del consumidor. Diversitas: Perspectivas en Psicología17(2), 151-161. Epub July 01, 2021.https://doi.org/10.15332/22563067.7110

¿Miedo a las alturas? Conoce la acrofobia, sus causas, síntomas y tratamiento

Acrofobia
Acrofobia
Acrofobia

Se entiende como acrofobia al miedo irracional, exagerado e irreprimible a las alturas, generando síntomas fisiológicos y respuestas como parálisis, pánico y bloqueo frente al estímulo. De igual manera, este tipo de reacciones pueden presentarse con solo pensar en una situación de peligro.

Se estima que aproximadamente entre el 2 % y el 5 % de la población general presenta algún nivel de fobia a las alturas (APA, 2013).

¿Qué es la acrofobia?

La acrofobia es un tipo de trastorno de ansiedad, caracterizado por un miedo intenso e irracional a las alturas. No solamente a las grandes alturas, sino también a situaciones comunes en el día a día como la presencia en balcones, puentes, montañas o bajar escaleras. Por lo tanto, el miedo no siempre depende de la altura real, sino de la percepción subjetiva del riesgo de caída.

Esta fobia específica con síntomas de pánico conduce a una conducta de evitación de situaciones o lugares, con un consecuente deterioro del sujeto en áreas psicológicas y/o psicosociales.

Curiosamente, la acrofobia puede generar un círculo vicioso donde la ansiedad desencadena la contracción muscular y la búsqueda de equilibrio, lo que a su vez aumenta la ansiedad y el miedo.

Síntomas de la acrofobia

La acrofobia provoca síntomas tanto físicos como psicológicos.
Entre los síntomas físicos se incluyen taquicardia, sudoración excesiva, temblores, dificultad para respirar y mareos. A nivel psicológico, aparecen pensamientos catastróficos como la idea incontrolable de caer, perder el equilibrio o desmayarse.

Por esto, existe una hiperactivación del sistema nervioso vegetativo simpático. Este proceso se realiza de manera automática cuando, a través de la vista, la altura se procesa como algo amenazante.

Se debe tomar en cuenta que la acrofobia hace referencia a un temor tan intenso que el sujeto evita de manera sistemática cualquier situación que implique elevación. Esto termina limitando su vida social, laboral e incluso recreativa. Así, la fobia a las alturas puede impedir acciones tan cotidianas como mirar por una ventana en un piso alto o subir a un edificio de varios niveles.

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Causas de la acrofobia

La acrofobia puede surgir debido la combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales.

Las teorías evolutivas proponen que el miedo a las alturas es, en parte, una respuesta adaptativa heredada de nuestros antepasados para evitar caídas mortales. De igual manera, se toma en cuenta las alteraciones vestibulares (del equilibrio) en el oído interno.

Asimismo, las personas con tendencias ansiosas pueden ser más propensas a desarrollar fobias específicas. Y por supuesto, las experiencias traumáticas previas, como caídas o accidentes a gran altura pueden desencadenar la acrofobia.

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¿Qué tratamientos son eficaces para superar la acrofobia?

Al tratarse de un trastorno de ansiedad, el abordaje que debe aplicarse es el psicológico. Las técnicas más eficaces se basan en terapias como la cognitivo-conductual, con exposición gradual y reestructuración cognitiva. De igual manera, la psicoterapia con EMDR (Reprocesamiento y Desensibilización a través de Movimientos Oculares), permite el paso de información adaptativa sobre las experiencias traumáticas relacionadas con la fobia.

Asimismo, suele aplicarse mindfulness, técnicas de relajación y en algunos casos, la aplicación de medicamentos como benzodiazepinas y ansiolíticos.

Acrofobia y realidad virtual

Existen muchos estudios que avalan la efectividad del tratamiento de las fobias con la Realidad Virtual. Esta surge como una herramienta innovadora para la exposición terapéutica, permitiendo a los pacientes enfrentar sus miedos de manera controlada.

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La persona con acrofobia se coloca unas gafas o cascos de realidad virtual que simula entornos de altura, lo que permite exponer al paciente de manera gradual y repetida a sus temores, sin que esté en peligro real.

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Conclusiones

La acrofobia es una fobia específica, perteneciente a los trastornos de ansiedad, que involucra un miedo intenso y desadaptativo a las alturas. Entender qué es la acrofobia, sus síntomas y causas permite un mejor abordaje.

El tratamiento con psicoterapia, fármacos y últimamente la realidad virtual, han demostrado ser altamente efectivos, permitiendo una notable mejora en la calidad de vida.

Preguntas frecuentes

  • ¿Qué es la acrofobia? La acrofobia es un miedo intenso, irracional y persistente a las alturas. No se trata solo de sentir vértigo, sino de experimentar ansiedad extrema incluso ante la posibilidad de estar en un lugar alto.
  • ¿Es lo mismo acrofobia que vértigo? No, el vértigo es un síntoma vestibular relacionado con alteraciones del equilibrio físico, mientras que la acrofobia es una fobia específica de los trastornos de ansiedad.
  • ¿Qué papel juega la realidad virtual en el tratamiento? Permite simular alturas de manera segura y controlada, facilitando la exposición sin poner en riesgo al paciente. Se ha demostrado tan eficaz como la exposición en el mundo real.

Referencias

Huppert, D., Wuehr, M., & Brandt, T. (2020). Acrophobia and visual height intolerance: advances in epidemiology and mechanisms. Journal of neurology267(Suppl 1), 231–240. https://doi.org/10.1007/s00415-020-09805-4

Plaza Torres, Mauricio. (2008). Uso de ambientes virtuales y selección de parámetros de medidas en la aplicación para el tratamiento de fobias. Ingeniería y Desarrollo, (23), 10-25. Retrieved April 30, 2025, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0122-34612008000100003&lng=en&tlng=es.

Ramírez, A. Benítez, S. & Gómez, M. (2016). La acrofobia y su tratamiento a través de realidad virtual. Ingeniería, Matemáticas y Ciencias de la Información. vol. 4(7). pág. 77-82 DOI: http://dx.doi.org/10.21017/rimci.2017.v4.n7.a24

El verdadero origen de la personalidad del ludópata

Ludópata
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La ludopatía o el juego patológico se ha considerado una enfermedad que puede llegar a afectar profundamente el funcionamiento social, laboral y familiar de los pacientes, e incluso llegar al suicidio. Pese a que tiene una alta comorbilidad con la depresión, el abuso de sustancias, el trastorno de ansiedad y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la persona ludópata padece de un trastorno por adicción, con naturaleza compulsiva. Lo que sugiere un problema enraizado en situaciones adversas.

Características de una personalidad ludópata

Una persona ludópata es incapaz de resistir el impulso de jugar, tiene baja tolerancia a la frustración y una necesidad constante de buscar emociones intensas. Asimismo, suele mostrar una baja autoestima y tendencia a la búsqueda de gratificaciones inmediatas, evitando enfrentar situaciones de malestar emocional a través del juego.

Un ludópata cuenta con mayor disponibilidad basal de dopamina, es decir, es hipersensible a la recompensa e intolerante a la demora de la gratificación.

Una persona con estas características, presenta:

  • Pensamientos obsesivos por el juego: El ludópata vive obsesionada y prácticamente en automático, pendiente del siguiente momento de gratificación.
  • Impulsividad: Toma decisiones apresuradas y sin considerar las consecuencias a futuro.
  • Irracionalidad: Cree en las supersticiones y en la “falacia del jugador”, es decir, espera con fe ciega, cambiar una racha de pérdidas con más juego.
  • Búsqueda de emociones intensas: Detrás de esto busca escapar de la realidad y sus problemas cotidianos para sentir adrenalina y euforia.

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El patrón psicológico de un ludópata

El proceso interno de la mente ludópata, revela procesos complejos que van más allá del simple acto de apostar. Se centra en una “actividad recreativa” que, con el paso del tiempo, se convierte en un mecanismo de afrontamiento emocional.

Con las respuestas inconscientes de evasión ante los conflictos, una persona con ludopatía, suele “evitar” los problemas que conllevan dolor. Puesto que es más llevadero “perder en un juego que puedo controlar”, que “sentir una derrota real en la vida, donde no tengo el control”.

Por esto, un ludópata suele presentar cambios de humor relacionados con el juego. Lo que implica que el resultado de las apuestas determina respuestas de euforia, ansiedad, irritabilidad y depresión.

A su vez, el comportamiento irá cambiando y conducirá a las mentiras frecuentes para ocultar la adicción. Los engaños a familiares y amigos se volverán más frecuentes con el tiempo. Esto a su vez, direcciona a conflictos interpersonales y posteriores pérdidas.

¿A quiénes afecta?

Estudios epidemiológicos sugieren que puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, existe una prevalencia mayor en hombres jóvenes y de nivel educativo medio o bajo. El perfil comúnmente descrito incluye a individuos que han tenido exposición temprana al juego, antecedentes familiares de adicción, y otros trastornos psiquiátricos comórbidos como depresión, trastornos de ansiedad o consumo de sustancias.

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Adicción relacionada al trauma

Grabor Maté, médico y autor canadiense, sostiene que toda adicción es una respuesta a una herida emocional profunda, es decir, un trauma no resuelto. Plantea que la raíz de la adicción no es la sustancia o la conducta en sí, sino el dolor que existe detrás.

Para Maté, la adicción al juego no se origina en el juego mismo, sino en el alivio emocional temporal que proporciona, ya que jugar puede ofrecer al individuo una sensación de control o poder, un escape del vacío interior o del dolor emocional y una distracción frente a pensamientos intrusivos, ansiedad o depresión.

Las personas con cualquier tipo de adicción, sea por drogas, juego, sexo, redes sociales o trabajo, por lo general habrían experimentado traumas infantiles. Esto altera el desarrollo del cerebro, en particular áreas relacionadas con el autocontrol, la recompensa y la regulación emocional. Como resultado, la persona puede recurrir a conductas adictivas como una forma de llegar a la calma o anestesiar el dolor emocional.

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Tratamiento para la ludopatía

Suele requerir una intervención multimodal.

Esto incluye terapia psicológica, participación en grupos de autoayuda como Jugadores Anónimos, y en algunos casos, farmacoterapia dirigida a controlar la impulsividad o la ansiedad asociada.

Asimismo, requiere un abordaje compasivo, debido a que la recuperación no sólo se basa en evitar el juego, sino en sanar el trauma subyacente y reconstruir la capacidad de regular el mundo interno sin conductas compulsivas. Desde esta visión, la pregunta, según Maté no es “¿por qué este comportamiento?”, sino “¿qué dolor existe detrás de este comportamiento?”

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Conclusión

La ludopatía es un trastorno complejo que involucra una interacción de factores de personalidad, cognitivos y emocionales. El ludópata suele presentar obsesión por el juego, irracionalidad e impulsividad, que le permiten a evadir del dolor emocional.

La intervención compasiva del perfil del ludópata resulta fundamental para la comprensión empática. Es importante un abordaje integrativo que les permita ser entendidos sin juicio.

Preguntas frecuentes

  • ¿La ludopatía es una adicción como la de las drogas?
    Sí. Aunque no involucra una sustancia, el juego activa los mismos circuitos cerebrales de recompensa que las drogas, especialmente la liberación de dopamina, lo que genera dependencia psicológica y necesidad creciente de jugar.
  • ¿Un ludópata puede recaer?
    Sí. Como en otras adicciones, las recaídas son posibles. Por eso se requiere un tratamiento integral y sostenido, con apoyo emocional y psicoeducación constante.
  • ¿Cuáles son las señales de advertencia?
    • Ocultar o mentir sobre el juego.
    • Apostar cantidades crecientes para sentir emoción.
    • Perder el control y no poder dejar de jugar.
    • Endeudarse, robar o afectar relaciones para seguir jugando.

Referencias

Hernández Cruz, Marla Eunice, & Bujardón Mendoza, Alberto. (2020). Fundamentos teóricos para un estudio sobre la ludopatía. Humanidades Médicas20(3), 606-624. Epub 05 de diciembre de 2020. Recuperado en 30 de abril de 2025, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-81202020000300606&lng=es&tlng=es.

Lang, O. (2019). El médico que asegura que el origen de toda adicción es un trauma. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-50424122

Navas, Juan F., & Perales, José C.. (2014). Comprensión y tratamiento del juego patológico: aportaciones desde la Neurociencia del Aprendizaje. Clínica y Salud25(3), 157-166. https://dx.doi.org/10.1016/j.clysa.2014.10.001

Embarazo psicológico: La ilusión de un embarazo sin bebé

Embarazo psicológico
Embarazo psicológico
Embarazo psicológico

El embarazo psicológico, también denominado utópico, imaginario o pseudociesis, es un fenómeno donde una persona presenta síntomas físicos y emocionales de un embarazo sin que exista realmente una gestación.

Pese a que no existe un embarazo verdadero y aunque las pruebas de embarazo generalmente salen negativas, existe la presencia de náuseas, cambios mamarios y aumento de abdomen, poniendo en evidencia el poder de la mente frente a lo somático, hormonal y emocional.

¿Qué es el embarazo psicológico?

El embarazo psicológico, utópico, imaginario o pseudociesis es una condición psicológica, en la que por lo general una mujer siente que está embarazada aunque en realidad no lo esté.

Este fenómeno es conocido también como Síndrome de Rapunzel y la mujer experimenta síntomas físicos reales de embarazo como el crecimiento del abdomen, náuseas, amenorrea (ausencia de menstruación), y aumento de peso, sin que exista un embrión.

La intensidad de la convicción puede ser tan fuerte que incluso pruebas médicas negativas no logran convencer a la persona de que no está embarazada.

El DSM-5-TR, incluye la pseudociesis en la categoría de otros síntomas somáticos específicos y trastornos relacionados, junto con otros trastornos difíciles de clasificar, como el trastorno de ansiedad por enfermedad (hipocondría) o el trastorno facticio (trastorno de Munchausen).

Características principales de la pseudociesis

  • Síntomas físicos reales: La persona experimenta respuestas fisiológicas reales y cambios corporales. Incluso “trabajo de parto” en casos extremos.
  • Convicción firme: La persona realmente está convencida de estar embarazada, no es una simulación consciente ni un intento de engaño.
  • Factores psicológicos: Se asocia con conflictos internos profundos y emocionales, así como un deseo intenso de embarazo o miedo al embarazo.

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Síntomas que pueden estar presentes

Las mujeres que padecen esta condición psicosomática son capaces de experimentar la propia sintomatología del embarazo:

  • Amenorrea (ausencia de menstruación).
  • Trastornos del ciclo menstrual.
  • Náuseas y vómitos.
  • Aumento de peso.
  • Cambios de apetito.
  • Dilatación abdominal.
  • Sensación de movimientos fetales.
  • Crecimiento del pecho.
  • Ansiedad y alteración del sueño.
  • Oscurecimiento de la piel.
  • Ocasionalmente, cambios hormonales (aumento de prolactina y gonadotropinas)

Cabe tomar en cuenta que algunos fármacos antipsicóticos elevan los niveles de prolactina (hormona responsable de la lactancia) y los niveles de prolactina también aumentan con el estrés.

Causas del embarazo psicológico

La etiología es desconocida, aunque existen factores psicológicos, fisiológicos y socioculturales que podrían ser relevantes.

  • Factores psicológicos: A raíz del estrés, la ansiedad, la esquizofrenia, los trastornos afectivos, somatomorfos y de la personalidad. A menudo ocurre en personas con antecedentes de infertilidad, pérdidas gestacionales o situaciones de traumas sexuales o estrés significativo.
  • Factores fisiológicos: Los abortos recurrentes, amenaza de menopausia precoz, la obesidad o los ovarios poliquísticos, tiempo intentando conseguir el embarazo sin éxito, entre otros, formarían el grupo de posibles causas de un embarazo psicológico.
  • Factores sociales: Niveles económicos bajos, una educación limitada, expectativa y presión social ante el embarazo y vivir en países subdesarrollados podrían ser motivos de la pseudociesis.

Asimismo, desde un enfoque psicodinámico, el embarazo psicológico puede representar un conflicto inconsciente entre el deseo y el rechazo al embarazo, o una solución simbólica a duelos no elaborados, traumas o necesidades afectivas insatisfechas.

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¿Quiénes pueden padecer de un embarazo psicológico?

La mayor incidencia del embarazo psicológico ocurre en mujeres de entre 20 y 40 años, principalmente que tienen un intenso deseo o temor al embarazo. Asimismo, ocurre principalmente en contextos culturales donde la maternidad tiene un peso simbólico elevado.

No obstante, también puede afectar a personas trans, hombres cisgénero y en contextos de duelos traumáticos, e incluso en algunos casos extremos, a hombres que desarrollan síntomas por empatía con una pareja embarazada, en lo que se denomina el síndrome de Couvade.

Tratamiento para el embarazo fantasma

El tratamiento implica una intervención multidisciplinaria, principalmente psicológica, y de igual manera con un tratamiento físico y psiquiátrico.

El abordaje debe ser empático y con bastante contención emocional, puesto a que, debido a la anovulación y amenorrea, la paciente puede caer en depresión por la idea de haber tenido un “aborto inducido”, lo que puede desencadenar crisis emocionales profundas, debido al choque de realidad.

Conclusiones

Un embarazo psicológico es un fenómeno complejo, donde la mente muestra el poder sobre el cuerpo. Una persona con embarazo fantasma, presenta gran cantidad de síntomas naturales de un embarazo, sin feto.

Pueden padecer de él principalmente mujeres, pero también personas trans y hombres.

Lejos de ser una invención o simulación, la pseudociesis es una vivencia genuina que requiere atención clínica seria y compasiva. Comprendiendo las causas emocionales y culturales para un abordaje más humano y eficaz.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Qué causa un embarazo psicológico?
    El embarazo psicológico es el resultado de una interacción compleja entre factores psicológicos (deseo intenso o miedo extremo al embarazo), hormonales (alteraciones en prolactina o cortisol) y neuroendocrinos. Experiencias de trauma, infertilidad, pérdidas previas o condiciones psiquiátricas también pueden contribuir.
  • ¿Las pruebas de embarazo salen positivas en un embarazo psicológico?
    No. En la mayoría de los casos, las pruebas de embarazo (sangre, orina, ecografía) son negativas, ya que no hay un embrión ni niveles elevados de hormona hCG. En situaciones muy raras, trastornos hormonales pueden alterar levemente los resultados, pero es excepcional.
  • ¿Cómo se diagnostica el embarazo psicológico?
    El diagnóstico requiere una combinación de pruebas de embarazo (orina, sangre), examen físico, ecografía pélvica y evaluación psicológica o psiquiátrica.

Referencias

Counter, R. (2023). Qué es el embarazo fantasma o pseudociesis: la ciencia detrás de este fenómeno psicológico. National Geographic España.

Cruzado-Díaz, Lizardo, Herrera-López, Vanessa, & Perales-Salazar, Mileny. (2012). Delirios de embarazo y pseudociesis: una breve aproximación. Revista Colombiana de Psiquiatría , 41 (1), 208-216.

Barranquero, M. (2022). ¿Qué es el embarazo psicológico o pseudociesis? Reproducción Asistida ORG

Ciclotimia: Entre el silencio de la euforia y la melancolía

Ciclotimia
Ciclotimia
Ciclotimia

La ciclotimia es un trastorno mental del estado de ánimo, clasificado como una forma leve del trastorno bipolar (maníaco-depresivo). Se caracteriza por las oscilaciones del estado de ánimo durante un período de años que van desde la depresión hasta episodios hipomaníacos leves (euforia emocional).

Pese a que los cambios de ánimo son menos intensos que en el trastorno bipolar, la ciclotimia puede tener un impacto significativo en la vida diaria.

¿Qué es la ciclotimia?

La ciclotimia es un trastorno bifásico caracterizado por cambios periódicos de fases de hipomanía leve y depresión subclínica. Asimismo, Kahlbaum sugiere los términos hipertimia para el ánimo elevado y distimia, para el ánimo triste. Estos cambios deben persistir durante al menos dos años, sin que se cumplan los criterios completos para un episodio maníaco, hipomaníaco completo o depresivo mayor.

De igual manera, algunos autores definen la ciclotimia desde una perspectiva del neurodesarrollo como una variante patológica del temperamento, es decir, por desregulación emocional con inestabilidad y reactividad extremas del estado de ánimo.

Características y síntomas de la distimia

Durante la hipertimia: Un ánimo elevado, aceleración del pensamiento, autoestima exagerada, dispendios económicos, sexualidad aumentada, persistencia de la irritabilidad y la hipercrítica.

Durante la distimia: La inhibición psíquica sin delirios ni alucinaciones, la desesperanza, las quejas somáticas inespecíficas y, especialmente, la tendencia a la crítica y la reivindicación.

Los síntomas pueden incluir cualquiera de los siguientes:

  • Síntomas hipomaníacos leves, como episodios de felicidad extrema y mucha actividad
  • Síntomas depresivos leves, como un bajo estado de ánimo, actividad o energía.
  • Estas fluctuaciones del estado de ánimo son menos graves que con el trastorno bipolar o la depresión mayor.
  • Síntomas continuos, con no más de 2 meses consecutivos sin síntomas. Se presentan durante por lo menos 2 años (1 o más años en los niños y adolescentes).

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Causas y comorbilidad

Se desconocen las causas del trastorno ciclotímico, pese a que se afirma que la depresión mayor, el trastorno bipolar y la ciclotimia comparten causas similares. Se pueden señalar causas multifactoriales desde las biológicas, genéticas, psicológicas, sociales y ambientales. Entre ellas las alteraciones neuroendocrinas, el estrés crónico, las condiciones adversas y los traumas infantiles.

De igual manera, existe comorbilidad con los trastornos de la personalidad, principalmente los de tipo límite, evitativo y dependiente.

Por último, la ciclotimia también se relaciona con la ansiedad, el control de impulsos y el consumo de sustancias. Y, representa un riesgo del 15% al 50% de que quien o padece, llegue a presentar posteriormente un trastorno bipolar tipo I y II.

Diferencia entre un estado hipomaníaco y maníaco

La hipomanía es una forma leve de manía, es decir, es un estado de ánimo elevado. Se caracteriza por el afecto alegre y jovial, con optimismo, energía y productividad aumentadas. Implica actividad excesiva, pero que no es tan severa como la manía.

Esta se sostiene por al menos cuatro días, con síntomas como aumento de la autoestima, disminución de la necesidad de dormir, verborrea, fuga de ideas, distracción, incremento en la actividad orientada a objetivos o participación excesiva en actividades placenteras.

A diferencia de la manía, la hipomanía es difícil de diagnosticar debido a que podría parecer una expresión de la personalidad, y no suele causar un deterioro funcional o social tan grave como la manía.

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¿Bipolaridad o ciclotimia?

Si bien ambos trastornos son implican cambios en el estado de ánimo, las diferencias son importantes:

Trastorno bipolar

  • Episodios graves y a veces incapacitantes de manía, hipomanía y depresión mayor.
  • La hipomanía dura mínimo 4 días.
  • Puede haber largos períodos de estabilidad emocional entre episodios.

Ciclotimia

  • Episodios leves o moderados con síntomas hipomaníacos y depresivos leves.
  • La hipomanía no cumple la duración ni la intensidad del trastorno bipolar.
  • El estado de ánimo es cambiante de forma continua.

Ciclotimia y sexualidad

La ciclotimia puede influir en la sexualidad de diversas maneras. Durante los períodos hipomaníacos, se reporta un aumento de la libido e incluso mayor número de parejas sexuales. Lo que implica una disminución de la percepción del riesgo en conductas sexuales.

Por el contrario, en las fases depresivas, la libido suele disminuir significativamente. Esto reduce el interés tanto por las relaciones sexuales y la intimidad, como el mismo contacto físico. Por lo que, a su vez, genera distanciamiento afectivo, sentimientos de culpa, vacío y baja autoestima.

De igual manera, la sexualidad en la ciclotimia, muchas veces cumple de regulador emocional, a manera de compensación ante el vacío afectivo o el aburrimiento. Asimismo, el autoconcepto sexual oscila entre sentirse muy atractivo o muy poco deseable.

Tratamiento para la ciclotimia

El tratamiento para este trastorno incluye un abordaje psicológico y en algunos casos farmacológico con intervención psiquiátrica. Desde este punto, se utilizan medicamentos estabilizadores del estado de ánimo y/o antidepresivos.

La psicoterapia debe facilitar al paciente a incrementar la conciencia de enfermedad y dotarlos de recursos para el reconocimiento y regulación de los estados de ánimo, impulsos y patrones disfuncionales.

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Conclusiones

La ciclotimia, es un problema poco estudiado, sin embargo, no menos importante. Esta conlleva cambios periódicos de hipertimia y distimia.

Esta tiene causas multifactoriales y está asociada a la ansiedad, el control de impulsos, el consumo de sustancias y los trastornos de la personalidad.

El tratamiento debe incluir un diagnóstico correcto y un abordaje, muchas veces interdisciplinar entre terapia psicológica y psiquiátrica. Esto le permitirá al paciente facilitar el reconocimiento y la posterior regulación de los estados de ánimo, mediante la capacidad reflexiva y el uso de recursos.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Qué es la ciclotimia?
    La ciclotimia es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por fluctuaciones crónicas entre síntomas depresivos leves y episodios de hipomanía.
  • ¿En qué se diferencia la ciclotimia del trastorno bipolar?
    La principal diferencia está en la intensidad y duración de los síntomas. La ciclotimia implica síntomas más leves que el trastorno bipolar y no cumple con los criterios completos para episodios maníacos o depresivos mayores.
  • ¿Qué es la hipomanía?
    La hipomanía es un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, acompañado de aumento de energía, autoestima inflada, menor necesidad de sueño, habla rápida y conductas impulsivas. A diferencia de la manía, no causa un deterioro grave del funcionamiento ni requiere hospitalización.

Referencias

Luque, Rogelio y Berrios, Germán E. (2011). Historia de los trastornos afectivos. Revista Colombiana de Psiquiatría , 40 (Supl. 1), 120-146.

MedlinePlus. (2024, 17 de julio). Trastorno ciclotímico. Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.

Villaseñor, S. (2005). Los trastornos del estado de ánimo. Revista Digital Universitaria. Volumen 6 (11). ISSN: 1067-6079

Trastorno Esquizoide de la Personalidad

Trastorno Esquizoide de la Personalidad
Trastorno Esquizoide de la Personalidad
Trastorno Esquizoide de la Personalidad

EL trastorno de personalidad esquizoide pertenece a los Trastornos de la personalidad del Grupo A del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), donde la persona muestra un patrón general de desapego y desinterés en las relaciones sociales, así como una capacidad limitada para expresar emociones.

Trastorno esquizoide de la personalidad ¿Qué es?

Este trastorno se caracteriza por una marcada indiferencia hacia las relaciones sociales y una limitada expresión emocional, pese a un funcionamiento global levemente afectado.

Una persona esquizoide suele tener una percepción de autosuficiencia (no cree tener ningún problema) y una sensación de estar separada del mundo. Por lo cual, desarrolla un comportamiento caracterizado por un marcado aislamiento, con expresión fría y distante. Debido a esto, las personas con trastorno esquizoide de la personalidad muestran profunda incapacidad para formalizar relaciones sociales y una ausencia de respuesta frente a cualquier tipo de estímulo.

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Causas del trastorno esquizoide de la personalidad

Se cree que los genes desempeñan un papel importante, sin embargo, Martens afirma que entre las causas interactúan factores aversivos multifactoriales, los cuales podrían interferir en el desarrollo socioemocional y el carácter. Asimismo, el apego con cuidadores negligentes, fríos y desapegados puede reforzar la sensación del niño de que las relaciones con otras personas no son satisfactorias.

Martens sostiene que una persona esquizoide está convencida (debido a que a menudo ha sido ignorada, rechazada y excluida por otras personas) de que su vida es más segura e incluso más cómoda sin una comunicación intensa ni vínculos con los demás.

Esto puede provocar adaptación a la soledad. Es decir, las personas con trastorno esquizoide de la personalidad se sienten “redundantes” e intentan ocultarse debido a un sentimiento de vergüenza.

Características del trastorno esquizoide

La Asociación de Psiquiatría Americana (American Psychiatric Association, 2004) afirma que el trastorno esquizoide de la personalidad comienza al principio de la edad adulta y describe las siguientes características:

  • Carencia de deseo o disfrute de relaciones personales, incluido el formar parte de una familia.
  • Preferencia casi siempre de actividades solitarias.
  • Escaso o nulo interés en tener experiencias sexuales.
  • Anhedonia o escaso disfrute de actividades (dificultades para sentir placer).
  • Dificultad de experimentar los principales estados afectivos (tristeza, ira).
  • Carencia de amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado.
  • Indiferencia a halagos o críticas de los demás.
  • Frialdad emocional y distanciamiento.
  • Déficit de energía y vitalidad.
  • Marcada dificultad para reconocer y cumplir las normas sociales, lo que da lugar a un comportamiento curioso.

Las alteraciones más significativas son por tanto en la forma de relacionarse con los demás y en la expresividad de emociones y sentimientos, con frialdad emocional, embotamiento afectivo y aislamiento social.

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¿Qué es la esquizotípia?

Se refiere a rasgos de personalidad que se asemejan a los de la esquizofrenia, pero no alcanzan el nivel de severidad para tal diagnóstico. 

La esquizotipia puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos psicóticos y se ha asociado con dificultades sociales y emocionales.  Esta incluye incomodidad en situaciones sociales, distorsiones cognitivas y perceptivas, comportamiento excéntrico y aislamiento social.

Trastorno Esquizotípico de la Personalidad (TEP)

El TEP presenta esquizotipia, pues se caracteriza por un patrón generalizado de incomodidad intensa, escasa capacidad para las relaciones cercanas, distorsión cognitiva y perceptiva, y comportamiento excéntrico.

A diferencia del TEP, el trastorno esquizoide no presenta distorsiones cognitivas ni percepciones extrañas.

Si bien ambas presentan aislamiento social, en el caso de personas esquizoides, el aislamiento no se basa en el temor ni en la ansiedad por incapacidad de lograrlo, sino en un carente deseo de establecer relaciones interpersonales o contacto emocional.

Aunque en ambos casos existe un comportamiento “raro”, en el TEP, la persona suele ser excéntrica, mientras que en el trastorno esquizoide, la persona es absolutamente reservada y solitaria.

¿Esquizo…? Diferencia entre los términos “esquizoide”, “esquizotípico” y “esquizofrénico”

  • En el trastorno esquizoide de la personalidad no hay síntomas psicóticos como delirios o alucinaciones. Con la expresión emocional fría y distante. Mantiene un juicio de realidad intacto. Prefiere estar solo; vive en su mundo interno, pero es lógico y estable.
  • El trastorno esquizotípico de la personalidad, incluye pensamientos mágicos con conductas extrañas y expresión emocional inapropiada y excéntrica. Mantiene un juicio de realidad parcialmente alterado. Desea relacionarse, pero le cuesta por la alta ansiedad y las conductas excéntricas.
  • La esquizofrenia es un trastorno psicótico que incluye pensamiento delirante y desorganizado. Con la expresión emocional aplanada o incongruente. Su juicio de realidad es totalmente alterado y presenta alucinaciones intensas y persistentes. En cuanto al relacionamiento, se aísla por los síntomas psicóticos.

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Tratamiento del trastorno de personalidad esquizoide

El tratamiento puede ser complejo, debido a que las personas con trastorno esquizoide de la personalidad rara vez buscan ayuda por iniciativa propia. Esto puesto que no suelen notar que sus características afecten en su vida y establecer una relación cooperativa resulta difícil por su frialdad y distancia.
Pese a que se dispone de poca información sobre el efecto de la psicoterapia o la terapia farmacológica en el trastorno de personalidad esquizoide, la psicoterapia individual puede ser útil si el paciente se compromete. En este caso, se trabajarían principalmente aspectos como el desarrollo de habilidades sociales y el reconocimiento de emociones.

Asimismo, el uso de medicación (como antidepresivos o antipsicóticos de segunda generación) puede considerarse si hay síntomas comórbidos como depresión o ansiedad.

Conclusiones

El trastorno esquizoide de la personalidad se caracteriza por la preferencia de actividades solitarias, poco interés por la interacción (sexual o afectiva), autonomía, coherencia con su pensamiento y expresividad distanciante.

Las causas pueden remitirse a los genes y a las experiencias de apego evitativo durante la infancia, que puede contribuir al desarrollo de este trastorno. Esto conduce a que puedan evitar interacciones socioemocionales y experiencias negativas adicionales, pero que gradualmente sentirán vergüenza y frustración por su falta de desarrollo socioemocional.

Asimismo, se debe diferenciar los trastornos de personalidad esquizoide y esquizotípica y el trastorno psicótico de la esquizofrenia.

El tratamiento resulta complejo debido a que las personas esquizoides mantienen un trato distante o incluso no refieren incomodidad con su estilo de vida. Sin embargo, la intervención terapéutica puede ser de utilidad para el desarrollo de habilidades sociales y el reconocimiento de emociones, para lograr una mejora en la calidad de vida.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Las personas esquizoides sufren por estar solas?
    En general, no sufren por la soledad. Suelen preferir la vida solitaria, disfrutar de actividades individuales y no sienten la necesidad de relaciones íntimas o sociales.
  • ¿Pueden trabajar o llevar una vida normal?
    Sí. Muchas personas con rasgos esquizoides pueden funcionar laboralmente, sobre todo en trabajos que permiten autonomía.
  • ¿Es lo mismo que el trastorno de personalidad evitativo?
    No, aunque ambos pueden parecer similares porque implican aislamiento social. La persona con trastorno esquizoide evita el contacto social porque no le interesa; prefiere la soledad y no desea relaciones estrechas. En cambio, la persona con trastorno evitativo sí quiere relacionarse, pero lo evita por miedo intenso al rechazo, la crítica o la humillación.

Referencias

Llopis Giménez, C., Hernández Mancha, I., & Rodríguez García, MI. (2017). Rasgos de personalidad desadaptativos y trastornos de la personalidad en mujeres que denuncian a sus parejas. A propósito de un caso. Cuadernos de Medicina Forense23(3-4), 92-99. Epub 21 de septiembre de 2020. Recuperado en 23 de abril de 2025.

Martens, Willem HJ. (2010). Trastorno esquizoide de la personalidad vinculado a una soledad insoportable e ineludible. The European Journal of Psychiatry , 24 (1), 38-45. Recuperado el 23 de abril de 2025.

MSD Manual. (s.f.). Trastorno de personalidad esquizoide. MSD Manual – Versión para público general. Recuperado el 23 de abril de 2025.

Penado, M. & González, D. El trastorno esquizoide de la personalidad en la jurisprudencia penal del Tribunal Supremo español. Anuario de Psicología Jurídica, vol. 25, 2015, pp. 81-85.

Trastorno de la Personalidad por Evitación (TPE): Entre el miedo al rechazo y la necesidad de conexión

Trastorno de la Personalidad por Evitación
Trastorno de la Personalidad por Evitación
Trastorno de la Personalidad por Evitación

El Trastorno de la Personalidad por Evitación (TPE) es una afección mental que se caracteriza por rehuir situaciones sociales o interacciones que impliquen un riesgo de rechazo, crítica o humillación.

Conlleva un patrón de inhibición social, sentimientos de inferioridad y una alta sensibilidad a la posible evaluación negativa. Por lo que las personas llegan a desarrollar conductas evitativas que interfieren significativamente con su funcionamiento personal, laboral y afectivo.

¿Qué es un Trastorno de la Personalidad por Evitación?

El Trastorno de la Personalidad Evitativa describe un patrón generalizado de inhibición social, extrema sensibilidad al rechazo y sentimientos de inferioridad, pero con un fuerte deseo subyacente de compañía.

Las personas con TPE tienden a evitar situaciones sociales y a no implicarse en actividades que puedan exponerlas a la crítica o al rechazo.

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Características del Trastorno de la Personalidad por Evitación

La personalidad evitativa mantiene un temor a ser juzgada o rechazada, por la autopercepción negativa y baja autoestima, que la conduce a evadir las interacciones.

Entre los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR), se incluyen:

  • Evitación de actividades laborales por miedo a la crítica, la desaprobación o el rechazo.
  • Poca disposición a involucrarse con personas a menos que esté seguro de que va a agradarles.
  • Preocupación por ser criticado o rechazado, con sentimientos de inferioridad o ineptitud.
  • Retraimiento en relaciones íntimas por miedo a ser avergonzado o ridiculizado.
  • Se muestra reacio a asumir riesgos personales o a participar en nuevas actividades por miedo a sentirse avergonzado.

A diferencia de la timidez, en el Trastorno de la Personalidad por Evitación, lo que experimentan estas personas, son conductas evitativas rígidas y persistentes.

De igual manera, presentan el deseo de relacionarse, pero evitan hacerlo por inseguridad. Esto los conduce al aislamiento social y emocional.

Causas y factores de riesgo del TPE

Los estudios sugieren que el Trastorno de la Personalidad por Evitación cuenta con una etiología basada en experiencias de rechazo, bullying o marginación durante la infancia.

Pese a que se han identificado factores genéticos, ambientales y temperamentales, los rasgos innatos de ansiedad social y evitación pueden contribuir al Trastorno de Personalidad por Evitación.

Asimismo, situaciones tempranas de rechazo, contribuyen a un esquema cognitivo negativo del Yo. Esto conduce al desarrollo de conductas evitativas, a manera de mecanismos de defensa frente al miedo al fracaso social. Y estas situaciones sociales se detectan a partir de los 2 años. (Zimmerman, 2023).

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Trastorno de la Personalidad por Evitación y apego

Desde la perspectiva de la teoría de las relaciones objetales, las conductas evitativas pueden entenderse como resultado de problemas de apego durante la infancia, que dan lugar a un miedo intenso a la intimidad. 
Las interacciones tempranas con un cuidador pueden contribuir al desarrollo del TPE. El trauma y la negligencia experimentados a una edad temprana pueden generar miedo a la intimidad y la confianza, lo que a su vez genera un estado de hipervigilancia.

Impacto del TPE

Las personas que padecen Trastorno de la Personalidad por Evitación pueden llegar a evitar oportunidades laborales, educativas o sociales debido a su profunda inseguridad y temor a la evaluación negativa. Esto fortalece el aislamiento y per sé, refuerza la evitación.

Por ello, la conducta evitativa se convierte en un patrón aprendido que mantiene la ansiedad. Lo cual, a su vez, interfiere en las habilidades sociales y refuerza las creencias disfuncionales sobre el rechazo y el fracaso. De modo tal que, el Trastorno de la Personalidad por Evitación suele coexistir con otros trastornos, como el trastorno de ansiedad social, la depresión mayor y los trastornos de ansiedad generalizada.

Tratamiento y abordaje terapéutico

El TPE se trata con psicoterapia. Investigaciones afirman que la intervención con terapia cognitivo-conductual (TCC) muestra resultados satisfactorios. Las terapias centradas en habilidades sociales, la exposición gradual y la psicoterapia psicodinámica, resultan especialmente útiles en el abordaje.

De igual manera, la intervención farmacológica puede resultar relevante. No obstante, el desarrollo de habilidades de afrontamiento, el trabajo con la autoestima y la reestructuración de los esquemas cognitivos de rechazo, son pilares centrales del trabajo con personas con Trastorno de la Personalidad por Evitación.

Conclusiones

El Trastorno de la Personalidad por Evitación o Trastorno de Personalidad Evitativa (TPE) es un trastorno complejo que afecta negativamente el funcionamiento social y laboral de quien lo padece. Se caracteriza principalmente por el temor al rechazo y al juicio social.

Si bien las experiencias infantiles de rechazo cobran peso para el diagnóstico, las causas son multifactoriales.

Para tratar el TPE, es preciso contar con una perspectiva integradora y compasiva, comprendiendo que subyacen mecanismos de protección frente al dolor emocional.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Qué es el Trastorno de la Personalidad por Evitación (TPE)?
    Es un trastorno de la personalidad caracterizado por una fuerte inhibición social, baja autoestima y un temor extremo al rechazo. Las personas con TPE evitan situaciones sociales por miedo a ser criticadas, humilladas o no aceptadas.
  • ¿Es lo mismo el TPE que la timidez?
    No. La timidez es una característica de personalidad que no necesariamente interfiere con el funcionamiento diario. En cambio, el TPE es más severo y persistente, afectando significativamente la vida personal, social y laboral.
  • ¿Es lo mismo el Trastorno de la Personalidad por Evitación que el Trastorno de ansiedad social?
    No, aunque comparten rasgos. El trastorno de ansiedad social se centra en el miedo a actuar de forma vergonzosa en público. En cambio, el Trastorno de la Personalidad por Evitación es un patrón más generalizado de evitación que afecta la identidad y las relaciones profundas.

Referencias

MedlinePlus. (2024). Trastorno de personalidad por evitación. Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.

Torrico, T. J., & Sapra, A. (2024). Trastorno de personalidad por evitación. StatPearls.​

Zimmernman, M (2023). Trastorno de la personalidad evitativa (por evitación). MSD Manual Profesional.

Miedo al abandono: Comprendiendo el trauma detrás

Miedo al abandono
Miedo al abandono
Miedo al abandono

El miedo al abandono es una herida emocional fundada en el temor profundo, muchas veces inconsciente, de ser rechazado, excluido o abandonado por personas significativas. Afecta a las relaciones interpersonales, las decisiones y la percepción del mundo.

El miedo al abandono es un problema psicológico común en la actualidad y puede enraizarse en experiencias pasadas traumáticas de separación o negligencia durante los primeros años de vida.

A continuación, se explorarán aspectos relevantes sobre el miedo al abandono.

¿Qué es el miedo al abandono?

Aunque el miedo al abandono no es un diagnóstico clínico específico, hace referencia a la respuesta emocional intensa ante la posibilidad (real o imaginaria) de perder a alguien importante. Puede surgir en relaciones de pareja, vínculos familiares o amistades.

Conlleva pensamientos intrusivos como “¿Y si me dejan?”, “¿Qué pasa si pierdo a esta persona?”.

Conlleva el miedo profundo a que las personas significativas se alejen o rechacen a quien teme, y puede influir negativamente en las relaciones afectivas.

Este temor está relacionado con experiencias de trauma, negligencia emocional y problemas de apego inseguro que pueden repercutir en trastornos como el de Ansiedad por Separación o el Trastorno Límite de la Personalidad.

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Heridas de abandono

La causa más común del miedo al abandono es un abandono previo. Ya sea por elección o por pérdida (fallecimiento, negligencia, divorcio, etc.).

Esto usualmente se engendra desde experiencias infantiles, como situaciones de muerte o separación de los cuidadores. Así como vivencias de desatención, rechazo o abandono emocional o físico por una figura significativa. Asimismo, niños que han vivido situaciones caóticas, como desastres naturales, guerras y abuso pueden sufrir traumas que tengan impacto en su vida adulta, incluyendo el miedo al abandono.

Miedo al abandono como herida infantil

El abandono no debe ser necesariamente evidente o físico, sino que la falta de atención, la negligencia o el distanciamiento constante de los cuidadores, también puede generar heridas infantiles.

Esto ocurre cuando el niño en situaciones adversas experimenta que los cuidadores no son confiables para satisfacer sus necesidades o no estarán disponibles emocionalmente. Por ello, tiende a generar desconfianza, sentimiento de insuficiencia y creencias de no ser dignos de amor y cuidado. Estas sensaciones y creencias afectan la autoestima, la seguridad emocional y la forma en que se construyen las relaciones futuras.

Manifestaciones del miedo al abandono

Pueden producirse diversas manifestaciones del miedo al abandono; entre las más frecuentes encontramos las siguientes:

  • Baja autoestima.
  • Necesidad de aprobación constante.
  • Hipersensibilidad al rechazo.
  • Ansiedad intensa ante discusiones pequeñas, separaciones temporales o cunado no obtiene respuesta.
  • Pensamientos catastróficos.
  • Sentimientos irreales de abandono.
  • Dependencia emocional.
  • Celos y necesidad de control.
  • Dificultad para estar solo.
  • Complacencia (las necesidades del otro por encima de las propias).
  • Autosabotaje.
  • En ocasiones:
    • Chantaje emocional
    • Relaciones inestables
    • Problemas para dormir y pesadillas

Muchas de estas conductas son mecanismos de defensa que permiten evitar el dolor asociado con el abandono real o imaginado. Por ello, la persona que siente ese miedo al abandono, en ocasiones no sabe si actúa por amor, dependencia o por miedo a estar sola.

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Estrategias para trabajar el miedo al abandono

Podemos mencionar las siguientes:

  • Reconocimiento el origen del miedo: Probablemente desde anteriores situaciones y no desde el presente.
  • Consciencia emocional: Identificar las emociones y con ellas los patrones de conducta para tener un mejor manejo.
  •  Escritura emocional: Llevar un diario sobre las emociones cuando, especialmente por inseguridad o miedo.
  • Establecer límites y autonomía: Los límites inician con uno mismo. Aprender a fortalecer la independencia con pequeñas metas (un fin de semana para mí solo).
  • Mindfulness o meditación: Para calmar la ansiedad cuando se siente que “algo va mal”.
  • Autocompasión: Es importante aprender a tratarse con tolerancia, respeto y cariño.
  • Fortalecer la autoestima: Conocer tu valor, independientemente de si otros están o no. Es decir, volcar el foco a uno mismo.
  • Terapia psicológica: Para cuestionar los pensamientos irracionales, explorar creencias más profundas sobre el abandono, el rechazo, y cómo se originaron en la infancia. Así como el aprendizaje de las primeras maneras de relacionarnos, con la importancia del vínculo emocional.

Conclusiones

El miedo al abandono, surge como herida ante situaciones anteriores de rechazo o abandono, principalmente en la infancia, por la teoría del Apego de Bowlby. Esto afecta directamente a la autoestima, la confianza y a las relaciones interpersonales.

Con introspección y trabajo, es posible manejar este temor y mejorar las relaciones interpersonales a pesar de sentir miedo al abandono. Este cambio es un proceso que requiere paciencia, compromiso y perseverancia generando beneficios a largo plazo para el bienestar emocional y psicológico.

La superación del miedo al abandono permite lograr una vida emocional más saludable y relaciones más enriquecedoras y estables.

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Referencias

¿Cómo se manifiesta miedo al abandono? (2017). ACNUR Comité español.

Rull Á. 2023. Miedo al abandono: síntomas y cómo sanar la herida emocional. El Periódico

Rocha Narváez, Brenda Liz, Umbarila Castiblanco, Jaqueline, Meza Valencia, Magda, & Riveros, Fabián Andrés. (2019). Estilos de apego parental y dependencia emocional en las relaciones románticas de una muestra de jóvenes universitarios en Colombia. Diversitas: Perspectivas en Psicología15(2), 285-299. Epub July 01, 2019.https://doi.org/10.15332/22563067.5065

¿Relajar la mente? 11 técnicas efectivas para no pensar en exceso

¿Relajar la mente?
¿Relajar la mente?
¿Relajar la mente?

El hecho de relajar la mente puede verse obstaculizado por el ruido mental. Referente a la actividad constante y caótica de pensamientos, que dificulta estar en paz, concentrarse o simplemente descansar.

La mente humana está diseñada para pensar, sin embargo, sí es posible modificar la conciencia y experimentar el silencio mental, a manera de gestionar los pensamientos, relajar la mente y “no pensar en nada”. Es decir, reducir la intensidad de los pensamientos y aprender a relacionarse con ellos de manera saludable.

¿Qué significa “relajar la mente”?

Relajar la mente no significa dejar de pensar, sino salir del modo mental de lucha, alerta o preocupación constante. La relajación permite que los pensamientos fluyan y que el cuerpo se sienta en calma.

Relajar la mente puede ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad, la depresión y los problemas de sueño. Este proceso, involucra a su vez la tranquilidad del cuerpo, como cuando los músculos se distensionan y están más flexibles.

De este modo, la relajación favorece la reducción de la actividad simpática del sistema neurovegetativo (estrés), de la tensión muscular o del estado de alerta general del organismo. Lo que significa que facilita el aumento de la regulación emocional y activa el sistema parasimpático, encargado del descanso y la digestión.

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Conexión Mente-Cuerpo

Para comprender el funcionamiento del sistema interno, debemos pensar en una conexión de:

Emoción – Pensamiento – Cuerpo
La emoción se siente afectivamente. El pensamiento mentalmente. Y el cuerpo de sensorialmente.

Todo esto se percibe y forma la interpretación. Por lo que, podrías imaginar tener una caja donde estos componentes deberían estar repartidos de manera igualitaria, para mantener un buen equilibrio. Sin embargo, a veces, uno de ellos abarca más espacio, y debemos tratar de brindar el acceso de manera ecuánime a los tres componentes. Ello facilita el equilibrio que favorece la paz y claridad, y permite relajar la mente.

Técnicas para relajar la mente y eliminar los pensamientos obsesivos

La “rumiación” es un fenómeno o defensa psíquica que sostiene un pensamiento en bucle. Sin embargo, se trata de no resistirse al pensamiento, sino observarlo y dejarlo ir. Es decir que, “mientras más intentas no pensar en algo, más se intensifica por el efecto rebote”. Para ello, resulta útil:

  1. Respiración consciente: La respiración siempre será una manera útil de conectar mente y cuerpo, para estar presentes y reducir la intensidad de los pensamientos.
  2. Mindfulness guiado: Reduce la actividad en la red neuronal, que está asociada al pensamiento repetitivo y a la “rumiación”.
  3. Realidad de pensamiento: Consiste en observar los pensamientos como productos de la mente, no como verdades. Un ejercicio clásico es decirse a uno mismo: “Estoy teniendo el pensamiento de que…” para tomar distancia.
  4. Visualización: Imagina un lugar calmo, siente cómo te conectas con él, lo que ves, escuchas, hueles, y todo lo que percibe tu cuerpo de manera agradable incluyendo emociones.
  5. Meditación en movimiento: Mindfulness con movimiento consciente. Permite que el cuerpo se mueva mientras la mente se calma, caminando lentamente y prestando atención al movimiento de los pies, el equilibrio y la respiración (muy utilizada en retiros Vipassana y danza movimiento-terapia).
  6. Escritura expresiva: Escribir los pensamientos libremente en papel puede ayudar a “exteriorizarlos” de la mente. Antes de dormir, se escribe todo lo que se piensa, durante aproximadamente diez minutos. Luego se rompe, quema o guarda la hoja.
  7. No pelear contra los pensamientos: No tratar de eliminarlos, luchar o resistirse, sólo aceptar su presencia sin aferrarse a él. Cuando se intenta suprimir un pensamiento, tiende a aparecer con más fuerza.
    “Piensa en un elefante que no sea blanco”.
  8. Observación sin juicio: Observar como espectador, no como algo personal.
    “Nada más estoy pensando en…”
  9. Reestructuración cognitiva: Identificar pensamientos distorsionados y cuestionarlos racionalmente.
     “Todo va a salir mal” à “No tengo evidencia de eso. También puede salir bien.”
  10. De-fusión cognitiva: Observar los pensamientos como productos de la mente, no como verdades y tomar distancia.
    “Soy un fracaso” à “Estoy teniendo el pensamiento de que soy un fracaso”.
  11. Entrenamiento en atención plena (mindfulness): Anclar la atención en el momento presente (sensaciones, respiración, sonidos), reduce significativamente la rumiación mental, la ansiedad y la depresión. Asimismo, puede incluirse de manera efectiva el Entrenamiento autógeno de Schultz.

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Técnicas para relajar la mente y el cuerpo

  • Baños de agua tibia
  • Música agradable
  • Yoga
  • Ejercicio físico moderado
  • Desconexión digital
  • Relajación muscular progresiva
  • Caminatas o actividades agradables
  • Masajes
  • Beber algo caliente o tibio, sin alcohol ni cafeína.
    Tu mente también necesita descanso. Permítele desconectarse.

Conclusiones

Relajar la mente y “no pensar” no se trata de forzar el silencio mental, sino cambiar la forma de gestionar los pensamientos.  Incluye la práctica de técnicas de relajación. Esto permite el bienestar con la interacción de los pensamientos, el cuerpo y las emociones de manera consciente.

No hace falta dejar de pensar, ni “apagar la mente”, sino se trata de gestionarlos, es decir, aceptar los pensamientos y brindarles espacio sin que se apoderen de uno.

Las técnicas como la respiración diafragmática, observar sin juicios ni lucha, mindfulness y el Entrenamiento Autógeno de Schultz, permiten el bienestar. Asimismo, con práctica, es posible vivir con mayor conexión, calma y claridad.

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Pk BC. (s.f.). Manejo del estrés: Relajando su mente y cuerpo. Recuperado el 15 de abril de 2025, de https://www.healthlinkbc.ca/healthwise/stress-management-relaxing-your-mind-and-body

López, R. (1996). La relajación como una de las estrategias psicológicas de intervención más utilizadas en la práctica clínica actual: Parte II. Revista Cubana de Medicina General Integral12(4), 375-380. Recuperado en 15 de abril de 2025, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21251996000400008&lng=es&tlng=es.