Meditación guiada para la ansiedad: encuentra la calma en tu mente

Meditación guiada para la ansiedad
Meditación guiada para la ansiedad
Meditación guiada para la ansiedad

La meditación guiada para la ansiedad es una de las herramientas más increíbles para los nuevos tiempos cuando de trabajar alrededor de la ansiedad se trata. Es, sin duda alguna, una opción más que factible para muchas personas con un diagnóstico de ansiedad, el poder tener un espacio para la introspección, un sitio tranquilo y en calma para descansar. La meditación guiada es también una práctica muy juzgada, pero que incluso sin experiencia previa puede ser una gran ayuda y empuje para manejar la ansiedad.

¿Qué es la meditación?

Desarrollada desde tradiciones espirituales y religiosas de la zona de Asia, la meditación a día de hoy se ha extendido a través del mundo entero como una práctica mental y física do

Donde el objetivo es centrar la atención, el pensamiento, en el mundo interno de uno, con la intención de eliminar o bajar el nivel del flujo de pensamientos, naturalmente confusos. Se busca la relajación, al fin y al cabo, reducir niveles de estrés y de distracción por el pro del bienestar general.

La meditación, en términos simples, puede ser realizada en solitario y sin ningún tipo de guía externa, la única guía es la persona, que decide cómo y qué ritmo llevar y en qué enfocarse, y muchas veces requerirá de experiencia previa para no perder el foco.

¿Dónde se origina la meditación?

La meditación, por su cuenta nace del hinduismo y del budismo, dos corrientes religiosas y espirituales que hacen foco en la unión de la mente y el cuerpo y su perfecto equilibrio. Y es que gracias a su filosofía, se ha construido la meditación como una disciplina espiritual que el propio budismo ve como una herramienta para alcanzar la liberación del sufrimiento.

Por lo que su expansión ha sido gracias a la compatibilidad de su objetivo, con la filosofía de otras corrientes espirituales como el taoísmo, y se ha practicado durante años mediante distintas variantes y nombres, en diversas culturas y con distintos enfoques, pero siempre bajo el mismo objetivo: para sanar.

Y es que hasta cierto punto, algunas personas suelen comparar el objetivo de la meditación con prácticas más occidentales como la oración. Y aquí, aunque no hay un concepto con el que se pueda definir como una realidad o no, es cierto que en la actualidad la meditación ha tomado un papel fundamental en occidente y el resto del mundo como herramienta psicológica, en especial con enfoques como el mindfulness, enfocado a, como en un inicio: el bienestar y equilibrio entre mente y cuerpo.

¿Y qué es la meditación guiada para la ansiedad?

La meditación guiada es un tipo específico de meditación en el que, en lugar de realizarla por cuenta propia, una voz externa guía el proceso en todo momento, con instrucciones precisas de cómo realizar ésta actividad. Tanto en cómo iniciar, como llegar hasta esa idea de pensamientos, etc., todo lo que pueda facilitar el proceso de meditación para aquel que lo practica; la guía puede venir de cualquier persona preparada para ello, que puede ser un terapeuta o un instructor de meditación (como lo son instructores de yoga, por ejemplo), o tan simple como una grabación previamente hecha.

Hay distintas formas de realizar una meditación guiada para la ansiedad, con ejercicios, respiración guiada, afirmaciones y ejercicios de respiración para ayudar al cerebro a despachar aquellos pensamientos que causan inquietud. El hecho de ser guiada, además, da un factor de peso en su implementación: el tener una voz en la que enfocarse, ayuda a no desviarse del enfoque de la meditación, es también una especie de ancla para el cerebro.

¿De qué sirve la meditación guiada para la ansiedad?

  • Ayuda a interrumpir y a controlar el ritmo de pensamientos: gracias a tener el enfoque en la voz que te guía a través del proceso, debido a que a nivel cognitivo permite enfocarse en el presente, y no tomar aquellos pensamientos negativos y rumiantes.
  • Beneficios fisiológicos: gracias a que activa el sistema nervioso parasimpático, lo que permite que el cuerpo pueda tener reacciones tales como relajación muscular, calma mental, bajada del ritmo cardiaco (increíble para la ansiedad y los momentos ansiosos), y ayuda al ritmo de la respiración.
  • Sensación de acompañamiento: se ha demostrado que algo que influye a la hora de negarse a la meditación, es la soledad que se puede experimentar, sin embargo la meditación guiada para la ansiedad tiene un factor de acompañamiento que, en un estado vulnerable, se agradece por el bienestar emocional que brinda.

Tipos de meditación guiada para la ansiedad y cómo hacerla

Como el enfoque de la meditación guiada es seguir las instrucciones de la voz, no sería del todo posible armar aquí y ahora una guía perfecta para seguir en casa. Pero lo que sí podemos hacer en este artículo, es entender unos cuantos enfoques que pueden ayudarnos a encontrar nuestro tipo de meditación y así, practicarlo desde la comodidad.

  • Ejercicios de respiración conscientes

Para cualquier meditación guiada para la ansiedad, la respiración es vital, y su control será necesario si queremos que la práctica sea exitosa. Por lo que el terapeuta o instructor lo primero que hará será enseñar maneras factibles de inhalar y exhalar para conseguir ese estado de calma que se busca.

Enfocarse en la respiración diafragmática es una excelente idea en éstos casos, y si no tienes idea de cómo funciona ¡tranquilo! aquí tienes una fácil guía. Una buena idea es tomar ejercicios de vocalización, guías para cantantes o actores de doblaje, quienes tienen un excelente control de la respiración diafragmática y será de gran ayuda para la meditación guiada para la ansiedad.

  • Relajación progresiva de Jacobson

No se suele catalogar como meditación guiada para la ansiedad, sin embargo es un ejercicio de relajación guiada, perfecta para rebajar los niveles ansiosos cuando se presentan, donde el terapeuta en cuestión comenzará con enseñar algún método de respiración, normalmente diafragmática, que te acompañará a través del proceso. Acto seguido, procederá a pedir de forma amable que tenses ciertos músculos específicos, y luego que los relajes, y así con el resto de tu cuerpo hasta que el proceso esté terminado. Si bien es una actividad que puede realizarse sola, tener una guía es fundamental para su correcta implementación.

Este tipo de ejercicios y parecidos donde su enfoque está en centrar la atención en el cuerpo y sus partes, suele ser llamada meditación de escaneo corporal.

  • Meditación de visualización

Seguramente alguna vez has intentado la meditación y habrás pensado “esto es imposible, no puedo dejar la mente en blanco” ¡Y es que ese es el error! Meditar no se trata de despejar la mente, sino de focalizar los pensamientos. Y una gran técnica para esto a la hora de usar la meditación guiada para la ansiedad, es utilizar la imaginación para la visualización.

Es muy sencillo: la voz guia estará ahí para llevarte a través de un proceso de imágenes, quizás imaginando algún paisaje, un entorno detallado en el que puedas enfocarte, es una compañía a través de un viaje mental, y es mucho más fácil de sostener que solo “dejar la mente en blanco”

Te compartimos a continuación una serie de videos de YouTube de meditaciones guiadas que pueden serte de ayuda:

5 minutos mágicos para Calmar el Sistema Nervioso – Meditación Guiada

Meditación Guiada para CALMAR LA MENTE en momentos difíciles- Reduce ESTRÉS & ANSIEDAD en 10 minutos

RELAJACIÓN PROGRESIVA de Jacobson | Relajación muscular 10 minutos

Meditación para principiantes (12 minutos)

Meditación guiada para controlar tu ANSIEDAD rápidamente

Conclusión

Aunque la meditación guiada para la ansiedad es una excelente herramienta y una increíble opción para la ansiedad, hay que recordar que no se trata de una cura mágica. Es un empujón más al proceso terapéutico cuando de ansiedad hablamos, que puede ayudarnos a avanzar en la mejora de los síntomas de la ansiedad y todos los problemas que ésta involucra. Sin embargo, no basta con solo hacerlo una o dos veces, sino de repetirlo de forma constante para poder empezar a ver la mejoría.

Si aún no sabes cómo, en Mente Sana psicología estamos para ayudarte y con nuestros terapeutas preparados en meditación guiada para la ansiedad, así que no dudes en agendar tu primera cita gratuita con nosotros.

Referencia bibliográfica

Fernández, K., Kühn, J., López, C., Moraga, M., Ortega, P., & Morrison, R. (2019). Meditación: análisis crítico de la experiencia de jóvenes universitarios en su vida cotidiana y salud. Cadernos Brasileiros de Terapia Ocupacional, 27(4), 765-775.

Vásquez-Dextre, Edgar R. (2016). Mindfulness: Conceptos generales, psicoterapia y aplicaciones clínicas. Revista de Neuro-Psiquiatría79(1), 42-51.

El sarcasmo: el truco de la lengua de plata

El sarcasmo
El sarcasmo
El sarcasmo

El sarcasmo es visto de muchas maneras por parte de todos, algunos lo ven como una increíble forma de interacción, otros como un problema que siempre hay que tener en consideración y para otros, es un mecanismo de defensa ante las adversidades de la vida. Tiene tantas variables de por medio, que como forma de comunicación o recurso de la misma nunca será la opción más recomendable, y es que el sarcasmo en realidad es un reflejo de muchas circunstancias internas, y desde la psicología, es como un libro abierto para las personas.

¿Qué es el sarcasmo?

A estas alturas ¿Quién no lo ha usado aunque sea una sola vez? ¿Quién no ha dicho algún comentario sarcástico en una conversación? quizás no comprendamos el significado real, pero me atrevo a decir que casi todo el mundo ha utilizado, al menos un par de veces, el sarcasmo en una conversación. Moliner definió el sarcasmo en su momento como una burla o ironía que se utiliza para insultar, despreciar, humillar o ridiculizar cruelmente a alguien, y es que puede que no se use con esa intención, pero el factor irónico detrás de ella puede acarrear conflictos inesperados.

El sarcasmo se basa en la mera ironía, es la mejor forma que se puede utilizar para describirlo, burlarse, de forma irónica, de algo mediante un comentario, dónde se expresa algo totalmente distinto a lo que se está diciendo en realidad, con un tipo de entonación que deja en claro el verdadero mensaje.

Normalmente, el sarcasmo es sencillo de entender debido a su tono implícito, a la propia entonación, sin embargo hay personas a las que les es más complicado comprenderlo y detectarlo. Se reconoce que la habilidad para un lenguaje más sarcástico está ligada a la empatía cognitiva, es decir: poder entender y comprender lo que otros dicen o sienten.

¿De qué nos sirve el sarcasmo y para qué lo usamos?

La pregunta clave, y la que muchos tienden a hacerse cuando el sarcasmo es usado con vehemencia por muchos y poco entendido por otros, y es ¿de qué nos sirve? ¿por qué lo usamos?

Es una herramienta humorística, vamos a empezar por lo más sencillo. La ironía que representa su uso es una increíble herramienta de humor que muchas personas adoran utilizar no por maldad, sino por simple entretenimiento; aunque reconozcamos que el sarcasmo lleva consigo la burla, no todo sarcasmo (y no todas las personas) lo utilizan para insultar o hacer mal, sino sencillamente para aportar un poco de picante, emoción y risas a las conversaciones cuando todos están en la misma sintonía.

Pero existen otras razones para usarlo, que podemos separar en:

  • Desconexión: porque a la hora de utilizarlo para decir lo contrario, puede dar esa falsa sensación de desconexión emocional al enfrentarnos a situaciones complejas, lo que comúnmente podríamos conocer cómo “hablar de forma pasiva agresiva”. Al fin y al cabo, yo jamás dije eso ¿Cómo podrían acusarme? Aunque la intención haya sido otra.
  • Control: Comúnmente, muchas personas utilizan el sarcasmo como una demostración de inteligencia y de superioridad, debido a su carácter irónico y burlón, es cierto que se necesita de una muy decente agilidad mental para que aquellas intervenciones sean agudas y excepcionales, y algunas personas se aprovechan de esto para utilizarlo como una herramienta de dominio o superioridad.
  • Mecanismo de defensa: como dicen coloquialmente “entre broma y broma, la verdad se asoma”, y es que el uso del sarcasmo para protegerse de la realidad ha sido uno de sus usos más conocidos, ya que en lugar de expresar las situaciones y sentimientos tal cual son en realidad, es mucho más sencillo revestirlo con humor para no enfrentarlo, así no nos quedamos expuestos y vulnerables.

¿Somos capaces de usar solo una de estas razones? No necesariamente, como seres humanos es común y normal el uso de distintas herramientas de forma inconsciente, y el sarcasmo es una de las que más utilizamos en el día a día.

¿Por qué puede llegar a ser un peligro para nuestras interacciones?

Solo necesitamos señalar su carácter irónico y burlón, y conocer, además, las razones de su uso. Cuando un comentario sarcástico es dicho con saña, con intención de burla real, de humillación y de prepotencia, es usado para herir, por ello se le suele conocer como “personas con lengua de plata”, debido a lo filoso que pueden ser sus comentarios y por ende, lo difícil que puede ser digerirlos.

Cuando el sarcasmo es lo único que se conoce en la relación (amigos, familia, amores), se vuelve un patrón insano que puede generar conflictos. Genera, en la otra persona, sentimientos de humillación y ridiculización. No es lo mismo utilizarlo como recurso humorístico en una conversación donde todos lo han entendido, a utilizarlo como un ataque.

Al final de cuentas, también es un mecanismo utilizado como autodestrucción cuando la salud mental pende de un hilo. Por ello, es importante reconocer que el uso del sarcasmo puede ser perjudicial según el caso.

¿Puedo aprender a utilizarlo de forma no tóxica?

¡Claro que sí! El sarcasmo no es más que otra de las tantas herramientas lingüísticas con las que contamos en nuestra vida, muchas veces lo que necesitamos es aprender a purgar la negatividad y la burla que viene detrás, en especial si somos conscientes que la usamos para herir. No es más que una barrera para la comunicación, y en realidad es muy fácil identificarlo para que, tras mucho trabajo personal y terapéutico, se pueda lograr una autenticidad a la hora de las interacciones sociales.

Conclusión

¿Qué es el sarcasmo para tí, al fin y al cabo? ¿Es humor? ¿Es una herramienta? ¿Es un arma afilada que usas para protegerte? ¿o es algo a lo que jamás te has parado a preguntarte para qué está en tu vida? No te confundas, el sarcasmo no es bueno ni malo por su propia cuenta, pero puede ser usado de forma errónea y malintencionada, o incluso sin quererlo para herir a otros o a nosotros mismos. Ciertamente, es una herramienta interesante, pero ¿Qué ocurre cuando es nuestra única forma de comunicación?

Trae problemas y complicaciones, por lo que si deseas trabajar en ello, Mente Sana psicología es el lugar ideal para ti. No dudes en agendar tu primera cita gratuita, y embárcate en un camino de autoconocimiento.

Referencias bibliográficas

Cabedo Nebot, Adrián. (2009). Análisis y revisión del sarcasmo y la lítote: propuesta desde la Teoría de la Relevancia. Boletín de filología, 44(2), 11-38.

Casas Navarro, Raymundo. (2022). La topografía del sarcasmo: un enfoque cognitivo1. Lengua y Sociedad, 21(2), 401-416. Epub 05 de diciembre de 2022.

Conflicto entre familias: heridas que no se ven

Conflicto entre familias
Conflicto entre familias
Conflicto entre familias

El conflicto entre familias es sin duda alguna una realidad para muchos. Ya que conocemos a las familias como un lugar seguro, el refugio favorito de muchos donde solo existe comprensión, apoyo y amor incondicional. Al fin y al cabo, las familias, como uno de los vínculos más importantes de las personas, es evidente que es el sitio al que cualquiera se acercaría con la plena intención de refugiarse ante situaciones problemáticas, sin embargo y lamentablemente, esto es una utopía para muchos, puesto que para una gran cantidad de personas, éste lugar no es más que un espacio de tensión y dolores. El conflicto entre familias es una lamentable realidad que desestabiliza gracias a sus consecuencias, que, además, son invisibles.

¿Qué es un conflicto entre familias?

También llamado conflicto familiar, es una situación de problemáticas y desacuerdos que ocurren dentro del núcleo familiar. Con base en la teoría del conflicto, podemos entender el conflicto entre familias como una ruptura o dificultad en la comunicación, en roles, o incluso problemáticas igual de preocupantes pero más agresivas como discusiones o peleas. Está fuertemente marcado por el desacuerdo, en términos generales, y puede venir por situaciones internas de la familia, como de situaciones externas, ambas causando de igual modo conflictos entre familias y sus vínculos, que pueden ser:

  • Entre padres e hijos;
  • Entre hermanos;
  • Entre más familiares, incluso aquellos vinculados no por sangre, sino por el lado político de la familia.

En términos sencillos: el conflicto entre familias se refiere a los desacuerdos que ocurren dentro del núcleo familiar, entre los vínculos formados.

¿Por qué ocurren los conflictos familiares?

Ocurre que de forma común, conocemos el conflicto entre familias más habituales: padres e hijos, y esto debido a la cantidad de conflictos que pueden nacer dentro de la propia crianza de los más jóvenes de casa. Ser padre no es fácil, y esta es una de las quejas principales de los padres en consulta, y totalmente comprensible ¡nadie tiene un manual de paternidad! por lo que no es de extrañar que sea una de las principales causas de los conflictos entre familias.

Más allá de ello, las principales causas de conflictos entre familias suelen ser externas, como:

  • Comunicación: o mejor dicho, su enorme carencia en gran parte de los modelos familiares.

Es lamentable anunciar que en la actualidad, la comunicación entre familiares es escasa, por no decir nula, debido a la falta de compromiso en tener periodos de conversación genuina y asertiva entre los miembros, que pueden llevar a tener una comunicación disfuncional con gritos, evasión, ley del hielo, manipulación e inclusive familiares que activamente ignoran a sus congéneres.

  • Manejo de límites: La mayoría de las familias NO respetan límites. Es una realidad fácilmente comprobable con solo preguntar a las personas que conocemos a nuestro alrededor.

En esta variable ocurren dos situaciones muy comunes: familiares que no saben cómo poner límites o que no pueden, por lo tanto se genera un conflicto por nunca tener esos límites en claro. Y por otro lado, el conflicto que existe al no respetarlos.

  • Las expectativas: o, mejor llamadas “aquellas no cumplidas”, y éste suele ser presentado por la realidad de aquellos padres o familiares que tienen altas expectativas puestas en sus hijos, por lo tanto resultan en hijos presionados, quemados y estresados por cumplirlas. Del mismo modo puede pasar desde cualquier punto: expectativa de hijos hacia padres, de hermanos hacia sus propios hermanos, o de cualquier miembro de la unidad hacia otros.

Y, por otro lado, la percepción que puede generar en los jóvenes. Tomemos de ejemplo la situación en la que un joven cree fielmente que sus padres esperan grandes cosas de él, y él no se siente capaz de cumplir ese ideal, generando conflictos internos en la familia cuando el tema sale a colación. Sin embargo, la diferencia con la idea anterior es que, a la hora de ver la realidad de la expectativa de los padres, no existe ninguna expectativa. Es decir, solo es percepción.

  • Trauma generacional: Tal cual su nombre lo indica, ocurre cuando se transmite a generaciones siguientes de la familia el resultado emocional de experiencias traumáticas, causando así una serie de patrones comportamentales dentro de la familia que, sin analizarlas, pueden parecer normales.

El asunto, sin embargo, llega en cuanto se internalizan y reflexionan, al descubrir que son comportamientos que generan constante conflicto entre familiares, afectando la propia salud mental y la relación entre los vínculos.

Un ejemplo perfecto de ésta situación puede ser observada en la película de Disney “turning Red”, ya que el conflicto familiar presentado en la película es un trauma generacional, que la joven Mei decide romper y así sanar al resto de las mujeres de su familia.

  • Situaciones familiares jamás resueltas: muertes, enfermedades, o cualquier situación de gran peso emocional que decidió dejarse de lado y jamás hablar. Recordemos algo importante “la conducta evitativa solo arrastra conflicto”, por lo que no es de extrañar que arrastrar situaciones no resueltas puedan generar conflictos entre familiares.

Conflictos entre familiares, su verdadero peso psicológico

Una vez que el hogar deja de ser ese lugar seguro, ese refugio para aquellos que lo necesitan y en su lugar se transforma en un campo minado de guerra, nos enfrentamos a las consecuencias del conflicto entre familias: sus efectos silenciosos, ya que mayormente no se ven, pero se sienten en el mundo interno de las personas. Sus consecuencias son mayormente psicológicas, con un peso mental que afecta el bienestar de los miembros del núcleo familiar, afectando, principalmente, a la autoestima y la confianza en uno mismo.

Las consecuencias pueden ser distintas, como:

  • Trastornos emocionales y psicológicos: como la ansiedad generalizada, la depresión crónica y sus variables.
  • Miedo al abandono: una consecuencia que no es extraña cuando, los principales conflictos entre familias dentro del propio núcleo están basados en el abandono.
  • Dificultades en la formación de vínculos y relaciones sanas: debido a no tener un ejemplo de esa percepción de ‘sano’, se vuelve complicado el desarrollar esos vínculos fuera de la familia.

¿Qué hacer cuando he crecido dentro de conflictos entre familias?

  • Terapia individual, con el objetivo de trabajar en ti y en cómo los diversos conflictos familiares te han afectado de forma personal. El objetivo siempre será avanzar, principalmente tú, antes que enfocarnos en lo externo.
  • Terapia familiar, para comprender las dinámicas y que el terapeuta pueda brindar una guía para la correcta interacción de todos los involucrados.
  • Compromiso para formar una familia sana, se puede lograr sin el apoyo de terapia, sin embargo es necesario del compromiso absoluto, de ser conscientes que se debe dar el brazo a torcer, ser empáticos y poder entender y comprender todas las situaciones vividas.
  • Aceptar aquello que sabemos no cambiará, para que las cosas funcionen debe haber intención de parte de todos, así que su ti, en tus grandes intentos por arreglar, mejorar y avanzar, ves que el resto de los miembros no ponen de su parte, lo ideal es entender que si ellos no desean cambiar, debes marcar el límite. Algunas familias no cambian, lamentablemente, aunque se desee con ahínco, y aceptarlo es doloroso, pero liberador.

Conclusión

Lamentablemente, el conflicto familiar es común, más de lo que uno puede creer. Muchas familias arrastran distintas heridas que jamás se han trabajado, y una de las situaciones más comunes vistas en terapia familiar es cómo la falta de comunicación es el principal problema a tratar, pero no el único. Es importante que como familias aprendamos a trabajar nuestros conflictos, a sanar nuestras heridas.

Si no sabes cómo, y es algo que te preocupa, en Mente Sana psicología estamos aquí para ayudarte, agenda la primera cita completamente gratuita, y permite que te brindemos el apoyo necesario para sanar eso que nos hiere.

Referencias bibliográficas

Cabrera Sánchez, José. (2023). Trauma transgeneracional y posmemoria entre nietos de víctimas de la dictadura chilena. Revista de Estudios Sociales, (84), 59-76. Epub March 17, 2023.

Villalobos Guevara, Ana Marcela. (1999). La problemática de la famila de hoy. Adolescencia y Salud1(1), 80-82

Frases de personas sin empatía: cómo detectarlos

Frases de personas sin empatía

Frases de personas sin empatía
Frases de personas sin empatía

Las frases de personas sin empatía causan grandes heridas en nosotros, conmocionan nuestra vida de formas en las que ni siquiera son necesarias las palabras para explicarlas y generan una serie de inseguridades que nos persiguen a través de los días, durante nuestra vida. Abrimos nuestro corazón, esperando comprensión y cariño, pero no hay más que frases de personas sin empatía. ¿Alguna vez te ha pasado? ¿Acercarte a una persona esperando lo mejor y terminar con un duro golpe de realidad? aquí te enseñaremos a identificar a estas personas, mediante las frases más comunes.

¿Qué es la empatía?

La empatía es conocida comúnmente por la expresión “ponerse en los zapatos del otro”, y aunque amaríamos ser capaces de dar una definición científica con un basamento fuerte, la realidad es que es un concepto meramente humano y de contexto social, que no es más que la capacidad para comprender la emoción y los sentimientos de segundas personas, ajenas a nuestro mundo propio, al poder ser capaces de reconocer esos sentimientos ajenos y, más importante, entenderlos para llegar a comprenderlos como propios.

Por otro lado, también puede usarse como una forma de reconocer el estado mental de los demás, de ajenos, y poder responder ante ellos de la forma más correcta y necesaria para responder a, principalmente, los contextos a los que como humanos nos enfrentamos. Ahí es cuando nos enfrentamos a esa importante diferencia que se expresa entre aquellos con empatía, y aquellas personas que no hacen más que vivir día sí y día también como frases de personas sin empatía.

El origen de la empatía

Se trata de una capacidad tan humana, que podemos remontarnos a millones de años atrás para hablar de lo que científicamente se cataloga como la primera  muestra de empatía y por lo tanto, de humanidad en la historia del ser humano. Puesto que para entender cómo funcionan las frases de personas sin empatía, necesitamos saber, primero, cómo funciona.

Se conocía, desde siempre, que los animales heridos eran dejados atrás, que un animal herido en el mundo salvaje sería cazado y comido antes de que sus heridas y huesos rotos pudieran sanarse. Por lo que, un hueso sanado, significa que alguien recibió ayuda de otros, y según la antropóloga Margaret Mead, es la mejor señal del inicio de la civilización: la ayuda y la empatía.

La historia que Mead cuenta es muy simple: un hallazgo de un fémur roto curado hace más de 15,000 años es la prueba más fehaciente de que la empatía ha existido desde nuestros inicios, y no es más que una muestra de civilización y entendimiento humano, porque cómo no podría ser la muestra de empatía, el tener a alguien externo hace más de 15000 años, parándose un momento para ayudar a otra persona a curar un hueso roto.

La empatía, además, tiene un factor importante de imitación, y según Lipps, esta misma imitación constituye entonces un proceso muy básico de autoconciencia en la experiencia, es decir, aquello necesario para entender las emociones, sentimientos y necesidades del otro. 

Lo que ocurre cuando alguien no tiene empatía

En la vida, todo somos distintos, y como en opiniones podemos diferir, resulta que el factor empático es, también, uno que marca una gran diferencia entre seres humanos. Existen personas con baja capacidad empática, que viven proliferando con las comunes frases de personas sin empatía; y si bien encontrarse con una persona así representa un gran shock emocional, la baja o la aparente falta de empatía puede deberse a experiencias traumáticas, o por educación emocional deficiente que nunca permitió el desarrollo de estas habilidades, ambientes complicados en la crianza que denotan en la adultez torpeza emocional.

Por otro lado, existen personajes que por algún tipo de trastorno psicológico y mental, puede parecer que no tienen empatía, y es el caso de personas autistas, por ejemplo, que por su forma de lidiar, entender y gestionar el mundo exterior, las personas suelen considerar que carecen de empatía.

También, personas con alexitimia, o inclusive personas pasando por fuertes episodios depresivos. Sin embargo, existen casos extremos como el de los psicópatas, donde se ha demostrado que realmente son personas con baja o incluso casi nula empatía, de hecho se trata de un criterio diagnóstico para la propia psicopatía.

Frases de personas sin empatía

Existen momentos en donde como personas, nos enfrentamos a interacciones curiosas, como aquellas en donde esperamos entendimiento de parte de otros al pasar por momentos complicados emocionalmente, y en su lugar, aquellos de quienes esperamos comprensión, sueltan las famosas frases de personas sin empatía, que nos hacen sentir minimizados, juzgados o ignorados. Frases como:

  • Te lo dije;
  • Estás exagerando;
  • Yo pasé por cosas peores que la tuya;
  • Supéralo, ya pasó. No sé por qué sufres por eso;
  • No me importa;
  • No es para tanto;
  • Yo no tengo la culpa de tus problemas;
  • No seas llorona, así no vas a solucionar nada;
  • Me da igual;
  • Así no lo recuerdo yo;
  • Así soy yo;
  • Eres demasiado sensible;
  • Lo que sea.

¿Por qué estás frases son tan dañinas? todas ellas, sin excepción, son frases que suelen invalidar la experiencia ajena, y es que aunque uno no pueda “entender” una emoción, ya que no se ha podido vivir, para la otra persona puede ser tan devastador que duela de formas inexplicables, y éstas frases invalidan aquello. Las frases de personas sin empatía demuestran un juicio frio, culpabilizando a otros de sus sufrimientos, frases egocentristas, que restan importancia a experiencias externas, sin sinceridad y con un absoluto desinterés emocional, buscando que repriman sus emociones, sus sentimientos, y que se apaguen a la hora de sentir.

Conclusiones

La empatía es una habilidad que, de hecho, se debe aprender. Suele no ser desarrollada cuando no se le da la atención necesaria, pero es posible fortalecerla con mucho trabajo personal. Es normal que como personas nos encontremos con mucha torpeza emocional, o que incluso nosotros seamos aquellos de la torpeza emocional, y las frases de personas sin empatía son muy comunes y dolorosas cuando las recibimos. Por ello, es importante aprender a reconocer a éstas personas y reconocer si deseas rodearte de ellas, o alejarte por la tranquilidad propia.

Si estás rodeado por personas sin empatía, y la forma en la que se dirigen hacia ti o la forma en la que te tratan te está generando conflictos personales, no dudes en contactar con nosotros ¡En Mente Sana psicología estamos para ti! Contacta con nosotros, y agenda ya mismo tu primera cita gratuita.

Referencias bibliográficas

López, M. B., Filippetti, V. A., & Richaud, M. C. (2014). Empatía: desde la percepción automática hasta los procesos controlados. Avances En PsicologíA Latinoamericana, 32(1), 37-51.

Yale University Press. (2022, April 13). The origin of empathy.

La señal más clara de que le gusto: 5 señales básicas

La señal más clara de que le gusto
La señal más clara de que le gusto
La señal más clara de que le gusto

Vivimos buscando la señal más clara de que le gusto a esa persona especial, esperanzados y enamorados de mil maneras distintas. Nos enfocamos, de forma constante, en preguntarnos ¿esa persona que tanto me atrae, siente lo mismo que yo? es normal querer tener la respuesta, es normal también mirar los detalles que puedan, quizás, respondernos eso incluso antes de que la otra persona lo haga, con estas señales claras podrás tener una mejor idea de ello.

¿Cómo saber que le gusto a alguien más?

No vamos a tapar el sol con un dedo: a todos nos ha pasado. Ver a una persona, sentir la conexión, las vibras, la energía, la forma en la que todo fluye tan bien, y entonces la pregunta del millón aparece ¿estoy viendo correctamente las señales, o solo soy yo malinterpretando las cosas?

El ser humano es un misterio, empecemos por ahí: un misterio increíble de descubrir, pero frustrante cuando no entendemos las señales que las sutilezas o el lenguaje corporal dejan atrás, al final de cuenta cuando se trata de gustar todo es sobre la mera atracción humana y el cómo está basada en patrones de conducta y emocionales que, con un ojo claro, podrás entender cuál es la señal más clara de qué le gusto.

La atracción y su papel fundamental en la señal más clara de que le gusto

La atracción es, por obviedad, el pilar fundamental para responder ésta pregunta y manejar las dudas. Está definida como el efecto de agradar a alguien, física, emocional, o sexualmente hablando, se puede traducir como interés desde otro punto de vista, uno que atrae a las personas a querer estar juntas, a querer compartir, es la capacidad que tiene el ser humano de decir: quiero compartir parte de mi vida con ésta persona.

¿Cuál es la señal más clara de que le gusto? Puntos claves

Recuerda: este artículo es meramente de entretenimiento, y aunque como psicóloga tenga claros fundamentos, la atracción y el amor son cosas que no podemos medir, y por lo tanto sin imposibles de estandarizar en una simple lista de detalles o trucos a seguir. La lista a continuación presentada es de guía, pero no implica que todas las personas, interacciones o relaciones funcionen así.

  1. El lenguaje corporal habla por su propia cuenta

Existen sutilezas que el cuerpo muestra incluso sin que uno intente hacerlo, cosas que revela sin el permiso de las palabras o de la mente, y el lenguaje corporal suele ser uno de los delatores principales a la hora de hablar de señales claras de que le gustas a alguien, en detalles como:

  • Cuerpo que “te busca”, como inclinaciones que van hacia ti, invadiendo un poco ese espacio personal (Y ojo, recuerda: siempre con consentimiento)
  • Sonreír de forma prolongada al verse (fíjate en su ojos, esos no suelen mentir)
  • Mantener el contacto visual por mucho tiempo y buscarlo de forma constante;
  • Juguetear entre ustedes, con pequeños detalles como el cabello o manos y dedos.

  1. Interés que se traduce en búsqueda de ti, sin razón.

O eso aparenta, tal y como cuenta la atracción: interés por estar cerca de una persona. Y en este caso la señal más clara de que le gusto es ese gustillo por tenerte cerca, la búsqueda de excusas para verse, para hablar, para escribirte, para proponer planes. No son tan casuales como parecen, son esa necesidad de estar al lado de la persona especial.

  1. Se interesa de forma genuina

El interés es la señal más especial de atracción, una que podemos entender como parte de la señal más clara de que le gusto, y es lo genuino detrás de ese mismo interés: el cómo estás, los detalles, que tu seas su interés y foco, y no un mero entretenimiento. Es una muestra de que busca conectar contigo para conocerte, así que alégrate ¡Estamos llegando a una respuesta!

  1. Busca ser útil para ti

Y no hablamos de “utilidad” como solemos conocerla, sino más bien a ese acto de querer ayudar hasta en lo más mínimo para buscar y tener tu atención. Se suele decir que nadie hace las cosas sin un objetivo o sin un interés, y aunque éstos actos sean en estos casos unos hechos desde el corazón, el objetivo es la cercanía: exactamente, la señal más clara de que le gusto puede estar aquí.

  1. Tensión positiva

Asociamos tensión a lo negativo, pero olvidamos lo delicioso y jugoso que es disfrutar de una tensión emocional tirante con una persona que te atrae ¡y que además sea recíproco! esta señal clara se puede ver en pequeños gestos, como silencios no incómodos, sentirse a gusto al estar juntos, mirarse más de lo habitual y sentir que son llamados por el otro, las sonrisas tontas… quizás, un combinado de todas las anteriores.

¡Pero aún así puedo estar malinterpretando! ¡Necesito más claridad sobre la señal más clara de que le gusto!

De nuevo, esta no es una guía perfecta ya que cada persona es distinta, sin embargo confía en tu instinto, es fácil decir palabras bonitas pero el cuerpo es mucho más complicado de engañar. Lo importante es tener en consideración que querer es dar un salto de fe, ya que la única forma en la que podrás estar al 100% seguro, y con la respuesta a ¿cuál es la señal más clara de que le gusto? es preguntarle.

  • Confesarte.
  • Hablarlo.
  • Comunicarte.

Y sí, eso es lo complicado ¿por qué estaría leyendo un artículo para reconocer las señales si es tan fácil ir y preguntarle? bueno, aquí te va el consejo final: ningún artículo va a decirte lo que la otra persona siente, así que ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Conclusiones

El amor jamás ha sido sencillo, desde la mitología, el inicio de los tiempos y por toda nuestra historia de la humanidad. Amar es sencillo, practicarlo al parecer se nos es demasiado complicado debido a las mil y un formas de sobrepensar que nos suelen rondar por la cabeza. Aún así, con la duda carcomiendo sobre ¿Cuál es la señal más clara de que le gusto? y sin respuesta, solo debes observar, sin obsesionarte por favor, pero solo observa.

Si la atracción es mutua, lo notarás. Pero jamás lo sabrás si nunca te acercas.

¡Si necesitas ayuda para tomar valentía, en Mente Sana psicología estamos para ti! agenda ya mismo tu cita gratuita con nosotros.

Referencias bibliográficas

GÓMEZ JACINTO, L. (s. f.). Atracción y amor. Ediciones Pirámide, 217-244.

Abreacción: cómo entender lo que ocurrió

Abreacción
Abreacción
Abreacción

La abreacción busca el entendimiento, a veces no solo se trata de aquello que ocurrió y que dejó una profunda marca en ti, sino de cómo sobrellevar la situación aún luego de la herida y de los años, y la abreacción habla de este proceso de catarsis dónde el sufrimiento emocional no encuentra salida con ánimos y racionalización. ¿Alguna vez te ha pasado que solo quieres gritar? ¿Desahogarse sin mirar a quien? y que por mucho que lo hables o lo racionalices, no deja de sangrar… quizás, lo que necesites sea implementar la  abreacción en el proceso terapéutico.

¿Qué es la abreacción?

Se conoce a la abreacción como un proceso de descarga emocional que ocurre con intensidad como respuesta a un evento traumático o de gran dolor y a su rememoración, y que suele ocurrir dentro de terapia, o en su defecto, en un ambiente seguro y controlado. Lo característico de esta práctica es que su función va focalizada a la expresión de emociones reprimidas o contenidas. A todo aquello guardado y encerrado que nos impide avanzar o seguir adelante.

Suele venir con grandes muestras conductuales y fisiológicas, como gritos, llanto, miedo, temblores, etc, como expresión de todo lo que nunca se tocó.

Origen de la abreacción

Alrededor de 1895, cuando la psicología apenas era un recién nacido, el compañero Sigmund Freud junto a Josef Breuer implementaron el término abreacción como explicación para la solución a un problema que veían de forma constante. Ellos afirmaban que muchas dolencias físicas que no parecían tener causales médicos eran gracias a eventos traumáticos y el recuerdo de ellos, y la forma en la que estos jamás habían sido gestionados, y que por lo tanto estaban atrapados en el cuerpo, o como a Freud le encantaba a decir: en el inconsciente.

Por lo que propusieron que lo mejor era revivir el suceso, recordarlo con la emoción más parecida al momento y que así pudiera expresar lo que guardaba, con la esperanza de que el síntoma desapareciera.

¿Por qué sucede la abreacción?

Gracias al proceso que guarda nuestra memoria. A veces, recordamos sin realmente recordar, nuestro cuerpo y cerebro recuerdan mucho antes que nuestra propia consciencia, ya que el cerebro y todo lo que compete al proceso de memoria (trabajo para la amígdala y el sistema límbico), almacenan la memoria sin procesarla en su totalidad.

El ejemplo más práctico de ésto es tener pesadillas de situaciones que has vivido pero que no recuerdas, o que tu cuerpo reaccione antes que tu mente al verte ante unas circunstancias particulares, como agazaparse sobre uno mismo ante la visión de una persona alzando la mano con temor a ser golpeada, cuando has sido víctima de abusos físicos.

Por lo qué el cuerpo se sigue activando aunque no sea consciente, la memoria continúa viva y activa, lista para ser evocada ya sea de forma consciente o inconsciente. Por ello, la abreacción es un método muy necesario para aquellos terapeutas que adoran implementarla en su proceso, debido a que llevan a esas emociones a salir.

La represión a causa del dolor

Creo que no es extraño para nadie el conocer que ante los recuerdos dolorosos, el cerebro implementa el mejor de sus mecanismos de defensa: el olvido. Muchos no recuerdan infancias o eventos traumáticos debido a esto, aunque las consecuencias si que la viven en su día a día, no son capaces de evocar recuerdos por su cuenta, por ello se sabe que aunque no recuerdes, el problema no desaparece. Está ahí, reprimido, y permitirlo expresarse mediante un disparador de trauma puede ser una salida saludable.

La abreacción es una reacción natural ante el recuerdo, una liberación natural del trauma, y es importante que siempre sea en compañía de un profesional, ya que rememorar un trauma es un proceso complicado, difícil y que deja vulnerable al paciente en cuestión. A esto le llamamos abrir un proceso, y debe ser tratado con extrema precaución para poder lograr el trabajo de la forma más eficaz posible, por ello la abreacción no puede ni debería ser hecha por personas no capacitadas.

Abreacción, el roleplay y el bleeding, términos que van de la mano y se complementan cuando hablamos de catarsis

La palabra catarsis se traduce del griego como “purga”, una forma de liberar aquello que nos aqueja, es la base principal de la abreacción. Y un sitio fuera de sesiones terapéuticas donde se puede llegar a ver de forma casi constante un proceso parecido, es en el mundo del juego de rol de mesa.

En el mundo de los juegos de rol de mesa, existe un término llamado bleeding que comparte grandes similitudes para lo que en psicología sabemos como la abreacción. Un juego de rol de mesa es una actividad interpretativa, dónde un grupo de personas suele reunirse a actuar e interpretar un papel, improvisando y siendo guiados por un Maestro de Calabozos, o mejor conocido como DM, que narra una historia que ellos deberán seguir. Normalmente se enfrentan a batallas de fantasía, pero cuando el grupo es uno amante del drama y de las buenas películas, no será extraño ver grandes escenas interpretativas entre los jugadores, emocionales y llenas de activos personales.

En estos juegos, el objetivo es sencillo: divertirse, pasarla bien, emocionarse cuando los dados de plástico te marquen un veinte natural o llorar por un uno que marca una desgracia. Pero también son eventos de altas emocionalidades, y es que el roleplay no es más que la interpretación de escenas.

El bleeding, “sangrado” en español, ocurre cuando escenas del juego de rol conectan demasiado con el jugador, y este procede a proyectar problemas personales o circunstancias vividas por él, y por lo tanto, conecta con el juego y deja de ser solamente un personaje. Se le llama sangrado puesto que, al terminar la escena o el juego, el jugador queda conmocionado, movido, con un proceso abierto, queda sangrando con las emociones de un personaje ficticio, pero que comparte las suyas propias y en el que puede verse reflejado.

El roleplay, de hecho, se suele utilizar como técnica de abreacción, y aunque dentro de terapia el roleplay hecho no es igual al de una tarde de juego con amigos en Dungeons and dragons, créeme cuando digo que es muy fácil abrir un proceso en un juego de rol que nunca fue pensado para ello. Personalmente, y como autora, lo he visto más veces de las que puedo contar con las manos. Esto se suele llamar como abreacción involuntaria, y puede ocurrir incluso en plena sesión terapéutica.

¿Qué técnicas de abreacción existen?

Es una pregunta tan amplia que es imposible contestar. Al final de cuentas la abreacción es el proceso, las técnicas que nos lleven a ello pueden variar de tantas maneras que nos cansaremos de mencionarlas todas, y cada enfoque psicológico tiene su manera de llegar a esta catarsis, ya que unos le llamaran abreacción, otros catarsis, otros simple liberación… El objetivo sigue siendo el mismo, y los modos en los que ocurra dependerá del terapeuta llevando la terapia.

Por ejemplo, se sabe que uno de los métodos favoritos de muchos para ello es la terapia EMDR, de la que puedes leer más aquí. Otros, como los enfoques de la gestalt, prefieren técnicas como la silla vacía o el propio roleplay, mientras que otros preferirán el relato libre. Sea la que sea que se use, el proceso debe ser gradual y menos explosivo, todo con el fin de no incurrir en una experiencia desagradable para el paciente.

Por ello, no se puede hacer una abreacción si no se considera al paciente con los recursos para sostener esa catarsis, si no existe un espacio seguro y sobre todo, si no se acompaña en el proceso.

Conclusiones

Todos, en algún momento, necesitamos una liberación que nos ayude a regularizar el malestar que nos aqueja, pero no todos necesitan de un proceso terapéutico para ello. Sin embargo, la existencia de la abreacción como proceso nos enseña que el ser humano es complejo y al mismo tiempo, frágil, por las maneras en las que suele ser presentado esta explosión emocional.

Y es que las emociones son el pan de cada día y aun así no las entendemos, nos negamos a ellas, las reprimimos y les tememos, cuando son el pase a la sanación en la gran mayoría de los casos.

Por ello, si te sientes identificado con éste artículo o si sientes que necesitas un proceso de abreacción para sanar, en Mente Sana psicología estamos para ti, agenda tu primera cita completamente gratuita y busquemos la paz mental.

Referencias

Piñones-Rivera, Carlos, Galdames-del Solar, Rodrigo, & Mansilla, Miguel. (2018). Del inconsciente hacia la función simbólica: la originalidad del aporte freudiano frente el debate individuo sociedad. Cinta de moebio, (62), 155-169.

Figueroa C, Gustavo. (2014). Freud, Breuer y Aristóteles: catarsis y el descubrimiento del Edipo. Revista chilena de neuro-psiquiatría52(4), 264-273. 

La angustia y cómo luchar contra ella

Angustia
Angustia
Angustia

La angustia es ese sentimiento pesado en el pecho cuando la preocupación no se va, es ese nudo en la garganta y esa opresión en los pulmones que genera inquietud constante, no podemos llamarla miedo, tampoco estar triste, y su definición es de hecho más compleja que solo un par de emociones para definirla. Nos lleva entonces a preguntarnos ¿es la angustia un verdadero malestar psicológico? ¿Es tratable? ¿Y cómo es posible que tenga tanto peso en nuestra vida?

¿Qué es la angustia?

Por su propia cuenta, podríamos decir que se trata de un estado emocional complicado, pero muy completo y conciso, que comparte ciertas aptitudes con la ansiedad, de hecho, en antaño las personas solían confundir angustia y ansiedad, usándolos como sinónimos o en su otro extremo, como conceptos tan lejanos. 

Así que ¿de qué trata realmente la angustia? está se caracterizada por una sensación de inquietud y tensión interna que se visualiza intensa y constante, con la presencia de síntomas físicos como opresión en el pecho y dificultades de respiración.  

En el 69 se hace una distinción dónde refiere a la angustia como una preocupación dónde predominan los síntomas físicos, y el organismo parece paralizarse ante el peligro. Mientras que, por otro lado, la ansiedad se centra más en el síntoma psicológico. 

Actualmente, sin embargo, es complicado entender ambas diferencias debido a que la ansiedad se diagnostica teniendo en cuenta la presencia de ambos, su diferencia sigue siendo clara si utilizamos otro método de diferenciación: la angustia suele ser subjetiva y no estar ligada del todo a un componente anticipatorio como suele estarlo la ansiedad, sino que está más enfocada en los conflictos internos o crisis personales.

En la psicología, los psicoanalistas y humanistas prefieren utilizar la angustia antes que la ansiedad.

¿De dónde nace la angustia?

Factor inconsciente

Se planteó en su momento que la angustia surgía, según Freud, de esos momentos en dónde los deseos y los impulsos del inconsciente buscan emerger a la conciencia, pero son reprimidos. Freud decía que la angustia era la clara señal de alerta de que reprimir era conflictivo. Y es que cuando el deseo y la realidad entran en conflicto, la angustia se dispara en el pecho de cualquiera.

Te guste Freud o no, su teoría no dista demasiado de la realidad que se presenta: ¿no te ha pasado enfrentarte a tener que verse obligados a reprimir un deseo porque, por algún motivo, no es factible dejarlo salir? Es uno de los actos más comunes que ocasionan la angustia.

Distorsión del pensamiento

Los seres humanos crecemos y forjamos creencias en nuestra mente, pensamientos que se anclan con ferocidad en nuestro cerebro y que nos ayudan de un modo u otro, a interpretar la realidad que nos rodea. Ocurre en situaciones cuando estas interpretaciones son erróneas, o los pensamientos no son más que catastróficos, y mantenerse pensando en ese ritmo de ideas lleva a un estado constante de tensión clasificado como angustia.

Síntomas de la angustia

muchas veces los síntomas pueden confundirse con la ansiedad debido a que sus síntomas, de hecho, son los mismos, el factor quizás más destacable será su conducta y la forma en la que ésta puede cambiar en función al sentimiento interno del individuo.

Tiene consigo, además, una respuesta conductual que puede ser desde el aislamiento social, conductas evitativas con referencia a situaciones sociales o decisiones relativamente importantes, dificultades de concentración o la imperiosa necesidad de movilizarse, ya que el cuerpo busca una solución ante un malestar incomprendido y sorpresa.

¿Qué hacer con la angustia y cómo curarla?

Primero, es importante saber que hasta cierto punto, la angustia no es un comportamiento o emoción negativa. Es natural hasta ciertos niveles, por lo que no todas las veces que se sienta angustia es un problema que deba preocuparnos.

Se vuelve una preocupación cuando la angustia se vuelve constante y paralizante. Cuando limita de forma considerable la calidad de vida de la persona, cuando experimentamos ataques de ansiedad o crisis de angustias de forma habitual y, además, cuando hay presencia de incapacidad emocional.

Por lo que se busca, para curarlo:

  • Identificación de distorsiones cognitivas: Para reconocer ideas angustiosas, y reducir los conflictos internos, desmontar todas esas exigencias privadas.
  • Hacer consciente lo inconsciente: para así ayudarnos a evitar reprimir los deseos que buscan salir a la luz, sino más bien conocerlos  desde antes y valorar cómo poder expresarlos sin recaer en una castración.
  • Técnicas de relajación y regulación: con el fin de reducir sus niveles ya existente, y saber cómo manejarlos cuando aparezcan.
  • Terapia psicológica: La terapia puede ser una gran solución a este estado, quizás, el peor de los momentos con referente a ella, cuando la esta ya pasa a confundirse con la ansiedad y viceversa. Así, en el proceso terapéutico se aprenderá a ver detrás de ella para abordar las mejores herramientas de afrontamiento.

Conclusiones

Aunque puede llegar a ser confusa, la angustia no es para temerle. Vamos a tomarla por lo que realmente es: una señal de alerta, escucha a tu cuerpo y entiende qué, si está ahí está opresión en el pecho y tensión tirante, es que algo nos está gritando y solo es cuestión de tiempo para que el síntoma físico también nos acompañe.

Es normal temerle, pero no lograremos nada evitando, así que enfréntate a ella. Resuelve el conflicto, y reconoce que, pese a que la angustia puede generarnos miedos, es posible superarla.

En Mente Sana psicología estamos para ello, así que si necesitas ayuda con la angustia, no tengas miedo en agendar tu primera cita con nosotros ¡La primera corre por cuenta de la casa!

Referencias

Mayor Walton, Sunieska, & Salazar Pérez, Carlos Alberto. (2019). La violencia intrafamiliar. Un problema de salud actual. Gaceta Médica Espirituana21(1), 96-105. Epub 01 de abril de 2019

Ojeda, César. (2003). Historia y redescripción de la angustia clínica. Revista chilena de neuro-psiquiatría41(2), 95-102. 

Luna, M, Hamana Z, L, Colmenares, YC, & Maestre, CA. (2001). Ansiedad y Depresión. Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica20(2), 111-122.

El misterio detrás del vacío emocional

vacío emocional
vacío emocional
vacío emocional

El vacío emocional puede ser uno de los enemigos más quejumbrosos del ser humano, uno que se esconde con sigilo entre los recovecos de nuestra mente y que sale a la luz de su madriguera para atraernos a un espiral de congoja y desmotivación. ¿Te ha pasado? sentirte vacío por dentro, sin emociones, estar rodeado por doquier pero no sentir nada, sentirse desconectado o incluso que no perteneces a ese lugar. Más allá de la propia tristeza, de estar aburrido, no hay mejor forma de describir el vacío emocional psicológico que sentir que algo falta.

¿Qué es el vacío emocional?

Las emociones son una experiencia tan sencilla y al mismo tiempo, tan complejas, que entenderlas en su totalidad tomaría tiempo. Son, además, una experiencia subjetiva, ya que ante diferentes estímulos las personas reaccionarán de distintas formas, dependiendo de su vida, su experiencia, sus vivencias, y sus creencias. Y el vacío emocional en su caso no es una emoción por su propia cuenta, sino un un conjunto de experiencias que van más allá de, por ejemplo, la mera tristeza.

El vacío emocional suele estar caracterizado por la sensación de estar vacío por dentro o de que algo falta, intrínsecamente ligado a la motivación, viene en compañía de sensaciones como:

  • No poder disfrutar de las cosas;
  • Labilidad afectiva, ausencia de emociones;
  • Sentimientos de soledad;
  • Falta de propósitos;
  • Tendencia a buscar situaciones externas que le ayuden a llenar el vacío

El vacío emocional y las conductas impulsivas y de autodestrucción

Teniendo más relación de lo que puede parecer, el vacío emocional puede ser peligroso si caemos en el patrón de conducta de la impulsividad, motivado por el deseo de buscar sentir algo.

No tiene absolutamente nada de malo experimentar y vivir nuevas experiencias, en especial si siento que necesito de conocer nuevos horizontes para volver a sentir algo, el problema es cuando éstas conductas son impulsivas y peligrosas por el afán de buscar constantemente algo que le haga sentir.

El alcoholismo, el abuso de sustancias, deportes extremos, conductas sexuales arriesgadas y la tendencia a meterse en problemas suelen ser los más comunes, ya que es una forma de conseguir cierta estimulación que, más allá de solucionarlo, empeoran la situación puesto que nace, también, la frustración o decepción al no conseguir aquello que se busca.

Puede que al momento de realizar la conducta exista una reacción que le llame la atención, pero generalmente esto no es así ya que solo se usa para intentar llenar el vacío, son conductas que no va con el intento de simplemente dañarse, sino que son maneras de lidiar con el malestar interno, es una forma de control y de castigo.

¿Por qué existe y cómo se desarrolla el vacío emocional?

No aparece de la nada, su nacimiento está constituido por distintas variables que pueden ir desde:

Dificultades con las figuras del apego

Es bien sabido que las experiencias de nuestra vida, todas aquellas que vivimos conforme nacemos y crecemos, forjan gran parte de la persona que somos hoy día, y ante esto Bowlby lo remarca con la teoría del apego. Por lo que, el vacío emocional puede ocurrir cuando se tienen experiencias en la infancia de negligencia emocional y falta de conexión, ya que al no conocer un correcto funcionamiento de estos encuadres mentales, resulta complicado conectar con los demás y crear vínculos seguros.

Síndrome de acomodación, o represión emocional

Ante entornos agresivos y hostiles, tal y como ocurre en el síndrome de acomodación infantil, muchos suelen tomar la decisión de forma inconsciente de apagar esas emociones para sobrevivir. La exigencia también es un factor relevante, ya que frases culturales como “llorar es para débiles” o “los hombres no lloran” pueden generar con el tiempo una desconexión de las propias emociones.

Trastornos del estado de ánimo

El vacío emocional, además, se representa como un método de escape, una manera de disociar emocionalmente para desconectarse y no sentir dolor, y la depresión,  traumas que han marcado un antes y un después, y otra cantidad de trastornos psicológicos tienen el vacío emocional como un síntoma y señal.

Problemas de identidad

¿Sientes que no conoces el propósito de tu vida? ¿Qué no hay sentido en ello? ¿Que vives en automático? Esta sensación genera de forma habitual un vacío emocional al presentar una falta de realización propia, ya que al no conocer el propósito propio o no encontrar un sentido que te llene, se genera frustración.

Síntomas del vacío emocional

  • Relaciones sociales superficiales;
  • Insatisfacción en lo cotidiano;
  • Comportamientos compulsivos y excesivos y, hasta cierto punto, peligrosos;
  • Relaciones de dependencia (tanto como el dependiente, como del que dependen)
  • Desmotivación;
  • Sentimiento de “vivir en automático” 

¿Cómo se trabaja un vacío emocional?

Nuestro primer paso, como no podría ser de otra forma es encontrar el origen. Indagar en el pasado es necesario cuando de ello depende el avance de nuestros propósitos, y reconocer de dónde vienen nuestros problemas nos facilitará el entenderlos y por consiguiente, tirarlos de la raíz.

Además, aprender su origen nos ayudará a conocer un papel vital para su trabajo: el reconocer patrones que están siendo los causantes de ese vacío emocional.

Validación emocional

Una buena parte de los inconvenientes con el vacío emocional es la constante invalidación de las pocas emociones que os permiten sentir y vivir. Juzgarse de forma constante por sentir no es la solución, en cambio, aprender a identificar, reconocer y aceptar lo que se siente es parte del proceso.

¿Qué quieres y que te mereces?

Dos preguntas claves, para recuperar el control en un vacío emocional es necesario saber qué estoy buscando ¿Qué tengo? Puede que respondas que lo tienes todo y que no entiendes cómo puedes sentirte vacío, pero quizás la respuesta no es algo tangible, sino una conexión, un sentimiento, un descubrimiento ¿Qué te apasionó, alguna vez en tu vida? 

Vínculos afectivos y sanos

La cercanía con otros es importante para los seres biopsicosociales que somos, y cuando tenemos dificultades en la integración personal, es natural sentirse desconectados. Aprender a construir vínculos es importante.

Terapia y apoyo psicológico

Las personas adoran decir “échale ganas” cuando alguien tiene un problema de motivación o de vacío, y aunque el mindfulness, la meditación, el ejercicio y el buen comer son factores a tener en cuenta en muchas circunstancias, no todo se soluciona echándole ganas.

Por ello, si el vacío emocional continúa, es necesario del apoyo psicológico de la terapia para tener una mejor guía para el camino. Herramientas más centradas en las soluciones y en ayudar a integrarnos mejor a una vida con más emotividad, desde un punto de vista más profesional.

Conclusiones

El vacío emocional no significa que seas una mala persona y tampoco que seas débil. Es una distorsión del pensamiento que te ha atacado por años hasta llegar a este punto, y por tanto, algo que se puede solucionar al tener un origen real que necesita reflexionarse. No tiene que ver con no tener empatía o estar vacío realmente, sino con volver a abrir las puertas a tu interior.

Si necesitas ayuda con ello, en Mente Sana psicología estamos para ti, agenda ya tu primera cita ¡completamente gratuita! y descubre que en realidad, tienes más dentro de ti de lo que crees.

Referencias

Patiño, P. A. G. (2014). El vacío existencial y la pérdida del sentido de vida en el sujeto posmoderno: retos para el cristianismo del siglo XXI. DOAJ (DOAJ: Directory Of Open Access Journals).

Violencia intrafamiliar: el enemigo silencioso

Violencia intrafamiliar
Violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar puede que sea invisible en muchas ocasiones, pero si tienes los ojos bien abiertos y sabes detectar las señales resulta obvio y tan visible, que ignorarlo se vuelve un imposible. No siempre deja marcas físicas, pero sí que unas profundas en la mente de aquellos que la han sufrido o que la sufren, y las consecuencias de la violencia intrafamiliar pueden ser muchas, no solo en el momento, sino en el futuro de la víctima, quien arrastrará por años aquellos problemas de no trabajarlos. Por ello, es importante aprender a reconocer las señales.

¿Qué es la violencia intrafamiliar?

Un afamado psicólogo e investigador, Piaget, alrededor del 1982 cuando comenzó a trabajar en sus teorías evolutivas y del aprendizaje, constató que la violencia por sí sola se definía como el uso de cualquier tipo de abuso de poder que causa daño. Ya sea físico, sexual, psicológico, económico y pare de contar. 

Y aunque ciertos estudios ahora arcaicos hablaban de que la violencia venia de forma inherente en el ser humano, justo ahora reconocemos que no es así, que la violencia no está inscrita, sino que aparece según la sociedad y la cultura, según textos del DSM-III.

Dicho así, la violencia intrafamiliar se trata de cualquier tipo de abuso de poder que causa daño, ejercido por un miembro del círculo y núcleo familiar hacia otro. Es un maltrato que tal y como expresó Piaget en su momento, no se limita a una sola área, sino que puede ir desde golpes, abusos sexuales y violencia física, hasta abuso psicológico como humillaciones, manipulación y control excesivo.

En estos casos hay que tener en cuenta que todo se trata de una palabra: poder. El poder hace a muchas personas delirantes, el poder lleva a muchos a actuar con alevosía, incordio y poca empatía, con crueldad, y cuando hablamos de violencia intrafamiliar no estamos hablando de simples peleas o discusiones, sino de abusos en su máxima expresión.

Para el abusador,el victimario, tener el control y el poder es lo más importante. Normalmente encontrarás que dirán lo contrario, que no buscan tener control, que no les interesa el poder, pero el detalle está en sus acciones, ya que si no es consciente esto suele suceder de forma inconsciente, en casos de abusos y de violencia intrafamiliar las acciones hablan más que las palabras.

Se da entre parejas, entre hermanos, contra abuelos, padres a hijos y viceversa.

¿Por qué se origina la violencia intrafamiliar? Aspectos propensos a potenciarla en el núcleo

En realidad, no existe una razón simple. Normalmente suele ser el resultado de múltiples factores que se congregan para dar este desafortunado resultado, sin embargo podemos hablar de:

Patrones generacionales

De los más comunes, hablamos de agresores que han crecido en entornos violentos, normalizando el maltrato, el castigo y el control, normalmente hijos abusados en entornos llenos de violencia y que al crecer y no conocer otro modelo de crianza o de vida, perpetúan el ciclo interminable de violencia intrafamiliar.

Un ejemplo destacable es la normalización de torturas disfrazadas de castigos que a día de hoy, muchos adultos recuerdan con nostalgia y cierto cariño, pero que vivían como niños. No hay que ir muy lejos, con solo preguntarle a nuestros padres, primos, tíos y abuelos, podrás encontrar historias de terror que incluso pueden incluir torturas con agua. Y nos encantaría estar exagerando, pero a esto se refiere la normalización de la violencia.

Intolerancia al manejo de las emociones, desregulación emocional

Nadie nos enseña como adultos a regularse o manejar las emociones fuertes como la rabia o la frustración, y cuando estas son un problema incluso para uno mismo, puede ser un factor que dispare reacciones agresivas e impulsivas, que lleven a situaciones de violencia intrafamiliar.

El totalitarismo del poder

¿Recuerdas que hablábamos del poder al inicio? pues aquel que suele ejercer su violencia, busca justificarla con el poder, normalmente son ideas irracionales asociadas a las distorsiones cognitivas como la idea de que todo castigo es aceptable para marcar un punto, o que todo lo que se hace es por el bien de la persona en cuestión.

Dependencia emocional y relaciones abusivas

Como la violencia intrafamiliar ocurre desde todos los puntos de vista, es importante destacar lo que es el ciclo de violencia que puede generar una relación de dependencia  que no es únicamente entre parejas. Es una de las razones más principales y comunes de violencia intrafamiliar.

Consecuencias de la violencia intrafamiliar

  • Ansiedad, acompañados o no de ataques de ansiedad o de pánico;
  • Depresión;
  • Baja autoestima;
  • Trastorno de estrés postraumático;
  • Dificultades del aprendizaje y del desarrollo en caso de violencia intrafamiliar con niños presentes;
  • Problemas para la formación de vínculos sanos,
  • Dificultades para el desarrollo emocional;
  • Problemas de confianza.

¿Por qué es tan difícil cortar el círculo de violencia intrafamiliar?

Muchas veces, la dependencia emocional. Otras tantas, el miedo. Depende de cada persona y cada contexto, pero lo que es totalmente cierto es que no es tan simple como abrir la puerta y salir. Los años de experiencia en el tema marcan un patrón de ciertas situaciones como el miedo a las represalias, o la romantización de que el amor podrá ayudar a que todo se solucione porque es tan bonito que hará cambiar al agresor. La culpabilización de las acciones, o el aislamiento social…

Pero la verdad es que puede deberse a tantos factores que sería imposible dar con todos, lo que es una realidad absoluta es que debido a estas complicaciones puede verse frustrante desde afuera conocer un caso de violencia intrafamiliar, pero el apoyo es sumamente importante para las personas que están dentro de ese ambiente peligroso.

Señales de violencia intrafamiliar

  • Señales físicas: la más evidentes, que van desde golpes, hematomas, quemaduras en formas circulares y pequeñas (generalmente de cigarrillos), lesiones y heridas que no tienen una explicación convincente, poco interés en visita médica ante las heridas.
  • Cambios emocionales: cambios drásticos de humor y, por consiguiente, de conducta. Baja autoestima, sentido de hipervigilancia constante, aislamiento social y problemas psicológicos como trastornos del sueño, terrores nocturnos y desarrollo de patologías como ansiedad o depresión. En niños se puede ver el síndrome de acomodación infantil, por ejemplo.
  • Conductas confusas y cambios en la misma: la violencia intrafamiliar suele verse acompañada de ciertos cambios conductuales de quienes la sufren, no solo desde el lado emocional, sino el desarrollo de miedos, comportamientos impulsivos y agresivos, normalización y justificación del agresor, ausencias frecuentes a la escuela o al trabajo, suelen también venir junto a un comportamiento autodestructivo.
  • Poder y control: como son el enfoque principal de la violencia intrafamiliar, es importante tener en consideración que el poder y el control se manifiestan en control del dinero, del tiempo y de la posibilidad de salida al disfrute, decisiones y hasta son capaces de controlar el contacto que se tiene con familiares o amigos.

¿Qué hacer ante un caso de violencia intrafamiliar?

  • Ofrecerle un espacio seguro a la víctima para hablar, pregunta, y lo más probable es que pueda contestar de forma negativa. Aún así, observa y mantente atento, muchas veces no suelen admitir ser víctimas de buenas a primeras por el miedo.
  • Motiva a buscar ayuda: profesional, como un psicoterapeuta, o legal (lo más recomendable)
  • Si el riesgo es absoluto e inmediato, si notas que su vida está en peligro, si se trata de un menor de edad en peligro: no dudes en llamar a emergencias o la policía local.

Conclusiones

La violencia intrafamiliar es un problema que cualquier persona puede sufrir, y no podemos normalizar pensando que es “cosa de nada” o “simples castigos para arreglar la conducta”, la violencia jamás es la solución, sus consecuencias son diversas y entre ellas, al factor psicológico que deja ser víctima de violencia puede impedirte hacer vida de forma cotidiana y normal en muchos aspectos de tu vida.

El trabajo de nosotros no es buscar un culpable o ir ante la ley, esas son decisiones y procesos externos en el que, con un buen acompañamiento psicológico, podrás enfrentarte en caso de ser necesario. Nosotros, como equipo, buscamos ayudarte a afrontar el dolor emocional que deja

Por eso, si estás pasando por un momento de violencia intrafamiliar, en Mente Sana podemos ayudarte al proceso psicológico, agenda ya tu primera cita, completamente gratuita.

Referencias

Mayor Walton, Sunieska, & Salazar Pérez, Carlos Alberto. (2019). La violencia intrafamiliar. Un problema de salud actual. Gaceta Médica Espirituana21(1), 96-105. Epub 01 de abril de 2019.

Mercado, T. G. (2023, October 16). Violencia escolar en la RD. Acento.

Cómo dejar de preocuparse por todo: Fáciles estrategias para la calma

cómo dejar de preocuparse por todo
cómo dejar de preocuparse por todo

El cómo dejar de preocuparse por todo parece imposible cuando las preocupaciones te carcomen la cabeza día sí y día también, cuando el mundo sigue girando alrededor del inminente avance, las exigencias y las expectativas. Preocuparse no es malo, sin embargo, en circunstancias dónde esta preocupación supera los niveles de normalidad establecidos, cuando es constante y excesivo, afecta nuestra salud y muchas áreas de nuestra vida. Preocuparse por todo es un problema cuando nuestra vida no sucede por estar viviendo alrededor de estas angustias.

¿Qué representa la preocupación?

Nadie se salva, preocuparse es una actitud tan normal y habitual del ser humano que no tiene nada de extraño y no es desconocido para nadie de su existencia, sin embargo, la preocupación suele venir acompañada de los pensamientos rumiativos y de su mejor amigo: las condicionales. Todos aquellos “Y sí…” y “debería” que rebotan en los recovecos de nuestra cabeza como pelotilla de tenis, de un lado a otro.

En términos generales, la preocupación no es más que una serie de pensamientos cargados de efectos negativos y hasta cierto punto incontrolables, dónde se pasa por un proceso de búsqueda de soluciones a una situación donde el resultado es incierto.

Hasta cierto punto, la preocupación está intrínsecamente ligada al miedo, y por ello su origen suele ser nada más que un mecanismo de defensa para anticipar peligros y prepararse para el futuro, sin embargo ¿Qué ocurre cuando no podemos dejar de darle vueltas a algo? Ahí es cuando entran los pensamientos rumiativos.

¿Qué es la rumiación?

En su momento, deciden definir la rumiación según la teoría de los estilos de respuestas como un patrón repetitivo de pensamientos y conductas dónde la atención está focalizada en uno mismo, antes que en la forma activa de solución.  Las personas le conocen de forma más coloquial como un pensamiento al que parece imposible dejar de darle vueltas o de repetirlo, una y otra vez, en la cabeza, causando una preocupación considerable y que nos lleva a preguntarnos ¿cómo dejar de preocuparse por todo?

¿Por qué nos preocupamos por todo?

Vivir es complicado, no vamos a mentir. Y la actualidad presenta tantos estímulos que complican aún más la tranquilidad de las personas, presentando constantes distracciones, preocupaciones y angustias que es natural pensar que responder a la pregunta de cómo dejar de preocuparse por todo es, hasta cierto punto, imposible de cumplir.

Sin embargo, la preocupación crónica es solo una forma evitativa, aunque parezca lo contrario ¿cómo podría ser evitativa si estoy constantemente pensando en como solucionar mis problemas? vale ¿pero realmente actuas? Ya se que es difícil, no es un ataque, pero el punto a demostrar es que es una conducta evitativa, normalmente inconsciente que utilizamos para no enfrentar emociones que consideramos incómodas o negativas (como el miedo o la incertidumbre)

Es más fácil para el cerebro centrarse en un pensamiento repetitivo, genera la falsa sensación de estarnos encargando del problema aunque no sea así. Centrarnos en ello, nos aleja del objetivo real. También, se debe a:

  • Miedo o intolerancia a la incertidumbre: no saber que ocurrirá es atroz, y representa una gran intolerancia a ese desconocimiento, así que llenarse la cabeza con pensamientos de lo que podría salir más es mucho más fácil que, de hecho, enfrentarnos a esa incertidumbre.
  • Sesgo de responsabilidad o prevención: “¡Si no me preparo lo suficiente, seré irresponsable y me tomará por sorpresa!” es un pensamiento recurrente en esta base, preocuparse es un acto de protección, según este sesgo, cuando en realidad no es así.
  • Pensamientos negativos antes que positivos: tenemos un diseño simple, es mucho más fácil identificar lo amenazante para poder actuar ante amenazas, más que reconocer lo que está bien. Nos adaptamos a la comodidad, por lo que cuando algo parece ir mal, genera incertidumbre, genera una respuesta de posible amenaza que nos activa la preocupación.

¿Cómo dejar de preocuparse por todo?

Existen diversas estrategias que podemos usar para aprender a cómo dejar de preocuparse por todo, y apartar las preocupaciones excesivas de nuestra cabeza, pero requerirá que sepas, primero que nada, dos cosas importantes: Uno, no esperes que a la primera y magicamente, ya nada te preocupe, esto es algo que toma tiempo; y, segundo, también de compromiso y necesidad de actuar, ya que aunque son estrategias efectivas para saber como dejar de preocuparse por todo, requiere esfuerzo, tiempo y deseo de cambio.

¿Es realmente un problema real…?

Lo que nunca vamos a hacer para aprender a cómo dejar de preocuparse por todo es invalidar las emociones, si te preocupa es por algo y eso está bien. Sin embargo, es necesario aprender y diferenciar las preocupaciones comprensibles y conscientes, de aquellas que no aportan nada y tampoco tienen solución, a menos no inmediata.

Es normal estar preocupados por situaciones como pagar el alquiler, sobre los resultados de un estudio médico importante, es natural sentirse angustiado por situaciones que puedan ser difíciles, y es aquí dónde nos toca hacer un trabajo de análisis, que, recomendamos, escribas a mano para visualizarlo mejor: ¿el problema al que estás dándole vueltas puede ser considerado una preocupación habitual? 

Si es así, probablemente pueda resolverse con una acción: organizar mejor el dinero, aunque existan situaciones dónde la solución se escape de las manos. Por otro lado, si la preocupación no es considerada habitual, y en especial algo que se escapa por completo de tu control, te pregunto ¿puedes resolverlo justo ahora, en ese mismo instante?

Necesitamos aprender a trabajar y actuar sobre las habituales, y soltar las que no dependen de nosotros para aprender a cómo dejar de preocuparnos por todo.

Patrón de preocupaciones y cómo detenerlos

Reconocer que sabes y eres consciente de cuando tu pensamiento está tomando otros caminos con preocupaciones extremas es importante para el trabajo. Así que haremos lo siguiente: No busques detenerlo.

Déjalo ser, en serio, deja que llegue la preocupación y sientela, escuchala, y ahora analiza ¿es realmente un problema, o solo estoy asumiendo un “y si…”?

Un excelente truco es que anotes a lápiz y papel tu preocupación. No en ordenador o en el móvil, estrictamente a mano, ya que esos dos minutos que te tomará anotarlo, son un espacio en blanco para tu cerebro de enfocarse solo en ese pensamiento, y así nos ayuda a evitar desvarios.

Eliminar las condicionales de tu discurso

Los “y sí…”, los “debería”, “podría”, “quizás…” son uno de nuestros mayores enemigos cuando buscamos aprender a cómo dejar de preocuparse por todo, ya que llenarse la cabeza de condicionales, y todo lo que debería haber sido pero no fue o no es, es tortura que estamos eligiendo ejercer sobre nosotros mismos.

No te acribilles por usarlos, pero comienza a ser más consciente de que, probablemente, tu discurso está lleno de ellos, y una vez los descubras, comienza a cambiar el discurso.

Por ejemplo, en lugar de decir “debería ponerme a estudiar porque voy a reprobar” y sentirte culpable no poder hacerlo, intenta con un “Toca ponerse a estudiar, aunque justo ahora me cuesta un poco.”; parece mínimo, pero a la larga marca la diferencia dejar de poner expectativas inconscientes sobre ti mismo, que al mismo tiempo funcionan de queja.

Tolerancia a la incertidumbre

Acéptalo: no puedes controlar todo.

Una vez aceptado, será más sencillo avanzar. Y gran parte de los motivos del porqué aprender a saber como dejar de preocuparse por todo es tan complicado, es por la intolerancia a la incertidumbre, a nadie le gusta no saber qué va a ocurrir, y es normal, nos asusta lo desconocido, pero es hora de entrenar esa intolerancia.

Así que vas a necesitar implementar pequeños retos diarios para ayudarte con ello, enfocados siempre en enfrentarse a la incertidumbre de la vida, y a soltar el control.

El ultimátum

Necesitamos tiempos límites para poder actuar. Gran parte del problema detrás de las preocupaciones constantes es que como ya constatamos que son una conducta evitativa, estaremos alargando la acción todo lo posible o peor: jamás la haremos (lo que va a perpetuar la preocupación constante), así que a ponerse límites.

Empecemos por implementar “el tiempo para pensarlo más tarde”, ésto aunque parezca evitativo no lo es, nos ayuda a jerarquizar los problemas y saber cuándo tomarlos, y así, más adelante en el día, coordinar una hora dónde activamente te permitas sentarte a pensar en todas esas problemáticas y proponerse salir de ahí con, al menos, el primer paso a la solución.

Si estoy constantemente dándole vueltas a que no me agrada que mi pareja juegue hasta tarde videojuegos, y lo pienso, lo pienso, lo pienso, me aterra decirle ¿qué estoy esperando? da miedo, pero no debería, así que en este ejemplo, lo ideal es limitar el tiempo que estarás “pensando cómo decírselo” antes de hacerlo.

Conclusiones

Las preocupaciones son el pan de cada día, pero hay que entender que en el momento que sientas que no puedes dejar de hacerlo, de preocuparte, que te impide disfrutar de tu vida, de la dulce cotidianidad en ella, que te quita el sueño, o que crees que puede estar avanzando a una ansiedad, no dudes en pedir ayuda. 

Dejar de preocuparse no es ser un desinteresado o un despreocupado, el truco está en aprender que no podemos controlar todo y si no podemos solucionarlo, no vale la pena darle tantas vueltas. No podemos controlar lo que otros piensen de nosotros, y da igual si creemos que “puedo esforzarme para que piensen lo que yo busco”, porque estamos cargando más responsabilidad de la necesaria.

Así que si sientes que estas preocupaciones están consumiendo tu vida, en Mente Sana estamos para ayudarte, agenda ya mismo tu cita, la primera es completamente gratuita.

Referencias

González, Manuel, Ibáñez, Ignacio, & Barrera, Andrea. (2017). Rumiación, preocupación y orientación negativa al problema: procesos transdiagnósticos de los trastornos de ansiedad, de la conducta alimentaria y del estado de ánimo. Acta Colombiana de Psicología20(2), 42-52.

Payás Puigarnau, Alba. (2008). Funciones psicológicas y tratamiento de las rumiaciones obsesivas en el duelo. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría28(2), 309-325.