Conoce los tipos de maltrato a personas mayores

Tipos de maltratos a personas mayores

Existen tipos de maltrato a personas mayores, tal vez han visto el video en esta red social llamada tiktok donde sale una chica de equis nacionalidad grabándose y burlándose de una adulta mayor sobre su estado físico y mental, esto entra dentro de los tipos de maltrato a personas mayores. Los maltratos a personas mayores han aumentado en los últimos años, por cuidadores, en las residencias o incluso por su propia familia.

Se ha evidenciado que en el último año una de cada seis personas mayores de 60 años sufrió algún tipo de maltrato en entornos comunitarios. En este artículo trataremos de abordar qué es el maltrato a personas mayores, cuáles son los tipos de maltrato a personas mayores y sobre todo las señales de advertencia. Continúa leyendo.

Tipos de maltratos a personas mayores
Tipos de maltratos a personas mayores

Qué es el maltrato en adultos mayores

El maltrato a personas mayores se puede definir como un acto único o repetido, también como la falta de una respuesta apropiada que causa angustia o daño a un adulto mayor y se presenta en cualquier relación donde exista una expectativa de confianza.

El maltrato a las personas mayores puede ocurrir en el hogar, en residencias o en la comunidad a la que pertenece. Se entiende por maltrato a la acción y efecto de maltratar, tratar mal a una persona o menoscabar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que este tipo de violencia constituye una violación a los derechos humanos que incluyen el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional, así como también la violencia por razones económicas o materiales; el abandono y menoscabar la dignidad.

Se ha evidenciado que los tipos de maltrato a personas mayores han aumentado significativamente desde el COVID-19 y también fue debido al confinamiento. Esto pudo ser un factor de riesgo, ya que solo el personal de la residencia, familiares o cuidadores no tenían contacto con otros.

Si sientes que algún familiar fue maltratado y esta situación te genera insatisfacción emocional, no dudes en buscar un apoyo psicológico para la gestión emocional. Contáctanos y agenda una sesión.

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Tipos de maltrato a personas mayores

Como se ha mencionado, los tipos de maltrato a personas mayores pueden ser realizados por familiares, vecinos, desconocidos o la comunidad y pueden existir con o sin intención de hacerlo. En muchos casos el maltrato ni siquiera se nota o existe una falta de sensibilidad ante ello.

Aquí abordaremos algunos de los tipos de maltrato a personas mayores:

  • Maltrato físico: el uso de fuerza física que pueda tener como resultado un daño corporal, dolor o deterioro físico. Este tipo puede incluir golpes, empujones, quemaduras, uso inapropiado de fármacos o restricciones físicas e incluso castigos.
  • Maltrato psicológico: es todo aquel que cause incluso un malestar emocional o angustia mental. Está compuesto por insultos, amenazas, intimidación, coacción, humillación, descalificación, aislamiento forzado o incluso el control excesivo.
  • Maltrato sexual: se trata de cualquier contacto o comportamiento sexual no consensuado. Estos pueden incluir tocamientos, fotografías, incluir la exposición al material sexual, violación, acoso o desnudez forzada.
  • Maltrato financiero: el uso ilegal o no autorizado de los fondos, activos o propiedades de un adulto mayor. Por ejemplo, robo de dinero, falsificación de firmas o coacción para cambiar el testamento.
  • Abandono: el abandono total de la responsabilidad de los cuidados del adulto mayor por parte de los cuidadores, esta es una forma extrema de maltrato. Estas incluyen el abandono en instituciones asistenciales como hospitales, residencias, clínicas, así como centros comerciales o la vía pública.
  • Negligencia: la falta intencional o no intencional de un cuidador para proveer las necesidades básicas como alimentos, higiene, agua, refugio o atención médica. Este está entre los tipos de maltrato a personas mayores más comunes y se distribuye igual en todas las clases sociales.

Un importante porcentaje de maltrato proviene de la propia familia, hijos, nietos o hermanos o incluso cónyuges.

También se puede reconocer el maltrato estructural que se manifiesta por falta de políticas y salud adecuada, así como el mal ejercicio y el incumplimiento de las leyes.

Es fundamental poder reconocer los tipos de maltrato a personas mayores, ya que esto puede brindar más visibilidad, así como también estrategias de prevención. Si sientes que estás siendo víctima de maltrato, no dudes en buscar ayuda. La terapia te ofrece un espacio seguro. Contáctanos y agenda una sesión.

Factores de riesgo

La violencia suele ser el resultado de una combinación de interacciones individuales, relacionales y socioculturales. Los factores que pueden influir en los tipos de maltrato a personas mayores dependerán del contexto y muchos otros factores.

Los factores de riesgo que se pueden presentar son los siguientes:

  • Diagnóstico de una enfermedad mental.
  • Abuso actual o pasado a sustancias ilícitas.
  • Problemas de salud física.
  • Experiencia pasada de comportamiento disruptivo.
  • Altos niveles de estrés.
  • Habilidades de afrontamiento inadecuado.
  • Aislamiento social.
  • Alta dependencia financiera y emocional.
  • Falta de apoyo social.
  • Falta de personal calificado.
  • Condiciones laborales estresantes.

Los factores de riesgo tanto en instituciones, en el hogar o en la comunidad pueden aumentar la probabilidad de que existan tipos de maltrato a personas mayores.

Es importante también saber reconocer las señales que pueden manifestar los adultos mayores:

  • Moretones inexplicables.
  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Retraimiento.
  • Pérdida de peso.
  • Deshidratación.
  • Falta de higiene.

Estas pueden ser algunas de las señales que pueden manifestar los adultos mayores cuando están siendo maltratados.

Cada vez son más los números de personas maltratadas en centros asistenciales y por parte de familiares.

Estrategias de prevención

Así como es importante reconocer los tipos de maltrato a personas mayores, es importante también saber que existen acciones que pueden prevenir el maltrato o brindar una ayuda.

  • Educación sobre el envejecimiento y el cuidado.
  • Importante tener acceso a recursos para los cuidadores.
  • Explicarles a los adultos mayores que pueden hablar con sus familiares o autoridades.
  • Servicios sociales o líneas de emergencia.

Es imperativo entender que muchas veces los familiares no se dan cuenta del maltrato en las residencias o, en ocasiones, lo minimizan. Créele al adulto mayor cuando exprese que no se siente cómoda, indaga sus motivos y sé comprensible.

Conclusiones

El maltrato en adultos mayores muchas veces viene por parte de los familiares, ya no le tienen paciencia, en ocasiones consideran que están estorbando o que ya no aportan nada a la sociedad. La psicoeducación sobre el maltrato es el primer paso de prevención en esta población. Visibilizar que sí existe el maltrato en adultos mayores y que sus números han aumentado después del COVID-19 puede hacer una diferencia.

Escucha, sé empático y acompaña.

Referencias

WHO (2025)- Maltrato de las personas mayores. (n.d.).

Depredador sexual: Significado, perfil psicológico y prevención

Depredador sexual
Depredador sexual
Depredador sexual

El término “depredador sexual” se utiliza para describir a personas que buscan explotar sexualmente a otras, muchas veces de manera sistemática, manipuladora y sin consentimiento. Comprender su significado es clave para prevenir el abuso y proteger a las potenciales víctimas.

¿Qué significa depredar?

Depredar, en un sentido figurado y psicológico, implica atacar o explotar a otra persona en beneficio propio, sin consideración por el daño causado. En el contexto sexual, depredar implica una conducta intencionada y repetida de acecho, manipulación o coerción con fines sexuales (Groth, 1979). A diferencia de otros tipos de agresores sexuales, el depredador sexual actúa de forma premeditada y suele tener múltiples víctimas o reincidencia.

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Características de un depredador sexual

El individuo que comete violencia sexual, ya sea agresión, acoso, abuso y/o explotación sexual, presenta el perfil tipo de un depredador sexual.

Un depredador sexual busca y explota a sus víctimas mediante la manipulación, amenazas, coerción o violencia, para lograr satisfacer sus deseos sexuales.

Los depredadores sexuales no se definen únicamente por el acto de la agresión sexual, sino por su patrón de comportamiento, que en muchos casos indica la repetición de estos actos a lo largo del tiempo. 

También suelen operar en diversos contextos, desde el ámbito de las relaciones interpersonales hasta entornos online, como ocurre con el grooming (ciberacoso pederasta).

Perfil del depredador sexual

Muchos depredadores sexuales presentan rasgos comunes de:

  • Falta de empatía
  • Alta manipulación emocional
  • Encantador y cautivador
  • Uso de estrategias como el grooming o acoso persistente.
  • Búsqueda activa de víctimas vulnerables (menores, personas en situación de dependencia, etc.)
  • Conductas encubiertas y calculadas para evadir la detección.
  • Búsqueda de poder, control y gratificación
  • Visión distorsionada de las relaciones personales

Investigaciones identificaron perfiles psicológicos frecuentes como el trastorno antisocial de la personalidad, el narcisismo patológico y, en algunos casos, trastornos parafílicos como la pedofilia (Seto, 2008), asociándose en gran parte a perfiles psicopáticos, sociopáticos y perversos.

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Tipos de depredadores sexuales

No todos los depredadores sexuales actúan de la misma manera. Algunos se enfocan en menores (pedófilos), otros en personas adultas vulnerables o bajo influencia de drogas (violadores oportunistas), y también existen los que buscan relaciones de poder para explotar sexualmente, como en contextos laborales o religiosos.

Los depredadores sexuales pueden clasificarse en:

  • Depredador sexual infantil: Menores de edad.
  • Depredador sexual adulto: Mayores de edad en vulnerabilidad.
  • Oportunista: Al azar, sin planificación.
  • Pervasivo: Historia prolongada de agresiones sexuales.
  • Sádicos: Disfrutan causar sufrimiento.
  • Angustiados: Motivados por frustraciones emocionales.
  • Depredador sexual en entornos online: Se gana la confianza de la víctima a través de foros, redes sociales, chats, etc.

No existe un patrón específico de víctima asociada a este tipo de perfil criminal, pero en su mayoría sí suelen ser mujeres, niños, niñas y adolescentes, principalmente en ambientes y entornos de escaso cuidado, negligencia y abandono.

Depredadores sexuales y su impacto

El daño que causa un depredador sexual va más allá del abuso físico. Las víctimas pueden desarrollar trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión, ansiedad crónica, alteración en el desarrollo del apego, conflictos sexuales y dificultades severas en sus relaciones afectivas.

Estos traumas suelen generar reacciones disociativas alterando el desarrollo de la personalidad, la identidad y mucho conflicto en la esfera somática. Asimismo, genera bloqueos afectivos, que mantienen una desregulación emocional, inseguridad, desconfianza y estado de alerta constante. (Van der Kolk, 2015).

Además, el miedo, la vergüenza y la manipulación dificultan la denuncia, lo cual permite que el agresor continúe operando impunemente.

Prevención y abordaje

Woman with a beautiful hand touching the window

La prevención implica tanto la educación sexual integral, como la detección temprana de conductas de riesgo. Es fundamental enseñar a niños, niñas y adolescentes a reconocer señales de alerta, fomentar una comunicación abierta, establecer límites y fortalecer su autoestima. Esto implica una crianza eficiente, con atención, dedicación, cuidado y comunicación fluida con base en un apego seguro.

A nivel institucional, se recomienda establecer protocolos claros, ofrecer canales de denuncia seguros y formar a profesionales en la detección de grooming, acoso y abuso sexual.

En cuanto al tratamiento, muchos depredadores sexuales muestran resistencia al cambio, especialmente si niegan la gravedad de sus actos. Sin embargo, algunos programas terapéuticos basados en la terapia cognitivo-conductual han mostrado resultados limitados, especialmente cuando se combinan con monitoreo judicial.

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Conclusiones

Comprender el perfil del depredador sexual es fundamental para prevenir las conductas abusivas y visibilizar su patrón sistemático. Su conducta parte de un entramado psicológico donde predominan la manipulación, el poder, el control y la falta de empatía. Estos individuos, muchas veces con rasgos psicopáticos o trastornos parafílicos, ejercen un daño profundo y duradero en la salud mental, física y relacional de sus víctimas.

A pesar de los desafíos que plantea el tratamiento y la prevención, la educación emocional, la detección temprana y la implementación de protocolos institucionales eficaces permiten reducir el riesgo y empoderar a las posibles víctimas. Cabe resaltar que, es necesario desplazar el foco de culpa (históricamente puesto en quienes sufren el abuso) hacia los verdaderos responsables, así como establecer límites firmes a la impunidad y construir entornos seguros y protectores.

Referencias

Cepeda Rodríguez, Zulma Yadira y Ruiz Pérez, José Ignacio. (2015). Empatía: diferencias entre abusadores sexuales, delincuentes violentos y un grupo de control. Revista Criminalidad , 57 (2), 209-220.

Eva Yagüe. (17 de octubre de 2024). El oscuro perfil de los depredadores sexuales. LISA News.

Ramírez Mora, Walter. (2002). Caracterización de ofensores sexuales juveniles: experiencia de la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños. Acta Pediátrica Costarricense , 16 (2), 69-74.

Van der Kolk, B. A. (2015). El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma (1.ª ed.). Editorial Eleftheria.

Maltrato psicológico: frases de maltratos psicológicos

frases de maltratos psicológicos
frases de maltratos psicológicos
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En las relaciones humanas, las palabras no solo comunican ideas, sino también pueden ser herramientas de control y daño. Cuando se utilizan de forma sistemática para desvalorizar, manipular o invalidar a una persona, se convierten en una forma insidiosa de maltrato psicológico. Este tipo de abuso a menudo sutil e invisible, deja cicatrices emocionales profundas que minan la autoestima y la percepción de la realidad de la víctima.

Este artículo se propone explorar el universo de las frases de maltratos psicológicos. Identificar estas expresiones verbales, que a primera vista podría parecer inofensivas, es crucial para reconocer un patrón de abuso y comprender su devastador impacto. Al visibilizar estas dinámicas tóxicas, buscamos ofrecer una herramienta esencial para quienes las sufren y fomentar una mayor conciencia sobre esta forma de violencia.

¿Qué es el maltrato psicológico?

El maltrato psicológico, también conocido como abuso emocional, es un patrón de conducta que busca dañar la salud mental y emocional de una persona, afectando su autoestima, dignidad e integridad psíquica. A diferencia del maltrato físico, no deja marcas visibles, pero sus efectos pueden ser iguales o más devastadores.

Maltrato psicológicos: ejemplos y características

  1. Maltrato psicológico ejemplos podemos ver una constante menosprecio, ridiculización o burlas de la persona, a sus ideas, gustos, sentimientos, capacidades o logros, tanto en privado como en público.
  2. Maltrato psicológico ejemplos es cuando se realizan críticas sistemáticas e injustificadas, que buscan socavar la autoestima y hacer sentir a la víctima incapaz o inferior.
  3. Se intenta controlar los movimientos, las llamadas, las compañías y las finanzas de la persona, impidiéndole interactuar con familiares y amigos o dificultando su comunicación con otros.
  4. Se utiliza amenazas verbales, intimidación, chantajes emocionales o manipulaciones para conseguir lo que se quiere.
  5. Maltrato psicológico ejemplos como ignorar, ridiculizar o negar los sentimientos, opiniones e intereses de la víctima, haciéndola dudar de su propia percepción de la realidad (conoce sobre la manipulación aquí).
  6. Se culpa a la víctima por circunstancias negativas o se le hace sentir vergüenza injustificada eso es otras forma de maltrato psicológico ejemplos.
  7. Falta de atención persistente de las necesidades de afecto, apoyo emocional u orientación especialmente en caso de niños.
  8. Mostrará desprecio, resentimiento o rechazo abierto hacia la persona.
  9. Utilizar el efecto como premio o castigo, o distorsionar la realidad para confundir a la víctima y hacerla dudar de sí misma.
  10. Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Cuáles son los efectos del maltrato psicológico

  • Impacto en la salud física y mental: El maltrato emocional y psicológico puede afectar gravemente el bienestar de la persona.
  • Síntomas emocionales y psicológicos inmediatos: las victimas puede experimentar confusión, ansiedad, vergüenza, culpabilidad, llanto frecuente, complacencia y excesiva  impotencia.
  • Patrón de respuesta de la víctima: Es común que la persona maltratada intente negociar con el agresor o cambiar su comportamiento, a menudo culpándose de sí misma, a pesar de no tener responsabilidad, por eso es importante conocer las frases de maltratadores psicológicos por ejercen culpa en  la victima por medio de estas.
  • Pérdida de identidad y autoestima: las frases de maltratos psicológicos continuo pueden llevar a la pérdida completa del sentido de identidad, haciendo que la víctima dude de su autoestima y habilidades, lo que dificultan aún más salir de la relación. (conoce más sobre las relaciones tóxicas aquí).
  • Problemas de salud a largo plazo: El maltrato emocional prolongado puede desencadenar condiciones como depresión, ansiedad, abuso de sustancias y dolor crónico.
  • Necesidad de apoyo emocional: si sufres de frases de maltratos psicológicos es crucial que la víctima busque apoyo para manejar el trauma y salir esta relación abusiva.

Frases de maltratos psicológicos       

A continuación veremos las frases de maltratadores psicológicos que se usan para manipular y chantajear a sus víctimas, presta mucha atención:

  • “Eso nunca ha pasado”

Estas frases de maltratos psicológicos se usan como la técnica de la luz de gas, dicen o hacen cosas que luego niegan para sembrar la duda en la victima, lo cual empieza a cuestionarse si realmente dijo eso o no como método de manipulación.

  • “Eres demasiado sensible”

Estas frases de maltratos psicológicos se usan cuando la víctima intenta  expresar que esta dolida o decepcionada por algo que ha dicho y el maltratador minimiza estos sentimientos quejándose.

  • “estás loca y no soy el único que lo piensa”

Con el tiempo, la persona que aplica maltrato psicológico tiene la capacidad de hacerse la víctima, cuestionando el propio juicio de la víctima para utilizarlos a su favor.

  • “Que mala memoria tienes”

Estas frases de maltratadores psicológicos ponen en duda la memoria de su víctima en múltiples situaciones y niveles para hacer que la víctima dude de sí misma.

  • “Siento mucho que pienses que he hecho daño”

A primera vista puede parecer una disculpa, pero no lo es. Es otra forma más de rechazar su responsabilidad y culpar a la víctima por malinterpretar la situación.

  • “si ya sabes cómo me pongo”

Esta frase de maltratos psicológico es común dentro de la técnica de luz de gas. De nuevo, es una forma de escurrirse la responsabilidad por su comportamiento abusivo y, al mismo tiempo culpar a su víctima.

Frases para un maltratador psicológico

Conclusión

Si tú o alguien cercano identifican estas palabras o patrones en su vida, recuerda que hay salida. Buscar apoyo profesional y hablar con personas de confianza es vital para iniciar el camino hacia la recuperación, reconstruir la autoestima y recuperar la dignidad. El silencio solo fortalece al agresor; la voz, el reconocimiento y la acción son las herramientas más poderosas para poner fin al maltrato psicológico.

Referencias

1) Las 105 frases de la violencia. psicológicos para controlarte.

Bullying físico: consecuencias

Bullying físico

El bullying físico o también llamado acoso, cuando es repetitivo e intencionado, genera consecuencias abrumadoras para la víctima. Este tipo de abuso lo puede experimentar cualquier niño o adolescente.

En los últimos años, el bullying físico ha tenido un incremento significativo y alarmante. En ciertos contextos sociales se suele hacer caso omiso, lo observan como “un juego” de adolescentes o niños, cuando la realidad es otra.

Es importante saber reconocer las características, cómo se puede detectar, prevenir y cómo actuar ante el bullying físico. En este artículo trataremos de desglosar los aspectos más importantes para poder reconocer este tipo de abuso. quédate un momento.

Bullying físico
Bullying físico

¿Qué es el bullying físico?

Se entiende por un tipo de abuso, intimidación o acoso que se puede presentar de manera repetitiva, existiendo también un contacto físico entre la víctima y el agresor.

El agresor suele ser una persona de autoridad, más fuerte o grande que la víctima; en este caso, la víctima siempre será más pequeña o vulnerable. El bullying físico es uno de los más comunes y se puede encontrar en las escuelas, así como en el ámbito laboral.

El bullying físico es más propenso a presentarse entre los niños y varones dado sus conductas agresivas.  No estamos hablando de un conflicto ocasional o una pelea justa, hablamos de un patrón de comportamiento repetitivo y desequilibrado en el poder.

El acoso físico puede presentarse de la siguiente manera:

  • Golpes y patadas: agresiones físicas que pueden causar dolor, moretones o lesiones.
  • Empujones: como zancadillas y acciones que busquen desestabilizar y causarle una caída a la víctima.
  • Daño o robo de pertenencias: quitar o romper objetos de la víctima como, libros, dispositivos electrónicos, en ocasiones la comida.

Siendo el comportamiento tan repetitivo, en ocasiones utilizan las amenazas para desestabilizar emocionalmente, la víctima puede entrar en alerta debido a las agresiones físicas anteriores.

Existe una clara diferencia entre los tipos de bullying que es necesario también saber identificar.

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Características del bullying físico

Este tipo de abuso tiene varias características distintivas que lo diferencian de otros tipos de acoso. Es importante reconocer estas características distintivas, así como los síntomas.

Las características del bullying físico son:

  • Repetición: no se trata de un incidente aislado, sino de una serie de actos violentos que ocurren una y otra vez; cuando se vuelve algo repetitivo, lo convierte en una agresión. Esta agresión puede tener consecuencias a largo plazo.
  • Intencionalidad: este maltrato no es accidental, existe una clara intención de causar daño a la persona. El agresor actúa con el propósito deliberado de herir, bien sea para ejercer control, intimidar o porque sencillamente consigue placer en el sufrimiento ajeno.
  • Desequilibrio de poder: existe un desequilibrio entre el agresor y la víctima. Este desequilibrio puede ser físico, es decir, el agresor es más fuerte, grande o con un status social distinto, obteniendo más apoyo de sus coetáneos. Los agresores se aprovechan de esta ventaja

Es importante recalcar que, el bullying físico tiene un impacto negativo en la vida de la persona, ocasiona daño emocional, psicológico y obviamente físico. En la mayoría de los casos las agresiones son a la persona, pero también el daño a las pertenencias para poder herir de una manera indirecta.

Si estás siendo víctima de abuso, no dudes en buscar ayuda, puedes tener un espacio de expresión. La terapia te proporciona un espacio seguro y confidencial. Da el primer paso y contáctanos.

Para poder reconocer el bullying físico es importante conocer las señales de advertencia, que también van de la mano con las características.

Las víctimas suelen mostrar síntomas físicos y emocionales, en ocasiones es difícil reconocer estas señales, ya que muchas veces las víctimas temen mostrar o pedir ayuda por miedo a las represalias.

  • Lesiones inexplicables: golpes, cortes o moretones que el niño o adolescente no puede explicar.
  • Perdida o daño de pertenencias: ropa cortada o desgarrada, libros, juguetes o dispositivos electrónicos dañados.
  • Retraimiento social: el agresor, en la mayoría de los casos, aísla a la víctima, se muestra más callado y evita situaciones sociales, así como también asistir al colegio.
  • Problemas físicos recurrentes: dolores de cabeza o gastrointestinales sin razón aparente.
  • Conductas regresivas: enuresis o encopresis.
  • Cambios en el apetito y alteración en el sueño.
  • Ansiedad o depresión.

Es importante reconocer las señales de advertencia para poder brindar ayuda y estrategias. Sé comprensible en estos casos, no invites tampoco a la agresión.

Causas del bullying físico

Las causas de este abuso pueden ser complejas y diversas. Así como reconocer las señales en la víctima, también es importante reconocer los factores que detonan a la persona a ser agresiva.

Aquí están algunas de las causas más comunes:

  • Problemas familiares: los niños que crecen en hogares donde prevalece la violencia, el desinterés parental y la falta de comunicación pueden desarrollar comportamientos agresivos.
  • Baja autoestima: los agresores a menudo buscan dominar a otros para sentirse superiores y compensar sus inseguridades.
  • Falta de habilidades sociales y emocionales: quienes no han desarrollado la habilidad de empatizar o gestionar sus emociones pueden recurrir a la violación para expresar la frustración.
  • Contexto social: en algunos espacios la violencia es normalizada e incluso forma parte de la resolución de conflictos.
  • Trastornos de conducta: trastornos de oposicionista desafiante, trastornos en déficit de atención e hiperactividad.

Cuando existe una intervención en las causas, las probabilidades de desarrollar este comportamiento disminuyen.

Roles en el bullying

Se debe entender que no existen solo dos roles en el bullying, aquí encontrarás los roles detallados en el bullying físico.

  1. El agresor (bully): es la persona que ejerce la agresión física. Sus acciones pueden ser por búsqueda de poder, satisfacción, entre otros.
  2. La víctima: quien es agredida, se evidencia señales como moretones inexplicables, dolores de cabeza o ausentismo escolar.
  3. Los espectadores: quienes presencian el bullying físico. Estos pueden estar divididos en tres.
  4. Espectador pasivo: son quienes presencian el acoso, pero no hacen nada para detenerlo ni apoyar a la víctima. No hacen nada por miedo o indiferencia.
  5. Espectador activo: anima al agresor, no inician el acoso, pero participan de alguna manera, riéndose o ayudando a mantener a la víctima inmovilizada.
  6. Defensores: son quienes intentan ayudar a la víctima, detener la agresión o buscar ayuda.

La inacción de los espectadores puede provocar que el abuso permanezca por más tiempo y en ocasiones evolucione.

Es importante crear un entorno con concientización sobre el bullying físico para ayudar a las víctimas y evitar la agresión.

Bullying físico: consecuencias

Como se menciona al inicio, las consecuencias del bullying físico pueden ser devastadoras, tanto a corto plazo como a largo plazo.

Estas consecuencias pueden ser físicas, psicólogas, emocionales y sociales. El bullying también impacta al agresor.

Para la víctima

  • Físicas: lesiones, dolor crónico y, en ocasiones, lesiones que pueden terminar en hospitalizaciones.
  • Psicológicas: baja autoestima, indefensión aprendida, depresión, ansiedad, miedo, estrés postraumático, desconfianza en los vínculos, bajo rendimiento escolar y en ocasiones comportamientos erráticos y agresivos.
  • Académicas: bajo rendimiento escolar, ausentismo y evitación constante a los compañeros.
  • Sociales: dificultad para confiar en los demás y poder crear nuevos vínculos sociales.

Para el agresor:

problemas de conducta a largo plazo, riesgo de delincuencia, hurto, dificultades en las relaciones futuras y en ocasiones privativa de libertad.

Para los espectadores:

culpabilidad, miedo y normalizar la violencia como mecanismo de afrontamiento y defensa.

Para el entorno:

desconfianza constante y estructuras morales inestables. Se genera un entorno hostil.

¿Qué hacer frente al bullying?

Aprender estrategias de prevención e incluso para actuar al momento del bullying es necesario y totalmente imperativo.

Este es el segmento más crucial para poner en práctica

Si eres víctima:

  • No culparte: el bullying nunca es culpa de la víctima.
  • Hablar con un adulto de confianza: es importante tener espacios de expresión y seguridad como: los padres, maestros, consejeros o autoridades.
  • Evitar al agresor: si es seguro hacerlo
  • No responder con violencia: esto puede hacer que la situación escale.

Si eres espectador

  • No seas indiferente: el mensaje de la inacción es el apoyo y que su comportamiento es aceptable.

Intervención de forma segura: buscar ayuda a un adulto, distraer la situación y apoyar a la víctima.

Para los supervisores/cuidadores/padres/docentes

  • Estar atento a las señales
  • Escuchar sin juzgar.
  • No minimizar la situación solo por “juegos”.
  • Actuar de inmediato.
  • Establecer consecuencias claras y justas.
  • Fomentar un espacio seguro y confiable.
  • Enseñar habilidades de resolución de conflictos y empatía.

Es importante también tener estrategias de prevención y poder crear entornos seguros para evitar este tipo de comportamiento. Aquí algunos puntos importantes para poder aplicar.

  • Cultura de respeto: fomentar valores de empatía, inclusión y respeto por los demás.
  • Sensibilización: talleres para padres y docentes para darle mayor importancia a esta situación.
  • Orientación profesional: es importante desarrollar habilidades de la mano de profesionales.

También es importante entender que, si tú no has pasado por una agresión en tu vida, no implica que no exista o que se minimice.

Conclusiones

El bullying físico tiene consecuencias abrumadoras y no solo en la víctima, a largo plazo también afecta al agresor y a la sociedad.

Se ha dicho mucho en estos últimos años que la sociedad es de cristal, que ahora no se puede jugar con los niños o adolescentes porque todo es violencia, pero no podemos voltear la cara o mirar a la otra calle cuando se está cometiendo una agresión.

No se debe normalizar una agresión física, daño o hurto de pertenencias solo porque se considere “un juego”. Para quien vive el día a día del bullying no es un juego, es una clara agresión.

Seamos más empáticos y respetuosos.

Referencias

MARSHALL-SESLAR, A. (2022, December 14). McMillen Health. McMillen Health.

Ruano, B. (2023, agosto 08) Bullying físico: causas, consecuencias y formas de intervención. (n.d.).

Violencia estética: Desafiando los estándares

Violencia estética

La presión por alcanzar estándares de belleza inalcanzables es una realidad que afecta a miles de personas. De acuerdo con un estudio reciente, más del 70% de las mujeres experimentan insatisfacción corporal, lo que a menudo desemboca en lo que conocemos como violencia estética. ¿Pero qué es exactamente la violencia estética y cómo nos impacta? En este artículo de Mente Sana, exploraremos a fondo este fenómeno.

¿Violencia estética qué es? Desentrañando el concepto

La violencia estética se refiere a la imposición y perpetuación de un canon de belleza hegemónico que genera sufrimiento, discriminación y exclusión a quienes no se ajustan a él. No es una agresión física directa, sino una forma sutil y constante de presión social que puede tener efectos devastadores en la salud mental de las personas. Como señala Bourdieu (1998), la violencia simbólica opera a través de mecanismos que internalizan las dominaciones, haciendo que los individuos acepten como natural lo que es una construcción social. Esta violencia estética se manifiesta en comentarios, imágenes y expectativas que dictan cómo “deberíamos” lucir.

No solo se limita a la esfera personal, sino que se infiltra en los medios de comunicación, la publicidad y las interacciones cotidianas. Es una manifestación de poder que busca normalizar ciertos cuerpos y denigrar otros, impactando profundamente la autoestima. Comprender qué es la violencia estética es el primer paso para combatirla.

Violencia estética contra la mujer: Un impacto desproporcionado

Históricamente, la violencia estética contra la mujer ha sido una constante. Desde la infancia, las niñas son bombardeadas con mensajes que asocian su valor con su apariencia física. Esta presión constante por la perfección puede llevar a trastornos de la imagen corporal, ansiedad, depresión e incluso trastornos alimentarios. De acuerdo con Naomi Wolf (1990) en su obra El mito de la belleza, la belleza es una construcción social que se utiliza para mantener a las mujeres bajo control, desviando su energía de otras formas de empoderamiento. La violencia estética contra la mujer es, por tanto, una herramienta de control social.

Las expectativas de delgadez extrema, juventud eterna y piel perfecta son solo algunas de las facetas de la violencia estética contra la mujer. Esto no solo afecta la percepción individual, sino que también influye en las oportunidades laborales y sociales, perpetuando un ciclo de insatisfacción. Esta forma de violencia estética se encuentra arraigada en nuestra cultura, a menudo invisible pero siempre presente.

Violencia estética ejemplos: Reconociendo las manifestaciones

Para entender mejor este fenómeno, es crucial identificar la violencia estética ejemplos cotidianos. Estos pueden variar desde comentarios aparentemente inofensivos hasta campañas publicitarias invasivas.

  • Comentarios no solicitados sobre el cuerpo: “Deberías bajar unos kilos”, “Te verías mejor si te arreglaras el pelo”, “Ya te estás viendo mayor”. Estos comentarios, aunque a menudo bien intencionados, refuerzan la idea de que nuestro cuerpo es un objeto de escrutinio público y que debe ajustarse a ciertas normas. La violencia estética ejemplos como estos son muy comunes.
  • Publicidad engañosa: Las imágenes retocadas digitalmente que muestran cuerpos irreales promueven estándares inalcanzables. Estas campañas generan una constante comparación y la sensación de insuficiencia. Como sostiene Butler (1990), la performatividad del género y la imagen corporal están intrínsecamente ligadas a las normas sociales, y la publicidad contribuye a perpetuar la violencia estética.
  • Presión para procedimientos estéticos: La constante promoción de cirugías plásticas, tratamientos antiedad y productos para “mejorar” la apariencia física, incluso cuando no son necesarios o deseables para el individuo. Este es un claro ejemplo de violencia estética.
  • Discriminación laboral o social: Personas que son juzgadas o excluidas por su apariencia física, lo que puede afectar sus oportunidades de empleo, sus relaciones interpersonales o su bienestar general. La violencia estética ejemplos de este tipo resaltan el impacto sistémico.
  • El culto a la delgadez: La obsesión cultural por la delgadez como sinónimo de éxito y belleza, lo que puede llevar a comportamientos restrictivos y trastornos alimentarios. Esta es una manifestación peligrosa de violencia estética.
  • Estigmatización del envejecimiento: La idea de que el envejecimiento es algo que debe ser ocultado o “corregido”, generando presión para mantenerse joven a toda costa. Este es otro de los violencia estética ejemplos más comunes.

Estos violencia estética ejemplos ilustran cómo la violencia estética se infiltra en nuestra vida diaria, a menudo de maneras que ni siquiera percibimos.

Herramientas y soluciones

La lucha contra la violencia estética requiere un enfoque multifacético, tanto individual como colectivo. Es fundamental que comencemos a cuestionar los cánones de belleza impuestos y a fomentar una cultura de aceptación y respeto por la diversidad corporal.

Herramientas para el individuo:

  • Autoconciencia y deconstrucción: Es vital reconocer cómo la violencia estética ha influido en nuestra propia percepción de nosotros mismos. Pregúntate: ¿Por qué siento la necesidad de cambiar esto de mi cuerpo? ¿Es una decisión propia o una imposición externa?
    La autoconciencia es una herramienta poderosa.
  • Cultivar la autoestima intrínseca: Enfócate en tus cualidades internas, habilidades y logros, en lugar de basar tu valor en tu apariencia. La verdadera belleza reside en la singularidad de cada persona. Para Carl Rogers (1959), la consideración positiva incondicional es fundamental para el desarrollo de una autoestima sana, y esto se opone directamente a la violencia estética.
  • Rodearte de positividad: Busca amistades y entornos que promuevan la aceptación y la diversidad, y que te hagan sentir cómodo en tu propia piel. Evita aquellos que refuerzan los ideales de violencia estética.
  • Consumo crítico de medios: Cuestiona las imágenes y mensajes que promueven estándares de belleza irreales. Recuerda que muchas de las imágenes que vemos son retocadas y no representan la realidad. La violencia estética se alimenta de estos mensajes.
  • Practicar la autocompasión: Trátate a ti mismo con la misma amabilidad y comprensión que le ofrecerías a un amigo. Entiende que nadie es perfecto y que todos merecemos ser aceptados tal como somos. Neff (2003) enfatiza la importancia de la autocompasión para el bienestar psicológico, un antídoto contra la violencia estética.

Recuerda que tu primera sesión es gratuita y que puedes iniciar tu proceso con los profesionales de Mente Sana. Estamos aquí para acompañarte en tu camino hacia una relación más sana y amorosa contigo mismo.

La violencia estética puede dejar cicatrices, pero la sanación es posible.

Soluciones a nivel social:

  • Educación y sensibilización: Promover desde edades tempranas una visión más inclusiva de la belleza, enseñando a los niños a valorar la diversidad y a cuestionar los estereotipos. Esto es clave para erradicar la violencia estética.
  • Regulación de la publicidad: Implementar normativas que obliguen a las empresas a indicar cuándo una imagen ha sido retocada, y a promover la diversidad de cuerpos en sus campañas. Esta acción directa puede mitigar la violencia estética.
  • Representación inclusiva en los medios: Asegurar que los medios de comunicación presenten una variedad de cuerpos, edades, etnias y habilidades, de forma que todos se sientan representados y valorados. Esto es esencial para contrarrestar la violencia estética contra la mujer y otros grupos.
  • Apoyo a movimientos body positive: Impulsar iniciativas que celebran la diversidad corporal y que desafían los estándares de belleza restrictivos. La comunidad puede ser una fuerza poderosa contra la violencia estética.
  • Fomentar la crítica constructiva: Promover el diálogo abierto sobre los efectos negativos de la violencia estética y animar a las personas a alzar la voz contra las prácticas discriminatorias.

Al adoptar estas herramientas y soluciones, podemos empezar a desmantelar los cimientos de la violencia estética y construir un mundo donde la belleza sea vista como una manifestación de la diversidad humana, y no como una norma restrictiva. Es un camino largo, pero cada paso cuenta.

La importancia de la terapia

La violencia estética puede generar heridas profundas en la psique, afectando la autoestima, la autoimagen y la relación con el propio cuerpo. En Mente Sana, entendemos que abordar estos impactos requiere un espacio seguro y profesional. La terapia psicológica ofrece herramientas valiosas para sanar estas heridas.

Un psicólogo puede ayudarte a:

  • Identificar y desafiar las creencias negativas: Muchas de las ideas sobre la belleza y el valor personal están arraigadas en creencias internalizadas a lo largo de los años debido a la violencia estética. La terapia cognitiva-conductual puede ayudarte a identificar y modificar estos patrones de pensamiento disfuncionales (Beck, 1976).
  • Desarrollar la autoaceptación y el amor propio: A través de técnicas como la terapia de aceptación y compromiso (ACT), puedes aprender a aceptar tus imperfecciones y a cultivar una relación más compasiva contigo mismo, liberándote del yugo de la violencia estética.
  • Manejar la ansiedad y la depresión: La presión estética puede desencadenar o exacerbar problemas de salud mental. Un terapeuta puede proporcionarte estrategias de afrontamiento y apoyo emocional. La violencia estética contra la mujer a menudo resulta en estos problemas.
  • Construir límites saludables: Aprender a protegerte de comentarios o situaciones que perpetúan la violencia estética, estableciendo límites claros en tus interacciones sociales.
  • Explorar las raíces de la insatisfacción corporal: A veces, la insatisfacción con el cuerpo es un síntoma de problemas más profundos. La terapia psicodinámica puede ayudar a explorar estas conexiones inconscientes (Freud, 1915).

Recuerda, buscar ayuda profesional no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Es un acto de amor propio y una inversión en tu bienestar. La violencia estética no tiene por qué definirte.

Conclusión

La violencia estética es un fenómeno complejo y multifacético que impacta profundamente la salud mental y el bienestar de las personas, especialmente la violencia estética contra la mujer. Desde la comprensión de violencia estética que es, la identificación de violencia estética ejemplos cotidianos, hasta la implementación de herramientas individuales y soluciones sociales, es crucial reconocer que la belleza es diversa y subjetiva. Al cuestionar los cánones impuestos, fomentar la autoaceptación y buscar apoyo profesional cuando sea necesario, podemos trabajar juntos para desmantelar este tipo de violencia y construir un futuro donde todos se sientan valorados por quienes son, más allá de su apariencia física.

Referencias

Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. International Universities Press.

Bourdieu, P. (1998). La dominación masculina. Anagrama.

Butler, J. (1990). Gender trouble: Feminism and the subversion of identity. Routledge.

Freud, S. (1915). The unconscious. En J. Strachey (Ed. y Trad.), The standard edition of the complete psychological works of Sigmund Freud (Vol. 14, pp. 159-215). Hogarth Press.

Neff, K. D. (2003). Self-compassion: An alternative conceptualization of a healthy attitude toward oneself. Self and Identity, 2(2), 85-101.

Rogers, C. R. (1959). A theory of therapy, personality, and interpersonal relationships: As developed in the client-centered framework. En S. Koch (Ed.), Psychology: A study of a science. Vol. 3: Formulations of the person and the social context (pp. 184-255). McGraw-Hill.

Wolf, N. (1990). The beauty myth: How images of beauty are used against women. William Morrow.

Violencia psicológica: Ejemplos

violencia psicológica

A menudo, las heridas más profundas e invisibles son infligidas por la violencia psicológica, una forma de abuso sutil y destructiva que mina la autoestima, la autonomía y la salud mental de una persona. A diferencia de la agresión física, cuyos signos son innegables, el maltrato psicológico se esconde detrás de un velo de manipulación, control y denigración constante, haciendo que las víctimas duden de su propia percepción y cordura. Comprender la violencia psicológica es el primer paso para combatirla. Reconocer sus señales, tanto en uno mismo como en los demás, es crucial para romper el ciclo de abuso. Este artículo explorará en detalle las diversas formas en que se manifiesta la violencia psicológica, ofreciendo ejemplos concretos para iluminar esta compleja y dañina realidad.

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Violencia psicológica

¿Qué es la violencia psicológica en la pareja?

Es una forma de abuso psíquico, que tiene lugar en la relación de dos personas que deciden convivir o vincularse afectivamente para compartir un proyecto en común. Son comportamientos que se convierten en agresiones y daños, de los cuales el agresor puede o no tener conciencia, supone la amenaza de la violencia física o corporal y en muchas ocasiones es peor que la violencia física.

“La violencia psicológica es toda omisión o acción que cause daño, dolor, perturbación emocional, alteración psíquica o daño en la autoestima de la persona a la cual va dirigida”  Acosta, citado por Wert N.

Ejemplos de la violencia psicológica

La violencia psicológica es insidiosa precisamente porque se camufla en las interacciones diarias, haciendo que muchas veces pase desapercibida o sea normalizada. Aquí te dejamos algunos ejemplos de la vida diaria en diferentes ámbitos:

En la pareja

  • Desvalorización constante: Tu pareja te dice repetidamente “eres un desastre”, “no sirves para nada”, “si no fuera por mí, no harías nada bien”. Incluso si logras algo importante, lo minimiza o le quita mérito.
  • Control excesivo: Revisa tu celular, tus redes sociales, tus mensajes. Te pregunta constantemente dónde estás, con quién estás y qué haces. Puede incluso limitarte el contacto con amigos y familiares.
  • Gaslighting: Te hace dudar de tu propia percepción y memoria. Por ejemplo, niega haber dicho algo que recuerdas claramente (“Estás loca, yo nunca dije eso”), o te convence de que eres “demasiado sensible” o “exageras todo” cuando expresas tus sentimientos.
  • Amenazas sutiles: “Si me dejas, te quito a los niños”, “Si sigues así, le diré a todos lo que hiciste”, “Haré algo malo si no me haces caso”. Aunque no sean amenazas físicas directas, generan miedo y control.
  • Silencio y desinterés: Te ignora durante días, te retira la palabra como castigo, o muestra total indiferencia hacia tus preocupaciones, logros o emociones.
  • Humillación en público o privado: Te ridiculiza o se burla de ti frente a otras personas, o te insulta y degrada en la intimidad, haciendo sentir vergüenza.
  • Celos patológicos: Te acusa constantemente de infidelidad sin motivo, te prohíbe interactuar con ciertas personas o te hace sentir culpable por cualquier relación externa.

En la familia (padres a hijos, entre hermanos, etc.)

  • Críticas destructivas y constantes: Un padre/madre que le dice a un hijo “eres un inútil”, “nunca haces nada bien”, “ojalá no hubieras nacido”, minando su autoestima desde pequeño.
  • Comparaciones denigrantes: “Tu hermana sí saca buenas notas, tú eres un vago”, “Tu primo es mucho más inteligente que tú”.
  • Sobrecarga de responsabilidad o culpa: Hacer sentir a un hijo responsable de los problemas económicos o emocionales de la familia. “Por tu culpa tu padre y yo estamos discutiendo”.
  • Ignorar las necesidades emocionales: Un padre/madre que constantemente desatiende o invalida los sentimientos de sus hijos, diciéndoles que “no tienen derecho a estar tristes” o que “eso no es importante”.
  • Amenazas de abandono o retirada de afecto: “Si no te portas bien, no te querré”, “Si haces eso, me voy de la casa”.
  • Manipulación para controlar comportamientos: “Si me quieres, harás esto por mí”, “Si de verdad te importo, no irás con tus amigos”.

Violencia psicológica

En el ámbito laboral (mobbing o acoso laboral)

  • Asignación de tareas humillantes o sin sentido: Dar a un empleado tareas por debajo de sus capacidades o que no tienen propósito, solo para desmoralizarlo.
  • Retención o manipulación de información: No compartir información relevante para el desempeño de un empleado, para que cometa errores o no pueda cumplir con sus objetivos.
  • Aislamiento social o profesional: Excluir a un compañero de reuniones importantes, no responder a sus correos, evitar interactuar con él o hablar mal de él a otros.
  • Críticas constantes e injustificadas: Un jefe que critica cada acción de un empleado, incluso las acciones bien hechas, sin ofrecer retroalimentación constructiva.
  • Desvalorización pública: Un superior que humilla a un empleado frente a otros compañeros o clientes.
  • Sobrecarga o eliminación de responsabilidades: Asignar una carga de trabajo inmanejable o, por el contrario, quitarle todas las responsabilidades a un empleado, dejándolo sin nada que hacer.
  • Difusión de rumores o chismes: Extender información falsa o malintencionada sobre un compañero para dañar su reputación.

En las amistades

  • Chantaje emocional: “Si eres mi amigo de verdad, me ayudarías con esto, aunque no quieras.”
  • Minimizar tus problemas: “No es para tanto, estás exagerando”, cuando compartes una preocupación importante.
  • Control y posesividad: Un amigo que se molesta si sales con otras personas o te exige que le dediques todo tu tiempo.
  • Críticas encubiertas o “bromas” hirientes: Comentarios que parecen broma pero que son constantes y buscan hacerte sentir mal con respecto a tu apariencia, habilidades o decisiones.

La clave para identificar la violencia psicológica en la vida cotidiana es prestar atención a los patrones repetitivos de comportamiento que buscan controlar, humillar, desvalorizar, aislar o manipular a la otra persona, minando su bienestar emocional y psicológico.

Conclusión

La violencia psicológica, con su compleja red de manipulación, desvalorización y control, representa una de las formas de abuso más insidiosas y dañinas. Como hemos visto a través de los ejemplos cotidianos, sus huellas no son moratones o cicatrices visibles, sino heridas profundas en la autoestima, la identidad y la salud mental de quienes la padecen. Su sutileza la hace difícil de reconocer y, lamentablemente, fácil de normalizar, perpetuando un ciclo de sufrimiento en silencio. Es crucial entender que la violencia psicológica no es una cuestión de “sensibilidad excesiva” ni una “discusión de pareja” normal; es una forma de maltrato que socava la dignidad y la autonomía de una persona. Reconocerla es el primer paso vital para detenerla, tanto si la estamos experimentando como si la observamos en otros.

En muchos casos, buscar el apoyo de un profesional de la salud mental, como un psicólogo, puede ser de gran ayuda para transitar las fuertes repercusiones emocionales de este proceso, por eso, en Mente Sana estamos aquí para guiarte y acompañarte en la selección del mejor especialista, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Wikipedia (2025), Violencia psicológica en la pareja.

Violencia en pareja: El camino hacia la recuperación

Violencia en pareja
Violencia en pareja

La violencia en pareja es una realidad dolorosa y compleja que deja cicatrices emocionales, muchas veces invisibles. Aunque las heridas físicas pueden sanar, el impacto emocional y psicológico de la violencia puede perdurar por mucho tiempo, atrapando a la víctima en un ciclo de miedo, culpa y aislamiento. Este artículo no sólo visibiliza la dura realidad del abuso en las relaciones, sino que también busca iluminar el camino hacia la recuperación.

¿Qué es la violencia en pareja?

La violencia en pareja se refiere al daño físico, sexual, financiero, emocional o psicológico a una persona por una pareja actual o anterior. Es cualquier patrón de comportamiento abusivo que ocurre en una relación. Es un importante destacar que la violencia en pareja no es un conflicto normal de la relación, sino un patrón de abuso donde una persona busca dominar y controlar a la otra, las consecuencias son devastadoras para la salud mental y física de la víctima.

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Tipos de violencia en pareja

Como te comentamos anteriormente la violencia puede manifestarse de diversas formas, y a menudo se combinan entre sí, aquí te explicamos algunas:

  • Violencia física: es la forma más reconocible, ya que deja marcas visibles, incluye golpes, empujones, lanzamiento de objetos, uso de armas o cualquier acción que cause daño físico.
  • Violencia psicológica o emocional: a menudo es la más difícil de identificar, pero tiene graves consecuencias. Implica el uso de palabras y acciones para humillar, insultar, denigrar, amenazar o intimidar. También para controlar, aislar o hacer sentir a la víctima incapaz o “loca”. Utilizando insultos y criticas constantes. Celos excesivos y posesividad. Controlar sus movimientos, llamadas y redes sociales. Intentar aislar a la víctima de amigos y familiares. Hacer sentir culpable a la víctima.
  • Violencia sexual: se refiere a cualquier acto sexual forzado o no consentido dentro de la relación. El hecho de ser pareja no implica consentimiento para todas las actividades sexuales, estas incluyen: obligar a la pareja a participar en actos sexuales sin su consentimiento. Insultar con comentarios sexuales o apodos denigrantes, lesionar con objetos durante el acto sexual.
  • Violencia económica o financiera: consiste en controlar o limitar el acceso de la pareja a los recursos económicos, buscando su dependencia financiera, puede manifestarse como: quitar el dinero o controlar cómo se gasta, impedir que la pareja trabaje o estudie, negar el acceso a necesidades básicas y/o destruir pertenencias.

Violencia en pareja

Características comunes de la violencia en pareja

Camino hacia la recuperación de la violencia en pareja

El camino hacia la recuperación con asistencia psicológica es un proceso gradual y transformador que se construye sobre el apoyo profesional, no es un camino lineal y puede tener altibajos, pero con la guía adecuada, es posible sanar y reconstruir una vida libre de violencia.

  1. Reconocimiento y búsqueda de apoyo: este es el punto de partida, ya que, si empiezas a comprender que lo que estas viviendo no es normal, que es abuso y que no es tu culpa. Este reconocimiento de la situación puede ser detonado por una agresión grave, la intervención de un tercero o un momento de lucidez. Aquí, la asistencia psicológica entra en juego y de esta manera ayudarte a recuperar el camino hacia el bienestar.
  2. Establecimiento de un espacio seguro: el psicólogo que te acompañe debe crear un ambiente de confianza, empatía y confidencialidad. Es fundamental que te sientas segura y validada.
  3. Validación de la situación y desculpabilización: una de las primeras tareas conjuntamente con tu terapeuta será desmentir que eres responsable del abuso y enfatizar que la culpa recae enteramente en el agresor.
  4. Contención emocional y reducción de la ansiedad: se utilizan técnicas para manejar el trauma agudo, la ansiedad, los ataques de pánico, la depresión y el estrés postraumático. Esto puede incluir técnicas de respiración, mindfulness o estabilización emocional.
  5. Establecimiento de límites saludables: es fundamental para prevenir futuras relaciones abusivas. El especialista te ayuda aprender a decir que no, a expresar sus necesidad y a establecer limites claros en sus interacciones. Así también enseñarte estrategias para manejar las emociones difíciles de una manera constructivas.

Violencia en pareja

Conclusión

El camino hacia la recuperación para las victimas de violencia en pareja es, sin duda, arduo pero esperanzador si utilizas los recursos como la asistencia psicológica se convierte en la brújula indispensable en este viaje, guiando a la persona desde el doloroso reconocimiento del abuso hasta la plena reconstrucción de su ser. No se trata solo de escapar de un ciclo de violencia, sino de desaprender patrones, sanar heridas invisibles y, en ultima instancia, redescubrir la propia valía y el derecho a una vida digna. Al final de este camino, lo que emerge no es solo una persona que sobrevivió a la violencia, sino una que ha florecida, fortalecida por su propia capacidad de sanar y de elegir una vida plena y feliz.

En Mente Sana estamos presentes para acompañarte y ayudarte en tu proceso hacia el autocuidado y amor propio. Por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

American Psychiatric Association, Qué es la violencia de pareja.

Violencia intrafamiliar: el enemigo silencioso

Violencia intrafamiliar
Violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar puede que sea invisible en muchas ocasiones, pero si tienes los ojos bien abiertos y sabes detectar las señales resulta obvio y tan visible, que ignorarlo se vuelve un imposible. No siempre deja marcas físicas, pero sí que unas profundas en la mente de aquellos que la han sufrido o que la sufren, y las consecuencias de la violencia intrafamiliar pueden ser muchas, no solo en el momento, sino en el futuro de la víctima, quien arrastrará por años aquellos problemas de no trabajarlos. Por ello, es importante aprender a reconocer las señales.

¿Qué es la violencia intrafamiliar?

Un afamado psicólogo e investigador, Piaget, alrededor del 1982 cuando comenzó a trabajar en sus teorías evolutivas y del aprendizaje, constató que la violencia por sí sola se definía como el uso de cualquier tipo de abuso de poder que causa daño. Ya sea físico, sexual, psicológico, económico y pare de contar. 

Y aunque ciertos estudios ahora arcaicos hablaban de que la violencia venia de forma inherente en el ser humano, justo ahora reconocemos que no es así, que la violencia no está inscrita, sino que aparece según la sociedad y la cultura, según textos del DSM-III.

Dicho así, la violencia intrafamiliar se trata de cualquier tipo de abuso de poder que causa daño, ejercido por un miembro del círculo y núcleo familiar hacia otro. Es un maltrato que tal y como expresó Piaget en su momento, no se limita a una sola área, sino que puede ir desde golpes, abusos sexuales y violencia física, hasta abuso psicológico como humillaciones, manipulación y control excesivo.

En estos casos hay que tener en cuenta que todo se trata de una palabra: poder. El poder hace a muchas personas delirantes, el poder lleva a muchos a actuar con alevosía, incordio y poca empatía, con crueldad, y cuando hablamos de violencia intrafamiliar no estamos hablando de simples peleas o discusiones, sino de abusos en su máxima expresión.

Para el abusador,el victimario, tener el control y el poder es lo más importante. Normalmente encontrarás que dirán lo contrario, que no buscan tener control, que no les interesa el poder, pero el detalle está en sus acciones, ya que si no es consciente esto suele suceder de forma inconsciente, en casos de abusos y de violencia intrafamiliar las acciones hablan más que las palabras.

Se da entre parejas, entre hermanos, contra abuelos, padres a hijos y viceversa.

¿Por qué se origina la violencia intrafamiliar? Aspectos propensos a potenciarla en el núcleo

En realidad, no existe una razón simple. Normalmente suele ser el resultado de múltiples factores que se congregan para dar este desafortunado resultado, sin embargo podemos hablar de:

Patrones generacionales

De los más comunes, hablamos de agresores que han crecido en entornos violentos, normalizando el maltrato, el castigo y el control, normalmente hijos abusados en entornos llenos de violencia y que al crecer y no conocer otro modelo de crianza o de vida, perpetúan el ciclo interminable de violencia intrafamiliar.

Un ejemplo destacable es la normalización de torturas disfrazadas de castigos que a día de hoy, muchos adultos recuerdan con nostalgia y cierto cariño, pero que vivían como niños. No hay que ir muy lejos, con solo preguntarle a nuestros padres, primos, tíos y abuelos, podrás encontrar historias de terror que incluso pueden incluir torturas con agua. Y nos encantaría estar exagerando, pero a esto se refiere la normalización de la violencia.

Intolerancia al manejo de las emociones, desregulación emocional

Nadie nos enseña como adultos a regularse o manejar las emociones fuertes como la rabia o la frustración, y cuando estas son un problema incluso para uno mismo, puede ser un factor que dispare reacciones agresivas e impulsivas, que lleven a situaciones de violencia intrafamiliar.

El totalitarismo del poder

¿Recuerdas que hablábamos del poder al inicio? pues aquel que suele ejercer su violencia, busca justificarla con el poder, normalmente son ideas irracionales asociadas a las distorsiones cognitivas como la idea de que todo castigo es aceptable para marcar un punto, o que todo lo que se hace es por el bien de la persona en cuestión.

Dependencia emocional y relaciones abusivas

Como la violencia intrafamiliar ocurre desde todos los puntos de vista, es importante destacar lo que es el ciclo de violencia que puede generar una relación de dependencia  que no es únicamente entre parejas. Es una de las razones más principales y comunes de violencia intrafamiliar.

Consecuencias de la violencia intrafamiliar

  • Ansiedad, acompañados o no de ataques de ansiedad o de pánico;
  • Depresión;
  • Baja autoestima;
  • Trastorno de estrés postraumático;
  • Dificultades del aprendizaje y del desarrollo en caso de violencia intrafamiliar con niños presentes;
  • Problemas para la formación de vínculos sanos,
  • Dificultades para el desarrollo emocional;
  • Problemas de confianza.

¿Por qué es tan difícil cortar el círculo de violencia intrafamiliar?

Muchas veces, la dependencia emocional. Otras tantas, el miedo. Depende de cada persona y cada contexto, pero lo que es totalmente cierto es que no es tan simple como abrir la puerta y salir. Los años de experiencia en el tema marcan un patrón de ciertas situaciones como el miedo a las represalias, o la romantización de que el amor podrá ayudar a que todo se solucione porque es tan bonito que hará cambiar al agresor. La culpabilización de las acciones, o el aislamiento social…

Pero la verdad es que puede deberse a tantos factores que sería imposible dar con todos, lo que es una realidad absoluta es que debido a estas complicaciones puede verse frustrante desde afuera conocer un caso de violencia intrafamiliar, pero el apoyo es sumamente importante para las personas que están dentro de ese ambiente peligroso.

Señales de violencia intrafamiliar

  • Señales físicas: la más evidentes, que van desde golpes, hematomas, quemaduras en formas circulares y pequeñas (generalmente de cigarrillos), lesiones y heridas que no tienen una explicación convincente, poco interés en visita médica ante las heridas.
  • Cambios emocionales: cambios drásticos de humor y, por consiguiente, de conducta. Baja autoestima, sentido de hipervigilancia constante, aislamiento social y problemas psicológicos como trastornos del sueño, terrores nocturnos y desarrollo de patologías como ansiedad o depresión. En niños se puede ver el síndrome de acomodación infantil, por ejemplo.
  • Conductas confusas y cambios en la misma: la violencia intrafamiliar suele verse acompañada de ciertos cambios conductuales de quienes la sufren, no solo desde el lado emocional, sino el desarrollo de miedos, comportamientos impulsivos y agresivos, normalización y justificación del agresor, ausencias frecuentes a la escuela o al trabajo, suelen también venir junto a un comportamiento autodestructivo.
  • Poder y control: como son el enfoque principal de la violencia intrafamiliar, es importante tener en consideración que el poder y el control se manifiestan en control del dinero, del tiempo y de la posibilidad de salida al disfrute, decisiones y hasta son capaces de controlar el contacto que se tiene con familiares o amigos.

¿Qué hacer ante un caso de violencia intrafamiliar?

  • Ofrecerle un espacio seguro a la víctima para hablar, pregunta, y lo más probable es que pueda contestar de forma negativa. Aún así, observa y mantente atento, muchas veces no suelen admitir ser víctimas de buenas a primeras por el miedo.
  • Motiva a buscar ayuda: profesional, como un psicoterapeuta, o legal (lo más recomendable)
  • Si el riesgo es absoluto e inmediato, si notas que su vida está en peligro, si se trata de un menor de edad en peligro: no dudes en llamar a emergencias o la policía local.

Conclusiones

La violencia intrafamiliar es un problema que cualquier persona puede sufrir, y no podemos normalizar pensando que es “cosa de nada” o “simples castigos para arreglar la conducta”, la violencia jamás es la solución, sus consecuencias son diversas y entre ellas, al factor psicológico que deja ser víctima de violencia puede impedirte hacer vida de forma cotidiana y normal en muchos aspectos de tu vida.

El trabajo de nosotros no es buscar un culpable o ir ante la ley, esas son decisiones y procesos externos en el que, con un buen acompañamiento psicológico, podrás enfrentarte en caso de ser necesario. Nosotros, como equipo, buscamos ayudarte a afrontar el dolor emocional que deja

Por eso, si estás pasando por un momento de violencia intrafamiliar, en Mente Sana podemos ayudarte al proceso psicológico, agenda ya tu primera cita, completamente gratuita.

Referencias

Mayor Walton, Sunieska, & Salazar Pérez, Carlos Alberto. (2019). La violencia intrafamiliar. Un problema de salud actual. Gaceta Médica Espirituana21(1), 96-105. Epub 01 de abril de 2019.

Mercado, T. G. (2023, October 16). Violencia escolar en la RD. Acento.