Cómo controlar la ira y la agresividad: Un camino hacia la serenidad

Cómo controlar la ira y la agresividad

La ira y la agresividad son emociones humanas complejas que, si no se gestionan adecuadamente, pueden tener consecuencias devastadoras en nuestras vidas y relaciones. ¿Sabías que un estudio de la Asociación Americana de Psicología (APA) reveló que el 73% de los adultos experimenta ira intensa al menos una vez al mes (APA, 2017)? Aprender cómo controlar la ira y la agresividad es crucial para nuestro bienestar. Si estás leyendo esto, es probable que estés buscando respuestas. Queremos recordarte que tu primera sesión con los profesionales de Mente Sana es completamente gratuita. ¡Es el primer paso para iniciar un proceso de bienestar que puede transformar tu vida!

Entendiendo la ira y la agresividad: Una mirada profunda

Antes de explorar cómo controlar la ira y el enojo al instante, es fundamental comprender qué son y cómo se manifiestan. La ira es una emoción básica que surge como respuesta a una amenaza percibida o una injusticia (Beck, 1999). Puede variar en intensidad, desde una leve irritación hasta una furia incontenible. Por otro lado, la agresividad es un comportamiento, a menudo impulsado por la ira, que busca causar daño físico o psicológico a otros (Bandura, 1973). Si te preguntas cómo controlar los ataques de ira, el primer paso es identificar sus disparadores.

Cómo controlar la ira y el enojo al instante: Estrategias para el momento

Cuando te sientes abrumado por la ira y buscas cómo controlar la ira y el enojo al instante, es crucial tener herramientas a mano. Una técnica efectiva es la respiración profunda. Al concentrarte en inhalar y exhalar lentamente, puedes activar el sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda a calmar la respuesta de lucha o huida del cuerpo (Benson, 1975). También, practicar un “tiempo fuera” puede ser útil: aléjate de la situación que te genera ira y date un espacio para calmarte.

Cómo gestionar la ira: Un enfoque a largo plazo

Más allá de las soluciones inmediatas, cómo gestionar la ira implica un compromiso a largo plazo con el autoconocimiento y la práctica constante. Esto incluye identificar patrones de pensamiento negativos que alimentan la ira y aprender a reestructurarlos cognitivamente (Ellis & Dryden, 1997). La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las herramientas más efectivas para cómo gestionar la ira, ya que enseña a las personas a cambiar sus pensamientos y comportamientos disfuncionales.

Cómo controlar los ataques de ira: Rompiendo el ciclo

Los ataques de ira pueden ser aterradores, tanto para quien los experimenta como para quienes lo rodean. Si te preguntas cómo controlar los ataques de ira, es vital entender que a menudo son el resultado de una acumulación de estrés y frustración (Novaco, 1975). Desarrollar un plan de manejo de la ira que incluya técnicas de relajación, como la meditación y el yoga, puede ser muy beneficioso. La práctica regular de mindfulness también puede ayudarte a observar tus emociones sin reaccionar impulsivamente.

Cómo controlar la agresividad: Prevención y manejo

Si bien la ira es una emoción, la agresividad es un comportamiento que puede ser dañino. Por ello, es esencial saber cómo controlar la agresividad. Esto implica desarrollar habilidades de comunicación asertiva para expresar tus necesidades y límites sin recurrir a la hostilidad (Rathus, 1973). Fomentar la empatía también es clave, ya que entender las perspectivas de los demás puede reducir la probabilidad de respuestas agresivas. La resolución de conflictos de manera constructiva es otra herramienta poderosa para cómo controlar la agresividad.

Medicamentos para controlar la ira y la agresividad: ¿Cuándo son una opción?

En algunos casos, cuando la ira y la agresividad son extremas y afectan significativamente la calidad de vida, los profesionales de la salud pueden considerar medicamentos para controlar la ira y la agresividad. Es importante destacar que estos medicamentos no son una “cura” para la ira, sino que a menudo se utilizan para tratar condiciones subyacentes como la depresión, la ansiedad o el trastorno bipolar, que pueden manifestarse con episodios de ira (Kaplan & Sadock, 2007). Un psiquiatra evaluará cuidadosamente cada caso individualmente y determinará si los medicamentos para controlar la ira y la agresividad son una opción adecuada, siempre en conjunto con terapia psicológica.

Cómo controlar la ira y la agresividad: Un enfoque integral

La clave para cómo controlar la ira y la agresividad radica en un enfoque integral que combine diversas estrategias. Esto incluye el desarrollo de inteligencia emocional, que implica la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones y las de los demás (Goleman, 1995). Participar en terapia psicológica, ya sea individual o grupal, ofrece un espacio seguro para explorar las raíces de la ira y aprender mecanismos de afrontamiento saludables. Entender cómo controlar la ira y la agresividad es un viaje que requiere paciencia y dedicación.

El rol de la terapia en cómo controlar la ira y la agresividad

La terapia es una herramienta invaluable para cómo controlar la ira y la agresividad. Un terapeuta capacitado puede ayudarte a identificar los disparadores de tu ira, a comprender los patrones de pensamiento que la alimentan y a desarrollar estrategias efectivas para cómo gestionar la ira (Linehan, 1993). A través de técnicas como la reestructuración cognitiva y el entrenamiento en habilidades sociales, puedes aprender a expresar tus emociones de manera constructiva y a manejar los conflictos de forma pacífica. Si buscas cómo controlar los ataques de ira, la terapia puede proporcionarte un marco de apoyo y herramientas personalizadas.

Además de las estrategias mencionadas, existen otras herramientas que pueden complementar tu camino para cómo controlar la ira y la agresividad. La práctica de ejercicio físico regular, por ejemplo, es un excelente liberador de estrés y puede ayudar a reducir la tensión que a menudo precede a la ira (Ratey, 2008). Establecer límites saludables en tus relaciones y aprender a decir “no” cuando sea necesario también son habilidades cruciales para prevenir la frustración y la ira acumulada. Recuerda que el objetivo es cómo controlar la ira y el enojo al instante, pero también construir una base sólida para el bienestar emocional a largo plazo.

En resumen, aprender cómo controlar la ira y la agresividad es un proceso continuo que requiere autoconciencia, práctica y, en muchos casos, apoyo profesional. Si te sientes abrumado o si tu ira y agresividad están afectando negativamente tu vida, no dudes en buscar ayuda. Recuerda que en Mente Sana estamos aquí para apoyarte en este camino.

Conclusión

En última instancia, cómo controlar la ira y la agresividad es un viaje personal y transformador. No se trata de eliminar estas emociones por completo, sino de aprender a reconocerlas, comprender sus raíces y responder de manera constructiva. Al aplicar las estrategias que hemos explorado, desde la respiración profunda hasta la terapia cognitivo-conductual, te equipas con las herramientas para cómo gestionar la ira y cómo controlar la agresividad de forma efectiva.

Recuerda que buscar ayuda profesional es un signo de fortaleza, no de debilidad. En Mente Sana, estamos listos para acompañarte en cada paso de este camino hacia una vida más serena y plena, donde puedas manejar tus emociones y construir relaciones más saludables. El poder para cómo controlar la ira y el enojo al instante, y transformar tu vida, está en tus manos.

Referencias:

Asociación Americana de Psicología. (2017). Stress in America: The State of Our Nation’s Mental Health. Washington, D.C.: American Psychological Association.

Bandura, A. (1973). Aggression: A Social Learning Analysis. Prentice-Hall.

Beck, A. T. (1999). Prisoners of Hate: The Cognitive Basis of Anger, Hostility, and Violence. HarperCollins.

Benson, H. (1975). The Relaxation Response. William Morrow.

Ellis, A., & Dryden, W. (1997). The Practice of Rational Emotive Behavior Therapy. Springer Publishing Company.

Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ. Bantam Books.

Kaplan, H. I., & Sadock, B. J. (2007). Kaplan & Sadock’s Synopsis of Psychiatry: Behavioral Sciences/Clinical Psychiatry. Lippincott Williams & Wilkins.

Linehan, M. M. (1993). Cognitive-Behavioral Treatment of Borderline Personality Disorder. Guilford Press.

Novaco, R. W. (1975). Treatment of Chronic Anger Through Cognitive and Behavioral Procedures. California School of Professional Psychology.

Rathus, S. A. (1973). A 30-item schedule for assessing assertive behavior. Behavior Therapy, 4(3), 398-406.

Ratey, J. J. (2008). Spark: The Revolutionary New Science of Exercise and the Brain. Little, Brown and Company.

Violencia de género casos

Violencia de género casos

La violencia de género casos, es un problema que persiste en todas las sociedades, puede adoptar múltiples formas y deja cicatrices imborrables en la vida de quienes la sufren. Este recuento de casos busca iluminar la cruda realidad que se esconden tras las estadísticas, ofreciendo una mirada profunda a las experiencias de víctimas y supervivientes. En este artículo sobre la violencia de género casos, exploraremos las dinámicas de poder desigual, las manifestaciones de maltrato físico, psicológico, sexual y económico, así como las dolorosas consecuencias que impactan no solo a las personas afectadas, sino también a sus familiares.

Violencia de género

¿Qué es la violencia de género?

Según el Instituto de la mujer del Gobierno de España, , la violencia de género es aquella que se ejerce sobre las mujeres por parte de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de afectividad (parejas o ex-parejas). El objetivo del agresor es producir daño y conseguir el control sobre la mujer, por lo que se produce de manera continuada en el tiempo y sistemática en la forma, como parte de una misma estrategia.

Violencia de género casos

Queremos presentarte algunos casos reales adaptados a este artículo con la finalidad que podamos observar todas sus manifestaciones de forma clara, es importante recordarte que cada historia es única y dolorosa, aquí te presentamos algunos de ellos:

  • Manifestaciones físicas: Marta relató cómo su relación, que inicialmente no mostraba señales de maltrato físico, escaló rápidamente. Durante su séptimo mes de embarazo, su pareja la golpeó hasta dejarla tirada en el piso. En otra oportunidad, ya separada de esta persona, pero intentando una reconciliación, él le disparó mientras ella estaba en la bañera, dejándola gravemente herida. Marta sobrevivió, pero con secuelas físicas y emocionales permanentes. Su testimonio destaca cómo la violencia puede surgir y escalar de manera inesperada, dejando profundas cicatrices. 
  • Manifestaciones psicológicas: Ana vivió durante muchos años bajo el constante menosprecio de su pareja. Él criticaba cada aspecto de su vida: su apariencia, su forma de hablar, sus opiniones, sus amistades y su familia. Le decía frases hirientes como “no sirves para nada”, “eres una inútil” y solía culparla de todos los problemas de la relación. Poco a poco, Ana comenzó a dudar de sí misma, a sentirse insegura e incapaz, llegando a creer las palabras de su agresor. Este caso ejemplifica cómo la crítica constante y la humillación sistemática pueden destruir la autoestima de una persona. 
  • Manifestaciones sexuales: Carla mantenía una relación de noviazgo con Andrés. En varias ocasiones, Andrés la forzó a tener relaciones sexuales a pesar de su negativa explícita. Carla se sentía confundida y culpable, pensando que como eran pareja, él tenía derecho a tener intimidad cuando quisiera. Este caso ilustra cómo la violencia sexual puede ocurrir dentro de una relación íntima, donde la falta de consentimiento es la clave, independientemente del vínculo que existe.
  • Manifestaciones económicas: Martina siempre había trabajado y contribuido económicamente al hogar. Sin embargo, al inicio de su relación, su pareja, Martín, la convenció de dejar su empleo con la promesa de mantenerla y darle todo lo que necesitara. Con el tiempo Martin comenzó a controlar cada centavo que Martina gastaba, exigiéndole explicaciones detalladas e incluso negándole dinero para necesidades básicas. Martina se encontró completamente dependiente de él, sin recursos propios, y con una libertad muy limitada. Este caso ilustra cómo el agresor puede inducir a la víctima a la dependencia económica para ejercer el control total.

La violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones deja huellas profundas en la vida de las víctimas, afectándolas tanto físico como emocionalmente.

Aquí te dejamos algunas repercusiones más comunes:

Repercusiones físicas

  • Trastorno de estrés postraumático: la exposición continua a cualquier tipo de violencia puede desencadenar este trastorno, ya que es caracterizado por las reviviscencias del trauma.
  • Depresión: la violencia psicológica, se asocia frecuentemente con la depresión, existen sentimientos persistentes de tristeza, pérdida de interés, fatiga y alteraciones del sueño.
  • Ansiedad: como se está bajo un estado de amenaza constante, las repuestas más comunes son el miedo constante y la preocupación excesiva.
  • Aislamiento social: el agresor a menudo aísla a la víctima de su familia, amigos y redes de apoyo, lo que aumenta su vulnerabilidad y dependencia emocional.
  • Dificultad para confiar: la traición y el abuso por parte de alguien cercano destruyen la capacidad de confiar en los demás, lo que puede afectar futuras relaciones.
  • Disociación: en violencia de género casos severos el trauma puede causar disociación, una desconexión de su cuerpo, sus emociones o la realidad como una forma de afrontamiento.

Violencia de género casos

Repercusiones físicas

  • Lesiones físicas: la violencia de género física suele conllevar golpes, moretones, fracturas, heridas entre otros, que pueden tener consecuencias a corto y largo plazo.
  • Problemas de salud crónico: estudios han demostrado prevalencia de dolores de cabeza, dolor pélvico crónico, síndrome de intestino irritable y otras dolencias en mujeres que han sufrido violencia.
  • Problemas de salud sexual y reproductiva: la violencia sexual puede causar dolor pélvico crónico, infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados, complicaciones ginecológicas y dificultades en las relaciones sexuales futuras.
  • Problemas cardiovasculares: el estrés crónico asociado a la violencia puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas.
  • Consecuencias fatales: en el extremo más grave, la violencia de género puede resultar en homicidio o suicidio.

Queremos transmitirte que las repercusiones emocionales y físicas de la violencia de género están interconectadas y se refuerzan mutuamente. El sufrimiento emocional puede manifestarse en síntomas físicos, y las lesiones físicas pueden tener un profundo impacto psicológico. La recuperación de estas experiencias requiere un apoyo integral y especializado, por ello te recomendamos leer Psicólogo terapeuta, no tienes por qué atravesar tu proceso solo” para obtener más información.

Conclusión

Hemos visto cómo la violencia de género casos deja marcas visibles y secuelas permanentes, esto no es un fenómeno aislado ni una cuestión privada, es una pandemia social, dejando rastros de sufrimiento incalculable en la vida de las personas que lo sufren, mayoritariamente mujeres y niñas. Los casos reales que hemos explorado son solo una pequeña muestra del dolor y la resiliencia de quienes han enfrentado el abuso.

Iniciar el camino hacia la búsqueda de ayuda profesional después de haber experimentado violencia de género es un paso crucial y valiente. Puede parecer abrumador, pero hay recursos y profesionales dispuestos a brindar apoyo, en Mente Sana estamos aquí para acompañarte y ayudarte en tu proceso. Es por ello, que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Amnistía internacional (2019). Violencia de género.

Instituto de la mujer España.

Ejemplos de violencia de género: aprende a identificarla

Ejemplos de violencia de género
Ejemplos de violencia de género
Ejemplos de violencia de género

Los ejemplos de violencia de género son tan amplios como complejos, es una problemática que afecta a un gran grupo de personas en la actualidad, presente en todas las edades y culturas, y está ligado a las normas sociales que perpetúan de forma constante la discriminación y la desigualdad, y abordarlo no solo se refiere en el castigo o respuesta punible para los victimarios, sino también en la propia prevención o el resguardo de sus víctimas. Además, la violencia de género no es únicamente física, y cuando sale de este patrón puede ser tan invisible y pasada de largo, pero jamás debe ser ignorada, por ello hoy aprenderemos unos ejemplos de violencia de género.

¿Qué es la violencia de género?

Se trata de todo acto violento dirigido a una persona debido a su género, considerando violencia física, psicológica, sexual, económica o simbólica. Erróneamente, se cree que la violencia de género es algo que solo afecta a las mujeres, pero puede afectar a cualquier persona sin importar su sexo o género, tanto hombre como mujeres.

Mayormente predominante en mujeres, como principales víctimas, no deja de llamar la atención como en la actualidad se ha visto un incremento de la violencia de género hacia los hombres, e independientemente de hacia quien sea más común, no hace más que demostrar la desigualdad que existe entre géneros en muchas de nuestras sociedades actuales.

En Colombia, la ley 1257 la define como, y cito: “cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado” refiriéndose explícitamente a la violencia contra la mujer.

Según la OMS, cerca de 736 millones de mujeres sufren de violencia infringida por alguna persona cercana, y lamentablemente, gran parte de estos números comienzan a temprana edad, ya que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años han mantenido relaciones dónde son víctimas de abuso y conductas violentas.

Conceptos importantes para la violencia de género

Existen diversas formas en las que puede catalogarse esta violencia, y ya que es definida por el acto de dañar a alguien somos por su sexo y género, se debe hacer hincapié en ciertos términos que pueden estar presentes:

  • Misoginia

 “Odio a la mujer”, si se traduce desde el griego. Es un odio y aversión hacia el género femenino, donde se incluye denigración, violencia, abusos, rechazo y discriminación hacia las mujeres.

  • Misandria

Puede llamarse la contraparte de la misoginia, puesto que es el odio y aversión hacia los hombres, del mismo modo presentada en violencia, humillación, bromas, abuso y rechazo hacia los hombres.

  • INCELS

Se trata de un término poco conocido debido a que su uso es más común en foros de internet y no tanto como un punto de señalamiento por profesionales, sin embargo, es reconocido por significar, en inglés “Involuntary Celibates” (célibes involuntarios), personas que se catalogan a sí mismos como incapaces de tener parejas y relaciones sexuales pese a querer tenerlo.

Pero el movimiento de los INCELS es en realidad una subcultura conocida por su aversión, agresión y frustración hacia las mujeres que se refleja en odio, culpabilizándolas. Un fenómeno lleno de misoginia, puesto que dentro de su comunidad se ha normalizado el comportamiento abusivo, y aunque no todos los que se catalogan como INCELS son agresivos, hay un patrón considerable de conducta violenta.

  • “Energía femenina y masculina” Perpetuación de los roles de género

Pese a ser un par de conceptos que ha ganado fama en la actualidad por buscar empoderar y enseñar, no es más que una perpetuación de roles de género, que, a la larga, solo implica continuar detrás de la presión opresora y radical detrás de muchos estereotipos con los que tras largos años se ha intentado luchar, tanto para hombres como mujeres.

Orígenes de la violencia de género

No hay que negar lo obvio: durante toda la historia de la humanidad, diversas sociedades han sido consideradas como inferiores o subordinadas, lo que les ha llevado a ser el principal foco de la violencia de género. Y aunque existiesen sociedades dónde la violencia no fuese directa, la asociación a lo femenino era mal vista o como un método de humillación, que de una forma u otra continúa perpetuando la violencia de género.

Un ejemplo de violencia de género que podemos encontrar en la historia es en la antigua Grecia, los propios Espartanos y romanos, eran conocidos por su supuesta “mente abierta” y la libertad sexual entre hombres. pero dentro de la intimidad aquel que tomaba el puesto del que recibía el placer era humillado, catalogado como inferior ya que su puesto era el de la mujer.  En cambio, aquellos que dominaban la situación eran vistos como poderosos o fuertes; y sin siquiera tener a una mujer involucrada directamente en estas prácticas, eran víctimas de la discriminación al ser vistas como más débiles.

Así que para hablar del origen de la violencia de género es necesario hablar de cultura y sociedad, pero no limitarnos a ellos. La desigualdad de género de muchas sociedades es una de sus principales causas, estereotipos que refuerzan y normalizan la propia violencia, generando así un sistema patriarcal que continuará esparciendo la violencia.

Comúnmente, se cree que al hablar de misoginia o machismo solo se refieren al grupo afectado, que una mujer no es capaz de ser machista o misógina, pero es una creencia errónea que viene relacionada junto a las propias creencias sobre los estereotipos y roles de género en la sociedad, puesto que todo aquello que tenemos como construcción cultural ha sido formado a lo largo del tiempo para determinar, de una forma u otra, lo que creemos adecuado para hombres y mujeres.

También, los factores psicológicos son importantes ya que existen individuos capaces de ejercer violencia de género por haber sufrido experiencias traumáticas (que explica el comportamiento, pero jamás lo justifica), o por mera frustración y odio, como es en el caso de los INCELS.

Ejemplos de violencia de género

La verdad es que puede ser muy complicado identificarla cuando ya se ha normalizado la situación al punto de “acostumbrarse” a ella o no verla como un verdadero problema. Así que aquí existen algunos ejemplos que pueden ayudar a entender mucho mejor:

Para éste ejemplo de violencia de género, vamos a utilizar una canción llamada “I’m not sorry for loving you” de Jorge Rivera Herrans.  Adjuntamos un trozo del texto de la misma en español:

“No eres como nadie que haya conocido.  Eres todo lo que he conocido, y si alguna vez te he empujado o fui demasiado insistente, o sí te asusté, diré que me equivoqué. Y si me odias, entonces lamento que mi amor sea demasiado para ti, pero no me arrepiento de amarte

Suena normal ¿no? Romántico. Un poco triste y hasta adorable. Sin embargo, ésta canción representa una de las últimas interacciones de la diosa Calipso, que mantuvo cautivo a Odiseo durante siete años en su isla, conocida en la mitología por haberlo sometido a diversos abusos durante su cautiverio. Es una canción de manipulación, que no lo parece, parece una linda canción de amor y es todo lo contrario, también un perfecto ejemplo de violencia de género y de la manipulación emocional que una persona narcisista puede tener sobre sus víctimas. Así que ten cuidado si tu relación se escucha así, pero se siente incorrecta.

  • Violencia física

El nombre de Elliot Rodger probablemente no te suene. Pero en 2014 estuvo en las noticias por haber matado a seis personas en California, y antes del crimen se grabó dando sus razones: su justificación, era que las mujeres no querían acostarse con él, por eso hacia lo que hacía, y para la comunidad INCEL fue visto como un héroe. Podríamos decir que el ejemplo de violencia de género al tomar a Elliot como ejemplo es demasiado extremista, pero esto es, lamentablemente, el pan de cada día en la actualidad.

El mejor ejemplo de violencia de género desde el punto de vista de la violencia física es la mera implicación de la fuerza para someter o controlar a otra persona, por ejemplo, una persona que golpea a su pareja ya que ésta no cumple con lo que quiere.

  • Violencia psicológica

Una madre que amenaza a su ex pareja con no dejarle ver a sus hijos, o que amenaza con herirlos si no hace lo que quiere es uno de los mejores ejemplos de violencia de género, en este caso llamada violencia vicaria. Se trata del uso de manipulaciones, intimidación, amenazas y humillación, una de las más complicadas de detectar debido a las nulas marcas físicas que deja.

  • Violencia sexual

No creo que sea necesario explicar un ejemplo de violencia de género sobre la violencia sexual. Implica cualquier acto sexual no consensuado, ya sea por negación o coacción. Existe en los medios un ejemplo perfecto para describir como un abuso sexual puede ser utilizado como medio de violencia de género, está presente en la serie 13 reasons why en una escena del personaje de Tyler, sin embargo, no es necesario verla para entender esto. Este tipo de violencia normalmente ocurre como una forma de humillar a la víctima.

Ciertamente, la violencia de género es uno de los problemas más complejos actualmente con su alto índice de prevalencia y de casos que suben y suben en cada país. Y su única forma de erradicarla es de desentrañar muchas creencias y sociedades desde la raíz, buscar proteger a las víctimas y crear un mundo dónde la vergüenza y la prevención vaya dirigida a los victimarios, no a la vergüenza de las víctimas. Ya lo dijo Giselle Pelicot “es hora de que la vergüenza cambie de bando”

Por lo que, si estás sufriendo de violencia de género, en Mente Sana podemos ayudarte, agenda ya mismo tu cita gratuita y permítenos que nuestros especialistas te brinden apoyo.

Referencias bibliográficas

Violencia Basada en Género. (n.d.). UNFPA LAC.

Colaboradores de Wikipedia. (2025, March 31). Misoginia. Wikipedia, La Enciclopedia Libre.

España, O. (2024, April 29). La violencia de género según la ONU. Naciones Unidas Para Europa Occidental – España

Calvo González, Germán, & Camacho Bejarano, Rafaela. (2014). La violencia de género: evolución, impacto y claves para su abordaje. Enfermería Global13(33), 424-439.

Jaramillo-Bolívar, Cruz Deicy, & Canaval-Erazo, Gladys Eugenia. (2020). Violencia de género: Un análisis evolutivo del concepto. Universidad y Salud22(2), 178-185. Epub May 01, 2020

¿Qué es violencia vicaria? Significado y caminos hacia la sanación

Qué es violencia vicaria

La violencia es una sombra que puede adoptar múltiples formas, algunas más visibles que otras. Hoy, queremos iluminar un tipo de maltrato particularmente doloroso y complejo: la violencia vicaria. Según datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (2019), aunque no se centra exclusivamente en la vicaria, sí refleja el uso de los hijos e hijas en contextos de violencia de género, una realidad que afecta a miles de familias (Ministerio de Igualdad, 2020). Comprender qué es violencia vicaria es el primer paso para identificarla y combatirla.

En Mente Sana, estamos comprometidos con tu bienestar emocional. Queremos recordarte que tu primera sesión con nosotros es completamente gratuita. Anímate a iniciar tu proceso de sanación y crecimiento personal con nuestro equipo de profesionales expertos en lo que es la violencia vicaria. ¡Estamos aquí para acompañarte!

¿Qué es la violencia vicaria?

Para empezar a desentrañar este concepto, es fundamental preguntarnos qué es la violencia vicaria. Se define como aquella forma de violencia que ejerce un agresor sobre los hijos e hijas con el objetivo principal de causar daño psicológico y emocional a la madre o a otra persona significativa para estos menores (Vaccaro, S., 2016). Es una manifestación de la violencia de género donde los niños se convierten en instrumentos para herir al otro progenitor.

Este tipo de maltrato busca generar un sufrimiento extremo en la víctima principal, utilizando a seres queridos como vehículo para el daño (Osborne, R., 2009). El agresor sabe que dañar o amenazar a los hijos e hijas es una de las formas más efectivas de controlar y torturar a su pareja o expareja. Entender qué es la violencia vicaria implica reconocer esta instrumentalización.

Las manifestaciones de este maltrato vicario son diversas: desde amenazas de llevarse a los hijos, hablarles mal del otro progenitor, utilizarlos para espiar o enviar mensajes, hasta, en los casos más trágicos, agresiones físicas o el asesinato (Pascual, P., 2018). Es una forma de violencia que a menudo pasa desapercibida o se minimiza, pero sus efectos son devastadores.

Herramientas y posibles ayudas o soluciones:

El primer paso es el reconocimiento y la visibilización del problema, entendiendo profundamente que es la violencia vicaria. Las víctimas necesitan redes de apoyo sólidas, tanto a nivel familiar como institucional (Defensor del Pueblo Andaluz, 2018).

La terapia psicológica especializada es crucial tanto para la madre como para los hijos e hijas afectados por este maltrato vicario. Se trabajan aspectos como el trauma, la autoestima, la vinculación y la recuperación emocional (American Psychological Association, 2017). Es fundamental que los profesionales estén formados en que significa violencia vicaria.

Desde el ámbito legal, es necesario que las leyes reconozcan y sancionen específicamente la violencia vicaria, garantizando la protección de los menores y de la víctima principal (Convenio de Estambul, 2011). La formación de jueces, fiscales y cuerpos de seguridad en que es la violencia vicaria es indispensable.

Violencia vicaria hacia el hombre

Aunque la violencia vicaria se conceptualiza y manifiesta predominantemente en el contexto de la violencia de género contra las mujeres, es importante abordar la pregunta sobre la violencia vicaria hacia el hombre. Si bien estadísticamente es menos frecuente, la dinámica de utilizar a los hijos para dañar al otro progenitor puede, teóricamente, ocurrir en cualquier dirección (Ferrer-Pérez, V. A., & Bosch-Fiol, E., 2019).

En estos casos, se trataría de situaciones donde una madre, por ejemplo, utiliza a los hijos para infligir daño emocional o psicológico al padre, manipulándolos o privándole del contacto con ellos con esa intención específica (Graham-Kevan, N., & Archer, J., 2003). Comprender que es la violencia vicaria en este contexto requiere un análisis cuidadoso de las dinámicas de poder.

Es crucial no confundir la violencia vicaria hacia el hombre con disputas de custodia complejas o con el síndrome de alienación parental, un término controvertido y no reconocido universalmente por la comunidad científica (Meier, J. S., 2020). La clave de la violencia vicaria es la intencionalidad de causar daño al otro progenitor a través de los hijos.

Independientemente del género del agresor o de la víctima, si se identifica una dinámica de maltrato vicario, la prioridad es proteger a los menores y a la víctima adulta (Eriksson, M., & Hester, M., 2001). El apoyo psicológico es fundamental para todas las partes afectadas. Se requiere un sistema judicial sensible y formado, capaz de identificar estas dinámicas sin prejuicios de género y actuar siempre en el mejor interés del menor (Johnston, J. R., Walters, M. G., & Olesen, N. W., 2005). Entender que es la violencia vicaria es esencial para ello.

Es importante fomentar espacios de diálogo sobre qué es la violencia vicaria y denuncia también para los hombres que puedan sentirse víctimas de este tipo de violencia, aunque es fundamental reiterar que la mayoría de los casos documentados de violencia vicaria se dan en un contexto de violencia machista (Stark, E., 2007).

Qué es violencia vicaria
Qué es violencia vicaria

¿Qué significa violencia vicaria?

Profundizar en qué significa violencia vicaria implica ir más allá de la definición básica de qué es violencia vicaria. Significa entender el mecanismo perverso por el cual el agresor convierte a los hijos en un objeto para continuar el ciclo de abuso, incluso cuando la relación de pareja ha terminado (Montero, A., 2001). Qué significa violencia vicaria también alude a la perversión del vínculo parental. El agresor explota el amor y la dependencia de los hijos hacia ambos progenitores para ejercer poder y control sobre la víctima (Bowlby, J., 1988). Este maltrato vicario destruye la confianza y la seguridad de los menores.

Este tipo de violencia es una manifestación extrema del control coercitivo, donde el agresor busca anular la voluntad de la víctima y mantenerla sometida a través del miedo por la seguridad y bienestar de sus hijos (Dutton, D. G., & Goodman, L. A., 2005). Comprender que es la violencia vicaria es entender esta táctica de control.

En este tipo de casos la psicoeducación para la víctima es vital: ayudarla a entender qué significa violencia vicaria y que no es culpable de la situación es un primer paso para su empoderamiento (Walker, L. E. A., 2017). Es necesario desarticular la culpa que el agresor intenta instilar. Crear planes de seguridad personalizados que incluyan la protección de los menores es esencial (McFarlane, J., Parker, B., & Soeken, K., 1996). Esto puede implicar medidas legales, pero también estrategias cotidianas para minimizar el riesgo. El conocimiento sobre qué es violencia vicaria puede salvar vidas.

La intervención con el agresor, aunque compleja y con tasas de éxito variables, también debe considerarse, siempre que no ponga en riesgo a las víctimas (Gondolf, E. W., 2002). Estos programas deben enfocarse en la asunción de responsabilidad y el cambio de patrones de conducta abusiva.

Maltrato vicario

El término maltrato vicario es a menudo utilizado como sinónimo de violencia vicaria. Se refiere al daño infligido indirectamente, donde el objeto directo del maltrato (el niño, la niña u otra persona querida) es un medio para alcanzar el verdadero objetivo: la pareja o expareja (Corsi, J., 2003). Este maltrato vicario puede ser sutil al principio, como desautorizar constantemente al otro progenitor delante de los hijos, o crear un clima de lealtad dividida (Kelly, J. B., & Johnston, J. R., 2001). Estas acciones minan la figura del otro cuidador y confunden a los menores. Es una forma insidiosa de que es la violencia vicaria.

Las consecuencias del maltrato vicario en los niños son profundas: problemas de ansiedad, depresión, trastornos del apego, dificultades de aprendizaje, y la internalización de modelos de relación violentos (Holt, S., Buckley, H., & Whelan, S., 2008). Esto subraya la gravedad de entender qué es la violencia vicaria.

Es fundamental la detección temprana del maltrato vicario en ámbitos como la escuela o los servicios de salud pediátrica (Feder, L., & Dugan, A., 2002). Estos profesionales pueden ser clave para identificar las señales de alerta. El trabajo en red entre servicios sociales, sistema judicial, educativo y sanitario es crucial para ofrecer una respuesta integral y coordinada (Hester, M., 2011). Solo así se puede abordar la complejidad de lo que es violencia vicaria.

Fomentar la resiliencia en los niños y niñas que han sufrido maltrato vicario es un objetivo terapéutico primordial, ayudándoles a desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables y a reconstruir su seguridad emocional (Masten, A. S., 2014).

Reafirmación y Profundización, entonces ¿Qué es violencia vicaria?

Volvemos a la pregunta central: qué es violencia vicaria. Es una forma de terrorismo machista, como la ha calificado la experta Sonia Vaccaro (2021), porque utiliza el terror y el daño a los seres más vulnerables para doblegar a la mujer. Su objetivo último no es el niño en sí mismo, sino el dolor infligido a la madre. Entender qué es violencia vicaria es reconocer que no se trata de un conflicto de pareja más, ni de “cosas de padres”. Es una violación de los derechos humanos de los niños y de las mujeres (Organización de las Naciones Unidas, 1993). El maltrato vicario es una forma de tortura.

Esta violencia se basa en el conocimiento íntimo que el agresor tiene de la víctima, sabiendo que el mayor daño que puede infringirle es a través de sus hijos (Sarasúa, B., et al., 2007). Por ello, es vital que la sociedad en su conjunto comprenda la magnitud de que es la violencia vicaria.

La concienciación social y la formación especializada son pilares para combatir esta lacra. Campañas que expliquen claramente qué es violencia vicaria y sus consecuencias son necesarias (Council of Europe, 2017). Las asociaciones de mujeres y de víctimas juegan un papel fundamental ofreciendo apoyo, asesoramiento y un espacio seguro (Yllö, K. A., & Bograd, M., 2001). Son a menudo la primera línea de ayuda para quienes sufren maltrato vicario.

Finalmente, es imprescindible una perspectiva de género en el análisis y abordaje de la violencia vicaria, ya que surge mayoritariamente en un contexto de desigualdad estructural entre hombres y mujeres (Lagarde y de los Ríos, M., 2005). Entender esto es clave para comprender qué es violencia vicaria en su totalidad.

Referencias

Consejo de Europa. (2011). Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica (Convenio de Estambul).  

Corsi, J. (2003). Maltrato y abuso en el ámbito doméstico. Paidós. Defensor del Pueblo Andaluz. (2018). Informe especial sobre violencia vicaria. Defensor del Pueblo Andaluz.

Ferrer-Pérez, V. A., & Bosch-Fiol, E. (2019). El género en el análisis de la violencia contra las mujeres en la pareja: de la “ceguera” de género a la investigación específica. Anuario de Psicología Jurídica, 29(1), 69-79.

Lagarde y de los Ríos, M. (2005). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. UNAM. Ministerio de Igualdad. (2020). Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019. Gobierno de España.

Montero, A. (2001). Síndrome de Adaptación Paradójica a la Violencia Doméstica: una propuesta teórica. ExLibris. Organización de las Naciones Unidas. (1993). Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Asamblea General de la ONU.  

Osborne, R. (2009). Apuntes sobre violencia de género. Edicions Bellaterra.

Pascual, P. (Dir.). (2018). Guía de actuación para profesionales ante la violencia vicaria. Asociación de Mujeres para la Salud (AMS).

Sarasúa, B., Zubizarreta, I., Echeburúa, E., & Corral, P. D. (2007). Perfil psicopatológico diferencial de las víctimas de violencia de pareja en función de la edad. Psicothema, 19(3), 459-466.

Vaccaro, S. (2016). Violencia Vicaria: Las hijas y los hijos víctimas de la Violencia de Género. Editorial Sanz y Torres.

Vaccaro, S. (2021, 7 junio). Violencia vicaria: golpear donde más duele. El País.

Comunicación no violenta significado y herramientas para conectar

Comunicación no violenta

¿Sabías que estudios sugieren que hasta un 70% de los conflictos en el trabajo se deben a problemas de comunicación? (CPP Inc., 2008). En nuestras relaciones personales, la cifra podría ser similar. Vivimos en un mundo interconectado, pero ¿realmente nos conectamos? Hoy te invito a explorar un camino diferente: la comunicación no violenta, una filosofía y un lenguaje para enriquecer nuestras vidas.

¿Qué es exactamente la comunicación no violenta?

La comunicación no violenta (CNV), a menudo asociada con su desarrollador, Marshall Rosenberg, es mucho más que una simple técnica de diálogo; es una forma de entender la interacción humana (Rosenberg, 2015). Se basa en la premisa de que todos compartimos necesidades humanas universales y que nuestros conflictos surgen cuando nuestras estrategias para satisfacer esas necesidades chocan (Little, 2018). Adoptar la comunicación no violenta implica un cambio de enfoque: de juzgar y culpar, a comprender y conectar.

El enfoque de comunicación no violenta Rosenberg nos enseña a expresar honestamente nuestros sentimientos y necesidades, y a escuchar empáticamente los de los demás (Rosenberg, 2015). No se trata de ser “bueno” o “sumiso”, sino de ser auténtico y claro, buscando soluciones que respeten las necesidades de todas las partes involucradas (Galtung & Jacobsen, 2000). Es un proceso activo de búsqueda de conexión.

Comunicación no violenta
Comunicación no violenta

Las raíces de la comunicación “Violenta”: Causas comunes

A menudo, sin darnos cuenta, empleamos patrones de comunicación que generan desconexión y dolor. Una causa frecuente es el uso de juicios moralistas, etiquetando a otros como “equivocados” o “malos” cuando sus acciones no se alinean con nuestros valores (Rosenberg, 2015). Esto activa mecanismos de defensa en lugar de apertura (Beck, 1976).

Otra barrera importante son las comparaciones. Compararnos con otros o comparar a los demás entre sí puede generar envidia, vergüenza o resentimiento, bloqueando la empatía (Festinger, 1954). La comunicación no violenta nos invita a centrarnos en nuestras propias experiencias y necesidades, en lugar de medirnos contra estándares externos (Rosenberg, 2015).

La negación de la responsabilidad es también una forma sutil de violencia comunicativa. Frases como “tuve que hacerlo” o “me obligaron a” oscurecen nuestra capacidad de elección y agencia personal (Bandura, 1999). La comunicación no violenta nos anima a reconocer que somos responsables de nuestras acciones, pensamientos y sentimientos (Rosenberg, 2015).

Finalmente, expresar nuestros deseos en forma de exigencias es una causa común de conflicto. Una exigencia implica una amenaza implícita de castigo o culpa si no se cumple (Rosenberg, 2015). Esto genera resistencia en lugar de cooperación voluntaria, dañando la calidad de la relación (Deci & Ryan, 2000). La comunicación no violenta propone el uso de peticiones claras.

Los cuatro componentes clave de la comunicación no violenta

Marshall Rosenberg estructuró la comunicación no violenta en cuatro componentes esenciales que actúan como herramientas prácticas. Estos pasos nos guían para expresarnos y escuchar de una manera que fomenta la comprensión y la conexión (Rosenberg, 2015). No son una fórmula rígida, sino una guía flexible para mantenernos conscientes.

1. Observaciones (sin evaluación): El arte de ver claramente

El primer paso es aprender a observar lo que ocurre en una situación sin mezclarlo con nuestros juicios o interpretaciones (Rosenberg, 2015). Se trata de describir hechos concretos, como “Veo que los platos están en el fregadero” en lugar de “Eres un desordenado”. Separar la observación de la evaluación reduce la defensividad (Krishnamurti, 1969).

Practicar la observación objetiva requiere atención plena y conciencia de nuestras propias tendencias a evaluar (Kabat-Zinn, 2003). Es un entrenamiento mental para describir la realidad compartida de la forma más neutra posible, sentando una base común para el diálogo con la comunicación no violenta (Rosenberg, 2015).

2. Sentimientos (identificando nuestras emociones): Conectar con el corazón

El segundo componente es identificar y expresar cómo nos sentimos en relación a lo que observamos (Rosenberg, 2015). Esto implica desarrollar un vocabulario emocional rico y preciso, diferenciando sentimientos genuinos (triste, alegre, asustado) de pseudo-sentimientos que ocultan juicios (ignorado, manipulado, atacado) (Ekman, 1992).

Nombrar nuestros sentimientos nos permite conectar con nuestra experiencia interna y comunicarla auténticamente (Gross, 1998). La comunicación no violenta nos recuerda que nuestros sentimientos son señales importantes sobre nuestras necesidades, invitándonos a validarlos sin culpar a otros por ellos (Rosenberg, 2015).

3. Necesidades (descubriendo lo universal): La raíz de nuestros sentimientos

Detrás de cada sentimiento hay una necesidad humana universal, ya sea satisfecha o insatisfecha (Rosenberg, 2015). El tercer paso es conectar nuestros sentimientos con estas necesidades subyacentes (ej. necesidad de apoyo, respeto, autonomía, conexión, seguridad) (Maslow, 1943). Por ejemplo, “Me siento frustrado (sentimiento) porque necesito colaboración (necesidad)”.

Identificar nuestras necesidades nos empodera y nos humaniza, revelando nuestra vulnerabilidad compartida (Brown, 2012). La comunicación no violenta nos enseña que reconocer y expresar nuestras necesidades es fundamental para la auto-compasión y para generar empatía en los demás (Rosenberg, 2015).

4. Peticiones (claras, positivas y accionables): Pidiendo lo que enriquece la vida

Finalmente, una vez que hemos conectado con nuestras observaciones, sentimientos y necesidades, podemos formular una petición clara y concreta (Rosenberg, 2015). Una petición en la comunicación no violenta se diferencia de una exigencia en que estamos abiertos a escuchar un “no” como respuesta, buscando estrategias que funcionen para todos (Fisher & Ury, 1981).

Las peticiones deben ser específicas, formuladas en lenguaje de acción positivo (lo que queremos que suceda, no lo que no queremos) y realizables en el presente (Rosenberg, 2015). Por ejemplo, en lugar de “No seas desconsiderado”, podríamos decir “¿Estarías dispuesto a hablar conmigo durante 10 minutos sobre cómo podemos compartir las tareas?”. El libro comunicación no violenta profundiza en esto.

Entendemos que integrar la comunicación no violenta en tu día a día puede ser un proceso profundo y, a veces, desafiante. Requiere práctica, autoconciencia y, en ocasiones, un acompañamiento profesional. Si sientes que te gustaría explorar más a fondo tus patrones de comunicación y relación, o si estás atravesando dificultades, recuerda que en Mente Sana estamos para apoyarte. Queremos que sepas que tu primera sesión es gratuita. Anímate a iniciar tu proceso con nuestros profesionales cualificados y descubre cómo podemos ayudarte a construir relaciones más sanas y satisfactorias. ¡Estamos aquí para ti!

El poder transformador de la empatía en la comunicación no violenta

La comunicación no violenta no solo se trata de cómo nos expresamos, sino también, y quizás más importante, de cómo escuchamos (Rosenberg, 2015). La empatía, en el contexto de la CNV, implica escuchar los sentimientos y necesidades detrás de las palabras de la otra persona, incluso si se expresan de manera crítica o demandante (Rogers, 1957).

Escuchar con empatía no significa estar de acuerdo, sino comprender profundamente la experiencia del otro (Kohut, 1971). Implica ofrecer nuestra presencia plena y reflejar lo que creemos escuchar en términos de sentimientos y necesidades (“¿Te sientes frustrado porque necesitas más apoyo?”). Esta cualidad de escucha puede desactivar conflictos y crear puentes de conexión (Goleman, 1995). El libro comunicación no violenta dedica capítulos enteros a esta habilidad.

Practicar la auto-empatía es igualmente crucial en la comunicación no violenta. Consiste en aplicar los mismos principios de escucha compasiva hacia nosotros mismos, especialmente cuando cometemos errores o nos sentimos abrumados (Neff, 2011). Conectar con nuestros propios sentimientos y necesidades sin juicio nos permite regularnos emocionalmente y responder desde un lugar de mayor calma y claridad (Siegel, 2010).

“Comunicación no violenta: Un lenguaje de vida” – Más que un libro, una filosofía

El título del influyente trabajo de Rosenberg, “Comunicación no violenta: Un lenguaje de vida”, encapsula perfectamente la esencia de este enfoque. No es solo una técnica para resolver disputas, sino una forma integral de relacionarse con uno mismo, con los demás y con el mundo (Rosenberg, 2015). Comunicación no violenta un lenguaje de vida implica una transformación interna.

Aplicar la comunicación no violenta puede mejorar drásticamente la calidad de nuestras relaciones íntimas, familiares y de amistad, fomentando la confianza y la comprensión mutua (Gottman, 1999). Permite navegar desacuerdos de manera constructiva, fortaleciendo los vínculos en lugar de debilitarlos. Es una herramienta poderosa para la inteligencia emocional relacional (Salovey & Mayer, 1990).

En el ámbito laboral, la comunicación no violenta puede transformar la cultura organizacional, mejorando la colaboración, la resolución de conflictos y la retroalimentación (Lencioni, 2002). Equipos que practican la CNV tienden a ser más innovadores y productivos, ya que se sienten más seguros para expresar ideas y preocupaciones honestamente (Edmondson, 1999). La lectura del libro comunicación no violenta es muy recomendable para líderes.

Incluso en nuestra relación con nosotros mismos, la comunicación no violenta ofrece un camino hacia una mayor autoaceptación y paz interior. Al reemplazar el diálogo interno crítico por uno basado en la comprensión de nuestras necesidades, podemos liberarnos de patrones de culpa y vergüenza (Gilbert, 2009). Comunicación no violenta un lenguaje de vida empieza por cómo nos hablamos a nosotros mismos.

Conclusión

La comunicación no violenta no es una varita mágica, pero sí es una herramienta increíblemente poderosa y una filosofía de vida transformadora. Requiere práctica, paciencia y coraje para ser vulnerables (Brown, 2012). Sin embargo, los frutos –relaciones más auténticas, resolución de conflictos más efectiva y una mayor paz interior– bien valen el esfuerzo.

Te animamos a explorar más sobre la comunicación no violenta, quizás empezando por el libro comunicación no violenta de Marshall Rosenberg. Recuerda que cada pequeño paso hacia una comunicación más consciente y empática contribuye a crear un mundo donde las necesidades de todos importan. La comunicación no violenta es, en esencia, un acto de esperanza.

Q&A

  • ¿La comunicación no violenta significa ser siempre “agradable” o evitar el conflicto? No necesariamente. La CNV busca la autenticidad y la honestidad radical, no la evitación. Se trata de expresar nuestra verdad (observaciones, sentimientos, necesidades, peticiones) de forma clara y respetuosa, y de abordar los conflictos de manera que se comprendan y respeten las necesidades de todos, lo cual puede ser intenso pero no “violento” en el sentido de dañar la conexión. A veces implica decir “no” o expresar desacuerdo, pero desde un lugar de respeto a las necesidades propias y ajenas.
  • ¿Puedo usar la comunicación no violenta si la otra persona no la conoce o no la practica? ¡Sí! La CNV es principalmente una práctica interna y una forma de escuchar. Puedes usar la empatía para intentar comprender los sentimientos y necesidades detrás de las palabras de la otra persona, sin importar cómo se expresen. También puedes expresar tus propios sentimientos y necesidades usando los cuatro pasos. Aunque la interacción es más fluida si ambas partes la conocen, aplicar la CNV unilateralmente ya puede cambiar significativamente la dinámica.
  • ¿La comunicación no violenta funciona en situaciones de alta tensión o con personas muy “difíciles”? Puede ser especialmente útil, aunque también más desafiante. Requiere mucha práctica en auto-regulación y empatía. En situaciones tensas, centrarse en las necesidades universales (seguridad, respeto, comprensión) puede ayudar a desescalar. Sin embargo, la CNV no garantiza resultados específicos ni es apropiada en situaciones de abuso donde la seguridad es prioritaria. Es una herramienta, no una panacea.
  • ¿Es la comunicación no violenta una forma de manipulación para conseguir lo que quiero? La intención detrás de la CNV es crucial. Si se usa con la intención genuina de conectar y encontrar soluciones que funcionen para todos, no es manipulación. Si se usa como una táctica para “hacer” que otros hagan lo que queremos sin considerar sus necesidades, se pervierte su propósito. La autenticidad y el respeto mutuo son fundamentales en la comunicación no violenta.
  • ¿Cuánto tiempo se tarda en aprender y dominar la comunicación no violenta? La comunicación no violenta es un “lenguaje de vida”, por lo que es un aprendizaje continuo. Se pueden comprender los conceptos básicos relativamente rápido (leyendo el libro comunicación no violenta o asistiendo a un taller), pero integrar la CNV como una respuesta natural requiere práctica constante y autoconciencia. Es más un camino que un destino, y cada interacción es una oportunidad para practicar.

Referencias

Bandura, A. (1999). Social cognitive theory: An agentic perspective. Asian Journal of Social Psychology, 2(1), 21–41.

Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. International Universities Press.

Brown, B. (2012). Daring greatly: How the courage to be vulnerable transforms the way we live, love, parent, and lead. Gotham Books.  

CPP Inc. (2008). Workplace Conflict and How Businesses Can Harness It to Thrive. CPP Inc.

Deci, E. L., & Ryan, R. M. (2000). The “what” and “why” of goal pursuits: Human needs and the self-determination of behavior. Psychological Inquiry, 11(4), 227–268.

Edmondson, A. (1999). Psychological safety and learning behavior in work teams. Administrative Science Quarterly, 44(2), 350–383.  

Ekman, P. (1992). An argument for basic emotions. Cognition & Emotion, 6(3–4), 169–200.

Festinger, L. (1954). A theory of social comparison processes. Human Relations, 7(2), 117–140.

Fisher, R., & Ury, W. (1981). Getting to yes: Negotiating agreement without giving in. Houghton Mifflin.

Galtung, J., & Jacobsen, C. G. (2000). Searching for peace: The road to TRANSCEND. Pluto Press.

Gilbert, P. (2009). The compassionate mind: A new approach to life’s challenges. Constable & Robinson.

Goleman, D. (1995). Emotional intelligence: Why it can matter more than IQ. Bantam Books.

Gottman, J. M. (1999). The marriage clinic: A scientifically based marital therapy. W. W. Norton & Company.

Gross, J. J. (1998). The emerging field of emotion regulation: An integrative review. Review of General Psychology, 2(3), 271–299.

Kabat-Zinn, J. (2003). Mindfulness-based interventions in context: Past, present, and future. Clinical Psychology: Science and Practice, 10(2), 144–156.  

Kohut, H. (1971). The analysis of the self: A systematic approach to the psychoanalytic treatment of narcissistic personality disorders. International Universities Press.  

Krishnamurti, J. (1969). Freedom from the known. Harper & Row.

Lencioni, P. M. (2002). The five dysfunctions of a team: A leadership fable. Jossey-Bass.

Little, J. A. (Ed.). (2018). Embracing conflict: Constructive approaches for work, home, and community. Routledge.

Maslow, A. H. (1943). A theory of human motivation. Psychological Review, 50(4), 370–396.

Neff, K. D. (2011). Self-compassion, self-esteem, and well-being. Social and Personality Psychology Compass, 5(1), 1–12.

Rogers, C. R. (1957). The necessary and sufficient conditions of therapeutic personality change. Journal of Consulting Psychology, 21(2), 95–103.

Rosenberg, M. B. (2015). Nonviolent communication: A language of life (3rd ed.). PuddleDancer Press. (Nota: Usamos la edición más reciente común como referencia general, aunque existen traducciones y ediciones previas).  

Salovey, P., & Mayer, J. D. (1990). Emotional intelligence. Imagination, Cognition and Personality, 9(3), 185–211.

Siegel, D. J. (2010). Mindsight: The new science of personal transformation. Bantam Books.

Dar a luz aterra: Aprende lo que es la violencia obstétrica

violencia obstétrica
violencia obstétrica
violencia obstétrica

La violencia obstétrica es el terror actual para muchas futuras madres del mundo, en una experiencia tan bonita como la maternidad deseada y en una situación tan traumática como dar a luz sin esperarlo o quererlo, lo mínimo que se espera es un acto de bondad y empatía de parte de quienes están contigo en un momento tan vulnerable y sensible para ti como futura madre. Es una clara forma de maltrato, que lamentablemente está demasiado normalizada, pero ¿de qué se trata? ¿y cómo puedo evitarlo?

La misoginia dentro de la obstetricia

Lamentablemente, las mujeres han sufrido a lo largo de los años de diversos tipos de violencia solo por ser mujeres, y en el ámbito de la salud tenemos que decir que pese a lo que pueda creerse, es de los primeros campos en donde la misoginia se ha estipulado e instaurado durante años. Desde uso de términos como “histeria femenina” para desprestigiar y humillar a la mujer, hasta el poco estudio en los ámbitos médicos que involucran a la mujer, como los estudios sobre la menstruación o el trabajo de parto mismo.

De hecho, la ginecología moderna existe gracias a sacrificios que mujeres negras y esclavas hicieron en su época, al ser víctimas de la violencia y misoginia de la época. Anarcha Westcott es un nombre que debe permanecer en la historia de la ginecología al haber sido una mujer esclava que fue utilizada en distintos experimentos quirúrgicos sin el uso de anestesia, y su historia, junto a la de otras mujeres, es tan controversial como dura cuando se habla del desarrollo de la ginecología moderna.

¿Qué es la violencia obstétrica?

Y, años luego de los tantos desarrollos médicos que ha habido en el mundo de la ginecología, la misoginia y el maltrato a la mujer en una situación tan vulnerable continúa siendo común. La violencia obstétrica es un acto de acción u omisión que viene de parte de profesionales de la salud y causa daño físico, emocional y psicológico a mujeres durante todo el proceso de embarazo, es decir el parto y su postparto.

Las embarazadas en éstos ámbitos están expuestas a un problema de violencia ejercida por el personal médico que debería estar encargándose de su cuidado absoluto, el personal de salud que está ahí durante su hospitalización en pleno proceso de parto.

Es conocido además que varios factores agravantes a la violencia obstétrica tengan que ver con el nivel socioeconómico de la gestante, su edad, sus consideraciones sobre el embarazo o incluso su actitud durante el mismo, pero lamentablemente nadie está exenta de vivirlo.

¿Qué situaciones se catalogan como violencia obstétrica?

  • Trato deshumanizado, que puede ser desde regaños, gritos y humillaciones de parte del personal médico en pleno trabajo de parto, hasta la negligencia y minimización del dolor que se puede llegar a sentir;
  • No permitirle tomar decisiones informadas sobre su parto y su cuerpo, como pueden ser aplicar procedimientos no consentidos como una episiotomía, o lo que coloquialmente se conoce como “el punto del marido”;
  • Desestimar las quejas de la mujer, hasta el punto de la humillación;
  • Retrasar la atención medica de forma injustificada;
  • Realizar procedimientos e intervenciones médicas de forma excesivas e injustificadas (tactos vaginales, inducciones)
  • Amenazas dentro del proceso de parto como forma de manipulación;
  • Obligar a dar a luz en posiciones incomodas;
  • Negar el manejo del dolor (negación de epidural y anestesia)
  • Negar el apoyo emocional y la presencia de un acompañante;
  • Practica de procedimientos violentos y agresivos.

Es importante aclarar que no toda la violencia sufrida durante el embarazo se considera violencia obstétrica. Solo se le refiere a violencia obstétrica a aquella proporcionada por la atención que reciben del personal médico en medio del proceso de parto, cuando éste mismo personal incurre en romper los derechos humanos.

Consecuencias de la violencia obstétrica

 La violencia obstétrica es una clara discriminación de género y violación a los derechos humanos, son prácticas deshumanizantes que desconectan la empatía durante un proceso donde la mujer se encuentra vulnerable, no solo físicamente sino también emocional y psicológica, por lo que puede traer diversas consecuencias para la madre y gestante.

Aunque por años se ha romantizado el proceso de parto, se trata de una experiencia complicada y traumatizante para muchas mujeres, por lo que puede provocar un fuerte trauma psicológico. Así como también:

  • Estrés postraumático;
  • Desarrollo de depresión post parto;
  • Ansiedad generalizada;
  • Puede afectar el vínculo entre madre y recién nacido;
  • Dificultades a la hora de la lactancia, debido al estrés experimentado;
  • Alteración emocional, problemas de autoestima y perturbaciones del sueño.

Es importante, además, recordar que se tiene tan normalizado este maltrato, que no brindarles empatía ni entendimiento también puede acarrear diversas problemáticas emocionales si no se siente entendida o validada.

¿Qué puedo hacer si soy víctima de violencia obstétrica?

Toda mujer tiene derecho a elegir como dar a luz. Al dar a luz, regresas a casa como madre y no como paciente, cuando como mujer has pasado por un procedimiento medico complicado, sea cesárea o no, es un proceso estresante para el cuerpo, así que lo primero que debes saber es que no tienes que tener miedo en hablar sobre lo que quieres.

El personal médico está ahí para apoyarte, guiarte y otorgarte la mejor de las atenciones. Son profesionales sanitarios capacitados para ello, así que una buena comunicación es necesaria, y si comienzas a notar alguno de los puntos anteriormente señalados dilo. Habla. Habla con tu pareja, tu familia, tus acompañantes.

No dejes que pase desapercibido.

  1. Busca apoyo emocional.
  2. Documenta lo que ocurre.
  3. Acude por orientación legal.
  4. Y haz una denuncia formal, si eso buscas.

Tienes derecho a ser informada de qué procedimientos se harán en tu cuerpo, en ti y en tu bebé, tienes derecho a un trato digno y a ser tratada como persona, a contar con compañía y a no ser juzgada durante tu proceso de parto. Así que, si has sido víctima de violencia obstétrica, no temas hablar y señalarlo, ya que ninguna mujer tiene porque pasar por ello.

Gracias a muchos movimientos feministas, hoy en día la violencia obstétrica es más reconocida y muchas mujeres están preparadas para alzar su voz por ello, y gracias a maravillosos profesionales de la salud que brindan una atención humana, el parto debe ser humanizado, y no una experiencia traumática.

Si has sido víctima de la violencia obstétrica y la maternidad está siendo complicada para ti, en Mente Sana psicología podemos ayudarte, agenda tu cita completamente gratuita con nosotros para iniciar el proceso.

Preguntas frecuentes

  • ¿Cómo puedo agendar una consulta para lidiar las consecuencias de la violencia obstétrica?

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Referencias bibliográficas.

Ramallo Castillo, Rocío María, Lozano Vidal, Manuel, Durán Castellanos, Isabel, & Corrales Gutiérrez, Isabel. (2024). Violencia obstétrica, una visión actual. Definición, percepción por parte de profesionales y propuestas de mejora. Revisión narrativa. Ginecología y obstetricia de México92(2), 85-96. Epub 31 de mayo de 2024

Pereira, Carlota, Domínguez, Alexa, & Toro, Judith. (2015). Violencia obstétrica desde la perspectiva de la paciente. Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela75(2), 081-090.

González Blanco, Mireya. (2024). Reflexiones sobre violencia obstétrica. Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela84(1), 1-3. Epub 11 de octubre de 2024

Jiménez Pacheco, M. (2021). IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA. UNA REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA. In V. Luque Ribelles, Trabajo De Fin De Grado [Thesis].

¿Qué es la violencia vicaria? El maltrato psicológico que pasa desapercibido

¿Qué es la violencia vicaria?

¿Qué es la violencia vicaria?
¿Qué es la violencia vicaria?

Qué es la violencia vicaria puede ser la primera pregunta que llegue a ti al leer un término como este, pero de hecho muchos la conocemos solo que desconocemos el nombre y la forma en la que es descrita. Es un tipo de violencia muy común actualmente, y hoy te contamos de qué va la violencia vicaria.

¿Qué es violencia?

Para la OPS, la violencia es el uso intencional de fuerza física o poder, con una alta probabilidad de causar daño. Y existen diversas formas de expresarla, ya sea sutil como amenazas, abuso emocional, o directamente con un ejemplo físico como golpes, actos sin consentimiento, control o limitaciones tanto personales, sexuales y económicas, etc.

En términos sencillos, podríamos llegar a la conclusión de que la violencia es el acto de atentar contra la integridad de una persona, física o psicológicamente hablando. Y puede darse en cualquier contexto de una persona: en su hogar, con su pareja, en escuelas, trabajos, etc.

¿Qué es la violencia vicaria?

La palabra “vicario” etimológicamente significa sustituto o representando, y aunque en otros contextos suele usarse para referirse a alguien que ocupa el puesto de otra persona, podemos entender que vicario hace referencia a la palabra representación hasta cierto punto.

Cuando hablamos de qué es la violencia vicaria, nos referimos a un tipo de violencia normalmente psicológica que se basa en dañar a seres queridos y por sobre todo hijos de una víctima con el objetivo de causarle sufrimiento sin tocarle de forma directa.

La violencia vicaria suele estar presente, mayormente (pero no de forma única) de hombres hacia mujeres, madre de sus hijos en relaciones separadas, y no se trata únicamente de maltrato físico, sino de una combinación entre maltrato psicológico y manipulación en dónde se usan a los hijos o seres queridos como un medio de violencia y de castigo. Es una forma de manipulación cruel presente en relaciones de abuso.

¿Qué relaciones pueden llevar a la violencia vicaria?

Aunque sea más común conseguirlo con la victima siendo una mujer, no exime a ningún género de sufrirlo. Hombres y mujeres lo sufren por igual. En cuanto a lo que es la violencia vicaria y dónde puede llegar a verse, suele suceder cuando la víctima busca alejarse de una dinámica de abuso o toxica, y ante la amenaza de pérdida de poder el agresor o victimario buscará volver a tomarlo de la forma que pueda conseguir, a través de herir lo que la víctima considera importante. Por ello es un tipo de violencia que incurre en la manipulación y abuso de hijos principalmente.

Ejemplos de lo que es la violencia vicaria

  • Amenazas de hacer daño, tanto a seres queridos como a hijos, que van desde la amenaza de violentarlos físicamente, o de quitarlos.
  • Pareja que maltrata física o psicológicamente a los hijos para herir emocionalmente a su pareja actual, o a su ex pareja.
  • Uso de hijos para manipulación emocional, en la forma de convencer a los hijos para que rechacen o se vuelquen negativamente hacia el otro progenitor.
  • Obstaculización de la relación, como impedir el contacto con los hijos o seres queridos, o de negarle el tiempo en conjunto, las visitas o incluso hasta llamadas o información sobre ellos.
  • Utilización de procesos judiciales para continuar controlando y hostigando a la víctima, amenaza en forma de instrumentalización judicial, incluso con denuncias falsas. Existen casos donde se ha evidenciado la creación de una situación que fácilmente puede orillar a la otra persona a una reacción que le sea contraproducente, como forma de manipulación.
  • En casos extremos y no tan desconocidos, el agresor puede llegar a herir de verdad a los hijos o, a buscar terminar con su vida para castigar de esta manera a su madre o padre.

Es por ello que la violencia vicaria, aunque no es una violencia directa, es de grave conocimiento y su identificación es importante antes de que pueda ser demasiado tarde. Puede verse reflejada en actos que parecen inofensivos, como comentarios para hacer quedar mal a la otra persona, la obstaculización de las relaciones, el aislamiento, y escalar hasta un punto de no retorno donde solo se deja guiar por la rabia y un odio creciente que debe ser manejado por otros medios, no para herir.

Consecuencias de lo que es la violencia vicaria

La violencia vicaria impone una cantidad de estrés y dolor emocional en aquella persona que la vive, que puede desarrollar diversos trastornos o cuadros como:

  • Estrés postraumático
  • Depresión
  • Ansiedad generalizada
  • Sentimientos de culpabilización debido a la manipulación emocional
  • Cuadros de estrés agudo, que puedes aprender a manejar aquí.
  • Trastornos de apego y problemas de conducta

La farsa que oculta la violencia vicaria

¿De dónde ha salido este tipo de violencia? Nos preguntaremos muchos, y la verdad es que siempre ha existido. Muchos agresores y agresoras usan a los seres queridos como una herramienta de venganza, y es una violencia invisibilizada, sobre todo cuando el agresor en cuestión mantiene una buena imagen ante la sociedad o cuando su manipulación ha escalado tanto que hasta llega a engañar al público.

Pero los actos están ahí, son llamativos y no pasan desapercibidos. Una persona que utiliza como herramienta de venganza a sus hijos para dañar a otra persona, no puede ser un buen padre o madre, aun cuando después cumpla con sus otros deberes, ya que no teme en poner a sus seres queridos en peligro o utilizarlos como un medio para lograr su cometido, pero su invisibilización y minimización tiende a retrasar el reconocimiento.

¿Qué puedo hacer si soy víctima de esto que es la violencia vicaria?

Consigue ayuda, terapéutica y legal.

No hay un paso más importante que éstos dos, es fundamental contar con apoyo legal para actuar en consecuencia si estás siendo víctima de lo que es violencia vicaria, porque es totalmente entendible el miedo que puede generar sentirse incapaz de actuar por temor a que algo pueda ocurrir. Con profesionales legalmente preparados el proceso será más seguro para ti, y tus seres queridos.

Del mismo modo, la terapia es importante para ti, y para los seres queridos afectados. En especial si hablamos de hijos y niños pequeños, ya que se debe centrarse tanto en la víctima como en los afectados para trabajar el trauma directamente y abordar sus consecuencias de la violencia vicaria como el desarrollo de patologías como ansiedad o depresión a edades tempranas. Tanto para ellos, como para la víctima.

El apoyo del círculo más cercano es de vital importancia. Se sabe que muchas personas deciden no actuar por sentirse solas en este proceso, así que acercarse a amigos, familiares y personas de confianza puede ser un apoyo increíble para la víctima, para sentirse apoyados en el proceso.

La violencia vicaria es, sin duda, una forma cruel de tortura para aquellas víctimas. Es crueldad pura y dura que desgasta las relaciones interpersonales, pero si estás sufriendo de ello recuerda: no estás solo. Mientras más temprano podamos identificarlo, mayor facilidad habrá a la hora de tratarlo y más aún, de prevenirlo en futuras situaciones para poder embarcarnos a la tarea de erradicarlo.

Si estás siendo víctima de violencia vicaria y no sabes cómo salir de ahí, en Mente Sana psicología podemos ayudarte, no dudes en agendar tu cita completamente gratuita para iniciar tu proceso.

Preguntas frecuentes

  • ¿Puedo iniciar el proceso judicial junto a ustedes?

Mente Sana psicología solo es un servicio de psicología online, no contamos con servicios judiciales.

  • ¿Cómo puedo agendar una cita para tratar lo que es la violencia vicaria?

Es muy fácil, la primera consulta es completamente gratuita, solo debes agendar desde nuestra página web.

  • ¿Atienden niños víctima de lo que es la violencia vicaria?

Contamos con especialistas en psicología que pueden atender a tu niño en caso de necesitarlo.

Referencias bibliográficas

¿Qué es la violencia vicaria? (s. f.). Ministerio de Igualdad.

Así es la violencia vicaria, la expresión más cruel de la violencia de género | Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación. (n.d.).