Megalofobia: Miedo a los objetos grandes

Megalofobia
Megalofobia

La megalofobia es una fobia específica que se caracteriza por un miedo intenso, irracional y desproporcionado hacia objetos grandes, como rascacielos, estatuas monumentales, grandes embarcaciones, montañas o incluso animales de gran tamaño. Aunque no es ampliamente conocida, esta fobia puede interferir de manera significativa en la vida cotidiana, limitando las experiencias y generando un profundo malestar emocional.

Megalofobia: qué es y cómo se manifiesta

El término megalofobia proviene del griego megas (grande) y phobos (miedo). Este trastorno se incluye dentro de las fobias específicas, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5).

Los síntomas pueden incluir taquicardia, sudoración excesiva, mareos, dificultad para respirar, sensación de irrealidad, pensamientos catastróficos y necesidad urgente de escapar al estar frente a objetos o estructuras de gran tamaño. Estas reacciones no solo se producen en presencia física del estímulo temido, sino también al ver imágenes o videos.

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¿Tipos de megalofobia?

Pese a que no están formalmente clasificados en manuales diagnósticos como el DSM-5, este miedo puede estar dirigido a distintos tipos de cosas monumentales y se pueden categorizar de manera práctica según los estímulos que la desencadenan:

  1. Megalofobia estructural: Miedo a estructuras grandes como rascacielos, represas, puentes, torres o monumentos.
  2. Megalofobia natural: Miedo a elementos naturales enormes, como montañas, océanos, árboles gigantes o acantilados.
  3. Megalofobia vehicular o industrial: Miedo a objetos mecánicos o industriales muy grandes, como barcos, aviones, trenes, grúas, maquinaria pesada.
  4. Megalofobia animal: Algunas personas sienten miedo a animales de gran tamaño como elefantes, ballenas o dinosaurios (representaciones).
  5. Megalofobia escultórica o artística: Miedo a esculturas o representaciones artísticas de gran escala.
  6. Megalofobia urbana o arquitectónica: Ansiedad por espacios gigantescos, estructuras y contextos urbanos muy grandes.

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Causas de la megalofobia

La fobia a las cosas grandes puede tener orígenes diversos, atribuibles a factores genéticos, ambientales y psicológicos.

En el caso de la genética, si un miembro de la familia sufre una fobia específica o un trastorno de ansiedad, aumenta la probabilidad de desarrollar una afección similar. Asimismo, este miedo puede surgir a partir de una experiencia traumática asociada a un objeto grande, como una caída desde una estructura elevada o un accidente relacionado con un vehículo de gran tamaño, o bien por aprendizaje vicario.

De igual manera, problemas psicológicos subyacentes, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico o el trastorno de estrés postraumático (TEPT), pueden afectar de manera negativa al desarrollo de la megalofobia.

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Perspectiva evolutiva y psicodinámica para su desarrollo

También se ha propuesto que la megalofobia puede estar relacionada con mecanismos evolutivos de supervivencia: el cerebro humano podría interpretar lo colosal como una amenaza potencial, activando así el sistema de alerta del organismo.

Asimismo, desde una perspectiva psicodinámica, algunos autores plantean que el miedo a lo grande puede simbolizar conflictos internos no resueltos, sentimientos de pequeñez o insignificancia, o dificultades con figuras de autoridad.

Tratamiento para la megalofobia

Las fobias específicas deben tratarse con terapia psicológica y en casos, realizar interconsulta con psiquiatría. El trabajo en terapia implica la identificación y reestructuración de pensamientos distorsionados, técnicas de exposición gradual al estímulo temido, y/o, desensibilización sistemática en entornos seguros.

Asimismo, se utiliza la terapia de exposición en realidad virtual (VR), la cual ha demostrado ser útil para tratar fobias visuales como la esta, puesto que permite confrontar los miedos en un entorno controlado.

Por último, en algunos casos, se puede complementar el tratamiento psicológico con medicación ansiolítica o antidepresiva bajo supervisión médica.

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Conclusiones

La megalofobia es una fobia específica, poco conocida, que puede generar un profundo malestar psicológico. Comprender que el miedo a las cosas grandes no es una rareza sino una fobia tratable puede ser el primer paso hacia la recuperación.

Si bien su origen puede variar, lo más importante es saber que existen terapias eficaces que permiten a las personas retomar el control sobre sus vidas y dejar de vivir limitadas por el temor a lo inmenso.

Referencias

Bueno-Sánchez, Liliana, Díaz-Africano, Nathaly, Restrepo-García, Daniela, Solano-Gualdrón, Andrea, & Gantiva, Carlos. (2019). Realidad Virtual como Tratamiento para la Fobia Específica a las Arañas: Una Revisión Sistemática. Psychologia. Avances de la Disciplina13(1), 101-109.

Mayo, J. (2015). Megalofobia: Miedo a las cosas grandes. Callaloo 38 (1), 75. 

Medicover Hospitals. (s.f.). Megalofobia: causas, síntomas y tratamiento.

Cómo dejar de procrastinar: Comprender y superar el hábito de posponer

Cómo dejar de procrastinar
Cómo dejar de procrastinar
Cómo dejar de procrastinar

La procrastinación hace referencia a la tendencia a posponer voluntariamente tareas o acciones planeadas, a pesar de anticipar las consecuencias negativas. La pregunta en estos casos es “¿cómo dejar de procrastinar cuando se convierte en hábito?”.

Desde este punto, no se trata simplemente de pereza o falta de organización, sino de una forma de regulación emocional disfuncional que afecta a personas de todas las edadesy contextos.

¿Qué es procrastinar?

La procrastinación es un comportamiento caracterizado por la postergación intencional de una actividad, la cual cumple como una conducta evitativa que tiene raíces profundas en la gestión emocional.

Esta está asociada con el bajo autocontrol, la impulsividad y la baja tolerancia a la frustración, lo que, a su vez, se relaciona con niveles de ante el proceso, bajos niveles de creencias de autoeficacia, tensión psicológica, inadecuada gestión del tiempo y bajo rendimiento. (Ramos et al., 2017).

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¿Por qué procrastinamos?

Cuando una tarea genera ansiedad, aburrimiento o inseguridad, el cerebro opta por el alivio inmediato que produce evitarla. Por ello, aunque esta postergación conlleve culpa o estrés a largo plazo, se suele optar por esta acción, aunque detone la pregunta de cómo dejar de procrastinar.

Asimismo, estudios muestran que la procrastinación está vinculada a un conflicto entre dos áreas cerebrales: el sistema límbico (asociado al placer inmediato) y la corteza prefrontal (encargada de la planificación y el autocontrol). Cuando el sistema límbico predomina, es más probable caer en la postergación.

Causas intrínsecas de la procrastinación

Las causas más frecuentes de procrastinación incluyen:

  • Perfeccionismo: El deseo de resultados impecables genera ansiedad de rendimiento y lleva a posponer acciones para no enfrentar posibles errores.
  • Miedo al fracaso: El temor a no cumplir con las expectativas propias o ajenas, puede resultar paralizante e impide que la persona empiece o continúe una tarea.
  • Ansiedad y estrés: El cerebro busca alivio inmediato ante el malestar que genera la tarea. Paradójicamente, evitar la tarea estresante alivia momentáneamente el malestar.
  • Problemas de autorregulación: Existe una dificultad para controlar los impulsos y gestionar el tiempo, lo que se asocia con una baja actividad en la corteza prefrontal, responsable de la planificación y el autocontrol.
  • Falta de motivación: En casos donde la persona no puede conectar con su actividad por falta de interés.
  • Falta de estructura: No tener plazos ni organización favorece la dilación.
  • Baja autoestima: La creencia de no ser capaz o competente dificulta la acción y genera inseguridad.
  • Uso excesivo de tecnología y redes sociales: Las recompensas inmediatas de redes sociales o entretenimiento digital fomentan la evasión.

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¿Cómo dejar de procrastinar?

Por lo general, cuando uno siente que la procrastinación es algo incapacitante, surge la pregunta de cómo dejar de procrastinar. Esto es posible a partir de ciertas estrategias prácticas:

  • Dividir tareas en pasos pequeños: Dividir las tareas en acciones más manejables disminuye la carga emocional, puesto que las tareas grandes suelen ser intimidantes. Por lo mismo, esto mejora la percepción de autoeficacia.
  • Aplicar la técnica Pomodoro: Esta técnica consiste en trabajar durante 25 minutos y luego tomar un descanso corto de 5. Después de cuatro ciclos, se toma un descanso más largo, como de 15 minutos. Esto ayuda a mantener el foco sin agotarse.
  • Practicar la autocompasión: En lugar de castigarse por procrastinar, adoptar una actitud compasiva permite reconocer el error sin caer en la culpa crónica, lo cual reduce la autocrítica paralizante.
  • Visualizar consecuencias y beneficios: Tener claridad sobre las consecuencias de posponer y los beneficios de actuar ayuda a motivarse. Se trata de desarrollar una visión futura que fortalezca la corteza prefrontal.
  • Eliminar distracciones y establecer rutinas: Un entorno organizado facilita la concentración. Asimismo, establecer horarios fijos para trabajar crea hábitos estables que reducen la necesidad de decidir cada vez cuándo empezar.
  • Buscar apoyo terapéutico: Cuando la procrastinación es crónica y afecta significativamente la calidad de vida, puede ser útil acudir a terapia.
    Descubre más en: Cómo mejorar la productividad. Estrategias

Conclusiones

Pese a que la pregunta frecuente sea “¿cómo dejar de procrastinar?”, la clave primordial está en cuestionarse “¿por qué estoy procrastinando?”. No se trata simplemente un problema de gestión del tiempo, sino un reflejo de una raíz emocional profunda en cuanto al manejo del estrés, la ansiedad y las expectativas.

Comprender el significado de procrastinar es el primer paso para cambiar la autocrítica y el rendimiento. A través de estrategias concretas, autocompasión y el apoyo adecuado, es posible tanto ganar motivación, como dejar de procrastinar y desarrollar una relación más saludable con nuestras responsabilidades y metas.

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Referencias

Bertolín-Guillén, José M.. (2023). Neuro-psicopatología y procrastinación.. Revista chilena de neuro-psiquiatría61(2), 212-220.

Ramos-Galarza, Carlos, Jadán-Guerrero, Janio, Paredes-Núñez, Lorena, Bolaños-Pasquel, Mónica, & Gómez-García, Antonio. (2017). Procrastinación, adicción al internet y rendimiento académico de estudiantes universitarios ecuatorianos. Estudios pedagógicos (Valdivia)43(3), 275-289. 

Torres Ceballos, Carlos Gerardo, Padilla Vargas, María Antonia y dos Santos, Cristiano Valerio. (2017). El estudio de la procrastinación humana como un estilo interactivo. Avances en Psicología Latinoamericana , 35 (1), 153-163. 

Cómo ganar confianza en uno mismo: estrategias psicológicas efectivas

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Cómo ganar confianza en uno mismo

¡Cómo ganar confianza en uno mismo es el objetivo de gran parte de la personas!, la confianza al fin y al cabo es un pilar más que fundamental para el bienestar, es el enfoque de la autoestima y del crecimiento personal ¿o es que nunca te has levantado por la mañana sintiendo un nudo en la garganta, preguntándote si eres suficiente? ¿preguntándote si vas a lograrlo? ¿si eres realmente bueno? ¿Y si, simplemente fallas? Detrás de todas esas dudas solo queda hablar de la confianza en uno mismo ¡Y aquí tendrás las estrategias para explorar ese aspecto de ti!

El mito sobre la duda y el cómo ganar confianza en uno mismo

A ver, seamos sinceros: es normal dudar.

El ser humano es reconocido por su cerebro cambiante, flexible y lleno de pensamientos que ruedan y ruedan, y que fácilmente pueden irse por un lado totalmente contrario al que uno quería desde un comienzo. De ahí nacen las dudas: de las aristas que el pensamiento toma, de las comparativas, de preguntarnos de forma constante si nos merecemos aquello que tenemos o que deseamos.

En el fondo, sabemos que sí, que lo merecemos. Pero ¿cómo callamos la voz insistente que te repite una y otra vez que no eres suficiente? Sí, hay que abrazar nuestros logros, imperfecciones y tomar todos esos malos pensamientos para transformarlos en algo alentador, pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo.

Lo primero: de nuevo, es normal dudar. No te victimices por ello, resulta muy sencillo decir que las comparativas no son buenas, pero es casi automático para nuestro cerebro.

¿Qué es la confianza en uno mismo?

¿Te crees capaz de enfrentar los retos que el mundo te ponga al frente? La confianza en uno mismo es básicamente esa creencia, la capacidad de saber que podemos lograr aquello que nos proponemos, sea grande o pequeño. Nuestra capacidad de tomar decisiones, de actuar, y de manejar a la vida lo mejor que podemos, así que, según las teorías ¿cómo ganar confianza en uno mismo?

Así, Rosenberg admitía que la confianza es un valor global atribuido a nuestra persona. Sentir que valemos lo suficiente, y que iba mucho, muchísimo más allá de los logros más puntuales de nuestra vida.

Sin embargo, Albert Bandura, conocido por su teoría del aprendizaje social, hablaba que la confianza está intrínsecamente unida con el valor de la auto-eficiencia. Sentirse capaz de hablar en público es una conducta autosuficiente, y que de una forma u otra está ligada a la seguridad propia, que a su vez nos lleva a incrementar la motivación y el rendimiento propio en actividades diarias.

Es fácil: Si se que puedo realizar una tarea de forma correcta, entonces puede que lo haga de forma correcta, y el éxito nos va a motivar a continuar intentándolo. Aumentando la confianza; si por el contrario, creo que no puedo, aunque lo haga de forma correcta, la duda puede que gane espacio y que esta confianza no prolifere.

Tanto la autoestima, como la autosuficiencia y la motivación son conceptos que se retroalimentan de forma constante. Al final de cuentas, mientras más seguro me siento, más fácil es intentar cosas nuevas, y de esta manera una sencilla forma de cómo ganar confianza en uno mismo.

Estrategias para aprender a cómo ganar confianza en uno mismo.

Primero, y antes de avanzar,  recuerda: no se trata de ganar un nivel de confianza estratosférico de la noche a la mañana, tampoco que sea inamovible o inquebrantable. El aprender a cómo ganar confianza en uno mismo es un trabajo que toma tiempo, esfuerzo y no es lineal, es algo que nos tomará pasos pequeños y de bebé. Implementa de forma personal entonces, estas estrategias para aprender a cómo ganar confianza en uno mismo.

Método SMART para metas realistas

Gran parte de las desmotivaciones que vivimos diariamente vienen por una razón muy sencilla: como humanos somos básicos, nos encantan las recompensas. Y no hablamos solo de aquellos premios que recibimos al completar algo, sino a algo mucho más sencillo: ¿a que es increíble tachar objetivos una vez completados?

Y resulta que cuando no vemos la posibilidad de, aunque sea mentalmente, tacharlos, cae la desmotivación. Por ello, una metodología eficaz para saber cómo ganar confianza en uno mismo es marcar metas realistas y paso por paso.

El método SMART viene de sus siglas en inglés: Specific, Measurable, Achievable, Realistic y Time-Bound. Que se traduce en que los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y de duración limitada.

Tomemos como ejemplo el objetivo de “Estudiar más” Fácil ¿No? Vamos a desglosarlo con el método SMART.

  • Especifico: Decir, “Voy a prepararme resúmenes de las clases para estudiar por materia”, en lugar de solo “estudiar más”. Ser específicos ayuda a centrar el objetivo.
  • Medible: Ponte un número. Que puedas medirlo. ¿Cuántos resúmenes a la semana puedes hacer? Sé realista.
  • Alcanzable: No eres una máquina, tampoco Alexander Hamilton escribiendo 51 ensayos para la independencia de Estados Unidos, así que sé sincero, define un tiempo que se ajuste para ti, y tu estilo de vida.
  • Realista: ¿Es posible hacerte 51 resúmenes a la semana? quizás, pero no es realista, no tendrías vida. Se consecuente y realista con lo que te propones. En serio, no te sobre exijas.
  • Tiempo: es de duración limitada, fija plazos, tener un tiempo que si bien no es límite, es un tiempo objetivo. Y de nuevo, tiene que ser realista.

Así, cada vez que completes una meta con éste método, aumentará la sensación de confianza.

Exposición a retos

Una de mis actividades favoritas en terapia es afrontar los problemas de frente con algo de terapia de exposición. Y en el caso de la confianza en uno mismo, es muy sencillo: se trata en enfrentar progresivamente retos que pongan a prueba esa confianza, que nos orillen a enfrentarnos a situaciones que poco a poco aumenten en dificultad para ir ganando confianza.

Primero, es necesario auto-reflexionar ¿qué es aquello en lo que más desconfío? ¿algún aspecto específico de mí persona? ¿Se trata de un área en especial? buscamos identificar los puntos débiles, aquellos dónde más desconfié y menos seguridad presente antes de avanzar.

Todo para el siguiente paso: jerarquizar aquello que te intimida. Ordena aquellas preocupaciones del 1 (menos difícil), hasta el 10 (el más difícil) y construye retos personales en base a esto para exponerse gradualmente. ¡Y no olvides celebrar cada vez que lo logres!

Por ejemplo, para trabajar en el miedo al rechazo y cómo esto afecta a la confianza a la hora de interactuar, un par de retos interesantes pueden ser: mantener una conversación con una persona extraña en la calle, en el super o en la tienda, sobre un tema banal. O, también, mi favorito con los consultantes: averiguar la película favorita de alguno de tus compañeros de trabajo.

Parecen dos situaciones completamente habituales, y por ello mismo son ideales para empezar a exponerse de forma paulatina y así aprender a cómo ganar confianza en uno mismo.

Registro de éxitos

La verdad es que no hay nada más humano que pasar por largo todos los logros y éxitos que hemos tenido en nuestra vida, lo negativo parece pesar mucho más cuando ocurre, así que de vez en cuando es ideal recordarlo con un registro de éxitos, un diario que guarde de forma habitual aquellos logros y que nos permita recordarlo.

Anota cada cierto tiempo: un inconveniente que hayas tenido, y pudiste resolver  (Y si no fue así ¿qué aprendiste?), escribe logros que hayas hecho durante el tiempo que tuviste sin escribir, por muy pequeños que puedan parecer; habla de aquello que te ha hecho sentir orgulloso; y del mismo modo ¿qué podríamos mejorar?

Apoyo psicológico

No tengas miedo de probar la terapia, el apoyo psicológico es perfecto para explorar formas de cómo ganar confianza en uno mismo, ya que muchas técnicas están enfocadas en el crecimiento personal. Y por otro lado, nos permite explorar las razones detrás de esa falsa de confianza en uno mismo.

La terapia puede ayudarte a identificar el pensamiento y cuestionarlo, para así reformular con objetividad y lograr ganar confianza en uno mismo.

Conclusiones

Recuerda que lo importante no es aprenderlo cuanto antes, sino enfocarte en descubrirte a ti mismo, tus virtudes y aprender que la mejor forma de cómo ganar confianza en uno mismo se basa en el esfuerzo y la perseverancia, una aptitud que abre muchas puertas y oportunidades. Es fácil dejarlas pasar si dudamos de nosotros mismos o si pensamos que fracasaremos, por ello ten siempre en mente: el objetivo no es dejar de temer, porque no eres un robot… es hacerlo, aunque tengas miedo. Así, descubrirás tus capacidades y como al no rendirte, podrás cultivar la mejor de las confianzas.

Si necesitas ayuda, en Mente Sana psicología estamos para ti, agenda ya mismo tu primera cita ¡Completamente gratuita!

Referencia bibliográfica

Martins, J. (2025, February 1). Objetivos SMART: qué son y cómo crearlos con ejemplos y plantilla [2025] • Asana. Asana.

Frustración: Un análisis

Frustración

¿Qué ocurre realmente cuando la frustración se instala? ¿Cómo nos afecta y, más importante aún, cómo podemos gestionarla para que no nos paralice, sino que nos impulse? La frustración es una emoción universal, tan inherente a la experiencia humana como la alegría o la tristeza. Se manifiesta en el atasco que nos impide llegar a tiempo, en el proyecto que se resiste a avanzar, o en esas expectativas que, por más que intentemos, no logran materializarse. Es la distancia entre lo que deseamos y lo que obtenemos, un recordatorio constante de que no todo está bajo nuestro control. Todos la hemos sentido. Esa punzada incómoda, ese nudo en la garganta que aprieta cuando las cosas no salen como esperamos. En este artículo, exploraremos las raíces de esta poderosa emoción y sus diversas manifestaciones.

Frustración

¿Qué es la frustración?

Según el DSM-5, define la frustración no se define como un diagnostico en sí mismo, sino como un sentimiento. Se describe como un estado emocional negativo que surge cuando no se cumplen nuestras expectativas, deseos o metas. Esta puede manifestarse como ira, molestia, tristeza, ansiedad o decepción.

Formas de clasificar la frustración  

Según el origen:

  • Frustración con locus de control interno, esto ocurre cuando sentimos incapacidad o imposibilidad por factores internos a nosotros mismo. Por ejemplo: no aprobar un examen por falta de preparación.
  •  Frustración con locus de control externo, esto sucede cuando la causa es por factores fuera de nuestro control. Por ejemplo: no poder salir de casa porque llueve mucho.

Según el obstáculo:

  • Frustración por barreras: existen obstáculos claros que impiden lograr lo que queremos. Pueden ser físico (una puerta cerrada), social (una norma o una persona), o interno (una limitación personal).
  • Frustración por incompatibilidad de objetos positivos: cuando tenemos dos objetivos que nos atraen, pero son excluyentes. Debemos elegir uno y renunciar al otro, lo que genera frustración. Por ejemplo: tener que elegir dos trabajos soñados en ciudades diferentes.
  • Frustración por conflicto evitación-evitación: cuando nos enfrentamos a dos situaciones desagradables y debemos elegir una de ellas, aunque ambas opciones sean indeseables. Por ejemplo: elegir entre un empleo que no nos gusta o el desempleo.
  • Frustración por conflicto aproximación-evitación: se presenta cuando una misma situación tiene aspectos positivos y negativos, lo que genera ambivalencia y frustración. Por ejemplo: una oportunidad laboral que ofrece un buen sueldo, pero implica un horario agotador. 

Según el contexto:

  • Frustración personal: relacionada con metas y deseos individuales no cumplidos, insatisfacción con uno mismo o con el progreso personal.
  • Frustración laboral o profesional: puede surgir en el entorno laboral, por falta de reconocimiento, sobrecarga, estancamiento, problemas con compañeros o superiores.
  • Frustración interpersonal o social: relacionada con las relaciones con otras personas, conflictos o falta de apoyo.
  • Frustración emocional: cuando no logramos expresar o manejar nuestras emociones de forma adecuada.
  • Frustración amorosa o sexual: especifica de las relaciones de pareja o la vida sexual.

Comprender estas clasificaciones nos ayudan a identificar la raíz de nuestra frustración y, por ende, a desarrollar estrategias más específicas y efectivas para gestionarla.

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Estrategias para manejar la frustración

Esta puede ser inevitable pero no tiene por qué inmovilizarte. Aprender a gestionarla es crucial para tu bienestar y gestionar sanamente tus emociones, aquí te dejamos algunos consejos prácticos:

  1. Identificar y aceptar la emoción: el primer paso para gestionar tus emociones es validar lo que sientes. Si intentas reprimir la frustración solo se hará más fuerte. Permítete sentirla, (Me siento frustrado porque…) Reconocerlo como una emoción natural y temporal te ayudará desahogarte y a evitar que se acumule.
  2. Reconoce la causa: ¿Qué es exactamente lo que me está frustrando? ¿es una barrera externa, una persona o el clima? ¿es una limitación interna, falta de habilidad o expectativas irreales) ¿hay un conflicto de deseos o un dilema?
  3. Distánciate por un momento: alejarte de la situación te ayudara a pensar con claridad. Por ejemplo: salir a caminar, escuchar música, realiza ejercicios de respiración profunda.
  4. Reevalúa tus expectativas: la frustración nace de expectativas poco realistas, por ello, plantéate ¿era tu meta verdaderamente alcanzable en este momento? ¿esperabas demasiado de ti mismo o de los demás? ¿puedes ajustar tus expectativas para que sean más realistas y flexibles?
  5. Enfócate en lo que Sí puedes controlar: en las situaciones que no puedes cambiar, desviar tu atención a lo que sí está en tus manos es la clave. Si estas atascado en el tráfico, no puedes hacer avance, pero puedes escuchar un podcast, practicar la paciencia o llamar a alguien. Si un proyecto no avanza como quieres, ¿puedes cambiar tu estrategia, pedir ayuda o dedicarle más tiempo?
  6. Busca soluciones y alternativas: haz una lluvia de ideas, de esta manera podrás buscar posibles soluciones. Pide ayuda, hablar con un amigo, familiar o compañero de confianza, puede darte una perspectiva diferente.

Manejar la frustración es un proceso continuo ya que la vida es flujo constante de cambios y desafíos incontrolables. Esto no es una habilidad que se aprende una vez y se domina para siempre, en cambio, se parece más a mantenerse en forma: requiere práctica regular, adaptación y un compromiso constante.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Conclusión

Lejos de ser un enemigo a erradicar, la frustración puede ser una señal valiosa, un indicador que nos invita a detenernos, reflexionar y ajustar el rumbo. Al reconocerla, entender sus causas y aplicar estrategias como reevaluar expectativas, buscar soluciones o simplemente tomarnos un respiro, transformamos un potencial paralizador en un catalizador para el crecimiento personal.

Aprender a bailar con la frustración, en lugar de luchar contra ella, es una de las habilidades más resilientes que podemos desarrollar. Nos enseña sobre nuestra propia paciencia, creatividad y capacidad de adaptación. Así que, la próxima vez que ese familiar “nudo en la garganta” aparezca, recuerda que tienes las herramientas para desatarlo y, quizás, descubrir un nuevo camino hacia adelante. Es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Psicología (2022), Frustración: qué es, causas y cómo gestionarla.

Frases de dolor y tristeza, ¿Cómo nos ayudan a atravesar el dolor?

frases de dolor y tristeza
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El dolor y la tristeza son compañeros inevitables en el viaje de la vida. Desde la pérdida de un ser querido hasta la decepción más pequeña, estas emociones nos atraviesan, y a menudo, nos dejan sin palabras. Sin embargo, a lo largo de la historia, innumerables almas han encontrado consuelo y comprensión en frases que logran capturar la esencia de estos sentimientos. En este artículo, exploraremos una colección de expresiones que, con su sencillez o su profunda complejidad, nos recuerdan que no estamos solos en nuestro sufrimiento y que, a veces, frases de dolor y tristeza es lo que necesitamos para validar lo que sentimos y sentirnos comprendidos.

Frases y pensamientos de tristeza:

  • Las frases de dolor emocional sirven como punto de partida para generar pensamientos sobre la selección.
  • Las frases de dolor ayudan a asimilar mejor lo perdido, no implica que deje de doler solo ver la situación como algo que ya pasó y poder soltarlo validando nuestro dolor.
  • Es importante que cada persona sea capaz de reflexionar sobre la tristeza, para prepararse mejor cuando esta emoción se presente.

¿Triste? Frases de dolor en el alma

  1. El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional – Haruki Murakami
  2. La tristeza es como un tesoro precioso, mostrando solo a los amigos – Africano
  3. A veces, el corazón ve lo que es invisible para el ojo – H Jackson Brown
  4. El dolor es temporal, pero el recuerdo es para siempre.
  5. No se puede proteger a sí mismo el dolor sin protegerse de la felicidad – Jonathan Safran.
  6. La tristeza vuela en las alas del tiempo – Jean de la fontaine.
  7. Lo que no te mata te hace más fuerte – Friedrich Nietzsche
  8. Las lágrimas son palabras que necesitan ser escritas – Paulo Coelho

El dolor y la depresión, ¿Por qué nos afecta?

El dolor y la depresión están estrechamente relacionados, a menudo creando un círculo vicioso donde uno empeora al otro.

Frases de dolor y decepción

  1. A veces, el silencio es el único refugio para un alma herida.
  2. Me siento perdido en un océano de tristeza que no puede controlar.
  3. La depresión no es debilidad, es luchar cada día con un peso invisible.
  4. El vacío que siento dentro no tiene forma ni fin.
  5. Quiero encontrar luz, pero mis pasos siempre tropiezan en la oscuridad.
  6. La vida a veces nos enseña lecciones a través del dolor más profundo.
  7. No hay mayor tristeza que ver un sueño de desvanecerse.
  8. El tiempo cura, pero las cicatrices siempre cuentan su historia.
  9. Los días más oscuros también forman parte de esta vida impredecible.

Procesar el dolor emocional implica reconocerlo, validar los sentimientos, encontrar formas saludables de expresarlos y buscar apoyo cuando sea necesario. Se trata de un proceso gradual que requiere paciencia y autocompasión.

  • Reconocer y validar el dolor: Aceptar que estás sintiendo dolor y que es válido. No es una señal de debilidad, sino una respuesta natural a la situación.
  • Identificar la fuente del dolor: Intentar entender qué está causando el dolor emocional. Esto puede ayudar a comprender mejor la situación y a desarrollar estrategias de afrontamiento más efectivas.
  • Expresar las emociones: Hablar sobre tus sentimientos con alguien de confianza, escribir en un diario, o practicar actividades creativas como la pintura o la música pueden ayudarte a procesar el dolor.

¿Qué es dolor emocional?

El dolor emocional surge en la vida a raíz de fracaso o decepciones, y se define como un sufrimiento, angustia o preocupación prolongada en el tiempo o mal gestionado.

Frases de dolor emocional

  1. Mis lágrimas son palabras que mi corazón no puede expresar.
  2. Llorar es mi forma de liberar todo lo que no entiendo.
  3. En cada lágrima hay un recuerdo que no puede olvidar.
  4. A veces, solo quiero llorar hasta que el mundo me escuche.
  5. Llorar no me hace débil, me permite seguir adelante.

Triste frases de dolor en el alma

  1. La melancolía es un susurro del pasado que nunca se va del todo.
  2. Hay días en los que la nostalgia pesa más que el presente.
  3. La melancolía es la sombra de los momentos que una vez nos hicieron.
  4. Cada rincón de mi mente aguarda recuerdos que no puedo dejar ir.

¿Qué hacer si me siento triste o melancólico?

Cuando atraviesas momentos de tristeza o dolor emocional, hay varias estrategias claves que puedes aplicar para sentirte mejor. (Lee más sobre los días difíciles aquí)

  • Reconoce y acepta tus emociones: Permítete sentir tristeza o melancolía, sin juzgarte; Son emociones naturales.
  • Busca apoyo y comunicación: Hablar con un amigo, familiar o terapeuta puede ser muy liberador, ya que ayudan a procesar lo que sientes.
  • Realizar actividades reconfortantes: Involúcrate en pasatiempos como escuchar música, leer, escribir o cualquier actividad creativa que te ayude a canalizar tus emociones.
  • Evita el aislamiento: Mantén el contacto con las personas importantes en tu vida, incluso si son conversaciones cortas.

Afortunadamente, existen diversas estrategias para abordar tanto la tristeza como el dolor emocional. Estas incluyen el reconocimiento y la actuación de nuestras emociones, la búsqueda de apoyo social y profesional, el cuidado personal (físico y mental), la conexión con la naturaleza y la participación en actividades reconfortantes.

Entender que la tristeza y el dolor emocional son parte de la experiencia humana, pero que podemos gestionarlos activamente y buscar ayuda cuando es necesario, es fundamental para nuestro bienestar integral.

Referencias bibliográficas

Piscología y mente (4/10/2016) 150 frases de tristeza y dolor emocional.

Clínica Fuensalud (8/10/2019) Dolor emocional.

5 técnicas contra la precaución excesiva

5 técnicas contra la preocupación excesiva
5 técnicas contra la preocupación excesiva
5 técnicas contra la preocupación excesiva

La preocupación es una respuesta humana natural, un mecanismo que nos alerta sobre posibles problemas y nos impulsa a buscar soluciones. Sin embargo ¿Qué sucede cuando esta preocupación excesiva se vuelve constante, abrumadora, e incontrolable? La ansiedad juega un papel importante cuando la preocupación excesiva abarca gran parte de nuestra cabeza y pensamientos. Las preocupaciones excesivas se han convertido en una sombra persistente para muchas personas, afectando su bienestar mental, físico y sus relaciones. Este artículo explora la naturaleza de las preocupaciones excesivas, sus causas y 5 técnicas contra la preocupación excesiva, para ofrecer estrategias efectivas para liberarse de sus garras y recuperar el control sobre nuestros pensamientos.

¿Qué es la preocupación excesiva?

  • La preocupación a menudo se inicia con un pensamiento o imagen intrusiva que irrumpe en la mente. por eso recurrir a las 5 técnicas contra la preocupación excesiva pueden ayudar a identificar estos pensamientos intrusivos.
  • Estos pensamientos pueden ser recurrentes, creando un círculo vicioso que causa angustia y perturba el bienestar.
  • Es difícil detener la preocupación una vez que se inicia, lo que subraya la complejidad del problema. Por tal motivo es importante tener un plan b cuando la preocupación excesiva ataca como 5 estrategias contra la preocupación excesiva

La preocupación excesiva hacia los demás

¿Por qué caemos en la preocupación?

  1. La preocupación es universal: todas las personas se preocupan, y un cierto nivel de preocupación es normal.
  2. La preocupación excesiva se caracteriza por pensamientos persistentes, repetitivos e incontrolables para los que se encuentran solución.
  3. El cerebro utiliza la preocupación como un mecanismo para intentar minimizar o eliminar riesgos, formando parte del proceso de búsqueda de soluciones a problemas y siendo una reacción natural a amenazas (reales o imaginarias).
  4. La preocupación a menudo implica anticipar el futuro, escenificando el peor de los resultados, lo cual puede generar bloqueo y angustia (lee más sobre la ansiedad aquí)

¿Cómo se puede identificar la preocupación excesiva?

  1. Cuando llegan pensamientos recurrentes de “y sí…” la tendencia a anticipar negativamente el futuro con preguntas hipotéticas que proyectar escenarios desfavorables.
  2. Creer que no se tiene las capacidades para enfrentar posibles resultados futuros. “No voy a ser capaz de superar esta ruptura”
  3. Vivir la incertidumbre de manera muy negativa, sintiéndose incapaz de soportar lo desconocido y anticipando lo peor “no sé qué va a pasar, no puedo soportarlo”.
  4. La creencia errónea de que preocuparse es útil o necesario “si me preocupo es porque la situación me importa”, “la preocupación me ayuda a resolver mis problemas” las 5 técnicas contra la preocupación excesiva, ayuda la manejo de estas creencias.
  5. Sentir que ninguna de las soluciones que se le ocurran es adecuada para resolver el problema.
  6. Experimentar una sensación de desamparo al no poder manejar o detener la preocupación.
  7. Padecer ansiedad generalizada y angustia como consecuencia de las preocupaciones excesivas (te recomiendo leer sobre la ansiedad)
  8. Pensar repetidamente en situaciones pasadas que ya no pueden ser modificadas.

Causas de las preocupaciones excesivas 

  1. La preocupación excesiva por el bienestar del otro: esto surge de la creencia de que el propio bienestar del otro depende de uno mismo, lo que puede ocurrir en relaciones cercanas como con hijos o pareja. Se define como un miedo al malestar del otro.
  2. Preocupación excesiva por el que dirán: se manifiesta como una inquietud constante sobre lo que los demás piensan, sienten o hacen en relación con el comportamiento propio. Esto dificulta la comunicación asertiva y el establecimiento de límites personales, llevando a sentir excesiva influencia de los demás.
  3. Ocurre cuando se cree que una acción pasada propia, puede haber causado un problema a otros. Esto lleva a la preocupación, la investigación y la búsqueda ante una situación incierta derivada de esa acción.
  4. Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Soluciones ante las preocupaciones

  • La clave para abordar la preocupación excesiva radica en aprender a entender y gestionar las emociones. Esto permite mantener el propio bienestar mientras se considera posibles soluciones.
  • Al gestionar  las emociones, se pueden establecer límites claros, identificar donde termina la propia responsabilidad, comunicarse de forma asertiva y construir relaciones más positivas y equilibradas.
  • Emociones como el miedo, la inseguridad y la frustración son necesarias en su justa medida. El objetivo es entenderlas y gestionarlas para que sean funcionales y se experimenten en el grado adecuado.

5 técnicas contra la preocupación excesiva

1. Crea un tiempo de preocupación diario

  • En lugar de intentar frenar los pensamientos ansiosos, permítete tenerlos, pero pospóngalos para un momento en específico.
  • Establece un periodo de preocupaciones, elige un horario y lugar fijos cada día, para permitirte preocuparte, debe ser lo suficientemente temprano para no afectar el sueño.
  • Durante el día, si surge una preocupación, escríbela y continúa con tus activadas, ya que este pensamiento lo abordarás en el tiempo establecido.
  • Durante el periodo de preocupación, examina las preocupaciones anotadas. Esto puede ayudar a obtener una perspectiva más equilibrada y reducir su impacto. es importante que te guíes con estas 5 técnicas contra la preocupación excesiva, para el manejo de pensamientos rumeativos.

2. cuestione los pensamientos ansiosos

  • Reconoce los patrones de pensamiento que hacen que el mundo parezca más amenazante, ejemplo: pensamientos radical, catastróficos, sobre generalizar, enfocarse en lo negativo, leer la mente, adivinar el futuro, apegarse a regalas rígidas, autocriticarse, tomar responsabilidades excesivas; estos pensamientos hacen que el exceso de preocupación llegue.
  • Durante el periodo de preocupación, debate los pensamientos negativos: ¿Qué evidencia  apoya o contradice el pensamiento? ¿hay una interpretación más positiva o realista? ¿Cuál es la probabilidad real de que ocurra lo temido? ¿Qué le diría a un amigo con esta misma preocupación?

3. Distingue entre preocupaciones con soluciones y sin soluciones

  • Preocuparse es distinto de resolver un problema; la preocupación rara vez conduce a soluciones.
  • Las preocupaciones sin solución son aquellas sobre las que no se puede actuar, por ejemplo: ¿y si me da cáncer? La mayoría de las preocupaciones crónicas caen aquí.
  • Realiza una lluvia de ideas, enliste soluciones posibles, enfoca lo controlable y crea un plan de acción.
  • Acepta la incertidumbre y abandona la necesitada de control y respuestas inmediatas. No se puede predecir o controlar todo. Presta atención a tus emociones para aceptarlas

4. Interrumpe el ciclo de la preocupación

  • El ejercicio libera endorfinas y ayuda a enfocar la mente en las sensaciones corporales, rompiendo el flujo de pensamientos. en en cuenta las 5 técnicas contra la preocupación excesiva para el manejo de los pensamientos ansiosos.
  • Practica yoga o meditación, ya que estas disciplinas enfocan la mente en el presente a través el movimiento y la respiración (conoce más sobre los tipos de meditación aquí)
  • Intenta la respiración profunda, ya que calma la mente y silencia los pensamientos negativos al regular la respiración.

5. Habla de tus preocupaciones

  • Hablar con un amigo o familiar que escuche sin juzgar es una forma efectiva de calmar el sistema nervioso.
  • Expresar las preocupaciones en voz alta puede ayudar a entender lo que se siente, poner las cosas en perspectiva y exponer miedos.
  • Es importante tener personas de confianza en quienes apoyarte.
  • Elige cuidadosamente con quién compartes tus historias, para evitar personas que puedan alimentar tu ansiedad.

La gestión de la preocupación excesiva no es un destino, sino un viaje de aprendizaje continuo. Al aplicar estas herramientas, podemos transformar la ansiedad en una emoción funcional, construir una relación más sana con nuestros pensamientos y, en última instancia, vivir una vida más plena y equilibrada.

Referencia bibliográfica

Psicologiaymente (22/06/2021) preocupaciones excesivas hacia otros.

Vivir con miedo: Cuando la alerta persiste

Vivir con miedo
Vivir con miedo

El miedo es una emoción básica adaptativa, sin embargo, se convierte en un problema cuando deja de ser una respuesta puntual ante el peligro y pasa a ser una forma habitual de relacionarse con la realidad. Vivir con miedo mantiene un estado de hipervigilancia constante, el cual limita el desarrollo personal y el funcionamiento de la vida cotidiana.

Miedo como emoción necesaria

El miedo cumple una función evolutiva crucial: alerta y prepara para enfrentar o evitar peligros, lo que permite la misma supervivencia.

El miedo tiene tres respuestas que permiten sobrevivir ante amenazas reales:

  • La huida
  • La lucha
  • El congelamiento

Tener miedo se convierte en un problema cuando interfiere en la toma de decisiones, paraliza la acción y genera conductas de evitación que alimentan un círculo vicioso, a partir de estas tres respuestas. Por lo que, las personas que suelen vivir con miedo constante pueden desarrollar trastornos de ansiedad, fobias, estrés postraumático o incluso depresión.

Vivir con miedo a diario debilita la confianza interna y genera una sensación persistente de inseguridad ante la vida.

Anímate a transformar tu vida con Mente Sana.

Impacto de vivir con miedo

Las personas que tienden a vivir con miedo suelen presentar altos niveles de tensión, hipervigilancia, dificultad para relajarse y una tendencia a anticipar lo peor.

Según estudios de neurociencia, la exposición crónica al miedo puede alterar la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, estructuras cerebrales implicadas en la regulación emocional y la toma de decisiones.

Este desequilibrio puede causar síntomas físicos como taquicardia, sudoración, tensión muscular y trastornos del sueño, además de afectar el estado de ánimo y las relaciones sociales. Por eso, vivir con miedo termina por impactar no solo el cuerpo, sino también la identidad, la autoestima y el proyecto de vida.

Teoría polivagal y el miedo constante

Stephen Porges sostiene que el sistema nervioso autónomo responde al miedo, al peligro y a la seguridad a través de tres sistemas jerárquicos de respuesta al entorno:

  • Vagal ventral: Como sistema de Seguridad que permite el contacto humano, la calma y la regulación emocional.
  • Simpático: Como respuesta de lucha o huida donde el cuerpo se prepara para actuar, con aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular y vigilancia.
  • Vagal dorsal: Como respuesta de congelamiento o colapso ante una amenaza extrema o sostenida. El cuerpo se paraliza

Cuando alguien suele vivir con miedo constante, su sistema nervioso está atrapado en estados de alerta crónica (simpático) o de desconexión (vagal dorsal). Esto no depende de la voluntad, sino de cómo el cuerpo ha aprendido a protegerse, muchas veces desde experiencias traumáticas o ambientes inseguros.

Debido a esto también, el miedo crónico dificulta las relaciones humanas, puesto que cuando una persona está en estado de amenaza constante, su sistema de conexión social se apaga. Esto afecta la capacidad para mirar a los ojos, hablar con calma, empatizar o recibir afecto.

Descubre más en: Disociación: significado y cómo afecta la vida de la persona.

No estás solo. En Mente Sana te ayudamos con tu proceso.

El miedo como herida emocional

Al hablar del miedo, se debe tomar en cuanta que el miedo no siempre responde al presente, sino a vivencias pasadas no resueltas. Cuando una persona ha crecido en un entorno inseguro, caótico, abusivo o negligente, su sistema nervioso aprende a vivir con miedo en “modo alerta”. Esto genera, según Anabel González, una “organización traumática”, como una forma de funcionar donde todo está orientado a sobrevivir, evitar el dolor y prever el peligro.

Desde este punto, la estrategia de la disociación no sería un fallo, sino una protección que cumple un papel de desconexión emocional y somática, experimentados como vacío interior, dificultades para tomar decisiones, bloqueos o desconexión del cuerpo.

Descubre más en Herida de la infancia ¿Cómo nos afectan hoy?

Miedo como oportunidad de transformación

El miedo también puede ser un punto de partida para el cambio. No se trata de “quitar el miedo”, sino de entenderlo. Esto requiere atención, escucha y acompañamiento.

Una persona puede recuperar el sentido de control, con prácticas de regulación emocional, como la respiración consciente, la conexión con el cuerpo y el autocuidado, para ayudar al sistema nervioso a salir del modo supervivencia y entrar en un estado de seguridad.

En este sentido, vivir con miedo no es algo negativo, sino es una señal que muestra que algo no está en orden y que necesita ser visto y sanado.

Da el primer paso hacia una vida más saludable con nosotros.

Conclusiones

El miedo es una emoción natural y necesaria, la cual en ocasiones puede convertirse en una constante y limitar el potencial personal.

Pese a su función de supervivencia, cuando se cronifica, afecta áreas cerebrales, desde el sistema límbico hasta la corteza prefrontal, lo cual a su vez tiene repercusiones físicas.

Vivir con miedo es perjudicial, pero puede dejar de ser una condena si se comprende su origen y se emprende un camino de sanación con el apoyo adecuado, para lograr crecimiento y resiliencia.

Referencias

BEDOYA DORADO, CRISTIAN, & VELÁSQUEZ FERNÁNDEZ, ANDREY. (2014). Análisis de la Incidencia del Miedo en la Organización Desde la Perspectiva Psicobiológica. Revista Colombiana de Psicología , 23 (2), 351-362.

Dufey D., Michele, Fernández T., Ana María, & Muñoz R., José Antonio. (2022). Sintonizando con otro: la teoría polivagal y el proceso de psicoterapia. Revista chilena de neuropsiquiatría , 60 (2), 185-194. 

Paz Rada, Eduardo. (2013). La sociedad del miedo y la inseguridad:: La construcción de un modelo político y social penalizando la pobreza y la marginalidad. Temas Sociales , (33), 13-34.

González, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día. Planeta.

González, A. (2017). No soy yo: Entender el trauma, la disociación y el tratamiento desde una perspectiva integradora. Psimática.

Cómo superar el miedo: pequeños pasos que te ayudan

Cómo superar el miedo

Alguna vez te has preguntado: ¿Cómo superar el miedo? Vivir sin la angustia constante de que algo sucederá, que se puede entender también como ansiedad. Para aprender a cómo superar el miedo primero se debe entender que, el miedo es una emoción natural.

Aunque puede convertirse en una emoción limitante, te puede afectar en la vida, pero ¿Cómo superar el miedo? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué es el miedo?

En este artículo aprenderás estrategias para cómo superar el miedo y más.

Cómo superar el miedo
Cómo superar el miedo

¿Qué es el miedo?

Se entiende como una de las emociones primarias en los seres humanos y el reino animal. Se trata de una respuesta natural e instintiva que puede surgir ante la percepción del peligro, bien sea real o imaginario.

En su grado más intenso, se puede manifestar como terror que está directamente vinculado a la ansiedad o fobia.

En el aspecto social y lo que siempre se ha conocido es que el miedo es una emoción negativa, cuando realmente no es así. Cumple una función fundamental en la supervivencia. Ayuda al organismo a huir, defenderse o mantenerse en estado de alerta.

Cuando el miedo es excesivo, puede convertirse en un obstáculo para la vida. Cómo superar el miedo si se le da una connotación negativa, si al sentirlo lo primero que genera es rechazo.

Los miedos más comunes son: el miedo a la muerte y a lo desconocido. También el miedo al rechazo, el fracaso y la soledad. El miedo se puede manifestar de distintas maneras.

Te puede interesar: ¿Qué es un trauma? Definición, tipos e impacto 

Síntomas del miedo

Aprender a reconocer los síntomas te puede ayudar en cómo superar el miedo. Los síntomas del miedo pueden manifestarse de distintas formas.

Además de los síntomas que se describirán a continuación, el miedo también puede manifestarse como una sensación de peligro inminente.

Síntomas físicos

  • Respiración acelerada o hiperventilación.
  • Aumento del ritmo cardiaco.
  • Sudoración.
  • Temblores.
  • Sensación de debilidad.
  • Molestias o dolores musculares.
  • Mareos o sensación de debilidad.
  • Hormigueo.
  • Dificultad para respirar o sensación de ahogo.

Síntomas psicológicos

  • Sensación de peligro inminente o pánico.
  • Sensación de nerviosismo.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Pensamientos intrusivos.
  • Evitación de situaciones estresantes o ansiosas.
  • Despersonalización.
  • Desrealización.
  • Cambios en el estado de ánimo.

Se ha mencionado que el miedo es una respuesta normal, su objetivo es protegerse de amenazas reales o imaginarias.

El miedo tiene también como síntoma la rumiación, el constante sobre pensar acerca de las situaciones. Genera un malestar emocional, en la calidad de vida y en el bienestar emocional.

Tipos de miedo

Aunque el miedo es una emoción natural, no todos sienten miedo ante los mismos estímulos. El miedo se puede clasificar en varios tipos.

Poder conocer los tipos de miedo te ayuda a cómo superar el miedo. Aquí encontrarás algunos tipos.

Tipos de miedo según su origen

  • Miedo irracional o aprendido: este miedo se desarrolla a partir de las experiencias de vida y estímulos, que pueden ser desorbitantes o no estar relacionados con un peligro real.
  • Miedo real o adaptativo: se genera en respuesta a situaciones amenazantes o peligrosas y su objetivo es proteger.

Tipos de miedo según el objeto

  • Miedo a la muerte: también conocido como tanatofobia, es de los miedos más profundos y afecta a una gran cantidad de personas. Se refiere al miedo a la propia muerte o de seres queridos.
  • Miedo al fracaso: es el temor a no cumplir las expectativas lo que genera la evitación de plantearse nuevos desafíos.
  • Miedo al rechazo: tienen un miedo a no ser aceptados o valorados por los demás, afectando la vida social y el bienestar emocional.
  • Miedo a situaciones sociales: está relacionado con el rechazo, se presenta un temor a ser juzgados o avergonzados en entornos sociales, se puede manifestar como fobia social.
  • Fobias específicas: es un miedo irracional y desproporcionado a objetos o situaciones en concreto, como animales, alturas, espacios y personas. Las fobias que se pueden presentar son:
    • Aerofobia: miedo a volar.
    • Acrofobia: miedo a las alturas.
    • Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados.
    • Aracnofobia: miedo a las arañas.
    • Brontofobia: miedo a los truenos y tormentas.
    • Agorafobia: miedo a los lugares públicos y espacios abiertos.
    • Hematofobia: miedo a la sangre.

En varias líneas se menciona que, el miedo es natural, pero existe una gran diferencia con el temor. Es un miedo más profundo y persistente. Aunque el miedo te puede paralizar, el temor puede afectar toda tu vida.

Cómo paraliza el miedo

El miedo puede paralizar y limitar la vida de una persona. Sobre todo, en situaciones que no son reales, afecta cuando se empieza a evitar ciertas situaciones sociales, toma de decisiones o incluso salir de casa.

El miedo puede afectar de la siguiente forma:

  1. Paralizar las acciones: puede afectar para sentirse incapaces de actuar, impidiendo alcanzar los objetivos o toma de decisiones.
  2. Evitar situaciones: la evitación es constante, limitando las experiencias y posibilidades. Es una constante evitación del malestar.
  3. Genera ansiedad y estrés: el miedo puede desencadenar respuestas fisiológicas y emocionales. Afecta el bienestar mental y emocional.
  4. Distorsiona la percepción de la realidad: el miedo puede hacer que las situaciones se vean de manera negativa, lo que genera pensamientos catastróficos.

El miedo, aunque forma parte de un mecanismo de defensa y es una emoción natural, puede afectar la calidad de vida de la persona. Puede generar dificultad en las relaciones interpersonales, depresión o aislamiento social.

Puedes acudir a terapia psicológica si sientes que el miedo te está paralizando. Contáctanos y agenda hoy mismo una sesión.

Cómo superar el miedo: estrategias

Aunque es natural, cuando el miedo se vuelve irracional, puede afectar la vida y limitarla. Aquí encontrarás pequeñas estrategias que te pueden ayudar a cómo superar el miedo o gestionarlo.

  1. Identifica tus miedos: conocerlos te ayuda también a gestionarlos, así sabrás cómo abordarlos.
  2. Acepta la emoción: todos experimentan el miedo, es normal. Aceptar que es una emoción natural te ayudará a transitarla más rápido.
  3. Confronta tus miedos: aunque puede resultar aterrador al inicio, es esencial para trabajarlo. Evidentemente, miedos que no coloquen tu vida en peligro, como enfrentar un león, por ejemplo.
  4. Práctica la relajación: ya que se experimentan síntomas físicos, practicar la relajación progresiva o respiración diafragmática te puede ayudar a regularte emocionalmente.
  5. Practica el método socrático: desafía tus pensamientos, busca la evidencia y la utilidad del pensamiento negativo o catastrófico del miedo.
  6. Apóyate en tus redes de acompañamiento.
  7. Busca ayuda profesional si es necesario: cuando es necesario, la ayuda profesional es requerida cuando empieza a afectar toda la calidad de vida.

Aprender a cómo superar el miedo puede ser un proceso gradual, pero no imposible. Requiere de esfuerzo y compromiso propio.

Conclusiones

Recuerda que el miedo es una emoción natural y que todos, incluso animales, lo han experimentado. Con práctica, apoyo social y profesional, puedes gestionar el miedo.

Debe ser aceptada y respetado. Confrontar el miedo es necesario para poder combatirlo.

Referencias

Francisco De Vitoria, U. (n.d.). María Martín-Vivar.

Universitaria, F., Lorenz, K., Becerra-García, C., Milena, A., Madalena, Cristina, A., Estanislau, Rodríguez-Rico, C., Leonardo, J., Dias, Bassi, H., Chagas-Bloes, A., Diogo, A., & Morato, S. (n.d.). Revista Latinoamericana de Psicología.

El miedo, una alarma mental para proteger la integridad. (2022, March 8). UNAM Global.

Psicología positiva: Más allá de la patología

Psicología positiva

En un mundo donde el 70% de los adultos experimenta algún nivel de estrés semanal y las tasas de ansiedad y depresión han aumentado en un 25% globalmente en los últimos años (Organización Mundial de la Salud, 2022), es más importante que nunca enfocarnos en lo que nos fortalece. Hoy, vamos a sumergirnos en cómo la psicología positiva puede transformar tu vida, cultivando tu bienestar emocional.

La psicología positiva no se centra en lo que está mal en nosotros, sino en lo que está bien y en cómo podemos potenciarlo. Como lo define Martin Seligman (2018), uno de sus fundadores, es el estudio científico del funcionamiento humano óptimo, buscando comprender y fomentar las fortalezas y virtudes que permiten a los individuos y a las comunidades florecer. Es una disciplina que nos invita a mirar la vida con una lente diferente, identificando y cultivando aquello que nos da sentido, propósito y alegría. No se trata de ignorar los problemas, sino de equiparnos con las herramientas para afrontarlos desde una posición de fortaleza y resiliencia.

El corazón del asunto: El bienestar emocional

El bienestar emocional es una pieza clave en este rompecabezas. Se refiere a nuestra capacidad para gestionar nuestras emociones de manera efectiva, adaptarnos a los desafíos de la vida y experimentar una sensación general de satisfacción y felicidad. Diener y Lucas (1999) lo describen como la evaluación subjetiva que una persona hace de su vida, incluyendo aspectos afectivos (emociones positivas y negativas) y cognitivos (satisfacción con la vida). No es la ausencia de emociones negativas, sino la habilidad para transitarlas y mantener un equilibrio saludable, cultivando emociones positivas y una perspectiva optimista ante la vida. Es un viaje continuo de autoconocimiento y crecimiento.

Bienestar emocional actividades: Tu ruta hacia el florecimiento

Ahora que comprendemos la base, hablemos de cómo la psicología positiva nos ofrece caminos prácticos a través de bienestar emocional actividades para cultivar nuestro bienestar emocional. No es magia, es práctica y compromiso contigo mismo.

1. Practicando la gratitud

Una de las herramientas más poderosas que la psicología positiva nos ofrece es la práctica de la gratitud. Emmons y McCullough (2003) han demostrado consistentemente que expresar gratitud mejora el bienestar emocional al aumentar las emociones positivas, la satisfacción con la vida y reducir el estrés. Una sencilla bienestar emocional actividades es llevar un diario de gratitud, anotando tres cosas por las que te sientes agradecido cada día. Esto puede ser tan simple como un café delicioso, un rayo de sol o una conversación amena.

2. Fortalezas personales en acción

Identificar y utilizar nuestras fortalezas personales es otra piedra angular de la psicología positiva. Peterson y Seligman (2004) desarrollaron la clasificación de las virtudes y fortalezas del carácter (VIA Character Strengths), que incluye 24 fortalezas como la creatividad, la curiosidad, la bondad y la perseverancia. Conocer tus fortalezas y buscar oportunidades para aplicarlas en tu día a día, ya sea en el trabajo, en tus relaciones o en tus pasatiempos, puede potenciar significativamente tu bienestar emocional. Por ejemplo, si tu fortaleza es la creatividad, ¿Cómo puedes integrarla más en tu rutina diaria?

3.Conexiones sociales y la psicología positiva

Los seres humanos somos seres sociales, y la calidad de nuestras relaciones interpersonales tiene un impacto profundo en nuestro bienestar emocional. Según Ryff y Keyes (1995), las relaciones positivas con los demás son un componente crucial del bienestar psicológico. Invertir tiempo y energía en construir y mantener relaciones significativas, practicar la escucha activa y la empatía, y ofrecer apoyo a quienes te rodean son bienestar emocional actividades que alimentan tu alma y tu bienestar emocional. Estas conexiones nos brindan un sentido de pertenencia y apoyo social, elementos vitales para nuestra salud mental.

4. Mindfulness: Una herramienta para el bienestar emocional

El mindfulness, o atención plena, es una práctica que se alinea perfectamente con los principios de la psicología positiva y es una excelente bienestar emocional actividades. Kabat-Zinn (1990) lo define como prestar atención de una manera particular: a propósito, en el momento presente y sin juzgar. Al practicar mindfulness, aprendemos a observar nuestros pensamientos y emociones sin quedarnos atrapados en ellos, lo que nos permite responder a las situaciones de la vida con mayor calma y claridad, mejorando significativamente nuestro bienestar emocional. Dedica unos minutos al día a la meditación mindful o simplemente a prestar atención plena a tus actividades cotidianas, como comer o caminar.

5. Propósito y significado: El motor de la psicología positiva

Encontrar un propósito y significado en la vida es un pilar fundamental de la psicología positiva y contribuye de manera inmensa al bienestar emocional. Frankl (1984) argumentaba que la búsqueda de sentido es la principal fuerza motivadora en los seres humanos. Cuando nuestras acciones se alinean con nuestros valores y contribuimos a algo más grande que nosotros mismos, experimentamos una profunda sensación de satisfacción y plenitud. Reflexionar sobre lo que realmente te importa y buscar formas de integrar eso en tu vida diaria son bienestar emocional actividades que te acercan a un bienestar emocional duradero. Esto podría ser voluntariado, pursuing una pasión o simplemente dedicando tiempo a causas que resuenan contigo.

6. Resiliencia: La capacidad de florecer a través de la psicología positiva

La resiliencia, la capacidad de recuperarse y adaptarse ante la adversidad, es otro concepto central en la psicología positiva y crucial para el bienestar emocional. Bonanno (2004) describe la resiliencia como un patrón de adaptación positiva ante experiencias de vida significativas de adversidad o trauma. La psicología positiva nos proporciona herramientas para desarrollar y fortalecer nuestra resiliencia, permitiéndonos afrontar los desafíos de la vida con mayor fortaleza y optimismo. Esto incluye desarrollar habilidades de afrontamiento, mantener una perspectiva optimista y buscar apoyo social, todas ellas bienestar emocional actividades esenciales.

7. Cultivando la esperanza y el optimismo con la psicología positiva

La esperanza y el optimismo son dos emociones poderosas que la psicología positiva nos anima a cultivar para fomentar el bienestar emocional. Snyder (2002) conceptualiza la esperanza como la percepción de que podemos idear caminos para alcanzar metas deseadas y que tenemos la motivación para usarlos. El optimismo, por su parte, es la expectativa general de que ocurrirán cosas buenas. Ambas se relacionan con una mejor salud física y mental, y se pueden desarrollar a través de bienestar emocional actividades como visualizar metas, celebrar pequeños logros y reinterpretar los desafíos como oportunidades de crecimiento. Mantener una actitud esperanzadora y optimista es un motor para nuestro bienestar emocional.

Fluir: Inmersión total en el bienestar emocional

El concepto de “fluir” (flow), acuñado por Mihaly Csikszentmihalyi (1990), describe un estado de completa absorción y disfrute en una actividad. Cuando experimentamos el fluir, estamos tan inmersos en lo que hacemos que perdemos la noción del tiempo y de nosotros mismos, experimentando una profunda sensación de satisfacción y bienestar emocional. Identificar las actividades que te permiten entrar en este estado y dedicarles tiempo regularmente es una bienestar emocional actividades que nutre tu espíritu y te acerca a un mayor bienestar emocional. Piensa en un pasatiempo, un proyecto creativo o incluso una tarea laboral que te apasione.

La importancia de la autocompasión para el bienestar emocional

Finalmente, la autocompasión es una habilidad crucial para el bienestar emocional que la psicología positiva valora enormemente. Kristin Neff (2003) la define como tratarse a uno mismo con amabilidad, comprensión y apoyo en momentos de dificultad, en lugar de juzgarse o criticarse. En lugar de ser duros con nosotros mismos cuando cometemos errores o enfrentamos desafíos, la autocompasión nos permite reconocer nuestra humanidad compartida y responder con empatía, lo que fortalece nuestro bienestar emocional. Practicar la autocompasión es una de las más importantes bienestar emocional actividades para una vida más plena.

La psicología positiva nos brinda un mapa de ruta hacia una vida más plena y con mayor bienestar emocional. No es un destino, sino un viaje constante de autodescubrimiento y crecimiento. En Mente Sana, estamos aquí para acompañarte en cada paso de ese camino. ¡Tu primera sesión es completamente gratuita! Es una oportunidad perfecta para iniciar tu proceso y descubrir cómo nuestros profesionales pueden ayudarte a cultivar tu bienestar emocional y florecer. ¡Te esperamos!

Referencias bibliográficas

Bonanno, G. A. (2004). Loss, trauma, and human resilience: Have we underestimated the human capacity to thrive after extremely aversive events?. American Psychologist, 59(1), 20–28.

Csikszentmihalyi, M. (1990). Flow: The psychology of optimal experience. Harper & Row.

Diener, E., & Lucas, R. E. (1999). Personality and subjective well-being. In D. Kahneman, E. Diener, & N. Schwarz (Eds.), Well-being: The foundations of hedonic psychology (pp. 213–229). Russell Sage Foundation.

Emmons, R. A., & McCullough, M. E. (2003). Counting blessings versus burdens: An experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of Personality and Social Psychology, 84(2), 377–389.

Frankl, V. E. (1984). Man’s search for meaning. Washington Square Press.

Kabat-Zinn, J. (1990). Full catastrophe living: Using the wisdom of your body and mind to face stress, pain, and illness. Delta.

Neff, K. D. (2003). Self-compassion: An alternative conceptualization of a healthy attitude toward oneself. Self and Identity, 2(2), 85–101.

Organización Mundial de la Salud. (2022). Mental health: Fact sheets.

Peterson, C., & Seligman, M. E. P. (2004). Character strengths and virtues: A handbook and classification. Oxford University Press.

Ryff, C. D., & Keyes, C. L. M. (1995). The structure of psychological well-being revisited. Journal of Personality and Social Psychology, 69(4), 719–727.

Seligman, M. E. P. (2018). Flourish: A visionary new understanding of happiness and well-being. Free Press.

Snyder, C. R. (2002). Hope theory: Rainbows in the mind. Psychological Inquiry, 13(4), 249–275.

5 fáciles técnicas de resolución de conflicto: Qué hacer cuando todo parece perdido

Resolución De Conflicto
Resolución de conflicto
Resolución de conflicto

Resolución de conflicto, una habilidad que creo que gran parte de la humanidad quisiera tener. Para el trabajo, para los amigos, para la familia, para con tu pareja ¿quién no quisiera tener la habilidad de resolver un conflicto tan rápido como empezó, y así evitarse todos los inconvenientes que este trae? O mejor ¡Evitarlos! Pero lamento decir: la mayoría de los problemas vienen de la conducta evitativa, así que aquí vamos a aprender cómo gestionarlos de una forma sana y efectiva con éstas 5 fáciles técnicas de resolución de conflicto.

El conflicto, la eterna amante del ser humano

Seguro te ha pasado estar hablando con alguien, hacer algún comentario, la otra persona responde y de pronto te das cuenta que no le ha sentado bien o que difiere con tu opinión. De un momento a otro, una simple conversación se ha transformado en una discusión, ya sea porque tenga fundamentos para ser así o solo porque ha sido una reacción total y completamente desproporcionada.

Los conflictos, para lástima de muchos, son algo natural del ser humano. Nadie piensa igual, todos tenemos distintos patrones de pensamiento por lo que habrán millones de opiniones distintas y lo más probable una cantidad de conflictos a lo largo de la historia. Venga, que muchas de las guerras de la historia han sido guerras por conflictos de intereses.

Así que no es de extrañar que el conflicto sea nuestro pan de cada día. No son un problema hasta que nos trae catástrofe, pero el detalle no está en temerles, sino en saber cómo gestionarlos y, de ser posible, resolverlos de la forma más sana. Así que comencemos de la forma más sencilla: ve a calentar agua primero.

¿Qué es la resolución de conflicto?

No es más que el proceso en el que dos o más partes involucradas en el conflicto encuentran la forma de lidiar con las diferencias presentes y así, solucionarlo. El primer error recae en que siempre queremos tener la razón, así que como me encanta decir en consulta: todos tienen la razón, y al mismo tiempo nadie la tiene.

El objetivo de la resolución de conflicto no es encontrar un culpable o uno que tenga la razón, no es sobre ganar o perder, ya que muchos de los conflictos presentes no van a tener un ganador o un perdedor, y esa es la parte que no solemos ver o tener en cuenta. Se trata de gestionarlo de la forma más sana y asertiva posible, de mediar entre ambas ideas, entender las distintas perspectivas y encontrar una solución que nos valga a todos.

El objetivo es aprender, nadie nos enseñó a resolver los problemas, así que es natural no tener las herramientas de buenas a primeras.

Beneficios de la resolución de conflicto

Nadie es productivo ni vive feliz mientras esté en un ambiente conflictivo lleno de negatividad y problemas, punto. No hay un punto medio en esto, es una realidad que los ambientes negativos y llenos de problemáticas llevan al agotamiento y cansancio, por lo que queremos resolver el conflicto, atrayendo así los beneficios de:

  • Fortalecimiento de confianza, por la apertura emocional y el espacio para expresarse sin juzgar;
  • Fomento de la colaboración, ya que nos enseña a trabajar en equipo en busca de una solución, y no a centrarnos en el “yo”;
  • Capacidad de resiliencia, al saber como afrontar las adversidades y superarse;
  • Mejora de habilidades de comunicación, por la enseñanza de escucha activa y de validación emocional;
  • Previene conflictos futuros, al aprender de los errores y saber cómo gestionar las situaciones con una mirada más asertiva.

5 técnicas para la resolución de conflicto

  • Escucha activa

La más ancestral y la más infalible. El problema, la mayoría del tiempo, es que no escuchamos. Nos centramos en el “yo”, el “yo”, el ego, el “mi problema”, que nos cerramos a escuchar de forma activa y consciente lo que los demás están sintiendo o diciendo.

No se trata solo de oír lo que la otra persona dice, es entender lo que hay detrás de sus palabras, sus emociones, lo que le duele, la razón de que esto sea un conflicto. La resolución de conflicto implica que, con la escucha activa, esté abierto a escuchar cuando probablemente sólo quiere encerrarme en lo que a mí me duele o molesta, y no es así.

Piensa en una pareja que ha tenido la misma discusión por semanas, ambos están hartos, cansados, no importa cuánto hablen del tema no llegan a nada. Y el tema es simple: a Mariana le molesta que su pareja, Paúl, deje sus audios sin escuchar. Así de simple.

Mariana lleva semanas intentando hablar con él, pero cada que vez que saca el tema, Paúl dice lo mismo: “Solo son unos audios, me lo puedes decir luego”No puedes molestarte por eso” “Estás exagerando”

Y si lo ves desde afuera, sí, podría parecer una discusión sin sentido y con una reacción desproporcionada. Solo son audios ¿Cuál es el problema?

Pero un día Paul decide sentarse a escucharla, por fin, y su chica, Mariana, cambia el discurso por sentirse escuchada: en todos esos audios ignorados ha contado cosas importantes para ella, problemas, felicidades, cosas que pasaron ignoradas y ella se sintió ignorada, apartada y poco importante para su pareja.

El problema jamás fueron los audios. Era la emoción que Mariana sentía.

De eso trata la escucha activa: entender el motivo y mejorar la comprensión para una correcta resolución de conflicto.

  • La mediación del ganar-ganar

Amamos tener la razón. Es algo inherente del ser humano, nadie adora equivocarse y es hasta atroz tener que admitirlo, así que una fácil técnica para la resolución de conflicto es mediar una solución donde todos los involucrados obtengan algo beneficiosos de esto.

Primero, hay que identificar una necesidad. Si nos estamos peleando, es por algo, independientemente de que sea insignificante o no, ¿Cuál es la necesidad que se ha generado con éste conflicto?

Ahora, ¿Cuál es el interés común? Todos estamos buscando algo. En Troya, todos buscaban casarse con Helena, y aunque los troyanos no tuvieron la mejor resolución de conflicto en ésta situación, no tenemos por qué ser como los troyanos.

Propón alternativas donde todos ganemos. La cosa es que hay que ceder y dar el brazo a torcer, probablemente la solución que nos beneficie a todos no será al 100% aquello que se busca, pero negociando se puede llegar a un punto medio que beneficie a todos, enseñándonos así a colaborar.

  • El juez

Muy fácil decirlo, hacerlo es más complicado y no todo es tan bonito como parece. A veces no será tan fácil como uno cree, y ante el conflicto que cierra miradas y opciones, y nos cierra a nosotros en nuestras creencias, incapaces de ver otra perspectiva, será necesario un mediador.

Alguien totalmente ajeno al problema, de ser posible con una opinión objetiva que pueda ser de ayuda para mediar entre ambas o las distintas partes. Por mucho que adoremos decir que lo ideal es negociar, hay que ser realistas: el conflicto puede cegar, y no será extraño encontrarse con personas en lo absoluto abnegadas a su ideal.

Un tercero capaz de mediar es la solución. La terapia de pareja, por ejemplo, es uno de los principales espacios donde un mediador hace el intento por gestionar de juez o moderador ante un conflicto.

  • Cambio de roles

Quizás me sea más fácil entender el conflicto que busco resolver si cambio de lugar con la otra persona. Es una técnica de resolución de conflicto enfocada al desarrollo de la empatía y a romper patrones rígidos de pensamientos, ya que permite identificar, una vez se abre la mente, aquellas problemáticas que no logramos entender desde afuera.

Es fácil: las personas involucradas en el conflicto intercambian roles y actuarán como el otro durante un periodo de tiempo coordinado dentro del conflicto.

Y sin ir demasiado lejos, a lo mejor has vivido esta situación: ¿Alguna vez tuviste a alguno de tus padres gritándote porque te pidió que dejaras el pollo descongelado, se te olvidó, y cuando llegó de trabajar no había qué comer?

Bueno, una forma sencilla de ver la implementación natural de ésta técnica de resolución de conflicto es esperar unos años cuando eres tú quien pide ese favor, llega a casa, y no hay nada que comer, porque alguien olvidó sacar el pollo. Ahí es cuando entendemos la molestia de mamá.

  • Lluvia de intereses.

Utilizada en el ámbito laboral y grupal, la lluvia de intereses puede implementarse para cualquier tipo de resolución de conflictos y así salir del encierro mental que para muchos es “el querer tener la razón”

Tan simple como que cada persona involucrada en el conflicto anote su posición e intereses en alguna superficie, y luego indagar en conjunto: ¿Cuáles son las necesidades detrás de cada posición? ¿Cuántas opiniones se compaginan entre ellas? El punto es buscar aquello que se tiene en común, los intereses en conjunto, con el objetivo de trabajar en colaboración para la búsqueda de soluciones.

Simplemente si alguien nos enseñara a como se hace una correcta resolución de conflicto la vida sería más sencilla, pero al mismo tiempo no existe un manual exacto y perfecto. La resolución de conflictos se basa en prueba y error, ensayo y éxito, hasta aprender a cómo llevar nosotros mismos una mejor respuesta. No somos responsables de cómo los demás puedan o no reaccionar, pero si somos responsables de nosotros.

Si estás pasando por un momento complicado y buscas más maneras de aprender a gestionar un conflicto, en Mente Sana psicología somos perfectos para ti, agenda ya mismo tu primera cita completamente gratuita y embárcate junto a nosotros en éste camino.

Referencias bibliográficas

Montes, Carlos, Rodríguez, Dámaso, & Serrano, Gonzalo. (2014). Estrategias de manejo de conflicto en clave emocional. Anales de Psicología30(1), 238-246.

Lhh. (2024, May 14). 4 niveles de conflicto y consejos para manejarlos. LHH.