¿Sensación de frío en el pecho? Existe una razón

sensación de frío en el pecho

La sensación de frío en el pecho es un síntoma que, aunque a menudo se asocia con condiciones físicas, también tiene una fuerte correlación con nuestro estado emocional. Se estima que alrededor del 25% de la población experimenta en algún momento síntomas físicos inusuales debido al estrés o la ansiedad (American Psychological Association, 2020). Comprender esta conexión es fundamental para abordar integralmente nuestro bienestar. Antes de sumergirnos en este tema, queremos recordarte que en Mente Sana creemos firmemente en brindarte el apoyo que necesitas. Por eso, tu primera sesión con nuestros profesionales es completamente gratuita. Es una oportunidad para iniciar tu camino hacia el bienestar con un equipo que te entiende y te acompaña.

La enigmática sensación de frío en el pecho

Es común que las personas describan una especie de helor o entumecimiento en el área del tórax, a veces irradiándose. Esta sensación, aunque físicamente percibida, no siempre tiene una explicación médica clara, lo que nos lleva a explorar sus raíces psicológicas. La ausencia de una causa orgánica discernible a menudo apunta a una manifestación somática del malestar emocional (Kirmayer & Sartorius, 2007). Entender la sensación de frío en el pecho es el primer paso para su manejo.

Desentrañando la sensación de frío en el pecho y la ansiedad

Cuando hablamos de sensación de frío en el pecho ansiedad, nos referimos a una de las manifestaciones somáticas más comunes de este trastorno. La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo al estrés, pero cuando se vuelve crónica o abrumadora, puede generar una serie de síntomas físicos inusuales (DSM-5, American Psychiatric Association, 2013). La sensación de frío en el pecho ansiedad puede ser el resultado de la activación del sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para la “lucha o huida”.

En situaciones de ansiedad, el cuerpo puede experimentar una vasoconstricción periférica, lo que significa que los vasos sanguíneos de las extremidades se estrechan para redirigir la sangre a órganos vitales. Esto puede llevar a una sensación de frío en el pecho ansiedad, así como en las manos y los pies (Cannon, 1932). Este fenómeno es una respuesta fisiológica normal, pero su persistencia puede generar preocupación y aumentar el ciclo de la ansiedad. La sensación de frío en el pecho ansiedad es, en esencia, una señal de alarma de nuestro cuerpo.

La conexión entre sensación de frío en el pecho y garganta

A menudo, la sensación de frío en el pecho y garganta se presenta de manera conjunta. Esto no es coincidencia, ya que ambas áreas están involucradas en la respuesta al estrés. La garganta, por ejemplo, puede sentirse tensa o “cerrada” debido a la contracción muscular inducida por la ansiedad (Taylor, 2017). Esta tensión muscular en la zona del cuello y el tórax puede contribuir a la sensación de frío en el pecho y garganta.

La dificultad para tragar o la sensación de nudo en la garganta, combinadas con la sensación de frío en el pecho y garganta, son síntomas que pueden generar un gran malestar y preocupación. Es importante recordar que estos síntomas son reales y válidos, aunque su origen sea psicológico. La sensación de frío en el pecho y garganta es una experiencia que merece atención y comprensión.

Entendiendo los mecanismos psicológicos

La relación entre la mente y el cuerpo es intrínseca y compleja. Desde una perspectiva psicodinámica, algunos autores sugieren que los síntomas somáticos, como la sensación de frío en el pecho, pueden ser una forma en que el inconsciente expresa conflictos no resueltos o emociones reprimidas (Freud, 1905/1953).

El rol del estrés crónico y la sensación de frío en el pecho

El estrés crónico es un factor determinante en la aparición de la sensación de frío en el pecho ansiedad. Cuando el cuerpo está constantemente en un estado de alerta, los sistemas fisiológicos se desregulan. Esto incluye el sistema nervioso autónomo, que controla funciones corporales involuntarias como la temperatura y la circulación sanguínea (McEwen, 1998). La sensación de frío en el pecho ansiedad es, a menudo, un indicativo de esta desregulación.

La exposición prolongada al estrés puede agotar los recursos del cuerpo y alterar su capacidad para regular la temperatura. Además, la hipervigilancia asociada al estrés puede hacer que las personas sean más conscientes de las sensaciones corporales, magnificando la sensación de frío en el pecho (Sapolsky, 2004). Es crucial reconocer que la sensación de frío en el pecho ansiedad no es un síntoma imaginario, sino una experiencia real con bases fisiológicas y psicológicas.

Sensación de frío en el pecho:

Considera la sensación de frío en el pecho como un mensaje de tu cuerpo. No es una señal de debilidad, sino una indicación de que hay algo que necesita tu atención a nivel emocional o psicológico. Ignorar estos síntomas solo perpetúa el ciclo de malestar. La sensación de frío en el pecho puede ser una oportunidad para detenerte y reflexionar sobre tu bienestar mental.

Estrategias y herramientas

Afortunadamente, existen diversas herramientas y estrategias para abordar la sensación de frío en el pecho ansiedad y la sensación de frío en el pecho y garganta. Estas soluciones se centran en gestionar la ansiedad y el estrés subyacentes, lo que a su vez ayuda a mitigar los síntomas físicos.

Técnicas de relajación y mindfulness

Una de las herramientas más efectivas para la sensación de frío en el pecho ansiedad es la práctica de técnicas de relajación. La respiración diafragmática, por ejemplo, puede ayudar a activar el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la calma y reduciendo la respuesta de “lucha o huida” (Benson, 1975). Al practicar la respiración profunda, puedes contrarrestar la vasoconstricción y aliviar la sensación de frío en el pecho ansiedad.

El mindfulness o atención plena también es una herramienta poderosa. Al centrarte en el momento presente y observar tus sensaciones sin juicio, puedes reducir la intensidad de la sensación de frío en el pecho (Kabat-Zinn, 1990).

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es una forma de psicoterapia que ha demostrado ser muy eficaz para tratar la ansiedad y sus síntomas somáticos (Beck, 1979). La TCC ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos o distorsionados que contribuyen a la ansiedad. Al cambiar la forma en que percibimos y reaccionamos a la sensación de frío en el pecho y garganta, podemos reducir su impacto.

Un terapeuta de TCC podría ayudarte a explorar las creencias subyacentes que alimentan tu ansiedad y cómo estas creencias se manifiestan como una sensación de frío en el pecho. Por ejemplo, si te preocupas excesivamente por tu salud, el terapeuta puede ayudarte a reestructurar esos pensamientos y a desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables.

Ejercicio físico

El ejercicio físico regular es un potente ansiolítico natural y puede ser muy beneficioso para la sensación de frío en el pecho ansiedad. La actividad física libera endorfinas, que tienen efectos analgésicos y mejoran el estado de ánimo (Craft & Perna, 2004). Además, el ejercicio ayuda a regular el sistema nervioso y a reducir la tensión muscular, lo que puede aliviar la sensación de frío en el pecho y garganta. Incluso una caminata diaria de 30 minutos puede marcar una diferencia significativa.

Alimentación y sueño

Una alimentación equilibrada y un sueño adecuado son pilares fundamentales para la salud mental y, por extensión, para mitigar la sensación de frío en el pecho. La deficiencia de ciertos nutrientes o la falta de sueño pueden exacerbar los síntomas de ansiedad y hacer que el cuerpo sea más susceptible a sensaciones físicas inusuales (Strohle & Spitzer, 2011). Asegúrate de llevar una dieta nutritiva y de establecer una rutina de sueño consistente para apoyar tu bienestar general.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si la sensación de frío en el pecho es persistente, interfiere con tu vida diaria o se acompaña de otros síntomas preocupantes, es crucial buscar ayuda profesional. Aunque hemos hablado de sus raíces psicológicas, es fundamental descartar cualquier causa médica subyacente primero. Un psicólogo o terapeuta puede ofrecerte un espacio seguro para hablar sobre tus preocupaciones y desarrollar estrategias personalizadas para manejar la sensación de frío en el pecho y garganta. Recuerda que buscar ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad.

Conclusión

La sensación de frío en el pecho es un síntoma intrigante que, en muchas ocasiones, está profundamente arraigado en nuestro bienestar psicológico. Desde la sensación de frío en el pecho ansiedad hasta la compleja interacción de la sensación de frío en el pecho y garganta, comprender sus conexiones con el estrés y las emociones es esencial. Reconocer esta sensación es una señal de nuestro cuerpo nos permite abordarla con empatía y estrategias efectivas, fomentando un camino hacia una mayor calma y equilibrio emocional. Recuerda que cuidar tu mente es tan vital como cuidar tu cuerpo.

Referencias

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing.

American Psychological Association. (2020). Stress in America 2020: A National Mental Health Crisis

Beck, A. T. (1979). Cognitive therapy of depression. Guilford Press.

Benson, H. (1975). The relaxation response. William Morrow.

Cannon, W. B. (1932). The wisdom of the body. W. W. Norton & Company.

Craft, L. L., & Perna, F. M. (2004). The benefits of exercise for the clinically depressed. Primary Care Companion to the Journal of Clinical Psychiatry, 6(3), 104-111.

Freud, S. (1953). Fragment of an analysis of a case of hysteria (Dora). In J. Strachey (Ed. and Trans.), The standard edition of the complete psychological works of Sigmund Freud (Vol. 7, pp. 1–122). Hogarth Press. (Original work published 1905).

Kabat-Zinn, J. (1990). Full catastrophe living: Using the wisdom of your body and mind to face stress, pain, and illness. Delta.

Kirmayer, L. J., & Sartorius, N. (2007). Cultural models and somatic symptoms. In P. J. Wittchen & M. Perkonigg (Eds.), Oxford Textbook of Public Mental Health (pp. 521-534). Oxford University Press.

McEwen, B. S. (1998). Stress, adaptation, and disease: Allostasis and allostatic load. Annals of the New York Academy of Sciences, 840(1), 33-44.

Sapolsky, R. M. (2004). Why zebras don’t get ulcers: The acclaimed guide to stress, stress-related diseases, and coping. Henry Holt and Company.

Strohle, A., & Spitzer, C. (2011). Nutrients, neurotransmitters, and mood. Journal of Clinical Psychiatry, 72(11), e1426-e1427.

Taylor, G. J. (2017). Clinical implications of alexithymia. Psychotherapy and Psychosomatics, 86(3), 136-145.

Meditación guiada para la ansiedad: encuentra la calma en tu mente

Meditación guiada para la ansiedad
Meditación guiada para la ansiedad
Meditación guiada para la ansiedad

La meditación guiada para la ansiedad es una de las herramientas más increíbles para los nuevos tiempos cuando de trabajar alrededor de la ansiedad se trata. Es, sin duda alguna, una opción más que factible para muchas personas con un diagnóstico de ansiedad, el poder tener un espacio para la introspección, un sitio tranquilo y en calma para descansar. La meditación guiada es también una práctica muy juzgada, pero que incluso sin experiencia previa puede ser una gran ayuda y empuje para manejar la ansiedad.

¿Qué es la meditación?

Desarrollada desde tradiciones espirituales y religiosas de la zona de Asia, la meditación a día de hoy se ha extendido a través del mundo entero como una práctica mental y física do

Donde el objetivo es centrar la atención, el pensamiento, en el mundo interno de uno, con la intención de eliminar o bajar el nivel del flujo de pensamientos, naturalmente confusos. Se busca la relajación, al fin y al cabo, reducir niveles de estrés y de distracción por el pro del bienestar general.

La meditación, en términos simples, puede ser realizada en solitario y sin ningún tipo de guía externa, la única guía es la persona, que decide cómo y qué ritmo llevar y en qué enfocarse, y muchas veces requerirá de experiencia previa para no perder el foco.

¿Dónde se origina la meditación?

La meditación, por su cuenta nace del hinduismo y del budismo, dos corrientes religiosas y espirituales que hacen foco en la unión de la mente y el cuerpo y su perfecto equilibrio. Y es que gracias a su filosofía, se ha construido la meditación como una disciplina espiritual que el propio budismo ve como una herramienta para alcanzar la liberación del sufrimiento.

Por lo que su expansión ha sido gracias a la compatibilidad de su objetivo, con la filosofía de otras corrientes espirituales como el taoísmo, y se ha practicado durante años mediante distintas variantes y nombres, en diversas culturas y con distintos enfoques, pero siempre bajo el mismo objetivo: para sanar.

Y es que hasta cierto punto, algunas personas suelen comparar el objetivo de la meditación con prácticas más occidentales como la oración. Y aquí, aunque no hay un concepto con el que se pueda definir como una realidad o no, es cierto que en la actualidad la meditación ha tomado un papel fundamental en occidente y el resto del mundo como herramienta psicológica, en especial con enfoques como el mindfulness, enfocado a, como en un inicio: el bienestar y equilibrio entre mente y cuerpo.

¿Y qué es la meditación guiada para la ansiedad?

La meditación guiada es un tipo específico de meditación en el que, en lugar de realizarla por cuenta propia, una voz externa guía el proceso en todo momento, con instrucciones precisas de cómo realizar ésta actividad. Tanto en cómo iniciar, como llegar hasta esa idea de pensamientos, etc., todo lo que pueda facilitar el proceso de meditación para aquel que lo practica; la guía puede venir de cualquier persona preparada para ello, que puede ser un terapeuta o un instructor de meditación (como lo son instructores de yoga, por ejemplo), o tan simple como una grabación previamente hecha.

Hay distintas formas de realizar una meditación guiada para la ansiedad, con ejercicios, respiración guiada, afirmaciones y ejercicios de respiración para ayudar al cerebro a despachar aquellos pensamientos que causan inquietud. El hecho de ser guiada, además, da un factor de peso en su implementación: el tener una voz en la que enfocarse, ayuda a no desviarse del enfoque de la meditación, es también una especie de ancla para el cerebro.

¿De qué sirve la meditación guiada para la ansiedad?

  • Ayuda a interrumpir y a controlar el ritmo de pensamientos: gracias a tener el enfoque en la voz que te guía a través del proceso, debido a que a nivel cognitivo permite enfocarse en el presente, y no tomar aquellos pensamientos negativos y rumiantes.
  • Beneficios fisiológicos: gracias a que activa el sistema nervioso parasimpático, lo que permite que el cuerpo pueda tener reacciones tales como relajación muscular, calma mental, bajada del ritmo cardiaco (increíble para la ansiedad y los momentos ansiosos), y ayuda al ritmo de la respiración.
  • Sensación de acompañamiento: se ha demostrado que algo que influye a la hora de negarse a la meditación, es la soledad que se puede experimentar, sin embargo la meditación guiada para la ansiedad tiene un factor de acompañamiento que, en un estado vulnerable, se agradece por el bienestar emocional que brinda.

Tipos de meditación guiada para la ansiedad y cómo hacerla

Como el enfoque de la meditación guiada es seguir las instrucciones de la voz, no sería del todo posible armar aquí y ahora una guía perfecta para seguir en casa. Pero lo que sí podemos hacer en este artículo, es entender unos cuantos enfoques que pueden ayudarnos a encontrar nuestro tipo de meditación y así, practicarlo desde la comodidad.

  • Ejercicios de respiración conscientes

Para cualquier meditación guiada para la ansiedad, la respiración es vital, y su control será necesario si queremos que la práctica sea exitosa. Por lo que el terapeuta o instructor lo primero que hará será enseñar maneras factibles de inhalar y exhalar para conseguir ese estado de calma que se busca.

Enfocarse en la respiración diafragmática es una excelente idea en éstos casos, y si no tienes idea de cómo funciona ¡tranquilo! aquí tienes una fácil guía. Una buena idea es tomar ejercicios de vocalización, guías para cantantes o actores de doblaje, quienes tienen un excelente control de la respiración diafragmática y será de gran ayuda para la meditación guiada para la ansiedad.

  • Relajación progresiva de Jacobson

No se suele catalogar como meditación guiada para la ansiedad, sin embargo es un ejercicio de relajación guiada, perfecta para rebajar los niveles ansiosos cuando se presentan, donde el terapeuta en cuestión comenzará con enseñar algún método de respiración, normalmente diafragmática, que te acompañará a través del proceso. Acto seguido, procederá a pedir de forma amable que tenses ciertos músculos específicos, y luego que los relajes, y así con el resto de tu cuerpo hasta que el proceso esté terminado. Si bien es una actividad que puede realizarse sola, tener una guía es fundamental para su correcta implementación.

Este tipo de ejercicios y parecidos donde su enfoque está en centrar la atención en el cuerpo y sus partes, suele ser llamada meditación de escaneo corporal.

  • Meditación de visualización

Seguramente alguna vez has intentado la meditación y habrás pensado “esto es imposible, no puedo dejar la mente en blanco” ¡Y es que ese es el error! Meditar no se trata de despejar la mente, sino de focalizar los pensamientos. Y una gran técnica para esto a la hora de usar la meditación guiada para la ansiedad, es utilizar la imaginación para la visualización.

Es muy sencillo: la voz guia estará ahí para llevarte a través de un proceso de imágenes, quizás imaginando algún paisaje, un entorno detallado en el que puedas enfocarte, es una compañía a través de un viaje mental, y es mucho más fácil de sostener que solo “dejar la mente en blanco”

Te compartimos a continuación una serie de videos de YouTube de meditaciones guiadas que pueden serte de ayuda:

5 minutos mágicos para Calmar el Sistema Nervioso – Meditación Guiada

Meditación Guiada para CALMAR LA MENTE en momentos difíciles- Reduce ESTRÉS & ANSIEDAD en 10 minutos

RELAJACIÓN PROGRESIVA de Jacobson | Relajación muscular 10 minutos

Meditación para principiantes (12 minutos)

Meditación guiada para controlar tu ANSIEDAD rápidamente

Conclusión

Aunque la meditación guiada para la ansiedad es una excelente herramienta y una increíble opción para la ansiedad, hay que recordar que no se trata de una cura mágica. Es un empujón más al proceso terapéutico cuando de ansiedad hablamos, que puede ayudarnos a avanzar en la mejora de los síntomas de la ansiedad y todos los problemas que ésta involucra. Sin embargo, no basta con solo hacerlo una o dos veces, sino de repetirlo de forma constante para poder empezar a ver la mejoría.

Si aún no sabes cómo, en Mente Sana psicología estamos para ayudarte y con nuestros terapeutas preparados en meditación guiada para la ansiedad, así que no dudes en agendar tu primera cita gratuita con nosotros.

Referencia bibliográfica

Fernández, K., Kühn, J., López, C., Moraga, M., Ortega, P., & Morrison, R. (2019). Meditación: análisis crítico de la experiencia de jóvenes universitarios en su vida cotidiana y salud. Cadernos Brasileiros de Terapia Ocupacional, 27(4), 765-775.

Vásquez-Dextre, Edgar R. (2016). Mindfulness: Conceptos generales, psicoterapia y aplicaciones clínicas. Revista de Neuro-Psiquiatría79(1), 42-51.

Técnicas psicológicas para combatir la ansiedad

técnicas psicológicas para combatir la ansiedad
técnicas psicológicas para combatir la ansiedad
técnicas psicológicas para combatir la ansiedad

La ansiedad es una respuesta natural que se vuelve problemática cuando su intensidad interfiere con la vida diaria. Millones de personas sufren trastornos de ansiedad, afectando su bienestar, relaciones y desempeño. Afortunadamente, la psicología ofrece técnicas psicológicas para combatir la ansiedad. Este artículo explora algunas de las estrategias psicológicas más relevantes y respaldadas por la ciencia, buscando ayudar a recuperar el control, y mejorar el bienestar emocional.

Psicología para la ansiedad

  • Los psicólogos son profesionales expertos en salud emocional que utilizan técnicas psicológicas para combatir la ansiedad. La eficacia de estas técnicas está probada, y la psicóloga para la ansiedad, elige las herramientas más adecuadas para cada persona, considerando los momentos y la forma de aplicación.
  • Algunas técnicas son complejas y requieren un entrenamiento guiado por un profesional, además, requieren la motivación y constancia del paciente, mientras que otras son más sencillas de aplicar.
  • La psicóloga para la ansiedad utiliza todas las técnicas, ya que son efectivas, pero lo que varía es el caso y el tiempo en el que el paciente esté listo para recibir la técnica.

Técnicas psicológicas para combatir la ansiedad:

Para manejar la ansiedad de manera efectiva, existen diversas técnicas psicológicas para combatir la ansiedad las cuales que se enfocan en las diferentes vías en las que esto se manifiesta:

  • Técnicas cognitivas: la psicóloga para la ansiedad actúa sobre los pensamientos ansiosos. Como técnicas de autoinstrucciones y la reestructuración cognitiva.
  • Técnicas fisiológicas: una de las técnicas psicológicas para combatir la ansiedad que buscan reducir la actividad corporal asociada a la ansiedad. Aquí se encuentra el entrenamiento en relajación muscular.
  • Técnicas conductuales: Se dirige a las acciones y reacciones que la ansiedad provoca. Como técnicas de exposición y el entrenamiento en habilidades sociales. (conoce más sobre la terapia psicológica aquí)

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Comprensión de la ansiedad

La ansiedad es una condición muy extendida, que afecta anualmente a un 19% de los adultos y un 13% de los adolescentes. Existen varios tipos de trastornos de ansiedad que pueden ser tratados, incluyendo:

A pesar de la diversidad de los trastornos, los procesos que los originan suelen ser similares. Las personas con ansiedad a menudo reaccionan de manera más extrema ante pensamientos, sentimientos y situaciones desagradables, y con frecuencia intentan controlar estas reacciones mediante la evitación de los desencadenantes.

Sin embargo, esta evitación es contraproducente, ya que refuerza los miedos y preocupaciones. Por ello, la mayoría de las técnicas psicológicas para combatir la ansiedad que se centran en abordar pensamientos negativos y la prevención como métodos clave para ayudar a controlar la ansiedad.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Terapia para el estrés:

La terapia para el estrés involucra varias técnicas y estrategias para manejar y reducir los efectos del estrés en el cuerpo y la mente. Algunas de las opciones incluyen técnicas de relajación, ejercicios, psicoterapia y cambios en el estilo de vida.

Beneficios de la terapia para el estrés:

  • La terapia para el estrés, ya sea a través de las técnicas de relajación o terapia cognitiva o psicoterapia ofrece diversos beneficios para la salud y el bienestar, incluyendo la reducción de síntomas, la mejora de la calidad del sueño, la promoción de la relajación muscular y la reducción de la tensión.
  • Ayuda a desarrollar habilidades de afrontamiento, mejorar el autoconocimiento y prevenir recaídas.

Terapia para el estrés y la ansiedad:

  • La ansiedad y el estrés son condiciones muy extendidas que impactan negativamente la calidad de vida de las personas. La psicoterapia es  una herramienta efectiva para el manejo y el abordaje de estos problemas.
  • La psicoterapia también brinda técnicas psicológicas para combatir la ansiedad y el estrés, es un tratamiento diseñado para ayudar a las personas a lidiar con problemas emocionales y psicológicos.
  • Para la ansiedad y el estrés, la psicoterapia puede proporcionar herramientas para reducir los síntomas.

Estrategias de relajación:

Las estrategias de relajación pueden ayudar a las personas a enfrentar el estrés y la ansiedad.

Estas estrategias incluyen:

  • Ejercicios de respiración.
  • Enfocarse en una palabra tranquilizante, como “paz” o “calma.”
  • Visualizar un escenario tranquilo, como una playa o una pradera.
  • Practicar yoga. (conoce sobre otras técnicas de relajación aquí)
  • Contar lentamente hasta 10.

Estas técnicas son guiadas por una psicóloga para la ansiedad que conoce las estrategias de relajación más adecuadas para cada caso en práctica; asimismo, saber en qué momentos y cómo aplicarlas.

¿Cómo se trata la ansiedad? Técnicas psicológicas:

Para combatir la ansiedad, se recomienda adoptar un estilo de vida saludable, practicar técnicas de relajación y buscar ayuda profesional.

  • Respiración diafragmática: Inhala profundamente por la nariz, permitiendo que el abdomen se expanda, exhala lentamente por la boca.
  • Meditación: Practica la atención plena, enfocándote en tu respiración o en un objeto.
  • Ejercicios físicos: Realizar actividades que te gusten, como caminar, correr o nadar.
  • Técnicas de relajación: prueba la relajación muscular progresiva o el yoga.
  • Distracción: Participa en actividades que te mantengan ocupado y te ayuden a concentrarte en algo diferente.
  • Diario de ansiedad: Lleva un registro de tus pensamientos y sentimientos cuando te sientes ansioso.
  • Hacer preguntas: Cuestiona tus pensamientos negativos y reemplázalos con pensamientos más realistas.
  • Auto-instrucciones: Dile a ti mismo frases positivas y reconfortantes cuando te sientas ansioso.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Conclusión

Combatir la ansiedad no se trata de eliminar todas las emociones o el estrés, sino de desarrollar la capacidad de gestionar estos estados de manera efectiva para que no interfieran con nuestra vida. Al invertir en el conocimiento y la aplicación de estas técnicas psicológicas, las personas pueden recuperar el control, fortalecer su resiliencia emocional y, en definitiva, mejorar significativamente su calidad de vida.

Referencia:

Área humana (sin fecha) ¿cómo combatir la ansiedad?: guía de técnicas esenciales. Recuperado de:

Inspira (16/03/2021) Terapias para la ansiedad. Recuperado de:

Tu canal de salud (20/03/2024) Terapia para manejar el estrés y disminuir los síntomas. Recuperado de:

Vomitar por ansiedad: somatización de la ansiedad

vomitar por ansiedad

Vomitar por ansiedad
Vomitar por ansiedad

Vomitar por ansiedad puede parecer que no, pero es algo totalmente normal y natural del cuerpo humano ante el peligro. O al menos lo que el propio cuerpo cree que puede ser un peligro, ya que la ansiedad lleva al cuerpo a reaccionar de forma inesperada, dando una complicada sensación de falta de control…y experimentar náuseas o vómitos no es tan extraño. Es una señal de nuestro cuerpo de que algo está pasando, y no podemos pasarla por alto, así que hoy aprenderemos a qué se debe éste fenómeno no tan aislado.

¿Qué es la ansiedad?

Como respuesta natural del cuerpo humano, la ansiedad se define como el sistema de alerta del organismo, al menos así lo es desde el punto de vista fisiológico por las reacciones que ocasiona. Es, ciertamente, displacentero, y desde un concepto más patológico se trata a la ansiedad como la reacción del organismo ante la amenaza, el miedo o situaciones estresantes, con una cantidad de síntomas que afectan de una forma u otra la calidad de vida de quien la padece, normalmente físicas como náuseas, palpitaciones, dolores de cabeza, etc. Sin embargo, uno de los síntomas más comunes y menos entendidos son aquellos asociados al sistema digestivo.

¿Cómo se relacionan la ansiedad y el sistema digestivo?

Se ha comprobado que la ansiedad afecta de forma muy estrecha al estómago y su proceso digestivo, ya que cuando una persona experimenta ansiedad, el cuerpo activa de forma casi que automática una cantidad de respuestas diseñadas para prepararse a ese peligro: huir o luchar.

La activación ocurre directamente en lo que llamamos el sistema nervioso simpático, que cumple funciones de preparación para esa lucha o huida al aumentar la frecuencia cardiaca y liberando adrenalina, preparándose para la acción, y el sistema digestivo se ve afectado por esta acción, que al afectar al sistema nervioso autónomo, controla las funciones vitales e involuntarias como la digestión.

Y el estómago es, de hecho, muy sensible. Los altos estados de ansiedad llevan a que todo el sistema digestivo esté activo, así tenemos la presencia de movimientos del tracto gastrointestinal, aceleración de la digestión, que se traducen en : náuseas o dolores abdominales. Diarrea, estreñimiento, o esa particular sensación que a veces describimos como tener el estómago revuelto.

Entonces ¿qué es vomitar por ansiedad? ¿Por qué ocurre?

Ocurre debido a un término llamado somatización, palabra acuñada por el neurólogo Wilhem Shekel para explicar el proceso en el que lo psicológico inducir síntomas somáticos, es decir corporales, convertir aquello psicológico en malestares físicos y reales como puede ser vomitar por ansiedad.

Al inicio, suele ser inconsciente. La persona no busca de forma activa convertir sus dolencias en un síntoma físico, de hecho hay muchas ocasiones dónde ni siquiera se es consciente de que existe un problema psicológico que ocasione estos síntomas, ya que no se es consciente del origen psicopatológico, por lo que no es una exageración, tampoco está fingiendo, realmente siente y experimenta esa respuesta.

En el caso del sistema digestivo, la somatización ocurre en gran parte de los casos, llevando a vomitar por ansiedad, es común, pero no por ello deja de ser incómodo o desagradable para la persona en cuestión. El origen no es más que una sobre alteración del sistema digestivo por mano del propio sistema nervioso.

¿Cómo manejarme si comienzo a vomitar por ansiedad?

No es agradable ni de cerca, pero el primer paso es perderle el miedo al vómito.

Resulta que nuestro cuerpo suele trabajar con reacciones en cadena, agobiarse, estresarse y asustarse genera respuestas que puede que nos agobien, estresen y asustan más de lo que ya estábamos, y en este caso suele ser contraproducente, la ansiedad es una serie de respuestas en cadena a las que primero debemos perderle el miedo.

Si presento miedo a vomitar, la ansiedad va a ir en aumento al tener que prepararme para el final desastroso que va a ser expulsarlo todo. ¿Qué nos queda? aceptarlo. Vas a vomitar, no va a ser agradable así que ve por un balde o el inodoro, agua fresca y un ambientador. Ten listo tu cepillo y la crema dental para cuando termines.

Relajarse

La frase que nadie quiere escuchar en medio de un momento ansioso, pero es vital para controlar las ganas de vomitar por ansiedad. Respira hondo, practica alguna técnica de relajación o respiración, y espera unos minutos, si dejamos de pensar con miedo a que el vómito va a ocurrir, empezará a bajar la necesidad poco a poco, o en su peor caso: a vomitar. Pero eso siempre puede limpiarse. Respira. Utiliza estos sencillos métodos de relajación como apoyo.

Cuida tu alimentación

Quizás parezca obvio, pero si no lo es no pasa nada con recordarlo: activar de forma tan agresiva al sistema digestivo puede llevar a irritarlo de manera permanente, o por un largo tiempo en el que lo más probable tengas un estómago muy sensible. Así que cuida lo que comes, no queremos alimentar esas náuseas para vomitar por ansiedad dándole alimentos que propicien una mala digestión o revuelvan el estómago.

Existen alimentos que ciertamente son propensos a alterar o irritar el tracto digestivo, así que ten cuidado.

Terapia psicológica

El vómito es un síntoma, es una señal de tu cuerpo para que lo escuches y le prestes atención. El vomitar por ansiedad es una manifestación de lo que ocurre con la mente, y no va a solucionarse solo respirando hondo y comiendo bien, no cuando su causa es debido a la propia ansiedad que debe tratarse con un terapeuta.

Puede que se necesite de alguna ayuda farmacológica si así lo ve necesario un psiquiatra, en especial para la implementación de ansiolíticos si es pertinente para el caso.

Conclusiones

Vomitar por ansiedad no es para nada agradable, tan contra placentero que es normal asustarse y odiar la experiencia, pero hay que mantener la calma, somatizar la ansiedad puede tener muchos caminos y el vómito, lamentablemente, es solo uno de ellos. Lo importante es escuchar al cuerpo y entender que se puede tratar de un malestar psicológico al que hay que trabajar de raíz para solucionar el problema del vómito.

Así que si experimentas vómitos recurrentes por tu ansiedad, en Mente Sana podemos ayudarte, agenda ya mismo tu cita gratuita y permítenos acompañarte en este viaje.

Referencia bibliográfica

Luna, M, Hamana Z, L, Colmenares, YC, & Maestre, CA. (2001). Ansiedad y Depresión. Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica, 20(2), 111-122.

Arellano Aguilar, Gregorio, Ramírez Barba, Éctor Jaime, Hidalgo Valadez, Carlos, & Domínguez-Carrillo, Luis Gerardo. (2018). Síndrome de vómito cíclico en adultos. Acta médica Grupo Ángeles, 16(4), 322-330. Epub 02 de octubre de 2020.

MUÑOZ C, HAROLD. (2009). SOMATIZACIÓN: CONSIDERACIONES DIAGNÓSTICAS. Revista Med, 17(1), 55-64.

Coon, E. (2023, July 13). Generalidades sobre el sistema nervioso autónomo. Manual MSD Versión Para Profesionales.

¿Qué es el Sistema Nervioso Parasimpático? Diccionario Médico. Clínica U. Navarra. (n.d.)

Snell (2003) Neuroanatomía Clínica. Ed.Argentina, 5ta ed.2003  

5 técnicas contra la precaución excesiva

5 técnicas contra la preocupación excesiva
5 técnicas contra la preocupación excesiva
5 técnicas contra la preocupación excesiva

La preocupación es una respuesta humana natural, un mecanismo que nos alerta sobre posibles problemas y nos impulsa a buscar soluciones. Sin embargo ¿Qué sucede cuando esta preocupación excesiva se vuelve constante, abrumadora, e incontrolable? La ansiedad juega un papel importante cuando la preocupación excesiva abarca gran parte de nuestra cabeza y pensamientos. Las preocupaciones excesivas se han convertido en una sombra persistente para muchas personas, afectando su bienestar mental, físico y sus relaciones. Este artículo explora la naturaleza de las preocupaciones excesivas, sus causas y 5 técnicas contra la preocupación excesiva, para ofrecer estrategias efectivas para liberarse de sus garras y recuperar el control sobre nuestros pensamientos.

¿Qué es la preocupación excesiva?

  • La preocupación a menudo se inicia con un pensamiento o imagen intrusiva que irrumpe en la mente. por eso recurrir a las 5 técnicas contra la preocupación excesiva pueden ayudar a identificar estos pensamientos intrusivos.
  • Estos pensamientos pueden ser recurrentes, creando un círculo vicioso que causa angustia y perturba el bienestar.
  • Es difícil detener la preocupación una vez que se inicia, lo que subraya la complejidad del problema. Por tal motivo es importante tener un plan b cuando la preocupación excesiva ataca como 5 estrategias contra la preocupación excesiva

La preocupación excesiva hacia los demás

¿Por qué caemos en la preocupación?

  1. La preocupación es universal: todas las personas se preocupan, y un cierto nivel de preocupación es normal.
  2. La preocupación excesiva se caracteriza por pensamientos persistentes, repetitivos e incontrolables para los que se encuentran solución.
  3. El cerebro utiliza la preocupación como un mecanismo para intentar minimizar o eliminar riesgos, formando parte del proceso de búsqueda de soluciones a problemas y siendo una reacción natural a amenazas (reales o imaginarias).
  4. La preocupación a menudo implica anticipar el futuro, escenificando el peor de los resultados, lo cual puede generar bloqueo y angustia (lee más sobre la ansiedad aquí)

¿Cómo se puede identificar la preocupación excesiva?

  1. Cuando llegan pensamientos recurrentes de “y sí…” la tendencia a anticipar negativamente el futuro con preguntas hipotéticas que proyectar escenarios desfavorables.
  2. Creer que no se tiene las capacidades para enfrentar posibles resultados futuros. “No voy a ser capaz de superar esta ruptura”
  3. Vivir la incertidumbre de manera muy negativa, sintiéndose incapaz de soportar lo desconocido y anticipando lo peor “no sé qué va a pasar, no puedo soportarlo”.
  4. La creencia errónea de que preocuparse es útil o necesario “si me preocupo es porque la situación me importa”, “la preocupación me ayuda a resolver mis problemas” las 5 técnicas contra la preocupación excesiva, ayuda la manejo de estas creencias.
  5. Sentir que ninguna de las soluciones que se le ocurran es adecuada para resolver el problema.
  6. Experimentar una sensación de desamparo al no poder manejar o detener la preocupación.
  7. Padecer ansiedad generalizada y angustia como consecuencia de las preocupaciones excesivas (te recomiendo leer sobre la ansiedad)
  8. Pensar repetidamente en situaciones pasadas que ya no pueden ser modificadas.

Causas de las preocupaciones excesivas 

  1. La preocupación excesiva por el bienestar del otro: esto surge de la creencia de que el propio bienestar del otro depende de uno mismo, lo que puede ocurrir en relaciones cercanas como con hijos o pareja. Se define como un miedo al malestar del otro.
  2. Preocupación excesiva por el que dirán: se manifiesta como una inquietud constante sobre lo que los demás piensan, sienten o hacen en relación con el comportamiento propio. Esto dificulta la comunicación asertiva y el establecimiento de límites personales, llevando a sentir excesiva influencia de los demás.
  3. Ocurre cuando se cree que una acción pasada propia, puede haber causado un problema a otros. Esto lleva a la preocupación, la investigación y la búsqueda ante una situación incierta derivada de esa acción.
  4. Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Soluciones ante las preocupaciones

  • La clave para abordar la preocupación excesiva radica en aprender a entender y gestionar las emociones. Esto permite mantener el propio bienestar mientras se considera posibles soluciones.
  • Al gestionar  las emociones, se pueden establecer límites claros, identificar donde termina la propia responsabilidad, comunicarse de forma asertiva y construir relaciones más positivas y equilibradas.
  • Emociones como el miedo, la inseguridad y la frustración son necesarias en su justa medida. El objetivo es entenderlas y gestionarlas para que sean funcionales y se experimenten en el grado adecuado.

5 técnicas contra la preocupación excesiva

1. Crea un tiempo de preocupación diario

  • En lugar de intentar frenar los pensamientos ansiosos, permítete tenerlos, pero pospóngalos para un momento en específico.
  • Establece un periodo de preocupaciones, elige un horario y lugar fijos cada día, para permitirte preocuparte, debe ser lo suficientemente temprano para no afectar el sueño.
  • Durante el día, si surge una preocupación, escríbela y continúa con tus activadas, ya que este pensamiento lo abordarás en el tiempo establecido.
  • Durante el periodo de preocupación, examina las preocupaciones anotadas. Esto puede ayudar a obtener una perspectiva más equilibrada y reducir su impacto. es importante que te guíes con estas 5 técnicas contra la preocupación excesiva, para el manejo de pensamientos rumeativos.

2. cuestione los pensamientos ansiosos

  • Reconoce los patrones de pensamiento que hacen que el mundo parezca más amenazante, ejemplo: pensamientos radical, catastróficos, sobre generalizar, enfocarse en lo negativo, leer la mente, adivinar el futuro, apegarse a regalas rígidas, autocriticarse, tomar responsabilidades excesivas; estos pensamientos hacen que el exceso de preocupación llegue.
  • Durante el periodo de preocupación, debate los pensamientos negativos: ¿Qué evidencia  apoya o contradice el pensamiento? ¿hay una interpretación más positiva o realista? ¿Cuál es la probabilidad real de que ocurra lo temido? ¿Qué le diría a un amigo con esta misma preocupación?

3. Distingue entre preocupaciones con soluciones y sin soluciones

  • Preocuparse es distinto de resolver un problema; la preocupación rara vez conduce a soluciones.
  • Las preocupaciones sin solución son aquellas sobre las que no se puede actuar, por ejemplo: ¿y si me da cáncer? La mayoría de las preocupaciones crónicas caen aquí.
  • Realiza una lluvia de ideas, enliste soluciones posibles, enfoca lo controlable y crea un plan de acción.
  • Acepta la incertidumbre y abandona la necesitada de control y respuestas inmediatas. No se puede predecir o controlar todo. Presta atención a tus emociones para aceptarlas

4. Interrumpe el ciclo de la preocupación

  • El ejercicio libera endorfinas y ayuda a enfocar la mente en las sensaciones corporales, rompiendo el flujo de pensamientos. en en cuenta las 5 técnicas contra la preocupación excesiva para el manejo de los pensamientos ansiosos.
  • Practica yoga o meditación, ya que estas disciplinas enfocan la mente en el presente a través el movimiento y la respiración (conoce más sobre los tipos de meditación aquí)
  • Intenta la respiración profunda, ya que calma la mente y silencia los pensamientos negativos al regular la respiración.

5. Habla de tus preocupaciones

  • Hablar con un amigo o familiar que escuche sin juzgar es una forma efectiva de calmar el sistema nervioso.
  • Expresar las preocupaciones en voz alta puede ayudar a entender lo que se siente, poner las cosas en perspectiva y exponer miedos.
  • Es importante tener personas de confianza en quienes apoyarte.
  • Elige cuidadosamente con quién compartes tus historias, para evitar personas que puedan alimentar tu ansiedad.

La gestión de la preocupación excesiva no es un destino, sino un viaje de aprendizaje continuo. Al aplicar estas herramientas, podemos transformar la ansiedad en una emoción funcional, construir una relación más sana con nuestros pensamientos y, en última instancia, vivir una vida más plena y equilibrada.

Referencia bibliográfica

Psicologiaymente (22/06/2021) preocupaciones excesivas hacia otros.

Náuseas por ansiedad: Cuando tu estómago habla lo que tu mente siente

Nauseas por ansiedad

¿Alguna vez has sentido que tu estómago se revuelve sin razón aparente, especialmente en momentos de tensión? Las náuseas por ansiedad son una experiencia más común de lo que imaginas. De hecho, se estima que alrededor del 25% de la población experimentará algún trastorno de ansiedad en su vida (Kessler et al., 2005), y los síntomas físicos como las náuseas son una manifestación frecuente de esta. Si has experimentado una sensación de mareo y debilidad en las piernas junto con el malestar estomacal, este artículo es para ti.

El vínculo mente-cuerpo: Comprendiendo las náuseas por ansiedad

Es fascinante cómo nuestra mente y nuestro cuerpo están intrínsecamente conectados. Lo que pensamos y sentimos puede tener un impacto directo en nuestras funciones corporales. Las náuseas por ansiedad son un claro ejemplo de esta conexión. Cuando experimentamos ansiedad, nuestro sistema nervioso simpático se activa, preparándonos para una respuesta de “lucha o huida” (Cannon, 1932). Esta activación puede desviar el flujo sanguíneo del sistema digestivo, ralentizando el proceso de digestión y provocando sensaciones de malestar, incluyendo las náuseas (Selye, 1956). Es como si tu estómago recibiera la señal de alarma de tu cerebro y reaccionara a ella.

Más allá del estómago: La sensación de mareo y debilidad en las piernas

Además de las náuseas por ansiedad, es común que la ansiedad se manifieste con una sensación de mareo y debilidad en las piernas. Esto ocurre debido a la hiperventilación y la activación del sistema nervioso autónomo. La respiración rápida y superficial puede alterar los niveles de dióxido de carbono en la sangre, lo que a su vez afecta el flujo sanguíneo al cerebro y otras partes del cuerpo, generando esa particular sensación de mareo y debilidad en las piernas (Meuret & Ritz, 2010). Es una señal de que tu cuerpo está en un estado de alerta constante, y la energía se está distribuyendo de manera diferente. Esta sensación de mareo y debilidad en las piernas puede ser muy angustiante, sumándose a la carga de las náuseas por ansiedad.

El vértigo por estrés: Cuando el mundo gira demasiado rápido

El vértigo por estrés es otra manifestación física de la ansiedad que a menudo se confunde con problemas vestibulares. A diferencia del vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), el vértigo por estrés no siempre está relacionado con movimientos específicos de la cabeza (Brandt & Dieterich, 2000). Más bien, es una sensación de desequilibrio o que el entorno está girando, provocada por la hiperactivación del sistema nervioso. Esta sensación puede intensificar las náuseas por ansiedad, creando un ciclo de malestar. El vértigo por estrés es una señal más de cómo la mente puede distorsionar nuestra percepción corporal.

Cuando la ansiedad madruga: Náuseas por la mañana ansiedad

Experimentar náuseas por la mañana ansiedad es una queja frecuente entre quienes sufren de ansiedad. Esto puede deberse a varios factores. Durante la noche, muchas personas tienden a rumiar sobre sus preocupaciones o anticipar eventos estresantes del día siguiente, lo que mantiene el sistema nervioso activado (Riemann et al., 2017). Al despertar, esta activación ya está presente, y el cuerpo reacciona con síntomas físicos como las náuseas por la mañana ansiedad. Es como si el estrés acumulado durante la noche explotara al iniciar el día, manifestándose con esas incómodas náuseas por la mañana ansiedad. Esta es una de las razones por las que la sensación de mareo y debilidad en las piernas puede ser más pronunciada en las primeras horas del día.

Comprendiendo el “por qué”: Fundamentos teóricos de las náuseas por ansiedad

Desde una perspectiva psicofisiológica, las náuseas por ansiedad se explican por la compleja interacción entre el sistema nervioso central y el sistema gastrointestinal, conocido como el eje cerebro-intestino (Mayer, 2011). Este eje bidireccional significa que el estrés y la ansiedad no solo influyen en el intestino, sino que también las señales del intestino pueden afectar nuestro estado de ánimo y bienestar. La liberación de neurotransmisores como la serotonina, que se produce en gran medida en el intestino, juega un papel crucial en esta comunicación (Gershon, 1998). Es una danza compleja donde las náuseas por ansiedad son un paso más.

Además, la teoría cognitivo-conductual postula que los pensamientos catastróficos y la anticipación de peligros pueden magnificar la respuesta física de ansiedad. Si una persona anticipa que tendrá náuseas por la mañana ansiedad, es más probable que las experimente debido a la profecía autocumplida (Beck, 1976). La sensación de mareo y debilidad en las piernas también puede ser un foco de atención que exacerba el malestar, generando más ansiedad sobre los síntomas. El vértigo por estrés es otro ejemplo de cómo la interpretación de las sensaciones corporales alimenta el ciclo de la ansiedad.

Herramientas y ayudas para navegar las náuseas por ansiedad

Afortunadamente, existen diversas estrategias para manejar las náuseas por ansiedad y sus síntomas asociados.

  • Respiración diafragmática: Esta técnica ayuda a activar el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la relajación y ralentizando la respuesta de “lucha o huida” (Grossman & Taylor, 2007). Practicarla regularmente puede reducir la frecuencia e intensidad de las náuseas por ansiedad, así como la sensación de mareo y debilidad en las piernas.
  • Mindfulness y meditación: Estar presente en el momento y observar las sensaciones sin juzgar, puede ayudar a desengancharse de los pensamientos ansiosos que alimentan las náuseas por la mañana ansiedad (Kabat-Zinn, 1990). Esto permite una mayor aceptación y una menor reactividad a la sensación de mareo y debilidad en las piernas o al vértigo por estrés.
  • Identificación y reestructuración Cognitiva: Reconocer los pensamientos que desencadenan la ansiedad y las náuseas por ansiedad es el primer paso. Luego, desafiar y reemplazar esos pensamientos negativos por otros más realistas y adaptativos puede disminuir la intensidad de la respuesta física (Ellis, 1962). Esto es crucial para abordar la raíz de la sensación de mareo y debilidad en las piernas y el vértigo por estrés.
  • Ejercicio Físico Regular: La actividad física libera endorfinas, que tienen un efecto ansiolítico natural (Sharma et al., 2006). Puede ser una excelente herramienta para reducir la intensidad de las náuseas por ansiedad y mejorar la sensación general de bienestar, atenuando la sensación de mareo y debilidad en las piernas.

Sabemos que enfrentar las náuseas por ansiedad, la sensación de mareo y debilidad en las piernas, el vértigo por estrés y las náuseas por la mañana ansiedad puede ser abrumador. ¡Queremos recordarte que tu primera sesión con nuestros profesionales de Mente Sana es completamente gratuita! Es una oportunidad para que conversemos, entendamos tu situación y tracemos un camino juntos hacia tu bienestar. No tienes que transitar este camino solo, estamos aquí para apoyarte.

  • Higiene del sueño: Un sueño reparador es fundamental para regular el estado de ánimo y reducir la ansiedad (National Sleep Foundation, n.d.). Mejorar la calidad del sueño puede tener un impacto positivo en la disminución de las náuseas por la mañana ansiedad. Cuando el cuerpo está descansado, es menos propenso a experimentar la sensación de mareo y debilidad en las piernas.
  • Dieta equilibrada: Evitar estimulantes como la cafeína y el azúcar en exceso puede ayudar a regular el sistema nervioso y reducir la probabilidad de experimentar náuseas por ansiedad (Anderson et al., 2002). Una dieta rica en nutrientes puede contribuir a la estabilidad emocional y reducir la sensación de mareo y debilidad en las piernas.
  • Técnicas de relajación progresiva: Tensar y relajar diferentes grupos musculares puede ayudar a liberar la tensión física acumulada por la ansiedad (Jacobson, 1938). Esta práctica puede ser efectiva para aliviar las náuseas por ansiedad y mitigar la sensación de mareo y debilidad en las piernas.
  • Terapia de exposición: En algunos casos, cuando las náuseas están asociadas a fobias específicas o situaciones desencadenantes, la exposición gradual a estas situaciones puede ayudar a desensibilizar la respuesta ansiosa (Marks, 1987). Esto es especialmente útil si el vértigo por estrés se asocia a ciertas situaciones.
  • Apoyo social: Compartir tus experiencias con amigos, familiares o grupos de apoyo puede proporcionar una sensación de validación y reducir el sentimiento de aislamiento (Cohen & Wills, 1985). Saber que otros también experimentan náuseas por ansiedad puede ser reconfortante.
  • Establecer límites: Aprender a decir “no” y a priorizar tu bienestar es crucial para reducir los niveles de estrés que pueden conducir a las náuseas por ansiedad (Neenan & Dryden, 2018). Evitar sobrecargarte puede disminuir la sensación de mareo y debilidad en las piernas.
  • Diario de ansiedad: Registrar los momentos en que experimentas náuseas por ansiedad, sensación de mareo y debilidad en las piernas, vértigo por estrés o náuseas por la mañana ansiedad, junto con los pensamientos y emociones asociados, puede ayudarte a identificar patrones y desencadenantes (Pennebaker, 1997).
  • Autocompasión: Tratarte a ti mismo con amabilidad y comprensión, especialmente durante momentos de malestar, puede reducir la autocrítica y la ansiedad asociada (Neff, 2003). Reconocer que las náuseas por ansiedad no son tu culpa puede ser un paso importante.
  • Pausas activas: Si trabajas en un ambiente estresante, tomar pequeñas pausas para estirarte, caminar o simplemente desconectar por unos minutos puede prevenir la acumulación de tensión que lleva a la sensación de mareo y debilidad en las piernas y las náuseas por ansiedad.
  • Musicoterapia: Escuchar música relajante puede tener un efecto calmante en el sistema nervioso, ayudando a aliviar la ansiedad y, por ende, las náuseas por ansiedad (Bradt et al., 2013). Esta puede ser una herramienta eficaz para manejar el vértigo por estrés.
  • Aromaterapia: Algunos aceites esenciales como la lavanda o la menta se han asociado con propiedades relajantes que pueden ayudar a aliviar las náuseas por ansiedad (Buckle, 1999). Es importante usarlos con precaución y consultar a un profesional.
  • Gestión del Tiempo: Una buena planificación puede reducir el estrés y la sensación de abrumación que a menudo se traduce en náuseas por la mañana ansiedad (Covey, 1989). Sentir que tienes el control de tu día puede disminuir la sensación de mareo y debilidad en las piernas.

Es crucial recordar que si experimentas náuseas por ansiedad de forma persistente, sensación de mareo y debilidad en las piernas, vértigo por estrés o náuseas por la mañana ansiedad que interfieren con tu vida diaria, buscar ayuda profesional es fundamental. Un psicólogo o psiquiatra puede realizar un diagnóstico preciso y diseñar un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades. Las náuseas por ansiedad pueden ser una señal de que necesitas abordar tu bienestar emocional. No subestimes el impacto de la sensación de mareo y debilidad en las piernas en tu calidad de vida.

Conclusión

Las náuseas por ansiedad son un síntoma incómodo pero manejable de la ansiedad. Al comprender el vínculo entre tu mente y tu cuerpo, y al aplicar estrategias efectivas, puedes recuperar el control sobre tu bienestar. Recuerda, no estás solo en esta experiencia. La sensación de mareo y debilidad en las piernas y el vértigo por estrés son indicadores de que tu cuerpo está reaccionando al estrés. Reconocer las náuseas por la mañana ansiedad como una señal de tu cuerpo es el primer paso hacia la recuperación. Si las náuseas por ansiedad se han vuelto una constante, es momento de actuar.

Referencias

Anderson, K. E., Anderson, B., & Gibson, L. (2002). Eating disorders in adolescents: A guide for parents and professionals. Guilford Press.

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Sharma, A., Madaan, V., & Petty, F. D. (2006). Exercise for mental health. Primary Care Companion to the Journal of Clinical Psychiatry, 8(2), 106.

Cómo tranquilizar los nervios rápido: Tu guía práctica para la calma

Cómo tranquilizar los nervios rápido

Los nervios son una respuesta natural del cuerpo, pero cuando nos abruman, pueden limitar nuestra vida. Se estima que más del 18% de la población adulta experimenta trastornos de ansiedad cada año (Kessler et al., 2005), una cifra que subraya la importancia de aprender a gestionar estas sensaciones. Queremos ayudarte a entender cómo tranquilizar los nervios rápido para que puedas recuperar tu bienestar.

Entendiendo el fenómeno: Cómo controlar los nervios

Cuando hablamos de cómo controlar los nervios y como tranquilizar los nervios rápido, nos referimos a la capacidad de gestionar las respuestas fisiológicas y psicológicas que surgen ante situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. Estas respuestas, que incluyen el aumento del ritmo cardíaco, la sudoración y la tensión muscular, son parte de la reacción de “lucha o huida” (Cannon, 1932). Aprender a modularlas es clave para nuestra salud mental y física.

El nerviosismo es una emoción compleja, a menudo una mezcla de miedo, preocupación y aprensión. Psicológicamente, se vincula a la anticipación de eventos futuros y a la interpretación de nuestras propias capacidades para afrontarlos (Lazarus & Folkman, 1984). Comprender esta raíz es el primer paso para saber cómo controlar los nervios de manera efectiva.

Herramientas para el autocontrol: Cómo quitar los nervios

Ahora que entendemos mejor qué son los nervios, el siguiente paso es descubrir cómo quitar los nervios. Esto implica el uso de técnicas que nos permiten regular nuestra respuesta fisiológica y cognitiva. Una de las estrategias más accesibles es la respiración profunda, que activa el sistema nervioso parasimpático y fomenta la relajación (Benson, 1975). Inhalar lentamente por la nariz, sostener el aire y exhalar por la boca puede marcar una gran diferencia. Otra herramienta poderosa para saber cómo quitar los nervios es la atención plena o mindfulness. Esta práctica nos invita a anclarnos en el presente, observando nuestros pensamientos y sensaciones sin juicio (Kabat-Zinn, 1990). Al centrarte en el aquí y ahora, reduces la rumiación sobre el pasado o la preocupación por el futuro, que son grandes alimentadores del nerviosismo.

De la aprensión a la serenidad: Cómo eliminar los nervios y el miedo

La relación entre los nervios y el miedo es intrínseca. El miedo es una emoción primaria que nos alerta de peligros, mientras que los nervios pueden ser una manifestación anticipatoria de ese miedo (LeDoux, 1996). Abordar cómo eliminar los nervios y el miedo requiere trabajar en la reevaluación cognitiva de las situaciones que nos generan ansiedad. Identificar los pensamientos distorsionados y reemplazarlos por otros más realistas y positivos es una técnica fundamental de la terapia cognitivo-conductual (Beck, 1979).

Cuando nos enfrentamos a desafíos que nos generan miedo y nerviosismo, la exposición gradual a la situación temida puede ser muy útil. Esta técnica, conocida como desensibilización sistemática, ayuda a reducir la respuesta de ansiedad al asociar el estímulo temido con un estado de relajación (Wolpe, 1958). Así, aprendemos de primera mano cómo eliminar los nervios y el miedo de forma progresiva y como tranquilizar los nervios rápido.

¿Sientes que el nerviosismo te está impidiendo vivir plenamente? En Mente Sana, entendemos lo desafiante que puede ser. Queremos recordarte que tu primera sesión con nosotros es completamente gratuita. Es una oportunidad para que conozcas a nuestros profesionales y empieces tu camino hacia una vida más tranquila y equilibrada. ¡Te esperamos!

Estrategias inmediatas: Cómo tranquilizar los nervios rápido

En momentos de alta intensidad, saber cómo tranquilizar los nervios rápido se vuelve crucial. Una técnica efectiva es la relajación muscular progresiva, donde tensas y relajas diferentes grupos musculares del cuerpo. Este ejercicio te ayuda a reconocer y liberar la tensión acumulada, proporcionando un alivio casi instantáneo (Jacobson, 1938). Es una forma práctica y corporal de abordar el nerviosismo y de cómo tranquilizar los nercios rápido.

Otro recurso invaluable para saber cómo tranquilizar los nervios rápido es el establecimiento de un ancla mental. Esto puede ser una palabra, una imagen o una sensación que asocias con la calma. Cuando te sientas abrumado, puedes recurrir a ella para redirigir tu atención y activar una respuesta de relajación (Bandler & Grinder, 1975). Este anclaje te proporciona un punto de referencia de tranquilidad al que regresar y la respuesta de cómo tranquilizar los nervios rápido.

Además de estas técnicas, el movimiento físico puede ser un gran aliado para cómo tranquilizar los nervios rápido. Una caminata corta, estiramientos o incluso un poco de baile pueden liberar la energía acumulada por la ansiedad y ayudar a tu cuerpo a regresar a un estado de calma (Ratey, 2008). La actividad física regular es fundamental para la gestión del estrés y la ansiedad a largo plazo.

La importancia del entorno y el estilo de vida en cómo controlar los nervios

Para cómo controlar los nervios de forma sostenible, es esencial considerar el entorno y nuestro estilo de vida. Un ambiente caótico o un horario excesivamente demandante pueden ser fuentes constantes de estrés y ansiedad. Es vital identificar estos factores estresores y, en la medida de lo posible, modificarlos o desarrollar estrategias para manejarlos (Selye, 1956). La calidad del sueño, la nutrición y el consumo de estimulantes también influyen significativamente en nuestra capacidad para cómo quitar los nervios. La privación del sueño y una dieta desequilibrada pueden exacerbar los síntomas de ansiedad, mientras que una alimentación saludable y un descanso adecuado contribuyen a la estabilidad emocional (Walker, 2017). Reducir la cafeína y el alcohol también puede ser un paso importante.

Perspectivas a largo plazo: Cómo eliminar los nervios y el miedo de forma duradera

Cuando buscamos cómo eliminar los nervios y el miedo de manera duradera, es fundamental adoptar una perspectiva holística que incluya el desarrollo de habilidades de afrontamiento. Esto implica aprender a manejar el estrés de manera efectiva, establecer límites saludables y desarrollar resiliencia ante las adversidades (Folkman & Lazarus, 1988). Estas habilidades no solo reducen los nervios, sino que también fortalecen nuestra salud mental general.

La búsqueda de apoyo social también juega un rol crucial en cómo eliminar los nervios y el miedo. Compartir nuestras preocupaciones con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede aliviar la carga emocional y proporcionar nuevas perspectivas (Cohen & Wills, 1985). Sentirse comprendido y apoyado es un factor protector contra el aislamiento y la escalada de la ansiedad. Finalmente, el autoconocimiento es una piedra angular para entender cómo eliminar los nervios y el miedo. Reflexionar sobre nuestras experiencias pasadas, identificar patrones de pensamiento y comportamiento, y comprender nuestras propias disparadores nos permite anticipar y manejar mejor las situaciones que nos generan ansiedad (Rogers, 1951). Este viaje de autoexploración es un camino continuo hacia el bienestar.


Reflexionando sobre la calma: Cómo tranquilizar los nervios rápido y mantener la serenidad

En resumen, aprender cómo tranquilizar los nervios rápido es una habilidad invaluable para nuestro bienestar. Las técnicas de respiración, mindfulness, relajación muscular y anclaje mental son herramientas poderosas para el alivio inmediato. Sin embargo, para un cambio duradero, debemos mirar más allá del momento. La gestión del estrés, la modificación del estilo de vida, el apoyo social y el autoconocimiento son pilares fundamentales en el proceso de cómo controlar los nervios, cómo quitar los nervios y cómo eliminar los nervios y el miedo de forma profunda. Recuerda que es un viaje, y cada pequeño paso cuenta. La paciencia contigo mismo y la constancia en la práctica son claves para alcanzar un estado de mayor calma y plenitud.

Referencias

Bandler, R., & Grinder, J. (1975). The structure of magic I: A book about language and therapy. Science and Behavior Books.

Beck, A. T. (1979). Cognitive therapy of depression. Guilford Press.

Benson, H. (1975). The relaxation response. William Morrow.

Cannon, W. B. (1932). The wisdom of the body. W. W. Norton & Company.

Cohen, S., & Wills, T. A. (1985). Stress, social support, and the buffering hypothesis. Psychological Bulletin, 98(2), 310–357.

Folkman, S., & Lazarus, R. S. (1988). Coping as a mediator of emotion. Journal of Personality and Social Psychology, 54(3), 466–475.

Jacobson, E. (1938). Progressive relaxation. University of Chicago Press.

Kabat-Zinn, J. (1990). Full catastrophe living: Using the wisdom of your body and mind to face stress, pain, and illness. Delta.

Kessler, R. C., Chiu, W. T., Demler, R. B., & Walters, E. E. (2005). Prevalence, severity, and comorbidity of twelve-month DSM-IV disorders in the National Comorbidity Survey Replication. Archives of General Psychiatry, 62(6), 617–627.

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LeDoux, J. E. (1996). The emotional brain: The mysterious underpinnings of emotional life. Simon & Schuster.

Ratey, J. J. (2008). Spark: The revolutionary new science of exercise and the brain. Little, Brown and Company.

Rogers, C. R. (1951). Client-centered therapy: Its current practice, implications, and theory. Houghton Mifflin.

Selye, H. (1956). The stress of life. McGraw-Hill.

Walker, M. (2017). Why we sleep: Unlocking the power of sleep and dreams. Scribner.

Wolpe, J. (1958). Psychotherapy by reciprocal inhibition. Stanford University Press.

Mareos por la ansiedad: Entendiendo la conexión

Los mareos son una sensación incómoda y a menudo preocupantes que muchas personas experimentan. Si bien pueden ser un síntoma de diversas condiciones médicas, es importante reconocer que la ansiedad es una causa sorprendentemente común y subestimada. La conexión entre la ansiedad y los mareos es muy real y está ligada a complejas respuestas fisiológicas en nuestro cuerpo. Este artículo explora cómo la ansiedad puede desencadenar la sensación de mareo o vértigo. Ofreciendo una visión más clara de los mareos por ansiedad. Entender esta relación es el primer paso para gestionar y aliviar estos síntomas tan abrumadores.

Mareos por la ansiedad

¿Qué son los mareos por la ansiedad?

Un estudio publicado en The Journal of Psychosomatic Research (2018), encontró que hasta el 28% de los pacientes con trastorno de ansiedad reportan mareos frecuentes como uno de sus síntomas principales. Además, indicó que la hipervigilancia corporal, es decir la atención excesiva a las sensaciones físicas, puede intensificar la percepción de mareos creando un ciclo de ansiedad que agrava los síntomas físicos.

Entonces, los mareos por la ansiedad son una manifestación física común que ocurre cuando el cuerpo responde al estrés o a situaciones que generan miedo. Estas sensaciones incluyen inestabilidad, vértigo leve o una percepción de que el entorno se mueve. Aunque estos mareos pueden ser muy desconcertantes, no suelen estar relacionados con problemas médicos graves, sino con la respuesta física a la ansiedad.

Síntomas somáticos de los mareos por la ansiedad

La ansiedad puede manifestarse de diversas formas en cada uno de nosotros, y los mareos por la ansiedad suele ser uno de ellos y estos pueden aparecer repentinamente y se refieren a una sensación de aturdimiento mental o sensación de movimiento. Algunos de estos síntomas son:

  • Lentitud en el pensamiento.
  • Visión borrosa.
  • Debilidad muscular.
  • Malestar generalizado.
  • Sensación de irrealidad.
  • En casos más graves, desmayos.

Tipos de mareos por la ansiedad

Como ya te comentamos los mareos por la ansiedad son una manifestación somática del cuerpo debido a la ansiedad, esto suele ser común, también puede generar sensación de inestabilidad o vértigo. Pero se pueden presentar varios tipos de mareos que están relacionados directamente con la ansiedad, aquí algunos de ellos:

  • Sensación de inestabilidad: sentir que el piso se mueve o estás a punto de caerte.
  • Vértigo leve: es la sensación que todo gira a tu alrededor, aunque nada esté en movimiento.
  • Despersonalización: sensación de desconexión del entorno o de uno mismo, como si estuvieras en un sueño.
  • Aturdimiento mental: dificultad para concentrarse o sensación de cabeza nublada.
  • Hiperventilación: respiración rápida que puede causar una sensación de mareo o desmayo.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Mareos por la ansiedad

Causas de los mareos por la ansiedad

Los mareos por la ansiedad como ya pudiste observar son el resultado de diversos factores fisiológicos. Cuando el cuerpo está bajo mucho estrés activa mecanismos que pueden alterar el equilibrio y la percepción. Antes de que continúes leyendo creemos que puede interesarte “¿Dolor de estómago por ansiedad? Exploremos sus causas principales”, para que obtengas más información al respecto. 

Entre las causas más comunes están:

  • Hiperventilación: respirar rápidamente reduce el dióxido de carbono en la sangre, lo que puede provocar mareos.
  • Tensión muscular: la rigidez en el cuello y los hombros puede afectar el flujo sanguíneo en el cerebro.
  • Cambios en la presión arterial: la ansiedad puede provocar fluctuaciones en la presión, causando mareos.
  • Deshidratación: el estrés puede reducir la ingesta de líquidos, afectando la circulación.
  • Fatiga mental y física: el agotamiento acumulado puede generar sensación de inestabilidad.

¿Por qué se generan los mareos por la ansiedad?

La ansiedad activa en nuestro cuerpo la respuesta de “lucha o huida” por ello hay una serie de complejas reacciones fisiológicas, aquí te comentamos algunos de estos mecanismos:

  • La ansiedad activa el sistema nervioso simpático, lo que nos prepara para una amenaza percibida. Esto desencadena las respuestas fisiológicas como el aumento del ritmo cardíaco, la tensión muscular y la respiración acelerada.
  • Esta sensación de alerta constante altera el equilibrio del sistema contribuyendo a la sensación de mareo.
  • Durante un episodio de ansiedad, es común que se respire de forma rápida y superficial. Esto altera el equilibrio de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.
  • Esto provoca una constricción de los vasos sanguíneos del cerebro, lo que reduce el flujo sanguíneo cerebral. Lo que se manifiesta como aturdimiento, sensación de cabeza hueca o mareos.
  • El sistema vestibular, ubicado en el oído interno, es el encargado de procesar la información sobre el equilibrio y la orientación espacial. La ansiedad puede sensibilizar este sistema, haciendo que sea más propenso a reaccionar de forma exagerada a estímulos normales.
  • La ansiedad crónica a menudo conlleva una tensión muscular persistente, especialmente en el cuello y los hombros. Esta tensión puede afectar la postura y el flujo sanguíneo a la cabeza, contribuyendo a dolores de cabeza tensionales y, en consecuencia, a sensaciones de mareo o desequilibrio.
  • Mayor conciencia corporal, a menudo las personas ansiedad están hipervigilantes a las sensaciones de su propio cuerpo. Cualquier cambio fisiológico, por pequeño que sea puede ser percibido y amplificado, lo que lleva a una mayor preocupación y, a su vez, a más ansiedad y mareos.

Comprender que estos mareos son síntomas físicos legítimos de la ansiedad abordándola directamente es clave para aliviar y controlar estos episodios de mareos, pedir ayuda profesional es fundamental para validar la experiencia de quienes lo padecen y para iniciar un camino hacia el bienestar.

Conclusión

En resumen, los mareos por la ansiedad no son una ilusión, sino una manifestación física concreta de la activación del sistema nervioso autónomo. La hiperventilación, las alteraciones en el sistema vestibular, la tensión muscular y las fluctuaciones en la presión arterial son solo algunas de las vías por las cuales la ansiedad puede desencadenar estas sensaciones tan perturbadoras. Al reconocer esta conexión entre nuestra mente y cuerpo, podemos abordar de manera efectiva y, en consecuencia, recuperar el equilibrio y la estabilidad en nuestra vida.

En Mente Sana queremos ayudarte en el proceso, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Terapify (2025), Mareos por ansiedad: qué son y cómo superarlos.

La ansiedad generalizada: ¿Qué debo hacer para luchar en su contra?

La ansiedad generalizada
La ansiedad generalizada
La ansiedad generalizada

La ansiedad generalizada, aquello con lo que muchas personas viven incluso sin saberlo. Una guerra silenciosa que se libra en una mente inquieta, que no para, día y noche, una tortura para muchos que la sufren y no logran entender de dónde viene. Vivir con el constante pensamiento del “¿Y sí?” es devastador para todo aquel, con un nudo en la garganta y la angustia apremiante de un futuro incierto, por ello entender cómo funciona la ansiedad puede ayudarnos a lidiar con ella.

 ¿Qué es la ansiedad generalizada? 

La ansiedad es ese sentimiento constante de preocupación crónica y desproporcionada ante diversas variables indefinidas, pero también se trata de un mecanismo de defensa del propio cuerpo, una forma de alertar al cerebro de los peligros. El problema, sin embargo, recae cuando éstos miedos son irreales, incontrolables y desproporcionados, ya que le acompañan una serie de síntomas físicos que afectan la calidad de vida. 

La ansiedad por sí sola es algo de lo que nadie puede escapar, es inherente del ser humano debido a su naturaleza natural y a la forma en la que el cerebro funciona, la presión del estrés que el miedo genera es necesaria para la supervivencia, el problema viene cuando este miedo es desmedido, y la reacción también lo es, provocando entonces un cuadro de ansiedad generalizada. 

Hablamos de ansiedad generalizada como un trastorno psicológico y psiquiátrico caracterizado por una afectación de la calidad de vida del individuo y que persiste durante el tiempo. Impone así un estado de alerta constante, y está caracterizado por algo muy simple: no suele existir una amenaza real, aun así se es complicado comprender que no es el caso.

Según la OMS, la ansiedad es uno de los trastornos más comunes en la actualidad, con una prevalencia de aproximadamente 6,7% de la población de España, casi más de tres millones de personas son víctimas de ésta preocupación excesiva.

Así que sí: puedes sentir ansiedad en cualquier momento de tu vida, sin embargo hablamos de la ansiedad como rasgo y no como trastorno. Se vuelve un trastorno, y pasamos a llamarla ansiedad generalizada, cuando nos impide hacer vida normal, afectando todas las áreas de la misma.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad generalizada?

Síntomas emocionales de la ansiedad generalizada

  • Preocupación constante, tomar temas cotidianos y del día a día y rondar en pensamientos rumiativos sobre ésto, incluso aunque no haya motivos racionales para la preocupación. Las personas con ansiedad generalizada suelen comentar que ven un problema y no es extraño el hacerlo ver más grande de lo que realmente es;
  • Del mismo modo, controlar esa preocupación es complicado. El pensamiento persiste, y la preocupación da vueltas y vueltas en sus cabezas aunque buscan tranquilizarse ellos mismos;
  • Irritabilidad, debido al estrés y la presión causantes de la ansiedad. La irritabilidad dentro de la ansiedad generalizada puede llevar a ser impulsivos, con respuestas emocionales desmedidas;
  • Sensación de estar al límite, debido al constante estado de hipervigilancia, la idea persecutoria de que “algo” va a ocurrir en cualquier momento;
  • Necesidad de estar preparado para todo, normalmente se suele confundir con ser previsivo, y si bien prever algunas de las situaciones que podrían suceder no está errado, en el caso de la ansiedad generalizada ésto se lleva al extremo;

Síntomas físicos de la ansiedad generalizada

  • Taquicardia, palpitaciones y corazón acelerado, algunas personas admiten pensar que “puede llegar a salirse del pecho”
  • Fatiga;
  • Tensión muscular;
  • Dificultades para respirar, o sensación de ahogo;
  • Hiperventilación;
  • Náuseas;
  • Problemas gastrointestinales, tales como mala digestión, diarrea, malestar general;
  • Mareos, que suelen ser por la falta de aire, la presión, o por propias causas emocionales;
  • Cosquilleo en las extremidades, especialmente en zonas blandas como punta de los dedos, comisura de la boca, etc.;
  • Entumecimiento facial;
  • Problemas para dormir, insomnio.

La ansiedad generalizada como síntoma

Me gusta ver a la ansiedad como un síntoma, más que como otra cosa. No se puede negar lo evidente, se trata de un trastorno que repercute en el estilo de vida de cualquiera, pero la ansiedad es un síntoma por su propia cuenta. Es muy sencillo, si tu estornudas ¿es la enfermedad, o el síntoma? un estornudo puede indicar que algo ocurre, ya sea alergia, un estornudo aislado porque la nariz picaba, por catarro común, etc… Pues lo mismo ocurre con la ansiedad.

Tener la presencia de la ansiedad generalizada en nuestras vidas me indica que algo ocurre. Ya sea biológico y orgánico, como social o personal, es un indicador importantísimo para su tratamiento, conocer sus raíces brindará para aquel que la sufre, y para el terapeuta en cuestión, un excelente camino para su tratamiento.

¿Cómo puedo luchar contra la ansiedad desde mi hogar?

Lo importante es reconocer que, si bien podemos trabajar sobre ella desde nuestras manos y en casa, el acompañamiento psicológico es necesario en la mayoría de los casos. No porque no seas capaz de lidiar con ello, sino porque el terapeuta te brindará la ayuda necesaria para entender la ansiedad generalizada, y trabajarla desde la raíz.

Varias de las técnicas que se pueden implementar en casa están destinadas al manejo de la crisis, al control emocional y a los pensamientos rumiativos, por ello es importante juntarlo la mayoría de las veces con terapia psicológica, y, de ser necesario, psiquiátrica. 

  • Herramientas de autocuidado

Cuando se trata de la ansiedad generalizada, las personas suelen desprestigiar el peso que tiene el autocuidado en la salud mental. Si bien no es una solución, ni una medicación, el autocuidado no es arte de magia, pero su implementación en la rutina diaria puede representar un antes y un después para muchos.

El autocuidado implica:

  • Buena higiene de sueño: ya de por sí la ansiedad hace complicado pegar el ojo, por lo que es importante reducir al mínimo todo lo que pueda dificultarnos dormir, teniendo así una buena higiene de sueño al marcar una rutina dónde diariamente se duerma y se despierte a la misma hora, también el evitar pantallas y luces azules.
  • Ejercicio y buena alimentación: Sin necesidad de tener que asistir al gimnasio a un régimen estricto o de tener una dieta específica, el hacer actividad física es beneficioso para mantener la mente ocupada, liberar serotonina y dopamina, y además como regulador emocional. Del mismo modo, una alimentación balanceada, es importante destacar que evitar el consumo de estimulantes como bebidas energéticas o cafeína puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad.

  • Técnicas de grounding

También llamadas técnicas de anclaje o para “hacer suelo”, son una herramienta para la ansiedad generalizada que se basa en encontrar un ancla a la realidad. El miedo que la ansiedad presenta es irreal, es decir: no es tangible, es una idea de nuestra cabeza y un pensamiento recurrente basado en la, aunque no nos guste admitirlo, exageración de un pensamiento. Y al no ser tangible, su idea y existencia sólo está en nuestra cabeza.

Por lo que la mejor manera de reducir la ansiedad en los momentos en los que se dispara es encontrar un estímulo sensorial real que nos ayude a centrarnos en el ahora. Enfócate en los sentidos, el gusto, el tacto, el olfato, la vista, utiliza cosas reales para ello.

Por ejemplo, puedes coger un cubo de hielo y sostenerlo con la mano, implicando así el tacto. También, sabores fuertes como caramelos ácidos o un limón. Lo importante es que sea lo suficientemente agresivo, fuerte y muy seguro para anclarse al presente.

  • Problema para mi yo del futuro, no para mi yo de ahora

Una característica de la ansiedad generalizada es que la preocupación es persistente, incapaz de dejar de darle vueltas a todo momento. Por lo que, si cerramos esa ventana de tiempo para la preocupación, podemos brindarle un respiro al cerebro en su estado constante. ¿Cómo funciona? fácil: programa un tiempo específico en el día solo para pensar en esa preocupación.

Así, cuando tengas una preocupación que comience a hacerte sentir ansioso, te tocará anotarla para lidiar con ella luego, a tu hora programada. Será un problema para tu yo de ese momento, mientras tanto no puedo solucionar el problema.

  • Técnicas de respiración o relajación

Ya sea meditación, yoga, o cualquier otro tipo de herramientas de relajación, es importante aprender a manejar y controlarlas ya que son altamente eficaces para la reducción de los síntomas ansiosos.

Ocurre algo muy habitual con la ansiedad generalizada: una vez que el cuerpo se acostumbra a sus síntomas, cualquier vez en la que se presenten (sea o no por ansiedad), el cerebro las asociará con la ansiedad, y por consiguiente, probablemente te asustes pensando que, de nuevo, la ansiedad está ahí. Por ejemplo, personas que están pasando por procesos terapéuticos por la ansiedad han llegado a referir tener ataques de ansiedad haciendo ejercicio al creer que, el corazón acelerado, era una taquicardia por culpa de su ansiedad. También ocurre al dormir, de lo cual puedes leer aquí.

Por ello, tener herramientas de respiración y de relajación son de vital importancia, son necesarias para bajar los niveles de tensión, de hiperventilación y de angustia. Se puede utilizar la relajación progresiva de Jacobson, la meditación, o puedes ayudarte de éste artículo que habla de relajación.

La ansiedad generalizada es un problema real y que debe ser diagnosticado como tal, no exime que podamos pasar por momentos complicados con respecto a ella, por lo que implementar éstas técnicas por tu cuenta desde casa te brindará resultados si somos constantes,  una mejor visión de la misma para poder vivir en armonía. Recuerda, la terapia no puede ser sustituida si tu ansiedad se vuelve incapacitante.

En Mente Sana psicología tenemos a los mejores especialistas en ansiedad generalizada para ti, así que no temas en agendar tu primera cita completamente gratuita, para empezar a trabajar en tí y en tu bienestar.

Referencias bibliográficas

Barnhill, J. W. (2023, August 3). Trastorno de ansiedad generalizada. Manual MSD Versión Para Profesionales.

(2013). El trastorno de ansiedad generalizada. Revista de la Facultad de Medicina (México)56(4), 53-55.

Pensamientos negativos: ¿Qué son y cómo gestionarlos?

Pensamientos negativos
Pensamientos negativos
Pensamientos negativos

Los pensamientos negativos son patrones cognitivos automáticos y recurrentes que tienden a ser pesimistas, autocríticos y suelen enfocarse en el fracaso, el peligro, la insuficiencia o la catástrofe.

Estos pensamientos afectan el estado emocional, la conducta y percepción de una persona, los cuales pueden desencadenar en depresión, ansiedad y estrés.

¿Qué son los pensamientos negativos?

Los pensamientos negativos son contenidos mentales con carga emocional negativa, que pueden ser interpretaciones erróneas o poco realistas de la realidad, llevadas a un extremo pesimista.

Estos pensamientos suelen ser automáticos, rápidos y difíciles de controlar, puesto que surgen en estados de ánimo bajos como tristeza o ansiedad.

Asimismo, cabe recalcar que existe cierta diferencia con las distorsiones cognitivas, pues los pensamientos negativos son más generalizables. Es decir que, las distorsiones cognitivas son pensamientos negativos, pero no todos los pensamientos negativos son distorsiones cognitivas.

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Distorsión cognitiva como pensamiento negativo

Una distorsión cognitiva implica un pensamiento negativo, pero como error en el pensamiento que distorsiona la realidad. Esa se convierte en un patrón de pensamiento que contribuye a mantener estados emocionales negativos.  

Ejemplo:
Pensamiento negativo: Hoy fue un mal día.
Distorsión cognitiva: Siempre me equivoco, nunca lograré nada.

Aunque no necesariamente sean ciertos, el cerebro los interpreta como hechos reales, activando una respuesta emocional intensa.

Tipos de pensamientos negativos

Los pensamientos negativos pueden variar según el contexto y la persona.

  • Pensamientos automáticos negativos: Surgen de forma rápida, espontánea y sin análisis, ante determinadas situaciones.
    Ejemplo: “No voy a poder con esto”, “Seguro se van a reír de mí”.
  • Rumiaciones: Son pensamientos repetitivos y persistentes sobre situaciones pasadas, generalmente negativas.
    Ejemplo: “¿Por qué dije eso?”, “Todo habría sido diferente si…”.
  • Preocupaciones excesivas: Pensamientos centrados en el futuro, cargados de ansiedad e incertidumbre.
    Ejemplo: “¿Y si me despiden?”, “¿Y si enfermo gravemente?”.
  • Autocríticas: Pensamientos dirigidos contra uno mismo de manera dura y descalificadora.
    Ejemplo: “Soy un fracaso”, “Nunca hago nada bien”.
  • Pensamientos catastrofistas: Se anticipa a lo peor, sin evidencia suficiente.
    Ejemplo: “Voy a arruinar la presentación”, “Seguro no ganaremos nada”
  • Pesimismo generalizado: Tendencia a ver todo con una expectativa negativa, sin importar la situación.
    Ejemplo: “Nada va a salir bien”, “¿Para qué intentarlo si siempre sale mal?”.
  • Comparaciones destructivas: Pensamientos donde uno siempre sale perdiendo en la comparación con los demás.
    Ejemplo: “Son mejores que yo”, “Nunca voy a ser tan exitoso como él”.
  •  Culpabilización excesiva: Asumir responsabilidad por cosas fuera de nuestro control.
    Ejemplo: “Todo es mi culpa”, “Si algo sale mal, seguro fue por mí”.
  • Pensamiento parcializado: Pensamientos extremos de “todo o nada”.
  • Descalificación de lo positivo: Encontrar algo malo en lo bueno.
    Ejemplo: “Me fue bien, pero fue pura suerte.”

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¿Cómo manejar los pensamientos negativos?

Manejar los pensamientos negativos no significa reprimirlos o fingir que todo está bien. Se trata de reconocerlos, analizarlos y reformularlos de una manera más realista y funcional. Algunas estrategias útiles son:

  1. Identificación de pensamientos negativos: Se trata de tomar consciencia en el momento que aparece. Podría ser útil llevar un registro.
  2. Cambiar de perspectiva: Nota si uno llega a la exageración, si se anticipa a lo peor irracional o existe una sobre generalización incoherente.
  3. Cuestionamiento socrático: Preguntarse: ¿Qué evidencia tengo de que esto es cierto? ¿Estoy viendo solo lo negativo? ¿Qué diría a un amigo en esta situación? Esta técnica permite evaluar la validez de los pensamientos.
  4. Reestructuración cognitiva: Consiste en reemplazar pensamientos distorsionados por otros más objetivos, aunque no sean necesariamente positivos, pero sí más equilibrados. Por ejemplo, cambiar “Voy a fracasar” por “Puedo cometer errores, pero también tengo habilidades que me pueden ayudar.”
  5. Autocompasión: No es necesario castigarse por pensar negativamente. Uno puede seguir aprendiendo, y las mejores formas son identificando los errores para mejorar.
  1. Atención plena (mindfulness): El mindfulness ayuda a observar los pensamientos sin juzgarlos ni dejarse arrastrar por ellos. Esto reduce la rumiación y mejora la regulación emocional.
  2. Terapia psicológica: Cuando los pensamientos negativos son intensos o incapacitantes, la intervención profesional es fundamental.

Conclusión

Los pensamientos negativos son parte del funcionamiento mental humano, sin embargo, cuando se vuelven persistentes pueden afectar gravemente la calidad de vida.

Existen varios tipos de pensamientos negativos, por lo que, reconocerlos, comprender su origen y aplicar estrategias para reformularlos permite mantener un equilibrio apropiado y mejorar la salud mental.

Con ayuda de herramientas psicológicas y, en muchos casos, con psicoterapia, es posible transformar la mente en un espacio más seguro, realista y compasivo.

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Referencias

González, Manuel, Ibáñez, Ignacio y Barrera, Andrea. (2017). Rumiación, preocupación y orientación negativa al problema: procesos transdiagnósticos de los trastornos de ansiedad, de la conducta alimentaria y del estado de ánimo. Acta Colombiana de Psicología , 20 (2), 42-52. 

Moretti, Luciana Sofía, Domínguez-Lara, Sergio, Muñoz-Navarro, Roger, Cano-García, F. Javier, & Medrano, Leonardo Adrian. (2020). Validación del inventario de pensamientos negativos en respuesta al dolor en población argentina con cefaleas primarias. Terapia psicológica38(3), 283-301.

Sandoval-Valerio, Ana Karen, Pérez-Vielma, Nadia Mabel, Miliar-García, Ángel, Gómez-López, Modesto, García-García, Conrado, & Aguilera-Sosa, Víctor Ricardo. (2020). Pensamientos Negativos y Estrés asociados al Receptor de Serotonina 5HT1a en Mujeres con Fibromialgia. Acta de investigación psicológica10(3), 93-101. Epub 25 de octubre de 2021.