Señales no verbales de atracción: Lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer

lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer
Lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer

Aunque muchos hombres no expresan sus emociones directamente, su cuerpo suele delatarlos a través de gestos, miradas y posturas inconscientes. El lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer puede revelar de manera sutil, más de lo que las palabras dicen. Comprender estos signos es clave para identificar la atracción física y emocional.

Lenguaje corporal

El lenguaje corporal es una forma de comunicación no verbal, que se expresa a través de gestos y expresiones faciales, posturas, movimientos y orientación del cuerpo, para revelar emociones, pensamientos y actitudes, muchas veces de manera inconsciente.

Este lenguaje suele ser involuntario, universal y puede complementar el lenguaje verbal.

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Lenguaje corporal masculino

El lenguaje corporal masculino se refiere al conjunto de gestos, posturas y expresiones no verbales que los hombres utilizan, consciente o inconscientemente, para comunicar emociones, actitudes e intenciones. Estas expresiones permiten identificar de mejor manera la congruencia con las palabras y lo que se intenta transmitir, principalmente en contextos como la atracción, la seguridad personal, la competencia o la incomodidad.

Indicadores de atracción

Uno de los indicadores del lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer, son las miradas. Según la psicóloga Monica Moore (1985), los hombres suelen mirar repetidamente a la persona que les interesa, incluso si evitan mantener el contacto ocular prolongado al principio. Este comportamiento visual incluye “miradas furtivas” seguidas de sonrisas suaves, dilatación de las pupilas y, en algunos casos, el arqueo de las cejas. La frecuencia y duración del contacto visual aumentan conforme crece el interés emocional o sexual.

Asimismo, algunos signos de atracción de un hombre hacia una mujer suelen incluir una combinación de comportamientos físicos, posturales y emocionales, puesto que el 93% de la comunicación emocional se transmite de forma no verbal:

  • Inclinarse hacia ella durante la conversación.
  • Tocar frecuentemente su rostro, cuello o cabello (automanipulación, signo de nerviosismo e interés).
  • Mostrar sus muñecas o palmas, lo cual indica apertura.
  • Buscar excusas para tocarla de forma sutil (por ejemplo, rozar el brazo).
  • Imita inconscientemente sus gestos o postura corporal (efecto de “espejo”).

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Lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer

La atracción de un hombre hacia una mujer se manifiesta también en la organización del espacio físico y su cuerpo en presencia de la mujer. El lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer se nota cuando adopta una postura erguida, sacar ligeramente el pecho o poner las manos en la cintura son señales típicas de cortejo instintivo, según estudios. Además, los pies suelen apuntar hacia la persona de interés, lo que indica atención focalizada.

Otros gestos como arreglarse la ropa, alisar la camisa o tocarse el reloj también son signos sutiles de que el hombre quiere causar una buena impresión. Son microcomportamientos que surgen de forma inconsciente y reflejan una intención de seducción.

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Lenguaje corporal de un hombre nervioso

Un hombre nervioso ante la mujer que le gusta puede mostrar signos claros de incomodidad física: sudor en las manos, rubor facial, movimientos torpes o repetitivos (como golpear con los dedos), y cambios en la voz. Este comportamiento es común cuando hay atracción y miedo al rechazo. Según Paul Ekman, experto en emociones y microexpresiones, el nerviosismo puede coexistir con el deseo, especialmente en situaciones de vulnerabilidad emocional.

Estrategias para interpretar el lenguaje corporal masculino

Cuando le gusta una mujer a un hombre y solamente hubo expresión no verbal, una interpretación del lenguaje corporal empieza por evitar malentendidos frecuentes, para minimizar la posibilidad de conflictos. Esto debido a que, existen matices culturales, sociales y biológicos que pueden influir en la expresión e interpretación del lenguaje no verbal.

En algunas culturas, un gesto de amabilidad, podría interpretarse como falta de respeto en otras, por ello es necesario:

  1. Observar la postura y orientación corporal: Una postura abierta muestra interés y comodidad, mientras que mantener los brazos cruzados, podría sugerir desinterés o defensividad. Observa el cuerpo completo, no señales aisladas.
  1. Reconocimiento de expresiones faciales: Las microexpresiones pueden revelar emociones que la persona no quiere verbalizar, como el miedo o la incomodidad, o incluso una expresión de seriedad constante puede reflejar represión emocional, no necesariamente desinterés.
  2. Atención al contacto visual: Evitar el contacto visual podría reflejar incomodidad, timidez, nerviosismo o desinterés. En algunos casos, a veces simplemente se trata de costumbres culturales. Analiza junto con otros gestos y factores para evitar malinterpretaciones.
  3. Cuidado con el espacio personal: Acercarse o iniciar contacto físico leve refleja confianza, afecto o atracción. Mientras que, mantener distancia sugiere reserva, respeto o inseguridad. No obstante, es importante respetar el espacio personal, puesto que mucha cercanía puede percibirse como una invasión incómoda para las personas.
  4. Integración: Observa el conjunto de señales, no un solo gesto. Esto permite tomar en cuenta la personalidad y el contexto cultural. Asimismo, encuentra la coherencia, puesto que el lenguaje corporal complementa, pero no reemplaza, la comunicación verbal.

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Conclusiones

El lenguaje corporal ofrece pistas valiosas sobre la atracción, muchas veces más honestas que las palabras. Saber interpretar estas expresiones permite comprender mejor las dinámicas de interés romántico y mejorar la comunicación interpersonal. Comprender el lenguaje corporal masculino cuando le gusta una mujer implica sensibilidad, atención y contexto, observando el comportamiento completo y evitando sacar conclusiones apresuradas basadas en un solo gesto.

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Referencias

Andrey Bernate, Jayson, & Alfaro Urtatiz, María Elisa. (2021). La expresión corporal como fenómeno dialógico desde la Corporeidad. EduSol21(76), 58-70.

Rizo García, Marta. (2022). Comunicación, cuerpo y emociones. La incorporación de la dimensión emocional en la investigación de la comunicación. Comunicación y sociedad19, e8258. Epub 03 de octubre de 2022.

Terapify – Psicólogos en línea. (2025, 28 de febrero). Lenguaje corporal de los hombres con las mujeres (20 señales).

Abreacción: cómo entender lo que ocurrió

Abreacción
Abreacción
Abreacción

La abreacción busca el entendimiento, a veces no solo se trata de aquello que ocurrió y que dejó una profunda marca en ti, sino de cómo sobrellevar la situación aún luego de la herida y de los años, y la abreacción habla de este proceso de catarsis dónde el sufrimiento emocional no encuentra salida con ánimos y racionalización. ¿Alguna vez te ha pasado que solo quieres gritar? ¿Desahogarse sin mirar a quien? y que por mucho que lo hables o lo racionalices, no deja de sangrar… quizás, lo que necesites sea implementar la  abreacción en el proceso terapéutico.

¿Qué es la abreacción?

Se conoce a la abreacción como un proceso de descarga emocional que ocurre con intensidad como respuesta a un evento traumático o de gran dolor y a su rememoración, y que suele ocurrir dentro de terapia, o en su defecto, en un ambiente seguro y controlado. Lo característico de esta práctica es que su función va focalizada a la expresión de emociones reprimidas o contenidas. A todo aquello guardado y encerrado que nos impide avanzar o seguir adelante.

Suele venir con grandes muestras conductuales y fisiológicas, como gritos, llanto, miedo, temblores, etc, como expresión de todo lo que nunca se tocó.

Origen de la abreacción

Alrededor de 1895, cuando la psicología apenas era un recién nacido, el compañero Sigmund Freud junto a Josef Breuer implementaron el término abreacción como explicación para la solución a un problema que veían de forma constante. Ellos afirmaban que muchas dolencias físicas que no parecían tener causales médicos eran gracias a eventos traumáticos y el recuerdo de ellos, y la forma en la que estos jamás habían sido gestionados, y que por lo tanto estaban atrapados en el cuerpo, o como a Freud le encantaba a decir: en el inconsciente.

Por lo que propusieron que lo mejor era revivir el suceso, recordarlo con la emoción más parecida al momento y que así pudiera expresar lo que guardaba, con la esperanza de que el síntoma desapareciera.

¿Por qué sucede la abreacción?

Gracias al proceso que guarda nuestra memoria. A veces, recordamos sin realmente recordar, nuestro cuerpo y cerebro recuerdan mucho antes que nuestra propia consciencia, ya que el cerebro y todo lo que compete al proceso de memoria (trabajo para la amígdala y el sistema límbico), almacenan la memoria sin procesarla en su totalidad.

El ejemplo más práctico de ésto es tener pesadillas de situaciones que has vivido pero que no recuerdas, o que tu cuerpo reaccione antes que tu mente al verte ante unas circunstancias particulares, como agazaparse sobre uno mismo ante la visión de una persona alzando la mano con temor a ser golpeada, cuando has sido víctima de abusos físicos.

Por lo qué el cuerpo se sigue activando aunque no sea consciente, la memoria continúa viva y activa, lista para ser evocada ya sea de forma consciente o inconsciente. Por ello, la abreacción es un método muy necesario para aquellos terapeutas que adoran implementarla en su proceso, debido a que llevan a esas emociones a salir.

La represión a causa del dolor

Creo que no es extraño para nadie el conocer que ante los recuerdos dolorosos, el cerebro implementa el mejor de sus mecanismos de defensa: el olvido. Muchos no recuerdan infancias o eventos traumáticos debido a esto, aunque las consecuencias si que la viven en su día a día, no son capaces de evocar recuerdos por su cuenta, por ello se sabe que aunque no recuerdes, el problema no desaparece. Está ahí, reprimido, y permitirlo expresarse mediante un disparador de trauma puede ser una salida saludable.

La abreacción es una reacción natural ante el recuerdo, una liberación natural del trauma, y es importante que siempre sea en compañía de un profesional, ya que rememorar un trauma es un proceso complicado, difícil y que deja vulnerable al paciente en cuestión. A esto le llamamos abrir un proceso, y debe ser tratado con extrema precaución para poder lograr el trabajo de la forma más eficaz posible, por ello la abreacción no puede ni debería ser hecha por personas no capacitadas.

Abreacción, el roleplay y el bleeding, términos que van de la mano y se complementan cuando hablamos de catarsis

La palabra catarsis se traduce del griego como “purga”, una forma de liberar aquello que nos aqueja, es la base principal de la abreacción. Y un sitio fuera de sesiones terapéuticas donde se puede llegar a ver de forma casi constante un proceso parecido, es en el mundo del juego de rol de mesa.

En el mundo de los juegos de rol de mesa, existe un término llamado bleeding que comparte grandes similitudes para lo que en psicología sabemos como la abreacción. Un juego de rol de mesa es una actividad interpretativa, dónde un grupo de personas suele reunirse a actuar e interpretar un papel, improvisando y siendo guiados por un Maestro de Calabozos, o mejor conocido como DM, que narra una historia que ellos deberán seguir. Normalmente se enfrentan a batallas de fantasía, pero cuando el grupo es uno amante del drama y de las buenas películas, no será extraño ver grandes escenas interpretativas entre los jugadores, emocionales y llenas de activos personales.

En estos juegos, el objetivo es sencillo: divertirse, pasarla bien, emocionarse cuando los dados de plástico te marquen un veinte natural o llorar por un uno que marca una desgracia. Pero también son eventos de altas emocionalidades, y es que el roleplay no es más que la interpretación de escenas.

El bleeding, “sangrado” en español, ocurre cuando escenas del juego de rol conectan demasiado con el jugador, y este procede a proyectar problemas personales o circunstancias vividas por él, y por lo tanto, conecta con el juego y deja de ser solamente un personaje. Se le llama sangrado puesto que, al terminar la escena o el juego, el jugador queda conmocionado, movido, con un proceso abierto, queda sangrando con las emociones de un personaje ficticio, pero que comparte las suyas propias y en el que puede verse reflejado.

El roleplay, de hecho, se suele utilizar como técnica de abreacción, y aunque dentro de terapia el roleplay hecho no es igual al de una tarde de juego con amigos en Dungeons and dragons, créeme cuando digo que es muy fácil abrir un proceso en un juego de rol que nunca fue pensado para ello. Personalmente, y como autora, lo he visto más veces de las que puedo contar con las manos. Esto se suele llamar como abreacción involuntaria, y puede ocurrir incluso en plena sesión terapéutica.

¿Qué técnicas de abreacción existen?

Es una pregunta tan amplia que es imposible contestar. Al final de cuentas la abreacción es el proceso, las técnicas que nos lleven a ello pueden variar de tantas maneras que nos cansaremos de mencionarlas todas, y cada enfoque psicológico tiene su manera de llegar a esta catarsis, ya que unos le llamaran abreacción, otros catarsis, otros simple liberación… El objetivo sigue siendo el mismo, y los modos en los que ocurra dependerá del terapeuta llevando la terapia.

Por ejemplo, se sabe que uno de los métodos favoritos de muchos para ello es la terapia EMDR, de la que puedes leer más aquí. Otros, como los enfoques de la gestalt, prefieren técnicas como la silla vacía o el propio roleplay, mientras que otros preferirán el relato libre. Sea la que sea que se use, el proceso debe ser gradual y menos explosivo, todo con el fin de no incurrir en una experiencia desagradable para el paciente.

Por ello, no se puede hacer una abreacción si no se considera al paciente con los recursos para sostener esa catarsis, si no existe un espacio seguro y sobre todo, si no se acompaña en el proceso.

Conclusiones

Todos, en algún momento, necesitamos una liberación que nos ayude a regularizar el malestar que nos aqueja, pero no todos necesitan de un proceso terapéutico para ello. Sin embargo, la existencia de la abreacción como proceso nos enseña que el ser humano es complejo y al mismo tiempo, frágil, por las maneras en las que suele ser presentado esta explosión emocional.

Y es que las emociones son el pan de cada día y aun así no las entendemos, nos negamos a ellas, las reprimimos y les tememos, cuando son el pase a la sanación en la gran mayoría de los casos.

Por ello, si te sientes identificado con éste artículo o si sientes que necesitas un proceso de abreacción para sanar, en Mente Sana psicología estamos para ti, agenda tu primera cita completamente gratuita y busquemos la paz mental.

Referencias

Piñones-Rivera, Carlos, Galdames-del Solar, Rodrigo, & Mansilla, Miguel. (2018). Del inconsciente hacia la función simbólica: la originalidad del aporte freudiano frente el debate individuo sociedad. Cinta de moebio, (62), 155-169.

Figueroa C, Gustavo. (2014). Freud, Breuer y Aristóteles: catarsis y el descubrimiento del Edipo. Revista chilena de neuro-psiquiatría52(4), 264-273. 

Erotismo: Entre lo biológico y lo simbólico

Erotismo
Erotismo

El erotismo es el elemento de la sexualidad, referente a experiencias de deseo sexual, placer, atracción, excitación y conexión a través del cuerpo, los sentidos y la imaginación.

Asimismo, va más allá del acto sexual en sí, sino que sostienen una relación entre el cuerpo y la mente, identificado con el comportamiento placentero de las experiencias corporales personalmente vívidas y la interacción con otras.

Definición de erotismo

EL término erotismo proviene del griego (érōs), que significa amor apasionado o deseo sexual, también relacionado con Eros, el dios griego del amor y del deseo (Cupido en la mitología romana).  El sufijo (-ismo) indica una cualidad, doctrina o fenómeno, por lo que erotismo puede entenderse como la cualidad o expresión del deseo erótico o amoroso.

Por ello, no se limita al sexo físico, sino que abarca el juego, la imaginación y el vínculo con el otro.

Importancia del erotismo desde otros puntos de vista

El concepto de erotismo conlleva diferentes enfoques:

  • Psicología: Involucra fantasías, pensamientos, deseos y emociones. Autores como Freud y Lacan relacionan el erotismo como algo inconsciente, con las pulsiones, el vínculo y la identidad.
  • Medicina y sexología: Incluye el juego previo, la atracción y la importancia del placer, diferenciando de la genitalidad.
  • Filosofía:  Visto como una forma de aspiración hacia lo bello, lo trascendente o lo absoluto. Personajes como Platón, Bataille y Lévinas lo consideran como un impulso hacia la belleza espiritual, una transgresión de límites, o una interacción entre la posesión y el dominio, respectivamente.
  • Esoterismo:  Como energía creadora y fuerza iniciática que cumple como herramienta para acceder a niveles superiores de conciencia, transformación interior y alquimia interna.   

Asimismo, el erotismo se relaciona desde lo sensorial y estético con miradas, caricias, palabras o una obra de arte cargada de simbolismo. Y, por último, también se asocia a lo relacional, por la dimensión interpersonal, la cual vincula a la intimidad emocional, la complicidad o el deseo compartido entre dos personas.

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Diferencia entre erotismo y sexualidad

La sexualidad abarca la biología del sexo (órganos, hormonas, reproducción), identidad de género, orientación sexual, prácticas sexuales, vínculos afectivos, y aspectos sociales y personales que influyen en cómo se vive el deseo. El fin puede contemplar la reproducción el vínculo y la identidad, por lo que resulta más física.

Mientras que el erotismo involucra la dimensión subjetiva, emocional, estética e imaginativa del deseo. Se manifiesta en la sensualidad, el juego, las fantasías, la atracción, la seducción y la conexión emocional, la cual no implica genitalidad, sino que es más sutil y simbólico El fin contempla principalmente el placer, la conexión profunda y la trascendencia, por lo que resulta más energético.

La diferencia radica en el propósito con el que se viven, el erotismo brinda sensibilidad y emoción a la sexualidad, y la sexualidad brinda conexión al cuerpo.

Erotismo y sensualidad

Ambos conceptos están relacionados con el cuerpo, el deseo y el placer, sin embargo, el erotismo parte desde la integración de lo físico, emocional, simbólico y lo imaginativo. Mientras que, la sensualidad abarca la capacidad de experimentar placer a través de los sentidos: la vista, el tacto, el olfato, el gusto y el oído.

La sensualidad se relaciona con la presencia corporal, la belleza y puede no estar conectada directamente con el deseo sexual, sino más bien con una conexión sensorial, sin ser erótico necesariamente.

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Sensualidad en pareja

La sensualidad en pareja es fundamental para mantener viva la chispa del deseo a lo largo del tiempo. No se trata únicamente del acto sexual, sino del cultivo diario del contacto afectivo, los gestos tiernos, el juego y la atención al cuerpo del otro.

Integrar la sensualidad en la vida cotidiana fortalece la complicidad, disminuye el estrés y favorece la comunicación emocional. Practicar las miradas significativas y el tiempo compartido sin distracciones puede renovar el vínculo afectivo y erótico.

Asimismo, resulta importante cultivar la intimidad emocional, pues difícilmente habrá deseo sin conexión emocional.

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Conclusiones

El erotismo es una dimensión profunda del deseo humano que trasciende lo físico y lo genital. A diferencia de la sexualidad, que abarca aspectos biológicos, identitarios y sociales, el erotismo se mueve en el plano de lo simbólico, lo emocional, lo sensorial y lo imaginativo. Es una fuerza que conecta cuerpo y mente, con placer y trascendencia, visto desde distintos enfoques.

Reconocer su importancia de estos conceptos, cultivarlos conscientemente y adaptarlos a las necesidades personales y de pareja puede enriquecer profundamente la experiencia del amor y la intimidad, volviendo a la presencia personal y mutua, sin necesidad de tabúes.

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Referencias

Freud, S. (1905). Tres ensayos sobre teoría sexual. En Obras completas. Madrid: Biblioteca Nueva.

Matamoros, F. (2017). Ética, estética y erotismo en formas del deseo y lo religioso. Notas epistemológicas materialistas para una “sociología de interioridades”. Tla-melaua11(43), 104-131.

Parise, J. L. (2004). El otro camino: El método de los 11 pasos de la magia iniciática. Buenos Aires: Ediciones del Nuevo Extremo.

Suárez Vasallo, Emma, Quiñones Chávez, Caridad, & Zalazar Álvarez, Yohana. (2009). El erotismo en la tercera edad. Revista Cubana de Medicina General Integral25(2).

Sumisión: características y tipos

Sumisión

La sumisión es un concepto del que no se habla mucho. Aunque existen relaciones que se pueden establecer desde la sumisión, se conoce poco de ella. Es importante que se aborde para comprender sus raíces, manifestaciones y consecuencias, pero ¿Qué es la sumisión? ¿Cómo la reconozco?

Aquí encontrarás esas respuestas, entendiendo que fomentar esta información es para crear conciencia de ello, fomentar la autonomía y el bienestar si te encuentras en una relación de sumisión.

Quédate un momento.

Sumisión
Sumisión

¿Qué es sumisión?

Se refiere a la actitud o sometimiento a la autoridad, bien sea de manera voluntaria o sin consentimiento, la persona no cuestiona en ocasiones la sumisión. Se reconoce como el sometimiento a una o varias personas.

La persona que practica la sumisión acata ordenes, sin quejas, aunque pueden estar en desacuerdo. La sumisión se puede dar en contextos familiares, de pareja o laborales.

Según cada contexto en el que se presente la persona se siente intimidada e inferiores, por eso no opinan ni emiten negativas. Esta se puede presentar de manera voluntaria o por coacción y la persona renuncia a su autonomía, deseos o necesidades.

La sumisión también se puede practicar en artes marciales, por la inmovilidad que se genera. De igual forma en prácticas sexuales que implica el dominio de una persona sobre otra.

Es fundamental distinguir la sumisión de otros conceptos para sí evitar confusiones y poder identificar cuando se está presentando una relación sumisa.

  • Respeto: este es mutuo y se basa en la valoración de la dignidad del otro, mientras que la sumisión se refiere a implicar una jerarquía sobre otro donde uno es subordinado.
  • Acuerdo/negociación: como se ha mencionado, uno ejerce poder sobre el otro; en este caso, en una negociación ambas partes opinan sobre cómo llevarán la relación.
  • Adaptación/flexibilidad: ser flexible ante situaciones de la relación no es sumisión, es más bien una habilidad para la vida.
  • Obediencia: una característica que muchos pueden practicar, por ejemplo, para obedecer las leyes o figuras legítimas de autoridad, como padres, maestros o policías, pero se establece dentro de los límites saludables.

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Manifestaciones de la sumisión

La sumisión tiene diversas formas de manifestarse, como la evitación de conflictos, la búsqueda de aprobación, la dificultad para expresar necesidades, baja autoestima o tendencia a la dependencia.

Como se ha explicado anteriormente, es necesario diferenciar entre la sumisión o la obediencia, por ejemplo. Una puede ser coaccionada, mientras que la otra no.

Aquí algunas características de cómo se manifiesta la sumisión.

En relaciones de pareja

  • Ceder constantemente: siempre ponen las necesidades del otro antes que las propias.
  • Miedo a expresar: temor constante a la reacción de la pareja.
  • Aislamiento social: una tendencia a renunciar a las amistades por demandas de la pareja.
  • Justificación: constantemente justifica el comportamiento de su pareja, minimiza o racionaliza el comportamiento demandante.
  • Dependencia: se puede presentar de manera emocional o económica, sintiendo que no puede sobrevivir sin la otra persona.
  • Permitir el control excesivo: sobre cómo se viste, qué come o hasta de qué manera se expresa.

En el ámbito familiar

  • Dinámicas parentales autoritarias: los hijos no tienen voz sobre las decisiones y solo deben obedecer sin cuestionar nada.
  • El Rol de “Salvador”: son personas que constantemente sacrifican sus necesidades para la paz familiar, esto por el miedo al conflicto.
  • Maltrato infantil: se presencia cuando el niño aprende a someterse por miedo.

En el ámbito laboral

  • Miedo a expresarse: no hablar por temor a perder el empleo.
  • Aceptar cargas laborales: por miedo al conflicto y por la sumisión ante la autoridad.

En el ámbito social

  • Presión de grupo: ceder ante conductas para encajar.
  • Expectativas de género: en ciertos grupos se puede fomentar la sumisión, donde esperan que las mujeres sean complacientes.

La sumisión se puede presentar en cualquier ámbito, En las relaciones de pareja también se pueden ver roles sexuales donde se complace a la pareja. Aunque en la pareja se puede llegar a un acuerdo, también puede ser por miedo, dependencia o características de la personalidad.

Tipos de sumisión

Así como la sumisión se presenta en distintas áreas de la vida, también tiene varios tipos. En este caso, reconocer los tipos también ayudaría a reconocer si se está manteniendo una relación sumisa o no.

Los tipos de sumisión son los siguientes:

  1. Sumisión voluntaria o consentida: en este tipo se presenta una sumisión libre y consciente, que se puede manifestar en las relaciones o prácticas sexuales consensuadas, así como también roles de juego. Esta práctica es más conocida de lo que se cree, en este tipo se generan acuerdos.
  2. Sumisión forzada o coaccionada: esta surge desde la presión, la manipulación, la violencia o el miedo. Se presenta en relaciones abusivas o de maltrato; en este tipo, la persona no tiene una elección real.

Salir de una relación abusiva puede ser difícil y, en principio, incluso la persona no puede concebir la vida y tomar decisiones sin el abusador.

Cuando la característica principal es la sumisión, así sea voluntaria o forzada, la autonomía y toma decisiones puede verse disminuida. Si quieres aprender a tener más autonomía, puedes acudir a terapia psicológica. En terapia aprenderás estrategias para fomentar la autoestima. Contáctanos y agenda ya mismo una sesión.

Causas de la sumisión forzada

Aunque se puede presentar en cualquier área y en la práctica sexual, puede ser un poco más normalizada, sigue siendo un tema bastante complejo.

Esto es debido a que, aunque en la práctica sexual se obtiene un beneficio y puede ser voluntaria, igual se pierde una parte de autonomía. Entender las causas puede ayudar a identificarlas.

Aquí hay algunas causas.

  • Experiencias tempranas: se entiende que puede ser por modelos de crianza donde ser sumiso era la normal, por traumas, es decir, algún tipo de maltrato físico, sexual o emocional y baja autoestima.
  • Dinámicas de poder: en las relaciones, trabajo o sociedad, donde se aprecia que una parte tiene más control o recursos. También se puede observar en relaciones gaslighting.
  • Factores psicológicos: existiendo una dependencia emocional, miedo al abandono o conflicto. También se presentan creencias limitantes.
  • Factores socioculturales: expectativas sociales sobre cómo se debe comportar un hombre y una mujer.

La sumisión forzada puede tener múltiples causas; está directamente relacionada con la coacción, manipulación y abuso de poder. Puede generar dependencia, ansiedad o estrés.

Si sientes que estás en una relación abusiva o que te sientes dependiente de tu pareja, puedes buscar ayuda de un profesional. Contáctanos y aprende estrategias para fomentar la autonomía.

Estrategias para fomentar la autonomía

La autonomía es parte crucial para salir de una relación que está partiendo desde la práctica del ser sumiso.

Aquí encontrarás pequeños pasos que puedes ir practicando.

  • Psicoeducación: es necesario saber reconocer las señales de este tipo de relación o incluso si tú lo eres.
  • Fortalecer la autoestima: te puede ayudar a identificar fortalezas y cualidades personales. Practicar el autocuidado y establecer metas personales realistas.
  • Establecer límites: aprendiendo a decir que “no” de manera asertiva. Los límites, aunque se lo verbalices a otra persona, también son para ti, reconocer que decides tolerar y que no.
  • Desarrollo de asertividad: es una habilidad social y expresar opiniones y deseos de manera clara también te ayudará a defender tu punto de vista.
  • Búsqueda de apoyo: hablar con personas de confianza sobre la situación, encontrar un espacio donde te puedas comunicar y expresar. Buscar ayuda profesional que te enseñe a generar estrategias para salir de una relación como esta.

Es importante que se fomente una educación sobre relaciones saludables, con respeto y límites entre ambos.

Conclusiones

Esta práctica puede ser un tema bastante controversial, aunque se ha explicado que la sumisión también puede ser consensuada, pero se debe entender que, incluso cuando es voluntario, existe una pequeña pérdida de autonomía.

Existen las relaciones monógamas o abiertas, pero también existen las relaciones donde una persona es sumisa. En estas relaciones, cuando es consensuado, también se deben establecer límites.

Se explica en el contenido que, existen relaciones que no son consensuadas cuando se basan en el poder y la dependencia. Aunque este tipo de relaciones se pueden negociar, siempre debe ir basada en el respeto.

Referencias

Psicoterapeuta, V., & Molina. (n.d.). La sumisión.

‌Samantha. (2025). Qué es Sumisión. Scribd.

¿Banderas verdes y rojas? ¡Navega con éxito en tus relaciones!

Banderas verdes y rojas

Las relaciones de pareja son un pilar fundamental en la vida de muchas personas. De hecho, se estima que alrededor del 70% de los adultos en algún momento de su vida establecen una relación de pareja duradera (Pew Research Center, 2020). Sin embargo, no todas las relaciones son idílicas. Identificar las banderas verdes y rojas es crucial para construir vínculos saludables.

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Entendiendo las Banderas Verdes y Rojas

En el complejo mundo de las interacciones humanas, especialmente en las relaciones románticas, es vital reconocer las señales que nos indican si un vínculo es constructivo o potencialmente dañino. Estas señales se conocen popularmente como banderas verdes y rojas.

Las banderas rojas en una relación son indicadores de comportamientos o patrones que pueden llevar a la insatisfacción, el conflicto o incluso el abuso.

Por otro lado, las banderas verdes en una relación son señales de una conexión sana, respetuosa y enriquecedora (Gottman & Silver, 2015). Comprender la diferencia entre banderas verdes y rojas es el primer paso para fomentar relaciones duraderas y significativas.

Banderas rojas en una relación: Señales de alerta que no debes ignorar

Las banderas rojas en una relación son advertencias importantes. Ignorarlas puede tener consecuencias negativas para tu bienestar emocional y psicológico. Es fundamental aprender a identificarlas para protegerte. A continuación hablaremos de algunas de las principales banderas rojas que se identifican en una relación.

1. Comunicación tóxica

Uno de los principales indicadores de banderas rojas en una relación es la comunicación tóxica. Esto incluye el desprecio, la crítica destructiva, la actitud defensiva y la obstrucción (Gottman & Levenson, 1992). El desprecio, por ejemplo, se manifiesta a través de sarcasmo, burla o un lenguaje corporal que denota superioridad, lo que erosiona la autoestima de la pareja.

2. Control excesivo y los celos

El control excesivo y los celos son claras banderas rojas en una relación. Esto puede manifestarse como querer saber dónde estás en todo momento o limitar tus interacciones sociales. Este comportamiento, a menudo impulsado por la inseguridad, refleja una falta de confianza y respeto por la autonomía del otro (Johnson, 2008). Una relación saludable se basa en la libertad individual.

3. Falta de respeto

La falta de respeto se presenta de diversas formas y es una de las banderas rojas en una relación más evidentes. Puede ser desde interrupciones constantes hasta la desvalorización de tus opiniones. Cuando una persona no valora tus pensamientos o sentimientos, la relación se vuelve desequilibrada (Bowlby, 1969). El respeto mutuo es el cimiento de cualquier vínculo sano.

4. Manipulación emocional

La manipulación emocional es una forma sutil pero dañina de control y es otra de las banderas rojas en una relación. Quien manipula utiliza la culpa, la victimización o el chantaje para lograr sus objetivos. Este patrón de comportamiento puede generar confusión y culpa en la víctima, distorsionando su percepción de la realidad (Stern, 2007).

5. Violencia (física o psicológica)

Cualquier forma de violencia es una de las banderas rojas en una relación más graves e inaceptables. La violencia física es obvia, pero la psicológica, como las amenazas o la intimidación, es igual de perjudicial (Walker, 1979). Si experimentas violencia, buscar ayuda profesional es crucial.

Banderas verdes en una relación: Construyendo vínculos saludables

Así como existen las banderas rojas en una relación, también hay banderas verdes en una relación que nos indican un camino hacia un vínculo sano y feliz. Reconocerlas te ayudará a fomentar relaciones que te nutran y te hagan crecer, a continuación se describirán algunas banderas verdes que hacen de tu relación una más sana.

1. Comunicación abierta y honesta

La comunicación abierta y honesta es una de las principales banderas verdes en una relación. Esto implica la capacidad de expresar tus pensamientos y sentimientos sin miedo al juicio. Una comunicación efectiva fomenta la cercanía y la resolución de conflictos (Gottman & Silver, 2015).

2. Respeto mutuo y autonomía

El respeto mutuo es una de las banderas verdes en una relación fundamentales. Reconocer y valorar la individualidad del otro, así como su espacio personal, es vital. Esto incluye apoyar sus decisiones y metas, incluso si difieren de las tuyas (Bowlby, 1969).

3. Confianza y seguridad

La confianza es la base de las banderas verdes en una relación. Sentirte seguro y apoyado en tu relación te permite ser vulnerable. La ausencia de celos infundados y la transparencia son pilares de la confianza (Johnson, 2008).

4. Apoyo incondicional

El apoyo incondicional es una de las banderas verdes en una relación más gratificantes. Significa estar ahí para tu pareja en los buenos y malos momentos. Celebrar los éxitos y ofrecer consuelo en las dificultades fortalece la relación (Gottman & Silver, 2015).

5. Empatía y comprensión

La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y es una de las banderas verdes en una relación que fomenta la conexión emocional. Comprender las emociones y perspectivas de tu pareja genera un vínculo más profundo (Rogers, 1959).

Herramientas y soluciones: Navegando entre banderas verdes y rojas

las banderas verdes y rojas es el primer paso. El siguiente es saber cómo actuar. Aquí te brindamos algunas herramientas y soluciones prácticas para navegar en tus relaciones, reconociendo las banderas verdes y rojas.

1. Comunicación asertiva

Una herramienta esencial para abordar las banderas rojas en una relación es la comunicación asertiva. Esto implica expresar tus necesidades y límites de manera clara y respetuosa. Por ejemplo, en lugar de acusar, puedes decir: “Me siento incómodo cuando…”, lo que fomenta el diálogo constructivo (Salter, 1949). La asertividad te permite defenderte sin agredir.

2. Establecimiento de límites saludables

Establecer límites es fundamental para manejar las banderas rojas en una relación y proteger tu bienestar. Esto significa definir qué comportamientos son aceptables y cuáles no. Por ejemplo, si tu pareja interrumpe constantemente, puedes decir: “Necesito que me escuches sin interrumpir” (Cloud & Townsend, 1992). Los límites son una forma de autocuidado.

3. Fomentar la inteligencia emocional

La inteligencia emocional es clave para reconocer y gestionar las banderas verdes y rojas. Esto implica la capacidad de identificar y comprender tus propias emociones y las de tu pareja (Goleman, 1995). Desarrollar esta habilidad te permite responder de manera más efectiva a las situaciones difíciles y fortalecer las banderas verdes en una relación.

4. Terapia de pareja y asesoramiento

Cuando las banderas rojas en una relación son persistentes o severas, la terapia de pareja puede ser una herramienta invaluable. Un terapeuta puede ayudar a identificar patrones disfuncionales y a desarrollar estrategias de comunicación saludables (Johnson, 2008). La terapia ofrece un espacio seguro para abordar los desafíos.

5. Autoconocimiento y crecimiento personal

El autoconocimiento es fundamental para identificar tanto las banderas rojas en una relación como las banderas verdes en una relación. Entender tus propios patrones de apego y tus necesidades emocionales te permite tomar decisiones más informadas (Bowlby, 1969). Un mayor autoconocimiento te empodera para elegir relaciones que te beneficien.

En resumen, las banderas verdes y rojas son cruciales para entender la dinámica de tus relaciones. Presta atención a las banderas rojas en una relación para protegerte y busca activamente las banderas verdes en una relación para construir vínculos significativos y duraderos. Recuerda que mereces una relación sana y plena.

Conclusión

En conclusión, entender y reconocer las banderas verdes y rojas es fundamental para cualquier relación significativa. Al estar atentos a las banderas rojas en una relación, nos protegemos de patrones dañinos y toxicidad, mientras que al nutrir las banderas verdes en una relación, construimos vínculos basados en el respeto, la confianza y la comunicación saludable.

Recordar que las relaciones son un camino de aprendizaje y crecimiento continuo nos permite aplicar herramientas como la comunicación asertiva y el establecimiento de límites. Al final del día, invertir en nuestro autoconocimiento y buscar apoyo profesional cuando sea necesario nos empodera para crear y mantener relaciones que no solo sobreviven, sino que prosperan.

Referencias

Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss, Vol. 1: Attachment. Attachment and Loss. New York: Basic Books.

Cloud, H., & Townsend, J. (1992). Boundaries: When to Say Yes, When to Say No, To Take Control of Your Life. Zondervan.

Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ. Bantam Books.

Gottman, J. M., & Levenson, R. W. (1992). Marital processes predictive of later dissolution: Behavior, physiology, and health. Journal of Personality and Social Psychology, 63(2), 221–233.

Gottman, J. M., & Silver, N. (2015). The Seven Principles for Making Marriage Work: A Practical Guide from the Country’s Foremost Relationship Expert. Harmony.

Johnson, S. M. (2008). The practice of emotionally focused couple therapy: Creating connection. Brunner-Routledge.

Pew Research Center. (2020). Marriage and Family Life in the U.S.

Rogers, C. R. (1959). A theory of therapy, personality, and interpersonal relationships as developed in the client-centered framework. In S. Koch (Ed.), Psychology: A study of a science. Vol. 3: Formulations of the person and the social context (pp. 184–250). McGraw-Hill.

Salter, A. (1949). Conditioned reflex therapy. Creative Age Press.

Stern, D. N. (2007). The interpersonal world of the infant: A view from psychoanalysis and developmental psychology. Basic Books.

Walker, L. E. (1979). The Battered Woman. Harper & Row.

Como saber si tu pareja está contigo por estar: aprende a identificarlo

Como saber si tu pareja está contigo por estar
Como saber si tu pareja está contigo por estar
Como saber si tu pareja está contigo por estar

¿Cómo saber si tu pareja está contigo por estar? ¿Alguna vez te lo has preguntado? Seguro que sí, y es un pensamiento por el que no deberías culparte de tener, es una duda más que sensata, en especial si crees que últimamente te has sentido inseguro, desconectado de la relación, pero no te preocupes, que la mejor forma de cómo saber si tu pareja está contigo por estar es dedicarse a prestar atención a diversas señales que podrán esclarecer la duda en esos momentos de zozobra.

¿Qué significa estar enamorado?

No existe una manera clave y real que pueda responder a la pregunta de cómo saber si tu pareja está contigo por estar, es algo que solo se podrá responder dependiendo de la circunstancias y de las variables presentes, ya que cada relación es distinta, lo que sí es importante es, en primera instancia, aprender antes que nada a entender ¿qué es el amor y qué es estar enamorado?

Son estados emocionales y de grandes sentimientos que casi todo ser humano experimenta, y que son el primer paso antes de responder la pregunta que más nos angustia en este momento. Si lo ves desde la ciencia, es fácil: el amor ocurre gracias a la dopamina, y ante esto la National Geographic nos cuenta que el amor no es más que un proceso neurológico.

Enamorarse es algo precioso, y el amor aún más. Son experiencias humanas que no hay que perder la oportunidad de vivir si se tiene la oportunidad y se desea ¡y por la que uno jamás debe avergonzarse! siempre que se tenga en claro que el discurso de conseguir una media naranja no es el objetivo, ya que a ti no te falta nada.

Amar es complementarse, es tener una compañía para la vida, y es ahí dónde recae una de las primeras preguntas a hacerse cuando se trata de resolver la duda de ¿cómo saber si tu pareja está contigo por estar?

¿Cual es su objetivo de vida como pareja? ¿Pasar la vida juntos? ¿Pasar solo un buen rato? Cada pareja es un mundo, cada pareja es distinta, y cada relación tiene objetivos distintos en la vida que primero debemos concretar en conjunto. Entender que está bien si no compartimos los mismos objetivos, pero ¿entonces, que buscamos además del cómo saber si tu pareja está contigo por estar?

¿Qué significa ‘estar por estar’?

A veces confundimos amar a alguien con acostumbrarnos a ese alguien.  Hay una fina línea, muy desdibujada, entre “estar por estar” y acostumbrarse a alguien, y la diferencia la marca el cariño y la expectativa que se tenga por la relación. Estar con alguien “por estar” es mantenerse dentro de una relación sin el compromiso emocional que eso representa, sin cariño y sin amor romántico, que nos lleva a la conexión profunda de los vínculos humanos.

Acostumbrarse, por otro lado, es tan simple como haber aprendido las costumbres del otro, a saber vivir en su presencia y coexistir juntos, sin problemas o inconveniente alguno, en paz y armonía por el vínculo. La costumbre no es negativa, pero puede llevar con facilidad a un momento de “estar por estar” y que por lo tanto nos haga preguntarnos el cómo saber si tu pareja está contigo por estar.

¿Qué consecuencias tiene?

Al preguntarnos el cómo saber si tu pareja está contigo por estar, se genera la duda de las consecuencias que acarrea. Y es que la rutina es el principal enemigo de las relaciones, en especial las rutinas en dónde solo es eso lo que sostiene la relación, lleva a una comodidad insana que se sostiene solo por “el estar”. Puede llegar a ser agotador, y es importante que como pareja y en especial, como individuos, se pueda hacer un trabajo introspectivo dónde la pregunta a responder sea ¿Estoy feliz de estar cómodo, o solo estoy acostumbrado a esta rutina?

Cuando la rutina es cansada, agotadora, sólo genera estrés y problemas, es cuando es necesario replantearse las situaciones y hacerse esta pregunta. 

Los vínculos así generan desgaste, aunque no exista mala intención, un vínculo en dónde uno deba preguntarse de forma constante ¿cómo saber si tu pareja está contigo por estar? muestra conflicto, principalmente emocional, y suele ser frustrante y confuso para ambas partes.

Sostener una relación así compromete a ambos a un desajuste emocional dónde las emociones, por su propia cuenta, se omiten, y puede llevar a una relación rota.

¿Cómo saber si tu pareja está contigo por estar? Señales para identificarlo

De nuevo, no existe una regla perfecta que pueda responder a la pregunta de cómo saber si tu pareja está contigo por estar, no hay una fórmula ideal ya que al ser cada relación distinta, no podemos tomar todo aquello que leemos o vemos en el exterior como una forma para seguir en nuestra experiencia, no es 100% exacto y éstas señales son solo una guia creada desde una experiencia genérica que puede que no represente tu situación. 

  • Muestra desinterés en tí, y en tus cosas

Nadie es igual, y por lo tanto no todos tienen los mismos intereses, pero esto no se trata de que a tu pareja le guste absolutamente todo lo que a ti te compete, ni viceversa, sino de mostrar interés en lo que a ti te genera. Puede que a él le gusten los videojuegos y a ti, en realidad, no te interese, pero no por ello vas a demostrar desinterés cuando tu pareja quiera contarte con emoción su última partida.

El interés no se trata de compartir gustos, sino de mostrar interés en tu pareja. Tanto en sus gustos, como en su vida, sus emociones, sus problemas, sus logros y en él o ella en general. Si notas este desinterés, puede ser un indicador para responder a la pregunta de cómo saber si tu pareja está contigo por estar.

  • No hay apoyo en decisiones importantes

El objetivo principal de toda pareja, o al menos en su gran mayoría, es el apoyo mutuo. El acompañamiento en decisiones difíciles e importantes en una relación es vital para el entendimiento, para no sentirse solos y tener un apoyo emocional en los momentos más complicados. Es normal que como parejas quieras estar ahí como un apoyo para tu persona especial, y cuando esto no ocurre puede ser un indicativo importante.

  • Tu opinión no cuenta

Convivir con alguien significa negociar de forma constante, y no como una obligación, sino porque de nuevo: somos personas totalmente distintas, y cuando estamos en una relación enfrentamos dos realidades que distan la una de la otra. La negociación es el pilar de cualquier relación, y cuando nadie quiere dar el brazo a torcer, buscando el mejor equilibrio para todos los miembros, el desequilibrio trae desgana y disgustos.

Una persona que te quiere, busca integrarte, hacerte sentir incluido y seguro.

  • No te respeta

Como pilar fundamental para toda relación, la falta de respeto es una señal crítica sobre que algo va mal en la relación. Y, lastimosamente, las tenemos tan normalizadas que suelen pasarse por alto; las burlas, la humillación, los castigos emocionales demostrados en forma de silencios, retraimiento emocional y los insultos son claras faltas de respeto que no sólo tiene porque ser a voz alta y a gritos. Las faltas de respeto también incluye las minimización de las emociones, no tenerte en cuenta y hacerte de menos.

Una persona que te ama, claramente no buscará lastimarte. Y ésto no es una opinión, ni una consideración en dónde deben verse las variables: el amor no es sufrimiento, y quien te ama, románticamente o no, no busca herirte a propósito. 

  • No eres prioridad

El interés del enamoramiento busca la cercanía, y el amor te atrae a mantenerte cerca de la persona que amas. No se trata de pasar el 100% del tiempo juntos, ni las 24 horas del día, pero si de buscar priorizar a la persona que se ama para poder disfrutar del tiempo juntos y si este interés no se encuentra en la pareja, su atención y prioridad caerá solo en situaciones particulares, y, lamentablemente, puede ser un indicador de querer estar presente solo cuando le seas de provecho.

¿Qué debo hacer si mi pareja está conmigo por estar?

Se puede solucionar ¡Claro que sí! pero para eso necesitamos del compromiso y esfuerzo de ambos para que todo funcione como debe ser.

  • Comunica lo que te aqueja

Hablar nos aterra, pero es la salida principal.

Nunca sabremos las razones si no nos acercamos a nuestra persona especial y aclaramos las dudas. Y el primer paso siempre es la comunicación, si eso falla, la relación puede que esté comenzando a verse condenada.

  • ¿Qué sientes? evalúa tus emociones, no solo las de tu pareja

¿Y si resulta que no es solo tu pareja quien está en la relación por estar? ¿Estás tú también por estar? Es necesario evaluar las emociones que tú también puedes estar sintiendo, y preguntarnos ¿qué nos llevó a esto?

Es necesario autoevaluarse individualmente para reconocer si deseamos seguir trabajando en la relación.

  • Considera la terapia en pareja

Probar la terapia de pareja como una solución es una opción totalmente viable si ambos buscan arreglar las diferencias, y están dispuestos al trabajo en equipo.

Conclusiones

Las relaciones de pareja son complicadas, pero cuando consigues a la persona especial puede hacerlo parecer fácil al encontrar alguien con quien congenies a tal punto. Mantener una relación debe y tiene que ser una decisión basada en los objetivos en común y en el amor, por lo que si tenemos dudas de nuestra relación y te preguntas ¿cómo saber si tu pareja está contigo por estar?, es hora de reflexionar, sin buscar culpables, y entender si existe una forma de recuperar la relación y la emoción.

Si necesitas ayuda con esa autorreflexión ¡Mente Sana es el sitio ideal para ti! agenda ya mismo tu cita, completamente gratuita, al alcance de un clic para ti.

Referencia bibliográfica

Valerie Treuherz, National Geographic Your Shot. (2023, 14 febrero). ¿Qué pasa por nuestro cerebro cuando nos enamoramos? ¿Existe el amor a primera vista o el romántico? Verdades y mentiras sobre el amor, según la ciencia. National Geographic.

Pasivo agresivo: Identificación y manejo

pasivo agresivo
pasivo agresivo

¿Alguna vez has sentido que alguien te está atacando sin decir una palabra, o que te sabotea de forma sutil y constante? Es muy probable que hayas sido víctima o testigo de un comportamiento pasivo agresivo. Esta forma de agresión disfrazada puede ser increíblemente frustrante y dañina para las relaciones, ya que se esconde detrás de la inacción, el sarcasmo velado o la resistencia encubierta. A menudo, quienes lo emplean no son conscientes del impacto negativo que generan, o lo utilizan como una estrategia para evitar la confrontación directa. En este artículo, exploraremos a fondo qué es el comportamiento pasivo agresivo, cómo se manifiesta y cuáles son las señales clave para identificarlo en ti mismo o en los demás.

¿Qué es el comportamiento pasivo agresivo?

Esta es una forma de expresar sentimientos de enojo o frustración de manera indirecta, en lugar de hacerlo de forma clara o abierta. Las personas que adoptan este estilo suelen evitar el conflicto directo, expresan su malestar a través de acciones o comentarios sutiles. Creemos que puede interesarte “Tipos de conflictos: y el cómo transforman todas nuestras relaciones”.

Características del comportamiento pasivo agresivo

Una persona que utiliza esta forma de expresión puede tener raíces en experiencias pasadas, como haber crecido en entornos donde expresar emociones negativas no era aceptado. Las personas que lo exhiben a menudo tienen dificultades para comunicar sus emociones y necesidades de manera indirecta, lo que los lleva a usar tácticas sutiles que pueden ser muy frustrante para quienes los rodean. Aquí te presentamos las características principales del comportamiento pasivo agresivo:

  1. Sarcasmo o comentarios indirectos: se utilizan frases sarcásticas o con doble sentido, lo que genera confusión en la otra persona.
  2. Retrasos o procrastinación: evitan cumplir tareas como forma de protesta o descontento.
  3. Evasión: no confrontan la situación y pueden ignorar o evitar a la persona o problema que les molesta.
  4. Falsa cooperación: finge estar de acuerdo o colaborar, pero no lo hacen o lo hacen mal.
  5. Victimización: pueden sugerir que los demás son injustos con ellos o no comprendidos sin asumir responsabilidades.
  6. Resentimiento acumulado: no expresan sus frustraciones o enojos, lo que lleva a un comportamiento explosivo o manipulador cuando ya no pueden contener sus emociones.
  7. Silencio o tratamiento de indiferencia: optan por no hablar o ignorar a la persona con la que están molestos como una forma de castigo sin tener que confrontarlo directamente.

Cómo identificar una persona pasivo agresiva

Esto puede ser un desafío debido a la sutileza y la naturaleza indirecta de sus comportamientos. Sin embargo, prestando atención a ciertos patrones y señales, es posible reconocer este estilo de comunicación. Aquí te detallamos cómo identificar a una persona pasivo agresiva:

  • Observa la discrepancia: aceptan tareas o acuerdos verbalmente, pero luego no los cumplen o los retrasan. Aceptan una petición, pero luego muestra resistencia o resentimiento. Pueden parecer amables y colaboradores en la superficie, pero sus acciones o comentarios revelan hostilidad.
  • Presta atención a las formas indirectas de expresión: pueden retrasar cosas importantes, sobre todo aquellas que no desean hacer, colocan excusas elaboradas. Realizan tareas de manera descuidada, con errores intencionales o incompletas para sabotear. Hacen comentarios que parecen inofensivos o incluso cumplidos, pero tienen un doble sentido.
  • Evalúa cómo reacciona a la confrontación: evaden el conflicto y no habla de forma directa y nieguen que haya un problema. Pueden mostrar un resentimiento o resistencia sutil a las peticiones de figuras de autoridad y también tienen falta de asertividad.
  • Considera el impacto en las relaciones: si te sientes constantemente frustrado, confundido o enojado con una persona, sin entender por qué, puede ser una señal de comportamiento pasivo agresivo. Si hay una persona pasivo agresiva el ambiente puede ser tenso o incómodo y también puede tener problemas de comunicación recurrentes.

Pasivo agresivo

Ejemplos de frases comunes del comportamiento pasivo agresivo

Este tipo de forma de expresarse pueden ser comunes en personas con un comportamiento pasivo agresivo, aquí te dejamos algunos ejemplos:

  • “No, no pasa nada” (Cuando si pasa algo).
  • “¿Por qué te enojas tanto?” (Minimiza tu reacción a su comportamiento).
  • “Lo que quieras” (Cuando realmente no está de acuerdo, pero no lo expresa).
  • “Si eso es lo que quieres hacer…” (Insinuando desacuerdo o desaprobación).
  • “Yo siempre soy el que tiene la culpa, ¿Verdad? (Victimización).
  • “Qué suerte tienes, yo nunca tendría tanto tiempo libre como tú” (Resentimiento disfrazado de envidia).

Es fundamental recordar que una sola instancia de estos comportamientos no convierte a alguien en pasivo agresivo. Es la persistencia y el patrón recurrente de estas actitudes lo que indica este estilo de comunicación disfuncional. Si identificas estos patrones, el siguiente paso es aprender a manejarlo de manera efectiva.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Conclusión

El comportamiento pasivo-agresivo es una forma sutil y a menudo frustrante de expresar hostilidad, resentimiento o resistencia, evitando la confrontación directa. Como hemos visto, su identificación radica en reconocer patrones recurrentes de discrepancia entre palabras y acciones, el uso de formas indirectas de comunicación como el sarcasmo o la procrastinación deliberada, y una marcada evasión del conflicto.

Comprender estas características es el primer paso crucial para desarmar estas dinámicas tóxicas. Al identificar a una persona pasivo-agresiva, ya sea un colega, un familiar o incluso uno mismo, podemos empezar a abordar el problema desde una perspectiva más informada. El manejo efectivo de este comportamiento no solo implica reconocer las señales, sino también desarrollar estrategias para fomentar una comunicación más directa y asertiva, rompiendo así el ciclo de la agresión velada y construyendo relaciones más sanas y honestas. Si bien puede ser un camino desafiante, aprender a navegar estas interacciones nos empodera para establecer límites claros y promover un ambiente de respeto mutuo.  Es por ello, que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencias

Terapify (2024), Pasivo agresivo: Cómo es una persona pasivo agresivo.

Relaciones a la distancia

Relaciones a distancia
Relaciones a la distancia

Las relaciones a distancia, han cobrado peso con el paso del tiempo. Las redes sociales son ahora herramientas digitales para mantener la intimidad emocional y fortalecer la relación a pesar de los desafíos de la distancia.

En muchos casos, la distancia funciona como un filtro que fortalece los vínculos genuinos, siempre y cuando, las parejas contemplen un compromiso mutuo, buena comunicación y metas compartidas, para mantener conexiones íntimas a través de distancias geográficas.

Características de una relación a distancia

Las relaciones a la distancia, al no haber contacto físico frecuente, se sostienen principalmente por la comunicación digital: llamadas, videollamadas, mensajes, audios, etc. La honestidad, la empatía y la claridad son fundamentales.

Asimismo, estas relaciones ponen a prueba la confianza mutua. Los celos, las inseguridades o las dudas pueden surgir fácilmente si no existe una base sólida de respeto y transparencia. En este caso, sin confianza, las relaciones a la distancia se vuelven emocionalmente agotadoras.

De igual manera, muchas parejas se manejan con rutinas compartidas para sentirse cerca, como:

  • Llamarse antes de dormir
  • Ver una serie juntos al mismo tiempo
  • Jugar en línea
  • Hacer videollamadas mientras cocinan

Por último, las expectativas de reencuentro, en equilibrio con la independencia emocional, refuerzan el compromiso y la motivación del reencuentro sano.

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¿Cómo llevar una relación a la distancia?

Una relación a la distancia es un vínculo afectivo y amoroso entre dos personas que se ven separadas geográficamente. Esto puede ser por diversas razones como trabajo, estudios, migración, etc.

Este tipo de relación, puede ser intenso y profundo, sin embargo, sí presenta retos.  Mantener una relación a distancia requiere compromiso emocional, habilidades comunicativas y objetivos compartidos.

Resulta importante establecer rutinas de contacto, como videollamadas diarias o mensajes. Estas acciones generan un sentido de presencia emocional y ayudan a mantener el vínculo. Además, es recomendable acordar expectativas claras sobre la frecuencia del contacto, los planes de futuro y los límites en cuanto a relaciones con otras personas.

¿Es posible mantener en el tiempo las relaciones a la distancia?

La confianza y la gestión emocional son clave para sostener el vínculo a largo plazo. Las parejas que confían en la lealtad y compromiso del otro toleran mejor la incertidumbre

De igual manera, el uso adecuado de la tecnología (mensajes, videollamadas, cartas digitales) puede enriquecer la conexión emocional. Asimismo, compartir actividades en simultáneo, como ver una película a la vez o leer el mismo libro, para mantener intereses comunes.

Es importante también, validar las emociones propias y ajenas, especialmente cuando surgen celos, miedo al abandono o ansiedad por la distancia. No obstante, la clave está en la calidad del vínculo, la comunicación emocional, el compromiso y un plan de reencuentro.

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Sexualidad en las relaciones a la distancia

Uno de los desafíos más importantes en las relaciones a la distancia es la sexualidad. Pese a que la ausencia física puede generar frustración o disminuir la intimidad sexual, se ha demostrado que muchas parejas logran mantener la satisfacción sexual mediante la comunicación abierta sobre deseos, el sexting consensuado (intercambio de fotos o videos de contenido sexual) o videollamadas eróticas.

Hablar sobre la sexualidad y las fantasías contribuye a mantener viva la conexión erótica, incluso sin contacto físico. No obstante, esto debe ser con consentimiento, confianza y respeto mutuo de límites.

Esto también se relaciona a que las parejas que se sienten emocionalmente seguras tienen una mayor capacidad para sostener el deseo sexual a largo plazo.

Conclusiones

Las relaciones a la distancia son un tipo de relación demandante pero no imposible. Exigen un tipo especial de madurez emocional, habilidades para el diálogo y un proyecto común que sostenga el vínculo más allá de la geografía.

Con una comunicación abierta, confianza, rutinas y una gestión emocional apropiada, las relaciones a distancia pueden sostenerse y transformarse en experiencias enriquecedoras y profundamente significativas.

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Referencias

Goldsmith, K. & Byers, E. (2018). Mantener relaciones a larga distancia: comparación con relaciones geográficamente cercanas. Sexual and Relationship Therapy.

Potrilla, M., Granados, M. & Guerrero, F. (2024). Relación entre estilos de apego adulto y relaciones a distancia [Tesis de pregrado, Universidad Cooperativa de Colombia]. Repositorio Institucional Universidad Cooperativa de Colombia.

Murikkattu, N. (2024).  Las experiencias de los individuos en el mantenimiento de una relación a larga distancia a través de redes sociales. Revista mundial de investigación avanzada y reseñas. Vol. 23 (02), 2736 – 2743.

“Mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza”: Violencia psicológica

Mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza
Mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza

Escuchar frases como “mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza”, “estás loca”, “todo lo haces mal”, etc., pueden parecer discusiones comunes dentro de una relación conflictiva. Sin embargo, cuando se repiten de forma sistemática, son señales claras de violencia psicológica. Este tipo de maltrato, muchas veces invisible, tiene consecuencias graves para la salud mental de quien lo sufre, y suele estar relacionado con dinámicas de control y manipulación emocional.

¿Qué es la violencia psicológica?

La violencia psicológica en la pareja incluye conductas que desvalorizan, humillan, aíslan o generan miedo en la otra persona. A diferencia de la violencia física, este tipo de abuso no deja marcas visibles, pero su efecto puede ser igual o más devastador.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021), este tipo de maltrato es una de las formas más comunes de violencia de género y puede generar síntomas de ansiedad, depresión, trastornos del sueño y disminución de la autoestima.

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Gaslighting: hacer dudar de la realidad

Frases como “mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza”, “me dice que estoy loca”, “me dice que exagero y soy dramática” … muestran clara señal de manipulación psicológica, conocida como gaslighting, en la que la persona hace que su pareja dude de su percepción, memoria o juicio.

El gaslighting es una forma de abuso emocional, donde las víctimas pueden desarrollar síntomas similares a los del trastorno de estrés postraumático (TEPT), ya que viven en un estado constante de duda, culpa y confusión.

Efectos psicológicos del maltrato verbal

El maltrato verbal es una forma de violencia psicológica que incluye insultos, gritos, humillaciones, amenazas, sarcasmo hiriente o críticas constantes. Frases como “todo lo haces mal” o “eres una mala persona” tienen un impacto directo en el autoconcepto y autoestima.

 Los efectos del maltrato verbal son reales y pueden ser duraderos en la psique, generando desvalorización personal, miedo constante, ansiedad, estrés crónico, depresión, aislamiento social e incluso síntomas disociativos.

Además, la violencia verbal reiterada puede generar “indefensión aprendida”, una condición en la que la persona cree que no puede cambiar su situación, aunque tenga la posibilidad de hacerlo, por haber vivido múltiples experiencias en las que intentó defenderse sin éxito.

Descubre más en: ¿Qué es el maltrato psicológico y cómo afrontarlo?

¿Por qué no es fácil salir de esta situación?

Muchas víctimas de violencia emocional no se dan cuenta de que están siendo maltratadas. Esto se debe a que la manipulación suele ser sutil y progresiva, lo que altera la percepción y genera duda y confusión sobre las emociones y recuerdos, que a su vez conlleva culpa y vergüenza.

En muchos casos existe una normalización del abuso cuando el maltrato es constante o si la víctima ha crecido en entornos violentos, por lo que puede no reconocerlo como algo dañino.

Asimismo, después de episodios de agresión, es común que el maltratador muestre arrepentimiento, afecto o promesas de cambio, lo que da cabida al ciclo de refuerzo intermitente. Referente a una alternancia entre maltrato y aparente cariño que genera un vínculo traumático o dependiente

Además, en contextos donde existe dependencia emocional, económica o hijos en común, la posibilidad de dejar la relación se vuelve aún más compleja. El vínculo traumático con el agresor puede dificultar la toma de decisiones, ya que se activa un mecanismo de apego disfuncional que mezcla afecto con miedo y sumisión.

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¿Qué hago si mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza?

Aunque en ocasiones estos comentarios pueden verse inofensivos, el impacto negativo es real, por lo que se debe tomar en cuenta lo siguiente.

  • Reconoce la violencia: El primer paso es nombrarla. Las palabras que te hacen sentir mal contigo misma no son parte de una relación sana.
  • Busca apoyo profesional: Un psicólogo o terapeuta especializado puede ayudarte a identificar los patrones dañinos, reconstruir tu autoestima y tomar decisiones seguras.
  • Fortalecer la red de apoyo: Aislarse es una de las consecuencias más frecuentes del abuso emocional. Romper el silencio es fundamental.
  • Establecer límites saludables: Aprender a decir “no”, ser leal con uno mismo cuando algo “se siente” que no está bien y exigir respeto.
  • Informarse: Leer sobre dinámicas tóxicas de pareja, gaslighting y trauma complejo puede ser útil para comprender mejor lo que se está viviendo.
  • Trabajar en la autonomía: La dependencia, especialmente la económica, puede dificultar la salida. Fortalecer la autonomía incluye trabajar la independencia emocional y planificar un proyecto de vida propio.

Salir de una situación de maltrato verbal no es un acto de voluntad aislado, sino un proceso que requiere paciencia, donde puede haber recaídas, dudas o intentos de reconciliación.

Puede interesarte: Manipulación emocional: Estrategias para detectarla, protegerte y superarla

Conclusiones

Los comentarios abusivos que generan duda, confusión y culpa, forman parte del maltrato psicológico que tiene efectos negativos en la salud. Frases como “mi pareja me dice que estoy mal de la cabeza”, “me dice que estoy loca”, “haces todo mal”, son clara muestra de violencia verbal y psicológica que buscan desvalorizar, humillar y controlar emocionalmente a la otra persona.

Para salir del ciclo violento, no se trata de juzgarse, sino de mantener el rumbo hacia el autocuidado. Salir del maltrato verbal es posible con apoyo, información y acompañamiento emocional. Esto permite reconstruir la vida con relaciones más sanas, seguras y empáticas.

No estás solo. En Mente Sana te ayudamos con tu proceso.

Referencias

Bellomare, Martina, Giuseppe Genova, Vincenzo y Miano, Paola. (2024). Exposición al gaslighting durante la adultez emergente: Rasgos de personalidad y caminos de vulnerabilidad. Revista Internacional de Investigación Psicológica , 17 (1), 29-39.

Herrera Rodas, Claudia Lorena, Peraza Segura, Carmen y Porter Aguilar, Hugo. (2004). El abuso verbal dentro de la violencia doméstica. Medicina Legal de Costa Rica , 21 (1), 45-90.

OMS. (2021). Violencia contra la mujer: estimaciones mundiales y regionales de la prevalencia. Organización Mundial de la Salud

¿Persona sumisa? La raíz emocional de la sumisión

Sumisa
Sumisa

Una actitud sumisa implica adoptar una postura de obediencia, pasividad o subordinación frente a otra persona, pareja o grupo. Este comportamiento puede manifestarse de forma voluntaria o condicionada, donde influyen la personalidad, el contexto social y las experiencias tempranas.

A continuación, exploraremos el concepto de sumisión y su impacto en las relaciones sociales.

¿Cómo es una persona sumisa?

Según la American Psychological Association (APA), la sumisión, se refiere al acto de rendirse o aceptar la autoridad o el control de otra persona o grupo.

Desde la psicología de la personalidad, Theodore Millon, refiere a una persona sumisa como alguien que tiende a evitar el conflicto, busca complacer a los demás y tiene una necesidad intensa de aprobación externa.

Los individuos con este perfil suelen presentar una baja autoestima y pueden priorizar las necesidades ajenas por encima de las propias. Esto a su vez, refuerza una autoimagen negativa, que surge por lo general de la inseguridad o miedo al rechazo.

Características de una persona sumisa

  • La evitación del conflicto: Una persona sumisa tiende a evitar las confrontaciones, prefiriendo ceder, callar o aceptar lo que los demás dicen o hacen, aunque no estén de acuerdo o se sientan incómodos.
  • Vínculos de dependencia: Suele establecer relaciones de dependencia, especialmente con aquellos que tienen un rol de autoridad, dominio o protección. En algunos casos, existe una especie de “fusión” en la cual, renuncian a su identidad, sus diferencias, o su individualidad.
  • Búsqueda de aprobación: Las personas sumisas tienen una gran necesidad de agradar, de complacer y de ser aceptadas por los demás. Se sacrifican, se esfuerzan y se desviven por los demás, esperando recibir a cambio su reconocimiento, su aprobación o su cariño.
  • Un pasado doloroso: Muchas veces, la sumisión tiene su origen en un pasado de maltrato, abuso, rechazo o humillación. Esto a su vez conlleva sentimientos de culpa, vergüenza o inferioridad.
  • Perfil discreto: Una persona sumisa suele tener un perfil discreto, sin llamar la atención, destacar o sobresalir. Por ello, mantiene una actitud de humildad, cordialidad, pasividad y conformismo.
  • Tendencia a la timidez: Debido al miedo al rechazo, a la crítica o al juicio, es común que la persona sumisa se inhiba, se cohíba o retraiga en las situaciones sociales.

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Sumisión y apego

Estudios confirman que la sumisión muchas veces se origina en los estilos de apego inseguros desarrollados durante la infancia. Bowlby señalaba que los niños que crecían con cuidadores impredecibles o emocionalmente distantes tendían a desarrollar mecanismos de supervivencia relacional, como la complacencia o la inhibición emocional. En la vida adulta, esto puede traducirse en una fuerte necesidad de agradar, evitar el conflicto y buscar aprobación constante, lo que se relaciona directamente con conductas sumisas.

Muchas personas desarrollan roles sumisos como forma de protección frente a contextos hostiles, en los cuales la expresión era censurada o ignorada. En estos casos, la sumisión no es una elección consciente, sino una estrategia aprendida para sobrevivir emocionalmente.

Asimismo, quienes han desarrollado un estilo de apego inseguro-ambivalente pueden mostrar una mayor tendencia a la sumisión por miedo a ser abandonados, buscando constantemente aprobación y afecto, incluso a costa de su autonomía.

Descubre más en: El apego emocional: la teoría que define nuestras relaciones.

Ser una persona sumisa en una relación

En relaciones saludables, ceder ocasionalmente o adaptarse a la pareja no necesariamente implica sumisión patológica. Sin embargo, cuando la sumisión es constante, unilateral y asociada a miedo, control o baja autoestima, puede ser señal de una relación disfuncional o abusiva.

Estudios muestran que las personas que ejercen sumisión crónica en sus vínculos afectivos tienen mayor riesgo de desarrollar síntomas depresivos, trastornos de ansiedad y sensación de vacío existencial. Además, la falta de autonomía y expresión personal puede afectar la autenticidad emocional, lo cual debilita la calidad del vínculo relacional.

Una personalidad sumisa también puede estar relacionada con la baja autoestima, sentimiento de insuficiencia, el miedo al rechazo y la necesidad de validación externa, lo que, a su vez, conduce a actitudes de dependencia emocional.

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Superar la sumisión

Desde un enfoque clínico, el trabajo con una persona sumisa abarca el reconocimiento de sus derechos personales, la identificación de creencias disfuncionales, el fortalecimiento de la asertividad y principalmente de la autoestima.

La psicoeducación es clave para que una persona logre establecer límites, expresar necesidades, fomentar su autonomía y repara los vínculos disfuncionales, promoviendo relaciones sanas.

Conclusiones

La sumisión es una conducta compleja que puede ser adaptativa o disfuncional según el contexto y el equilibrio en la relación.

Comprender sus causas, ya sean personales, familiares o culturales, permite comprender el origen de la necesidad de ser aceptado o evitar el conflicto.

A través de la terapia psicológica, el desarrollo de habilidades, establecimiento de límites y el fortalecimiento de la identidad, es posible recuperar el equilibrio en las relaciones para construir vínculos más sanos. Superar la sumisión es un proceso gradual que requiere perseverancia, compromiso y principalmente comprensión autocompasiva.

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Referencias

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Steffanell, Alejandro. (2020). Polo-Alvarado, Lorna. Vida de mujeres: entre la sumisión y la subversión. San Juan: Editorial Luscinia CE, 2018. Historia Caribe , 15 (37), 255-262.

Türkmen, K. & Yildiz, M. (2019). Un estudio Multidimensional Escala de Sumisión. Dini Araştırmalar, 22(56): 285-306.