La psicopatía, es un trastorno de personalidad complejo y a menudo malentendido, ha fascinado y aterrorizado a la sociedad durante siglos. Caracterizado por un patrón persistente de desprecio y violencia de los derechos de los demás, la psicopatía se manifiesta a través de un conjunto de rasgos distintivos que la diferencia de otros trastornos mentales. Esté artículo se adentra en el oscuro mundo de la psicopatía, explorando las características de un psicopata, desde la falta de empatía y el encanto superficial hasta la impulsividad y la tendencia a la manipulación. Al comprender mejor estos rasgos, podemos desmentir la psicopatía y arrojar luz sobre las complejidades de esta condición.
¿Qué significa psicópata?
La psicopatía es un trastorno mental caracterizado por rasgos de personalidad como la falta de empatía hacia los demás y ausencia de remordimiento o culpa de dañar a otros. El psicópata se define por otros rasgos como la facilidad para manipular a las personas, engañarlas mediante su encanto, y la impulsividad, como otras características de un psicópata mas importantes. En algunos casos, estos se acompaña de conductas delictivas o comportamiento antisociales.
Características de un psicopatía
Es un trastorno común que afecta aproximadamente al 1% de la población mundial (psychopathy, sin fecha).
Se ha realizado estudios, donde la psicopatía se presenta por alteraciones cerebrales.
Estas alteraciones impactan el pensamiento, las emociones y la conducta.
No todos los psicópatas cometen conductas delictivas
La falta de conciencia sobre la condición y la dificulta para acceder a tratamiento, agravan los síntomas.
Los psicópatas pocas veces reconocer que tiene un problema, ya que la mayoría de ellos tiene rasgos narcisistas que les impiden ver estas afectaciones en ellos.
¿Las personas con psicopatía son siempre delincuentes?
La psicopatía aumenta el riesgo de comportamiento antisocial y agresivo. Sin embrago no todos los psicópatas son violentos físicamente, y no todas las personas violentes son psicópatas.
Las características de un psicópata están influenciadas por factores como la edad, género y el entorno familiar y escolar.
Las mujeres y las niñas psicópatas son menos propensas a mostrar comportamientos violentos.
Se tiende a confundir los términos de psicopatía y sociópata ya que tienen características similares, sin embargo sus causas y síntomas son distintos, aquí te explico sus diferencias:
Definición psicópata:
Los psicópatas suelen mostrar una profunda falta de empatía, lo que les dificulta establecer conexiones emocionales con otros.
Suelen ser muy manipulares y utilizan el encanto y engaña para lograr sus objetivos.
Los psicópatas tienden a ser intrépidos y a sumir riesgos importantes sin medir las consecuencias.
A menudo muestran un encanto e inteligencia superficiales, lo que enmascara sus verdades intenciones.
Definición sociópata:
Los sociópatas son más propensos a tener un comportamiento impulso y son menos capaces de planificar el futuro en comparación con los psicópatas.
Su comportamiento es menudo más errático y menos calculado que el de menos psicópatas.
A diferencia de los psicópatas, los sociópatas pueden formas vínculos con individuos o grupos específicos, aunque estas relaciones a menudo tormentosas.
Es más probable que la sociópata sea el resultado de factores ambientes como traumas infantiles o condiciones sociales adversas.
Causas de la psicopatía:
Las características de un psicópata no están claramente definidas hasta el momento.
Se considera que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales.
La predisposición genética interactúa con el entorno de desarrollo de la personas.
El diagnóstico de la psicopatía, se toma en cuenta como trastorno de personalidad antisocial, requiere una evaluación exhaustiva por parte de un profesional de la salud mental.
La evaluación se centra en el análisis de pensamientos sentimientos y patrones de comportamiento y relaciones interpersonales.
Existe un debate en la comunidad científica sobre si las características de un psicopatía es una condición innata o adquirida. Se han realizo estudios para investigar tanto factores genéticos como alteraciones cerebrales.
SE ha investigado que el gen MAO-A e sus variantes como un factor de predisposición a conductas violentes u antisociales, especialmente en personas con antecedentes de maltrato infantil
Aunque se puede tener una predisposición genética, no se determina que se desarrolle las características de un psicopatía.
Aunque la psicopatía puede tener componentes hereditarios, la expresión de los genes está influenciada por factores ambientales.
La presencia de ciertos genes no determina necesariamente el comportamiento psicopático.
Tratamiento de la psicopatía:
El trastorno de personalidad a antisocial es uno de los trastornos más difíciles de tratar, las personas con este trastorno rara vez buscan tratamiento por iniciativa propia. Usualmente el tratamiento se inicia por un orden judicial.
Los tratamientos conductuales, que se utilizan recompensas y consecuencias lo cual se ha demostrado con son efectivos para el tratamiento de la psicopatía.
La psicoterapia tiemblen puede ser beneficiosa
Se trata simultáneamente otros trastornos coexistentes, como trastornos del estado de ánimo o de consumo de sustancias.
Preguntas de reflexión e identificación
¿Sientes que se te da muy bien el conectar con otras personas por fingir un encanto superficial?
¿Tienes una necesidad excesiva de estímulos?
¿Consideras que eres muy mentiroso?
¿Te consideras manipulador, siempre consigues lo que quieres a todas costa?
¿Te cuesta sentir culpa cuando haces algo que está mal?
¿Te consideras impulsivos?
¿Te cuesta asumir la responsabilidad de tus malas acciones?
La psicopatía es un trastorno complejo y multifacético que plantea desafíos significativos tanto para quienes lo padecen como para la sociedad en general. Su origen multifactorial, que combina predisposición genética y factores ambientales, La psicoterapia ofrece esperanza para mitigar los comportamientos antisociales y mejorar la adaptación social. Sin embargo, las investigaciones continúan sobre las bases neurobiólogas y factores de riesgo.
Por ultimo si te sentiste identificado, es importante que busques la ayuda necesaria, es posible trabajar en los síntomas y poder llevar una vida basada desde la honestidad y vínculos sanos con otros.
Sociópata, un término que hemos escuchado en la calle, película o incluso leído, ha formado parte de un vocabulario coloquial, al referirse a personas con ciertos comportamientos fuera de lo común, pero ¿Qué es un sociópata?, se debe entender que no es un término científico, solo una jerga, un insulto o referencia coloquial.
En las siguientes líneas aprenderás que es un sociópata, si es asociado a un trastorno, síntomas y diferencias.
¿Qué es un sociópata?
Es un término coloquial, pero se refiere a una conducta impulsiva, hostil y con un desarrollo de conductas antisociales. Es un trastorno de la personalidad, como la conocemos: trastorno de personalidad antisocial (TPAS). Dicho trastorno puede diagnosticarse a partir de los 18 años, aunque varios síntomas se pueden presentar en la adolescencia.
Algunos autores explican el sustituir el término sociópata por “trastorno de personalidad psicopática”, ya que es reciente y abarca dimensiones de la personalidad ante descrita.
¿Qué es un sociópata y un psicópata? Diferencias entre ellas
Ambos son terminología que no están descritas en los manuales o literatura correspondiente a la psicología o psiquiatría, se usan en términos culturales para referirse a personas que son un peligro para la sociedad o con ciertos comportamientos agresivos.
Aquí se mostrarán algunas diferencias generales.
Sociópata
Psicópata
A diferencia de los psicópatas, los sociópatas se forman según su contexto, el ámbito social juega un papel importante. Coloquialmente se puede escuchar “los sociópatas se hacen, no nacen”.
Predisposición genética, el psicópata nace con esta característica, aunque fortalecido por el entorno en el que se desenvuelve.
Son impulsivos, no ven los hechos solo actúan según la emoción.
Planean detalladamente sus actos, evaluando si les beneficia o no.
Estallidos de violencia.
No sienten remordimiento.
Pequeños vínculos emocionales.
Dificultad para establecer vínculos emocionales.
Características del sociópata
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, se consideran síntomas o características de un sociópata los siguientes criterios.
Impulsividad, problemas para planificar el futuro.
Fuerte egocentrismo, arrogancia, críticas constantes hacia los demás.
Carece de sentimientos de culpa, vergüenza o arrepentimiento.
Uso de mentiras para su propio beneficio, manejo de imagen.
Irresponsabilidad constante, fallo repentino al tratar de alcanzar los objetivos de áreas vitales de vida.
Dificultad para mantener relaciones interpersonales.
Problemas recurrentes con la ley.
Comportamientos riesgosos innecesarios.
Si consideras que algunas de estas características describen tu personalidad y quieres modificarla, una terapia basada en la reinsercción te puede ayudar. Contáctanos y agenda hoy mismo una sesión, da ese primer paso.
Que es un sociópata y sus causas
Como mencionamos en líneas anteriores, la sociópata se refiere a un trastorno de la personalidad, entendiendo que la personalidad se compone de pensamientos, emociones y comportamientos y esto nos diferencia del resto, es por ello que el entorno también influye. El sociópata se empieza a formar en la infancia, adolescencia y se muestra en su totalidad en las primeras etapas de adultez.
Las causas no son exactas dentro del TPAS, pero aquí te dejare algunas:
Situaciones de la vida diaria.
Violencia intrafamiliar y abusos en la infancia.
Predisposición genética.
Cambios en las conexiones cerebrales.
Debemos tomar en consideración también los factores de riesgo, donde se aumenta el desarrollar la personalidad sociópata.
Historia familiar antisocial u otro trastorno de la personalidad.
Existen distintos tipos de tratamientos, desde este aspecto no se habla de una cura sino de generar habilidades para la inserción social. Es imperativo destacar que los resultados son más fiables cuando se trata desde un punto multidisciplinario.
Modelo riesgo/necesidad/responsabilidad: su objetivo es mejorar las capacidades para generar habilidades correctas en la sociedad. Centrándose en los factores de riesgo delictiva. Se compone de tres principios:
Principio de riesgo: el comportamiento delictivo se puede predecir, cuanto más alto el riesgo más alto debe ser la intensidad de intervención.
Principio de necesidad: se evalúan los factores de riesgo, los que necesitan mayor modificación.
Principio de responsabilidad: se adapta a cada persona para maximizar su aprendizaje, motivación y fortalezas.
Modelo de dos componentes: reducir la violencia, busca crear motivación para iniciar tratamiento y reducir las conductas disruptivas. Identificar y tratar los problemas que llevan a estos actos.
Terapia de esquemas: se enfoca en patrones emocionales y cognitivos des adaptativos. Se rompe el desapego emocional, se conecta con las emociones.
Es importante destacar que la terapia psicológica siempre será la intervención más seguro y fiable en un trastorno, el acompañamiento y la importancia de redes de apoyo en estos casos son fundamentales para obtener un progreso favorable. De la misma forma que fomentar contexto funcionales y sanos en los infantes reduce las probabilidades de desarrollar estas patologías.
Aunque en líneas anteriores se menciona la predisposición genética su porcentaje puede disminuir con una intervención temprana, desarrollando habilidades sociales, validando las emociones y siendo una red de apoyo, en este caso padres y cuidadores, funcionales.
La información que se suministra aquí es de información divulgativa, no sustituye un diagnóstico y mucho menos un tratamiento. Si requieres de acompañamiento psicológico porque sospechas de este trastorno o conoces a alguien que lo padezca, puedes contactar y agendar una sesión hoy mismo.
Conclusiones
Un sociópata, entendido en la sociedad como un peligro para esta. Es imperativo comprender la importancia de los entornos funcionales, sanos y estables para los niños. Sabiendo ya que la sociópata o como es conocida actualmente trastorno de personalidad antisocial, es estructurada en su mayoría desde el entorno, como funciona y se desenvuelve.
que tenemos de ellos y sus características, algunos sociópatas pueden tener buenas acciones y beneficiar a la sociedad.
Los términos sociópata y psicópata a menudo se utilizan indistintamente en el lenguaje cotidiano para describir a individuos con comportamientos antisociales y una aparente falta de empatía, sin embargo, aunque comparten algunas características, existen diferencias entre la sociopatía y la psicopatía. El fin de este artículo es encontrar las diferencias entre sociópata y psicópata, conociendo sus orígenes y patrones de comportamiento y las sutiles pero significativas divergencias que los separan. Antes de compartirte más información acerca de este tema, lee este artículo sobre “Tipos de trastornos mentales: un análisis profundo” para que obtengas más información al respecto.
¿Qué es la sociopatía?
Según el DSM 5, Manual Diagnostico y Estadístico de los trastornos mentales, un sociópata es alguien con un trastorno de personalidad antisocial. Esta se caracteriza por un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
Diferencias entre sociópata y psicópata
Criterios según el DSM 5 para el diagnóstico del sociópata
Incumplir las normas sociales, como cometer actos que justifiquen un arresto.
Mentir reiteradamente, usar alias o engañar para obtener beneficios personal.
Ser impulsivo o no planear con anticipación.
Ser irresponsables social y económicamente.
Ser físicamente agresivo, empezar peleas o abusar de una pareja.
No arrepentirse de las acciones.
Carecer de empatía por los demás.
Ser obstinado, seguro de sí mismo, o arrogante.
¿Qué es la psicopatía?
De acuerdo con el DSM 5, un psicópata es una persona también con un trastorno de personalidad antisocial. Este trastorno puede causar problemas en las relaciones o en el trabajo y a menudo se asocia con conductas delictivas.
Algunos de los criterios que se utilizan para diagnosticar psicopatía según el DSM 5
Manipular, explotar o violar los derechos de los demás sin remordimiento.
Descuidar cruelmente los sentimientos de los demás.
Carecer de empatía.
No distinguir entre el bien y el mal.
Interactuar con los demás como si fuera objetos.
Utilizar a los demás para conseguir sus propios deseos.
“Mientras el sociópata se moldea por un entorno hostil, el psicópata parece nacer con una brújula moral defectuosa”.
Criterios diagnósticos para ambos trastornos de la personalidad antisocial
A. Patrón dominante de inatención y vulnerabilidad de los derechos de los demás, que se produce desde antes de los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres o más hechos de los ya mencionados anteriormente.
B. El individuo tiene como mínimo 18 años de edad.
C. Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con inicio antes de los 15 años.
D. El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia o de un trastorno bipolar.
Diferencias entre sociópata y psicópata
Diferencias entre sociópata y psicópata
Sociópata
Psicópata
Impulsividad
Tiende a ser más impulsivo
Tiende a ser más calculador
Influencias
Se considera más influenciado por factores ambientales
Se considera innato y genético
Socialización
Tiene dificultades para encajar
Puede desenvolverse bien con otras personas
Empatía
Puede sentir empatía en ciertas circunstancias
Falta de empatía y consideración
Comportamiento
Puede ser encantador, amable y seductor
Puede ser carismático
“La impulsividad marca al sociópata, la planificación fría define al psicópata”.
Como puedes observar estas son las principales diferencias entre sociópata y psicópata, pero analicemos más a detalle:
Los psicópatas son capaces de conocer y ser conscientes de las reglas básicas de socialización, e incluso pueden dominar patrones de comportamiento considerado carismáticos, sin embargo, los sociópatas tienen serias dificultades para ser aceptados, porque, aunque lo intenten pocas veces les sale ser encantadores, amables o seductores.
La psicopatía extrema no empatiza con los demás, ya que solo las ven como meras herramientas para lograr objetivos. En cambio, los sociópatas pueden llegar a empatizar, pero debido a su crianza negligente les cuesta muy conectar con los demás o considerar los sentimientos de los demás.
Tanto los psicópatas como los sociópatas tienden a ser impulsivas y con problemas a la hora de reprimir sus ganas de satisfacer sus necesidades inmediatas. Sin embargo, los sociópatas esta tendencia esta más marcada, ya que en los psicópatas pueden tratar de ceder a sus impulsos de maneras más o menos funcionales, así implique romper las reglas.
Diferencias entre sociópata y psicópata: descifrando personalidades
Los sociópatas muestran mayor predisposición a la violencia, los psicópatas suelen adaptarse a la sociedad de forma hábil para no encender alarmas.
Estrategias de prevención e intervención temprana
Intervención temprana en la infancia: programas de crianza positiva, es importante que los padres fomenten habilidades de crianza efectivas, incluyendo el establecimiento de límites claros, la disciplina constante y la construcción de un apego seguro. Intervención temprana para problemas de conducta, abordar tempranamente problemas de conducta en niños y adolescentes a través de terapia individual, familiar y grupal.
Apoyo para la salud mental adolescente, brindar acceso a servicios de salud mental para adolescentes con problemas emocionales o de conducta.
Factores de protección
Los factores de protección pueden ayudar a reducir los riegos de desarrollar trastornos de personalidad antisocial, algunos son:
Apego seguro y relaciones familiares positivas.
Habilidades sociales y emocionales sólidas.
Éxito académico y oportunidades educativas.
Participación en actividades prosociales y comunitarias.
Creencias religiosas o espirituales que promuevan valores.
Acceso a recursos de salud mental y apoyo social.
Conclusión
En definitiva, si bien la diferencia entre sociópata y psicópata a menudo puede confundirse, este análisis a revelado que existen diferencias un tanto significativas en tanto sus origines, motivaciones y comportamiento. La sociopatía es vinculada a factores ambientales y a una conciencia rudimentaria, en cambio, la psicopatía, se asocia más con predisposiciones temperamentales y una falta de empatía y remordimiento. Con este artículo queremos fomentar la educación y la consciencia, por eso ayúdanos a difundir esta información con quien crees que lo este necesitando para llegar a la comprensión más precisa de las diferencias entre sociopatía y psicópata. Sabemos que la complejidad de estos trastornos puede generar miedo, por ello evitemos las generalizaciones y fomentemos una visión más informada y empática.
Si tu te identificas con patrones de comportamiento desafiantes, tienes dificultades en tus relaciones o simplemente buscas un mayor bienestar, considera explorar los beneficios de la terapia. Un psicólogo de Mente Sana puede ayudarte a comprender las raíces de tus comportamientos y a desarrollar alternativas más saludables. Es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.
La necesidad urgente de actuar puede tomar el control llevándonos por caminos inesperados; entender y manejar estas situaciones es la clave para lograr nuestro bienestar sobre el trastorno del control de impulso. En este espacio, exploraremos el mundo del trastorno del control de impulsividad, ofreciendo información valiosa y herramientas para navegarlo.
¿Qué es el Trastorno del Control de Impulsividad?
trastorno del control de impulso
Según la American Psychiatric Association, el Trastorno del Control de Impulsos se caracteriza por la dificultad recurrente para resistir los impulsos, las urgencias o las tentaciones de llevar a cabo un acto que podría ser perjudicial para la persona o para otros. Estas conductas impulsivas suelen ser excesivas y pueden generar sentimientos de culpa, arrepentimiento o malestar significativo después de ser cometidas. Es importante diferenciar estas experiencias de la impulsividad como un rasgo de personalidad, ya que en el trastorno, la falta de control de impulsos tiene un impacto negativo considerable en la vida del individuo. (American Psychiatric Association, 2013).
Manifestaciones del trastorno: Síntomas clave
Identificar los síntomas es un paso crucial para comprender el Trastorno del Control de Impulsividad. Las personas que lo experimentan pueden mostrar una variedad de comportamientos, entre los que destacan:
Dificultad para resistir los impulsos: Una lucha constante contra la necesidad de actuar de manera inmediata. (Grant et al., 2010).
Tensión antes del acto: Una sensación creciente de excitación o tensión previa a la comisión del impulso. (McElroy et al., 1998).
Placer o alivio al cometer el acto: Una sensación gratificante o de liberación durante la realización de la conducta impulsiva. (Dell’Osso et al., 2006).
Sentimientos de culpa o arrepentimiento después: Aunque inicialmente pueda haber placer, a menudo sigue una sensación de remordimiento o culpa. (Fontenelle et al., 2007).
Impacto negativo en la vida: Estas conductas pueden generar problemas en las relaciones, el trabajo, las finanzas o la esfera legal. (Black & Grant, 2014).
Es fundamental recordar que la intensidad y la forma en que se manifiestan estos síntomas pueden variar significativamente entre una persona impulsiva y otra.
Desentrañando las causas: ¿por qué ocurre?
Las causas exactas del Trastorno del Control de Impulsividad aún no se comprenden completamente, pero se cree que una combinación de factores biológicos, genéticos y ambientales puede estar involucrada. Comprender estos factores nos ayuda a abordar el trastorno desde una perspectiva más integral.
Factores biológicos: Se han identificado alteraciones en ciertos neurotransmisores del cerebro, como la serotonina, que podrían influir en la regulación de los impulsos. (Coccaro, 1998).
Factores genéticos: Existe cierta evidencia de que el trastorno podría tener un componente hereditario, siendo más común en personas con antecedentes familiares del mismo. (Petry et al., 2005).
Factores ambientales: El estrés, el trauma temprano y un entorno familiar disfuncional podrían aumentar el riesgo de desarrollar problemas con el control de impulsos. (Hollander & Simeon, 2003).
Herramientas para el diagnóstico: Un proceso profesional
Explorando los tipos de Trastornos del Control de Impulsos
Dentro del espectro de los Trastornos del Control de Impulsividad, encontramos diferentes manifestaciones, cada una con características particulares. Comprender estas distinciones es crucial para un abordaje terapéutico adecuado. Algunos de los más comunes incluyen:
Trastorno Explosivo Intermitente: Episodios repentinos de agresividad verbal o física desproporcionada ante la situación. La dificultad en el control de impulsos se manifiesta en arrebatos de ira. (Kessler et al., 2006).
Cleptomanía: Necesidad irresistible de robar objetos que no son necesarios por su valor económico. La persona impulsiva experimenta una tensión que solo se alivia al cometer el hurto. (Grant, 2003).
Piromanía: Deseo recurrente de provocar incendios, acompañado de fascinación por el fuego y su parafernalia. El control de impulsos relacionado con el fuego está significativamente afectado. (Geller et al., 2012).
Juego patológico (Trastorno del juego): Preocupación persistente y recurrente por las apuestas, con dificultad para detener o controlar el juego a pesar de las consecuencias negativas. La falta de control de impulsos en este contexto puede llevar a graves problemas financieros y personales. (Potenza et al., 2003).
Tricotilomanía (Trastorno de arrancarse el cabello): Comportamiento recurrente de arrancarse el cabello, lo que provoca una pérdida notable del mismo y malestar significativo. El control de impulsos relacionado con este comportamiento es difícil de manejar. (Stein et al., 2001).
Dermatilomanía (Trastorno de excoriación): Comportamiento repetitivo de pellizcarse la piel, lo que provoca lesiones cutáneas. La persona impulsiva experimenta una urgencia por realizar esta acción. (Grant et al., 2012).
Compras compulsivas (Trastorno de compra compulsiva): Necesidad excesiva e incontrolable de comprar, a menudo objetos innecesarios, lo que genera problemas financieros y emocionales. El control de impulsos en este caso se centra en la adquisición de bienes. (McElroy et al., 1994).
El impacto en la vida diaria: más allá del impulso momentáneo
El Trastorno del Control de Impulsividad no es simplemente una serie de actos aislados; tiene un impacto profundo y a menudo devastador en la vida de quienes lo padecen. Las consecuencias pueden extenderse a diversas áreas:
Relaciones interpersonales: Las conductas impulsivas pueden generar conflictos, desconfianza y rupturas en las relaciones familiares, de pareja y amistades. La dificultad para el control de impulsos puede llevar a comportamientos hirientes o irresponsables.
Ámbito laboral o académico: La impulsividad puede manifestarse en problemas de rendimiento, dificultades para seguir normas, cambios frecuentes de empleo o abandono de estudios. La persona impulsiva puede tener dificultades para mantener la concentración o cumplir con las responsabilidades.
Situación financiera: Gastos excesivos, deudas acumuladas por compras compulsivas o pérdidas por juego patológico son consecuencias frecuentes de la falta de control de impulsos en el ámbito económico.
Problemas legales: Robos (cleptomanía), incendios provocados (piromanía) o comportamientos agresivos (trastorno explosivo intermitente) pueden derivar en problemas con la justicia. La falta de control de impulsos puede tener serias implicaciones legales.
Salud física: En algunos casos, las conductas impulsivas pueden poner en riesgo la salud física, como en el caso de la dermatilomanía o conductas sexuales de riesgo. El control de impulsos también puede estar relacionado con hábitos alimenticios poco saludables.
Bienestar emocional: La culpa, la vergüenza, la ansiedad y la depresión son sentimientos comunes asociados al Trastorno del Control de Impulsividad. La frustración por la falta de control de impulsos puede afectar significativamente la autoestima y el estado de ánimo.
Es crucial reconocer que el Trastorno del Control de Impulsividad va más allá de un simple “mal hábito” y requiere una intervención profesional para mitigar su impacto en la vida diaria.
Estrategias de Intervención: Recuperando el control
Afortunadamente, existen diversas estrategias terapéuticas que han demostrado ser eficaces en el tratamiento del Trastorno del Control de Impulsividad. El objetivo principal es ayudar a la persona impulsiva a desarrollar habilidades para manejar sus impulsos de manera más adaptativa. Si requiere más información ¡CONTÁCTANOS!
Es importante destacar que el tratamiento debe ser individualizado y adaptado a las necesidades específicas de cada persona impulsiva. La combinación de diferentes enfoques terapéuticos puede ser la más efectiva en muchos casos.
Un camino hacia el bienestar: recuperando el control de tus impulsos
Entender el Trastorno del Control de Impulsividad es el primer paso hacia la recuperación. Reconocer que no estás solo y que existen opciones de tratamiento efectivas y accesibles es fundamental para iniciar un camino hacia el bienestar. A través de la terapia y el desarrollo de habilidades específicas, es posible aprender a manejar los impulsos y construir una vida más plena y satisfactoria. Recuerda que buscar ayuda profesional es un acto de valentía y un paso importante hacia la recuperación del control de impulsividad.
Dar el primer paso hacia el control de los impulsos puede transformar tu vida. La ayuda está disponible
FAQ
¿La impulsividad siempre es un signo de un trastorno psicológico?
No necesariamente. La impulsividad es un rasgo de personalidad que todos experimentamos en cierto grado. Actuar sin pensar puede ser parte de la naturaleza humana en algunas situaciones. Sin embargo, cuando la falta de control de impulsos es recurrente, intensa y genera consecuencias negativas significativas en la vida de una persona, podría ser indicativo de un trastorno del control de impulsividad. Es la frecuencia, la intensidad y el impacto lo que marca la diferencia. (American Psychiatric Association, 2013).
¿Se puede superar completamente el Trastorno del Control de Impulsividad?
Si bien “superar completamente” puede sonar definitivo, muchas personas con Trastorno del Control de Impulsividad logran manejar sus impulsos de manera efectiva y llevar una vida plena. El tratamiento, a través de terapia y en algunos casos medicación, puede ayudar a desarrollar habilidades de afrontamiento, aumentar la conciencia de los impulsos y reducir su intensidad y frecuencia. Es más realista hablar de una gestión exitosa y una mejora significativa en la calidad de vida a largo plazo. (Linehan, 1993).
¿Los medicamentos son una parte necesaria del tratamiento?
No siempre. El tratamiento del Trastorno del Control de Impulsividad se enfoca principalmente en la terapia psicológica, como la Terapia Cognitiva Conductual o la Terapia Dialéctico Conductual, que ayudan a la persona impulsiva a comprender y manejar sus impulsos. Sin embargo, en algunos casos, especialmente cuando existen comorbilidades como depresión o ansiedad, o cuando los síntomas son severos, los medicamentos pueden ser útiles para ayudar a regular el estado de ánimo y reducir la impulsividad. La decisión de usar medicación debe tomarse en conjunto con un profesional de la salud mental. (Grant et al., 2010).
¿Qué puedo hacer en el momento en que siento un impulso muy fuerte?
En el momento en que sientes un impulso fuerte, existen varias estrategias que puedes intentar para ganar tiempo y evitar actuar impulsivamente:
Respiración profunda: Tomarte unos minutos para respirar lenta y profundamente puede ayudar a calmar el sistema nervioso.
Distracción: Intentar hacer otra actividad que te guste o que requiera tu atención puede desviar el foco del impulso.
Retrasar la acción: Decide esperar un tiempo determinado (por ejemplo, 10 minutos) antes de ceder al impulso. A menudo, la intensidad disminuye con el tiempo.
Identificar el desencadenante: Trata de reconocer qué situación o pensamiento provocó el impulso. Esto puede ayudarte a prepararte mejor en el futuro.
Hablar con alguien: Llamar a un amigo, familiar o terapeuta puede proporcionar apoyo y ayudarte a procesar el impulso.
Mindfulness: Observa el impulso sin juzgarlo, notando las sensaciones físicas que lo acompañan. A menudo, simplemente observarlo sin actuar hace que pierda fuerza. (Kabat-Zinn, 1990).
¿Cómo puedo apoyar a un ser querido que creo que tiene un Trastorno del Control de Impulsos?
Apoyar a un ser querido puede ser crucial, pero también requiere cuidado para no caer en la sobreprotección o el juicio. Puede ser de ayuda informarte sobre el trastorno, apoyar y fomentar la búsqueda de un profesional, escuchar, educar y gestionar límites saludables para tu familiar o ser querido así como celebrar sus pequeños avances son herramientas que pueden ser de ayuda para este proceso.
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Stein, D. J., Christenson, G., Hollander, E., Mc Elroy, S. L., & Koran, L. (2001). Trichotillomania (hair pulling disorder): A review. American Journal of Psychiatry, 158(8), 1139-1148.
La anorexia nervosa (AN) es un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Los síntomas de la anorexia implican la restricción de la ingesta de alimentos que por lo general conduce a un peso anormalmente bajo. Esto debido a una percepción distorsionada de la imagen corporal y el temor a subir de peso.
Aunque es una enfermedad que se presenta principalmente en mujeres jóvenes y adolescentes, la anorexia afecta también a los hombres. No obstante, los síntomas de la anorexia suelen tener un importante subdiagnóstico debido a la negación, el estigma y la vergüenza que acompaña a muchos pacientes que la padecen.
Conceptos importantes en la anorexia nerviosa
La anorexia es uno de los TCA, que involucra un conflicto con el cuerpo. La restricción del consumo de alimentos y la percepción distorsionada de la imagen corporal, surgen por causas multifactoriales, por lo que la la anorexia conlleva una etiología psíquica y psicosomática.
Los factores que cobran relevancia son biológicos, psicológicos, culturales, sociales y ambientales, que combinados, conllevan el desarrollo de los síntomas de la anorexia.
De igual manera, este trastorno implica complicaciones médicas significativas que afectan a todos los sistemas (físico, emocional, somático y conductual) que son directamente atribuibles a la pérdida de peso y el grado de desnutrición.
Por esto, se cuenta con una clasificación de acuerdo a la gravedad de los síntomas de la anorexia en cuanto al Índice de Masa Corporal (IMC), donde el IMC normal es de 18.5 a 24.9:
Leve: IMC de 17 a 18.49 kg/m2
Moderado: IMC de 16 a 16.99 kg/m2
Grave: IMC de 15 a 15.99 kg/m2
Extremo: IMC <15 kg/m2
Asimismo, las consecuencias a nivel psicológico implican la dificultad para regular las emociones, ansiedad crónica, depresión, aislamiento social, baja autoestima, y comorbilidad con el trastorno obsesivo compulsivo.
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Síntomas de la anorexia
Entre los síntomas de la anorexia, se pueden identificar
Restricción de la ingesta
Uno de los principales síntomas de la anorexia es la restricción severa de la ingesta de alimentos. Es decir, restricción de energía calórica que conduce a un bajo peso corporal.
Las personas con anorexia limitan conscientemente las calorías que consumen y llevan un riguroso control por seguir dietas extremas.
Miedo intenso a ganar peso
Otro de los centrales síntomas de la anorexia, es el miedo a ganar peso. Referente al temor intenso e irracional de subir de peso, conduciendo a la obsesión por la delgadez. Este temor se rige por una percepción irreal del cuerpo, en cuanto a la imagen corporal.
Muchas personas con delgadez extrema, se ven a sí mismas como con sobrepeso sosteniendo ser “muy gordas”.
Preocupación obsesiva por la imagen corporal
La apariencia física es sumamente importante para las personas con anorexia, especialmente por su peso y figura. Esta preocupación se convierte en una obsesión. Por ello, este particularmente, entre los síntomas de la anorexia, conduce a pesarse continuamente, mirarse al espejo repetidas veces y comparar su cuerpo con el de otras personas.
De igual forma, la imagen corporal distorsionada es una característica esencial en la anorexia.
Conductas de control
Algunas personas con anorexia, desarrollan rituales de control relacionados con la comida, como cortar los alimentos en pedazos muy pequeños o evitar ciertos tipos de alimentos, a manera de controlar lo que perciben como el aspecto más controlable de sus vidas, lo que refuerza su sensación de poder y control sobre su cuerpo y entorno.
¿Sientes que puedes tener algunos síntomas de la anorexia? Agenda tu cita gratuita, nosotros te ayudamos.
Síntomas de la anorexia como conflicto entre cuerpo y mente
La anorexia sostiene una relación conflictiva con el propio cuerpo. Entonces, los síntomas de la anorexia no sólo conllevan un simple deseo por perder peso, sino que involucra sentimientos de culpa y vergüenza, que sostienen la interacción disfuncional entre la comida, el cuerpo y las emociones, que conduce a una desconexión.
De esta manera, Natalia Seijo incluye el concepto del “Yo rechazado”, en el que la distorsión de rechazo devuelve una imagen mucho más grande en tamaño y peso que la imagen real en el espejo. Esto provoca gran angustia y perturbación en la persona, e intensifica los síntomas de la anorexia, lo que conduce a un riesgo de bloqueo en el tratamiento. Es entonces que, muchos pacientes no reconocen como verdadera la gravedad médica del bajo peso corporal, debido a esta desconexión
Asimismo, Seijo afirma que, en la anorexia la persona lucha contra el deseo de comer, sosteniendo esa capacidad de “controlar el deseo”. Por esto, se entiende que existe una evitación simbólica de la comida, de la misma forma como ocurre en la evitación del apego, pero a manera de desconexión del cuerpo, por la idea de:
“Si prestas atención al cuerpo terminarás prisionero/a de él”. (Seijo, 2021).
Tratamiento para los síntomas de la anorexia
El tratamiento para los síntomas de la anorexia debe ser integral, con aporte psicológico, nutricional y psiquiátrico. Se debe trabajar en identificar los patrones de pensamiento distorsionados sobre la comida y el cuerpo, tomando en cuenta la disociación y desarrollando estrategias para el manejo emocional, de manera más saludable y con una mirada autocompasiva.
Conclusiones
La anorexia nerviosa es un trastorno complejo, con causas multifactoriales que implican conceptos relevantes como las complicaciones médicas y sus consecuencias.
Los principales síntomas de la anorexia incluyen la restricción de la ingesta alimentaria, el miedo a ganar peso, la distorsión de la imagen corporal y también los comportamientos de control relacionados con la comida, que incluyen efectos emocionales y sociales negativos, que recaen en ansiedad, depresión, aislamiento y baja autoestima, entre otros.
Este trastorno alimenticio, debe abordarse de manera integral, con apoyo psicológico, psiquiátrico y nutricionista, para encaminar a los pacientes hacia una mirada comprensiva, autocompasiva y que consiga una vida con bienestar.
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Loria-Kohen, Viviana, Montiel Fernández, Natalia, López-Plaza, Bricia, & Aparicio, Aránzazu. (2023). Anorexia nerviosa, microbiota y cerebro. Nutrición Hospitalaria, 40(spe2), 46-50. Epub 18 de diciembre de 2023.https://dx.doi.org/10.20960/nh.04955
Morales Allende, María Fernanda, & Galván Sánchez, Griselda. (2021). Características clínicas de anorexia nervosa extrema. Reporte de caso. Revista de la Facultad de Medicina (México), 64(2), 26-30. Epub 06 de julio de 2021.https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2021.64.2.04
Seijo, N. (2016). El Yo Rechazado: Cómo Trabajar con la Distorsión de la Imagen Corporal en los Trastornos Alimentarios. ESTD Newsletter. 5 (4) pp. 6-14.
Seijo, N. (2021). Alimentación, apego y trauma: Los trastornos alimentarios y obesidad.
Un atracón de comida, es un episodio relacionado a los trastornos de la conducta alimentaria TCA, que consiste en episodios repetidos de consumo excesivo de alimentos en un tiempo corto acompañados de una sensación de falta de control.
Este comportamiento compulsivo, puede ocurrir incluso sin sentir hambre y suele estar asociado a una serie de factores psicológicos, emocionales y sociales.
En este artículo explicaremos todo lo que necesitas saber sobre un atracón de comida y las pautas para manejarlo mejor.
Comprendiendo el atracón de comida
Un atracón de comida, es típico de los trastornos por atracón (TPA), en el cual la persona tiene un comportamiento compulsivo a través de atracones, donde se encuentra la pérdida de control sobre lo que se come. Esto conduce a la sensación de culpa o vergüenza, sin recurrir a las conductas compensatorias de purga (como ocurre en la bulimia nerviosa).
Si bien el atracón puede ser causado por diferentes factores, incluyendo el estrés, las causas subyacen desde diferentes puntos de partida por conflictos internos. De igual manera, estudios afirman que, en los TCA, existe una desconexión entre los estados internos y la experiencia sensorial. (Díaz et al., 2019).
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Distorsión y defensa psicológica en un atracón de comida
Asimismo, Natalia Seijo afirma que, en los TCA, existe una defensa interna principal, que implica el “Yo rechazado”. Esta defensa, radica en el enfrentamiento del cuerpo como imagen y la manera en que la persona lo percibe. Es decir que, la imagen percibida del espejo es rechazada, por lo que la persona no quiere mantener contacto sobre el cuerpo.
“El cuerpo es percibido como algo cargoso e insoportable.” Seijo, N.
La paradoja aquí es que las personas que tienen atracones de comida, con esta angustia de rechazo hacia su cuerpo, recurren a la comida para calmarse (similar a la bulimia nerviosa) pero en el TPA, no existen conductas compensatorias, por lo que se gana peso.
¿Qué hacer después de un atracón de comida?
El primer paso después de un atracón de comida es reconocer lo que se está sintiendo (por lo general, enraizado en conflicto). Debido a que existe desconexión, se deben hacer conscientes los pensamientos y acciones en el momento presente, puesto que un atracón de comida opera como un mecanismo de regulación emocional implícito.
Por esto, la atención y la consciencia juegan un papel importante como herramientas terapéuticas útiles:
Reconocer y aceptar las emociones Las emociones principales serán la culpa y vergüenza, las cuales deben manejarse para no caer en el bucle por la regulación emocional disfuncional al recurrir a la comida para calmarse. Se debe reconocer lo que se siente y en vez de juzgarse, se debe procurar una visión más autocompasiva, entendiendo que uno tiene dificultades, pero que los errores no definen el valor de una persona.
Practicar Mindfulness Después de un atracón de comida, podemos hacer una pausa y simplemente respirar. Centrarnos en el presente sin juicios, con respiración profunda, meditación, o siendo lo más conscientes posible de las sensaciones corporales. De esta forma, podremos identificar la raíz emocional, para estar más consientes si se trata de una “necesidad” de comer, en un siguiente atracón. Asimismo, será bueno que podamos conectar con el sentido del gusto con un vaso de agua, simplemente sintiendo el agua en la boca.
Evitar dietas restrictivas Tras un atracón de comida, es usual que las personas intenten restringirse de comida o traten de hacer ejercicio a manera de compensar lo ocurrido. Se debe evitar esto, puesto que conduce a un patrón conocido como el ciclo de “binge-restricción” en el cual, tras una restricción excesiva, la persona cae de nuevo en atracones. En lugar de esto, podrás mantener una dieta más flexible, variada y equilibrada, para liberarte de la culpa.
Reflexión Tras un atracón de comida, será útil que puedas reflexionar sobre lo que te condujo a llevar a cabo el atracón. “¿Hubo algún detonante específico? ¿Era estrés, ansiedad, tristeza, aburrimiento, etc.?”
Activar las redes de apoyo y ayuda profesional Al hablar, facilitamos el procesamiento de lo sucedido, por lo que puede reducir el impacto emocional. Asimismo, esto puede tratarse de problemas más profundos como ansiedad, depresión o eventos adversos previos.
Hábitos saludables y compasivos Deja de intentar encontrar soluciones rápidas extremas direccionadas por la culpa y vergüenza. Es más productivo, encontrar hábitos sostenibles y saludables a largo plazo, con una dieta equilibrada, ejercicio regular y buena higiene del sueño. Todo esto desde la reconexión con el cuerpo, desde una mirada más autocompasiva.
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Terapias recomendadas para el tratamiento de Trastorno por atracón
Terapia cognitivo conductual: Con formatos de autoayuda en técnicas para la identificación y modificación de pensamientos y comportamientos negativos.
Terapia dialéctica conductual: Con la integración activa de Mindfulness.
Desensibilización y reprocesamiento a través de los movimientos oculares EMDR: Con estimulación bilateral, abordando de manera integral el conflicto subyacente centrado en experiencias adversas.
Conclusiones
Para trabajar los TCA, y principalmente los atracones de comida, se debe tomar en cuenta que parten de un comportamiento compulsivo y descontrolado por la ingesta de comida.
El manejo de los atracones de comida, requiere una integración, no sólo de la compasión, sino de la integración de las causas subyacentes como las emociones, pensamientos y problemas internos que conllevan el malestar.
Las técnicas de autocompasión, atención plena y el apoyo adicional, son cruciales para superar los efectos negativos y nutrirse de estrategias, desde una comprensión ampliada, para mejorar el bienestar general.
No estás solo. En Mente Sanate ayudamos con tu proceso.
Cuadro, E., & Baile, J. (2015). El trastorno por atracón: análisis y tratamientos. Revista mexicana de trastornos alimentarios, 6(2), 97-107. https://doi.org/10.1016/j.rmta.2015.10.001
Díaz-Tendero, Dafne, Cruzat-Mandich, Claudia, Jiménez, Teresita, Martínez, Pía, Saravia, Susana, & Ulloa, Valentina. (2019). Mindfulness en el control del atracón, la perspectiva de un grupo de adultos chilenos. Revista mexicana de trastornos alimentarios, 10(1), 75-84. https://doi.org/10.22201/fesi.20071523e.2019.1.483
¿Qué es ser impulsivo? ¿Crees que resulta un problema?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la impulsividad es un rasgo de personalidad caracterizado por la incapacidad de controlar los impulsos. ¿Qué es ser impulsivo? Ser impulsivo se ha asociado con la acción rápida, inesperada y desmedida, dirigida por tentaciones o los deseos, sin pensar en las consecuencias de los actos.
Si bien, este concepto no es exclusivamente negativo, puede tener implicaciones graves en la vida de una persona impulsiva, puesto que involucra la toma de decisiones precipitadas y comportamientos peligrosos que afectan a quien los realiza y a su entorno.
¿Qué es la impulsividad y un impulso desde la neurobiología?
La palabra impulsividad proviene del latín “impulsus” que significa “golpear o empujar”, referente a la escasez del control voluntario. Entonces, ¿qué es ser impulsivo?, esto muestra un rasgo caracterizado por el déficit en la inhibición de la conducta, el cambio de comportamiento ante la demanda del medio ambiente y la tolerancia para el retraso de la gratificación.
Asimismo, abarca la planeación, la toma de decisiones, la flexibilidad cognitiva, la autorregulación emocional y la motivación, los cuales se constituyen en bases biológicas, durante el desarrollo psicológico. (Sánchez et. al, 2013).
De igual manera, cuenta con tres factores neurobiológicos principales:
El actuar sin la involucración directa del lóbulo frontal (responsable de la toma de decisiones y el control de impulsos),
Un aumento en la velocidad de la respuesta
Una obtención inmediata de gratificación
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¿Qué es ser impulsivo?
Ser impulsivo implica actuar sin reflexión, movilizado por estímulos emocionales y situaciones inmediatas, visto como una condición caracterizada por la falta de control sobre los impulsos.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), se relaciona comúnmente con trastornos mentales como el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y al consumo de alcohol, drogas o fármacos. ¿Qué es ser impulsivo? Esto por lo general, aumenta la agresividad y se asocia a mayores problemas para adaptarse a diferentes situaciones, lo que puede ser perjudicial para a los afectados, sus familias y la comunidad. (López et al., 2008).
Para mayor claridad, los síntomas de las personas impulsivas son:
Impulso
Espontaneidad
Respuestas bruscas
Tensión creciente
Placer al actuar
Alivio y culpa (puede o no estar presente)
Clasificación y tipos de impulsividad
La impulsividad se divide en las siguientes categorías principales:
Impulsividad cognitiva: Referente a la toma de decisiones rápidas sin considerar todas las opciones. Ejemplo: Cambio repentino de ideas o decisiones sin reflexionar sobre las consecuencias.
Impulsividad motora: Relacionada a actuar físicamente sin una planificación previa. Ejemplo: Inquietud motora en personas con TDAH.
Impulsividad emocional: Vinculada a la reacción impetuosa a partir de emociones intensas, como la ira, el miedo o el estrés. Ejemplo: Comportamientos arriesgados o destructivos tras una ruptura.
De igual manera, la impulsividad se asocia al deseo sexual compulsivo, las adicciones a internet, las compras compulsivas o el trastorno explosivo intermitente.
Las consecuencias de ser impulsivo pueden ser de corto y largo plazo. A corto plazo, la impulsividad genera gratificación inmediata. Sin embargo, a largo plazo, puede recaer en problemas financieros, conflictos interpersonales, consumo y dependencia de sustancias y comportamientos riesgosos que ponen en peligro la vida de la persona impulsiva o de otros.
Por ejemplo, una persona que actúa impulsivamente bajo estrés, podría recurrir al abuso de sustancias. Su respuesta que a corto plazo podría aliviar el malestar, a largo plazo, generaría dependencias y otros problemas de salud.
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Pasos para manejar la impulsividad
El manejo de la impulsividad, especialmente cuando ser impulsivo se convierte en un patrón de comportamiento, dependerá de las causas subyacentes (tomando en cuenta las características de las personas y los posibles trastornos). Los tratamientos para la impulsividad pueden incluir fármacos y terapia psicológica, para identificar y cambiar patrones de pensamiento, y sumar habilidades de regulación emocional y autocontrol. No obstante, mostramos algunas pautas útiles para manejar los impulsos:
Pensar antes de actuar: Detectar las respuestas automáticas que se acostumbran a dar, para reducirlas paulatinamente.
Tolerancia a la frustración: Aceptar que no siempre ocurre lo que esperamos y aumentar las respuestas adaptativas tomando en cuenta otras opciones de reacción.
Técnicas de relajación: Para reducir la activación fisiológica, el estrés y los síntomas de ansiedad, estas técnicas, incluyendo la respiración profunda, mindfulness y el ejercicio físico, ayudan a mejorar la capacidad reflexiva.
Relajación progresiva: Tensar los músculos por un par de segundos y luego soltarlos, desde los pies hasta la cabeza.
Tiempo fuera: Al sentirse a punto de actuar impulsivamente, se da físicamente un paso atrás o podemos alejarnos de la situación unos minutos para calmarnos y tomar mejores decisiones
Visualización positiva: Visualizar un momento calmado para conectar con la calma e imaginar que se está gestionando la situación de manera efectiva, con calma y control.
Cuestionamiento introspectivo: Al sentir la tentación de actuar de forma impulsiva, haz una pausa y pregúntate a ti mismo si el pensamiento o la emoción que estás experimentando es realista y útil. Luego intenta sustituirla por un pensamiento más equilibrado.
Conclusiones
La impulsividad es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por ser independiente de la voluntad, que involucra la planeación, la toma de decisiones, la flexibilidad cognitiva, la autorregulación emocional y la motivación.
¿Qué es ser impulsivo? Parte de diferentes tipos de impulsividad como la cognitiva, motora y emocional. No obstante, con el tratamiento adecuado y la aplicación de técnicas, motivadas por el compromiso, las personas impulsivas pueden manejar este comportamiento de manera efectiva y mejorar la calidad de vida.
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Preguntas frecuentes
¿Cómo saber si soy una persona impulsiva? Si tiendes a tomar decisiones rápidas sin considerar las consecuencias, si a menudo actúas de manera irreflexiva, o si sientes que las emociones controlan tu comportamiento en lugar de la razón, podrías estar mostrando características impulsivas.
¿Cuáles son las causas de la impulsividad? Las causas pueden ser diversas y variar de una persona a otra, pero las más comunes incluyen:
Factores genéticos y hereditarios.
Trastornos neurológicos o psiquiátricos (TDAH, TLP, TOC).
Estresores emocionales o experiencias traumáticas.
Desequilibrios en neurotransmisores (como la dopamina).
¿La impulsividad está relacionada con la agresividad? Sí, ser impulsivo puede estar asociado con la agresividad, debido a la falta de reflexión sobre las consecuencias.
Referencias
López, C., Sánchez, A., Pérez, M. A., & Fernández, M. (2008). Impulsividad, autoestima y control cognitivo en la agresividad del adolescente. EduPsykhé, vol. 7 (1), 81-99.
Sánchez, P., Giraldo, J. y Quiroz, M. (2013). Impulsividad: una visión desde la neurociencia del comportamiento y la psicología del desarrollo. Avances en Psicología Latinoamericana, 31 (1), pp. 241-251 http://www.scielo.org.co/pdf/apl/v31n1/v31n1a19.pdf
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria, donde la persona tiene altas preocupaciones respecto al peso, la imagen corporal y la alimentación. Los TCA en adolescentes son particularmente preocupantes debido a las consecuencias que pueden tener en el desarrollo físico y psicológico, así como el impacto en el metabolismo, la nutrición y la salud mental.
Exploraremos en este artículo, lo que debemos considerar sobre los TCA en adolescentes.
¿Qué son los TCA?
Según la APA, el trastorno por conducta alimentaria es cualquier trastorno caracterizado principalmente por una alteración patológica de las actitudes y conductas relacionadas con la comida, incluyendo la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones. De igual manera, se toman en cuenta la ortorexia (alimentos únicamente saludables), vigorexia (desarrollar masa muscular), fatorexia (percepción “normal o saludable” del peso) y pica (ingesta no alimentaria).
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TCA en adolescentes: Causas principales que debes conocer
Las causas son variadas, puesto que no se manifiestan de repente, sino que su origen es multifactorial. Existen factores de tipo genético, psicológico, sociocultural, familiar y personal. De este modo, se adhieren factores precipitantes y predisponentes, que entre ambos, suele generarse una insatisfacción corporal que desemboca en un deseo principalmente de adelgazar.
Los TCA pueden aparecer a cualquier edad, pero la etapa de mayor riesgo es la adolescencia, puesto que la mayor incidencia se produce entre los 12 y los 18 años, pese a que actualmente, existen casos que tienen una edad de inicio más baja, en torno a los 8 o 9 años. Factores influyentes en los TCA en adolescentes, son principalmente:
La presión social para adelgazar
Las redes sociales
La búsqueda de aceptación
Ideal estético delgado asociado al éxito social, familiar y profesional
Factores de riesgo para el desarrollo de TCA en adolescentes
En general se considera que ser mujer, adolescente y practicar un deporte con altas exigencias estéticas (ballet, atletismo, natación sincronizada, modelos, azafatas o gimnasia) pueden ser los perfiles de mayor riesgo para desarrollar un TCA. (AEPNYA, 2008).
Pese a que se ha catalogado a la mujer con mayor prevalencia, se debe considerar que estos trastornos también están presentes en hombres. Desde la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (2019), aproximadamente uno de cada nueve adolescentes diagnosticados con un TCA es hombre, sin embargo, por prejuicios y expectativas sociales y culturales, esto se ha mantenido más oculto. Sin embargo, los hombres son más propensos a desarrollar vigorexia, referente al aumento muscular y masa corporal.
Los TCA, en casos extremos pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición).
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Síntomas de los TCA en adolescentes
Los adolescentes que padecen estos trastornos, suelen experimentar una serie de cambios corporales, como pérdida de peso excesiva, bajo índice de masa corporal, amenorrea (ausencia de menstruación), fatiga, piel seca, pérdida de cabello, debilidad muscular, desequilibrios electrolíticos y por ende problemas renales y cardiacos. Todo esto, debido al cambio de metabolismo, puesto que como el cuerpo “conserva energía”, existe una falta de nutrientes que conducen a la sintomatología.
Señales de alerta físicas y emocionales de los TCA
Los TCA afectan el metabolismo debido a la restricción calórica y las purgas, lo que disminuye la tasa metabólica basal, y puede dificultar la recuperación incluso después de que el trastorno sea tratado.
La nutrición también se ve afectada, ya que se pierde la reserva de grasa y músculo que afecta a la retención de energía, lo que conduce a la pérdida de masa muscular, debilitamiento óseo y alteraciones hormonales, que interactúan con el equilibrio de neurotransmisores cerebrales, afectando incluso al rendimiento y el bienestar. (Treasure et al., 2018).
Natalia Seijo afirma también, que los TCA se relacionan con cuestiones de identidad y rechazo, por la sensación de vacío o desconexión del verdadero “Yo”, que conlleva el rechazo hacia el propio cuerpo y, en consecuencia, hacia uno mismo.
Esta desconexión puede derivar de diversos factores involucrados, entre ellos, la baja autoestima y dificultades en la aceptación personal, sosteniendo el concepto del “Yo rechazado”. Por lo tanto, la persona no sólo tiene dificultades con la comida, sino que rechaza el cuerpo como una defensa de emociones y experiencias dolorosas conectadas con el miedo, la vergüenza y la culpa (muchas veces con origen traumático). En consecuencia, la preocupación sobre el peso y la comida, se convierten en una forma de recuperar el control sobre otros aspectos de la vida.
Tratamiento integral
El tratamiento de los TCA en adolescentes o de manera general, suele involucrar un enfoque multidisciplinario (médicos, nutricionistas y psicólogos especializados en TCA).
Es importante abordar la conciencia de enfermedad por parte de la persona afectada (quien puede no ser capaz de identificar las consecuencias negativas del trastorno, la necesidad de hacer tratamiento, o los beneficios del mismo), puesto que, en estos trastornos, se abordan de manera prolongada y esto ayuda a prevenir complicaciones y a adherirse al tratamiento.
Resulta imprescindible el papel de la familia y su apoyo, por supuesto, evitando comentarios dolorosos sobre el peso, el cuerpo o haciendo comparaciones con compañeros u otras personas.
Para la prevención, la educación temprana sobre la imagen corporal saludable, la aceptación propia, la limitación de redes sociales con contenido relacionado a las expectativas externas y normas de belleza impuestas y la promoción de una relación equilibrada con la comida, son pasos cruciales para reducir el riesgo de desarrollar TCA.
Se debe tomar en cuenta que la relación con la comida también tiene mucho que ver con los afectos, es decir el rechazo y los afectos cobran importancia al momento de entenderlos.
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Conclusiones
Los trastornos de la conducta alimentaria TCA en adolescentes son una preocupación grave para la salud mundial por el inicio temprano en este rango etario, con consecuencias significativas tanto en el metabolismo y la nutrición, como la misma salud mental por el riesgo de la comorbilidad con la ansiedad y depresión.
Pese a que comúnmente estos trastornos se asocian con las mujeres, los hombres también suelen desarrollarlos, por lo que, se debe lograr mayor psicoeducación y sensibilización libre de estigmatizaciones, principalmente por expectativas y juicios sociales.
El tratamiento para los TCA en adolescentes, debe tener un enfoque integral y multidisciplinario desde el ámbito psicológico y nutricional, y muchas veces psiquiátrico, tomando en cuenta no sólo la dimensión física, sino la emocional, trabajando la reconstrucción y aceptación del “Yo” para una recuperación integral y duradera.
Por último, combatir los TCA requiere una combinación de prevención, intervención temprana y apoyo continuo de familiares y seres queridos, pero recuerda que buscar ayuda es un acto de valentía, y que con una intervención apropiada, es posible salir adelante.
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Preguntas frecuentes
¿Qué tipos de TCA son más comunes en adolescentes? Los TCA más comunes en adolescentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
¿Qué relación existe entre la nutrición y los TCA en adolescentes? Los TCA provocan deficiencias nutricionales graves que afectan el desarrollo físico y mental
¿Qué pueden hacer los cuidadores en casos de TCA en adolescentes? Los cuidadores cumplen con un papel crucial en la identificación y tratamiento de los TCA en adolescentes. Es importante fomentar un ambiente de apoyo, evitar la crítica sobre el peso y la apariencia, y buscar ayuda profesional lo antes posible.
Okrich, N. (2023). ¿Qué son los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)? La Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa y el Trastorno por Atracón. TopDoctors España.
Seijo, N. (2015). Trastornos alimentarios y disociación. ESTD Newsletter, 4(1), 9-16.
Los trastornos psicóticos son patologías mentales graves, el individuo pierde el contacto con la realidad, el brote psicótico es una de sus primeras apariciones, alucinaciones y delirios. Esta sintomatología puede dificultar que la persona continúe su vida diaria. La aparición de un brote psicótico no es indicativo únicamente de un trastorno psicótico, puede presentarse por otros trastornos mentales o por sustancias.
Aquí conocerás qué es un brote psicótico, sus secuelas y síntomas.
Brote psicótico secuelas: guía para comprender y superar sus efectos
¿Qué es un brote psicótico?
Es una ruptura con la realidad en un periodo determinado. Pueden aparecer imágenes o pensamientos y considerar que esa es la realidad, existen delirios de grandeza, pensamiento persecutorio, que el mundo le quiere hacer daño. Una alteración intensa de toda la estructura del pensamiento
En algunos casos los síntomas son leves, no se perciben en primera instancia, pero en otros casos la desconexión con la realidad es grave y evidente. Es imperativo saber diferenciar si es un episodio aislado o si es parte de un trastorno.
Síntomas de un brote psicótico
El brote psicótico se puede caracterizar por algunos de los siguientes síntomas.
Delirios (persecución, perjuicio, autorreferencial): temor constante a que le hagan daño, que te están vigilando, creencias falsas que no se ajustan con la realidad o creer que es una figura importante o histórica que tiene una misión
Trastorno del pensamiento: se caracteriza por una desorganización para conectar ideas.
Alucinaciones y pseudoalucinaciones: ver, oír o sentir cosas que no están ahí.
Síntomas catatónicos (rigidez, mutismo, estupor): aislarle, no hablar con nadie o rigidez psicomotora.
Discurso desorganizado: como el pensamiento no conecta lo que quiere decir o cambiar de discurso de manera inesperada.
Conducta extravagante: llamar la atención, tener conductas fuera de sí misma
Deterioro en sus capacidades cognitivas: en su atención, orientación de espacio tiempo. Aplanamiento emocional.
Las causas que intervienen en la aparición de un trastorno psicótico puede ser multifactorial, es decir biológicos, sociales, ambientales y psicológicos. Como hemos mencionado anteriormente un brote psicótico puede ser un evento aislado, no necesariamente debe estar relacionado con alguna patología previa, pero también puede ocurrir que tenga alguna relación.
Las causas de un brote psicótico pueden ser varias, pero lo más prevalente es un contexto, (social, ambiental y psicológico). Aquí conocerás algunas de las posibles causas en un brote psicótico.
Consumo de sustancias: el uso de drogas recreativas o el abuso del alcohol puede provocar alteraciones tanto permanentes como aisladas en el estado mental, llevando así a la aparición de brotes psicóticos.
Antecedentes en trastornos mentales previos: cuando existen diagnósticos de esquizofrenia, esquizoafectivo u otros trastornos psicóticos, aumenta la probabilidad de un brote psicótico. También se puede ver en casos de bipolaridad donde experimenten un brote psicótico debido a la hipomanía o la manía.
Eventos traumáticos: cuando se vive un evento traumático o de gran impacto puede haber una desconexión con la realidad.
Condiciones médicas subyacentes: enfermedades que afecten el sistema nervioso central, infecciones (meningitis entre otras), Alzheimer o enfermedades frontotemporal, pudiendo ocasionar así delirios y alucinaciones.
Estrés emocional: siendo uno de los desencadenantes también más frecuentes para sufrir un brote psicótico, situaciones de carga emocional elevada, duelo, pérdida de empleo, sufrir abusos o catástrofes.
Genética: la predisposición genética es un factor de gran peso. Si existen familiares con trastornos psicóticos la probabilidad de padecerlo en la familia es más elevado, esto en conjunto también con la interacción social.
Brote psicótico, secuelas
Un brote psicótico y sus secuelas dependerán de las circunstancias en las que se produjo, puede beneficiar o dejar en desventaja el pronóstico del individuo. En el brote psicótico, la secuela más significativa y personal que puede dejar es el duelo por el que puede pasar la persona, en su pensamiento o creencia, puede sentir que está perdiendo su salud.
Aquí te dejare como un brote psicótico, secuelas, pueden alterar la vida de quien lo ha padecido.
Autoestima baja: supone un gran impacto en el autoconcepto, no se siente identificados con ellos mismos, ya no se “valoran” de la misma manera debido a lo que ellos sienten que perdieron. Puede afectar su interacción social.
Aislamiento: desembocan un aislamiento social, sienten que ya no son aptos para la sociedad, esto también es debido al estigma que está encima del brote psicótico.
Deterioro cognitivo: con el uso y abuso de sustancias, el deterioro cognitivo es de las primeras apariciones. La memoria, atención y funciones ejecutivas se ven comprometidas.
Desconfianza: proveniente de la idea persecutoria, delirios o alucinaciones, tras el brote psicótico, es la secuela más grande que puede dejar, debido a que altera todo su entorno y día a día, ya no confía en nadie.
Ansiedad: el brote psicótico puede generar ansiedad generalizada ante la posibilidad de un nuevo episodio.
Trastornos del sueño: están relacionados con la medicación, pero también con la idea que debe estar alerta debido a que considera que le harán daño.
Es imperativo comprender que, en el brote psicótico, sus secuelas, sobre todo esta parte, puede generar repercusiones a grandes escalas emocionales y por consiguiente psicológicas, deteriorando así todas las áreas vitales del individuo, trabajar, socializar o incluso salir de casa puede ser significativo.
La prevención es el primer paso, la terapia te puede ayudar con el brote psicótico y sus secuelas. Contáctanos hoy mismo para agendar tu primera sesión gratuita con alguno de nuestros psicólogos y aprende estrategias para lidiar con las secuelas.
Tratamiento y prevención en un brote psicótico, secuelas
En el tratamiento de un brote psicótico, el primer paso a tomar en consideración son las redes de apoyo, debemos entender que el brote psicótico y las secuelas no solo afectan al individuo, también afecta el entorno primario en el que participa la persona.
Red de apoyo: para la persona que ha experimentado un brote psicótico, saber que tiene una red de apoyo con quien contar puede hacer la diferencia con el resto, incluso disminuye la intensidad de las secuelas.
Psicoeducación: tanto para el individuo como para el entorno, estrategias, reconocer sus síntomas, el brote psicótico, secuelas, el conocimiento es poder, y la educación del trastorno, incluso si es aislado, sabrán cómo actuar ante ello.
Terapia: desde un enfoque cognitivo conductual, se generan estrategias para distinguir la realidad de las alucinaciones y delirios, técnicas para habilidades sociales y la comunicación.
Medicación. Los antipsicóticos son de gran ayuda para la persona en conjunto con las estrategias de reconocimiento de la realidad.
La prevención de padecer un brote psicótico aislado o no, se basa en la psicoeducación, reducir el acceso a sustancias y el abuso de dichas sustancias, como hemos leído previamente, tiene relación directa con la aparición de un episodio.
Estrategias para gestionar el estrés, gestión emocional ayuda a reducir estas probabilidades, que no en todos los casos se cumple, es por ello que en la predisposición genética es más adecuada la terapia, así como informarse de sus probabilidades.
Cualquier persona puede experimentar un brote psicótico, sus secuelas pueden ser más significativas también dependiendo de cuales sean sus redes de apoyo, así como su disposición a pedir y aceptar la ayuda. Como hemos mencionado, la predisposición genética hace que cierta población sea más vulnerable y el contexto hace que aumente esta probabilidad.
Si tú o alguien experimenta síntomas de un brote psicótico, abuso de sustancias, no dudes en buscar de ayuda profesional, solicita una sesión con nosotros a través del WhatsApp y obtén la sesión gratuita. La intervención temprana es la clave en este proceso.
Conclusiones
Este fenómeno puede cambiar la vida tanto de quien ha padecido un brote psicótico como de su entorno, impacta de forma significativa el comportamiento, las relaciones, incluso el pensamiento. Un brote psicótico puede manifestarse de manera distinta y sus secuelas también varían según la intensidad y tiempo del episodio, es por ello que la comprensión es fundamental, así como la intervención adecuada.
La comprensión de que es un brote psicótico, sus secuelas, las causas y síntomas, es fundamental para poder brindar la ayuda de manera efectiva.
Las adicciones son un problema complejo que afecta a millones de personas, no solo a nivel social, sino que también han trascendido fronteras culturales y socioeconómicas. Se presentan de diversas formas, desde el abuso de sustancias como el alcohol y las drogas, hasta adicciones al juego, a la limpieza o a las relaciones. Existen un si numero de adicciones, y en este artículo hablaremos de las adicciones mas comunes y tendremos la oportunidad de explorar algunas de ellas. Sin embargo, el impacto que generan es muy grande, ya que no solo afecta a la persona que consume, sino también a su entorno: familiares, amigos y el ámbito laboral. Por ello, comprender las raíces de estas conductas y los desafíos que enfrentan quienes viven una adicción es fundamental para buscar la prevención de este problema.
En este artículo, exploraremos las causas, consecuencias y posibles caminos hacia la recuperación de una adicción, con el objetivo de concientizar a nuestros lectores sobre este tema que tanto ha afectado a nuestros jóvenes y niños. Además, buscaremos impulsar a las personas a que busquen la ayuda necesaria para enfrentar los desafíos en el proceso de recuperación.
Una adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. La persona que padece una adicción, en un principio, no percibe la relevancia del daño que puede causarse a sí misma. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la persona puede ser consciente del daño, pero aun así continúa manteniendo esta adicción. Esta condición a menudo afecta su vida diaria y puede impedirle cumplir con sus deberes u obligaciones debido a la sumersión en la adicción. Además, puede traer consigo problemas para relacionarse con otras personas, afectar la salud y generar trastornos psicológicos.
¿Qué es una adicción?
Una adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. La persona que padece una adicción, en un principio, no percibe la relevancia del daño que puede causarse a sí misma. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, la persona puede ser consciente del daño, pero aun así continúa manteniendo esta adicción. Esta condición a menudo afecta su vida diaria y puede impedirle cumplir con sus deberes u obligaciones debido a la sumersión en la adicción. Además, puede traer consigo problemas para relacionarse con otras personas, afectar la salud y generar trastornos psicológicos. te recomiendo leer
Causas que generan adicciones:
Existen factores importantes que pueden llevar a una persona a desarrollar una adicción:
✅Factores genéticos: Algunas personas tienen una predisposición genética que aumenta el riesgo de desarrollar adicciones. Aquellos con antecedentes familiares de adicciones suelen estar en mayor riesgo de sufrirlas.
✅Factores psicológicos: Trastornos emocionales como la ansiedad, la depresión y el estrés pueden llevar a las personas a desarrollar adicciones, debido al placer instantáneo que ofrecen y al aparente alivio emocional que brindan. Al no haber desarrollado habilidades para manejar adecuadamente sus emociones, suelen canalizarlas a través de las adicciones.
✅Entorno social y familiar: Un ambiente familiar disfuncional, caracterizado por abusos constantes y la falta de apoyo, aumenta el riesgo de que la persona busque “apoyo” o “escape” en las adicciones. Además, si se crece en un entorno donde los padres o hermanos facilitan el consumo de sustancias, la probabilidad de desarrollar una adicción es mayor.
✅Curiosidad y experimentación: En el caso de los jóvenes y niños, la influencia de amigos o el deseo de aprobación social pueden llevarlos a probar sustancias adictivas, lo que aumenta el riesgo de caer en la adicción. También es común que algunos lo hagan para experimentar sensaciones de bienestar y aliviar el estrés generado por problemas en casa o en la escuela. La mayoría de los menores que comienzan a consumir sustancias lo hacen por curiosidad o por experimentar.”
¿Qué consecuencias hay si tengo una adicción?
En un principio, la persona no ve el impacto que tiene la adicción en ella misma, pero con el tiempo puede percatarse de las consecuencias. Algunas de las afectaciones más comunes son:
Deterioro de la salud: Se observa una disminución del bienestar físico y un aumento de enfermedades debido al debilitamiento del cuerpo. Esto hace que el sistema inmunológico pierda fuerza, dificultando la capacidad para defenderse contra infecciones o virus.
Trastornos del sueño: La persona puede experimentar alteraciones en el sueño debido a los cambios químicos que la adicción provoca en el cerebro. En algunos casos, esto se traduce en insomnio, fatiga y sueño intermitente, lo que agrava aún más su estado de salud.
Afectaciones psicológicas: Con el tiempo, la persona adicta puede desarrollar trastornos como ansiedad o depresión al sentirse incapaz de superar la dependencia. La necesidad constante de recurrir a la adicción genera ansiedad, y tras consumirla, la persona experimenta sentimientos de culpa y pérdida de control sobre sí misma.
Las adicciones, independientemente de su naturaleza, comparten un mecanismo común: la activación del sistema de recompensa cerebral. Esta activación, ya sea inducida por sustancias químicas o conductas específicas, desencadena un deseo compulsivo de repetición. Las adicciones se pueden clasificar en tres categorías principales:
Adicciones conductuales: Estas incluyen el juego patológico, la adicción al sexo, la adicción al trabajo, la adicción a internet, la dependencia de sectas religiosas y las relaciones de codependencia.
Adicciones a sustancias químicas: Este grupo abarca la dependencia del alcohol, la nicotina, la cocaína, la marihuana, los opioides, los sedantes, las anfetaminas, el éxtasis y la heroína.
Adicciones alimentarias: Aquí se encuentran trastornos como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.”
Características de una adicción:
La adicción se caracteriza por la pérdida de control, la inversión excesiva de tiempo y energía, y el deterioro progresivo de la vida. Las personas que tiene una adicción pasa por una serie de mecanismos: negación, autoengaño y justificación para evitar las consecuencias
También presentan distorsiones del pensamiento, como la dicotomía y la preocupación constante, alimentar la adicción. Dificultad para identificar y manejar emociones. La búsqueda activa, Las situaciones de riesgo aumentan el deseo y desencadenan la conducta adictiva.
Pérdida de control y consecuencias negativas.
Negación y autoengaño.
Distorsiones del pensamiento y afectivas.
Búsqueda activa y deseo de consumo.
Recuerda que si estás pasando por una situación de adicción no es sencillo pasar por estos mecanismos por ti solo, busca ayuda profesional que te guie y te ayude al tratamiento de dicha adicción
La intervención es una de las herramientas más usadas para el tratamiento de las adicciones, se realizan en compañía de un psicólogo, quien reúne a los familiares para intervenir y crear consciencia en la persona que padece la adicción. te explico un poco como es el manejo
Una intervención es un proceso planeado por familiares y amigos, a menudo con un profesional (como un consejero en adicciones). El objetivo es confrontar a la persona con su adicción y motivarla a buscar ayuda.
¿Cómo funciona una intervención?
Planificación: Se forma un grupo y se busca asesoría profesional para organizar la intervención.
Información: Se investiga la adicción y se prepara un plan de tratamiento.
Equipo: Se decide quién participará, se fija una fecha y se ensaya el mensaje. Se priorizan los hechos sobre las emociones.
Consecuencias: Se decide qué acciones tomar si la persona rechaza el tratamiento (ej: pedirle que se vaya de casa).
Comunicación: Cada participante prepara notas sobre cómo la adicción ha afectado, enfocándose en hechos y sentimientos, sin culpar.
Intervención: Se reúne al afectado y el equipo expresa sus preocupaciones, ofreciendo tratamiento inmediato y detallando las consecuencias del rechazo.
Seguimiento: La familia apoya el tratamiento, ajusta la vida diaria, busca terapia individual y se prepara para posibles recaídas.
Para tener en cuenta: Una intervención mal planificada puede empeorar la situación. La preparación cuidadosa es clave.
¿Cómo prevenir las adicciones?
Es importante que se creen acciones para prevenir las adicciones, y es importante entender que los padres tienen gran influencia en la prevención de adicciones, ya que todo parte del ambiente en que se desarrolla un niño. Si hablamos con nuestros hijos de estos temas y mencionamos las consecuencias a largo plazo, ya estamos realizando una acción para prevenir estas conductas.
Podemos crear estrategias en nuestra vida cotidiana, acciones como:
En las escuelas: Trabajar para que nuestros jóvenes cuenten con las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas.
En la familiar: Apoyar a padres y madres para que puedan crear ambientes de diálogo y confianza.
En las comunidades: Fortalecer los lazos con vecinos y promover espacios de convivencia sana.
En los espacios de tiempo libre: Fomentar actividades que nutran el cuerpo y el espíritu, alejando a las personas de conductas de riesgo.
Preguntas que te pueden ayudar a saber si tienes alguna adicción:
¿tengo un deseo continuado sobre “x” y he hecho esfuerzos por controlar o interrumpir “x” sin haber podido?
¿me noto con una necesidad mayor de “x” que cuando comencé con ello?
¿he sentido un síndrome de abstinencia si he dejado durante un tiempo “x”?
¿empleo mucho tiempo en “x”? ¿Se han reducido otras actividades sociales para dedicar más tiempo a “x”?
¿me ha producido algún tipo de problema en otras áreas de mi vida: conflictos laborales, familiares, con la justicia, con amigos…?
Imagina por un momento el peso de la adicción. No es solo una sustancia o un comportamiento, es una carga que se lleva en el alma, un laberinto del que parece imposible salir. Detrás de cada persona que lucha contra una adicción, hay una historia, sueños rotos y un grito silencioso pidiendo ayuda.