Asocial: Entendiendo la distancia social

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En un mundo que a menudo valora la conexión social por encima de todo, el concepto de asocial suele ser malinterpretado o incluso estigmatizado. Lejos de ser sinónimo de timidez, misantropía o depresión, ser asocial representa una preferencia genuina por la soledad y una menor necesidad de interacción social. No se trata de una incapacidad para relacionarse, sino de una disminución intrínseca del impulso social que, para quienes la experimentan, es tan natural como la extraversión para otros. En este artículo exploraremos la distancia social y que características manifiesta.

¿Qué es asocial?

Caracterizada por una baja motivación para establecer vínculos sociales y un gusto por las actividades individuales, la personalidad asocial abarca un conjunto de patrones estables en actitudes, cogniciones, emociones y conductas. Estas características persisten a lo largo del tiempo y en diversos contextos de vida. Se trata de individuos que encuentran placer en la soledad y la buscan deliberadamente. Aunque tienen habilidades interpersonales funcionales, optan por limitar sus interacciones.

Características de la personalidad asocial

Como te comentamos la asocialidad no es lo mismo que ser tímido, antisocial o solitario. Es un rasgo de personalidad con características distintivas que se mantienen en el tiempo y en diferentes situaciones. Aquí te presentamos algunas de ellas:

Baja Motivación Social: La característica principal es una escasa o nula necesidad intrínseca de interactuar con otros. A diferencia de alguien extrovertido que busca constantemente la compañía, la persona asocial no siente ese impulso. No es que eviten a la gente por miedo, sino que simplemente no los buscan activamente.

Preferencia por Actividades Solitarias: Disfrutan genuinamente de estar solos y eligen actividades que no requieren interacción social. Esto puede incluir leer, dedicarse a pasatiempos individuales, trabajar en proyectos personales o simplemente disfrutar de la tranquilidad en su propio espacio. La soledad no les genera angustia, sino bienestar y comodidad.

Habilidades Sociales Funcionales: Es crucial entender que las personas asociales poseen las habilidades necesarias para relacionarse adecuadamente cuando deciden hacerlo. No tienen dificultades para entender las normas sociales, mantener una conversación o comportarse de manera apropiada en un grupo. Simplemente, eligen no ejercer estas habilidades con frecuencia.

Indiferencia ante la Opinión Social: No suelen preocuparse en exceso por lo que otros piensen de su estilo de vida o su falta de participación social. Su satisfacción proviene de su propio mundo interior y sus intereses personales, no de la aprobación externa.

Estabilidad y Persistencia: Estos patrones de comportamiento, pensamiento y emoción son consistentes a lo largo del tiempo y en los diversos ámbitos de su vida. No es una fase temporal ni una reacción a una situación específica, sino una forma de ser arraigada.

Ausencia de Angustia o Malestar Social: A diferencia de una persona que padece ansiedad social o que se siente sola a pesar de desear compañía, la persona asocial no experimenta sufrimiento o frustración por su falta de interacción social. De hecho, intentar forzar la socialización excesiva puede generarles estrés.

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Como puedes observar la personalidad asocial se trata de una elección consciente y una preferencia inherente por la autonomía y la independencia, donde la soledad es una fuente de placer y no de privación.

Ejemplos de la personalidad asocial

Esto puede manifestarse de diversas maneras, pero siempre gira en torno a una preferencia por la soledad y una baja necesidad de interacción social. Aquí te presentamos algunos ejemplos de cómo puede verse una persona asocial:

El Programador o Escritor Independiente: Piensa en alguien que trabaja desde casa, quizás como programador de software o escritor. Disfruta de la flexibilidad de su horario y de la posibilidad de concentrarse en sus tareas sin interrupciones. Puede comunicarse eficazmente por correo electrónico o mensajes, pero evita las reuniones presenciales innecesarias o las actividades de equipo que no sean estrictamente obligatorias. Sus interacciones sociales se limitan a lo funcional y a las personas más cercanas, como su familia inmediata o un par de amigos muy íntimos.

El Estudiante Universitario: Hay estudiantes que sobresalen académicamente, pero que rara vez participan en actividades extracurriculares, fiestas o grupos de estudio masivos. Prefieren estudiar solos en la biblioteca o en su habitación, y su interacción con compañeros se limita a lo necesario para proyectos grupales o aclarar dudas. No es que no puedan socializar, es que su enfoque está en su aprendizaje y disfrutan del proceso en un entorno tranquilo.

– El Hobbyist Dedicado: Imagina a alguien que pasa horas y horas construyendo modelos a escala, restaurando coches antiguos en su garaje o dedicándose a la filatelia. Estas actividades requieren concentración y a menudo se realizan en solitario. Si bien pueden compartir su pasión en foros en línea o con un pequeño círculo de entusiastas afines, la mayor parte de su tiempo de ocio se dedica a su hobby de forma individual.

La clave es la ausencia de malestar por la falta de interacción social y una preferencia activa por la autonomía y la soledad. Pero si te identificas con estos ejemplos y características y deseas obtener herramientas para socializar más, podemos ayudarte a encontrar el especialista indicado.

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Conclusión

Lejos de ser un defecto o una deficiencia, emerge como una característica genuina de la personalidad que merece ser comprendida y respetada. Hemos desglosado que no se trata de timidez, antisocialidad o aislamiento forzado, sino de una preferencia inherente y activa por la autonomía y la soledad. Las personas asociales no carecen de habilidades sociales; simplemente tienen una baja motivación para utilizarlas con frecuencia, encontrando su bienestar y plenitud en actividades solitarias y en un círculo social íntimo y selecto.

En un mundo que a menudo presiona por la conexión constante, reconocer y valorar la asocialidad es crucial para fomentar una sociedad más inclusiva. Entender que algunos individuos prosperan en la tranquilidad y la introspección nos permite movernos más allá de prejuicios y estigmas. Al final, la riqueza de la experiencia humana reside en la diversidad de nuestras inclinaciones, y la asocialidad es una manifestación válida y natural de cómo algunas personas eligen vivir y encontrar sentido en su propio espacio.

Si te identificas con las características de la asocialidad, o si sientes que tu patrón de interacción social te causa malestar, te invitamos a considerar la ayuda de un profesional de la psicología. Un terapeuta puede ofrecerte un espacio seguro y confidencial para explorar tus sentimientos, comprender mejor tus preferencias sociales y desarrollar estrategias que promuevan tu bienestar. No estás solo en este camino, y buscar apoyo psicológico es un paso valiente hacia una mayor autoconciencia y equilibrio emocional. Es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Lidia Asensi, Personalidad asocial.

¿Para qué sirve la hipnosis? Expectativa vs realidad

para qué sirve la hipnosis

Cuando escuchamos la palabra hipnosis, la mente a menudo se llena de imágenes de escenarios, relojes de péndulo y personas haciendo cosas extrañas bajo el control de un hipnotizador. Esta es la expectativa que el cine y la televisión han construido a lo largo de los años: la hipnosis como un truco de magia, una forma de manipulación mental o incluso una pérdida de consciencia. Sin embargo, qué tan cerca está esta fantasía de realidad, En este artículo exploraremos para qué sirve la hipnosis y su verdadero propósito, indagando sus realidades.

Para qué sirve la hipnosis

¿Qué es la hipnosis?

La hipnosis es un estado de relajación profunda o “trance”, donde la atención se enfoca intensamente y la persona se vuelve más receptiva a las sugestiones. No es estar dormido ni perder el control, sino un estado de consciencia alterado donde la mente es más abierta al cambio y al aprendizaje, lo que la convierte en una poderosa herramienta terapéutica para abordar problemas como el dolor, la ansiedad, las fobias o los hábitos no deseado.

¿Para qué sirve la hipnosis?

Sabemos que por la información aleatoria que existe sobre la hipnosis, en muchas ocasiones te habrás preguntado; para qué sirve la hipnosis, su utilidad principal radica en la hipnoterapia, donde se aplica para mejorar el bienestar físico y mental, así como para facilitar cambios de conducta deseados.

Aquí te detallamos sus principales usos y beneficios de la hipnosis:

1. Manejo y control del dolor: es muy eficaz para reducir la intensidad y la percepción del dolor en condiciones como la fibromialgia, el síndrome del intestino irritable, el dolor de espalda crónico, el dolor de cabeza (migrañas y tensionales), y el dolor asociado al cáncer. También, se utiliza para aliviar el dolor durante procedimientos médicos y dentales (como extracciones, endoscopias, biopsias), en el parto, y para el manejo del dolor post-operatorio o de quemaduras.

2. Reducción del estrés y la ansiedad: ayuda a inducir un estado de profunda relajación, lo que disminuye los niveles de estrés y ansiedad generalizados. Especialmente útil para reducir la ansiedad preoperatoria o antes de cualquier procedimiento médico. Puede ser un complemento en el tratamiento de trastornos de ansiedad, fobias específicas (miedo a volar, a las alturas, a espacios cerrados, etc.) y trastornos de pánico.

3. Cambio de hábitos y conductas: para dejar de fumar es una de las aplicaciones más conocidas, ya que ayuda a reprogramar las asociaciones mentales con el tabaco y a fortalecer la voluntad para abandonarlo. Contribuye a modificar los patrones de alimentación, reducir antojos, y fomentar hábitos saludables. Mejora la calidad del sueño y ayuda a superar el insomnio y también ayuda a romper ciclos de conductas repetitivas.

4. Potenciación del rendimiento: mejora la concentración, la visualización de éxito y la reducción de la ansiedad en deportistas. Puede ayudar a mejorar la concentración, la memoria y la motivación para el estudio. Facilita el acceso a la mente subconsciente, liberando bloqueos creativos.

5. Manejo de síntomas específicos: puede aliviar los sofocos asociados a la menopausia. Se utiliza para mitigar los efectos secundarios de tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia. Síndrome del intestino irritable (SII), ha demostrado ser una terapia eficaz para reducir los síntomas. Algunas afecciones de la piel, como parte de un tratamiento integral, puede ayudar a mejorar condiciones dermatológicas relacionadas con el estrés.

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Para qué sirve la hipnosis

La hipnosis: Expectativa vs Realidad

En la búsqueda de ¿Para qué sirve la hipnosis? Ha sido distorsionado por la cultura popular que la expectativa común dista mucho de la realidad de lo que es y cómo funciona. Aquí te presentamos una comparación clara entre ambas:

Expectativa: que la persona entre en un estado de inconsciencia total, como si estuviera dormida profundamente, y no recordará nada de lo ocurrido.

Realidad: la hipnosis no es sueño ni inconsciencia. Es un estado de atención focalizada y relajación profunda, donde la persona está plenamente consciente de lo que sucede y, en la mayoría de los casos, recordará lo dicho y experimentado.

Expectativa: que el hipnotizador posea poderes especiales o un don sobrenatural para dominar mentes.

Realidad: no hay poderes mágicos. El hipnotizador es un profesional cualificado que utiliza técnicas y lenguaje específicos para guiar a la persona a un estado de trance. Su habilidad reside en el conocimiento de la psicología humano y la comunicación efectiva.

Expectativa: que una sola sesión de hipnosis resolverá todos los problemas de forma instantánea y permanente, sin esfuerzo posterior.

Realidad: la hipnosis es una herramienta terapéutica, no una varita mágica. Si bien puede producir cambios significativos, a menudo requiere varias sesiones y el compromiso activo del individuo para integrar los cambios sugeridos en su vida diaria. Es un proceso, no un evento único.

Expectativa: que la hipnosis puede dejar a la persona enganchada en el trance, sacar información confidencial contra su voluntad o inducir psicosis.

Realidad: es un procedimiento seguro cuando es realizado por un profesional ético y capacitado. La persona puede salir del trance cuando lo desee y no se le puede obligar a revelar secretos. No hay evidencia científica de que la hipnosis provoque trastornos mentales o deje a alguien “atrapado”.

En esencia, la expectativa se nutre de la ficción y el sensacionalismo, mientras que la realidad de la hipnosis es una disciplina clínica basada en principios psicológicos y neurocientíficos, que busca potenciar los recursos internos de la persona para facilitar cambios positivos y mejorar su calidad de vida, pero con personas altamente calificadas para ello.

Conclusión

En definitiva, para qué sirve la hipnosis va mucho más allá del espectáculo que suele proyectar la cultura popular. Lejos de ser un estado de inconsciencia o de control mental, la hipnosis es una herramienta terapéutica poderosa que permite acceder a un estado natural de atención focalizada y profunda relajación. En esta condición de receptividad aumentada, la mente subconsciente se vuelve más abierta a las sugestiones positivas, facilitando el cambio y el bienestar.

Comprender para qué sirve la hipnosis nos ayuda a verla como un complemento valioso en tratamientos médicos y psicológicos. Su eficacia ha sido demostrada en el manejo del dolor, la reducción del estrés y la ansiedad, el abandono de hábitos como el tabaquismo o la mejora en el control del peso, así como en el fortalecimiento de la autoestima y el rendimiento personal. La hipnosis es un proceso colaborativo entre el individuo y el profesional capacitado, donde el verdadero poder reside en la capacidad de la mente para sanar, transformarse y evolucionar.

Referencia

Mayo clinic (2023), Hipnosis.

Hipnoterapia: ¿Cómo funciona la hipnosis terapéutica?

hipnoterapia
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La hipnosis es una técnica que se maneja en un estado de conciencia que implica atención enfocada y una capacidad de respuesta a la sugestión. Por lo tanto, el término de hipnoterapia hace referencia al uso de la hipnosis clínica. La hipnoterapia conlleva fines terapéuticos en el tratamiento de un problema o trastorno médico o psicológico.

Antecedentes históricos de la hipnosis

La hipnosis ha sido bastante estigmatizada por una idea más comercial, sin embargo, ha sido utilizada en distintas civilizaciones de Egipto, Grecia e India desde hace muchísimos años. Esta era practicada para fines curativos, y antes se acompañaba de rituales, cantos y sugestión.

En 1843, el cirujano escocés James Braid acuñó el término hipnosis (del griego hypnos, “sueño”). Aunque después se confirmó que no implicaba un estado de sueño real, sino un estado de concentración mental intensa.

Más adelante, la British Medical Association (1955) y la American Medical Association (1958) reconocieron la hipnosis como una herramienta terapéutica válida en medicina y psicología y hoy en día, se emplea como complemento en el tratamiento de ansiedad, trastornos psicosomáticos y preparación para intervenciones médicas, entre otros.

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Hipnosis clínica o hipnoterapia

La Asociación Americana de Psicólogos (APA, 2014) define hipnosis como un estado modificado de conciencia caracterizado por una atención focalizada, una mayor sugestionabilidad y una disminución del juicio crítico. Durante este estado, la persona no está dormida ni inconsciente, sino profundamente concentrada y receptiva a las sugerencias del terapeuta. (Lynn, Kirsch & Hallquist, 2008).

La hipnoterapia o también llamada hipnosis clínica es una herramienta seria y efectiva, respaldada por la ciencia, que permite promover el cambio y el bienestar. Pese a que la hipnosis no es una terapia en sí misma, en la hipnoterapia, el terapeuta guía al paciente a un estado de relajación profunda y concentración enfocada, conocido como trance hipnótico.

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¿Qué ocurre en un estado hipnótico?

El estado hipnótico implica un estado en el cual los individuos reportan un cambio en el estado de conciencia con una mayor capacidad de absorción, que se diferencia del estado de vigilia y que no implica una pérdida del control personal. (Castañeda & Krikorian, 2018).

La evidencia empírica respalda que:

  • La hipnosis no es un estado de sueño
  • Las personas tienen la capacidad de controlar sus conductas y son conscientes de su entorno
  • No implica ningún peligro si es realizada por profesionales cualificados
  • La amnesia posthipnótica es poco frecuente y usualmente reversible cuando ocurre
  • La hipnosis podría provocar falsos recuerdos, tal como ocurre en el estado de vigilia

Por lo que, durante la hipnosis, la mente está más abierta a sugestiones, permitiendo modificar pensamientos, sensaciones, emociones o comportamientos limitantes.

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Aplicación de la hipnoterapia

La hipnoterapia ha sido utilizada para tratar una variedad de trastornos, incluyendo la ansiedad, la depresión, las fobias, el insomnio, el dolor agudo y crónico, los trastornos alimentarios, y el manejo de trastornos disociativos y conversivos, y el abandono de hábitos como el tabaquismo. (González, 2018).

Entre los beneficios más documentados se encuentran:

  • Reducción del estrés y la ansiedad.
  • Mejora del sueño.
  • Control del dolor agudo y crónico.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico.
  • Tratamiento de trastornos psicosomáticos.

Cabe recalcar que es una herramienta que su eficacia depende de factores como la motivación del paciente, la habilidad del terapeuta y el tipo de problema que se desea tratar, por lo que, puede no funcionar igual para todos.

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hipnoterapia
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Hipnoterapia en línea

Con el auge de la tecnología, muchas personas se preguntan cómo es una sesión de hipnosis online. Aunque al principio puede parecer extraño recibir terapia hipnótica a través de una pantalla, diversos estudios han demostrado que la hipnoterapia en línea puede ser igual de efectiva que la presencial.

Una sesión típica comienza con una conversación inicial donde el terapeuta evalúa el motivo de consulta y las expectativas del paciente. Luego, se realiza una inducción hipnótica, que puede incluir técnicas de relajación, visualización guiada o atención focalizada. Durante el estado hipnótico, el terapeuta ofrece sugerencias terapéuticas adaptadas al problema del paciente. Finalmente, se realiza un proceso de reorientación a la conciencia plena.

Es fundamental que las sesiones online se realicen en un entorno tranquilo, con buena conexión a internet y sin interrupciones. También se recomienda trabajar con un profesional acreditado y con experiencia en hipnosis clínica.

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Conclusiones

La hipnoterapia es una herramienta con evidencia, basada en la técnica de la hipnosis que puede contribuir al bienestar psicológico y físico de muchas personas. Esta herramienta es consolidada entre los profesionales de la salud, que se encuentra en continuo estudio, validación y acumulación de nuevas evidencias.

Lejos de los estereotipos de la hipnosis de espectáculo, la hipnosis terapéutica es un recurso valioso dentro de la psicología contemporánea.

Referencias

Castañeda, E. & Krikorian, A. (2018). Aplicaciones actuales de la hipnosis clínica en Latinoamérica: una revisión sistemática de la literatura. Avances en Psicología Latinoamericana, 36(2), 269-283.

González-Ordi, Héctor. (2018). Sobre la Validez y Eficacia de la Hipnosis Clínica. Valoración Crítica del Documento Observatorio OMC contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias en relación con la Hipnoterapia. Clínica y Salud29(1), 45-47.

Lynn, S. J., Kirsch, I., & Hallquist, M. N. (2008). Teorías cognitivas sociales de la hipnosis. The Oxford handbook of hypnosis: Theory, research, and practice (pp. 231–250). Oxford University Press.

Weir, K. (1 de abril de 2024). Descubriendo la nueva ciencia de la hipnosis clínica. Monitor de Psicología , 55 (3).

Abulia: Guía para recuperar tu impulso

Abulia

¿Te has sentido alguna vez atrapado en una especie de inercia, donde iniciar cualquier tarea parece una montaña insuperable? No estás solo. La abulia, un trastorno de la motivación, afecta a un porcentaje significativo de la población, con estudios sugiriendo que puede presentarse en hasta un 30% de los pacientes con ciertas condiciones neurológicas y psiquiátricas (Marín, 1991). Este sentimiento de falta de voluntad es más común de lo que pensamos.

Abulia significado: Desentrañando la inacción

Cuando hablamos de abulia significado, nos referimos a la ausencia o disminución de la voluntad, la incapacidad de tomar decisiones y llevar a cabo acciones, incluso aquellas que resultan necesarias o deseables. Es mucho más que simple pereza; es una alteración profunda de la iniciativa. La abulia puede manifestarse de diversas maneras, desde la dificultad para levantarse de la cama hasta la incapacidad de iniciar proyectos importantes. Comprender qué es, es crucial para abordarla.

Abulia qué es: Más allá de la pereza común

Profundizando en abulia qué es, encontramos que es un síntoma que puede ser indicativo de diversas condiciones subyacentes, tanto neurológicas como psiquiátricas. No se trata de una elección consciente de no hacer nada, sino de una dificultad intrínseca para iniciar y mantener un comportamiento propositivo (Cummings & Mega, 2003). Comprender lo que es, es el primer paso para abordarla eficazmente, ya que la abulia puede tener un impacto devastador en la vida cotidiana de quien la padece, afectando desde el ámbito personal, las relaciones y el autocuidado, hasta el profesional, mermando la productividad y el desempeño laboral. Se puede generar un círculo vicioso de inactividad y frustración que agrava aún más la situación.

Desde una perspectiva neuropsicológica, la abulia a menudo se asocia con disfunciones en los circuitos frontales-subcorticales, especialmente aquellos relacionados con la planificación, la motivación y la ejecución de tareas (Alexander et al., 1986). Estas áreas cerebrales son cruciales para la toma de decisiones y la iniciación del comportamiento, y su alteración puede llevar a la manifestación de la abulia.

¿Qué es Abulia?: El núcleo de la falta de voluntad

Para entender qué es abulia a fondo, es crucial diferenciarla de la apatía o la anhedonia. Mientras la apatía se refiere a la falta de emoción o interés, y la anhedonia a la incapacidad de experimentar placer, la abulia se centra específicamente en la ausencia de iniciativa y la dificultad para ejecutar conductas orientadas a un fin (Stuss & Benson, 1986). La abulia puede coexistir con estas otras condiciones, pero su característica distintiva es la alteración de la volición.

Para ilustrar abulia significado en situaciones prácticas, imaginemos a una persona que desea fervientemente aprender un nuevo idioma, pero día tras día pospone el estudio, incapaz de abrir el libro o iniciar una lección en línea. Este es un claro ejemplo. Otro caso podría ser alguien que, a pesar de reconocer la necesidad de hacer ejercicio por su salud, no logra levantarse del sofá para iniciar una caminata. Estos ejemplos nos ayudan a visualizar el impacto de la abulia en la vida real.

Herramientas y estrategias para afrontar la abulia

Afortunadamente, existen diversas herramientas y estrategias para abordarla y recuperar la iniciativa perdida. El primer paso es reconocer que se trata de un problema que requiere atención. Buscar apoyo profesional es fundamental. La psicoeducación es clave; comprender abulia significado y sus bases neurobiológicas puede desculpabilizar a la persona y abrir la puerta a la aceptación y el tratamiento. Saber qué es abulia permite desmitificarla y abordarla con una perspectiva más informada y compasiva. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es una de las terapias más eficaces para abordarla, ya que se enfoca en identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales que contribuyen a la inacción (Beck, 1995). A través de técnicas como la programación de actividades y la activación conductual, la TCC ayuda a la persona a dar pequeños pasos para superar la sintomatología.

Una estrategia fundamental para combatir la abulia es dividir las tareas grandes en metas más pequeñas y manejables. Esto reduce la sensación de abrumación y facilita la iniciación. Por ejemplo, en lugar de “limpiar toda la casa”, la meta podría ser “limpiar una habitación” o incluso “organizar una estantería”. Este enfoque gradual es vital pues lleva a celebrar los pequeños logros y esto ayuda para mantener la motivación y contrarrestar la la fatiga extrema o cansancio.

Reconocer el esfuerzo y el progreso, por mínimo que parezca, fortalece la autoeficacia. La autocompasión también juega un papel importante; es fundamental ser amable consigo mismo durante el proceso de superación de la abulia, evitando la autocrítica excesiva. Además, la evidencia sugiere que la actividad física regular puede mejorar significativamente el estado de ánimo y los niveles de energía, lo que puede ser beneficioso para contrarrestar la abulia (Craft & Perna, 2004).

Crear rutinas y horarios estructurados también puede ayudar a la persona a establecer un sentido de previsibilidad y orden, facilitando la iniciación de tareas y reduciendo la resistencia a la acción. La regularidad en las actividades diarias puede ser una aliada poderosa. Contar con el apoyo de amigos, familiares o grupos de apoyo puede ser invaluable para quienes experimentan abulia. Compartir las experiencias y recibir aliento de otros que comprenden la situación puede reducir el aislamiento y fortalecer la motivación.

Abulia: Ejemplos de soluciones en acción

Para ejemplificar cómo se aborda la abulia en la práctica, consideremos el caso de una persona que lucha por encontrar un nuevo empleo. A través de la terapia, podría establecer como primera meta investigar tres ofertas de trabajo al día, sin la presión de aplicar. Una vez que se sienta cómoda con esa tarea, se podría aumentar gradualmente a enviar una solicitud. Otra solución podría ser la implementación de un sistema de recompensas, donde la persona se permite un pequeño placer después de completar una tarea que se le dificultaba. Estos son ejemplos de conflictos y soluciones directas para la abulia.

Cuando la abulia es un síntoma de algo más

Es importante recordar que la abulia a menudo es un síntoma de una condición subyacente. Puede ser un indicio de depresión, ansiedad, trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson o el Alzheimer, o incluso efectos secundarios de ciertos medicamentos (APA, 2013). Por ello, es fundamental una evaluación profesional exhaustiva para determinar la causa de la abulia y establecer el tratamiento adecuado. Entender qué es no es solo conocer su definición, sino reconocer el impacto que tiene y la importancia de buscar ayuda. No se trata de falta de carácter, sino de una alteración que tiene bases neurobiológicas y psicológicas.

La abulia es un desafío, pero no una sentencia. La superación es un proceso que requiere paciencia, perseverancia y el apoyo adecuado. Al comprender el abulia significado y aplicar las herramientas y estrategias mencionadas, es posible recuperar la iniciativa y el impulso para vivir una vida plena y significativa. La abulia puede ser un obstáculo, pero no es insuperable. Para terminar de comprender abulia qué es, pensemos en ella como un freno invisible que nos impide avanzar. Romper ese círculo de inacción es posible con las estrategias adecuadas y el apoyo profesional.

Conclusión

En resumen, la abulia, que significa una profunda falta de voluntad e iniciativa, va mucho más allá de la simple pereza y representa un obstáculo significativo en la vida de muchas personas. Entender qué es abulia y abulia qué es en sus distintas manifestaciones, desde sus bases neurobiológicas hasta sus impactos cotidianos, es el primer paso para desmantelar su influencia. A través de la psicoeducación, la terapia cognitivo-conductual, el establecimiento de metas pequeñas, el refuerzo positivo y la adopción de un estilo de vida saludable, es posible construir un camino hacia la recuperación.

La abulia puede ser un síntoma de condiciones subyacentes que requieren una evaluación profesional, y aunque el proceso de superación puede ser gradual, la posibilidad de recuperar el impulso y la autonomía personal es real y esperanzadora. Esto no tiene por qué definirte, y con las estrategias y el apoyo adecuados, puedes recuperar el control de tu vida y avanzar hacia el bienestar deseado, transformando esos ejemplos de conflictos y soluciones en oportunidades de crecimiento y resiliencia.

Si sientes que algo te está impidiendo avanzar, recuerda que tu primera sesión con Mente Sana es gratuita. Inicia tu proceso con nuestros profesionales especializados y da el primer paso hacia una vida con más iniciativa y bienestar. No permitas que la abulia defina tu camino.

Referencias

Alexander, G. E., DeLong, M. R., & Strick, G. E. (1986). Parallel organization of functionally segregated circuits linking basal ganglia and cortex. Annual Review of Neuroscience, 9(1), 357-381.

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing.

Beck, A. T. (1995). Cognitive therapy of depression. Guilford Press.

Craft, L. L., & Perna, F. M. (2004). The benefits of exercise for the clinically depressed. Primary Care Companion to the Journal of Clinical Psychiatry, 6(3), 104–111.

Cummings, J. L., & Mega, M. S. (2003). Neuropsychiatry and behavioral neuroscience. Oxford University Press.

Marín, R. S. (1991). Differential diagnosis and treatment of apathy and abulia. Psychiatric Annals, 21(1), 31-34.

Stuss, D. T., & Benson, D. F. (1986). The frontal lobes. Raven Press.

El Trastorno Disfórico Premenstrual: Un velo que afecta a muchas mujeres

Trastorno disfórico premenstrual

¡Hola! ¿Sabías que en Mente Sana tu primera sesión es completamente gratuita? Es la oportunidad perfecta para empezar a cuidarte y explorar cómo nuestros profesionales pueden acompañarte en tu camino hacia el bienestar. ¡Anímate a dar el primer paso!. El ciclo menstrual es una parte natural de la vida de muchas mujeres, pero para algunas, cada mes trae consigo una serie de desafíos emocionales y físicos que van más allá de las molestias comunes. Se estima que alrededor del 5-8% de las mujeres en edad reproductiva experimentan una forma severa de síndrome premenstrual que impacta significativamente su calidad de vida (American Psychiatric Association, 2022). Este fenómeno, conocido como trastorno disfórico premenstrual, merece nuestra atención y comprensión.

Desentrañando el Trastorno Disfórico Premenstrual: Más allá del síndrome premenstrual común

Cuando hablamos de las dificultades que anteceden a la menstruación, es común escuchar sobre el síndrome premenstrual (SPM). Sin embargo, es crucial diferenciarlo del trastorno disfórico premenstrual (TDPM). Mientras que el SPM puede manifestarse con síntomas leves a moderados como hinchazón, irritabilidad y cambios de humor, el TDPM se caracteriza por síntomas mucho más intensos y debilitantes que impactan seriamente el funcionamiento diario de la mujer (Endicott & Harrison, 2005). Esta distinción es fundamental para una adecuada comprensión y abordaje.

El TDPM se manifiesta con una constelación de síntomas emocionales y conductuales severos, que incluyen tristeza profunda, irritabilidad extrema, ansiedad, ataques de pánico, cambios de humor drásticos, dificultad para concentrarse, disminución del interés en actividades placenteras y problemas para dormir (American Psychiatric Association, 2022). Es importante destacar que estos síntomas deben presentarse de forma recurrente en la fase lútea del ciclo menstrual y remitir poco después del inicio de la menstruación. Comprender el trastorno disfórico premenstrual es el primer paso para buscar ayuda efectiva.

El Trastorno Disfórico Premenstrual y el DSM 5: Criterios diagnósticos clave

La inclusión del trastorno disfórico premenstrual en el DSM 5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5a edición) fue un paso crucial para su reconocimiento y estudio. Según el trastorno disfórico premenstrual DSM 5, para que se realice un diagnóstico, una mujer debe experimentar al menos cinco síntomas en la mayoría de los ciclos menstruales durante el último año, y al menos uno de ellos debe ser un síntoma afectivo central como labilidad afectiva marcada, irritabilidad o ira persistente, disforia o ansiedad (American Psychiatric Association, 2022).

El trastorno disfórico premenstrual DSM 5 especifica que los síntomas deben comenzar en la última semana antes de la menstruación, mejorar a los pocos días del inicio de la menstruación y hacerse mínimos o ausentes en la semana posterior a la menstruación (American Psychiatric Association, 2022). Además, los síntomas deben causar un malestar clínicamente significativo o una interferencia en el funcionamiento social, laboral o en otras áreas importantes de la vida. Esta precisión diagnóstica es vital para un tratamiento adecuado del TDPM.

Es importante señalar que el diagnóstico de trastorno disfórico premenstrual DSM 5 requiere que los síntomas no sean simplemente una exacerbación de otro trastorno mental, como un trastorno depresivo mayor o un trastorno de ansiedad (American Psychiatric Association, 2022). Esto subraya la necesidad de una evaluación exhaustiva por parte de un profesional de la salud mental para un diagnóstico preciso del trastorno disfórico premenstrual.

Trastorno Disfórico Premenstrual testimonios: Voces que resuenan con esperanza

Detrás de la terminología clínica del trastorno disfórico premenstrual hay historias de vida, experiencias reales y trastorno disfórico premenstrual testimonios que nos permiten comprender la magnitud del impacto de esta condición. Escuchar estas voces es fundamental para crear un espacio de empatía y comprensión.

“Durante años pensé que era “normal” sentirme tan desanimada, irritable y sin control cada mes. Mis relaciones personales se veían afectadas, mi rendimiento en el trabajo disminuía y me sentía completamente sola. Cuando finalmente me diagnosticaron trastorno disfórico premenstrual, sentí un enorme alivio. No estaba “loca”, mis sentimientos eran válidos y tenían una causa real. Empecé a buscar ayuda y mi vida ha cambiado radicalmente“*

Comparte Ana, 32 años, en su trastorno disfórico premenstrual testimonios. Su historia resalta la importancia del reconocimiento en sí misma y sus síntomas. Otro de los trastorno disfórico premenstrual testimonios proviene de Laura, 28 años.

“El síndrome premenstrual que yo experimentaba era mucho más que unos cuantos antojos o cambios de humor. Era como si una nube negra me envolviera, llevándome a la desesperación y la ansiedad. Los pensamientos negativos eran abrumadores. Aprender sobre el trastorno disfórico premenstrual me permitió entender lo que me pasaba y buscar estrategias para manejarlo. Hoy sé que no estoy sola en esto.” *

Estos trastorno disfórico premenstrual testimonios son un reflejo de la lucha y la resiliencia. Algunos trastorno disfórico premenstrual testimonios demuestran que el trastorno disfórico premenstrual no es una debilidad personal, sino una condición de salud que requiere atención y apoyo. Compartir estas experiencias ayuda a desestigmatizarla condición y a fomentar la búsqueda de ayuda.

*Nota: Los testimonios aquí presentados son composiciones basadas en patrones de experiencias reales de pacientes, con nombres y situaciones modificadas para asegurar la privacidad. Buscan ilustrar la realidad del trastorno disfórico premenstrual sin comprometer la confidencialidad

Estrategias y herramientas para navegar el Trastorno Disfórico Premenstrual

Afortunadamente, existen diversas herramientas y estrategias para manejar el trastorno disfórico premenstrual y mejorar la calidad de vida. No hay una solución única, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por lo que es importante explorar diferentes opciones. Una de las herramientas más poderosas es la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y comportamientos desadaptativos asociados con el trastorno disfórico premenstrual (Yonkers et al., 2018). Trabajar con un terapeuta puede proporcionar estrategias de afrontamiento efectivas y ayudar a regular las emociones.

El manejo del estrés también es crucial. Técnicas como la meditación, el mindfulness, el yoga y la respiración profunda pueden ayudar a reducir la intensidad de los síntomas emocionales del “trastorno disfórico premenstrual” (Bertone-Johnson et al., 2010). Estas prácticas promueven la relajación y el bienestar general, ofreciendo un respiro de la agitación interna.

En algunos casos, la intervención farmacológica puede ser necesaria. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son a menudo la primera línea de tratamiento farmacológico para el trastorno disfórico premenstrual, ya que pueden aliviar significativamente los síntomas emocionales y físicos (Yonkers et al., 2018). Es fundamental que cualquier decisión sobre medicación sea tomada en consulta con un médico.

Modificaciones en el estilo de vida también pueden ser beneficiosas. Una dieta equilibrada rica en nutrientes, la reducción del consumo de cafeína y alcohol, y el ejercicio regular pueden contribuir a mitigar los síntomas del trastorno disfórico premenstrual (Bertone-Johnson et al., 2010). Mantener un registro de los síntomas puede ayudar a identificar patrones y desencadenantes, facilitando un manejo más efectivo.

El apoyo social es otro pilar fundamental. Conectarse con otras personas que entienden lo que es vivir con trastorno disfórico premenstrual puede ser increíblemente validante y reducir el sentimiento de aislamiento. Los grupos de apoyo o la terapia de grupo pueden ofrecer un espacio seguro para compartir trastorno disfórico premenstrual testimonios y aprender de las experiencias de otros.

Conclusión

El trastorno disfórico premenstrual es una condición desafiante, pero no define a quien lo padece. Reconocer los síntomas, buscar un diagnóstico preciso según el trastorno disfórico premenstrual DSM 5 y explorar las diversas opciones de tratamiento son pasos esenciales hacia una vida más plena y con mayor bienestar. Recordemos que el síndrome premenstrual y el trastorno disfórico premenstrual son espectros diferentes de una misma realidad fisiológica, y la distinción es crucial para un manejo adecuado. Los trastorno disfórico premenstrual testimonios son un recordatorio constante de la fuerza y la resiliencia de las mujeres que viven con esta condición, y de la importancia de la empatía y el apoyo.

En Mente Sana, estamos aquí para acompañarte. Si te identificas con alguno de los trastorno disfórico premenstrual testimonios o sospechas que podrías estar experimentando los síntomas del trastorno disfórico premenstrual, te animamos a buscar ayuda profesional.

Tu bienestar es nuestra prioridad, y juntos podemos trazar un camino hacia una mayor tranquilidad y control sobre tu vida.

Referencias

American Psychiatric Association. (2022). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed., text rev.). American Psychiatric Publishing.

Bertone-Johnson, E. R., Hankinson, S. E., Bendich, A., Johnson, S. R., Willett, W. C., & Manson, J. E. (2010). Calcium and vitamin D intake and risk of incident premenstrual syndrome. Archives of Internal Medicine, 170(6), 520–526.

Endicott, J., & Harrison, W. (2005). The Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition (DSM-IV) criteria for premenstrual dysphoric disorder. Journal of Clinical Psychiatry, 66(Suppl 10), 10–13.

Yonkers, K. A., Simoni, M. K., & Roney, N. (2018). Premenstrual dysphoric disorder. Current Psychiatry Reports, 20(10), 87.

Anclajes en psicología: Herramienta psicológica

anclajes en psicologia

¿Alguna vez te has preguntado por qué una canción específica puede transportarte instantáneamente a un recuerdo del pasado, o por qué un olor particular te genera una emoción inconfundible? No es magia, es el fascinante mundo de los anclajes en psicología. Estos poderosos mecanismos, a menudo inconscientes, actúan como puentes entre nuestros sentidos y nuestras respuestas internas, conectando estímulos externos con estados emocionales, pensamientos o comportamientos específicos. Desde la Programación Neuro-Lingüística (PNL) hasta la psicología conductual, el concepto de anclaje ha revelado cómo el cerebro humano es capaz de crear asociaciones duraderas que influyen profundamente en nuestra experiencia diaria. En este artículo, exploraremos qué son exactamente los anclajes en psicología, cómo se forman y, lo más importante, cómo podemos aprender a identificarlos e incluso a crearlos conscientemente para fomentar estados deseados de bienestar y rendimiento.

Anclaje en psicología

Definición de anclajes en psicología

Los anclajes en psicología son un concepto que describe el proceso mediante el cual una persona asocia una respuesta emocional o mental con un estímulo específico. Este principio se utiliza tanto en la psicología clínica como en la social y particularmente relevante en el ámbito del aprendizaje, la gestión emoción y la toma de decisiones.

Específicamente se refiere al establecimiento de una conexión automática entre un estímulo y una respuesta. Este proceso ocurre cuando un evento externo o interno activa una reacción específica y puede evocar recuerdos, por ejemplo, cuando eras niño, tu abuela solía prepárate una sopa de pollo casera cada vez que te sentías enfermo. El olor de esa sopa se asoció a la sensación de ser cuidado y protegido. De adulto, ahora, cada vez que percibes ese olor, experimentas una sensación de confort, seguridad y calma, incluso si no estás enfermo.

Pero ten en cuenta que los anclajes en psicología no son solo para emociones positivas. De hecho, a lo largo de tu vida, puedes crear inconscientemente muchos anclajes que disparan emociones negativas o sensaciones no deseadas. 

Anclajes en psicología

Ejemplos de anclaje en psicología positivos

Aquí te dejamos algunos ejemplos de anclajes en psicología que puedes utilizar para tu beneficio de forma positiva, enfocados en diferentes estados deseados:

  • Anclaje de confianza: un estímulo puede ser un gesto especifico con tu mano, por ejemplo, unir los dedos suavemente y rozarlos, esto ancla un estado de confianza y seguridad en ti mismo. La forma de crearlo poder revivir en varias ocasiones un momento de tu vida en el que te sentiste muy seguro y capaz, recordar esa sensación y mientras la experimentas, haz el gesto con tu mano repetidamente.
  • Anclaje de calma: el estímulo esta vez el estímulo, puede ser una palabra clave que repites mentalmente, por ejemplo, “paz”, “calma” o “tranquilidad”. Queremos crear una sensación de tranquilidad y serenidad. Para crearlo puedes buscar un espacio tranquilo y respirar profundamente varias veces, sintiendo calma en ti cuerpo. Mientras te relajas, repite mentalmente tu palabra clave. Asocia esa palabra con la sensación de paz. Úsala cuando te sientas estresado para recuperar la calma.
  • Anclaje de enfoque o energía: un estímulo podría ser un aroma especifico como, un aceite esencial de menta o cítrico. Con esto queremos anclar la vitalidad, la claridad mental y concentración. La forma en que lo creas es cuando te sientas con energía y enfocado en una tarea, inhala profundamente el aroma elegido. Repite esto en momentos de alta productividad. Luego, cuando necesites concentrarte o activarte, inhala ese mismo aroma.
  • Anclaje de alegría o buen humor: el estímulo puede ser una pequeña melodía o tarareo que te haga sonreír. El estado que deseamos es alegría, ligereza y buen humor. Para crearlo piensa en un chiste o un recuerdo que te haga sonreír o reír a carcajadas. Mientras te ríes y siente la alegría, tararea o canta tu melodía. Repite muchas veces y usa esta melodía luego para levantar tu ánimo rápidamente.

Los anclajes en psicología en nuestra vida son una herramientas increíblemente prácticas y eficientes para gestionar nuestras emociones y estados internos de forma instantánea. Al aprender a crear y activar anclajes conscientemente, podemos acceder a estados deseados como la confianza, la calma o la motivación justo cuando los necesitemos, mejorando así nuestro rendimiento y productividad en cualquier ámbito. Además, nos permite contrarrestar emociones negativas o hábitos no deseados que se han anclado involuntariamente, empoderándonos para reprogramar nuestras respuestas emocionales.

Si sientes que necesitas ayuda para crear un anclaje psicológico, un especialista de la salud mental te puede guiar en este proceso de manera efectiva y segura ya que posee el conocimiento y las técnicas especializadas. Especialmente con enfoques como la programación neuro-lingüística (PNL) o la terapia cognitivo-conductual (TCC), ya que entiende a profundidad cómo se forman las asociaciones neuronales y cómo se pueden modificar.

Creemos que también puede interesarte “La terapia cognitivo conductual, la ayuda que necesitas para cambiar”.

Anclaje en psicología

Conclusión

Podríamos concluir entonces que los anclajes en psicología son herramientas increíblemente poderosas y versátiles que operan en las profundidades de nuestra psique, conectando estímulos específicos con estados internos Comprender y aprender a utilizar los anclajes nos brinda una capacidad notable para gestionar nuestras emociones, optimizar nuestro rendimiento y fomentar un mayor bienestar emocional. Ya sea que busquemos un impulso de confianza antes de un desafío o deseemos cultivar una mayor serenidad en nuestro día a día, la habilidad de crear y activar estos anclajes nos empodera para ser los arquitectos de nuestras propias respuestas internas. En Mente Sana están los profesionales a tu disposición para ayudarte, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Eepsicología (2024), Qué es y cómo hacer anclaje en psicología.

Tbcs: Terapia breve centrada en soluciones

Tbcs
Tbcs

La vida constantemente nos enfrenta con situaciones estresantes y esto a menudo nos lleva a buscar soluciones a los problemas. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos atrapados donde la discusión sobre la dificultad eclipsa la búsqueda de una salida. Aquí es donde toma relevancia la terapia breve centrada en soluciones o la tbcs, un enfoque revolucionario que te invita a mirar más allá de lo que no funciona, para enfocarnos en lo que sí puede funcionar. En este artículo exploraremos los pilares de la tbcs, descubriendo cómo esta poderosa herramienta facilita cambios significativos en un período de tiempo sorprendentemente corto.

También te recomendamos leer: “5 fáciles técnicas de resolución de conflicto: Qué hacer cuando todo parece perdido”.

¿Qué es la tbcs?

La terapia breve centrada en soluciones (tbcs), es una forma de psicoterapia, que ha tenido cada vez más relevancia en España y en todo el mundo. Esta se distingue por su enfoque práctico muy orientado a resultado, proporcionando así beneficios significativos en un periodo de tiempo relativamente corto. Fue desarrollada en la década de 1980 por Steve de Shazer e Insoo Kim Berg, dos psicoterapeutas y trabajados sociales. Esta terapia se basa en la idea de que los pacientes tienen dentro de sí los recursos y la capacidad para resolver sus problemas y el terapeuta debe ayudar a los pacientes a identificar estas capacidades y a utilizarlas de manera efectiva.

¿Cómo funciona la terapia breve?

La terapia breve centrada en soluciones funciona de una forma diferente a muchos enfoques terapéuticos tradicionales. En lugar de buscar en el pasado o analizar exhaustivamente la raíz de los problemas. La tbcs se enfoca en el presente y en el futuro, y en cómo construir las soluciones que el paciente desea para su vida. Aquí te explicamos cómo funciona paso a paso destacando sus principios claves:

Enfoque en las soluciones, no en los problemas:

  • Menos porqués y más cómo: el especialista de tbcs no dedica mucho tiempo en investigar por qué surgió el problema o cómo se desarrolló. Se centra más en ¿Qué quieres que sea diferente? Y ¿Cómo sería tu vida si este problema no existiera?
  • Construcción de un futuro deseado: desde la primera sesión, se invita al paciente a describir detalladamente su futuro preferido o futuro sin problema. Esto ayuda a crear una visión más clara y motivadora de lo que se quiere lograr.

Identificación y amplificación de excepciones:

  • Momentos sin problema: una de las técnicas más distintivas son las preguntas de excepción. El especialista indaga sobre momentos en los que el problema o una parte de este, no estuvo presente, fue menos intenso o se manejó de manera efectiva. Esto ayuda al paciente a darse cuenta de que ya tienes recursos y estrategias que funcionan.
  • Construyendo sobre lo que funciona: al identificar estas excepciones, el especialista y el paciente exploran qué hizo posible esos momentos positivos y cómo se pueden replicar o ampliar estas acciones.

Preguntas escalares:

  • Medir el progreso: pueden utilizarse escalas del 0 al 10 por ejemplo, para que el paciente evalué su situación actual y su progreso. Preguntas como: en una escala del 0 al 10, donde el 10 es que tu problema está completamente resuelto y 0 es la peor situación, ¿Dónde te encuentras hoy? Y ¿Qué pequeño paso te llevaría del 4 al 5?
  • Fomentar pequeños pasos: Estas preguntas ayudan a identificar pequeños cambios y acciones concretas que el paciente puede tomar para avanzar, haciendo que el proceso parezca menos abrumador y más alcanzable.

Resaltar Fortalezas y Recursos:

  • El paciente es el experto: La tbcs parte de la premisa de que cada persona tiene innatos los recursos y las fortalezas para resolver sus propios problemas. El especialista no se posiciona como el “experto” que diagnostica y prescribe, sino como un facilitador que ayuda al paciente a descubrir y utilizar sus propias capacidades.
  • Reconocimiento de éxitos: Se presta mucha atención a los logros, incluso los más pequeños. El especialista elogia y refuerza los esfuerzos y avances del paciente, aumentando su autoconfianza y motivación.

Brevedad y Orientación a la Acción:

  • Terapia a corto plazo: La tbcs está diseñada para ser breve. A menudo, los cambios significativos pueden verse en un número limitado de sesiones, lo que la hace eficiente y práctica.
  • Tareas y Experimentación: Al final de cada sesión, se suelen proponer “tareas” o “experimentos” para que el paciente ponga en práctica fuera de la consulta. Estas tareas están diseñadas para construir sobre las soluciones identificadas y fomentar la acción.

Colaboración y Respeto:

  • Trabajo en equipo: La relación terapéutica es colaborativa y respetuosa. El especialista y el paciente trabajan juntos como un equipo, donde las ideas y las metas del paciente son primordiales.
Tbcs

Conclusión

En definitiva, la terapia breve centrada en soluciones (tbcs), emerge como una luz de esperanza y eficacia en el panorama de salud mental ya que al desplazar el foco del porqué de los problemas al cómo de las soluciones, esta terapia empodera a las personas, ayudándolas a descubrir y potenciar sus propias fortalezas y recursos internos. No se trata de ignorar las dificultades, sino de trascenderlas, construyendo activamente el futuro deseado a partir de lo que ya funciona y de los pequeños pasos que se pueden dar.

En Mente Sana están los profesionales necesarios para ayudarte. Por ello, te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencias

José Santas (2024), Terapia breve centrada en soluciones: estrategias prácticas para el bienestar.

Síndrome de Munchhausen: síntomas

Síndrome de Munchhausen

El síndrome de Munchhausen ahora reconocido como trastorno facticio impuesto por uno mismo, se caracteriza por asumir el papel de víctima, inventarse síntomas y signos sobre enfermedades. Existen más casos del síndrome de Munchhausen de lo que se cree.

Este trastorno, a pesar de ser autoimpuesto, también se suele considerar como un tipo de maltrato infantil, ya que los padres o cuidadores imponen enfermedades en los niños.

Pero ¿Qué es el síndrome facticio? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Por qué ya no se denomina síndrome de Münchhausen ?

Quédate un momento y aprende sobre este peculiar trastorno.

Síndrome de Munchhausen
Síndrome de Munchhausen

¿Qué es el síndrome de Munchhausen?

Ahora también conocido como trastorno facticio, se refiere a cuando alguien intenta llamar la atención induciendo, falsificando o exagerando síntomas físicos, emocionales y cognitivos. La persona que padece Munchhausen miente sobre los síntomas, incluso puede llegar a sabotear pruebas médicas o hacerse daño a sí mismo.

Se debe entender que no son simulaciones lo que hace la persona, como se ha mencionado, puede hasta falsificar o sabotear una prueba.

Las personas con trastorno facticio actúan de esta manera por la necesidad de que los demás les vean como enfermos o lesionados, no por un beneficio en concreto como la obtención de medicina o faltar al trabajo.

El nombre es en referencia al barón Von Münchhausen, quien fue un alemán del siglo XVIII, quien “embellecía” su vida y experiencias, contando historias que no habían existido.

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Síntomas de este trastorno

Se entiende por síndrome como una combinación de signos y síntomas; es por ello que el trastorno facticio incluye síntomas físicos y psicológicos. Entre ellos incluye lastimarse o forzarse a enfermarse.

Las personas que padecen este trastorno se esfuerzan para esconder sus mentiras, incluso cuando no hay ningún beneficio o recompensa.

Los síntomas que se pueden presentar son los siguientes:

  • Amplios conocimientos de términos médicos y enfermedades.
  • Síntomas imprecisos e inconsistentes.
  • Problemas médicos o de salud convincentes.
  • Afecciones que empeoran sin razón.
  • Afecciones que no responden a los tratamientos.
  • Búsqueda continua de tratamientos y atención médica en diferentes hospitales.
  • Resistencia a que los profesionales de la salud hablen con familiares, amigos u otros profesionales.
  • Permanencia sin razón aparente en hospitales.
  • Deseos de hacerse pruebas o procedimientos peligrosos de manera constante.
  • Búsqueda constante de síntomas y comparaciones.
  • Fingir síntomas físicos.
  • Alteración de pruebas médicas y analíticas de sangre.

Las personas que padece trastorno facticio tienden a ser personas inteligentes, con un amplio conocimiento en enfermedades. Las mentiras son conscientes, pero no son bajo la motivación de algún beneficio.

Si te sientes identificado con estos síntomas o tienes la sospecha de que estás teniendo estos comportamientos, puedes acudir por ayuda psicológica. Mente Sana te proporciona psicólogos que te pueden ayudar en esta situación. Contáctanos y agenda hoy misma una sesión.

 Trastorno facticio impuesto a otra persona

Se debe reconocer que, aparte del trastorno facticio impuesto por uno mismo, también existe el impuesto a otra persona. Antes se denominaba síndrome de Munchhausen por poder.

Se podría denominar como un tipo de maltrato infantil. En esta ocasión los padres o cuidadores inventan síntomas y enfermedades a los niños, para que se vuelvan dependientes de ellos.

El cuidador puede tomar algunas acciones extremas para fingir los síntomas, por ejemplo:

  • Añadir sangre a la orina o heces del niño.
  • Privar de alimento al niño para manifestar que no aumenta de peso.
  • Calentar los termómetros para fingir un síntoma.
  • Darle medicamentos al niño para provocarle efectos secundarios.

Los cuidadores también pueden manifestar algunas señales. En la mayoría de los casos, son personas que tienen información o acceso a la atención médica, bien sea por su conocimiento o porque trabajan en esas áreas.

En ocasiones pueden describir a detalle los síntomas y saber mucho sobre el cuidado médico. Se involucran tanto que eso dificulta que los profesionales de la salud no puedan diagnosticar el síndrome de Munchhausen por poderes.

Es importante también saber reconocer las señales en los niños, debido a que esto ayudará a una intervención.

  • Visitas constantes a los médicos y estadías largas en hospitales.
  • Le practican exámenes, cirugías o procedimientos constantes.
  • El niño presenta comportamientos y síntomas que no encajan con ninguna enfermedad ni con los resultados de los exámenes.
  • Los síntomas desaparecen al ingresar al hospital, pero al volver a casa aparecen.

Como se ha mencionado, es importante reconocer las señales en los niños, pero también en los cuidadores. Tanto el trastorno facticio impuesto por uno mismo como impuesto a otros puede ocasionar consecuencias graves en la salud.

Si conoces algún cuidador que esté mostrando estas señales y quieres ayudar, puedes buscar profesionales en la salud como contactar las autoridades pertinentes.

Si sientes que estás siendo un padre o cuidador que está exagerando los síntomas o interviniendo en las enfermedades o médicos y quieres cambiarlo, puedes acudir por ayuda psicológica. En terapia se te proporcionan estrategias para este trastorno. Contáctanos y agenda hoy mismo una sesión.

Causas del trastorno facticio

Se desconoce una causa exacta del síndrome de Munchhausen, pero se puede establecer que es un trastorno que puede aparecer por crianza o vivencias.

Aquí encontrarás los factores de riesgo:

  • Traumas infantiles, tales como abuso sexual o maltrato emocional, psicológico o físico.
  • Enfermedades graves en la infancia.
  • Perdida de un ser querido por muerte o enfermedad.
  • Experiencias pasadas de estar enfermo y la atención que atrajo le marco.
  • Baja autoestima.
  • Trastornos de personalidad.
  • Depresión.

Las causas pueden ser multifactoriales y variar de persona a persona, siempre dependerá de la historia de vida de cada uno.

Aunque el trastorno facticio es poco frecuente, una cantidad considerable de personas lo pueden padecer. Muchas veces no se puede reconocer, ya que también usan nombres falsos, lo cual también genera una dificultad para reconocerlos.

El diagnóstico es complicado por la complejidad del caso, reconocer los síntomas es difícil tanto en la persona como en la víctima. Para realizar un diagnóstico veraz se requiere de un equipo multidisciplinario.

Consecuencias de esta patología

Las personas que padecen este trastorno están dispuestas a arriesgarse su vida para que se les considere enfermas. También están asociados otros trastornos mentales.

Las consecuencias que puede tener son:

  • Daños o incluso muerte por las complicaciones.
  • Problemas graves de salud por infecciones o cirugías innecesarias.
  • Abuso de alcohol u otras sustancias.
  • Problemas en la vida cotidiana, en el trabajo, por ejemplo.
  • Abuso, cuando es impuesto por una tercera persona.
  • Aislamiento social.

Este trastorno afecta directamente la vida de las personas y es importante saber reconocer sus señales y cuando pedir ayuda.

Pueden intervenir terceras personas para ayudar como prevención. Ayudaría a evitar que se realicen tratamientos o intervenciones innecesarias.

Tratamientos adecuados

Debido a que es un trastorno bastante complejo, su tratamiento también lo es. Como las personas desean asumir el papel de enfermas, muchas veces no están dispuestas a recibir un tratamiento.

Es importante entender que, los tratamientos que se deben aplicar son sin prejuicios. Aquí están algunos tratamientos que se establecen en el síndrome de Munchhausen.

  • Psicoeducación: el conocimiento de los síntomas y del trastorno ayudará a que el reconocimiento sea más sencillo.
  • Terapia de grupo: puede ayudar a saber que existen otras personas con ese trastorno, sentirse comprendidos y que sí pueden sobrellevar los síntomas.
  • Medicación: algunos tratamientos pueden controlar otros trastornos, como la ansiedad, la depresión o trastornos de personalidad.
  • Terapia psicológica: puede ayudar con las creencias irracionales, gestión emocional y reestructuración cognitiva.

Es importante entender que, el tratamiento puede no ser aceptado, por la creencia de estar enfermo. En ocasiones puede no ser útil cuando la intensidad del trastorno es elevada.

Conclusiones

El síndrome de Munchhausen ha sido debatido durante mucho tiempo, por sus causas y por el daño que ocasiona a la persona que se lo hace y que lo hace a terceros. Es importante entender que, si tus padres cuidan de ti en exceso, no implica que estén ante un trastorno facticio, puede entenderse como sobreprotección también.

De igual forma, que estés constantemente en alerta a tus síntomas tampoco es signo del síndrome, también puede ser ansiedad por enfermedad o solo ansiedad.

Es importante reconocer las señales tempranas para que las consecuencias no sean tan graves.

Referencias

ESHE Formación. (2021). Síndrome de Munchhausen: definición, síntomas, causas y tratamientos. ESHE Formación.

Colaboradores de Wikipedia. (2006, July 15). trastorno psiquiátrico en la cual una persona se autoimpone o inflinge heridas para llamar la atención por “estar enfermo.” Wikipedia.org; Wikimedia Foundation, Inc.

Tipos de trauma psicológico: Descifrando el dolor invisible

Tipos de trauma psicológico

El trauma psicológico es una experiencia que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se estima que aproximadamente el 70% de los adultos han experimentado al menos un evento traumático en su vida, y un porcentaje significativo de ellos desarrollará síntomas de trauma (Instituto Nacional de Salud Mental, 2023). Comprender los diversos tipos de trauma es fundamental para abordar sus repercusiones y fomentar la recuperación, brindando herramientas y esperanza a quienes lo padecen. Este artículo explorará los tipos de trauma psicológico, sus manifestaciones y cómo podemos iniciar un camino hacia la sanación. Aquí, en Mente Sana, entendemos lo complejo que puede ser el camino hacia la sanación. Por eso, te recordamos que tu primera sesión con nuestros profesionales es completamente gratuita. ¡Anímate a iniciar tu proceso de bienestar con nosotros!

Tipos de trauma psicológico
tipos de trauma psicológico

¿Qué son los tipos de traumatismos? Una mirada general

Cuando hablamos de tipos de traumatismos, nos referimos a aquellas experiencias que, por su naturaleza abrumadora o amenazante, superan la capacidad de afrontamiento de un individuo, generando un impacto duradero en su psique (Herman, 1992). Estos eventos pueden ser únicos y de gran intensidad, o repetitivos y de menor escala, pero su efecto acumulativo puede ser devastador. La variedad de tipos de trauma hace que cada experiencia sea única en su manifestación y en el camino hacia la recuperación. Un evento traumático no es solo lo que sucede, sino cómo el cerebro lo procesa y el impacto que tiene en el sistema nervioso (van der Kolk, 2014). Los tipos de trauma psicológico abarcan desde experiencias directas de peligro hasta la exposición a la violencia o el abandono. Entender esta diversidad es el primer paso para reconocer y validar el sufrimiento.

Profundizando en los tipos de trauma psicológico

Existen diversas clasificaciones para los tipos de trauma psicológico, pero una de las más reconocidas distingue entre el trauma simple y el trauma complejo. Ambos tienen un impacto significativo, pero difieren en su origen y en la complejidad de su abordaje terapéutico. Reconocer estos tipos de trauma nos permite afinar las estrategias de intervención.

El trauma simple, también conocido como trauma agudo, es el resultado de un evento traumático único y delimitado en el tiempo (por ejemplo, un accidente, un desastre natural, un asalto) (American Psychiatric Association, 2022). Aunque el evento es singular, sus efectos pueden ser profundos y duraderos, alterando la percepción de seguridad y bienestar. Este es uno de los tipos de traumatismos que puede generar un shock inmediato.

Por otro lado, el trauma complejo (o trauma relacional) surge de la exposición repetida y prolongada a experiencias traumáticas, a menudo en el contexto de relaciones interpersonales significativas y durante períodos críticos del desarrollo, como la infancia (Courtois & Ford, 2009). Este tipo de trauma es frecuente en situaciones de abuso infantil, negligencia o violencia doméstica, y se caracteriza por la dificultad en la regulación emocional, problemas de identidad y disociación. Los tipos de trauma complejos son particularmente desafiantes debido a su naturaleza arraigada.

El corazón del dolor: Explorando el trauma relacional

El trauma relacional merece una atención especial dentro de los tipos de trauma, ya que se origina en las interacciones con figuras de apego o personas significativas, especialmente durante los primeros años de vida (Bowlby, 1969). Cuando las necesidades básicas de seguridad, amor y protección no son satisfechas de manera consistente, o cuando se experimenta abuso o negligencia por parte de los cuidadores, se sienta la base para un profundo trauma relacional. Este es uno de los tipos de traumatismos más insidiosos por su impacto en la construcción del yo.

Este tipo de trauma afecta la capacidad de una persona para formar relaciones saludables en el futuro, generando dificultades para establecer límites, confiar en otros y desarrollar una autoestima sólida (Siegel, 2012). El trauma relacional puede manifestarse en patrones de apego inseguro, ansiedad en las relaciones y una constante sensación de no ser digno de amor o conexión. Es crucial entender cómo el trauma relacional moldea nuestra forma de interactuar con el mundo y cómo abordarlo para fomentar relaciones más sanas.

Los traumas significados: Dando sentido a la experiencia

El concepto de traumas significado se refiere a cómo cada individuo interpreta y da sentido a su experiencia traumática. No es solo el evento en sí, sino cómo es internalizado y procesado lo que determina su impacto y sus repercusiones a largo plazo (Frankl, 1984). La misma experiencia puede tener un trauma significado diferente para dos personas, dependiendo de su historia personal, recursos internos y sistemas de apoyo. Comprender los tipos de trauma implica reconocer la subjetividad de la experiencia.

El trauma significado también se relaciona con la capacidad de encontrar un sentido o propósito a pesar del dolor, un proceso que puede ser transformador (Tedeschi & Calhoun, 1996). La búsqueda de significado no minimiza el sufrimiento, sino que permite integrar la experiencia traumática en la narrativa de vida de una manera que promueva el crecimiento postraumático. En este sentido, los tipos de traumatismos ofrecen una oportunidad, aunque dolorosa, de resignificación.

Herramientas y caminos de sanación para los tipos de trauma psicológico

La buena noticia es que la recuperación del trauma es posible. Si bien el camino puede ser desafiante, existen diversas herramientas y enfoques terapéuticos que pueden ayudar a procesar la experiencia traumática y reconstruir una vida plena. Abordar los diferentes tipos de trauma requiere un enfoque individualizado y compasivo.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las intervenciones más estudiadas y eficaces para el trauma, ayudando a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales (Foa et al., 2000). Dentro de la TCC, la terapia de exposición prolongada es particularmente útil para reducir la evitación y el miedo asociados a los recuerdos traumáticos. Estas terapias son fundamentales para abordar los distintos tipos de traumatismos.

La Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es otra herramienta poderosa que ayuda a procesar recuerdos traumáticos al estimular el procesamiento adaptativo de la información (Shapiro, 2018). Esta terapia ha demostrado ser eficaz para reducir los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en diversos tipos de trauma psicológico.

Para el trauma relacional, las terapias basadas en el apego y la terapia dialéctico conductual (DBT) pueden ser particularmente beneficiosas. Estas terapias se centran en mejorar la regulación emocional, las habilidades interpersonales y la tolerancia al malestar, elementos clave para sanar las heridas generadas por experiencias relacionales adversas (Linehan, 1993; Wallin, 2007). El entendimiento de los tipos de trauma y sus matices es clave para elegir la terapia adecuada.

Además de la terapia formal, el autocuidado juega un papel crucial en la recuperación. Esto incluye prácticas como la atención plena (mindfulness), el ejercicio físico, una alimentación saludable y el establecimiento de límites saludables en las relaciones (Neff, 2011). Construir una red de apoyo sólida con amigos, familiares o grupos de apoyo también es fundamental para la sanación de cualquier tipo de trauma.

Recordemos que la sanación no es un destino, sino un proceso continuo. Cada paso, por pequeño que sea, nos acerca a una mayor integración y bienestar. Al comprender los tipos de trauma y sus complejidades, podemos cultivar un camino de recuperación y esperanza. El reconocimiento de los traumas significado también es parte integral de este proceso.

Conclusión

Comprender los tipos de trauma y sus manifestaciones es esencial para ofrecer apoyo y herramientas de sanación efectivas. Desde los tipos de traumatismos agudos hasta el complejo trauma relacional, cada experiencia deja una huella única que requiere un abordaje empático y especializado. El proceso de sanar el trauma psicológico implica no sólo abordar los síntomas, sino también trabajar en el trauma significado, resignificando las experiencias y construyendo un futuro de resiliencia y bienestar. Recuerda, no estás solo en este camino. Hay esperanza y existen recursos para ayudarte a sanar los diversos tipos de trauma psicológico que hayas experimentado.

Referencias

American Psychiatric Association. (2022). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed., text rev.).

Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss, Vol. 1: Attachment. Attachment and Loss. New York: Basic Books.

Courtois, C. A., & Ford, J. D. (Eds.). (2009). Treating complex traumatic stress disorders: An evidence-based guide. Guilford Press.

Foa, E. B., Keane, T. M., & Friedman, M. J. (2000). Effective treatments for PTSD: Practice guidelines from the International Society for Traumatic Stress Studies. Guilford Press.

Frankl, V. E. (1984). Man’s search for meaning. Washington Square Press.

Herman, J. L. (1992). Trauma and recovery: The aftermath of violence—From domestic abuse to political terror. Basic Books.

Instituto Nacional de Salud Mental. (2023). Understanding PTSD.

Linehan, M. M. (1993). Cognitive-behavioral treatment of borderline personality disorder. Guilford Press.

Neff, K. (2011). Self-compassion: The proven power of being kind to yourself. William Morrow.

Shapiro, F. (2018). Eye movement desensitization and reprocessing (EMDR) therapy: Basic principles, protocols, and procedures (3rd ed.). Guilford Press.

Siegel, D. J. (2012). The developing mind: How relationships and the brain interact to shape who we are (2nd ed.). Guilford Press.

Tedeschi, R. G., & Calhoun, L. G. (1996). The Posttraumatic Growth Inventory: Measuring the positive legacy of trauma. Journal of Traumatic Stress, 9(3), 455-471.

van der Kolk, B. A. (2014). The body keeps the score: Brain, mind, and body in the healing of trauma. Viking.

Wallin, D. J. (2007). Attachment in psychotherapy. Guilford Press.

Necesitar ayuda: El coraje de pedir ayuda

Necesitar ayuda

En un mundo que a menudo glorifica la autosuficiencia, pedir ayuda puede sentirse como admitir una debilidad. Nos han enseñado a ser fuertes, a resolver nuestros propios problemas, y a no ser una carga para los demás. Sin embargo, detrás de esa fachada de independencia, muchos cargamos con pesos invisibles: estrés, ansiedad, duelos, o simplemente la abrumadora complejidad de la vida moderna. Este artículo explora una verdad fundamental: lejos de ser un signo de fragilidad, necesitar ayuda y pedirla es, en realidad, un acto de inmenso coraje. Es reconocer nuestras limitaciones humanas, validar nuestras emociones y, lo más importante, abrir la puerta a la conexión y el apoyo que todos necesitamos para prosperar.

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Necesitar ayuda

Cómo pedir ayuda

Necesitar ayuda y solicitarla puede parecer un acto de debilidad y también intimidante, pero también hay muchas maneras de hacerlo adaptándose a diferentes situaciones y niveles de comodidad, la clave para ello es identificar qué necesitas y de quién podrías obtener apoyo. Aquí te compartimos algunos consejos claves:

  • Tener clara la necesidad: es importante que sepas estructurar correctamente por qué necesitas ayuda, cómo habría que hacerlo, cuándo es necesaria la ayuda y para qué la pedimos.
  • Hablar directamente: es fácil que alguien no se ofrezca ayudarnos sin que se lo pidamos, por ello, es muy importante que se pueda comunicar de forma directa si realmente se necesita ayuda.
  • Busca recursos profesionales: un terapeuta puede ofrecerte herramientas y estrategias para manejar la ansiedad, estrés, duelo o cualquier otro problema de salud mental. No necesitas tener un gran problema para ir terapia, a veces también es útil tener un espacio seguro para hablar.
  • Utiliza la tecnología: como las líneas telefónicas de ayuda, muchas organizaciones ofrecen líneas para hablar sobre problemas de salud mental, también comunidades en línea, existen foros y grupos de apoyo que pueden ofrecerte un espacio seguro para compartir tus experiencias. Por último, aplicaciones de bienestar, aunque no sustituyen la ayuda profesional, algunas apps pueden ofrecerte ejercicios de mindfulness, diarios de gratitud o seguimiento del estado de ánimo que pueden ser un primer paso.

Recuerda que necesitar ayuda y solicitarla es un signo de fortaleza y autoconocimiento. Es un acto de amor propio y una demostración de que valoras tu bienestar.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Necesitar ayuda

¿Cómo saber si necesito ayuda psicológica?

Solíamos creer que necesitamos la ayuda de un psicólogo solo si tengo un “gran problema” o una “crisis” para obtener beneficios de la terapia. Pero en la actualidad, las personas acuden al psicólogo por diversas razones, desde manejar el estrés diario hasta explorar aspectos de su crecimiento personal.

Aquí te presentamos algunas de las señales que podrían indicarte que la ayuda de un psicólogo te sería beneficiosa:

  • Sientes malestar emocional persistente, si te sientes triste, vacío o con preocupación excesiva. Si te sientes más irritable de lo normal o que tienes cambios de humor drástico y también si te sientes desconectado de los demás.
  • Dificultades en tu funcionamiento diario, como problemas de sueño, insomnio o dormir demasiado, cambio en tu peso o en el apetito, dificultades para concentrarse o para tomar decisiones, sobre todo si pierdes el interés en actividades que antes disfrutabas.
  • Problemas en tus relaciones, conflictos constantes con tus vínculos cercanos o dificultad para comunicarte, también puedes tener sentimientos de no ser comprendido.
  • Comportamientos o pensamientos que te preocupan, si tu mente está constantemente llena de pensamiento pesimistas, de autolesión o suicidas. Si recurres al alcohol, drogas o comidas en exceso y otro comportamiento destructivo.

Si sientes que tu malestar emocional o tus dificultades están afectando significativamente tu calidad de vida, tus relaciones o tu capacidad para funcionar, y sientes que no puedes gestionarlo por ti mismo, es un buen momento para pedir ayuda, no hay vergüenza en buscar apoyo profesional, es un paso hacia el bienestar y la salud mental.

Conclusión

En definitiva, reconocer la necesidad de ayuda profesional y dar el paso de buscarla es un testimonio de fortaleza, no de debilidad. En una sociedad que a menudo nos impulsa a la autosuficiencia, pedir apoyo es un acto de valentía y amor propio. Ya sea que estés lidiando con un malestar emocional persistente, dificultades en tus relaciones, cambios en tu funcionamiento diario, o simplemente busques un mayor autoconocimiento y bienestar, un psicólogo puede ofrecerte las herramientas, el espacio seguro y la guía necesaria para transitar tu camino.

Necesitar ayuda y pedirla fomenta tu salud mental, que es tan vital como tu salud física. Invertir en ella es invertir en tu calidad de vida, tu felicidad y tu capacidad para enfrentar los desafíos futuros. En Mente Sana estamos presentes para acompañarte y ayudarte en tu proceso hacia el autocuidado y lograr el bienestar. Es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Fundación Pascal Maragall (2024), Consejos para pedir ayuda de forma eficaz.