Los trastornos mentales y su clasificación

Trastornos mentales
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Los trastornos mentales son uno de los principales temas en la actualidad, el boca en boca que más se reparte entre la sociedad y que al mismo tiempo está lleno de desinformación y muchos estigmas. Al ser algo psicológico, es invisible, y por lo tanto suele ser ignorado por el mundo al ser la gran mayoría de ellos una discapacidad invisible, y otros aunque no son discapacidades, sí que son limitantes para la vida de las personas, al impedirles vivir con normalidad.

¿Qué son los trastornos mentales?

La palabra trastorno lo explica por si solo: es una alteración del funcionamiento, una anomalía que se manifiesta mediante síntomas normalmente limitantes y que afecta el funcionamiento normal y fluido de la vida en cuestión.

Un trastorno mental, en el ámbito de la psicología hace referencia a ciertas condiciones que afectan el estado mental y psicológico de las personas, afectando así su estado de ánimo, habilidades cognitivas, patrón de pensamiento y comportamientos. Según la OMS, uno de cada ocho personas en el mundo padece un trastorno mental, así que en realidad son bastantes comunes a día de hoy.

La alteración tiene que ser significativa, es decir que represente un verdadero cambio anormal y que complique varias áreas de su vida para poder ser catalogado como trastorno.

¿Cómo puedo saber que lo que me pasa es un trastorno mental?

Vamos a ponerlo con un ejemplo simple y para ello usaremos la ansiedad, un trastorno mental que lamentablemente está siendo muy común en la última década y también muy mal representado. Conocemos la ansiedad en su forma típica: inquietud, nerviosismo, ciertos síntomas físicos considerables, sin embargo, no se trata de un trastorno ansioso si ninguna de estas variables afecta nuestro estilo de vida.

Es decir, si estoy inquieta, nerviosa o ansiosa ante una situación que dentro del contexto es normal y no es algo que se arrastre a mayores, no es un trastorno ansioso. Es ansiedad como rasgo, no como un diagnóstico.

En cambio, si éstos síntomas y variables persisten, son continuos, pesados, complicados y hasta dificultan la vida diaria de la persona (impiden que pueda socializar, trabajar o vivir), entonces hablamos de un trastorno.

Es decir, no se trata solo de sentirse triste o estresado, o ser muy inquieto, sino de tener una serie de síntomas que pueden ser considerados desproporcionados y no desaparecen de la noche a la mañana. 

¿Cómo se diagnostica un trastorno mental?

Siempre con un profesional. Tanto psicólogo, como psiquiatra, son expertos en el diagnóstico de distintos trastornos mentales, y para su correcto diagnóstico es importante conocer que al haber tantos y distintos, cada uno tiene su procedimiento, pero siempre con un profesional. Mediante entrevista, algunas pruebas y una serie de procedimientos no invasivos.

¿Esto quiere decir que tus dudas sobre si tienes o no un trastorno no son válidas, aunque hayas investigado todo sobre esto? No nos malinterpretes, tranquilo, es normal que, si en algún momento de tu vida consideraste que puedes verte identificado con ciertos síntomas de algún trastorno, creas que ya tienes un diagnóstico. Tiktok te lo dijo, Chatgpt te lo dijo, la explicación tuvo basamentos y todo aquello, y está bien: no es diagnóstico, pero tienes una base para encontrar uno cuando asistas con un profesional.

El autodiagnóstico puede ser peligroso, sí, pero, aunque muchos quieran hacerte creer que es el enemigo número uno, es una buena base para empezar a descartar o afirmar realidades.

El diagnóstico normalmente suele hacerse mediante una aprobación de criterios en los dos manuales más utilizados a nivel mundial por los profesionales de la salud mental, que son:

  • DSM-5-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), publicado por la American Psychiatric Association. El más común utilizado por psicólogos.
  • CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades), publicada por la Organización Mundial de la Salud. Más comúnmente usado por médicos y psiquiatras.

¿Qué ocasiona un trastorno mental?

Al ser tan amplia la lista de trastornos, no podemos dar una respuesta fija que diga “ocurre por esto”, suelen ser el resultado de muchos factores que interactúan diariamente en una persona, entre factores biológicos como la genética o desequilibrios neuroquímicos. Como factores sociales, entre los que está la crianza, el estatus económico, presencia de violencia; y factores psicológicos, como experiencias traumáticas.

Dar una respuesta absoluta es tirar una flecha al aire. Los trastornos mentales pueden ocurrir por diversos motivos y no suele ser por culpa de la persona que lo sufre, nadie quiere tener ansiedad o un trastorno del neurodesarrollo.

Tipos de trastornos mentales

Son demasiados. Créeme cuando lo digo, el DSM-5-TR marca una serie de categorías y tipos clasificados así para la facilidad del diagnóstico, que se divide en:

  • Trastornos del neurodesarrollo
  • Trastornos psicóticos
  • Trastorno bipolar
  • Trastornos depresivos
  • Trastornos de ansiedad
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Trastornos relacionados con trauma y factores de estrés
  • Trastornos disociativos
  • Trastornos somáticos y trastornos relacionados
  • Trastornos de la conducta alimentaria
  • Trastornos de la excreción
  • Trastornos del sueño-vigilia
  • Disfunciones sexuales
  • Trastornos de la personalidad
  • Trastornos paralíticos
  • Trastornos neurocognocitivos
  • Trastornos relacionados con sustancias
  • Trastornos disruptivos
  • Otros trastornos mentales

Y cabe destacar que, dentro de cada una de las categorías, se encuentran otros tantos de forma mucho más específica, por lo que hablar de todos ellos es extenso y pesado. Sin embargo, los trastornos mentales más comunes son:

  • Depresión: caracterizados por la desregulación del estado de ánimo, con la pérdida de interés, desmotivación, tristeza y llanto.
  • Trastorno bipolar: los trastornos bipolares, junto a la depresión, son de los más frecuentes en la psiquiatría, y explica una variabilidad entre episodios depresivos y maníacos.
  • Trastornos de ansiedad: preocupación excesiva y desproporcionada, en este se encuentran las fobias específicas, el trastorno de estrés postraumático y también el trastorno obsesivo compulsivo.
  • Trastornos del neuro-desarrollo: afecta directamente el desarrollo del sistema nervioso, neurológico y del propio cerebro de la persona, causando así problemas en distintas áreas como comportamental, intelectual, social, etc. En este, los más conocidos son el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
  • Esquizofrenia: caracterizado por una afectación de la percepción de la realidad, la esquizofrenia es conocida por sus delirios, alucinaciones y pensamiento desorganizado.
  • Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): de lo más frecuentes en jóvenes, los TCA representan varias enfermedades crónicas que se ven representadas en la ingesta o la no ingesta de los alimentos. Se encuentran nombres conocidos como la anorexia y la bulimia nerviosa.
  • Trastorno límite de la personalidad (TLP): patrón de inestabilidad emocional caracterizado por picos de percepción errónea de uno mismo, relaciones turbulentas e impulsividad.

¿Qué hacer ante un trastorno mental?

En gran parte de los casos, el tratamiento para los trastornos mentales es efectivo cuando se implementa de forma eficaz, multidisciplinaria y con mucho esfuerzo. Pero es importante saber que, claramente, todo dependerá de cuál trastorno será aquel al que nos estemos enfrentando.

Independientemente de ello, la terapia psicológica es una de las principales opciones con sus múltiples enfoques que se adaptan para cada necesidad.

El tratamiento farmacológico, de mano de médicos y psiquiatras será de gran ayuda cuando se trate de algún trastorno mental con origen biológico o con desbalances de neurotransmisores.

Además, nunca hay que olvidar el peso que tiene el apoyo social. Amigos, familias, incluso programas de compañía psicológica como grupos de ayuda.

Tener un trastorno mental no es cosa fácil, y no hay unos más sencillos que otros ya que cada uno tiene su complicación. Sin embargo, no son motivo para apartarse, ni alejarse, no son un estigma, sino una pequeña limitante para todo aquel que lo sufre; tu trastorno no te define, y aunque marca una parte considerable de tu forma de ser, lo importante es reconocerlo y poder trabajar en conjunto para luchar contra éste y encontrar el mejor de los bienestares.

Por ello, si estás pasando por un momento difícil, no dudes en agendar tu primera cita en Mente Sana psicología ¡La primera, completamente gratis! Y aquí, juntos, contamos con los mejores profesionales para acompañarte en tu proceso.

Referencias bibliográficas

National Library of Medicine. (n.d.). Trastornos mentales. Enfermedades Mentales | MedlinePlus En Español

Hamui Sutton, Liz. (2019). La noción de “trastorno”: entre la enfermedad y el padecimiento. Una mirada desde las ciencias sociales. Revista de la Facultad de Medicina (México)62(5), 39-47. Epub 12 de enero de 2021.

Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5. ª ed., texto revisado).

Trastorno adaptativo: Ejemplos y explicación

Trastorno adaptativo: Ejemplos
Trastorno adaptativo: Ejemplos
Trastorno adaptativo: Ejemplos

El trastorno de adaptación (TA) corresponde a la combinación de síntomas afectivos, cognitivos y conductuales como respuestas desproporcionadas tras un evento estresante, ya sea de tipo laboral, familiar, económico, médico o interpersonal.

Si bien es considerado un trastorno relacionado con el estrés y los factores estresantes suponen un deterioro en el funcionamiento normal del individuo, no alcanza la gravedad clínica de otros como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o el trastorno depresivo mayor.

En este artículo se explorará el trastorno adaptativo con ejemplos de casos clínicos que ilustran su manifestación.

¿Qué es el trastorno adaptativo?

El trastorno de adaptación (TA) es uno de los trastornos relacionados con el estrés y se caracteriza por síntomas mentales que aparecen en respuesta a un evento estresante identificable y que constituyen una respuesta mal adaptativa porque generan malestar significativo.

Existen múltiples situaciones que constituyen ejemplos de trastorno adaptativo, por el estrés agudo (problemas económicos, rupturas de pareja o el diagnóstico reciente de una enfermedad). Sin embargo, uno de los requisitos necesarios para poder hablar de trastorno adaptativo es que ese o esos factores estresantes supongan un deterioro en el funcionamiento normal del individuo.

En el TA el factor precipitante del estrés no necesariamente debe ser un evento traumático, sino que el rango de eventos que pueden precipitar el desarrollo de TA incluye eventos vitales negativos más comunes en la población general tales como enfermedades graves o problemas laborales.

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Trastorno adaptativo: Ejemplos

A continuación, se presenta el trastorno adaptativo en ejemplos clínicos comunes:

  1. Mudanza o migración: Cuando una persona se muda a otro país. Comienza a mostrar conductas cambios como aislamiento social y baja autoestima. Los síntomas se atribuyen a un trastorno adaptativo con alteración de la conducta, vinculado al proceso migratorio.
    Descubre más sobre: Duelo Migratorio: El Impacto psicológico de la migración y su proceso de adaptación
  2. Separación o divorcio: Una persona puede experimentar insomnio, tristeza intensa y pérdida de interés en actividades cotidianas después de una separación reciente. Asimismo ocurre en situaciones de adaptación por duelo infantil por divorcio. Este cambio corresponde a un trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo.
  3. Cambio de empleo o desempleo: El despido tras una reestructuración empresarial demanda adaptación. Esto puede desarrollar ansiedad anticipatoria, pensamientos rumiativos sobre su futuro y dificultades para concentrarse en la búsqueda de trabajo.
  4. Problemas académicos: La presión escolar puede desarrollar dolores somáticos (como dolor de cabeza o estómago), ansiedad y evita asistir a clases.
  5. Factores sociales o escolares en jóvenes: Niños y adolescentes que enfrentan situaciones de bullying, presión académica o conflictos familiares pueden desarrollar este trastorno, manifestándose a través de quejas somáticas, irritabilidad y bajo rendimiento escolar.
  6. Diagnóstico médico: El diagnóstico de alguna enfermedad, por más favorable que sea el pronóstico, puede llevar a estados de ánimo deprimido, insomnio y pensamientos negativos persistentes. Se le diagnostica un trastorno adaptativo relacionado con una enfermedad médica.

Estos ejemplos de trastorno adaptativo muestran cómo el mismo diagnóstico puede expresarse de manera distinta según la edad, el contexto y los recursos emocionales de cada persona.

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Trastorno adaptativo: Ejemplos de baja laboral

Entre los ejemplos de trastorno adaptativo más frecuentes, encontramos los casos de baja laboral. Es decir que cuando los síntomas interfieren en la capacidad de una persona para cumplir con sus responsabilidades profesionales, puede ser necesario un período de descanso y tratamiento.

Los médicos laborales y psiquiatras pueden emitir partes de incapacidad temporal basándose en la evaluación clínica del impacto emocional del estresor. Si estos síntomas interfieren en el desempeño profesional, puede justificarse una baja laboral temporal para permitir la recuperación psicológica del trabajador.

Según estudios europeos, los trastornos adaptativos representan entre el 10 % y el 20 % de los diagnósticos psiquiátricos relacionados con el trabajo. El abordaje debe incluir seguimiento médico, tratamiento psicológico y eventualmente, intervención en el entorno laboral si este es la fuente del estrés.

Trastorno adaptativo: Ejemplos

Conclusiones

El trastorno adaptativo es una alteración emocional o conductual que aparece como respuesta a uno o varios factores estresantes identificables. Ejemplos de trastorno adaptativo son situaciones que presentan cambios, como una separación, problemas laborales, enfermedades o pérdidas importantes.

Se manifiesta con síntomas como ansiedad, tristeza, irritabilidad o dificultades para concentrarse, que afectan la vida diaria pero no cumplen criterios para otros trastornos más graves.

Reconocer estos síntomas y su relación con el contexto estresante es clave para intervenir a tiempo y favorecer una recuperación adecuada.

No estás solo. En Mente Sana te ayudamos con tu proceso.

Referencias

Carvajal, César, Carbonell, Carmen Gloria, Philippi, Rodolfo, Monteverde, Paulina, Bacigalupo, Félix, & Alvear, Felipe. (2001). Características clínicas del trastorno de adaptación con síntomas de estrés postraumático. Revista chilena de neuro-psiquiatría39(2), 99-109. 

Lucas Oliver, Elvira, Tárraga López, Pedro Juan, & Tárraga Marcos, Almudena. (2023). Trastornos adaptativos y su manejo desde atención primaria. Revista de resultados negativos y no positivos , 8 (3), 568-585. Publicación electrónica 04 de diciembre de 2023. 

Zapata, J., Sierra, J. & Cardeño C. (2021). Diagnóstico y tratamiento del trastorno de adaptación en Atención Primaria. Medicina de Familia. SEMERGEN, 47(3), 197–206.

El Trastorno Bipolar y su tratamiento: viviendo en una montaña rusa

Trastorno bipolar y su tratamiento
Trastorno bipolar y su tratamiento
Trastorno bipolar y su tratamiento

El trastorno bipolar y su tratamiento suelen ser víctimas de malos entendidos, les llaman exagerados, son el foco principal de muchos chistes sobre los cambios de humor y es, lamentablemente, uno de los trastornos que más cantidad de desinformación rueda por internet éstos días. El trastorno bipolar es un problema real, una alteración real de los estados de ánimo, y que genera gran malestar a quienes lo sufren por las dificultades que trae para su vida diaria, pero ¿existe una forma de vivir en armonía con ello? ¿Es posible con tratamiento?

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar se trata de una fluctuación patológica del estado de ánimo, es un trastorno crónico, y persistente que va más allá de “simples cambios de humor abruptos”; de mala manera, se cree que el trastorno bipolar consiste en personas que pueden pasar de estados de ánimo como felicidad, tristeza o rabia de un segundo a otro, pero la realidad va más allá que solamente eso. Las personas con trastorno bipolar oscilan entre los polos de la manía o la hipomanía, y la depresión, con duraciones que pueden ir desde días, hasta meses. 

El principal factor para la desinformación recae en la mera definición, se conoce al trastorno bipolar por ser un cambio del estado de ánimo, y ahí es dónde muchos prefieren quedarse antes que indagar más allá. Erróneamente puede llegar a usarse el término con naturalidad, sin peso, pero ésto invalida las vivencias de las personas con trastorno bipolar que sufren día a día con la presión que ya por sí sola representa.

Según la OMS, en 2015, el 3% de la población mundial tiene trastorno bipolar, lo que es aproximadamente unas 350 millones de personas en el mundo, y hablamos solo de las debidamente diagnosticadas.

¿Qué es la manía y la depresión?

El trastorno bipolar está caracterizado por su eterno viaje entre la fase maníaca, y la fase depresiva. Aquí es donde suele ocurrir esa falsa percepción de que la bipolaridad es pasar de un estado emocional a otro, de triste, a molesto, a feliz, en cuestión de corto tiempo, pero aunque esas son consideraciones de estado emocional, el trastorno bipolar en realidad consiste en:

  • Fase maníaca: estado de ánimo elevado de forma anormal y errática, aumento de la actividad y la energía, euforia. Se puede comparar hasta cierto punto a un momento de mucha adrenalina dónde hay gran elevación en el estado de ánimo, alegría, aumento de autoestima, la persona en cuestión tiene energias repentinas de hacer todo lo que desea, de conducta impulsiva y energica. Se suele ver como patrón de conducta el inicio de planes nuevos, de emprendimientos, de actividades que se tenían por hacer. 

Pero su aumento de energía es también contraproducente, ya que la manía impide la correcta funcionalidad y puede incluir síntomas y comportamientos psicóticos, por lo que la fase maníaca no se trata de “estar muy feliz y con mucha energía”, sino de un comportamiento errático y muchas veces, irracional e impulsivo. La hipomanía, por otro lado, es una variación menos intensa de la manía, sin la parte disfuncional. Éste estado suele durar,como mínimo, una semana.

  • Fase depresiva: Después de una fase maníaca, viene una fase depresiva en dónde el ánimo cae en picada a un estado que refiere a muchos de los síntomas de la depresión, que puedes revisar en éste artículo, con fatiga, insomnio, baja energía, falta de motivación y pensamientos de desesperanza. No puede existir trastorno bipolar sin éstas dos fases.

Trastorno bipolar y su tratamiento y formas de lidiar con este en el día a día 

Lo principal es estabilizar el ánimo, debido a su característica de fluctuación constante, es importante conocer el patrón que habitualmente el paciente llega a tener y así poder tener un abrebocas a la forma en la que podremos estabilizar estos cambios, por lo que:

  • Tratamiento farmacológico

En este caso especial, el trastorno bipolar y su tratamiento con medicación es fundamental para su control más correcto, así que la asistencia a psiquiatría es principal para una evaluación que pueda brindar la mejor guía sobre qué medicación tomar y cuál puede ser la más adecuada para cada caso, ya sean estabilizadores de ánimo como el litio, antipsicóticos (dedicados a los episodios maníacos, por ejemplo), antidepresivos, y en algunos casos el uso de anticonvulsivos también es considerado, ya que ciertas medicaciones ayudan a estabilizar el estado de ánimo.

  • Terapia psicológica

Como se ha dicho más de una vez, todo proceso terapéutico es un trabajo multidisciplinario, un trabajo en equipo que requiere de varios para poder ser eficaz y preciso. El apoyo psicológico es vital para el desarrollo de una estrategia contra el trastorno bipolar y su tratamiento consiste en ayudarle a entender la enfermedad y su factor psicológico, junto a herramientas que le permitan manejar las situaciones a las que la fluctuación emocional le expone.

Estilos de terapias recomendadas pueden ser la terapia cognitivo conductual, debido a su objetivo en identificar y cambiar patrones de pensamiento, para así cambiar también la conducta. Así como también la terapia de aceptación y compromiso, el psicoanálisis, o la terapia interpersonal y social. El estilo terapéutico que desee utilizarse dependerá más que nada de los objetivos, y de la comodidad de la persona en cuestión a la hora de estar frente a uno de los terapeutas.

  • Psicoeducación

Las personas con trastorno bipolar necesitan entender este trastorno, entenderse a ellos, así que es importante involucrar un proceso de educación para ellos y su círculo más cercano, acompañarlos en aprender sobre el trastorno para que reconozcan los síntomas desencadenantes de cada fase, y así estar prevenidos y preparados.

  • Prevención de recaídas 

Existe un debate sobre el trastorno bipolar y su tratamiento: ¿puede curarse? muchos dicen que no, que es algo persistente en la vida; mientras que otros dicen lo contrario, que puede desaparecer. Lo que sí es una seguridad absoluta, es que es posible trabajar en el trastorno bipolar y su tratamiento para lograr disminuir los criterios necesarios para su diagnóstico, y ciertamente podríamos considerarlo una forma de curarlo.

Por ello, prevenir las recaídas es fundamental. Y lo primero que tienes que saber: van a ocurrir. Y no significa que hayas fallado o nunca vayas a poder salir de éste ciclo, sino que las recaídas son más comunes de lo que parece, por eso es muy necesario estar preparado para ellas, tener un plan de contingencia y saber cómo prevenirlas. Y si no puede prevenirlas, saber cómo actuar al volver a caer.

Por ello, se debe: reconocer los síntomas tempranos de la entrada de casa episodio o fase. Seguir el tratamiento sin variación, tanto psiquiátrico como psicológico y, por último, continuar aprendiendo y tenerte paciencia. Sí, a tí mismo.

El trastorno bipolar es una condición complicada y que afecta hasta el tuétano (metafóricamente hablando, claro), por lo que se necesita paciencia y consideración por uno mismo. Afecta la vida en su totalidad, las relaciones interpersonales, la percepción de uno mismo, pero es posible llevar una vida tranquila junto a un diagnóstico, puesto que el trastorno bipolar y su tratamiento existen para hacer la vida más sencilla.

Si estás pasando por un momento difícil, en Mente Sana psicología estamos para ayudarte, contamos con especialistas en trastorno bipolar que pueden ofrecerte una mano si agendas ya mismo tu cita ¡Y la primera es completamente gratuita!

Referencias bibliográficas

Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2022). Trastorno bipolar y trastornos relacionados. En  Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed., texto revisado).

Coryell, W. (2023, October 5). Trastornos bipolares. Manual MSD Versión Para Profesionales.

World Health Organization: WHO. (2024, July 8). Trastorno bipolar.

Martínez Hernández, Olivia, Montalván Martínez, Olivia, & Betancourt Izquierdo, Est. (2019). Trastorno Bipolar. Consideraciones clínicas y epidemiológicas. Revista Médica Electrónica41(2), 467-482

Trastorno bipolar: Encontrando el equilibrio

Trastorno bipolar

El trastorno bipolar se presenta como una condición compleja y a menudo incomprendida, se caracteriza por oscilaciones extremas del estado de ánimo que van desde la euforia maníaca hasta la profunda depresión. Para quienes lo experimentan, la vida puede sentirse como un constante vaivén, de subidas y bajadas en una montaña rusa emocional. Sin embargo, en medio de esta dualidad aparente, reside la posibilidad de encontrar un punto de equilibrio, un espacio de estabilidad, donde las olas emocionales se calman y la armonía se convierte en una realidad alcanzable. Este artículo profundiza en el trastorno bipolar, explorando los desafíos que impone y el enfoque que se necesita para construir una vida plena y equilibrada.

Antes de que sigas leyendo te interesaría leer “Labilidad emocional”.

Trastorno bipolar

Según el DSM-5, el trastorno bipolar se caracteriza por fluctuaciones extremas en el estado de ánimo, la energía y la capacidad funcional de una persona. Estas fluctuaciones incluyen episodios de manía o hipomanía y depresión.

  • El episodio maníaco, se define como un periodo distinto de estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritable que dura al menos una semana. Tiene síntomas como autoestima alta o grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, mayor locuacidad de lo habitual o impulso de hablar y pensamientos acelerado. Tomar malas decisiones, como compras impulsivas, asumir riesgos sexuales o hacer inversiones imprudentes.
  • El episodio hipomaníaco: este también es un período distinto de estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritable que dura al menos cuatro días consecutivos. Durante este período, la persona debe mostrar al menos tres (o cuatro si el estado de ánimo es irritable) de los mismos síntomas que en el episodio maníaco.
  • Trastorno bipolar I: el trastorno bipolar I se caracteriza por la presencia de al menos un episodio maníaco, también puede incluir episodios depresivos mayores. Estos episodios incluyen; perder el interés o placer en la mayoría o en todas las actividades normales. Dormir demasiado o muy poco, sentirse inquieto o actuar más lentamente de lo habitual, sentirte triste, vacío, desesperanzado o propenso a llorar, tener dificultades para pensar o concentrarse, o no poder tomar decisiones, entre otros.
  • Trastorno bipolar II: el trastorno bipolar II se caracteriza por la presencia de al menos un episodio hipomaníaco y al menos un episodio depresivo mayor, no se ha presentado un episodio maníaco.

Trastorno bipolar

Cuándo debes acudir al médico

Es importante recordarte que es necesario acudir a especialistas si estas experimentando algunos de los síntomas que se han mencionado en este artículo, ya que las personas que presenta trastorno bipolar, a menudo no saben hasta qué punto su inestabilidad emocional está alterando sus vidas y las de sus seres queridos, por lo que muchas veces no reciben el tratamiento que necesitan.

El trastorno bipolar no mejora por sí solo, y puede que disfrutes los momentos de la sensación de euforia y de los ciclos de ser más productivo, pero luego sigue el choque emocional al pasar por los episodios depresivos o de hipomanía, un profesional de la salud mental con experiencia en trastornos bipolares puede ayudarte a controlar los síntomas.

Estrategias efectivas para una vida equilibrada

Es importante entender y aclarar que vivir con trastorno bipolar y aspirar a una vida equilibrada es un proceso que requiere continuidad, autoconciencia, estrategias proactivas y un fuerte sistema de apoyo, aquí te dejamos algunas de esas estrategias:

Trastorno bipolar
  • Tratamiento médico y psicológico continuo: la parte más efectiva del manejo del trastorno bipolar suele ser la medicación, trabajar en conjunto con tu psiquiatra para encontrar la dosis adecuada para estabilizar tu estado de ánimo. La terapia individual como la terapia cognitivo conductual, la terapia dialéctico conductual o la terapia interpersonal y de ritmo social, pueden enseñarte habilidades para identificar desencadenantes, manejar los síntomas, mejorar las relaciones y prevenir recaídas.
  • Establecer y mantener una rutina diaria estable: los horarios regulares y consistentes te ayudan a regular tu ritmo circadiano, lo que está estrechamente ligado a la regulación del estado de ánimo. Estructurar tu día con actividades significativas y equilibradas (trabajo, ocio, descanso, ejercicio) puede proporcionarte estabilidad y reducir la sensación de caos.  
  • Priorizar un sueño de calidad: establece una rutina que te permita tener una higiene del sueño, evita pantallas, en cambio puedes leer y tomar un baño tibio, también asegúrate que tu cuarto esté tranquilo, fresco y oscuro. Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada noche, ya que la privación del sueño puede ser desencadenantes para episodios maníacos.
  • Aprende a reconocer tus desencadenantes y signos tempranos: es importante que monitorees tus estados de ánimos puedes llevar un diario, para ayudarte a identificar patrones y también los primeros signos de una manía o depresión. Desarrolla un plan con tu terapeuta y seres queridos sobre qué hacer si reconoces los signos tempranos de un episodio.
  • Estrategias de afrontamiento para el estrés: puedes practicar regularmente técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga o la relajación muscular para reducir el estrés. La actividad física puede ayudarte también a reducir el estrés y a mejorar tu estado de ánimo. Aprende a decir no, a compromisos excesivos y a priorizar tu bienestar.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Conclusión

En conclusión, forjar una vida equilibrada con trastorno bipolar no es una meta estática, sino un proceso dinámico y continuo que demanda compromiso, autoconciencia y la adopción de estrategias efectivas. Desde la adherencia constante al tratamiento médico y psicológico hasta la implementación de rutinas diarias estables, la priorización del sueño, el reconocimiento de desencadenantes y el desarrollo de sólidas redes de apoyo, cada acción consciente contribuye a suavizar las fluctuaciones extremas del estado de ánimo y a construir una base de estabilidad.

Es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencias

Mayo Clinic (2024). Trastorno Bipolar.

Trastornos afectivos: ¿Cómo actúa nuestro estado de ánimo?

Trastornos afectivos

Los trastornos de la afectividad, también conocidos como trastornos del estado de ánimo, constituyen un grupo de condiciones clínicas caracterizadas por alteraciones significativas en el humor, la emoción y el afecto de una persona. Estas alteraciones van más allá de las fluctuaciones normales y persistentes que interfieren significativamente en el funcionamiento social, ocupacional y personal del individuo. Este artículo se adentrará en la complejidad de estos trastornos, explorando su clasificación, sintomatología, posibles causas y enfoques terapéuticos actuales para su abordaje. Comprender la naturaleza multifacética de los trastornos de la afectividad es crucial para desestigmatizar estas condiciones y fomentar una intervención temprana y efectiva que mejore la calidad de vida de quieres los padecen.

¿Qué son los trastornos afectivos?

Causas de los trastornos de la afectividad

Muchos de los trastornos afectivos pueden tener una entidad biológica y genética, también influyen el entorno en el que se desarrolla la persona y su entorno social:

  • Genéticos
  • Biológicos
  • Sociales

¿Cómo puede afectar tener trastornos afectivos?

Un trastorno afectivo puede tener gran impacto en la vida de una persona, afecta sus relaciones, trabajo, salud física y bienestar mental. Los síntomas pueden incluir

  • Tristeza prolongada
  • Pérdida de interés en actividades.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Cambios en apetito y el sueño.
  • Pensamientos de suicidio.
  1. Afectaciones de las relaciones:

La tristeza, la irritabilidad y el aislamiento social pueden dificultar la interacción con otros y la formación y el mantenimiento de relaciones.

  • Cambios en la dinámica familiar:

Un trastorno afectivo puede afectar la dinámica familiar, generando tensión y conflicto, especialmente si la persona no recibe el apoyo adecuado.

  • Dificultad para concentrarse:

Los síntomas de un trastorno afectivo, como la tristeza y la ansiedad pueden dificultar la concentración y la capacidad de aprender o trabajar.

  • Bajo rendimiento laboral o académico:

La falta de energía, la pérdida de interés y la dificultad para concentrarse pueden llevar a un bajo rendimiento laboral o académico.

  • Posibilidad de perder el trabajo:

En algunos casos, la persona puede ser despedida o perder su trabajo debido a la falta de rendimiento o la incapacidad para cumplir con las responsabilidades.

  • Síntomas físicos:

Los trastornos afectivos pueden causar síntomas físicos como dolor de cabeza, dolores musculares, fatiga y problemas digestivos.

  • Enfermedades crónicas:

Estrés de la falta de cuidado de la salud física debido a los trastornos afectivos pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.

  • Pensamientos suicidas:

Los trastornos afectivos, especialmente la depresión, pueden estar  asociados con pensamientos y conductas suicidas.

  • Aislamiento social:

La persona puede aislarse del entorno debido a la tristeza, la ansiedad y la falta de energía.

  1. Baja autoestima:

La persona puede experimentar una baja autoestima y una sensación de desesperanza.

¿Tipos de afecto según los trastornos afectivos?

Trastorno depresivo:

  • Es uno de los trastornos mentales afectivos comunes a nivel mundial que afecta el estado de ánimo y la perspectiva de vida.
  • Su origen es multifactorial, incluyendo genético, bioquímico, factores ambientales y psicólogos.
  • Se caracteriza por síntomas como bajo estado de ánimo, pérdida de interés, llanto sin motivo, falta de energía, baja autoestima, problemas de concentración, alteraciones del sueño, sentimientos de culpa e inutilidad y cambios de apetito. (conoce más sobre la depresión aquí)

Trastorno bipolar:

  • Afecta el estado de ánimo y puede aparecer en cualquier etapa de la vida, aunque es más común en la adolescencia tardía o adultez temprana.
  • Es un trastorno mental grave y recurrente que manifiesta en fluctuaciones externas del estado de ánimo entre dos fases opuestas.
  • La fase de exaltación  (manía o hipomanía) se caracteriza por irritabilidad, euforia, sentimiento de grandiosidad, menos necesidad de sueño, pensamiento acelerado y aumento de la actividad.
  • La fase de depresión se caracteriza por tristeza, inhibición e idealización negativa. (si deseas conocer más sobre la disociación, te recomiendo leer).

Trastorno de ansiedad:

  • Implica una preocupación intensa, excesiva y persistente sobre posibles eventos futuros.
  • Las personas afectadas no reconocen pensamientos erróneos o distorsionados, percibiendo peligros ilógicos y desproporcionados.
  • La ansiedad puede manifestar como inquietud interna constante, ataques de pánico recurrentes y conductas de evitación que limitan la vida.
  • Los síntomas significativos incluyen taquicardia, ahogo, pinchazos en el pecho, pérdida de sensibilidad, falta de cariño síntomas principales de la ansiedad, sensaciones de pérdida de control, náuseas y bloqueos.
  • Los síntomas principales suelen ser físicos, lo que se recomienda descartar otras causas.

Trastornos del estrés:

  • Es una respuesta natural del cuerpo y la mente ante cualquier demanda o presión.
  • Puede ser desencadenado por diversos factores cotidianos o por acontecimientos traumáticos.
  • Aunque incómodo, el estrés tiene la función de mantenernos alerta, aumentar sin una razón aparente.
  • Aprender a manejar es el estrés puede ser beneficioso para la productividad y la afectividad (conoce más sobre técnicas de relajación aquí)
  • Los síntomas asociados puede incluir problemas digestivos, dolores de cabeza, problemas de sueño, tristeza, ira, irritabilidad e infecciones virales.

Trastorno obsesivo compulsivo:

  • Es un trastorno de ansiedad frecuente caracterizada por pensamientos obsesivos (intrusivos y persistentes) y actos compulsivos destinados a reducir la ansiedad.
  • Puede manifestar tanto en mujeres como en hombres, son los primeros signos que aparecen en la infancia o al inicio de la edad adulta.
  • Suele tener una evolución crónica y un impacto emocional significativo.

¿Cuándo se debe pedir ayuda de un profesional?

Ante sospechas de unos trastornos afectivos es importante pedir ayuda y orientación para así prevenir la gravedad de los síntomas con el tiempo, algunas de las señalas de alerta pueden ser:

  • Sientes que tus emociones interfieren en tú día a día, trabajo, relaciones, actividades sociales u otros aspectos.
  • Tienes problemas con el alcohol o sustancias psicoactivas
  • Presentas conducta o pensamientos suicidas.

Hay que tener en cuenta que en caso de presentar algún trastorno mental afectivo no se irá solo o con el tiempo, no se desaparecerá, es importante que se inicie un tratamiento, junto con psicólogos, psiquiatras y médicos.

Tratamiento para los trastornos de la afectividad

Fototerapia:

  • Consiste en exponerse a una luz brillante especial durante la primera hora después de despertar, emitiendo la luz natural.
  • Se cree que provocar cambios en las sustancias químicas cerebrales relacionadas con el estado de ánimo.
  • Es un tratamiento de primera línea para el trastorno afectivo estacional de inicio en otoño y suele mostrar resultados en días o semanas con pocos efectos secundarios.
  • Aunque la investigación es limitada, es eficaz para muchas personas.
  • Se recomienda hablar con el médico antes de adquirir una lámpara de fototerapia para elegir la adecuada y aprender a usarla correctamente.

Psicoterapia

Los trastornos afectivos, que abarcan desde la profunda tristeza de la depresión hasta las fluctuaciones extremas del trastorno bipolar, representan una categoría significativa de las condiciones de la salud mental con un impacto considerable en la vida de quienes lo padecen. Sin embargo, la comunicación abierta con los profesionales de la salud mental es fundamental para garantizar la seguridad y la eficiencia de las intervenciones. La investigación continúa y la difusión de información precisa son cruciales para desestigmatizar estas condiciones, fomentar la búsqueda de ayuda y promover un manejo más temprano y efectivo de los trastornos afectivos en todas las etapas de la vida.

Referencia bibliográfica

Famisanar (sin fecha) todo sobre los trastornos afectivos.

Famisanar (11/12/2023) ¿Qué son los trastornos afectivos).

Mayo clinic (sin fecha) Trastorno afectivo estacional.

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad: Diagnóstico y síntomas del TDAH

Síntomas del TDAH
Síntomas del TDAH
Síntomas del TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por síntomas persistentes de inatención, hiperactividad e impulsividad.

Los síntomas del TDAH afectan el funcionamiento diario de quien lo padece, por lo que el diagnóstico oportuno es clave para mejorar la calidad de vida y reducir los efectos negativos asociados.

Diagnóstico y síntomas del TDAH

Para establecer un diagnóstico, se precisa una evaluación exhaustiva del comportamiento de la persona en diferentes contextos. Los síntomas del TDAH se manifiestan principalmente en la infancia, aunque puede persistir en la adolescencia y la adultez.

El manual diagnóstico DSM-5 (American Psychiatric Association, 2013) establece que los síntomas deben estar presentes antes de los 12 años, persistir durante al menos seis meses y generar un deterioro significativo en el funcionamiento social, académico u ocupacional. Asimismo, se clasifica en tres presentaciones:

  • Predominantemente inatento: dificultad para mantener la atención, seguir instrucciones, organizar tareas, olvidos frecuentes.
  • Predominantemente hiperactivo-impulsivo: inquietud motora, hablar en exceso, dificultad para esperar turnos, actuar sin pensar.
  • Combinado: presenta síntomas de ambas categorías.

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Funcionamiento cerebral en el TDAH

Desde una base neurobiológica del trastorno, se sostiene la existencia de una disfunción en los circuitos cerebrales relacionados con el lóbulo frontal, especialmente en la regulación de la atención y el control de impulsos. Las técnicas de neuroimagen han mostrado diferencias estructurales y funcionales en personas con TDAH.

La impulsividad, la desregulación emocional y la falta de concentración también pueden ser síntomas de trauma.

Síntomas del TDAH en la infancia

El TDAH en la infancia suele presentarse con signos evidentes como:

  • Dificultad para mantenerse quieto.
  • Impulsividad.
  • Dificultad para seguir instrucciones o finalizar tareas.
  • Distracción con estímulos irrelevantes.
  • No escuchar cuando se le habla directamente.
  • Cambiar de una actividad a otra sin terminarlas.
  • Interrumpir constantemente o hablar en exceso.
  • Perder objetos necesarios para actividades.
  • Moverse en exceso.
  • Se levanta del asiento cuando debería permanecer sentado.
  • Correr o saltar en situaciones inapropiadas.
  • Dificultad para esperar su turno.

Estudios recientes indican que aproximadamente el 5% de los niños en edad escolar cumplen los criterios para el diagnóstico de TDAH. Sin un tratamiento adecuado, estos síntomas pueden interferir en el aprendizaje y generar conflictos familiares y escolares.

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Síntomas del TDAH en adolescentes

Durante la adolescencia, los síntomas de hiperactividad tienden a disminuir, pero persisten los siguientes:

  • Inatención.
  • Desorganización.
  • Dificultades para planificar tareas.
  • Dificultades para mantener la concentración en clases o estudios.
  • Olvidos frecuentes
  • Baja tolerancia a la frustración.

De igual manera pueden aparecer conductas de riesgo, como consumo de sustancias o problemas con la autoridad. Según Barkley (2015), los adolescentes con TDAH tienen más probabilidades de abandonar los estudios y de presentar problemas de autoestima y regulación emocional.

Síntomas del TDAH en adultos

Aunque durante mucho tiempo se pensó que el TDAH desaparecía con la edad, hoy se reconoce que muchos adultos siguen presentando síntomas. Los síntomas del TDAH en adultos incluyen desorganización, dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes, impaciencia y sensación de inquietud interna. Esto puede afectar su desempeño laboral, sus relaciones personales y su bienestar emocional.

¿TDAH y trauma?

Tanto el TDAH como el trauma pueden presentar:

  • Dificultades de atención
  • Hiperactividad o inquietud motora
  • Desregulación emocional
  • Problemas de conducta
  • Baja tolerancia a la frustración

Estas similitudes dificultan el diagnóstico diferencial, principalmente en la infancia, lo que puede llevar a tratamientos inadecuados si no se evalúa el historial de trauma del paciente.

Debido a la actividad cerebral, la inatención, irritabilidad, y el bajo control de impulsos, estudios demostraron que muchos niños con trauma son diagnosticados erróneamente con TDAH y tratados exclusivamente con medicación, sin abordar la raíz emocional del problema. Esto puede aliviar ciertos síntomas a corto plazo, pero no resuelve el malestar emocional subyacente. Es más, un niño inquieto o distraído puede no presentar TDAH; sino que podría estar manifestando señales de un trauma no verbalizado o incluso, problemas de apego.

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Tratamiento

El tratamiento para el TDAH suele ser multimodal, combinando psicoterapia, intervención psicoeducativa y, en muchos casos, medicación.

En niños y adolescentes, el entrenamiento para padres y la colaboración con la escuela son fundamentales. Asimismo, en adultos, la psicoeducación y la terapia permiten desarrollar estrategias de organización y manejo emocional.

Conclusiones

Reconocer los síntomas del TDAH en sus distintas etapas —infantil, adolescente y adulta— es esencial para brindar una atención adecuada. El diagnóstico del TDAH debe ser realizado por profesionales capacitados, teniendo en cuenta la evolución del trastorno.

De igual forma, también se debe tomar en cuenta el abordaje de comorbilidades como ansiedad, trastornos del aprendizaje, del estado de ánimo, trastornos de apego y estrés, realizando un diagnóstico diferencial apropiado. Una intervención precisa y personalizada puede marcar diferencia en el desarrollo y bienestar de quienes presentan síntomas del TDAH.

Referencias

Acosta, María Teresa. (2018). Trastorno por déficit de atención e hiperactividad más allá de la adolescencia ¿tiempo de pensar diferente?. Medicina (Buenos Aires)78(Supl. 2), 57-62.

Conway, F. (2011). Trauma y TDAH: ¿asociación o confusión diagnóstica? Una perspectiva clínica. Revista de Psicoterapia Infante, Infantil y Adolescente Niño. (1):51-59.

Peleikis, D. E., Fredriksen, M., & Faraone, S. V. (2022). El trauma infantil en adultos con TDAH se asocia con trastornos de ansiedad comórbidos y deterioro funcional. Revista nórdica de psiquiatría76(4), 272–279.

Ruiz-García, Matilde, Gutiérrez-Moctezuma, Juvenal, Garza-Morales, Saúl, & de la Peña-Olvera, Francisco. (2005). Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: Actualidades diagnósticas y terapéuticas. Boletín médico del Hospital Infantil de México62(2), 145-152.

Rusca-Jordán, Fiorella, & Cortez-Vergara, Carla. (2020). Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes. Una revisión clínica. Revista de Neuro-Psiquiatría83(3), 148-156. 

Van der Kolk, B. (2020). El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma. Barcelona: Eleftheria.