Motivación personal: Guía para tus metas

Motivación personal

Para alcanzar los objetivos es necesario que esté presente la motivación personal. También se requiere de disciplina, paciencia y resiliencia. Ya que la motivación personal debe ser un pilar fundamental para poder construir un estilo de vida y que sea sostenible a largo plazo.

La búsqueda de la motivación personal también se considera parte de un crecimiento y desarrollo en bienestar mental y emocional. Pero, ¿Qué hago para tener motivación personal? ¿Cómo descubro y entiendo mi motivación?

Quédate unos minutos, aprende estrategias para hacer crecer tu motivación personal.

Motivación personal
Motivación personal

¿Qué es motivación personal?

También conocido como automotivación, se considera como tener el impulso y entusiasmo para lograr una meta sin la influencia de otros. La motivación puede hacer que las personas se sientan más realizadas.

La motivación personal, mejorará la calidad de vida, ayuda en el crecimiento en cuanto al bienestar emocional y mental. La motivación también beneficia a la productividad, desempeña un papel fundamental en cuanto al desarrollo profesional y académico y genera satisfacción.

Es imperativo entender que la motivación no es un estado constante, fluctúa según las situaciones que puedan ocurrir. Es normal que se presenten altibajos en la motivación personal, el objetivo es aceptar esta situación y aprender a gestionarlo.

Un ejemplo muy claro de una gestión motivacional es, cuando no sientas motivación para hacer algo, lo que sea, es cuando más lo tienes que hacer. La activación conductual es un motor para la motivación.

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Motivación intrínseca vs motivación extrínseca

  • Motivación intrínseca

Se refiere al impulso que nace por sí solo, por satisfacción y placer personal, sin depender de recompensas externas. Es importante cuando el individuo muestra entusiasmo hacia el proceso del cambio, que considera valiosa la motivación personal o intrínseca. Tiene beneficios en el ámbito laboral, académico e intereses personales. Se pueden encontrar tipos de motivación intrínseca como las siguientes:

  • Reto: buscan retos y nuevas habilidades para aprender y por el placer del logro. Esto para obtener también un desarrollo personal.
    • Curiosidad: implica aprendizaje inherente al proceso constante de las personas por conocer.
    • Control: hace referencia al valor motivacional de tener alguna sensación de control.
    • Contexto: puede ser de inspiración para el entorno en el que se desenvuelva.
  • Motivación extrínseca

Se relaciona con la ejecución de actividades con el propósito de obtener recompensas externas, validación, reconocimientos o incentivos económicos o físicos. Surge de factores externos que inician el proceso de cambio. En los colegios se puede ver mediante el incentivo de puntos o reconocimientos, en el hogar con juguetes, ropa o electrónicos. En el ámbito laboral puede ser un ascenso, independientemente de si existe una motivación intrínseca. Existen tipos tales como:

  • Motivación basada en la recompensa: es el resultado de recompensas externas, tangibles o abstractas. Ejemplo, un vendedor que cumple un objetivo de ventas tiene incentivo económico.
  • Motivación basada en el poder: es una forma extrínseca, ya que se basa en la posibilidad de liderar equipos. Esta motivación es basada en equipos tanto laborales, académicos o de actividades físicas.
  • Motivación basada en el miedo: se refiere a las consecuencias que obtienen en un trabajo o académico, cuando no cumplen los objetivos planteados.

Es necesario encontrar un equilibrio entre la motivación intrínseca y extrínseca. Esta situación también dependerá tanto del contexto como el sistema de creencias del individuo.

Si consideras que eres una persona con motivación personal intrínseca, pero que sientes que has ido perdiendo esa motivación y no sabes por dónde empezar, puedes asistir a terapia psicológica. La terapia te brindará estrategias basadas en la evidencia que te ayuden a obtener o reforzar la motivación. Contáctanos.

Es imperativo reconocer cuáles son tus aspiraciones, qué objetivos deseas lograr y sobre todo si el tiempo planteado para ese objetivo es realista. Como se ha mencionado, la motivación es importante, pero también es importante que sean realistas el tiempo y los objetivos, porque a pesar de tener la motivación, también es necesario aprender a gestionarla.

Mentalidad de crecimiento

Como se ha ido mencionando, la motivación es importante pero también fluctuante. También se debe tomar en consideración la mentalidad de las personas, pero más allá de la mentalidad, la actitud de la persona, esto solo con respecto a la motivación.

Sabemos que no se puede decir que una persona con depresión no tiene una buena actitud, porque esta situación va mucho más allá de una actitud, pero volviendo al tema.

La psicóloga Carol Dweck explica que existen dos tipos de mentalidades. Se detona este punto, ya que es importante saber cómo está relacionado con la motivación.

  • Mentalidad fija: consideran que la inteligencia es fija; existe una tendencia a mostrarse inteligente. Evita riesgos, ve el esfuerzo como una pérdida de tiempo, no le gusta fracasar y se frustra con rapidez.
  • Mentalidad de crecimiento: la diferencia es que considera que la inteligencia puede desarrollarse y lleva al deseo de aprender continuamente. Acepta nuevos riesgos, ve el esfuerzo como un camino de mejora y aprende de la opinión de los demás.

La mentalidad de crecimiento es como la motivación intrínseca; el valor es propio. La resiliencia está presente ante el cambio, existe una gestión adecuada a lo que se refiere la frustración y la aceptación de los errores.

La motivación personal intrínseca impulsa al individuo a nuevos retos, querer aprender de nuevas habilidades y estar en constante crecimiento.

Si quieres estar en constante crecimiento, aprender a lidiar con la frustración ante los errores, la terapia psicológica te puede ayudar.

Estrategias para tener una motivación personal

Antes de poder disfrutar de los múltiples beneficios de la motivación personal, primero es necesario saber que te motiva. Aunque las motivaciones en ocasiones pueden ser obvias, en ocasiones presenta dificultad para alcanzar los objetivos planeados.

Aquí encontrarás algunas estrategias que puedes poner en práctica.

  1. Establece metas mensurables
  • Practica la visualización: cómo podrías lograr el objetivo cuando estés motivado, celebrando o vivenciando ese logro.
  • Practica la autocompasión: sé amable contigo, con el tiempo que te tome, incluso cuando no sientas esa motivación personal presente.
  • Estrategias para combatir la procrastinación: puedes hacer listas de paso a paso para lograr el objetivo o aplicar el SMART.
  • Tableros de visión: creando representaciones visuales de las metas.
  • Diario motivacional: registras las emociones y los progresos.

Estas son solo algunas estrategias que puedes poner en práctica. Cada paso que des para fortalecer y fomentar la motivación personal es importante y totalmente válido.

Incluso en los días que no sientas la motivación al 100% también te puedes mover. El placer y la motivación llegarán en el proceso que estés haciendo la actividad.

La terapia psicológica te puede ayudar con estrategias de activación conductual o de autocompasión para la motivación y frustración que te puede generar.

Conclusiones

La resiliencia también forma parte de la motivación personal, ya que, si los objetivos planteados con base en la motivación no son logrados, es necesario volverlo a intentar. Como se ha mencionado, la motivación no es lineal, puede permanecer un tiempo presente, pero en ocasiones puede flaquear.

La motivación, aunque sea intrínseca, también dependerá del entorno, aunque no sea el entorno quien te mueva.

Referencias

Motivación personal: definición, impulso e importancia. (n.d.). OBS Business School.

‌Vinasco, Z. (n.d.). EL SECRETO DE LA MOTIVACIÓN RICARDO PERRET.

¿Cómo superar las inseguridades personales? Comprendiendo las raíces

Inseguridades
Inseguridades
Inseguridades

La inseguridad hace referencia a un sentimiento individual de falta de confianza, principalmente en uno mismo, que encamina a las dudas constantes sobre la valía personal, generando autocrítica significativa. Muchas veces las inseguridades impiden un desarrollo pleno y afectan, a su vez, la capacidad de disfrute.

A continuación, explicaremos qué son las inseguridades y qué tipos existen.

¿Qué son las inseguridades?

En términos generales, la inseguridad se refiere a la falta de confianza en uno mismo, ya sea en las propias habilidades y en el valor personal. Por lo tanto, las inseguridades son respuestas internas de duda, vergüenza o temor sobre uno mismo.

Estas sensaciones incluyen creencias negativas sobre la insuficiencia, incapacidad, vulnerabilidad o desmerecimiento sobre aspectos de la vida, las cuales, afectan la forma en que la persona se percibe frente al mundo, perjudicando su relacionamiento y gestión de desafíos.

Por ello, las inseguridades relacionan la falta de autoconfianza, la duda constante, la baja autoestima y la dificultad para tomar decisiones en una o varias áreas.

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¿Dónde se originan las inseguridades?

Las inseguridades de una persona pueden originarse por múltiples factores, como:

  • Experiencias tempranas de apego inseguro
  • Crítica excesiva
  • Falta de validación
  • Eventos traumáticos
  • Fracasos repetidos
  • Comparaciones constantes
  • Experiencias de rechazo, humillación o abandono
  • Presión social (estándares de belleza o éxito)

Situaciones como estas suelen influir en la formación de una autoestima frágil, por la construcción de la identidad, reforzando sólidas creencias negativas, principalmente de “no ser capaces, no ser suficientes, no ser merecedores de éxito, amor, estabilidad, e inclusive respeto”.

Por ello, el origen emocional de las inseguridades, parte desde el aprendizaje, ya sea por críticas, falta de apoyo, comparaciones, etc. O bien por traumas, por eventos emocionales intensos, como humillaciones, abusos o rechazos; o situaciones específicas que implicaban cambios y adaptaciones.

Lee también: Apego inseguro: Cómo afectan tus relaciones.

Tipos de inseguridades

Las inseguridades pueden clasificarse según el área afectada.

  1. Inseguridad de autoestima: Sentimientos de no ser suficiente, valioso o digno. Se manifiesta como autocrítica constante, miedo al juicio o necesidad de validación.
  2. Inseguridad física: Preocupación por la apariencia física, peso, altura, rasgos o imperfecciones. Puede estar ligada a trastornos de imagen corporal.
  3. Inseguridad social: Miedo a ser rechazado, ignorado o juzgado en interacciones sociales. Puede llevar a sentir mucha vergüenza y evitar reuniones, hablar en público o conocer gente nueva.
  4. Inseguridad emocional o afectiva: Se presenta en relaciones cercanas, con miedo al abandono, a no ser amado, a la traición, a no ser suficiente para el otro o con celos intensos.
  5. Inseguridad profesional o académica: Duda sobre la propia competencia, miedo a fallar, al “síndrome del impostor” o a no estar a la altura de las expectativas en entornos laborales o educativos, conduciendo muchas veces al perfeccionismo.

La persona con inseguridades suele perder oportunidades o evitar situaciones que generan temor. Asimismo, tienden a interpretar de manera negativa las señales sociales.

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¿Cómo abordar las propias inseguridades?

woman thinking with doubt vector isolated

Superar la inseguridad requiere un proceso consciente de autoconocimiento, paciencia y trabajo emocional. Algunas de las estrategias efectivas son las siguientes:

  • Identifica el origen de las inseguridades: Comprender de dónde vienen. Cuestionarse si están relacionadas con experiencias pasadas (mensajes negativos recibidos en la infancia o comparaciones sociales), puesto que no pertenecen a uno, sino que se repitieron por aprendizaje.
  • Cambia los pensamientos negativos: Muchas inseguridades se mantienen por distorsiones cognitivas, como el pensamiento de “todo o nada” o la “sobre generalización”. Será bueno cuestionar su veracidad y reemplazarlo por uno más realista.
  • Fortalece la autoestima: Aceptar las virtudes y defectos. La autoestima saludable no significa llegar a la egolatría, sino reconocerse como valioso sin condiciones.
  • Establece metas pequeñas y alcanzables: Lograr pequeños objetivos fortalece la autoconfianza.
  • Rodéate de personas vitamina: Marian Rojas se refiere a aquellas personas “nutritivas emocionalmente”, que potencian las fortalezas, ofrecen retroalimentación constructiva y fomentan la seguridad y el crecimiento.
  • Acepta la vulnerabilidad: Sentirse inseguro a veces es parte natural del ser humano. Aceptar que no siempre tienes el control, y que está bien cometer errores, reduce la autoexigencia y el miedo al juicio.
  • Consulta con un profesional: La psicoterapia permite trabajar los pensamientos disfuncionales asociados a la inseguridad, identificando y cuestionando creencias negativas sobre uno mismo, promoviendo una visión más realista y compasiva.

Además, el desarrollo de habilidades como la autoaceptación, el establecimiento de límites saludables y el cultivo de la autocompasión son fundamentales.

Descubre más en: Tengo miedos: Un camino para entenderlos y superarlos

Conclusiones

Reconocer las inseguridades no es signo de debilidad. En lugar de reprimirlas, resulta más saludable explorarlas con curiosidad y empatía. Existen distintos tipos de inseguridad, sin embargo, todos ellos son tratables.

Trabajar con las inseguridades significa aprender a gestionarlas sin que dominen la propia vida y con ella las decisiones.

Por último, a través del acompañamiento terapéutico, el apoyo social y la práctica del autocuidado, es posible construir una relación más segura y amable con uno mismo.

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Referencias

Guzmán-González, Mónica, Carrasco, Natalia, Figueroa, Paulina, Trabucco, Caterina, & Vilca, Daniela. (2016). Estilos de Apego y Dificultades de Regulación Emocional en Estudiantes Universitarios. Psykhe (Santiago)25(1), 1-13.

Heredia García, María Isabel, & Jaramillo Zambrano, Ana Elizabeth. (2024). Estilo de apego y regulación emocional en adolescentes de la ciudad de Milagro. Revista Universidad y Sociedad16(3), 22-32.

Rojas Estapé, M. (2021). Encuentra tu persona vitamina. Editorial Espasa.

Habilidades sociales ejemplos: guía esencial

Habilidades sociales ejemplos

Dominar las habilidades sociales es fundamental para desenvolvernos eficazmente en la vida. Desde interactuar con amigos y familiares hasta colaborar en el trabajo, estas capacidades influyen directamente en nuestro bienestar y éxito. En este artículo, exploraremos habilidades sociales esenciales a través de ejemplos prácticos que podrás aplicar en tu día a día.

Habilidades sociales ejemplos
Habilidades sociales ejemplos

¿Qué son las habilidades sociales?

Las habilidades sociales son el conjunto de estrategias de conducta y las capacidades para aplicar dichas conductas que nos ayudan a resolver unas situaciones sociales de manera efectiva. Permite expresar los sentimientos, actitudes, deseos opiniones o derechos de modo adecuado a la situación en la cual la persona se encuentra mientras respeta las conductas de los otros.

Tipos de habilidades sociales

Hay dos tipos de habilidades sociales, en primer lugar, habilidades sociales básicas, y, por otro lado, las habilidades sociales complejas.

  • Habilidades sociales básicas: escuchar, iniciar unas conversaciones, formular preguntas, dar las gracias, presentarse, presentar a otras personas y realizar un cumplido.
  • Habilidades sociales complejas: empatía, inteligencia emocional, asertividad, capacidad de escucha, capacidad de comunicar sentimientos y emociones, capacidad de definir un problema y evaluar soluciones. Negociación, modulación de la expresión emocional, capacidad de disculparse, por último, reconocimiento y defensa de los derechos propios y de los demás.

Las habilidades sociales son muy importantes ya que te permiten expresar tus ideas, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, y también te ayudan a comprender lo que otros intentan comunicar, tanto verbal como no verbalmente. Una buena comunicación es la base de cualquier interacción exitosa. En el ámbito laboral, las habilidades sociales son cada vez más valoradas. Permiten trabajar eficazmente en equipo, colaborar en proyectos, liderar con empatía, negociar, resolver problemas interpersonales y construir una red de contactos profesionales sólida.

Un buen manejo de las habilidades sociales puede marcar la diferencia en el avance de la carrera. Cuando nos sentimos competentes socialmente, nuestras interacciones son más fluidas y exitosas. Esto refuerza nuestra confianza en nosotros mismos y mejora nuestra autoestima. Saber cómo desenvolvernos en diferentes situaciones sociales reduce la ansiedad y nos hace sentir más seguros.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Te recomendamos que leas “Dinámicas de comunicación para adultos”.  

Habilidades sociales ejemplos:

Aquí te dejamos ejemplos prácticos y esenciales para que pongas tus habilidades sociales en acción:

1. Escucha Activa:

  • Ejemplo: En lugar de pensar en lo que vas a responder mientras alguien te habla, mantén contacto visual, asiente ocasionalmente y haz preguntas para aclarar lo que dicen “¿Entonces, si entendí bien, lo que te preocupa es…?”. Esto demuestra que realmente estás prestando atención.

2. Empatía:

  • Ejemplo: Un amigo te cuenta que ha tenido un mal día en el trabajo. En lugar de minimizarlo con un “Anímate, mañana será mejor”, podrías decir algo como “Entiendo que te sientas frustrado, debe haber sido difícil”. Reconocer sus sentimientos es mostrar empatía.

3. Asertividad:

  • Ejemplo: Un compañero de trabajo te pide que te quedes hasta tarde para ayudarle con una tarea que él debió haber terminado. En lugar de decir que sí automáticamente, aunque tengas otros planes, puedes decir con firmeza, pero con respeto: “Agradezco que pienses en mí, pero hoy no puedo quedarme. ¿Hay algo específico en lo que pueda ayudarte mañana temprano?”.

4. Comunicación No Verbal:

  • Ejemplo: Durante una conversación, mantener una postura abierta (sin cruzar brazos), sonreír y hacer contacto visual transmite interés y cercanía, incluso antes de decir una palabra.

5. Cortesía y Buenos Modales:

  • Ejemplo: Decir “por favor” y “gracias” al pedir un café, ceder el paso a alguien o saludar al entrar a un lugar son ejemplos sencillos de cortesía que facilitan las interacciones.

6. Resolución de Conflictos:

  • Ejemplo: En una discusión con tu pareja, en lugar de levantar la voz y culpar, intentas mantener la calma, expresar tus sentimientos con “yo” “Me siento…” en lugar de acusaciones “Tú siempre…”, y propones buscar una solución juntos.

7. Colaboración:

  • Ejemplo: En un proyecto grupal, escuchas las ideas de los demás, aportas las tuyas de manera constructiva y estás dispuesto a ceder en algunos puntos para lograr un objetivo común.

8. Iniciativa Social:

  • Ejemplo: En una fiesta donde no conoces a mucha gente, te acercas a alguien que parece estar solo y le dices “Hola, soy (tu nombre). ¿Qué te trae por aquí?”.

9. Dar y Recibir Feedback:

  • Ejemplo (Dar): En lugar de decir “Tu presentación fue terrible”, podrías decir “Creo que tu presentación tenía información valiosa, pero quizás podrías trabajar en hacer las diapositivas menos cargadas de texto para que sea más fácil seguirla”.
  • Ejemplo (Recibir): Cuando alguien te da una crítica, en lugar de ponerte a la defensiva, escuchas atentamente, agradeces el comentario y consideras si hay algo que puedes aprender de él.

Conclusión

Las habilidades sociales ejemplos no son un lujo, sino una necesidad fundamental para navegar con éxito la complejidad de la vida humana. A través de ejemplos sencillos pero poderosos, hemos visto cómo la escucha activa, la empatía, la asertividad y la comunicación efectiva tejen el tejido de nuestras relaciones, impulsan nuestro desempeño profesional y fortalecen nuestra propia confianza.

El desarrollo de tus habilidades sociales es un viaje continuo. Empieza hoy mismo a observar tus propias dinámicas sociales y a experimentar con estas herramientas. En Mente Sana están los profesionales necesarios para ayudarte. Por ello, te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencias

NeuronUP (2022), Habilidades sociales: definición, tipos, ejercicios y ejemplos.

¿Cómo perdonar? Una guía paso a paso

¿Cómo perdonar?
¿Cómo perdonar?
¿Cómo perdonar?

El perdón, un concepto tan simple en su enunciación como complejo en su ejecución, se erige como un pilar fundamental para el bienestar emocional y la construcción de relaciones saludables. A menudo malinterpretado como un acto de absolución del ofensor, el verdadero perdón es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos. No se trata de minimizar el daño causado ni de olvidar la ofensa, sino de liberar el peso del resentimiento y la amargura que nos anclan al pasado, entorpeciendo avanzar hacia un futuro más ligero y pleno. En este artículo, exploraremos el intrincado proceso de cómo perdonar, desentrañando sus múltiples facetas y ofreciendo herramientas prácticas para cultivar esta poderosa habilidad transformadora.

¿Qué es el perdón?

     Es un proceso que implica el reconocimiento de un daño recibido y la cancelación voluntaria de la deuda que éste ha generado. Constituye, por tanto, un acto de generosidad, pues la persona consciente de haber sido dañada, agredida, ofendida, herida, traicionada, menospreciada o irrespetada por otra, renuncia a su deseo natural de vengarse u obtener justicia. Entonces, significa que desde la psicología se concibe al cómo perdonar, como un proceso que conlleva tiempo, esfuerzo, y el análisis de la gravedad del daño recibido.

A partir de la experiencia subjetiva, lo más evidente son tres tipos de reacciones posteriores al daño:

  1. Reacciones emocionales (lo que sentimos). Entre las más comunes se encuentran: ira, dolor, tristeza, confusión, y sensación de traición. Algunas situaciones también generan: vergüenza, humillación, vulnerabilidad, y debilidad. Adicionalmente, se pueden experimentar sentimientos negativos hacia la persona, entre ellos: rencor, odio, y deseo de venganza.
  2. Reacciones cognitivas (lo que pensamos). Implica tres niveles: (a) análisis de lo ocurrido, que consiste formularse una serie de preguntas: ¿por qué sucedió lo que sucedió?, ¿cuál es mi responsabilidad en lo sucedido?, y ¿por qué esta persona se comportó de esa manera?, entre otras; (b) percepción negativa de la persona, que hace concebirlo como: malo, despreciable, falso, peligroso, monstruoso e inhumano; y (c) pensamientos de venganza, relacionados con: la finalización de la relación, la aplicación de la ley del hielo, y la materialización de cualquier acción que le inflija un daño similar, entre otras.
  3. Reacciones conductuales (lo que hacemos). Entre las acciones más comunes hacia esta persona se encuentran: el distanciamiento físico o emocional, la escasa o nula comunicación, y la suspensión de cualquier beneficio que se le otorgue.

      Cabe destacar que el perdón es una posibilidad ante una situación profundamente dolorosa que ha generado un trauma o herida, pero jamás la única opción. Es un acto individual y voluntario (no una obligación o un deber) que se ejecuta fundamentalmente para mitigar, reducir o eliminar las reacciones posteriores al daño recibido. De la misma manera, constituye una forma de colaborar conscientemente para que la herida ocasionada cicatrice (en función de aprender a vivir con ella), teniendo presente que esa decisión no cambiará el pasado, pero SÍ la manera de VIVIR EN EL FUTURO.

La terapia emocional, podría ayudarte de forma directa a obtener herramientas en cómo perdonar, te recomendamos leer este artículo para ello.

¿Por qué debemos perdonar?

     Porque psicológicamente mantener un sentimiento de rencor hacia otra persona por algo que hizo (o que no hizo), es una carga muy pesada. El perdón nos permite sanar una herida, hacer las paces con ese conflicto que nos perturba y nos roba la paz, e implica un cambio de conductas destructivas o negativas dirigidas contra quien nos ha hecho daño.

     Perdonar tiene efectos psicológicos positivos. Los resultados de algunos estudios sugieren que las personas que perdonan gozan de mejor salud mental, mientras que las que no lo hacen son más propensas a padecimientos psicológicos (estrés, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, entre otros). También sugieren que quienes perdonan viven más tranquilos, se sacuden más fácilmente el yugo del pasado, se reconcilian consigo mismos, y recuperan la paz interior.

El cómo perdonar igualmente tiene efectos positivos sobre la salud física, puesto que favorece los niveles de presión sanguínea, controla los niveles de tensión arterial, y mejora el funcionamiento general de los sistemas cardiovascular y simpático.

Adicionalmente, la capacidad de perdonar incide positivamente en las relaciones con familiares y amigos, en la relación de pareja, en la interrelación con compañeros de trabajo y estudio, así como en la resolución de problemas.

¿Cómo perdonar? Pasos prácticos

Reconoce y permite tus sentimientos: No ignores ni reprimas lo que sientes. Permítete experimentar la rabia, la tristeza, la frustración o cualquier otra emoción que surja. Identificar y validar tus sentimientos es el primer paso crucial.

Comprende el perdón (Para ti, No para el otro): Clarifica que perdonar no significa excusar el comportamiento de la otra persona, minimizar el daño causado, ni reconciliarte necesariamente con ella. El perdón es un acto de liberación personal, una decisión de dejar de estar atado emocionalmente al dolor.

Reflexiona sobre el impacto del rencor: Considera cómo el aferrarte al resentimiento te está afectando física, mental y emocionalmente. ¿Te causa estrés, ansiedad, insomnio? ¿Influye en tus relaciones? Reconocer el costo del rencor puede motivarte a perdonar.

Toma la decisión consciente de perdonar: El perdón es una elección activa. Decide que estás listo para empezar el proceso de dejar ir el dolor. Esta decisión puede ser un punto de inflexión importante.

Intenta ver la situación desde otra perspectiva (Sin Justificar): Esto no implica aprobar lo que hicieron, pero tratar de entender los posibles motivos o circunstancias de la otra persona (sin excusarla) puede ayudarte a humanizarla y a disminuir la intensidad de tu ira.

Exprésate (Si es Seguro y deseable): Si sientes que te ayudará, considera expresar tus sentimientos a la persona que te hirió. Esto debe hacerse de manera asertiva y con el objetivo de comunicar tu dolor, no de atacar o culpar. Si la situación es tóxica o insegura, saltarte este paso es perfectamente válido.

Suelta la necesidad de venganza: La fantasía de venganza puede ser tentadora, pero a largo plazo sólo perpetúa el ciclo de dolor. El perdón implica renunciar a ese deseo y enfocarte en tu propia sanación.

¿Cómo perdonar?

Acepta que el proceso lleva tiempo: El perdón no es un evento único, sino un proceso gradual. Habrá días buenos y días malos. Sé paciente contigo mismo y permítete sentir lo que necesites sentir a medida que avanzas.

Enfócate en el presente y en tu futuro: Una vez que empiezas a soltar el peso del pasado, puedes dirigir tu energía hacia la construcción de un presente más positivo y un futuro más libre.

Busca apoyo si lo necesitas: Hablar con un amigo de confianza, un terapeuta o un grupo de apoyo puede ser invaluable en el proceso de perdonar. Un profesional puede ofrecerte herramientas y perspectivas adicionales.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Esta guía solo son unos pasos para impulsarte a experimentar el perdón de una manera diferente, por ello sé flexible y adapta estos consejos para tu propia situación y ritmo.

Conclusión

En definitiva, cómo perdonar puede ser un camino dificultoso y desafiante, pero sí de seguro es una senda liberadora hacia la sanación personal. Al desprendernos del resentimiento y la amargura, no estamos eximiendo al otro de su responsabilidad, sino que nos está otorgando a nosotros la oportunidad de avanzar con mayor ligereza y paz interior. Al abrazar esta poderosa herramienta, nos empoderamos para reescribir nuestra narrativa, dejando atrás el papel de víctimas para convertirnos en arquitectos de nuestro propio bienestar emocional y de relaciones más auténticas y saludables. En última instancia, el verdadero regalo del perdón reside en la libertad que nos brinda para vivir plenamente en el presente, sin el yugo del pasado.

Con toda la importancia del perdón y sus beneficios, te invitamos a que no esperes a que las circunstancias mejoren, toma el control de tu bienestar emocional. En Mente Sana están los profesionales necesarios para ayudarte. Por ello, te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencias

MayoClinic, (2023). El perdón: Dejar atrás los rencores y la amargura.

¿Qué es la resiliencia? La fuerza interior para salir adelante

¿Qué es la resiliencia?

¿Qué es la resiliencia?
¿Qué es la resiliencia?

En un mundo en constante cambio, donde los desafíos y las adversidades son inevitables, la capacidad de recuperarse y seguir adelante emerge como una cualidad fundamental. Esta capacidad, conocida como resiliente, no es simplemente la ausencia de dificultades, sino la fuerza interior que nos permite afrontar los reveses, aprender de ellos y transformarnos en el proceso. Desde superar traumas personales hasta afrontar crisis colectivas, la resiliencia se revela como un motor esencial para el bienestar individual y la cohesión social. En este artículo exploraremos en el concepto de qué es la resiliencia, y las estrategias prácticas para cultivarla en nuestras vidas.

Resiliente significado:

¿Qué significa la palabra resiliencia?

La palabra resiliencia significa una persona que…

  • Busca o detecta las causas.
  • Aprende de la adversidad.
  • Ve los cambios como metas a superar.
  • Tiene capacidad de adaptación y flexibilidad.
  • Tiene visión realista.
  • Inteligencia emocional y empatía.
  • Posee un buen nivel de autoestima.

El significado de la resiliencia con otros

  1. La empatía es una característica de la resiliencia que permite comprender las emociones de los demás y ayuda a diferenciar pensamientos de acciones.
  2. La adaptabilidad y la resiliencia son conceptos estrechamente relacionados y complementarios. La adaptabilidad facilita el aprendizaje y la modificación del pensamiento y la acción para enfrentar cambios.
  3. Un apego seguro en la infancia puede sentar una base sólida para el desarrollo de la resiliencia. (te recomiendo leer más sobre el apego seguro aquí).
  4. La asertividad es una habilidad social que, al igual que la resiliencia, ayuda a enfrentar y superar situaciones difíciles al permitir la expresión adecuada de necesidades y la defensa de derechos.
  5. La autoestima y la resiliencia se refuerzan mutuamente. Una buena autoestima fomenta la confianza para superar los desafíos, y la superación de los obstáculos.
  6. El empoderamiento, como la sensación de control sobre la propia vida, promueve una actitud proactiva en la búsqueda de soluciones y potencia la resiliencia.
  7. El optimismo, como la tendencia a ver las cosas de manera favorable, impulsa la búsqueda proactiva de estrategias para superar situaciones dolorosas.
  8. La perseverancia es fundamental en la resiliencia, ya que permite mantener el enfoque y persistir a pesar de los obstáculos.
  9. La resiliencia puede ayudar a manejar la ansiedad al permitir enfrentar situaciones estresantes con mayor confianza y calma, y al reinterpretar estas experiencias como oportunidades de crecimiento.

Resiliencia significado y ejemplos

¿Qué significa la palabra resiliencia? Aquella persona que tiene la capacidad de adaptarse nuevamente tras haber pasado una experiencia difícil, es renacer de las cenizas y poder seguir adelante, una capacidad increíble que todo ser humano tiene.

Algunos ejemplos:

  • Afrontar un despido laboral a una edad avanzada, con el desafío de la discriminación por edad, requiere una actitud resiliente.
  • Superar una enfermedad grave con tratamientos difíciles es un claro ejemplo de resiliencia.
  • Transitar las etapas del duelo por la pérdida de un ser querido, exige una alta capacidad de resiliencia. (conoce más sobre el duelo aquí)
  • Superar crisis de pareja, divorcios o incluso un amor no correspondido son situaciones que exigen una conducta resiliente.

¿Qué es la resiliencia si no ponemos en  práctica las acciones? que necesitamos para desarrollar esta capacidad. ¿Cómo me vuelvo resiliente?

  • Aceptar que las dificultades son inevitables es un primer paso.
  • Reconocer que la vida implica cambios y la necesidad de adaptar la perspectiva.
  • Identificar habilidades y estrategias que fueron útiles en momentos difíciles anteriores.
  • Evitar el aislamiento y construir una red de apoyo emocional.
  • Trabajar hacia metas alcanzables para fortalecer la auto eficiencia.
  • Enfocarse en lo positivo y ser amable con uno mismo.
  • Mayor capacidad para manejar el estrés, mejor salud mental y emocional, actitud más positiva, relaciones más fuertes y mayor satisfacción vital.
  • Un psicólogo puede proporcionar herramientas y apoyo para entrenar la resiliencia, gestionar conflictos y promover el crecimiento personal.

Diferencias entre resiliencia y resistencia

  • La resistencia: se refiere a la resistencia y persistencia durante un largo periodo de tiempo para superar cualquier obstáculo o situación de la vida.
  • La resiliencia: se refiere a tu fuerza y capacidad para recuperarte de los malos momentos

Ambos conceptos están relacionados con la manera en que las personas enfrentan los desafíos. En un camino de obstáculos, la resistencia es la motivación para seguir adelante a pesar del cansancio y la resiliencia es lo que nos permite resistir por un largo periodo de tiempo mientras superamos el mal momento.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Libros que nos ayudan a trabajar en nuestra resiliencia

  1. “La resiliencia. Vivir feliz a pesar de….” Autor: Sylvie Rousseau.
  2. “Los patitos feos”. Autor: Boris Cyrulnik.
  3. “Resiliencia o la adversidad como oportunidad” Autor: Rosario Linares.
  4. “Murmullo de los fantasma” Autor: Boris Cyrulnik.
  5. “Superar la adversidad: el poder de la resiliencia” Autor: Luis Rojas Marcos.

La resiliencia emerge no solo como la capacidad de resistir los embates de la vida, sino como una fuerza dinámica que nos impulsa a crecer y transformarnos a través de ellos. Lejos de ser un rasgo innato reservado para unos pocos, hemos visto cómo la resiliencia se nutre de relaciones de apoyo, de una visión positiva, de habilidades de afrontamiento y, crucialmente, de la convicción de que podemos aprender y fortalecer incluso en los momentos más oscuros.

La resiliencia nos ofrece la esperanza y las herramientas para no solo sobrevivir a la tormenta, sino para emerger de ella con una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, listos para seguir adelante con renovada fortaleza y propósito.

FAQs

  • ¿Qué es la resiliencia? La capacidad de recuperarse de situaciones traumáticas extremas, se denomina resiliencia.
  • ¿Cuál sería un ejemplo sobre la resiliencia? Superar una enfermedad grave con tratamientos difíciles es un claro ejemplo de resiliencia.
  • ¿Cuáles son los 4 tipos de resiliencia? Resiliencia psicológica, resiliencia emocional, resiliencia física y resiliencia comunitaria.
  • ¿Cómo es una persona resiliente? Es aquella persona que aprende de las situaciones adversas que vive y es capaz de ver su lado positivo.

Referencia bibliográfica:

Unobravo (sin fecha). ¿Qué nos enseña la resiliencia?

Betterup (16/09/2022) Resistencia Vs resiliencia.

Poner límites: El camino hacia una salud mental fortalecida

Poner límites

Estudios recientes sugieren que una proporción significativa de individuos experimenta dificultades para poner límites saludables en sus relaciones interpersonales. De hecho, investigaciones indican que hasta un 60% de las personas reportan sentirse abrumadas o explotadas debido a la falta de límites claros (adaptado de Bowlby, 1969). Aprender a poner límites no solo es un acto de autocuidado, sino una habilidad fundamental para el bienestar psicológico y la construcción de relaciones equitativas y respetuosas. En este espacio, exploraremos la importancia de poner límites y ofreceremos algunas herramientas prácticas para lograrlo.

¿Qué significa realmente poner límites?

Poner límites implica la capacidad de comunicar de manera asertiva nuestras necesidades, deseos y tolerancias a los demás. No se trata de construir muros infranqueables, sino de establecer fronteras claras que protejan nuestra energía física y emocional, nuestro tiempo y nuestros recursos. Implica definir qué comportamientos son aceptables para nosotros y cuáles no, y comunicar estas expectativas de forma respetuosa pero firme (Satir, 1988). Aprender a poner límites es un proceso que nos permite mantener nuestra individualidad dentro de las relaciones, promoviendo la autenticidad y previniendo el agotamiento emocional.

Poner límites
Poner límites

Las raíces de la dificultad para poner límites

Existen diversas causas que pueden dificultar nuestra capacidad para poner límites. A menudo, patrones de crianza basados en la complacencia o el miedo al conflicto pueden internalizarse, llevándonos a priorizar las necesidades de los demás por encima de las propias (Harris, 1996). El miedo al rechazo, la necesidad de aprobación externa y las creencias erróneas sobre el egoísmo también juegan un papel importante en esta dificultad. Aprender a poner límites implica, en muchos casos, desaprender estos patrones y reconstruir una autoimagen más sólida y valiosa.

Otra causa común radica en la baja autoestima. Cuando nuestra valía personal depende de la aprobación de los demás, poner límites puede sentirse como un riesgo de perder esa aceptación (Branden, 1994). Superar esta dificultad requiere un trabajo de introspección y fortalecimiento de la autoestima, reconociendo nuestro derecho a tener necesidades y a defenderlas. Entender cómo poner límites pasa por comprender estas dinámicas internas.

Además, factores culturales y sociales pueden influir en nuestra capacidad para poner límites. En algunas culturas, la sumisión y la evitación del conflicto se valoran más que la asertividad, lo que puede dificultar el desarrollo de habilidades para poner límites de manera efectiva (Hofstede, 2001). Reconocer estas influencias es un primer paso importante para aprender a poner límites en un contexto social específico.

¿Cómo poner límites? Herramientas prácticas

Aprender a poner límites es un proceso gradual que requiere práctica y paciencia. Aquí te presentamos algunas herramientas que pueden ayudarte en este camino:

  1. Identifica tus límites: Antes de comunicar tus límites a los demás, es crucial que los tengas claros para ti mismo, reflexiona sobre qué situaciones te generan malestar, qué necesidades no están siendo respetadas y cuáles son tus prioridades. Este autoconocimiento es fundamental para poner límites de manera coherente. (Goleman, 1995).
  2. Comunica tus límites de forma clara y directa: Utiliza un lenguaje asertivo, expresando tus necesidades y expectativas de manera respetuosa pero firme, evita la ambigüedad o la justificación excesiva. Un ejemplo podría ser: “Necesito terminar este trabajo antes de poder ayudarte con eso”. Esta es una forma efectiva de cómo poner límites. (Alberti & Emmons, 2017).
  3. Aprende a decir “no”: Decir “no” es una parte esencial de poner límites saludables. No te sientas obligado a aceptar cada petición que se te haga, está bien priorizar tu tiempo y energía. Practica decir “no” de forma amable pero firme, sin necesidad de dar excusas elaboradas. Aprender a poner límites implica también cómo hacerse respetar al decir no cuando es necesario. (Burns, 1999).
  4. Sé consistente: Una vez que hayas comunicado tus límites, es importante mantenerte firme. Si cedes constantemente, los demás aprenderán que tus límites no son serios. La consistencia es clave para cómo hacerse respetar y para que los demás tomen en serio tus necesidades. (Linehan, 1993).
  5. Maneja la culpa: Es común experimentar culpa al poner límites, especialmente al principio. Recuerda que poner límites es un acto de autocuidado y que tienes derecho a proteger tu bienestar, reconoce estos sentimientos y desafía los pensamientos negativos asociados a ellos. (Beck, 1995).
  6. Establece consecuencias: En algunas situaciones, puede ser útil comunicar las consecuencias de no respetar tus límites. Por ejemplo: “Si no puedo tener tiempo para concentrarme en mi trabajo durante este horario, tendré que posponer nuestra conversación”. Esto refuerza la importancia de tus límites y te ayuda a cómo hacerse respetar.
  7. Practica la empatía, pero mantente firme: Intenta comprender la perspectiva de la otra persona, pero no permitas que esto te haga renunciar a tus límites. Puedes decir algo como: “Entiendo que necesitas mi ayuda, pero ahora mismo no puedo”. Esta es una manera equilibrada de cómo poner límites. (Rogers, 1957).
  8. Busca apoyo: Hablar con amigos, familiares o un terapeuta puede proporcionarte el apoyo y la perspectiva que necesitas para aprender a poner límites de manera efectiva. Compartir tus experiencias puede ayudarte a sentirte menos solo y a obtener nuevas estrategias. (Yalom, 1980).

Cómo hacerse respetar a través de límites claros

Cómo hacerse respetar está intrínsecamente ligado a la capacidad de poner límites de manera efectiva. Cuando comunicamos nuestros límites con claridad y firmeza, enviamos un mensaje de autovaloración y respeto hacia nosotros mismos. Los demás aprenden cómo tratarnos y qué esperar de nosotros. Aprender a poner límites es, en esencia, aprender a hacerse respetar.

La asertividad juega un papel crucial en este proceso. Ser asertivo implica expresar tus necesidades y opiniones de manera honesta y directa, sin agresividad ni pasividad (Lazarus, 1973). Al poner límites de forma asertiva, te estás comunicando desde un lugar de respeto propio, lo que facilita que los demás también te respeten.

Cuando no ponemos límites, permitimos que otros dicten cómo se invierte nuestro tiempo, energía y recursos, lo que puede erosionar nuestra autoestima y dificultar el respeto de los demás hacia nosotros. Por el contrario, aprender a poner límites es un acto de autoafirmación que contribuye directamente a cómo hacerse respetar en nuestras interacciones.

Recuerda que tu bienestar es primordial. Poner límites no es egoísta; es una necesidad para mantener una salud mental equilibrada y construir relaciones saludables y recíprocas. ¡Tienes derecho a definir tus límites y a hacerte respetar!

En Mente Sana, entendemos la importancia de establecer límites saludables en tu camino hacia el bienestar. Te recordamos que tu primera sesión es gratuita y que puedes iniciar tu proceso con nuestros profesionales para aprender a poner límites de manera efectiva y cómo hacerse respetar en todas tus relaciones.

Preguntas frecuentes

  • ¿Es lo mismo ser asertivo que ser agresivo al poner límites? No, la asertividad implica expresar tus necesidades de manera clara y respetuosa, mientras que la agresividad implica hacerlo de forma hostil o dominante, sin considerar los sentimientos de los demás. Poner límites asertivamente busca el respeto mutuo.
  • ¿Qué hago si la gente se molesta cuando empiezo a poner límites? Es posible que algunas personas reaccionen negativamente al principio, especialmente si están acostumbradas a que no pongas límites. Mantente firme en tu decisión, explica tus razones de manera calmada y recuerda que tu bienestar es importante. Con el tiempo, las personas se adaptarán a tus nuevos límites.
  • ¿Cómo puedo poner límites en el trabajo sin parecer poco colaborador? Comunica tus límites de manera profesional y enfocándote en la productividad. Por ejemplo, puedes decir: “Para poder entregar este proyecto a tiempo y con la calidad esperada, necesito concentrarme en esta tarea hasta las 18h” y ofrece alternativas cuando sea posible.
  • ¿Qué pasa si me siento culpable después de poner un límite? Es normal sentir culpa al principio. Recuerda los motivos por los que estableciste ese límite y los beneficios que te aporta a largo plazo, desafía los pensamientos negativos asociados a la culpa y permítete priorizar tu bienestar.
  • ¿Hay situaciones en las que no es apropiado poner límites? En situaciones de emergencia o cuando la seguridad de alguien está en riesgo, la flexibilidad y la colaboración inmediata pueden ser más importantes. Sin embargo, incluso en estas situaciones, es importante comunicar tus capacidades y limitaciones de manera clara.

Referencias

Alberti, R. E., & Emmons, M. L. (2017). Your perfect right: Assertiveness and equality in your life and relationships. Impact Publishers.

Beck, J. S. (1995). Cognitive therapy: Basics and beyond. Guilford Press.

Bowlby, J. (1969). Attachment and loss, Vol. 1: Attachment. Attachment and Loss. New York: Basic Books.

Branden, N. (1994). The six pillars of self-esteem. Bantam Books.

Burns, D. D. (1999). Feeling good: The new mood therapy. HarperCollins.

Goleman, D. (1995). Emotional intelligence. Bantam Books.

Harris, T. A. (1996). I’m OK, You’re OK. Harper Perennial.

Hofstede, G. (2001). Culture’s consequences: Comparing values, behaviors, institutions, and organizations across nations (2nd ed.). Sage Publications.  

Lazarus, A. A. (1973). On assertive behavior: A brief note. Behavior Therapy, 4(5), 697–699.

Linehan, M. M. (1993). Skills training manual for treating borderline personality disorder. Guilford Press.

Rogers, C. R. (1957). The necessary and sufficient conditions of therapeutic personality change. Journal of Consulting Psychology, 21(2), 95–103.  

Satir, V. (1988). The new peoplemaking. Science and Behavior Books.

Yalom, I. D. (1980). Existential psychotherapy. Basic Books.

Qué es la talasofobia. Reconociendo los síntomas del miedo

Qué es la talasofobia

El miedo, una emoción natural del ser humano, es el núcleo de la talasofobia y se conoce como el miedo intenso al mar. Aunque no existe una clasificación específica para ella, también proviene de la ansiedad o fobias. Los síntomas pueden ser varios: físicos, psicológicos y emocionales. En España se estima que el 12% de la población presenta alguna fobia.

Y sé que te preguntarás: ¿Qué es la talasofobia? ¿Cómo reconozco sus síntomas? ¿En qué me ayudará esta información? En las siguientes líneas encontrarás información que te ayudará.

Qué es la talasofobia
Qué es la talasofobia

¿Qué son las fobias?

Se conoce como un tipo de ansiedad caracterizado por un miedo irracional a situaciones, animales u objeto, que ocasiona respuestas fisiológicas o psicológicas.

Si deseas seguir leyendo sobre la ansiedad, te puede interesar: Ataques de ansiedad y sus causas, reconociendo su raíz

¿Qué es la talasofobia?

Se trata de una fobia específica, una fobia al océano, lago o mares y sus profundidades. Caracterizado por un miedo irracional e incontrolable y no, no se trata del miedo al agua, sino a lo que pueda existir dentro de ella. Incluso este miedo puede estar presente solo con una foto o la imaginación.

Síntomas de la talasofobia

Como describimos anteriormente, qué es la talasofobia, un miedo a grandes cuerpos de agua, la intensidad de los síntomas puede variar según la persona. Teniendo en cuenta que los síntomas pueden ser generales pero muy intensos para otras personas, ocasionando respuestas físicas, emocionales y psicológicas en el individuo.

Aquí alguno de los síntomas más comunes de la talasofobia:

  • Síntomas físicos.
    • Taquicardia o palpitaciones.
    • Presión en el pecho.
    • Mareos.
    • Hiperventilación.
    • Temblores.
    • Nauseas o malestar estomacal.
    • Piel erizada.
  • Síntomas emocionales.
    • Ansiedad al enfrentarse a situaciones que involucren el mar o grandes masas de agua.Pánico.
    • Llanto sin razón aparente.
  • Síntomas conductuales.
    • Evitación del estímulo desagradable.
    • Cambios de comportamiento.
  • Síntomas cognitivos.
    • Pensamientos intrusivos sobre el peligro del mar. Ahogarse o ser atacado por algún animal.

Es imperativo destacar que para recibir un diagnóstico es necesario la ayuda de un profesional. Si te sientes identificado con alguno de estos síntomas o tienes la sospecha de padecer esta fobia, puedes consultar con un psicólogo. Agenda una sesión hoy misma e inicia una intervención temprana.

¿Qué es la talasofobia y sus causas?

Siendo una fobia, puede ser desencadenada por diversas preocupaciones o miedo a animales, miedo a ahogarse o incluso por la magnitud de la masa de agua. Aquí podrás conocer algunas de las posibles causas.

  1. Factores psicológicos: tendencia a la ansiedad, así como ciertos trastornos.
  2. Experiencias traumáticas: una experiencia negativa, como ahogarse.
  3. Aprendizaje observacional: ver otras personas experimentar ansiedad o evento traumático relacionado con el agua.
  4. Desconocimiento. La falta de exposición al mar o grandes cuerpos de agua se percibe como un entorno desconocido y amenazante.
  5. Noticias negativas: sobre accidentes o ataques de animales, pueden desarrollar cierta aversión al mar.

Sobre la base de lo considerado anteriormente, se destaca que cada persona es única y las causas pueden ser distintas. El reconocimiento de los síntomas y causas pueden ayudar a un tratamiento adecuado para la talasofobia.

Tipos de talasofobia

Se puede presentar de diferentes maneras.

  • Miedo a las criaturas marinas (selacofobia): se refiere al miedo a las criaturas que viven en el mar, medusas entre otras criaturas.
  • Miedo al ahogamiento: preocupación intensa por la posibilidad de ahogarse.
  • Miedo a la profundidad del agua (bathofobia): temor a las profundidades del agua.

Estos tipos o miedos específicos son los que puede presentar en mayor o menor intensidad una persona que presenta talasofobia.

Técnicas para tratar la talasofobia

El tratamiento que puede recibir para la talasofobia suele incluir técnicas terapéuticas. Siempre con la orientación de un profesional de la salud mental. Aquí encontrarás las más comunes.

  1. Técnicas de exposición: Orientada por un psicólogo, la persona se expone gradualmente al estímulo que le genera miedo, en un entorno controlado.
  2. Terapia Cognitivo-conductual (TCC): centrándose en cambiar los patrones de pensamientos y comportamiento que contribuyen a la fobia.
  3. Medicación: en casos intensos la medicación ayuda en el proceso terapéutico, para manejar los síntomas de la ansiedad.

Es importante destacar que todos los tratamientos deben ser bajo la supervisión de un especialista, también debido a que el tratamiento debe ser personalizado. Recuerda acudir con un profesional especializado en las fobias, en Mente Sana encuentras un espacio seguro y confiable.

Consecuencias de la talasofobia en la vida

Los efectos que puede tener la talasofobia al ignorarse puede afectar la vida de la persona, tanto en el bienestar emocional como otros aspectos.

  • Aumento del miedo. Cuando no existe un tratamiento adecuado o intervención, hace más difícil el lidiar con la situación.
  • Impacto en la salud mental: generando ansiedad, estrés crónico o incluso depresión.
  • Aislamiento social: evitar actividades que involucren el agua y evitación de tiempos compartidos con familiares o amigos.
  • Limitaciones a nivel personal: evitar experiencias o viajes que puedan afectar la calidad de vida.

Con respecto a la información de dicho contenido, es importante destacar que es de forma psicoeducativa. Toda la información en este contenido es solo divulgación y no sustituye un diagnostico ni tratamiento. Si deseas un tratamiento o diagnóstico consulta con un especialista. En Mente Sana te ayudaremos.

Conclusiones

Las fobias, son un miedo irracional que puede padecer cualquier persona, a cualquier edad. La talasofobia puede afectar la vida de la persona, evitando incluso ríos, lagos o playas, así como actividades en familia o con amigos. Una intervención adecuada te puede ofrecerte estrategias para confrontar esta situación y disfrutar de las vacaciones o reuniones familiares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psicología (APA), reconocen las fobias especificas dentro de los trastornos de ansiedad, aunque la talasofobia no está específicamente en una lista en los manuales correspondientes de psicología.

Siendo una fobia específica derivada de la ansiedad, no se considera una enfermedad mental.

Referencias

Pedersen, T. (2021, October 13). All About Thalassophobia. Psych Central. https://psychcentral-com.translate.goog/health/thalassophobia?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=rq&_x_tr_hist=true#what-it-is

rafael. (2024, June 7). Talasofobia: qué es y terapias para vencer el miedo al mar –. Rafael Santandreu. https://www.rafaelsantandreu.es/talasofobia/