En el mundo de la crianza, cada palabra que dirigimos a un niño tiene el potencial de construir o deconstruir su mundo interior. Las frases de educación infantil no son solo expresiones aleatorias; son herramientas psicológicas poderosas que, utilizadas de forma consciente, moldean la autoestima, la resiliencia y la inteligencia emocional de los más pequeños. Este artículo explora la función, el uso psicológico y los beneficios de estas frases, demostrando cómo su correcta aplicación es fundamental para el desarrollo integral del niño.
Frases de educación infantil
¿Qué son y Para qué Sirven las Frases de Educación Infantil?
Las frases de educación infantil son enunciados diseñados para comunicar afecto, validar emociones, establecer límites y fomentar el crecimiento personal. A diferencia de las órdenes o las críticas que a menudo se utilizan, estas frases se centran en el refuerzo positivo y la conexión emocional. Su principal objetivo no es solo instruir, sino también nutrir la mente y el corazón del niño, creando un entorno de seguridad y comprensión. Sirven para:
Fomentar la autoestima: Frases como “¡Estoy orgulloso de ti!”, “Me encanta cómo te esfuerzas” o “Tu idea es genial” le enseñan al niño que su valor no depende de sus logros, sino de su propio ser y su esfuerzo. Este tipo de lenguaje enfocado en el proceso y no solo en el resultado, ayuda a desarrollar una mentalidad de crecimiento, donde los errores son vistos como oportunidades de aprendizaje y no como fracasos.
Gestionar las emociones: Al decir “Entiendo que estés triste porque tu juguete se rompió” o “Es normal sentirte enfadado cuando no consigues lo que quieres”, validamos sus emociones, ayudándoles a entender y procesar sus sentimientos sin sentirse juzgados. Este reconocimiento emocional les enseña que todos los sentimientos son válidos y que pueden ser gestionados de forma saludable, sentando las bases para una buena inteligencia emocional.
Establecer límites de forma respetuosa: En lugar de un “¡No!”, una frase como “Puedes lanzar la pelota, pero solo en el jardín para no romper nada en casa” enseña una regla de manera clara y positiva. Esto no solo fomenta la cooperación, sino que también ayuda al niño a comprender la razón detrás del límite, lo que promueve el autocontrol y la toma de decisiones consciente.
Uso Psicológico de las Frases de Educación Infantil
Desde una perspectiva psicológica, el uso de las frases de educación infantil se basa en la teoría del apego seguro y el aprendizaje social. Estas frases construyen una base sólida para que el niño se sienta amado, protegido y valorado, lo que es esencial para un apego saludable. Un apego seguro, cultivado a través de la comunicación afectuosa y consistente, le permite al niño explorar el mundo con confianza, sabiendo que tiene un refugio emocional al que regresar.
Un aspecto clave de este uso psicológico es el desarrollo de la inteligencia emocional. Las frases de educación infantil que nombran y validan los sentimientos (como “Veo que te frustra que no funcione”) ayudan al niño a desarrollar su vocabulario emocional. Esto le permite, con el tiempo, expresar sus necesidades y emociones de forma adecuada en lugar de recurrir a berrinches o comportamientos agresivos. La repetición de estas frases positivas a lo largo del tiempo se internaliza en la mente del niño, convirtiéndose en su propia voz interior. Así, el niño aprende a hablarse a sí mismo de una manera compasiva y constructiva, lo que es fundamental para su bienestar psicológico a largo plazo.
Los beneficios de incorporar las frases de educación infantil en la crianza son profundos y duraderos, impactando todas las áreas del desarrollo del niño:
1. Desarrollo de la autoestima y confianza:
Un niño que escucha consistentemente palabras de aliento y validación desarrolla una sólida creencia en su propia capacidad y valor. Las frases de educación infantil refuerzan la idea de que son competentes y dignos de amor, lo que les da la valentía para enfrentar nuevos desafíos sin miedo al fracaso.
2. Mejora de la comunicación familiar:
Estas frases abren un canal de comunicación honesto y respetuoso. Al usar un lenguaje que invita al diálogo en lugar de la confrontación, los padres y cuidadores modelan una forma saludable de interactuar, fortaleciendo el vínculo y la confianza entre padres e hijos.
3. Mayor resiliencia:
Al aprender a manejar sus emociones y entender que los errores son oportunidades de aprendizaje (con frases como “No pasa nada, la próxima vez lo harás mejor”), los niños se vuelven más resilientes frente a los desafíos. Saben que pueden recuperarse de la adversidad y que su valor no se ve afectado por un tropiezo.
4. Fomenta la empatía:
Al ser tratados con empatía y comprensión, los niños aprenden a tratar a los demás de la misma manera, desarrollando habilidades sociales esenciales para construir relaciones sanas. Las frases de educación infantil que se centran en el respeto mutuo se convierten en la base de su interacción con el mundo.
Conclusión
En definitiva, las frases de educación infantil son mucho más que palabras bonitas. Son los cimientos sobre los que se construye la salud mental y emocional de un niño. Al ser conscientes del lenguaje que utilizamos, estamos invirtiendo en el bienestar a largo plazo de la próxima generación. Cada “lo hiciste muy bien”, cada “está bien llorar” y cada “te quiero” es un ladrillo en el castillo de su autoconcepto. Incorporemos el poder de estas frases en nuestra crianza diaria y seamos el eco positivo que nuestros hijos necesitan para florecer y convertirse en adultos seguros y emocionalmente inteligentes.
Si como padre o educador requieres de estrategias, técnicas o aplicar de forma efectiva estas frases en tus niños, en Mente Sana podemos ayudarte, agenda tu primera sesión gratuita aquí.
La seguridad en internet en ocasiones no es tan fiable; en la actualidad la identidad se puede perder o tergiversar debido a la exposición que se genera en las redes sociales, incluso en los videojuegos. La seguridad en internet debe permanecer y ser imperativo que se eduque sobre ello. La exposición a la manipulación emocional o el acoso son situaciones que se pueden generar cuando no existe una seguridad en internet o, por lo menos, que sea fiable.
En este artículo abordaremos la identidad digital, sus aspectos, así como también la seguridad en internet en términos de cibervictimización y la dependencia digital. Quédate un momento.
Seguridad en internet
La identidad digital
Se puede decir que la identidad digital es aquella que se crea y se presenta en línea. En ocasiones esta identidad digital muchas veces está alejada de la identidad real, esto se puede deber a múltiples razones y entre ellas la aceptación o el sentido de pertenencia.
Por ejemplo, en redes sociales muchas veces se genera una identidad digital que, aunque tiene muchas características de la identidad real, ciertos aspectos tienden a adornarse.
Muchas personas ante esta identidad digital tienden a desdibujarse, la identidad digital no es solo cambiar el nombre, es incluso editarse una vida que en la realidad no llevan, por ejemplo, en aspectos como el físico donde constantemente esta identidad se puede tergiversar debido a las expectativas que generan las redes sociales.
Respecto a la seguridad en internet, la identidad digital se puede ver afectada por una cierta presión social, una idealización de vida y como querer que todo sea perfecto. Esta presión social puede afectar la seguridad en internet, que se refiere a la confianza, la autoestima y el bienestar mental y emocional.
Estas son algunas características que la presión social influye en la identidad digital
Comparación y búsqueda de validación: las redes de manera indirecta fomentan la comparación constante con otros perfiles idealizados, así como también una validación que puede distorsionar la imagen que proyectan.
Conformismo: existe una cierta presión para usar las mismas tendencias y estilos de vida que el grupo. Cuando no se participa o se cumplen ciertas expectativas, pueden tener la sensación de no pertenecer.
Creación de una identidad “filtrada”: por la misma búsqueda de aprobación y ser aceptados, las personas pueden crear una versión de sí misma que no se alinea con sus propios valores o su personalidad.
El uso excesivo de las redes sociales bajo presión te puede llevar a la ansiedad, la soledad, la baja autoestima e incluso en ocasiones a pensamientos suicidas. Si sientes que has estado expuesta en redes sociales o que te saturas con tanta información, pero no sabes qué hacer, la terapia te puede ayudar a establecer límites. Contáctanos y agenda una sesión.
Las personas en redes sociales pueden mentir o crearse perfiles falsos, lo que se conoce como catfishing. Ellos crean una identidad totalmente nueva que incluso pueden usar a otras personas sin su consentimiento. Las motivaciones que pueden existir detrás de esto pueden ser la baja autoestima, la búsqueda de aceptación y la necesidad de escapar de la realidad.
Seguridad en Internet: el impacto de la agresión en línea
La seguridad en internet puede llevar a la cibervictimización que hace referencia a ser objeto de agresión, acoso o difamación en línea. Esta se lleva a cabo a través de plataformas digitales y pueden incluir varias estrategias para acosar o intimidar a la otra persona.
Es por ello que la seguridad en internet es tan importante, no se trata de contraseñas (aunque también), pero es mucho más allá de eso, con quienes interactúas y qué tipo de información decides dar en tus redes.
Esta forma de victimización tiene grandes consecuencias emocionales, psicológicas y sociales para la víctima. La cibervictimización se puede manifestar de las siguientes formas
Ciberacoso: se trata de acoso y agresión psicológica mediante amenazas, insultos o humillaciones en público. Puede existir una sensación de indefensión, aislamiento, depresión y generar ansiedad.
Grooming y sextorsión: es el acoso de un adulto a un menor para obtener imágenes o contacto sexual y existe un tipo de extorsión para obtenerla. Tiene un impacto emocional debido a la manipulación y la vergüenza.
Phishing psicológico: pueden usar esta estrategia para obtener algún beneficio monetario o acceso a las cuentas. Genera miedo y ansiedad debido a la urgencia con la que se reciben las manipulaciones, pueden ser correos que digan “tu cuenta está en riesgo, actúa ahora”.
Exclusión social online: ser excluido deliberadamente de grupos en línea. Genera ansiedad y aislamiento.
Suplantación de identidad: esto puede tener un impacto psicológico más significativo según las acciones que tenga la persona que robó la identidad. Puede generar pánico, ansiedad y depresión.
Cuando no existe una seguridad en internet y están tan expuestos y sucede la ciber victimización puede tener consecuencias a gran escala en el bienestar mental y emocional, puede generar ansiedad, depresión y baja autoestima. Puede generar aislamiento social y dificultades en las relaciones interpersonales.
Si tu hijo o hija e incluso tú estás siendo víctima del internet, puedes tomar medidas de búsqueda de apoyo legal, así como también en el bienestar emocional. Contáctanos y agenda una sesión.
Estrategias para una navegación saludable
La seguridad en internet, más allá de las contraseñas, en términos de bienestar emocional y psicológico, puedes fomentarlo como una forma de autocuidado. Es crucial ser consciente de cómo el uso de la tecnología puede afectar tus emociones.
Las estrategias que se pueden utilizar para una navegación saludable son múltiples, incluso puedes fomentar esta información en tu hogar o con tus hijos.
Establece límites: fija horarios específicos para el uso de las redes sociales.
Se selectivo con el contenido: prioriza el contenido que realmente quieres consumir y con el que te sientes identificado.
Desconecta: cuando sea necesario, haz una pausa de la exposición en internet.
No te compares: puedes transformar esa comparación como impulso y no para intentar ser como la otra persona.
Prioriza el sueño: es importante, ya que influye directamente en tu estado de ánimo.
Fomenta la resiliencia: desarrolla la capacidad para adaptarte y recuperarte frente a las adversidades.
Educación digital: es vital que, en todas las edades, incluidos los niños, aprendan a identificar y evitar riesgos.
Se pueden tomar en consideración estos tres puntos para la seguridad en Internet para los niños
Límites y supervisión: los padres deben establecer reglas firmes sobre el uso de internet y los diferentes dispositivos.
Comunicación abierta: es crucial que en casa sientan que pueden hablar de forma cómoda y en confianza con los adultos sobre cualquier situación incómoda.
Prevención de riesgos: es importante que se le enseñe a no compartir información personal, no aceptar solicitudes de amistad de desconocidos.
Conclusiones
La presión social en la identidad digital puede tener un impacto positivo como la construcción de redes de apoyo, una comunidad o el desarrollo de una marca personal, pero en ocasiones tiene un impacto negativo que puede generar ansiedad, una falsa identidad y autenticidad.
La seguridad en internet se debe fomentar como un aspecto importante para resguardar a los niños y adolescentes. Se debe educar mucho más sobre el tema. Es fundamental enseñar a cuestionar lo que se ve y ser consciente de que las redes sociales pueden mostrar una versión selectiva y en ocasiones idealizada de las personas.
El desarrollo social afectivo o socioafectivo se trata de un proceso en el cual las personas adquieren habilidades para comprender, gestionar y expresar sus emociones de forma asertiva, así como también para interactuar con otras personas. El desarrollo social afectivo es vital para el crecimiento de las personas, forma relaciones interpersonales sanas y muestra empatía.
Este desarrollo se ve influenciado por la familia, educación, experiencia y entorno social desde la infancia hasta la adultez. En este artículo desglosaremos qué es el desarrollo social afectivo, cuáles son los componentes claves y estrategias prácticas para el desarrollo.
Continúa leyendo.
Desarrollo social afectivo
Desarrollo social afectivo
Se trata de un proceso mediante el cual se adquieren habilidades emocionales y sociales a medida que un individuo interactúa con su entorno y establece relaciones con los demás. El desarrollo social afectivo se va iniciando desde la infancia, cuando se fomenta y favorece el desarrollo emocional de los niños, contribuyendo a un futuro en el que sean más resiliente, con mayor autoestima y empatía.
Se trata de un proceso integral del crecimiento humano, aparte de reconocer las emociones, también ayuda para establecer vínculos saludables y la resolución de conflictos, siendo fundamental para una vida social y personal saludable.
En resumen, se trata de cómo aprendemos a relacionarnos con los demás y cómo se gestionan las propias emociones a lo largo de la vida. También es una base crucial para la inteligencia emocional y las habilidades sociales.
El desarrollo social afectivo es importante, ya que, como se menciona, influye en la autoestima, la resolución de conflictos y poder establecer relaciones saludables. Como se ha mencionado, este desarrollo empieza en la infancia y, cuando aprende a gestionar sus emociones e identificarlas desde la niñez, puede integrarse con mayor facilidad a los grupos sociales.
Con el desarrollo social afectivo es más fácil poder generar habilidades sociales y de comunicación y poder empatizar con mayor rapidez. Todo esto se traduce en la adultez, en un mayor bienestar e integración social.
Si sientes que te es difícil comunicarte o entender tus emociones, la terapia dialéctica conductual te puede ayudar. En terapia se pueden establecer objetivos que te ayuden a generar esas habilidades. Contáctanos y agenda una sesión.
Es importante reconocer los componentes del desarrollo socioafectivo que se van desarrollando, valga la redundancia a través de la interacción con el entorno social y familiar, que puede estar influenciado por diferentes componentes también, como la genética y las experiencias sociales, el contexto.
Los puntos clave de un desarrollo social afectivo son los siguientes:
Autoconocimiento: la capacidad de comprenderse a sí mismo, incluyendo las emociones, fortalezas y debilidades.
Autorregulación: la habilidad para gestionar las emociones y los comportamientos propios en lugar de reaccionar de forma impulsiva.
Empatía: se trata de la capacidad para comprender y responder a los sentimientos de los demás, se incluyen también los pensamientos.
Habilidades sociales: hace referencia a las destrezas que se utilizan para interactuar con los demás, como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos, la asertividad y la cooperación.
Como se ha mencionado anteriormente, este desarrollo también se ve afectado por los factores que influyen en el entorno, tales como:
Ambiente familiar: cuando la crianza es respetuosa, en un ambiente amoroso, con cuidadores o padres que fomenten el respeto y la comunicación, así como cubrir las necesidades básicas y afectivas.
Educación: las experiencias escolares y la guía de los educadores para fomentar la escucha activa y el diálogo en el aula.
Experiencias sociales: las interacciones con el entorno y con otros grupos influyen en el desarrollo social afectivo de las personas, no solo en el entorno familiar, sino el contexto entero, amigos, vecinos o compañeros de clases.
El proceso de desarrollo social afectivo se inicia en las primeras etapas de la infancia a través de la interacción con sus cuidadores.
Si sientes que tu hijo no tiene habilidades sociales, es tímido o no sabe cómo comunicarse, la terapia te puede ayudar. Contáctanos y agenda una sesión.
Se puede decir que el desarrollo social afectivo se cumple por etapas, es decir, evoluciona según vamos creciendo. En la infancia se establecen los vínculos, la seguridad que generan los cuidadores y las primeras interacciones sociales.
En la adolescencia se busca la identidad e inicia a consolidarse, también se fortalecen las relaciones de amistad y se va generando un criterio propio. Mientras que en la adultez las relaciones de pareja y de familia están más consolidadas, así como también los estilos de vida y el pensamiento crítico.
El desarrollo social afectivo también se puede dar según los modelos a seguir y la calidad de las interacciones.
Estrategias prácticas para el desarrollo
Las estrategias para el desarrollo social afectivo se centran realmente en generar un ambiente seguro que fomente la comunicación empática y otras habilidades para la interacción social y la gestión emocional.
Las estrategias que se pueden tomar en consideración son las siguientes.
Fomentar el vínculo seguro: proporcionar un entorno estable y de apoyo donde la persona se sienta escuchada y valorada, es crucial para generar confianza y seguridad emocional.
Ofrecer modelos de comportamientos positivos: como ya saben, los niños aprenden por modelamiento, es por ello que los adultos deben ser un ejemplo en cuanto a las habilidades sociales y emocionales, mostrando empatía y respeto.
Fomentar la comunicación abierta: hablar abiertamente sobre las emociones y los sentimientos, tanto los propios como los de los demás.
Escucha activa: fomentar la escucha activa y la empatía, permite comprender las perspectivas y los sentimientos de otros.
Desarrollar autorregulación: estrategias de mindfulness, atención plena o incluso de respiraciones diafragmáticas puede ayudar a regular las emociones.
Identificar y nombrar las emociones: ayudar a reconocer y poner nombre a las emociones es el primer paso para gestionarlas.
Conclusiones
El desarrollo socioafectivo sí es vital para las personas, se entiende que cuando se desarrolla se aprenden habilidades de comunicación, sociales y de gestión emocional, entendiendo que se desarrolla desde la infancia y se va formando hasta la adultez, lo que genera personas más resilientes, más comunicativas y empáticas.
En cada etapa de vida, estas habilidades se pueden ir expandiendo o cada una se va consolidando hasta que logren conseguir su identidad.
La relajación infantil debería ser una estrategia que se imparta en los colegios, pero sobre todo que se refuerce e incluso fomente en casa. El desarrollo infantil trae consigo múltiples cambios, es una de las etapas más importantes del desarrollo y cambia la forma de experimentar y ver el mundo, es decir, su entorno.
Ya que es una etapa de cambios, nuevas experiencias y sensaciones, es crucial la relajación infantil o que sean capaces de relajarse o regular sus emociones. En este artículo abordaremos lo que es la relajación infantil, cuáles son sus beneficios y de qué formas se puede fomentar.
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Relajación infantil
Relajación infantil
Antes de describir qué es la relajación infantil, se debe entender qué es la relajación. Se trata de un estado natural en el que la mente y el cuerpo reducen la tensión y la actividad. Se refleja una liberación de tensión física, emocional y psicológica acumulada.
La relajación infantil ayudaría a disminuir el estrés, la tensión muscular o la presión en el pecho que pudiese tener un niño. Esta se puede lograr mediante estrategias o técnicas que regulen como la respiración profunda, el yoga o la meditación, lo que como resultado se obtiene una calma profunda y un mejor estado en el bienestar general.
Cuando se está relajando, el cuerpo se siente como liviano, los músculos más suaves y la mente está más tranquila.
La relajación infantil no es lo mismo que “no hacer nada”, se puede estar acostada, haciendo fotosíntesis como yo le llamo, pero esto no implica que la tensión desaparezca, aún puede estar presente y produciendo estrés, porque aunque sean niños, ellos también se estresan.
Como se ha mencionado anteriormente, la infancia es una etapa importante que requiere de energía y bienestar debido a las emociones y experiencias por descubrir. El hecho de la incomprensión de cómo funciona el mundo, lo cual es nuevo para ellos y en ocasiones algunos factores ambientales estresantes como la familia, escuela y amigos, es más propenso a sufrir estrés o sensaciones desagradables que les sea difícil volver a regularse.
Si para los adultos es difícil regularse muchas veces y tienen más experiencia, la relajación infantil, aunque puedan ser pequeños pasos, puede ser más difícil para los niños, ya que no vienen con un manual para poder regularse.
Si sientes que a tu hijo o niño en casa le es difícil volver a regular sus emociones, no dudes en buscar ayuda para él, pero también para ti, el entrenamiento en habilidades para padres es esencial. Contáctanos y agenda una sesión.
Las prácticas de la relajación infantil pueden ser muy beneficiosas para el bienestar físico, emocional y psicológico de los niños. La relajación infantil no solo brinda estrategias para manejar el estrés, sino que también promueve habilidades de autorregulación y bienestar general.
Los beneficios que se pueden observar en la relajación infantil son los siguientes:
Reduce la tensión muscular: alivia la rigidez y los dolores musculares en los niños.
Mejora la calidad de sueño: ayudando a conciliar el sueño y en ocasiones levantarse con más energía.
Disminuye la frecuencia cardiaca: contribuye a un estado de reposo.
Disminuye el estrés y la ansiedad: permite a los niños estar más tranquilos y desconectar de los factores estresantes.
Favorece la gestión emocional: ayuda a gestionar la ira y las rabietas, así como las explosiones cuando golpean.
Aumenta la concentración: mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje.
Fortalece la autoestima: también fortalece el autoconocimiento, promoviendo una visión más positiva y realista de sí mismos.
Mejora la empatía y las relaciones sociales: fomenta la comprensión hacia los demás.
Reduce la hiperactividad: también reduce la impulsividad y ayuda a controlar esos comportamientos.
A largo plazo, los beneficios de la relajación infantil son tener una mejor conexión cuerpo-mente, que le ayuda a la inteligencia emocional a reconocer sus emociones, así como también cuando necesitan un tiempo de ciertos estímulos del ambiente.
Una de las formas más efectivas de enseñar a los niños a relajarse es a través del ejemplo. Recuerda que ellos aprenden por modelamiento. Los niños observan todo su entorno, aunque muchos adultos caen en situaciones como “está pequeño, no se da cuenta” cuando realmente no es así. Son más perceptivos, están más atentos.
Es por ello que los padres o los adultos pueden aprender estrategias de relajación, como la respiración profunda o incluso el yoga, que para los niños es una maravilla.
Si sientes que tu regulación emocional no es la adecuada y muchas veces terminas explotando en irritabilidad o llanto, puedes acudir con un profesional. En terapia aprendes estrategias de regulación emocional, entre ellas el mindfulness. Contáctanos y agenda una sesión.
Si los niños ven a sus adultos manejar el estrés de forma adecuada, las probabilidades de que imiten esos comportamientos en sus vidas son altas.
Técnicas de relajación infantil
Las técnicas de relajación infantil deben ser cortas, divertidas y fáciles de seguir, en comparación con las técnicas de relajación en los adultos, aunque el objetivo es el mismo: la regulación emocional. Como se ha podido leer, los beneficios son múltiples.
Es importante destacar que, los beneficios de la relajación infantil muchas veces pueden ocurrir que no se vean desde el primer día, pero con la práctica y la paciencia estos beneficios serán apreciados con mayor facilidad.
Las estrategias o técnicas que se pueden emplear son las siguientes:
Técnicas basadas en la respiración consciente y la atención plena
Respira con el globo: puedes enseñarle que imagine que su barriga es un globo. Al inhalar el globo se infla, al exhalar el globo se desinfla, esto se hace de manera pausada.
Respiración profunda: consiste en guiar al niño para que se concentre en su respiración. El ejemplo que le puedes dar es “la tortuga que se esconde”, donde el niño tensa los hombros y cuello y luego los relaja al imaginar que está en un espacio seguro.
Respiración de la flor y la vela: inhalar profundamente como si oliera una flor y luego exhalar lentamente como si soplara una vela.
La hormiga y el león: se le puede pedir a un niño que se imagine cómo respira una hormiga, pequeña y lentamente, y luego cómo lo hace un león, agotado y fuerte. Esto es para que sienta la diferencia entre ambos.
Atención al cuerpo: puede escanear su cuerpo, notando cómo se sienten sus pies, piernas y brazos, sin intentar cambiar nada. Esto lo puede aplicar como atención plena.
Relajación muscular progresiva
Juego del espagueti: puedes pedir que se imaginen que son un espaguetis duros y tensos, y luego, mientras se relajan, se convierten en espaguetis blandos y cocidos.
Juego del limón: pueden apretar los puños con fuerza, como si estuvieran exprimiendo un limón, y luego pedirles que suelten toda la tensión.
Muñeco de nieve: se le pide al niño que imagine que está congelado, tensando todo su cuerpo, tal cual un muñeco de nieve. Luego, debe descongelarse, lentamente, al imaginar el sol, relajando cada músculo.
Técnicas como la del elefante: se tensan los músculos del estómago, como si un elefante estuviese allí, y luego se relajan por completo.
Visualizaciones guiadas
Imaginar un lugar seguro: puedes pedirle que cierre los ojos e imagine su lugar favorito, un lugar donde se sientan felices y tranquilos. Puede ser la playa, el bosque, el sofá, su cama o un parque. Esto ayudará a regular el sobrepensar.
Experiencia sensorial: se le puede dar al niño un trozo de chocolate y pedirle que observe, saboree y sienta cómo se derrite en su boca, concentrándose en la experiencia. También lo puede hacer con los sonidos y que los identifica.
La nube flotante: que se imaginen que están flotando suavemente sobre una nube, que los está llevando a un estado de calma.
Como se ha mencionado, las técnicas pueden funcionar en un primer momento, obtener beneficios como tal vez no; es importante la paciencia y el compromiso.
Se pueden tomar en consideración los siguientes puntos para tener un plus en las técnicas antes mencionadas.
Creación de un kit de calma: los niños pueden decorar una caja pequeña y llenarla con objetos que les ayuden a relajarse, como su juguete favorito, plastilina, una libreta para dibujar o una pelota antiestrés.
Cuentos: las historias cortas o los cuentos que incluyan temas de relajación o personajes que aprendieron a gestionar sus emociones, pueden ayudar a que se sientan identificados.
Música: usar sonidos de naturaleza o ruido blanco puede generar mayor satisfacción y tranquilidad en las estrategias de respiración.
Conclusiones
Las técnicas de relajación son una excelente técnica para ayudar a manejar el estrés, y si, los niños se estresan, se ponen tristes o irritables, no es una emoción que solo les corresponda a los adultos. Para los niños es más difícil regular sus emociones, ya que son nuevas, no saben cómo identificarlas o qué están sintiendo en sus cuerpos.
La práctica de relajación infantil desde niños no solo sirve para hacerle frente a situaciones específicas de estrés, sino que favorece a que el niño tenga una posición más realista del mundo en el que se encuentra, su entorno, a largo plazo la relajación le permite tener una conexión con sus emociones y convertirse en adultos o adolescentes más resolutivos, favorece a la introspección y aumenta su autoestima y gestión emocional.
La identidad y adolescencia van de la mano, la identidad se va formando en la adolescencia o, por lo menos, los cimientos sobre cómo quieren ser o el rol que quieren tener ante la sociedad. Cuando se encuentran la identidad y adolescencia, se establece una búsqueda personal o una crisis emocional y social donde existen cambios físicos, hormonales y psicológicos.
Muchas veces los adolescentes en esta etapa pueden basar su identidad en torno a sus creencias familiares o con sus coetáneos, otras veces es una mezcla de ambos. En este artículo estaremos abordando cómo la identidad y adolescencia son tan importantes, los factores que influyen y los desafíos presentes.
Quédate un momento.
Identidad y adolescencia
Identidad y adolescencia
Cuando en identidad y adolescencia, las preguntas iniciales son: ¿Quién soy? ¿Qué quiero? Y no son respuestas tan complejas como se cree. Es importante entender qué es la identidad y cómo afecta en la adolescencia.
La identidad se refiere a características sobre una persona, actitudes morales, creencias religiosas, opiniones políticas. La identidad comprende múltiples roles, como ser hijo, adolescente, madre o cualquier individuo perteneciente a un grupo.
La identidad es la combinación de quienes somos, cómo pensamos, nos vemos o cómo queremos que los demás nos vean. La identidad se va construyendo, según el entorno o ambiente en el que el individuo se desenvuelva.
Se puede decir que el hito más importante en la adolescencia es la construcción o desarrollo de la identidad. Todos los adolescentes deben descubrir quiénes son, sentirse respetados y amados, pero para ello necesitan saber cuál es su identidad.
En términos de identidad y adolescencia, no es lo mismo que la identidad personal, que son tus valores, sueños, sistema de creencias y habilidades a la identidad social. Se entiende por los grupos a los que perteneces, tu rol en tu familia o el entorno de amigos. Es importante entender que, según tus valores o lo que quieras en tu vida, es lo que define o caracteriza tu identidad social.
La construcción de la identidad y adolescencia es algo sumamente relevante para el propio desarrollo. La adolescencia es una etapa de grandes cambios, físicos, emocionales, sociales, hormonales y psicológicos, se supone, es la etapa en la cual se debe consolidar la identidad.
En la adolescencia, la identidad personal y la identidad social se empiezan a fusionar y definirse de manera más consciente, a qué grupos quieres pertenecer, cómo quieres ser y cómo quieres que los demás te vean.
Si eres adolescente y sientes que no sabes quién eres o qué quieres, puedes pedir ayuda profesional o hablar con tus padres sobre este tema. Tener redes de apoyo es vital. Contáctanos y agenda una sesión.
Es importante saber que, la formación de identidad y adolescencia está influenciada por factores externos como los estilos de crianza o la familia y factores internos como los cambios físicos o psicológicos.
Es importante poder reconocer estos factores que influyen en el desarrollo de la identidad en la adolescencia, ya que esto incluso puede ofrecer estrategias para ayudar a que esta identidad se forme de manera funcional y saludable.
Los factores que pueden influir en el desarrollo de la identidad y adolescencia son los siguientes
Factores internos
Cambios físicos y emocionales: la pubertad trae consigo cambios hormonales y físicos que impactan la imagen del adolescente y, por consiguiente, su autoestima, influyendo así en su búsqueda de identidad.
Habilidades cognitivas: la capacidad para pensar abstractamente y desarrollar habilidades de resolución de problemas. Este cambio ayuda a que el adolescente explore y pueda cuestionar y definir sus valores y creencias.
Autoestima: una buena autoestima y la capacidad de expresar sus emociones e ideas son fundamentales para la construcción de una identidad sólida.
Factores externos
Familia: el estilo de crianza y los padres proporcionan un modelo y un apoyo esencial que puede llegar a ser positivo o negativo para la formación de la identidad.
Círculo social y amigos: los amigos juegan un papel fundamental al ofrecer un sentido de pertenencia e influir en los intereses, valores y comportamientos.
Cultura y sociedad: la cultura y el entorno en el que un adolescente crece, como las tradiciones, los valores y las expectativas sociales, moldea su sentido de identidad y de pertenencia, recuerda la identidad social.
Tecnología y medios de comunicación: la televisión, los videojuegos y sobre todo las redes sociales son influencias culturales que pueden exponer a los adolescentes a diferentes estilos de vida, compararse y de allí moldear su identidad.
Contexto escolar: la escuela es un entorno social clave donde los adolescentes interactúan con compañeros y adultos, lo que puede contribuir a un desarrollo social y a su identidad.
Es importante entender que, la presión de grupo y la búsqueda de aceptación puede influir de manera positiva o negativa en el desarrollo de la identidad y adolescencia.
Si sientes que tu adolescente está cambiando drásticamente, que te manifiesta que no se siente identificado en su grupo o con su familia, no dudes en contactar a un profesional. En terapia puedes conseguir ayuda y estrategias para un soporte emocional. Contáctanos y agenda una sesión.
Desafíos y conflictos comunes
Los desafíos en la identidad y adolescencia pueden ser algo “normal”, ya que estos cambios no siempre son lineales y para todos no es lo mismo. Estos desafíos dependen de presiones sociales, influencia, expectativas familiares y todos los cambios que naturalmente conlleva.
Los desafíos y conflictos que se pueden presentar en la identidad y adolescencia son los siguientes:
Necesidad de encajar: los adolescentes a menudo sienten la necesidad de pertenecer y adaptarse a grupos solo para poder encajar. Esta situación puede generar conflictos en sus propios intereses.
Influencia de las redes sociales: las plataformas digitales exponen a los adolescentes a comparaciones constantes, lo que puede resultar abrumador y de esta forma afectar a su identidad y autoestima.
Conflicto de intereses: los adolescentes se pueden sentir divididos entre lo que quieren ellos y lo que quieren sus padres, las expectativas, esto puede generar estrés y dificultad para construir su identidad.
Valores: cuestionar quiénes son y descubrir sus valores puede generar conflictos emocionales.
Aceptación del cuerpo: los cambios físicos pueden generar un impacto y un rechazo. Los problemas sobre la apariencia puede ser un problema incluso para que ellos se sientan integrados en sus grupos o rechazados.
Gestión emocional: una de las características de la adolescencia son los cambios emocionales y su intensidad, lo que puede llevar a conflictos internos relacionados con la aceptación de sus propios sentimientos.
Existen otros desafíos que se pueden presentar como son la autonomía o la presión cultural. Dentro de la autonomía, cuando los adolescentes empiezan a construir su identidad, quieren iniciar a tomar decisiones y asumir responsabilidades.
En la identidad y adolescencia, estos se pueden sentir confusos o abrumados durante este proceso. Es vital brindar apoyo y ser amable.
Estrategias para construir una identidad saludable
Para construir una identidad y adolescencia saludables se debe fomentar la comunicación y el respeto. Es importante poder ofrecer experiencias que fomenten la responsabilidad y que nutran el bienestar emocional y mental.
Las estrategias que se pueden considerar son las siguientes:
Comunicación y escucha activa: mantener una comunicación abierta y sin juzgar con el adolescente sobre sus dudas.
Apoyo emocional: brinda un soporte emocional constante que demuestre un interés genuino por el adolescente.
Fomentar la autonomía: anima al adolescente a desarrollar sus propias aficiones e intereses, así su sentido de identidad se consolida.
Árbol de fortalezas: escribiendo los talentos, cualidades y las cosas que le gustan o le hacen sentir orgulloso.
Valores: identificar lo más importante y cómo poder implementarlo en la vida.
Espacios seguros: es importante apoyar la creación de espacios seguros para los adolescentes que ayuden al desarrollo físico, social y emocional.
Conclusiones
El desarrollo de la identidad y adolescencia depende en gran medida del contexto social, siendo los amigos, familiares (sobre todo aquí) y actividades extracurriculares. Es importante empezar a entender que los entornos en los que las personas se desarrollen pueden favorecer a un crecimiento saludable en cuanto a bienestar mental, emocional y físico.
Muchos autores han hablado de los hitos en la adolescencia y lo que esperar, pero no a todos los adolescentes los cambios le afectan de la misma forma ni tampoco cuentan con los mismos entornos.
En la era digital, la conectividad es una realidad omnipresente. El uso de redes sociales es casi universal entre los jóvenes, con un 95% de los adolescentes de entre 13 y 17 años usando una plataforma al menos una vez. Alarmantemente, aquellos que pasan más de 3 horas al día en ellas, un promedio superado por muchos, enfrentan el doble de riesgo de sufrir problemas de salud mental, lo que subraya un profundo impacto de las redes sociales en adolescentes.
La adolescencia es una etapa de desarrollo crítico, un período de construcción de la identidad donde la exploración de quiénes somos es central. En este contexto, las redes sociales actúan como un nuevo campo de pruebas, donde los jóvenes pueden experimentar con diferentes versiones de sí mismos. Sin embargo, esta exploración se basa en la “autopresentación selectiva”, un fenómeno psicológico donde solo se exhiben los aspectos más deseables de la vida y la apariencia.
Este proceso de curación meticulosa de la identidad digital es agotador y puede llevar a una disonancia entre el yo real y el yo proyectado. Como resultado, se vuelve cada vez más difícil para los adolescentes sentirse bien consigo mismos a medida que consolidan múltiples identidades en línea. Esta fragmentación de la identidad es un claro impacto de las redes sociales en la personalidad, que se manifiesta en inseguridad y una percepción deteriorada de la autoimagen.
2. La trampa de la comparación social y la autoestima
La Teoría de la Comparación Social de Festinger sostiene que las personas utilizan a los demás como punto de referencia para medir su propio valor. En las redes sociales, este fenómeno se amplifica exponencialmente a través de la “comparación social ascendente”, donde nos comparamos con versiones idealizadas de los demás. Esta exposición constante a vidas aparentemente perfectas genera sentimientos de insuficiencia y puede contribuir a la ansiedad y la depresión. De hecho, el 46% de los adolescentes admite que las redes sociales les hacen sentir peor con su imagen corporal, un evidente impacto de las redes sociales en adolescentes.
Este ciclo se ve reforzado por la búsqueda de validación externa, donde los “me gusta” y los comentarios se convierten en la “moneda” que refuerza la valía personal. Cuando la validación no llega, el adolescente puede experimentar una caída significativa en su autoestima y autoevaluación. Este impacto de las redes sociales en la personalidad crea una dependencia psicológica donde el valor propio se externaliza, en lugar de provenir de una autoimagen sólida y auténtica.
3. Herramientas para un desarrollo consciente
Para mitigar este impacto de las redes sociales en adolescentes, es vital que las familias fomenten un “pensamiento crítico” sobre el contenido que consumen. Se debe promover una “dieta mediática balanceada” que incluya diversas fuentes y puntos de vista, evitando las “burbujas de información” que distorsionan la realidad. El diálogo abierto y la negociación de reglas sobre el tiempo de uso son fundamentales para contrarrestar el negativo impacto de las redes sociales en la salud.
Los adultos tienen un papel crucial al ser modelos a seguir, practicando ellos mismos el uso consciente de la tecnología. Este modelado positivo es tan importante como establecer límites claros sobre cuándo y dónde no se utilizan dispositivos, como durante las comidas. Abordar el impacto de las redes sociales en la salud requiere un enfoque colaborativo que equilibre la conectividad con las interacciones cara a cara.
Más allá de la pantalla: El impacto de las redes sociales en la salud
Riesgos para la salud mental: El bucle de dopamina y la adicción
El uso excesivo de las redes sociales se ha correlacionado fuertemente con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y soledad. Un concepto psicológico clave es el miedo a perderse algo (FOMO), un temor que alimenta un uso compulsivo para mantenerse constantemente actualizado. La raíz de esta compulsión es la neurobiología: cada notificación o “me gusta” libera dopamina en el cerebro, creando un circuito de recompensa que el cerebro asocia con el placer.
Esta liberación de dopamina puede llevar a una dependencia psicológica, donde la persona busca constantemente la siguiente “dosis” de validación digital. Un porcentaje significativo de jóvenes se encuentra en riesgo elevado de uso compulsivo, experimentando síntomas de abstinencia, como irritabilidad y ansiedad, cuando no están conectados. Este bucle adictivo es un impacto de las redes sociales en la salud que va más allá de un simple pasatiempo, afectando los patrones de comportamiento y el bienestar emocional.
De la pantalla al cuerpo: Efectos en la salud física
El impacto de las redes sociales en la salud no se limita a la esfera mental, sino que también afecta directamente la salud física. El uso desmedido de los dispositivos, especialmente antes de dormir, interrumpe los patrones de sueño. La exposición a la luz azul de las pantallas puede suprimir la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, lo que agrava los síntomas de depresión y ansiedad.
Además, un uso excesivo puede desviar la atención de actividades fundamentales como el ejercicio físico, lo que fomenta el sedentarismo y sus consecuencias para el bienestar. El impacto de las redes sociales en adolescentes también puede manifestarse en una sensación de aislamiento y la pérdida de conexiones en la vida real, lo que a su vez puede exacerbar trastornos del estado de ánimo.
Consejos para la protección de la salud
Es esencial establecer límites no negociables para proteger la salud mental de los jóvenes. Esto incluye prohibir el uso de dispositivos durante la noche en el dormitorio y limitar el acceso durante la jornada escolar. Para abordar el impacto de las redes sociales en la salud de manera proactiva, se recomienda un plan de medios familiar y el uso de herramientas de bienestar digital.
Los adolescentes pueden tomar medidas directas, como desactivar las notificaciones de las redes sociales o incluso eliminar temporalmente las aplicaciones de sus teléfonos para reducir la necesidad de actualizar constantemente. A continuación, se presenta una lista de herramientas que pueden ayudar a gestionar el impacto de las redes sociales en la salud y fomentar hábitos más saludables.
Categoría
Herramienta/App
Función Clave
Beneficio Principal
Control Parental
Google Family Link
Establece límites de tiempo y bloquea aplicaciones específicas.
Fomenta hábitos digitales saludables en la familia.
Productividad
Freedom, AppBlock
Bloquea sitios web y aplicaciones que distraen.
Permite a los usuarios recuperar el control sobre su tiempo y concentración.
Gestión del Tiempo
iOS Screen Time, Digital Wellbeing
Monitorea el uso de la pantalla y establece temporizadores.
Ayuda a los usuarios a ser conscientes de cuánto tiempo pasan en cada app.
Gamificación
Forest
Planta un árbol virtual que crece mientras no usas el teléfono.
Refuerza los hábitos digitales positivos de manera visual y creativa.
Reflejando nuestra imagen en un espejo digital: El impacto en la personalidad
a. La búsqueda de validación y la autenticidad fragmentada
La búsqueda de validación externa es un factor central en el impacto de las redes sociales en la personalidad. Muchos usuarios basan su autoestima en la cantidad de “likes” y comentarios que reciben, lo que puede llevar a una profunda inseguridad si la respuesta no es la esperada. Esta dinámica fomenta una desconexión entre el yo real y la imagen que se proyecta, ya que la valía personal se convierte en una actuación para el público en línea.
La constante presión por alcanzar estándares de belleza y éxito promovidos en las redes sociales puede conducir a problemas serios, como la dismorfia corporal, un trastorno donde una persona se obsesiona con defectos físicos percibidos. Este impacto de las redes sociales en la personalidad se profundiza cuando la búsqueda de validación externa prevalece sobre la autoaceptación, afectando la percepción de la propia autoimagen.
b. De la amistad a la agresión: El deterioro de las habilidades sociales
Las redes sociales han alterado fundamentalmente la forma en que nos comunicamos y nos relacionamos. La comunicación en línea carece de lenguaje corporal y expresiones faciales, lo que la convierte en una “discapacidad no verbal” que puede llevar a malentendidos y conflictos. El anonimato que algunas plataformas ofrecen elimina las consecuencias inmediatas de la agresión.
Este anonimato, sumado a la falta de comunicación cara a cara, contribuye a la “ciberviolencia” y el ciberacoso. El impacto de las redes sociales en adolescentes que son víctimas de acoso es devastador, causando ansiedad, depresión e incluso ideas de suicidio. Este fenómeno no solo deteriora las habilidades sociales, sino que también influye en la forma en que los jóvenes se ven a sí mismos, erosionando su confianza y autoestima.
El impacto de las redes sociales en la personalidad se ve comprometido cuando las interacciones en línea no fomentan la empatía y la resolución de conflictos.
c. Claves para fortalecer la identidad en línea y fuera de ella
Para mitigar el impacto de las redes sociales en la personalidad, es crucial que las personas cultiven su autenticidad. Una estrategia eficaz es realizar una “limpieza digital” periódica, dejando de seguir las cuentas que generen ansiedad, inseguridad o presión. En lugar de consumir contenido que provoque comparaciones negativas, se debe diversificar el feed para incluir cuentas que promuevan la autoaceptación y la inspiración positiva.
El impacto de las redes sociales en adolescentes también puede ser positivo si se utilizan como una herramienta para conectar con intereses reales y desarrollar talentos fuera de línea. Esto fortalece la autoestima desde una base sólida de logros personales, en lugar de depender de la validación externa. Un enfoque consciente es esencial para proteger el bienestar emocional y la percepción de uno mismo.
Conclusión
El impacto de las redes sociales en adolescentes es un fenómeno multifacético que requiere una comprensión matizada. Si bien ofrecen beneficios innegables, como la conexión con grupos afines y la capacidad de actuar por el bien social, también presentan riesgos significativos para la salud mental. La baja autoestima, el miedo a perderse algo y los trastornos del estado de ánimo son preocupaciones reales que reflejan el profundo impacto de las redes sociales en la salud.
Comprender el impacto de las redes sociales en la personalidad es crucial, ya que el uso excesivo puede fragmentar la identidad y deteriorar las habilidades sociales. Sin embargo, la investigación reciente sugiere que el vínculo entre el tiempo de uso y el bienestar no es tan simple como se pensaba. La clave reside en cómo se utilizan estas plataformas. Al ser conscientes, establecer límites y fomentar un diálogo abierto, podemos aprovechar los beneficios de la conectividad digital mientras protegemos el bienestar físico y psicológico.
Arab, E. & Díaz, A. (2015). Impacto de las redes sociales e internet en la adolescencia: aspectos positivos y negativos. Revista Médica Clínica Las Condes, 26(1), 07-13
El autismo es una condición del neurodesarrollo que afecta la manera en que una persona se comunica, interactúa socialmente y percibe el mundo. Aunque tradicionalmente se ha asociado con diagnósticos en la infancia tardía, los avances en la investigación han revelado que las señales de alerta pueden manifestarse mucho antes, incluso en los primeros meses de vida de un bebé. Reconocer estos signos tempranos es fundamental para que padres y profesionales de la salud puedan buscar una evaluación oportuna. En las siguientes secciones, exploraremos las señales de alerta más comunes de autismo en bebés, y lo que puedes hacer si tienes preocupaciones. El objetivo no es alarmar, sino empoderar a las familias con la información necesaria para actuar a tiempo, ya que una intervención temprana puede marcar una diferencia significativa en el desarrollo y la calidad de vida de un niño en el espectro autista.
autismo en bebes
Señales de alerta de autismo en bebés
Existen señales de alerta temprana de autismo en bebés, que pueden notarse en bebés y niños pequeños, a veces incluso antes de los 18 meses. Reconocer estas señales es crucial para buscar una evaluación temprana y, si se confirma un diagnóstico, iniciar la intervención lo antes posible.
Señales a tener en cuenta en el desarrollo social y de comunicación
Estas son las áreas donde los primeros signos del autismo suelen ser más evidentes de autismo en bebés. Ten en cuenta que es un conjunto de comportamientos; la ausencia de un solo comportamiento no necesariamente indica autismo:
Falta de contacto visual: El bebé evita mirar a los ojos de los padres o cuidadores.
Ausencia de sonrisa social: No sonríe cuando se le sonríe de vuelta, especialmente a partir de los 6 meses.
No responde a su nombre: A partir de los 9 meses, el niño puede no voltear la cabeza o responder cuando se le llama por su nombre.
Poca o ninguna interacción: No se interesa por los juegos interactivos como el “cucú-tras” o “dame y toma”, o no imita gestos simples como decir adiós con la mano.
No balbucea: A partir de los 12 meses, puede no balbucear o emitir sonidos de forma social, como si estuviera “conversando”.
Uso de la mano del adulto como herramienta: En lugar de señalar lo que quiere, puede tomar la mano del adulto y llevarla hacia el objeto deseado.
Interés limitado en otros niños: No parece interesarse por los niños de su edad ni busca interactuar con ellos.
Señales relacionadas con comportamientos repetitivos e intereses
Aunque estas señales suelen ser más notorias en niños mayores, algunas pueden empezar a manifestarse en la primera infancia.
Movimientos repetitivos: Como aleteo de manos, balanceo del cuerpo o caminar de puntillas.
Fijación con objetos: Se obsesiona con alinear juguetes o con partes de ellos, como las ruedas de un coche de juguete, en lugar de jugar de forma convencional.
Resistencia a los cambios: Se molesta mucho ante pequeños cambios en la rutina diaria o en su entorno.
Hipersensibilidad sensorial: Reacciona de forma exagerada a ciertos ruidos, texturas, olores o luces.
¿Qué hacer si tienes preocupaciones?
Si notas varias de estas señales, lo más importante es hablar con el pediatra de tu hijo. El pediatra puede realizar una primera evaluación y, si lo considera necesario, derivarte a un especialista en desarrollo infantil. Un diagnóstico temprano permite un acceso oportuno a terapias e intervenciones que pueden mejorar significativamente el desarrollo y la calidad de vida del niño. También te recomendamos leer “10 características del autismo: Aprende a identificarlo”.
Autismo en bebés
¿Qué hacer si identificas estas señales de autismo en bebés?
Descubrir estas señales de alerta de autismo en bebés puede generar muchas preguntas e incertidumbre. Lo más importante es saber que no estás solo y que hay pasos concretos que puedes tomar para ayudar a tu hijo a tener la mejor calidad de vida posible.
1. Confirma el diagnóstico con un especialista
El primer y más crucial paso es buscar una evaluación profesional. Un diagnóstico oficial de un neurólogo, psicólogo o psiquiatra infantil te dará la claridad necesaria para acceder a los servicios y apoyos adecuados.
Habla con tu pediatra: Tu pediatra puede ser el primer punto de contacto para expresar tus preocupaciones. Ellos pueden derivarte a especialistas en desarrollo infantil.
Busca un equipo de expertos: La evaluación ideal suele ser realizada por un equipo multidisciplinario que incluye neurólogos, logopedas (terapeutas del habla) y terapeutas ocupacionales.
2. Comienza la intervención temprana
La intervención temprana es una de las herramientas más poderosas y efectivas para ayudar a los niños en el espectro autista. Se ha demostrado que comenzar las terapias a una edad muy temprana mejora significativamente el desarrollo social, de comunicación y de comportamiento del niño.
Terapia ABA (Análisis de Comportamiento Aplicado): Es una de las terapias más reconocidas para el autismo. Se enfoca en enseñar habilidades sociales, de comunicación y académicas mediante un enfoque estructurado y positivo.
Terapia del habla y lenguaje: Un terapeuta del habla puede ayudar a tu bebé a desarrollar habilidades de comunicación, como usar gestos, sonidos o palabras, y a entender el lenguaje de los demás.
Terapia ocupacional: Esta terapia ayuda a los niños a mejorar las habilidades motoras y a manejar sus sensibilidades sensoriales (reacciones a ruidos, texturas, etc.), lo que puede mejorar su capacidad para participar en actividades diarias.
3. Empodérate con información y busca apoyo
Aprende todo lo que puedas: Informarte sobre el autismo te ayudará a entender mejor las necesidades de tu hijo y a ser un defensor más eficaz para él. Busca fuentes confiables de información, como organizaciones especializadas en autismo.
Conéctate con otros padres: Las redes de apoyo con otras familias que atraviesan una situación similar pueden ofrecer un gran consuelo y consejos prácticos.
Prioriza el bienestar de tu familia: Cuidar a un niño con autismo puede ser desafiante. Es fundamental que tú y tu pareja también busquen apoyo emocional y se tomen tiempo para cuidar de sí mismos.
Recuerda, un diagnóstico no define a tu hijo. Es el primer paso en un camino para entender sus necesidades y proporcionarle las herramientas para que pueda alcanzar su máximo potencial. Con apoyo, amor y las terapias adecuadas, tu bebé puede desarrollarse y prosperar.
Autismo en bebés
Conclusión
Cuando te enfrentas a un posible diagnóstico de autismo en bebés, el primer paso es procesar la noticia con empatía hacia ti mismo y hacia tu bebé. Este no es el final de un camino, sino el comienzo de uno nuevo, lleno de oportunidades para crecer y conectar de una manera única. Es fundamental recordar que un diagnóstico no cambia quién es tu hijo; simplemente te da las herramientas para entenderlo y apoyarlo mejor en su viaje.
El verdadero trabajo comienza con el apoyo incondicional. El autismo puede presentar desafíos, pero también revela una perspectiva única del mundo. La intervención temprana, las terapias y la educación son vitales, pero lo más importante es el amor y la aceptación. Crea un entorno que celebre las fortalezas de tu hijo, que le dé seguridad y que le permita explorar el mundo a su propio ritmo. Si es el caso, en Mente Sana psicología podemos ayudarte, agenda tu cita gratuita ahora mismo y emprende el camino para entender a tu bebé.
El trauma psicológico, especialmente cuando ocurre en la infancia, puede dejar huellas profundas en el desarrollo emocional, cognitivo y social de una persona. Herramientas como los test de evaluación de traumas, junto con instrumentos como los test de trauma infantil, permiten a los profesionales de la salud mental identificar el grado de afectación y diseñar un plan terapéutico adecuado.
El trauma
Un trauma es una experiencia emocional o psicológica extremadamente impactante que supera la capacidad de una persona para afrontarla de manera inmediata y adaptativa. Puede ser un evento único, como un accidente o una agresión, o una serie de experiencias repetidas, como abuso, negligencia o violencia doméstica.
El trauma no solo se refiere al hecho en sí, sino a cómo el individuo lo percibe, procesa y almacena en su mente y cuerpo.
Algunos efectos comunes del trauma, los cuales son tomados en cuenta en los test de evaluación de traumas, incluyen:
Respuestas emocionales intensas: Miedo, tristeza, culpa, ira o vergüenza.
Alteraciones cognitivas: Dificultad para concentrarse, recuerdos intrusivos o sensación de desconexión de la realidad.
Impacto físico: Aumento de la tensión muscular, insomnio, cambios en el apetito o síntomas somáticos sin causa médica aparente. Cambios en el comportamiento: Evitación de situaciones relacionadas con el evento, retraimiento social o conductas de autolesión.
El trauma puede ser agudo (un solo evento intenso) o crónico (exposición prolongada a situaciones adversas). Si no se procesa adecuadamente, puede derivar en trastornos psicológicos, comotrastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad, depresión o dificultades en la regulación emocional, la autoestima y las relaciones interpersonales, (van der Kolk, 2014).
Un test de evaluación de traumas es una herramienta psicológica diseñada para identificar y medir los efectos de experiencias traumáticas en una persona. Su objetivo principal no es diagnosticar, sino detectar síntomas, secuelas emocionales y patrones de respuesta relacionados con eventos que generan estrés extremo, miedo o dolor emocional.
Estos test de evaluación de traumas suelen evaluar áreas como:
Recuerdos intrusivos o flashbacks de la experiencia traumática.
Síntomas de ansiedad o depresión relacionados con el trauma.
Disociación o desconexión emocional, como sentirse “fuera de sí” o desconectado de la realidad.
Evitación de situaciones, personas o lugares que recuerden el trauma.
Impacto en las relaciones interpersonales y autoestima.
Este tipo de pruebas no deben interpretarse de forma aislada, sino en el marco de una evaluación clínica integral realizada por un psicólogo o psiquiatra especializado en trauma.
Trauma infantil
El trauma infantil se refiere a experiencias negativas significativas durante la niñez, como abuso, negligencia, abandono, violencia doméstica o pérdidas tempranas. Estudios longitudinales como el de Felitti et al. (1998), conocido como el test de trauma infantil ACE (Adverse Childhood Experiences), demostraron que las experiencias adversas en la infancia están asociadas con mayor riesgo de depresión, adicciones, enfermedades crónicas y problemas de pareja en la adultez.
Pruebas y test de evaluación de traumas infantiles
Existen diversos instrumentos diseñados específicamente para evaluar el trauma en la infancia. Sandra Baita presenta diversas herramientas para la evaluación del trauma infantil, enfocándose especialmente en la disociación y los síntomas postraumáticos. Entre las escalas mencionadas se incluyen:
Childhood Dissociative Checklist/ Inventario de disociación para Niños (CDC): Una escala de rastreo de síntomas postraumáticos y disociativos.
Escala de Experiencias Disociativas para Adolescentes (A-DES): Otra herramienta de evaluación de síntomas disociativos.
Encuesta de eventos traumáticos para niños y padres: Diseñada para identificar experiencias traumáticas previas. Guía de preguntas para evaluar experiencias de apego: Utilizada para explorar la relación entre el niño y sus cuidadores.
Así mismo, existen otros test de evaluación de traumas, más relacionados a la evaluación del TEPT en población infanto-juvenil, con escalas como: el CPSS (Escala Infantil de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático), PTSD (Post-Traumatic Stress Disorder Checklist), CAPS-CA (Clinician-Administered PTSD Scale for Children and Adolescents), CDES-PTSI (Childhood Dissociative Experiences Scale – Posttraumatic Stress Inventory) y elTrauma Symptom Checklist for Children (TSCC).
Estas escalas y herramientas, junto con entrevistas clínicas y observaciones del entorno familiar, permiten una evaluación integral del impacto del trauma en la infancia, facilitando la identificación de síntomas y la planificación de intervenciones terapéuticas adecuadas.
Test de evaluación de traumas en adultos
Algunos de los test de evaluación de traumas en población adulta, incluyen no sólo los eventos traumáticos vividos en la adultez, sino que también abarcan experiencias dolorosas infantiles.
Escala ACE (Adverse Childhood Experiences Questionnaire): Identifica experiencias adversas tempranas, incluyendo abuso físico, emocional o sexual, negligencia física o emocional y disfunción familiar.
Childhood Trauma Questionnaire (CTQ): Mide experiencias de abuso emocional, físico, sexual y negligencia.
PCL-5 (PTSD Checklist for DSM-5): Evalúa los síntomas de TEPT mediante autoinforme.
IES-R (Impact of Event Scale – Revised): Mide el estrés postraumático y la respuesta emocional tras un evento traumático.
Trauma History Questionnaire (THQ): Evalúa la historia de eventos traumáticos a lo largo de la vida adulta.
MIDAS (Multidimensional Inventory of Dissociation – Adult Short Form)
No estás solo. En Mente Sana te ayudamos contu proceso.
Importancia de la evaluación y el tratamiento
Los test de evaluación de traumas son esenciales para una intervención eficaz. La terapia con EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), la terapia cognitivo-conductual enfocada en trauma y la terapia de apego son enfoques con eficacia comprobada, los cuales requieren formación especializada del terapeuta.
La intervención temprana no solo ayuda a aliviar síntomas como la ansiedad o la disociación, sino que también promueve el desarrollo de recursos internos, resiliencia y una mejor calidad de vida.
Conclusiones
Los test de evaluación de traumas son herramientas fundamentales para identificar el impacto de experiencias traumáticas en la infancia y la adultez. Permiten detectar síntomas emocionales, cognitivos y conductuales, así como manifestaciones de disociación, que no siempre son evidentes en la vida diaria.
Muchas veces las situaciones adversas repetidas, tienden a generalizarse, habituarse y normalizarse, generando una “reducción” de la consciencia del verdadero impacto.
La aplicación adecuada de estas pruebas, combinada con la evaluación clínica profesional, facilita la planificación de intervenciones terapéuticas efectivas y la resolución de conflictos en personas con historias complejas.
American Psychiatric Association (APA). (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.).
Baita, S. (2015). Rompecabezas: Una guía introductoria al trauma y la disociación en la infancia. Buenos Aires: Editorial Picaflor.
Shapiro, F. (2018). Eye movement desensitization and reprocessing: Basic principles, protocols, and procedures (3.ª ed.). Guilford Press.
Van der Kolk, B. (2014). El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma (R. Pérez, Trad.). Barcelona: Editorial Paidós.
La salud mental es un pilar fundamental de nuestra existencia, aunque a menudo se subestima. Según datos de la OMS, casi la mitad de los jóvenes españoles entre 15 y 29 años (48.9%) ha considerado haber tenido algún problema de salud mental (FAD, 2019). Esta estadística resalta la urgencia de prestar atención a nuestro desarrollo emocional y a nuestra salud psicoemocional. Explorar el mundo de nuestras emociones es el primer paso para cultivar un bienestar duradero y una vida más plena.
La esencia de las psicoemociones y el desarrollo emocional
El término psicoemocional es un constructo que combina la psicología con el mundo de las emociones, refiriéndose a un estado mental que permite a un individuo vivir con motivación y serenidad, adaptándose a las tensiones cotidianas (Dirección de Programas Estratégicos y Proyección Universitaria, s.f.). Por su parte, las psicoemociones son esas sensaciones que, al manifestarse, influyen directamente en nuestro bienestar mental, y un adecuado desarrollo emocional es la clave para manejarlas. Por ejemplo, la tristeza puede llevar a la depresión si no se gestiona adecuadamente, mientras que la alegría puede potenciar la resiliencia (Lezama et al., 2022). Comprender nuestras psicoemociones es fundamental para nuestro crecimiento psicoemocional.
El desarrollo emocional no es un proceso lineal; es un viaje continuo que se nutre de la experiencia y la autoreflexión. A lo largo de este camino, la salud psicoemocional se convierte en el destino, y las herramientas de la psicología son la guía. La capacidad de reconocer, comprender y regular nuestras emociones es vital. Como menciona Steiner y Perry (1997), el desarrollo emocional debe centrarse en tres capacidades: comprender las emociones, expresarlas productivamente y empatizar con las de los demás. Esta visión nos permite entender que la salud psicoemocional no es un estado, sino un proceso dinámico de aprendizaje constante. Este viaje psicoemocional es único para cada persona.
Herramientas para un desarrollo emocional efectivo
Para potenciar tu desarrollo emocional y manejar tus psicoemociones, existen diversas herramientas y estrategias. La clave está en la conciencia emocional, que nos permite identificar y etiquetar nuestras emociones, conectándolas con las situaciones que las desencadenan (Gottman & DeClaire, citados en Antunes, 2000). Este primer paso es crucial para un buen desarrollo emocional. La regulación emocional, por su parte, nos enseña a valorar lo que sentimos y a decidir cómo expresarlo (Psicomaster, s.f.). Trabajar psicoemocionalmente en estos aspectos nos ayuda a construir un desarrollo emocional sólido.
Algunas herramientas prácticas para cultivar tu bienestar psicoemocional incluyen:
Mindfulness y meditación: Estas prácticas te permiten observar tus psicoemociones sin juzgarlas, creando una distancia saludable para poder gestionarlas.
Diario emocional: Escribir sobre tus psicoemociones te ayuda a procesar lo que sientes, identificando patrones y detonantes que impactan tu desarrollo emocional.
Técnicas de respiración: Cuando te sientas abrumado psicoemocionalmente, la respiración profunda y consciente puede calmar tu sistema nervioso y ayudarte a regular tus psicoemociones.
Actividades creativas: Pintar, escribir o tocar un instrumento son excelentes formas de expresar tus psicoemociones y facilitar tu desarrollo emocional de manera sana.
Establecer límites: Aprender a decir no es una herramienta poderosa para proteger tu energía y tu equilibrio psicoemocional.
Estas herramientas son pilares en el desarrollo emocional y la construcción de un yo más fuerte psicoemocionalmente. La terapia es un espacio seguro para profundizar en ellas y adaptarlas a tus necesidades. Erik Erikson, un psicólogo del desarrollo con base psicoanalítica, enfatizó la importancia del apoyo del adulto para lograr un desarrollo emocional exitoso en las diferentes etapas de la vida (Delgado, 2021). Su teoría subraya que la salud psicoemocional es el resultado de resolver conflictos en cada etapa.
¿Cómo nos afecta el bienestar psicoemocional?
La falta de un adecuado desarrollo emocional tiene consecuencias significativas. Puede manifestarse en síntomas físicos, como dolores de cabeza o problemas digestivos, lo que se conoce como somatización (Fisioterapia-Online, s.f.). Este fenómeno demuestra la profunda conexión entre nuestra mente y nuestro cuerpo. Un desarrollo emocional deficiente puede llevar a la dificultad para relacionarse, a la inseguridad y a un constante estado de ansiedad. Por el contrario, un buen desarrollo emocional te capacita para enfrentar los desafíos de la vida de forma más resiliente.
Es vital recordar que el desarrollo emocional no es una carrera. Cada persona tiene su propio ritmo. Lo importante es ser consciente del proceso y comprometerse con él. La salud psicoemocional es un tesoro que se cultiva día a día. El autocuidado es el primer paso. Esto incluye descansar bien, alimentarte sanamente y dedicar tiempo a actividades que te nutran psicoemocionalmente. El desarrollo emocional es un proceso que abarca toda la vida.
Conclusión
En conclusión, el desarrollo emocional y el bienestar psicoemocional son aspectos interconectados y esenciales para una vida plena y saludable. Al cultivar la conciencia de nuestras psicoemociones, aplicar herramientas de regulación y buscar apoyo cuando lo necesitamos, nos embarcamos en un viaje de crecimiento constante. Este proceso de desarrollo emocional nos permite no solo comprender nuestra propia complejidad psicoemocional, sino también empatizar con los demás, fortaleciendo nuestras relaciones y nuestra resiliencia psicoemocional. Al final, el objetivo del desarrollo emocional es vivir en armonía con uno mismo.
Referencias
Antunes, C. (2000). Inteligencia emocional y desarrollo humano. Editorial Pax.
La adolescencia es una etapa de transición marcada por intensos cambios físicos, emocionales y sociales. En este periodo, es común que surjan comportamientos desafiantes o disruptivos. Sin embargo, cuando estas conductas exceden ciertos límites, pueden convertirse en problemas de conducta. Identificarlos a tiempo y actuar adecuadamente puede evitar consecuencias negativas en el desarrollo del joven y en su entorno familiar y escolar.
¿Qué son los problemas de conducta en adolescentes?
Los problemas de conducta son patrones persistentes de comportamientos que infringen normas sociales o afectan negativamente la convivencia, el aprendizaje o el bienestar del adolescente y su entorno. Estos pueden incluir desde desobediencia, agresividad verbal o física, mentiras frecuentes, hasta conductas delictivas o consumo de sustancias.
No se trata de simples “etapas” del crecimiento. Aunque ciertos desafíos son esperables en la adolescencia, es importante diferenciar entre lo esperable y lo preocupante. Los problemas de conducta en adolescentes suelen mantenerse en el tiempo, intensificarse o interferir en múltiples áreas de la vida, como la familia, la escuela y las relaciones sociales.
Causas de los problemas de conducta en adolescentes
Los problemas de conducta en adolescentes pueden estar asociados a múltiples factores, como problemas familiares, trauma, acoso escolar, dificultades de aprendizaje, trastornos del estado de ánimo o incluso trastornos de conducta diagnosticables:
Factores familiares
Conflictos o violencia familiar.
Falta de límites claros o supervisión inconsistente.
Modelos parentales negativos o poco afectivos.
Factores sociales
Influencia de pares con conductas problemáticas.
Exposición a ambientes violentos o marginales.
Problemas escolares, como fracaso o acoso.
Factores individuales
Dificultades en el control emocional y la impulsividad.
Trastornos neurobiológicos o del desarrollo.
Baja autoestima o problemas de salud mental (ansiedad, depresión).
Factores contextuales y culturales
Estrés socioeconómico.
Falta de oportunidades o apoyo comunitario.
La predisposición genética puede afectar aspectos como la impulsividad, la regulación emocional y la susceptibilidad a trastornos mentales. Sin embargo, los factores ambientales son la fuente principal para su expresión. Estos factores suelen combinarse y amplificarse entre sí, influyendo en la aparición y mantenimiento de conductas preocupantes en adolescentes.
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Conductas preocupantes en adolescentes
Algunas señales de alerta que pueden indicar un problema de conducta incluyen:
Agresividad constante hacia compañeros, docentes o familiares.
Desobediencia extrema o rechazo a toda figura de autoridad.
Aislamiento social o vinculación con grupos de riesgo.
Mentiras compulsivas o manipulación.
Fugas del hogar, ausentismo o abandono escolar.
Consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias.
Robos, vandalismo o violación de normas escolares.
Uno de los contextos donde más se manifiestan estos comportamientos es la escuela. Los problemas de conducta en adolescentes presentadas en el colegio no solo afectan el rendimiento académico del estudiante, sino que también alteran la dinámica del aula, generando frustración en docentes y compañeros.
El adolescente con este tipo de conductas puede mostrar:
Interrupciones constantes en clase.
Falta de respeto hacia profesores y reglas escolares.
Agresiones físicas o verbales hacia otros alumnos (bullying).
Incumplimiento de tareas o ausencia reiterada.
Es clave que el colegio no solo actúe con sanciones, sino que implemente estrategias de contención, derivación a servicios de orientación escolar y trabajo en red con la familia.
Diferencia entre trastornos y problemas de conducta en adolescentes
Problemas de conducta en adolescentes y trastornos de conducta no son exactamente lo mismo, aunque están relacionados.
Los problemas de conducta son comportamientos desafiantes, disruptivos o inapropiados que pueden presentarse en adolescentes, como desobediencia, agresividad o incumplimiento de normas. Pueden ser puntuales o circunstanciales y no siempre implican un diagnóstico clínico.
Sin embargo, los trastornos de conducta son diagnósticos clínicos definidos en manuales como el DSM-5, que incluyen un patrón persistente y grave de comportamientos antisociales, agresivos o violatorios de normas y derechos de otros, con un impacto significativo en la vida del joven y su entorno.
Si bien, los trastornos de conducta son problemas de conducta, no todos los problemas de conducta llegan a ser trastornos clínicos.
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Abordaje
El abordaje de los problemas de conducta en adolescentes requiere una evaluación integral que considere aspectos clínicos, familiares, escolares y sociales para identificar factores que mantienen o agravan estas conductas. Tras ello, se debe integrar con intervención psicoeducativa para mejorar la comunicación familiar, establecer límites claros y fomentar habilidades sociales y de resolución de conflictos.
Evaluación integral: Clínica, familiar, escolar y social.
Intervención psicoeducativa: Comunicación, límites y habilidades sociales.
Terapia psicológica: Abordaje de modificación de pensamientos, conducta y favorecimiento de regulación emocional.
Coordinación escolar: Adaptación del entorno y apoyo educativo.
Apoyo social y comunitario: Actividades recreativas y redes de apoyo.
Casos graves: Evaluación psiquiátrica y posible medicación.
Estrategias en terapia con el adolescente
Entrenamiento en habilidades sociales: Enseñar comunicación asertiva, resolución de conflictos y manejo de la frustración.
Técnicas de regulación emocional: Uso de mindfulness, respiración profunda y autoobservación para controlar impulsos y emociones intensas.
Reestructuración cognitiva: Identificar y modificar pensamientos negativos o distorsionados que influyen en la conducta.
Refuerzo positivo: Promover conductas adecuadas mediante recompensas y reconocimiento.
Terapia de exposición: En casos de ansiedad o fobias asociadas, enfrentar gradualmente situaciones temidas.
Estrategias para la familia
Sintonía emocional: Percibir, entender y responder adecuadamente a las emociones y necesidades del adolescente, desde la empatía y la recuperación de la confianza.
Establecer reglas claras y coherentes: Límites firmes pero justos que se mantengan en el tiempo.
Mejorar la comunicación: Practicar la escucha activa y expresar afecto de forma clara, y la molestia con respeto y tono calmado.
Apoyo emocional: Ofrecer contención, permanecer con disponibilidad afectiva, y validar sentimientos sin juzgar. Implica a su vez, no invadir y dar espacio para una autorregulación en caso de ser necesario.
Fomentar la participación positiva: Involucrar al adolescente en actividades familiares y toma de decisiones.
Entrenamiento en manejo de conductas: Técnicas para responder adecuadamente a conductas problemáticas, evitando castigos excesivos.
Economía de fichas: Sistema de recompensa en el que el adolescente gana fichas o puntos por comportamientos positivos, que luego puede canjear por privilegios o recompensas.
Tiempo fuera: Retirar temporalmente al joven de una situación problemática para que se calme y deje la conducta inapropiada.
Modelado: Se demuestran conductas adecuadas para que el adolescente las observe e imite.
Entrenamiento en autocontrol: Identificar sus emociones y usar técnicas como la respiración profunda para manejar impulsos y evitar reacciones negativas.
Contrato conductual: Acuerdo escrito donde se establecen objetivos claros de conducta y las consecuencias positivas o negativas asociadas a su cumplimiento o incumplimiento.
Reestructuración de consecuencias: Aplicar consecuencias lógicas y relacionadas directamente con la conducta para que el adolescente entienda el impacto de sus actos y aprenda a modificar su comportamiento.
Comprender qué son los problemas de conducta en adolescentes y cómo afectan al menor y a su entorno, es el primer paso para intervenir de forma efectiva.
La adolescencia es una etapa compleja, pero también una oportunidad para reorientar comportamientos, promover la reflexión y construir vínculos saludables. Con acompañamiento, contención y estrategias adecuadas, es posible transformar estas conductas en aprendizajes significativos para la vida.
Da el primer paso hacia una vida más saludable con nosotros.