Estilos de crianza en la familia

estilos de crianza en la familia
Estilos de crianza en la familia

Los estilos de crianza en la familia son fundamentales en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños. La manera en que madres, padres o cuidadores educan, establecen límites y brindan afecto, moldea no solo la infancia, sino también la personalidad adulta. Aunque no existe una “fórmula perfecta”, comprender qué son los tipos de crianza permite fomentar entornos familiares más saludables y empáticos.

¿Qué son los estilos de crianza en la familia?

Cuando hablamos de tipos de crianza, nos referimos a los patrones o estilos que los adultos emplean para guiar, apoyar y educar a sus hijos, incluyendo la comunicación, el afecto, la asertividad y la integración sociofamiliar. Diversos elementos pueden condicionar la forma en que una familia orienta: historia personal, nivel educativo, salud mental, cultura, situación socioeconómica y apoyo social.

Diana Baumrind (1967), psicóloga del desarrollo, identificó los tres estilos de crianza en la familia: autoritario, permisivo y democrático. Posteriormente, Maccoby y Martin (1983) ampliaron esta clasificación, incluyendo el estilo negligente. Estos estilos se definen a partir de dos dimensiones principales: el nivel de exigencia (control) y el nivel de afecto (calidez).

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1. Crianza autoritaria

Este estilo se caracteriza por altos niveles de control y baja calidez emocional. Los cuidadores establecen normas estrictas y esperan obediencia sin cuestionamientos. La comunicación es unidireccional y se recurre con frecuencia al castigo. Aunque puede generar disciplina, se manifiestan conductas desadaptativas, dominantes por parte del progenitor y como resultante, el niño presenta inhibición, baja autoestima, vulnerabilidad, ansiedad y escasa autonomía.

2. Crianza permisiva

En este estilo existe un alto afecto, pero con escasa disciplina o exigencia. Los adultos tienden a evitar los límites y permiten que los niños tomen decisiones sin una guía firme. Aunque favorece una buena conexión emocional, puede llevar a dificultades en el autocontrol.

Esto crea conductas desafiantes y conflicto en el establecimiento de normas, conductas hostiles y manipulación exuberante hacia los padres. A su vez, se ha asociado al posible consumo de sustancias, por falta de madurez emocional y escasez de responsabilidad en su accionar. Este es uno de los estilos de crianza en la familia, que más tiende a generar baja tolerancia a la frustración.

3. Crianza democrática (o autoritativa)

Considerado el estilo más equilibrado, combina altos niveles de afecto con normas claras de exigencia. Los cuidadores establecen límites, pero también fomentan la comunicación, el respeto mutuo y la autonomía. Según estudios de Steinberg (2001), este estilo está relacionado con altos niveles de autoestima, responsabilidad y habilidades sociales en los hijos, lo cual facilita un desarrollo psicológico equilibrado permitiendo el manejo de emociones, autonomía y comportamiento del menor. Dentro de los estilos de crianza en la familia, es el que mayor bienestar emocional genera.

4. Crianza negligente

Se caracteriza por la falta tanto de afecto como de control. Los cuidadores suelen estar ausentes física y emocionalmente, lo que puede derivar en dificultades afectivas, bajo rendimiento académico y problemas de apego, debido a la permisividad extrema y despreocupación parental.

Este estilo de crianza genera en el infante efectos negativos a nivel conductual y emocional, provocando sobrevaloración de problemas, victimización, inclusive inestabilidad en sus relaciones interpersonales.

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Impacto de los estilos de crianza en la familia en la conducta de los niños

Estudios hallaron que Estilos Autoritarios, Negligentes o Permisivos, muestran una correlación positiva en función de baja autoestima, enojo, hostilidad, problemas de estabilidad emocional y escasas habilidades socioemocionales.

De igual manera, se resalta la relación de la inestabilidad emocional y las emociones negativas con la permisividad, hostilidad y el rechazo materno.

No obstante, los niños formados con un estilo de crianza democrático poseen niveles de disciplina elevados, mientras que los que fueron criados con una práctica negligente presentan niveles bajos de rendimiento y conductas disruptivas.

Apego y estilos de crianza en la familia

Los estilos de crianza influyen directamente en el desarrollo del apego entre padres e hijos, ya que determinan la calidad del vínculo emocional que se establece en la infancia. Un estilo de crianza sensible, afectuoso y coherente (democrático) favorece la formación de un apego seguro, lo que permite al niño explorar el mundo con confianza y desarrollar relaciones sanas.

En cambio, estilos autoritarios, negligentes o inconsistentes pueden generar apegos inseguros (evitativo, ambivalente o desorganizado), asociados a dificultades emocionales y relacionales a lo largo de la vida. Según Bowlby (1969) y Ainsworth (1978), la calidad del cuidado recibido en los primeros años de vida es determinante para el tipo de apego que se desarrollará. Por ello, resulta esencial reflexionar sobre los estilos de crianza en la familia desde una perspectiva emocional y vincular.

La crianza imperfecta

Paola Roing, en su libro “La crianza imperfecta: Por qué no puedes llegar a todo, y está bien así”, menciona la idea de aceptar que no existen madres ni padres perfectos, y que educar desde el amor implica reconocer nuestras limitaciones, emociones y errores sin caer en la culpa constante. Propone una mirada compasiva hacia la maternidad y paternidad, criando desde la presencia, la conexión emocional y la autenticidad, favoreciendo así vínculos más sanos y humanos.

Asimismo, D. W. Winnicott (1965) ya hablaba de la “madre suficientemente buena”, aquella que no es perfecta, pero sí emocionalmente disponible y capaz de reparar los errores. Es decir, que la crianza imperfecta conlleva educar con amor, con límites sanos y con autocompasión, entendiendo que se trata de un proceso dinámico en el que se aprende con el tiempo, se cometen errores y se desarrollan nuevas habilidades. Esta visión es aplicable a todos los estilos de crianza en la familia, donde el eje central debe ser siempre el vínculo afectivo y humano, que conduce a un apego seguro.

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Conclusiones

Los estilos de crianza en la familia no solo determinan la relación entre padres e hijos, sino que influyen directamente en el bienestar infantil.

Las investigaciones destacan que el estilo democrático es el más favorable para el crecimiento integral del niño, sin embargo, existen factores parentales que afectan la forma de educar. En este sentido, adoptar una mirada compasiva, permite aceptar que errar es parte del proceso.

Por ello, lo importante es promover una crianza basada en el respeto, el apego seguro y la comunicación. Es decir, estar disponibles emocionalmente, mantener una sintonía empática, establecer límites con amor y aprender junto a los hijos.  

Referencias

García Peña, John Jairo, Arana Medina, Claudia Marcela y Restrepo Botero, Juan Carlos. (2018). ESTILOS PADRES EN EL PROCESO DE CRIANZA DE NIÑOS CON TRASTORNOS DISRUPTIVOS. Investigación y Desarrollo , 26 (1), 55-74.

Roig, P. (2023). La crianza imperfecta: Por qué no puedes llegar a todo, y está bien así. Bruguera.

Sánchez Adame, Claudia Verónica, Carmona García, Lilia Susana, & Vega Villanueva, Nadia. (2019). Estilos de Crianza entre padre y madre. Perspectiva del hijo. Ciudad Juárez, Chih. Estudio comparativo. Revista de psicología y ciencias del comportamiento de la Unidad Académica de Ciencias Jurídicas y Sociales10(2), 67-86.

Sumoza, Anubis Alejandra Mendoza. (2013). Estilos de crianza parental percibidos en la infancia como factores de predisposición motivacional. Psicologia para América Latina, (24), 5-18.

Tinitana Vicente, Mayra Alejandra, Morales Bravo, Nicole Janine, & Villavicencio Aguilar, Carmita Esperanza. (2023). Estilos de crianza y conductas disruptivas en niños en tiempos de pandemia. Fides et Ratio – Revista de Difusión cultural y científica de la Universidad La Salle en Bolivia25(25), 45-68.

Vínculos emocionales: componentes claves

Vínculos emocionales

Los vínculos emocionales son vitales en la vida del ser humano, en sus interacciones y para el desarrollo. Los vínculos emocionales se manifiestan desde la infancia; por tanto, las vivencias o experiencias son fundamentales en esa etapa.

Como bien se sabe, somos seres de interacción; es por ello que establecer vínculos afectivos es imperativo para poder crear autoestima, autonomía e independencia. En este artículo hablaremos un poco sobre lo que son los vínculos emocionales, cuál es su función y qué pasaría si no se desarrollan vínculos afectivos saludables.

Vínculos emocionales
Vínculos emocionales

¿Qué son vínculos emocionales?

También conocido como vínculos afectivos, se hace referencia a una relación entre el amor y el cariño que es establecido entre dos o más personas. Estos vínculos son establecidos entre distintas relaciones, como la familia, los amigos o la pareja.

Los vínculos emocionales están presentes en todo lo que se hace y son influenciados por la interacción. Es importante tener en cuenta que estos vínculos son cruciales en la infancia. Erik Erikson explicaba que estos vínculos son necesarios para el desarrollo saludable de las personas y formación de las relaciones.

El vínculo emocional es más que una interacción o relación superficial; se trata de afecto, confianza, apoyo mutuo y sentido de pertenencia. Existen características esenciales de los vínculos emocionales, las cuales son:

  • Necesidad humana: ya que somos seres sociales y la conexión es tan vital como una necesidad fisiológica, es vital para el bienestar psicológico.
  • Salud mental y física: estos impactan positivamente en la reducción del estrés, la longevidad, la resiliencia y la felicidad en general.
  • Desarrollo personal: los vínculos ayudan al desarrollo, crecimiento personal y el autoconocimiento.

Como se ha mencionado, estos vínculos afectivos pueden estar presentes en cualquier área fundamental de la vida.

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Tipos de vínculos

Existen distintos tipos de vínculos emocionales, cada uno puede cumplir una función. Saber sobre los distintos tipos de vínculos emocionales es importante, ya que te ayuda a saber reconocerlos.

Los distintos tipos son:

  • Vínculo romántico: cuando se establece entre dos personas por una atracción emocional, física, sexual y una conexión emocional.
  • Vínculo de amistad: se trata de un vínculo afectivo en confianza e intimidad entre una o varias personas.
  • Vínculo familiar: se refiere a los lazos afectivos que establecen entre los miembros de una familia.
  • Vínculo fraternal: se da entre hermanos que se genera por la confianza y la conexión emocional.
  • Vínculo de apego: que se forma principalmente entre un niño y sus cuidadores, influye directamente en el desarrollo emocional y social.

En el área laboral también se generan vínculos que ayudan al desarrollo profesional y el desempeño laboral. Cada vínculo tiene características propias y juega un papel importante en el desarrollo emocional y social de las personas.

Desarrollo de los vínculos emocionales

Como bien se sabe, la teoría del apego desarrollada por John Bowlby y Mary Ainsworth en 1970 explica que el vínculo es necesario para el ser humano. Los vínculos en la adultez pueden ser recíprocos, pero entre un niño y su cuidador se basa en la necesidad de seguridad, protección y confianza.

La teoría del apego no es sinónimo de amor y afecto, tampoco es una explicación exhaustiva de la relación humana. En ella se puede observar cómo se forman los primeros vínculos y cómo influyen en las relaciones futuras.

Desarrollaron unos estilos de apego, los cuales son:

Apego seguro: se forma con el cuidado sensible y responsable, se manifiesta en la adultez, con confianza, autonomía, intimidad sana y gestión del conflicto.

Apego inseguro: donde se manifiestan 3 subtipos:

  • Ansioso/preocupado: miedo al abandono, necesidad de validación, celos y dependencia.
  • Evitación/despreocupado: dificultad con la intimidad, supresión emocional y autosuficiencia excesiva.
  • Desorganizado: patrones contradictorios, miedo y deseo de intimidad que están asociados a menudo con experiencias traumáticas tempranas.

Estos estilos de apego tienen un impacto significativo en la adultez, desde el aspecto positivo hasta el negativo. Es posible que se gestione un apego seguro en la infancia siempre que se tengan las estrategias y se base en una crianza respetuosa y segura.

Componentes claves

Como se ha mencionado, los vínculos afectivos se desarrollan en la infancia, entre los niños y los padres o cuidadores, pero en ocasiones ocurre que los vínculos emocionales que se pudieron desarrollar en esa etapa no son saludables.

Existen componentes claves que pueden ayudar a desarrollar y fomentar vínculos emocionales tanto en la adultez o en la adolescencia. Tales componentes son:

  • Confianza: es la base de todo vínculo, se construye con consistencia, honestidad y fiabilidad.
  • Comunicación efectiva: la escucha activa, estar presente, así como comunicar las necesidades y deseos, puede ayudar a fomentar los vínculos.
  • Empatía: es una habilidad que también se desarrolla. Ayuda para entender el vínculo, las necesidades y compartir los sentimientos del otro.
  • Respeto mutuo: valorar las diferencias, los límites, también respetar la autonomía de cada persona y la individualidad del otro.
  • Apoyo y reciprocidad: estar presente en los momentos difíciles y celebrar los éxitos.

La intimidad, y no solo la física, también forma parte de los vínculos emocionales. El saber que puedes ser vulnerable delante de una persona y que obtendrás apoyo y empatía también fortalece los vínculos.

Pero, es importante entender que, así como existen componentes claves para fomentar vínculos saludables, también existen patrones y desafíos disfuncionales.

  • Miedo a la vulnerabilidad: por experiencias pasadas o un estilo de apego evitativo, así como traiciones y miedo a sentirse juzgados.
  • Codependencia: el miedo a la autonomía, la dependencia patológica y la necesidad del otro.
  • Celos: la inseguridad, así como manifestaciones de ansiedad por abandono.
  • Falta de límites: los límites son la mejor estrategia en los vínculos, los fortalece y, cuando no está presente, no se protege el propio espacio y necesidades.
  • Patrones repetitivos: cuando se crean relaciones disfuncionales y en ocasiones no se es consciente de esta situación.

Saber reconocer que puedes experimentar estos desafíos es de gran ayuda para sobre cuáles son los puntos en los que puedes trabajar para fortalecer tus vínculos emocionales.

Estrategias para construir y fortalecer vínculos emocionales saludables

Aquí encontrarás algunos puntos fundamentales que te ayuden a fortalecer los vínculos que ya existen, como construir los que quieres que permanezcan.

  • Autonomía y autorregulación: entender tus patrones relacionales, así como gestionar tus emociones antes de interactuar.
  • Desarrollo de habilidades de comunicación: practicar la escucha activa y la expresión asertiva. Utilizar mensajes como “yo siento” en lugar de “tú siempre”.
  • Fomentar la vulnerabilidad consciente: hablar gradualmente de las emociones con personas de confianza y reconocer que la vulnerabilidad es una fortaleza, no una debilidad.
  • Establecer y respetar límites: comunicar tus límites de manera clara y consciente, así como respetar los límites de los demás.
  • Buscar apoyo profesional: cuando los patrones o sistema de creencias son muy arraigados o destructivos, la terapia individual o de pareja puede ser significativa.

Conclusiones

Sabemos que los vínculos emocionales son fundamentales en el desarrollo personal, pero también en las relaciones interpersonales. Es importante que se puedan fomentar tanto de manera individual como en los contextos en que se desenvuelvan los niños.

Se ha mencionado que los estilos de apego no explican la interacción humana en su totalidad, así como tampoco es sinónimo de vínculo emocional. Es cierto que puede afectar el desarrollo en los niños, generar inseguridad o autoestima baja, pero no es un diagnóstico o una etiqueta. Es importante saber reconocer y responsabilizarse por los patrones disfuncionales en las relaciones.

También es importante expresar que, aunque estés en una relación disfuncional, no implica que sea tu culpa o tu responsabilidad.

Referencias

Selia: (2024, March). vínculos afectivos. Selia.

La herida de abandono: Un viaje hacia la sanación y la autonomía

Herida de abandono

La herida de abandono es una de las heridas emocionales más profundas y prevalentes, afectando a un porcentaje significativo de la población, con estudios sugiriendo que más del 20% de los adultos experimentan patrones asociados a ella. Esta herida, nacida en la infancia, impacta profundamente nuestras relaciones y bienestar, y es crucial entender cómo sanar la herida de abandono. ¡Inicia tu camino hacia el bienestar emocional con Mente Sana! Tu primera sesión es completamente gratuita, una oportunidad perfecta para conocer a nuestros profesionales y empezar a construir una vida plena. No esperes más para darle a tu mente el cuidado que se merece.

Comprendiendo la herida de abandono

La herida de abandono se origina en la percepción de falta de apoyo, cuidado o presencia por parte de figuras significativas durante la niñez. No siempre implica un abandono físico; puede manifestarse como negligencia emocional, promesas incumplidas o una atención inconsistente (Bowlby, 1969). Esta percepción de abandono genera un profundo miedo a la soledad y a ser dejado de lado, forjando patrones de comportamiento que buscan evitar la repetición de esa experiencia dolorosa.

Un ejemplo común de la herida de abandono se observa en personas que desarrollan una necesidad excesiva de complacer a los demás para evitar el rechazo. Temen que, si no son “perfectos” o “útiles”, serán abandonados (Lise Bourbeau, 2005). Otro caso es el de individuos que, por su herida de abandono, prefieren evitar el compromiso en relaciones sentimentales, para no exponerse a la posibilidad de ser abandonados.

La herida del abandono y su máscara: El dependiente

Según Lise Bourbeau (2005), cada herida emocional desarrolla una “máscara” o un rol que la persona adopta para protegerse del dolor. En el caso de la herida de abandono, la máscara asociada es la del dependiente. Esta persona busca constantemente el apoyo y la validación de los demás, sintiéndose incapaz de valerse por sí misma. El dependiente, impulsado por su herida de abandono, a menudo se aferra a las relaciones, incluso si son disfuncionales, por el pánico a la soledad.

La herida del abandono y su mascara se manifiesta en comportamientos como la victimización, la búsqueda constante de atención y la dificultad para tomar decisiones por sí mismos. El dependiente, al no haber desarrollado una autonomía emocional sólida, proyecta en los demás la responsabilidad de su bienestar (Bourbeau, 2005). La herida de abandono impulsa esta búsqueda incesante de un “salvador”.

Cómo sanar la herida de abandono: Estrategias y herramientas

Sanar la herida de abandono es un proceso que requiere autoconciencia, compasión y un compromiso activo con el crecimiento personal. No existe una solución mágica, sino un conjunto de herramientas y enfoques que, aplicados de manera consistente, pueden transformar la experiencia de vida de quienes la padecen. Es un camino hacia la autonomía y la seguridad emocional.

Autoconocimiento y aceptación

El primer paso para cómo sanar la herida de abandono es reconocer su existencia y comprender cómo ha influido en tu vida. Esto implica explorar las experiencias pasadas que pudieron haberla originado y observar los patrones de comportamiento actuales (Siegel, 2012). Pregúntate: ¿Cuándo me siento más vulnerable al abandono? ¿Qué situaciones desencadenan mi miedo?

  • Diario emocional: Llevar un diario puede ayudarte a identificar los momentos en que la herida de abandono se activa y las emociones que la acompañan. Registra tus pensamientos, sentimientos y reacciones.
  • Mindfulness: Practicar la atención plena te permite observar tus emociones sin juzgarlas, lo que es esencial para desidentificarte de la herida de abandono y su dolor.

Desarrollo de la autoestima y la autosuficiencia

Una de las consecuencias más debilitantes de la herida de abandono es la baja autoestima y la creencia de que uno no es suficiente. Trabajar en fortalecer el valor propio es crucial.

  • Afirmaciones positivas: Repite frases que refuercen tu valía y capacidad, como “Soy digno/a de amor y respeto” o “Soy capaz de manejar mis emociones y tomar mis propias decisiones”.
  • Establecimiento de límites: Aprender a decir “no” y establecer límites saludables en tus relaciones es un acto de autocuidado que fortalece tu autonomía y contrarresta la tendencia a complacer, típica de la herida de abandono y su mascara.
  • Actividades independientes: Dedica tiempo a actividades que disfrutes por ti mismo, sin depender de la compañía de otros. Esto te ayuda a construir una relación más sólida contigo mismo y a mitigar el miedo a la soledad que alimenta la herida de abandono.

Resignificación de experiencias pasadas

La terapia psicológica es fundamental en este proceso, especialmente las terapias que abordan el trauma y las heridas infantiles. La herida de abandono a menudo requiere un acompañamiento profesional.

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento disfuncionales asociados a la herida de abandono. Trabaja en creencias como “no soy lo suficientemente bueno” o “siempre me dejarán” (Beck, 1995).
  • Terapia de esquemas: Este enfoque es particularmente útil para abordar las heridas emocionales profundas, como la herida de abandono, ya que se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento arraigados desde la infancia (Young et al., 2000). Permite resignificar las experiencias que crearon la herida de abandono.
  • EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares): Es una terapia efectiva para reprocesar recuerdos traumáticos que pueden estar en la raíz de la herida de abandono, ayudando a disminuir la carga emocional asociada a ellos (Shapiro, 2001).

Construcción de relaciones saludables

Sanar la herida de abandono también implica aprender a establecer y mantener relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo, no en la dependencia o el miedo.

  • Comunicación asertiva: Expresar tus necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa es vital para construir relaciones equitativas y evitar la victimización. La herida de abandono a menudo dificulta esta comunicación.
  • Identificación de patrones de apego: Comprender tu estilo de apego (seguro, ansioso, evitativo) te brinda información valiosa sobre cómo interactúas en tus relaciones y cómo la herida de abandono puede estar influyendo (Ainsworth et al., 1978).

Ejemplos prácticos de sanación de la herida de abandono

Imaginemos a Ana, quien siempre ha sentido una profunda herida de abandono. En el pasado, se aferraba a parejas que no la valoraban, por miedo a quedarse sola. Empezó a trabajar en cómo sanar la herida de abandono con terapia. A través de la terapia de esquemas, identificó que su máscara de dependiente la llevaba a buscar aprobación constante. Aprendió a establecer límites y a pasar tiempo a solas, descubriendo que la soledad no era un enemigo, sino una oportunidad para el autoconocimiento. Este proceso le permitió comprender la herida del abandono y su mascara a un nivel profundo.

Otro ejemplo es el de Carlos, cuya herida de abandono se manifestaba en una dificultad para confiar en los demás. Siempre esperaba ser traicionado. Con ayuda de un psicólogo, comenzó a desafiar sus creencias limitantes y a practicar la vulnerabilidad controlada en sus relaciones. Se dio cuenta de que no todas las personas lo abandonarían y que era capaz de gestionar la frustración y el dolor si eso sucediera. Poco a poco, la herida de abandono dejó de dominar sus interacciones.

La importancia de la paciencia y la compasión

El proceso de cómo sanar la herida de abandono no es lineal y puede tener altibajos. Habrá momentos de frustración o recaída. Es crucial ser paciente y compasivo contigo mismo. Reconoce que estás trabajando en patrones arraigados de muchos años y que cada pequeño paso es un avance significativo. La herida de abandono no se cura de la noche a la mañana.

Buscar el apoyo de profesionales de la salud mental es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu bienestar. Un psicólogo puede proporcionarte las herramientas, la orientación y el espacio seguro para explorar tu herida de abandono y guiarte en el camino de la sanación. Recuerda que no tienes que enfrentar la herida de abandono solo.

Conclusión

La herida de abandono es una cicatriz emocional profunda que puede moldear nuestra vida de maneras sutiles y no tan sutiles. Sin embargo, comprender su origen, reconocer la herida del abandono y su mascara asociada, y aplicar estrategias efectivas para cómo sanar la herida de abandono es un camino transformador hacia la autonomía, la autoestima y la construcción de relaciones más saludables. Es un viaje de autodescubrimiento y sanación, donde cada paso te acerca a una vida plena y libre del miedo a la soledad. La herida de abandono puede ser una oportunidad para crecer.

Referencias

Ainsworth, M. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Lawrence Erlbaum Associates.

Beck, A. T. (1995). Cognitive therapy and the emotional disorders. Penguin.

Bourbeau, L. (2005). Las cinco heridas que impiden ser uno mismo. Obelisco.

Bowlby, J. (1969). Attachment and Loss, Vol. 1: Attachment. Attachment and Loss. New York: Basic Books.

Shapiro, F. (2001). Eye Movement Desensitization and Reprocessing (EMDR): Basic principles, protocols, and procedures (2nd ed.). Guilford Press.

Siegel, D. J. (2012). Mindsight: The new science of personal transformation. Bantam Books.

Young, J. E., Klosko, J. S., & Weishaar, M. E. (2000). Schema therapy: A practitioner’s guide. Guilford Press.

Crianza: Un Camino de Amor, Límites y Crecimiento.

Crianza

La crianza es, sin duda, una de las tareas más desafiantes y gratificantes que se emprende en la vida. Va mucho más allá de satisfacer las necesidades básicas de los hijos; implica un compromiso profundo con su desarrollo físico, emocional, social y cognitivo. Es un proceso dinámico y en constante evolución, donde cada día trae consigo nuevas lecciones, tanto para los niños como para los padres.

En este artículo se abordarán algunos pilares fundamentales para el establecimiento de una crianza sana, basada en la inclusión de los padres como entes precursores del crecimiento óptimo de los niños, tomando en cuenta su responsabilidad durante los primeros años de vida.

Crianza
Crianza

¿Qué es la Crianza?

La crianza se refiere al proceso de cuidado, educación y orientación que los cuidadores (padres, tutores u otras personas) proporcionan a los niños durante su infancia para promover su desarrollo físico, emocional, social e intelectual. La crianza incluye la transmisión de valores, normas sociales, habilidades prácticas y conocimientos que ayudan a los niños a convertirse en personas autónomas, responsables y competentes. La crianza también incluye el establecimiento de límites, el desarrollo de la autonomía, la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la creación de un entorno seguro para el crecimiento y desarrollo del niño.

Crianza y Límites desde el Amor

Uno de los pilares fundamentales de una crianza sana es el establecimiento de límites claros y consistentes. Lejos de ser restrictivos, los límites ofrecen seguridad y estructura a los niños. Les enseñan qué esperar, les ayudan a desarrollar el autocontrol y les preparan para enfrentar las reglas y normas del mundo exterior. Sin embargo, la clave no solo reside en establecerlos, sino en hacerlo con amor, comprensión y empatía. Explicar el “por qué” detrás de una regla, expresarse de forma clara, evitando los juicios, escuchar sus sentimientos (incluso si no estás de acuerdo con ellos) y ofrecer opciones dentro de lo posible, fomentar un ambiente de respeto mutuo y colaboración.

Es importante recordar que los límites deben ser apropiados para la edad y el desarrollo del niño. Lo que funciona para un niño de dos años no será efectivo para un adolescente. La flexibilidad y la adaptación son esenciales, así como la disposición a revisar y ajustar las reglas a medida que los hijos crecen y sus necesidades cambian. Algunos ejemplos de los límites que los padres pueden establecer son:

  • No tolerar un lenguaje o comportamientos dañinos hacia nadie en el hogar
  • Establecer normas sobre el uso de las pantallas o la tecnología
  • Poner expectativas reales sobre las tareas o las responsabilidades de la casa
  • Crear límites sobre el afecto físico o el espacio personal

Crianza

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Crianza, Autonomía y Resiliencia

Una crianza orientada al crecimiento busca empoderar a los niños, no solo protegerlos. Esto significa fomentar su autonomía desde temprana edad, permitiéndoles tomar decisiones apropiadas para su edad y enfrentar las consecuencias naturales de sus elecciones (siempre y cuando sean seguras). Por ejemplo, dejar que un niño elija su ropa, ayude en tareas domésticas simples o resuelva pequeños conflictos con sus pares, son oportunidades valiosas para que desarrollen habilidades de resolución de problemas, independencia y confianza en sí mismos.

Por otra parte, hay que esforzarse por evitar la sobreprotección, ya que, si cuidamos en exceso cada paso que da el niño, este no se sentirá seguro, y con frecuencia buscará la aprobación y validación de sus figuras de apoyo antes de ejecutar una acción.

Crianza

La crianza también implica enseñar resiliencia. La vida está llena de desafíos y decepciones, y los niños necesitan desarrollar las herramientas emocionales para afrontarlos. En lugar de rescatarlos de cada tropiezo, se pueden guiar para que encuentren sus propias soluciones, ayudándoles a procesar sus emociones y asegurándoles que está bien cometer errores, además de propiciar la tolerancia a la frustración. Al permitirles experimentar el fracaso en un entorno seguro, se les estará equipando para perseverar y aprender de sus experiencias.

La Comunicación y su importancia en la Crianza

La comunicación efectiva es el pegamento que une a la familia en el proceso de crianza. Esto va más allá de dar instrucciones; implica escuchar activamente, validar los sentimientos de los hijos y crear un espacio donde se sientan seguros para expresarse libremente, sin temor a ser juzgados. Preguntar sobre su día, prestar atención a sus preocupaciones (por pequeñas que parezcan) y compartir las propias experiencias y sentimientos, fortalece el vínculo y construye una relación de confianza.

En la era digital, es aún más crucial desconectarse de las pantallas y conectarse genuinamente con los hijos. El tiempo de calidad, ya sea a través de juegos, lecturas o simplemente conversando durante una comida, nutre la relación y sienta las bases para una comunicación abierta a medida que crece.

El Rol de los Padres

En última instancia, la crianza se trata de ser un puerto seguro para los hijos. Un lugar donde siempre puedan regresar para recibir amor incondicional, apoyo y orientación. No se trata de ser perfectos, sino de ser lo suficientemente buenos, presentes y dispuestos a aprender de los propios errores, recordando que cada una de las acciones ejecutadas con los hijos están cargadas de patrones familiares, creencias derivadas de las propias experiencias de la infancia. Al final del día, lo que más importa no es qué tan perfectos son, sino cuánto amor y respeto están sembrando en el corazón de sus hijos.

La crianza es un viaje continuo de aprendizaje, adaptación y amor. Al abrazar sus desafíos y celebrar sus alegrías, están construyendo no solo el futuro de sus hijos, sino también el de una sociedad.

Crianza

“Un padre es alguien que te apoya incondicionalmente, incluso cuando te equivocas.”

Conclusión

La crianza es una acción compleja, se trata de preservar la vida de los hijos desde la etapa más vulnerable “niñez” hasta la adultez joven. La crianza implica desafíos, no existe un manual que enseñe los pasos a seguir para ser unos padres ejemplares, sin embargo, lo importante es entender que pueden existir errores, equivocaciones, siendo parte del proceso de criar. Cada niño es diferente, no obstante, manteniendo los pilares basados en el establecimiento de límites claros y amorosos, desarrollando la autonomía y resiliencia, comunicándose de forma efectiva estarán más cerca de una crianza sana.

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Referencias

definicion.de/crianza

clubfamilias.com/es/importancia-autonomia-infantil-fomentarla

ohanapsicologia.es/la-crianza-y-sus-estilos

Resiliencia Familiar: Un Enfoque Positivo ante los Desafíos

Resiliencia Familiar

Como personas, a lo largo de la vida, se afrontan una serie de desafíos, y dentro del núcleo familiar, no se está exento de ellos. Sin embargo, no todas las familias responden de la misma manera ante los desafíos, es aquí donde el concepto de resiliencia familiar cobra una importancia vital; lejos del término común de “resiliencia”, siendo la capacidad de adaptación y superación de las adversidades, la resiliencia familiar es un proceso activo y dinámico que permite a las familias no solo superar las dificultades, sino también crecer y fortalecerse a partir de ellas.

Resiliencia Familiar
Resiliencia Familiar

¿Qué es la Resiliencia Familiar?

Desde la perspectiva psicológica, la resiliencia familiar se refiere a la capacidad de un sistema familiar para afrontar, adaptarse y recuperarse de situaciones estresantes o traumáticas, manteniendo su funcionalidad y cohesionando sus lazos. Patterson la define como la capacidad de una familia para movilizar la fuerza activamente cuando sus vidas se ven amenazadas por eventos o crisis estresantes; por otro lado, autores como Froma Walsh, figura prominente en el estudio de la resiliencia familiar, enfatiza que no se trata de evitar el dolor o la dificultad, sino de la habilidad para navegar a través de ellos, aprendiendo y transformándose en el proceso.

La resiliencia familiar es un aspecto fundamental para la conservación de una familia unida y funcional, así como, propiciar un desarrollo personal óptimo, ya que, al ser seres sociales fortalece la idea del trabajo en equipo y la resolución de problemas desde un enfoque grupal y no netamente individual, favorece la búsqueda de ayuda y mantenimiento del sistema de apoyo. En aquellas familias que desarrollan la resiliencia se observa un concepto evolutivo del tiempo, en el devenir, como un proceso continúo de crecimiento y cambio, en comparación con las familias que tienen patrones disfuncionales que producen agobio y frustración para sus miembros.

Pilares de la Resiliencia Familiar

Walsh (2016) postuló que la resiliencia familiar se construye sobre 3 pilares fundamentales: sistema de creencias familiares, patrones de organización y procesos de comunicación; estos elementos interactúan entre sí para dotar a la familia de aquellas fortalezas necesarias para afrontar las adversidades.

1. Sistema de Creencias Familiares:

  • Darle sentido a la adversidad: Las familias resilientes encuentran un significado o propósito en cada desafío, lo que facilita ver las oportunidades de aprendizaje y crecimiento, en lugar de enfocarse en los aspectos negativos. Por ejemplo, una enfermedad grave en uno de los miembros de la familia puede ser vista como una oportunidad para fortalecer lazos y reestructurar las prioridades.
  • Visión positiva: A pesar de los desafíos, estas familias mantienen una perspectiva optimista, orientada hacia sus fortalezas y recursos; esto no implica ignorar o evitar la realidad, sino cultivar una actitud de esperanza y confianza en la superación de los obstáculos.
  • Trascendencia y espiritualidad: Para muchas familias, las creencias trascendentes o espirituales (sin necesidad de ser religiosas) les proporcionan un marco de significado que les ayuda a afrontar la pérdida o el sufrimiento, conectándolas con algo más grande que ellas mismas.

2. Patrones de Organización:

  • Flexibilidad: Las familias resilientes no son rígidas; son capaces de ajustar sus roles, reglas y dinámicas internas cuando las circunstancias lo ameritan. Lo que les permite adaptarse a nuevas situaciones sin que el sistema colapse.
  • Cohesión familiar: El equilibrio entre la cercanía y la autonomía es clave, ya que desde la resiliencia familiar se fomenta la unidad y el apoyo mutuo, al tiempo que se respeta la individualidad de cada uno de sus miembros.
  • Recursos sociales y económicos: Es importante contar con redes de apoyo externas (amigos, vecinos, comunidad) y una gestión adecuada de los recursos económicos, también contribuye a la capacidad de la familia para enfrentar crisis.

3. Proceso de Comunicación:

  • Claridad y apertura: Una comunicación honesta y asertiva sobre los conflictos, sentimientos y las necesidades es fundamental; permite que todos los miembros se sientan escuchados y comprendidos, facilitando la búsqueda conjunta de soluciones.
  • Expresión emocional: Dentro de las familias resilientes se permite la expresión emocional y su validación, tanto si son positivas o desagradables; evitando la represión de sentimientos y la generación de conflictos latentes.
  • Resolución colaborativa de problemas: En lugar de buscar culpables o evitar los problemas, desde la resiliencia familiar se adopta un enfoque colaborativo, trabajando unidos para encontrar soluciones creativas y efectivas a los desafíos que enfrentan.

Características de una Familia Resiliente

  • Ven las crisis como un desafío compartido
  • Se focalizan en las fortalezas de los miembros y no en sus debilidades
  • Las adversidades son formas de aprender y crecer
  • Se apoyan mutuamente bajo el respeto y la conciliación
  • Tienen una red de apoyo externa y gestionan sus recursos económicos de forma adecuada
  • Existe coherencia entre sus acciones y sus palabras
  • Se alejan de la culpa y asumen responsabilidades
  • Son capaces de elaborar un plan de acción para la resolución del conflicto

Resiliencia Familiar
Resiliencia Familiar

Conoce más sobre Relaciones Familiares aquí

Conclusión

En definitiva, la resiliencia familiar es parte de la fortaleza humana colectiva, ya que esta no es un rasgo innato del ser humano, sino una capacidad que puede ser aprendida y desarrollada a lo largo del tiempo. Al comprender y cultivar los elementos que la componen, se pueden empoderar a las familias para que no solo sobrevivan a los desafíos, sino que emerjan de ellos más fuertes, unidas y preparadas para el futuro.

No existen familias perfectas, algunas se crean a partir de carencias y creencias distorsionadas, sin embargo, a través de intervenciones terapéuticas y programas de apoyo familiar centrados en fortalecer los pilares de comunicación, organización y reestructuración de creencias hacia unas más saludables y funcionales, identificando sus fortalezas, mejorando sus habilidades de afrontamiento, se pueden desarrollar familias sanas y sostenibles en el tiempo.

En Mente Sana te brindamos un espacio confidencial desde la comodidad de tu hogar para alcanzar el bienestar que tanto deseas. Agenda tu sesión de terapia gratuita aquí

Referencias

redalyc.org/pdf/264/26416966005.pdf

Violencia doméstica: Casos reales

violencia doméstica

La violencia doméstica es una degradación social que, lamentablemente, persiste en nuestras comunidades, a menudo oculta tras las puertas de los hogares que deberían ser refugio. Lejos de ser un problema abstracto, sus consecuencias se manifiestan en historias de vida desgarradoras, marcadas por el dolor, el miedo y la lucha por la supervivencia. Este artículo se adentra en la cruda realidad de la violencia intrafamiliar, explorando casos reales que ilustran la diversidad de sus manifestaciones, el impacto devastador en las víctimas y el complejo entramado de factores que la perpetúan. A través de estas narrativas, buscamos no solo visibilizar una problemática urgente, sino también fomentar la reflexión y la acción para erradicar este flagelo que silencia a tantas voces y rompe tantos destinos.

Violencia doméstica

Antes de que sigas leyendo te recomendamos también “¿Qué es el maltrato psicológico y cómo afrontarlo?

¿Qué es la violencia doméstica? una realidad silenciada

La violencia doméstica, también conocida como violencia familiar o intrafamiliar, se refiere a cualquier acto de agresión perpetrado por un miembro del hogar contra otro u otros. Esta incluye desde la agresión física hasta el hostigamiento, el acoso y la intimidación, ocurriendo dentro del ámbito doméstico.

Este concepto abarca diversas formas de abuso, como la violencia de la mujer hacia el hombre, la violencia contra las mujeres, la violencia intragénero, el maltrato infantil, la violencia filio-parental y el abuso de ancianos. Es crucial señalar que la precariedad económica y las condiciones desfavorables para el cuidado de los miembros del hogar actúan como catalizadores de esta violencia, afectando a mujeres, niños y personas mayores. De hecho, expertos como el Dr. José Romero-Urcelay, del Hospital Broadmoor en Inglaterra, han destacado cómo la crisis económica actual exacerba la violencia en hogares donde la escasez de recursos es evidente.

Violencia Doméstica

Casos reales de violencia doméstica

Caso 1:

María, una mujer de 45 años, casada por más de 20 años, vivió una forma sutil pero devastadora de violencia psicológica y económica. Su esposo, Juan, nunca la agredió físicamente, pero controlaba estrictamente todas las finanzas del hogar, dándole solo una pequeña cantidad de dinero para los gastos básicos y exigiendo cuentas detalladas. Con el tiempo, Juan también comenzó a aislar a María de su familia y amigos, criticando a cualquiera que intentara acercarse a ella. Ella no tenía acceso a las cuentas bancarias ni sabía cuánto dinero tenían, lo que la dejaba completamente dependiente.

La constante denigración de sus capacidades y la invalidación de sus sentimientos la llevaron a un estado de profunda depresión y baja autoestima, sintiendo que no valía nada sin él. Años después, con el apoyo de una línea de ayuda para víctimas de violencia, María logró salir de la relación, dándose cuenta de que el control económico y el aislamiento eran formas de abuso tan dañinas como los golpes.

Caso 2:

Ana, una joven de 28 años, experimentó un patrón recurrente de violencia física por parte de su pareja. Las discusiones, a menudo desencadenadas por celos o frustraciones económicas de él, escalaban rápidamente a empujones, golpes y, en ocasiones, a agresiones con objetos. Después de cada incidente, su pareja se mostraba arrepentido, prometía cambiar y la colmaba de atenciones y regalos, lo que creaba un ciclo de violencia y reconciliación que dificultaba a Ana romper la relación.

En una ocasión, una agresión la dejó con lesiones visibles que no pudo ocultar, lo que alertó a una de sus compañeras de trabajo. Gracias al apoyo de esta compañera y a la intervención de una organización local, Ana encontró el coraje para denunciar y buscar ayuda profesional, iniciando un proceso de recuperación para romper con ese ciclo destructivo.

Caso 3:

El caso de la familia García, ilustra una forma menos visibilizada de violencia doméstica: la violencia filio-parental. Los padres, ya mayores, sufrían constantes amenazas y agresiones verbales por parte de su hijo adolescente, Miguel, quien además los extorsionaba económicamente. Miguel, que presentaba problemas de conducta y adicciones, se volvía agresivo si sus padres no cedían a sus demandas de dinero o si intentaban imponerle límites.

En varias ocasiones, los empujó o les rompió objetos en casa. Los padres, por vergüenza y miedo a las represalias de su propio hijo, tardaron en buscar ayuda. Finalmente, tras un incidente grave en el que Miguel los amenazó con un cuchillo, decidieron acudir a las autoridades y buscar apoyo psicológico para toda la familia, enfrentando el difícil proceso de reconstruir su relación familiar desde una dinámica más sana y segura.

Caso 4:

Don Antonio, un hombre de 80 años con problemas de movilidad, vivía con su hija y yerno. Aunque no había agresión física directa, Don Antonio sufría de negligencia severa y maltrato psicológico. Su hija y yerno a menudo lo dejaban solo por largos períodos, sin supervisión adecuada, descuidando su higiene personal y su medicación. Además, lo humillaban verbalmente, lo ignoraban en las conversaciones familiares y, en ocasiones, lo privaban de alimentos si “se portaba mal”. Vecinos, preocupados por su aspecto demacrado y por escuchar gritos y lamentos provenientes de la casa, alertaron a los servicios sociales.

La investigación reveló las condiciones de abandono y maltrato, y Don Antonio fue reubicado en un centro geriátrico donde recibió los cuidados y la atención que necesitaba. Este caso resalta la vulnerabilidad de las personas mayores y la importancia de la vigilancia comunitaria.

Violencia doméstica

Como puedes observar estos casos clarifican la violencia doméstica y la importancia de identificar las señales. Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Conclusión

Los casos reales que hemos explorado, aunque dolorosos, nos confrontan con una verdad ineludible: la violencia doméstica es una realidad multifacética y profundamente arraigada en nuestra sociedad. Va más allá de los golpes visibles, manifestándose también en el control económico, el aislamiento, la manipulación psicológica y la negligencia, afectando a hombres y mujeres de todas las edades, incluyendo niños y ancianos. Estas historias nos recuerdan que detrás de cada estadística hay una vida quebrada, una voz silenciada y un futuro alterado. La indiferencia no es una opción; la acción colectiva y el apoyo individual son esenciales para desmantelar este ciclo de abuso.

Es fundamental comprender que salir de un entorno de violencia no es solo cuestión de voluntad; es un proceso complejo que requiere apoyo profesional. La terapia psicológica se erige como una herramienta vital en este camino. Ofrece un espacio seguro y confidencial donde las víctimas pueden procesar el trauma, reconstruir su autoestima, aprender a establecer límites saludables y desarrollar estrategias de afrontamiento. Es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencia

Wikipedia (2025). Violencia Doméstica.

¿En qué semana se producen más abortos? Entendiendo el momento

en que semana se producen mas abortos

Uno de los aspectos menos discutidos pero cruciales es el momento en el que se producen la mayoría de estas interrupciones. Más allá de las consideraciones éticas, morales y legales, comprender en qué semana se producen más abortos nos ofrece una perspectiva fundamental. Con este artículo buscamos arrojar luz sobre patrones y realidades que, a menudo, quedan oscurecidos por la carga emocional del tema.

En qué semana se producen más abortos

¿Qué es un aborto?

El aborto es la interrupción y finalización de un embarazo ya sea de forma natural o voluntaria. Un aborto espontáneo es la pérdida involuntaria del embarazo antes de la semana 20 de gestación, por otro lado, un aborto inducido es una intervención médica para finalizar un embarazo no deseado. Sabiendo esto nos preguntamos ¿En qué semana se producen más abortos?

Tipos de abortos

Los tipos de aborto se clasifican en dos grandes categorías:

Aborto Espontáneo

Este ocurre por sí solo, sin que nadie lo decida. Es cuando un embarazo se pierde de forma natural, usualmente antes de las 20 semanas. Las causas son diversas, como problemas genéticos del bebé, desequilibrios hormonales en la madre o ciertas condiciones de salud.

Las causas más comunes suelen ser:

  • Problemas cromosómicos o genéticos: Son la causa más frecuente, donde el embrión o feto tiene un número incorrecto de cromosomas que impide su desarrollo normal.
  • Problemas hormonales: Desequilibrios hormonales en la madre.
  • Afecciones médicas de la madre: Enfermedades crónicas como diabetes mal controlada, problemas de tiroides, infecciones graves, o problemas uterinos (como fibromas o anomalías congénitas del útero).
  • Factores de estilo de vida: Tabaquismo, consumo de alcohol o drogas.
  • Edad materna avanzada: El riesgo de aborto espontáneo aumenta con la edad.

Aborto Inducido

Este es cuando el embarazo se interrumpe a propósito. Se realiza mediante medicamentos o procedimientos médicos, y las razones varían, desde una decisión personal (Interrupción voluntaria del embarazo) hasta motivos de salud para la madre o el bebé (Aborto terapéutico).

Las causas pueden ser:

  • Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE): Se realiza por decisión de la persona gestante dentro de los límites legales establecidos en su jurisdicción.
  • Aborto terapéutico: Se realiza por razones médicas, cuando la continuación del embarazo representa un riesgo grave para la salud física o mental de la madre, o cuando el feto presenta malformaciones o condiciones incompatibles con la vida.

Es importante destacar que la terminología y las clasificaciones pueden variar ligeramente, pero estas categorías principales abarcan la mayoría de los casos.

En qué semanas se producen más abortos

¿En qué semanas se producen más abortos?

Exploremos en qué semana se producen más abortos, tanto espontáneos como abortos inducidos.

Abortos Espontáneos

En qué semana se produce más abortos espontáneos, ocurren durante el primer trimestre, es decir, antes de la semana 13 de gestación.

  • Se estima que alrededor del 80% de los abortos espontáneos ocurren antes de la semana 12.
  • Los más tempranos, incluso antes de que la mujer sepa que está embarazada o justo al inicio, son muy comunes y a menudo se deben a problemas cromosómicos graves que impiden el desarrollo del embrión.
  • El riesgo de aborto espontáneo disminuye significativamente a medida que avanza el embarazo. Por ejemplo, a partir de la semana 9, las probabilidades de interrupción espontánea son mucho menores.

Abortos Inducidos

En estos casos, en qué semana se producen más abortos inducidos (interrupciones voluntarias del embarazo), también la mayor parte se realizan en las primeras semanas.

  • En países donde el aborto es legal, la mayoría de los procedimientos (alrededor del 90%) se llevan a cabo durante el primer trimestre (hasta la semana 12 o 14, dependiendo de la legislación).

Esto se debe a varias razones:

  • Seguridad: Los procedimientos son más seguros y menos invasivos en las etapas tempranas.
  • Legalidad: Muchas leyes de aborto establecen límites de edad gestacional, siendo las primeras semanas las más accesibles legalmente.
  • Detección temprana: Muchas mujeres descubren el embarazo relativamente pronto, lo que les permite tomar decisiones dentro de este marco de tiempo.

Si estás transitando por la experiencia de un aborto, ya sea espontáneo o inducido, es un evento que puede tener un impacto emocional y psicológico significativo. Por eso, contar con el apoyo de un psicólogo es fundamental para la gestión del duelo y la pérdida, y sobre todo para el procesamiento de emociones complejas. Queremos recomendarte también “Psicología y terapia: la llave para tu salud mental”.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

En qué semana se producen más abortos

Conclusión

En resumen, la respuesta a ¿en que semana se producen más abortos? Ya sea tanto espontáneo como inducido ocurre durante las primeras semanas de gestación. Esta prevalencia temprana subraya la importancia de la detección y el acceso a la información y los servicios de salud reproductiva en estas etapas cruciales. Más allá de las cifras y los métodos, es fundamental reconocer el profundo impacto emocional y psicológico que cualquier tipo de aborto puede tener en quienes lo experimentan. En Mente Sana están los profesionales a tu disposición para ayudarte e iniciar los primeros pasos a la recuperación emocional, es por ello que te ofrecemos una sesión gratuita de terapia online, totalmente confidencial y desde la comodidad de tu hogar, para brindarte la seguridad y confianza necesaria para iniciar. Agenda tu primera sesión de terapia online gratis, sólo tú puedes dar el primer paso.

Referencias

MedlinePlus. Aborto espontáneo.

Wikipedia, (2025). Aborto.

Embarazo psicológico en perros: síntomas, causas y diferencias con el embarazo real.

embarazo psicologico en perros
embarazo psicologico en perros
embarazo psicologico en perros

Cuando una perrita experimenta cambios físicos y de comportamiento que simulan un embarazo real (como la construcción de nidos o la producción de leche, es natural que sus dueños esperen cachorros, Sin embargo a veces no hay gestación. Este fenómeno, el embarazo psicológico, es común en perras no esterilizadas. Aunque no hay fetos, los síntomas son reales, causados por un desequilibrio hormonal que imita la preñez. En este artículo, exploraremos los síntomas del embarazo psicológico en perros, por qué ocurre, cómo identificarlo y qué hacer para ayudar a nuestra mascota.

¿Qué es el embarazo psicológico en perros?

  • El embarazo psicológico en perros, es un fenómeno común en perras que no se han reproducido.
  • Afecta a aproximadamente el 60% de las perras no castradas en algún momento de su vida.
  • Se debe a un desajuste hormonal del embarazo psicológico en perros, síntomas de la hormona progesterona disminuye. Esto engaña al cuerpo de la perra, haciéndole creer que ha dado a la luz, lo que a su vez eleva la prolactina.
  • Algunas razas son más sensibles a estos cambios hormonales y, por lo tanto, más propensas a experimentar embarazo psicológicos, incluso en cada celo.
  • Generalmente, dura entre 1 y 3 semanas, aunque ciertos problemas de salud asociados pueden extender este periodo.

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Embarazo psicológico en perros síntomas

Es importante detectar el embarazo psicológico en perros, síntomas pueden ser tanto físicos como psicológicos y pueden aparecer de forma simultánea:

  • Aumento de las mamas.
  • Abultamiento de abdomen del animal.
  • Anómala producción de leche.
  • Engrosamiento de las mamas.
  • Aumento de flujo vaginal.
  • Lamido de mamas.

Los síntomas del embarazo psicológico en perros:

los síntomas pueden ser variados según la perrita:

  • Desarrollo del instinto maternal y demanda de atención.
  • Pueden volverse más afectuosas.
  • Construcción de nidos.
  • Pueden confundir y juegues con sus cachorros y suelen colocarlos en su zona de dormir.
  • Pérdida del apetito.
  • Cansancio, desánimo, sollozos y pocas ganas de pasear.
  • En ocasiones, agresividad o apatía.
  • Ansiedad o estrés y rascar superficies.

Mitos sobre el embarazo psicológico en perros

Mito 1: la esterilización causa embarazo psicológico gata y perros:

-Realidad: La esterilización en realidad ayuda a prevenir futuros episodios de embarazo psicológico, desmintiendo este mito.

Mito 2: El embarazo psicológico es peligroso para la salud de la perra:

-Realidad: Si bien puede ser incómodo y generar malestar, el embarazo psicólogo por sí mismo no es un riesgo grave para la salud de la perra. Sin embargo, es crucial tratarlo adecuadamente para manejar los síntomas.

Embarazo psicológico en gatas:

  • El embarazo psicológico en gatas, aunque es sí misma no es una enfermedad, sí puede llevar complicaciones como mastitis o el desarrollo de tumores.
  • Riesgo de mastitis es una inflamación que se presenta en el embarazo psicológico, síntomas de la acumulación de leche. Eso puede acompañarse de una infección bacteriana y, si no ocurre, la gata necesitará tratamiento veterinario.
  • El embarazo psicológico en perros y gatas parece estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar lesiones preneoplásicas (potencialmente precursoras de tumores).

Diferencia entre embarazo psicológico y real:

La principal diferencia en un embarazo psicológico entre gatas y perros, un embarazo real en perros radica en la presencia o ausencia de fetos. En un embarazo real, la perra está gestando cachorros, mientras que un embarazo psicológico no hay fetos, aunque la perra presenta síntomas similares a los de una gestación real.

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Embarazo real:

  • Apropiadamente 63 días (9 semanas).
  • Aumento de peso, crecimiento del abdomen, cambios de comportamiento (ansiedad, búsqueda de refugio, etc…).
  • Aumento de tamaño de las mamas, producción de leche, y finalmente, el parto de los cachorros.
  • Se puede confirmar mediante palpitaciones, ecografía o radiografías realizadas por un veterinario.

Embarazo psicológico en perros y gatos:

  • Puede variar, pero suele durar entre unas pocas semanas y dos meses, imitando la duración de un embarazo real.
  • Similar a un embarazo, la diferencia entre embarazo psicológico y real en perros, es el crecimiento del abdomen, cambios de comportamiento, (ansiedad, preparación de nidos, etc…) aumento de tamaño de las mamas y producción de leche.
  • Se puede sospechar por la coincidencia, embarazo psicológico en perros, síntomas  se presenta durante ciclo estacional (celo) de la perra. La ausencia de fetos confirmada por el veterinario mediante ecografía o radiografía es crucial para el diagnóstico.

Diferencia entre embarazo psicológico y real en perros, en ambos casos, la perra puede experimentar síntomas físicos y de comportamiento similares. Sin embargo, la presencia de fetos es la  característica distintiva de un embarazo real, mientras que en un embarazo psicológico, la perra no está preñada a pesar de mostrar signos de embarazo.

Tratamiento para el embarazo psicológico en perros:

  • Generalmente no requiere tratamiento: En la mayoría de los casos, el embarazo psicológico en perros, síntomas desaparecen por sí solos con el tiempo.
  • Cuando sí se necesita tratamiento: El tratamiento es necesario en situaciones específicas:
  • Excesiva producción de la leche.
  • Trastornos de conducta graves

Como quitar embarazo psicológico en perros: prevención

La esterilización es la mejor y más efectiva medida preventiva, ya que el embarazo psicológico ocurre después del celo y afecta a un alto porcentaje de perras no esterilizadas (alrededor del 60%).

  • Para tratar el embarazo psicológico en perros, es fundamental mantener la calma y brindarle a tu perra un ambiente tranquilo y seguro.
  • Se recomienda aumentar los juegos y paseos para distraerla y retirar los objetos que hayan adoptado como “bebés”.
  • Embarazo psicológico en perros síntomas son graves, es necesario consultar con un veterinario, quien podría recomendar medicamentos para reducir la producción de prolactina o incluso considerar la esterilización como medida preventiva.

¿Cómo quitar embarazo psicológico en perros?

  • Ambiente tranquilo: Proporcionar un lugar cómodo y seguro para que tu perra pueda descansar sin estrés (conoce los síntomas del estrés).
  • Aumento de actividad: Incrementa los juegos y paseos para distraerla de su comportamiento maternal.
  • Retirar objetos: Retira cualquier juguete o elemento que tu perra haya adoptado como “bebés” evitando causar angustia.
  • Evitar estimulación de mamas: No permitas que tu perra se lama las ubres, ya que esto estimulo la producción de leche. Si es necesario, usa un collar isabelino.

Conclusión

La esterilización es, sin duda, la medida más efectiva y preventiva para evitar futuros episodios de embarazo psicológico, y sus posibles riesgos asociados. Comprender esta condición, sus mitos y sus tratamientos nos permite ofrecer el mejor cuidado a nuestras compañeras caninas.

Referencia

Clínica veterinaria (sin fecha) Síntomas y cómo actuar ante un embarazo psicológico en perros.

Veter pet  (sin fecha) ¿en que consiste el embarazo psicológico en gatas? .

Relaciones familiares: ¿Cómo construir un hogar relacional?

relaciones familiares
relaciones familiares
relaciones familiares

Las relaciones familiares pueden ser complejas debido a un factor crucial: la convivencia. Dado que los diferentes miembros de la familia son distintos, con variadas creencias, ideas y objetivos, es normal que estas diferencias generen conflictos y desacuerdos. La relación familiar es una dinámica de un grupo de personas que comparten tradiciones y pueden ser un pilar fundamental en momentos difíciles. Pero, ¿qué ocurre cuando las ideas y creencias de algunos de los miembros de la dinámica familiar son diferentes?

Este artículo explora las relaciones familiares, cómo se constituyen y por qué influyen de forma significativa en la vida de todo ser humano.

¿Qué son las relaciones familiares?

  • Las relaciones familiares sólidas contribuyen a una mejor salud física y mental, disminuyendo las tasas de depresión y enfermedades a lo largo de la vida.
  • Mantener la armonía familiar no siempre es fácil; la interacción entre los miembros es clave en estas dinámicas complicadas.
  • Las relaciones en la familia más allá del estereotipo que se tiene, elementos como el entorno y las rivalidades entre hermanos influyen significativamente en la estabilidad y viabilidad de las relaciones familiares.

¿Cómo se ve un hogar relacional inestable?

  • Un  entorno familiar inestable, caracterizado por el contagio de emociones negativas, puede dificultar que las personas desarrollen habilidades para identificar y regular sus propias emociones en el futuro.
  • Tantos las emociones positivas como las negativas se propagan dentro del hogar relacional. La alegría y el bienestar pueden ser contagiosos, pero la ira y otras emociones negativas a menudo se difunden con mayor facilidad de intensidad.

¿Cuáles son las señales tóxicas en la relación entre familia?

  • Un único miembro de la familia, a menudo un padre, tiene el poder de desequilibrar la dinámica familiar y llevarla hacia la disfunción.
  • Un padre que genera tensión en las relaciones en la familia puede manifestar rasgos de personalidad dañinos, incluyendo manipulación, exigir apoyo sin ofrecerlo, inconsistencia en las reglas, injusticia, crítica excesiva e irresponsabilidad.
  • Los comportamientos destructivos de un miembro pueden perjudicar la unidad familiar de manera significativa, con efectos que pueden durar toda la vida o incluso extenderse por generaciones.

¿Cómo se ve un hogar relacional?

  • Amor y aceptación: sentirse queridos sin condiciones ni críticas crea relaciones entre familiares sanas y con la confianza de sentirse seguro en su hogar.
  • Seguridad emociones: Crecer en un entorno seguro y predecible desarrolla la confianza en un mismo y en el mundo, mientras que su ausencia puede generar una sensación de peligro y traumas infantiles.
  • Expresión emocional: Aprender a validar las emociones sin miedo es esencial; La represión emocional en la infancia puede llevar  a dificultades para manejarlas en la vida adulta.
  • Sentir que los pensamientos, logros y emociones son importantes impacta positivamente el autoconcepto y la autoestima; la falta de validación genera inseguridad y autoexigencia.

(conoce más sobre las relaciones tóxicas aquí)
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Mitos sobre las relaciones familiares

  • A pesar de la importancia del apoyo familiar, no siempre es saludable mantener relaciones en la familia a toda costa. Priorizar la familia por encima de todo, puede ser perjudicial.
  • Aunque el padre intenta hacer lo mejor, sus decisiones o dinámica no siempre son las más adecuadas para sus hijos. Cuestionar las relaciones familiares por encima de todo puede ser perjudicial.
  • Cortar un vínculo no es fracaso, en ocasiones, romper una relación familiar es una medida necesaria para proteger el bienestar personal y lograr la reconciliación como uno mismo.

¿Qué hacer si no me siento bien en la relación entre familia?

  • Es crucial aceptar lo que uno siente y no sentirse culpable por ello. Reconoce que algo no funciona bien en la relación familiar es el primer paso hacia el cambio.
  • Reflexionar sobre las situaciones o actitudes que causan malestar y comunicar claramente las necesidades propias es fundamental para proteger el bienestar personal. (conoce más sobre la oveja negra aquí)
  • Aceptar que no siempre se puede cambiar las dinámicas las relaciones con familiares, esto ayuda a tomar decisiones realistas y a liberar la carga de responsabilidad por acciones que no dependen de uno.
  • Encontrar otros vínculos o relaciones que ofrezcan comprensión y apoyo es vital.
  • La terapia puede ser un paso importante para procesar emociones entre patrones familiares y desarrollar herramientas para manejar mejor las relaciones familiares.

Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, en Mente Sana estamos aquí para ti. Permítete dar el primer paso hacia una vida emocional más libre y saludable.

Terapia familiar: mejorará las relaciones con familiares

La terapia familiar ofrece múltiples ventajas:

  • Mejoras la comunicación: la terapia familiar crea un espacio seguro y tranquilo para que todos expresen ideas, sentimientos y opciones sin miedo a conflictos o malinterpretaciones. Esto fomenta la comprensión y la empatía, facilitando la resolución de problemas individuales. (lee más sobre los conflictos aquí).
  • Refuerza los vínculos familiares: Incluso en situaciones difíciles, la terapia ayuda a fortalecer la confianza y el sentido de pertenencia. Este beneficio es duradero, equipando a la familia con herramientas para manejar futuros conflictos de manera autónoma.
  • Fomenta la reparación emocional: Al mejorar la comunicación y la empatía, la terapia permite resolver conflictos emociones pasados, facilitando el perdón, eliminando la culpa y restableciendo la confianza.
  • Impulsa el apoyo mutuo: La terapia familiar permite que los miembros compartan sus dificultades y se ayuden mutuamente en diversos aspectos, desde las tareas del hogar hasta conflictos complejos, eso crea un hogar relacional donde existe el apoyo, haciendo que cada miembro se sienta valorado y útil.

Conclusión

Cuando las necesidades emocionales básicas no se cubren, la familia puede ser fuente de dolor. Sin embargo, reconocer nuestros sentimientos, establecer límites, gestionar expectativas y buscar ayuda profesional (como la terapia familiar) son claves para sanar heridas y trasformar las dinámicas. La terapia mejora la comunicación, refuerza los vínculos, fomenta la reparación emocional y crea una red de apoyo mutuo.

En definitiva, comprender y nutrir la salud de nuestras relaciones familiares es esencial para nuestro florecimiento personal y colectivo.

Referencia

Psychology today (sin fecha). Relaciones familiares.

Somos estupendas (sin fecha) Relaciones familiares.

 Gabineti (sin fecha) Principales beneficios de la terapia familiar.

Convivencia familiar: Claves del bienestar emocional y el vínculo seguro

Convivencia familiar
Convivencia familiar

La convivencia familiar va más allá de compartir un mismo techo. Implica una interacción constante que requiere respeto, comunicación y acuerdos. Una convivencia familiar armoniosa y estable es fundamental para el bienestar emocional, psicológico e inclusive físico de cada miembro de la familia.  

Por esto, la misma se convierte en un factor protector de la salud mental y emocional.

¿Qué es la convivencia familiar?

La convivencia familiar es la dinámica de relación e interacción entre los miembros de una familia, donde comparten tiempo, espacio y experiencias cotidianas. Se consolida en la construcción de relaciones basadas en el respeto, el afecto, la comunicación y la colaboración. Esta busca crear vínculos saludables que favorezcan el desarrollo emocional, psicológico y social de cada integrante.

La convivencia familiar no solo fomenta vínculos afectivos fuertes, sino que también es el espacio donde se aprenden habilidades sociales, normas, valores y formas de resolver conflictos. Según Minuchin (1974), la familia es el primer sistema de pertenencia, y su equilibrio es fundamental para el desarrollo emocional.

Da el primer paso hacia una vida más saludable con nosotros.

¿Por qué es tan importante la convivencia familiar?

Se considera que una buena convivencia familiar contribuye a generar un ambiente seguro y estable, lo cual es fundamental para el bienestar individual y colectivo (Minuchin, 1974). Este tipo de convivencia favorece la autoestima, el manejo de conflictos, la empatía y la capacidad de establecer relaciones sanas fuera del núcleo familiar.

Cuando existe una convivencia positiva, se promueven sentimientos de seguridad, confianza y pertenencia autoestima en niños, adolescentes y adultos.

En cambio, una convivencia conflictiva, con gritos, indiferencia o violencia, puede producir consecuencias emocionales graves, especialmente en niños y adolescentes, como ansiedad, problemas de conducta o dificultades escolares (González & González, 2019).

Importancia del lenguaje

La familia es un sistema relacional en el que el lenguaje cumple un papel fundamental en la organización, los límites y la jerarquía de sus miembros. Se entiende como un conjunto de símbolos significantes que tienen sentido, tanto para el que habla como para el que escucha. 

El lenguaje tiene un papel fundamental en la construcción de la realidad social. Para él la persona no sólo surge de un contexto social, sino que también es, en sí misma, una construcción social y una estructura social.

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Límites o fronteras

Existe el concepto de fronteras o boundaries, referentes a la forma en que se establecen límites difusos, rígidos o claros, en relación a la autonomía de los miembros.

  • En familias con límites difusos, el lenguaje puede ser poco diferenciado, con frases confusas o sobreinvolucramiento afectivo (“sin ti no soy nada”).
  • En familias con límites rígidos, el lenguaje tiende a ser autoritario o distante (“aquí se hace lo que yo digo”).
  • En familias funcionales, el lenguaje facilita la expresión emocional sin invadir la autonomía del otro.

Por esto, la comunicación cumple un papel esencial para todos los miembros, tanto desde la emisión, como la recepción de los mensajes.

Dificultades en la convivencia familiar

Convivencia familiar
Convivencia familiar

Las diferencias de personalidad, estilos de crianza, estrés económico o falta de comunicación pueden convertir la convivencia en una fuente de malestar. Cuando la convivencia se hace insoportable, pueden aparecer síntomas como irritabilidad, aislamiento, ansiedad o incluso violencia verbal o física.

En estos casos, se recomienda aplicar estrategias como establecer reglas claras, practicar la escucha activa y fomentar espacios de diálogo emocional. La terapia familiar sistémica también puede ser una herramienta efectiva para restaurar el equilibrio en relaciones deterioradas.

Es fundamental diferenciar entre los conflictos normales de la convivencia y situaciones donde hay abuso o violencia. En estos casos, buscar ayuda profesional y establecer límites firmes es una prioridad.

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¿Matrimonio sin convivencia?

Algunos matrimonios mantienen una unión, pero sostienen una dinámica relacional de separación física o emocional, esto por decisión propia, obligación social o incluso costumbre.

Un matrimonio sin convivencia puede entenderse de dos maneras:

  • Sin convivencia física: La pareja no vive en el mismo hogar, ya sea por motivos laborales, migratorios, o por una separación no formalizada.
  • Sin convivencia emocional: Viven juntos, pero no comparten proyectos, emociones ni intimidad. La relación se mantiene por rutina, obligación o temor al cambio. En este caso, surge una falta de comunicación significativa, una muy escasa vida sexual, sentimiento de soledad y evitación del conflicto.

De igual manera, hoy en día algunas parejas optan por un matrimonio sin convivencia, visto como un tipo de arreglo, conocido como “living apart together” (LAT), implica mantener una relación afectiva comprometida sin compartir el mismo hogar.

Este tipo de vínculos puede funcionar cuando ambas partes acuerdan esta dinámica, especialmente en parejas de edad avanzada o que ya han vivido relaciones previas complejas. Sin embargo, la ausencia de convivencia puede dificultar el desarrollo de intimidad cotidiana, el manejo de conflictos y la construcción de un proyecto común.

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Claves para mejorar la convivencia familiar

Algunas estrategias son las siguientes a continuación:

  1. Comunicación asertiva: Hablar con claridad, desde las emociones y comunicar lo que se siente, y escuchar activamente, sin juzgar, mejora el clima familiar.
  2. Autonomía y respeto: La convivencia mejora cuando cada persona se siente valorada, escuchada y con espacio para desarrollarse individualmente. Ningún extremo es positivo, por lo que se debe evitar tanto la sobreprotección, como la crítica constante o el ausentismo.
  3. Establecer normas y límites: Tener reglas claras ayuda a reducir conflictos y aumentar la sensación de seguridad y claridad. Estas normas deben ser acordadas en familia, adaptadas a la edad de los hijos y aplicadas con coherencia.
  4. Espacios individuales y compartidos: Respetar el tiempo y espacio personal, a la vez de incluir y fomentar actividades familiares que fortalezcan los vínculos. Esto debe darse no solo con presencia, sino con involucramiento, es decir intención y atención emocional.
  5. Gestión emocional: Aprender a identificar y regular las propias emociones previene discusiones innecesarias y promueve la comprensión empática en desacuerdos.
  6. Distribución de responsabilidades: Dividir las tareas del hogar evita resentimientos, promueve la equidad y refuerza la autonomía y capacidad de organización.
  7. Buscar ayuda cuando sea necesario: La terapia familiar o de pareja puede ser crucial para mejorar la convivencia.

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Conclusiones

La convivencia familiar es un componente esencial del bienestar psicológico. Aunque puede presentar retos, es también un espacio privilegiado para el crecimiento personal y emocional.

Cuando se vuelve insostenible, es necesario intervenir con estrategias saludables y, si es preciso, con apoyo profesional.

Mejorar la convivencia familiar es un proceso continuo que requiere compromiso, escucha y flexibilidad por parte de todos los miembros. No se trata de vivir sin conflictos, sino de aprender a enfrentarlos con respeto y colaboración.

Referencias

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Rentería Pérez, Erico, Lledias Tielbe, Esperanza, & Luz Giraldo, Alba. (2008). Convivencia familiar: una lectura aproximativa desde elementos de la psicología social. Diversitas4(2), 427-441.